2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945.
2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945. VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA.
Menéndez Pidal silenció, cara a sus antiguos colaboradores residentes fuera de España, que su retiro en Chamartín "con los suyos y con su olivar y con sus libros y papeles" (que Amado Alonso, 25-XI-1939, reputaba una "felicidad") era una reclusión forzada por las adversas circunstancias. De ahí que lo imaginaran (Amado Alonso, 8-III-1940) sentado a la mesa dejando, no más, "que le caigan los frutos maduros":
"¿En qué orden les va usted dando fin?. El romancero, la Historia de la lengua, etc. ¿Se continuará la Historia de España de Calpe?",
en contraste con la parálisis científica a que se hallaban abocados sus colegas europeos:
"La guerra tiene a la filología de toda Europa paralizada, y filólogos alemanes, italianos y franceses se ofrecen para publicar sus trabajos en nuestra Revista39".
Pero Ramón Menéndez Pidal no se había resignado a cultivar su humildad en solitario. Se creía aún "útil".
Durante los primeros años de posguerra, la "Sección Femenina de Falange Española" intentó emular a la Institución Libre de Enseñanza, a la Junta para Ampliación de Estudios, a Misiones Pedagógicas, a La Barraca, en el contacto con "la aldea" y en el cultivo de lo "popular" en medios rurales. Esa actividad suscitó el interés de Menéndez Pidal40, quien llegó a dar dos conferencias sobre el Romancero (11-II-1941 y 15-II-1941) "para ayudar en la orientación técnica de algunos trabajos folklóricos que entran en el plan desenvuelto con éxito por esta Sección Femenina de Falange"41, pues, en su estimación, había que fomentar las iniciativas de ciertas gentes encuadradas en la Falange que defendían un mayor continuismo cultural que los herederos de Acción Española y la ACNP. Pese a esa pretendida función de las conferencias, Menéndez Pidal no se apartó en ellas, ni en el contenido ni en la forma, de su habitual estilo, esto es, el de leer al público un artículo publicable en una revista erudita, y utilizó como texto, con ligeros cambios, el de sus dos conferencias de La Habana. Sólo sorprende, dada la fecha y el lugar en que ahora leía esas conferencias y el nuevo simbolismo internacional del personaje muerto recordado, la evocación de su visita a Granada en 1920, cuando
"un jovencito me acompañó durante unos días, conduciéndome por las calles del Albaicín y por las cuevas del Sacro Monte para hacerme posible el recoger romances tradicionales en aquellos barrios gitanos de la ciudad; ese muchacho era García Lorca"42.
La exposición teórica de Menéndez Pidal fue amenizada con "ilustraciones musicales" de cierta cantante profesional y
"de la señorita Magdalena Rodríguez Mata, muy conocedora de la música tradicional, muy experimentada en la difícil tarea de la recolección de los cantos tradicionales en la que me ha ayudado hace años y fruto de la cual es autora de un completo Cancionero extremeño"43.
Aunque, según vemos, Menéndez Pidal tratara alguna que otra vez de hacerse presente en la nueva España, por lo general pasaba la vida retraído "allá en el término de Chamartín de la Rosa", en "un rincón amable donde saborear los encantos de la soledad y el silencio", con sus libros, papeles y olivos, como lo describió un periodista de "Tajo" (20-IX-1941)44 que acudió "allá" a visitarlo. El reportero, asombrado del entorno en que vino a hallar al "admirable maestro", intentó imaginarse su vida, la cual, de creerle, vendría a ser la de un Fray Luis en "La Flecha" combinada con la del "Caballero del verde gabán" con quien se encuentra Don Quijote en La Mancha, aunque, claro está, el periodista no tenga presentes esos modelos y, en su incultura de hombre de asfalto, pueda pensar que unos olivos centenarios hayan sido plantados para cubrir necesidades surgidas en los propios años 40:
"En este fragmento de Naturaleza —huerto, jardín y montaña— pasa el insigne erudito los ratos que hurta a su labor intelectual. Dirige personalmente el cultivo de las plantas y las flores (...). Además, invadido por las preocupaciones de la época en que vivimos, ha instalado colmenas y ha plantado olivos, que le abastecen de aceite y miel (...)."
Pero, sin duda, le podemos creer mejor enterado cuando, a la pregunta sobre qué obras prepara, hace decir a Menéndez Pidal:
"—Son cuatro principales, que creo podré aún realizar a pesar de mis años, si no sobrevienen contrariedades grandes: la continuación de la Historia de España, que dirijo; una Historia de la Lengua Española; una Historia de la Poesía heroico-tradicional de España y la publicación del Romancero General, en el que trabajo desde mi juventud y para el cual cuento con miles de versiones inéditas recogidas en todas las partes del mundo. Esta última es la obra en que más interés pongo, esperando en ella practicar métodos nuevos, derivados de mi concepto de la poesía tradicional".
Pese a estas manifestaciones de continuado interés en el Romancero y a esas esperanzas de llegar algún día a publicar los miles de versiones inéditas almacenadas en sus correspondientes cajones en la Cuesta del Zarzal, el propio "Archivo del Romancero" sufrió, en los años inmediatos al fin de la Guerra Civil, un cierto abandono. Se interrumpió la sistemática incorporación a sus carpetas de datos procedentes de publicaciones impresas y hasta quedaron sin distribuir las últimas colecciones remitidas a Menéndez Pidal inmediatamente antes de la Guerra Civil45. De la labor cooperativa pasada parecía sólo sobrevivir memoria pública en el eco dejado por las continuas reediciones argentinas de la única obra que Menéndez Pidal escribió en su vida como "aficionado" y no como investigador, su Flor nueva de romances viejos 46.
El continuado retiro en su "fragmento de Naturaleza" de la Cuesta del Zarzal no salvó a Menéndez Pidal de nuevas amenazas. El 14 de Marzo de 1942 el Teniente Coronel Juez Instructor, Manuel Varela, de la Capitanía General de la Primera Región Militar dirigió al Director General de Seguridad un oficio "a fin de que se proceda a la busca y captura" de una lista de encartados47, entre los que se encontraba en tercer lugar el Doctor D. Ramón Menéndez Pidal. Afortunadamente, sin que sepamos bien las razones, la Jefatura de Policía de la Dirección General de Seguridad contestó el 9 de Abril haciendo constar que "han resultado infructuosas, hasta hoy, las gestiones practicadas (...) para la busca y captura" de los reseñados en la lista. No obstante, la citada orden siguió generando intercambio de escritos entre las dos dependencias oficiales durante diez años, hasta el 14 de Marzo de 1952, cuando Ramón Menéndez Pidal acababa de cumplir 83 años48.
En los primeros años después de la Guerra Civil, 1939-1941, Menéndez Pidal había dado prioridad en su trabajo personal a la redacción de la Historia de la Lengua, empezada en el exilio. Pero, pasados algunos años, empezó a sentir deseos de sacar también adelante sus viejos proyectos sobre Épica y Romancero. En medio aún de la Segunda Guerra Mundial, se decidió a salir de su retiro en la Cuesta del Zarzal para hacer un viaje a Portugal, y, pese a la orden de busca y captura, pudo realizarlo sin impedimentos. Durante aquel viaje, Menéndez Pidal presentó en la Academia de Ciencias de Lisboa, el 31 de Mayo de 1943, una comunicación sobre "Poesía tradicional en el Romancero hispano-portugués", referente a las semejanzas y diferencias de la poesía popular y la poesía de arte individual49. Aparte de querer exponer, ante un auditorio portugués, su concepción del arte colectivo propio del Romancero ibérico, Menéndez Pidal acudía a Portugal a reclamar la realización de una actividad conjunta, semejante a la de sus tiempos de corresponsalía con Carolina Michaëlis de Vasconcellos y José Leite de Vasconcellos, para reemprender la publicación exhaustiva del Romancero. "Hacía poco que Leite de Vasconcellos había muerto y sus testamentarios no veían fácil la publicación de[l] Romanceiro dejado inédito por el fallecido"50, de ahí que Menéndez Pidal, llegado a Lisboa, visitara "o espólio literário do seu colega português", ocasión en que, según Orlando Ribeiro51, "moustrou-se especialmente interessado no Romanceiro" animando a sus huéspedes de Lisboa a que emprendieran prontamente su publicación. Como consecuencia de ello, años después, los editores portugueses de la obra le irían "enviando as folhas à proporção que se imprimiam, na esperanza de se lhe pedir um Prefácio". Por su parte, Menéndez Pidal, en su exposición pública en la Academia, tras recordar la labor de los colectores del s. XIX y comienzos del s. XX, se refirió a su proyecto de los años 30, desbaratado, y a sus deseos de reanudarlo:
"No obstante mi deficiente información lusitana, había yo dado ya por terminado el acopio de la gran colección tradicional y en 1936 tenía impresos catorce pliegos de una publicación extensa, de la cual esa colección formaba una segunda parte, titulada Epopeya y Romancero. Pero la guerra de España redujo a escombros la imprenta donde esa obra se estampaba y todo lo hecho quedó destruido salvo algunos ejemplares de los catorce pliegos. Las granadas de la artillería vinieron a advertirme que la preparación de lo que se empezaba a imprimir no era suficiente; y aquí vengo a conocer de cerca los trabajos romancísticos portugueses antes de emprender por segunda vez la publicación anhelada. Espero me perdonéis que en mi avanzada vejez os hable así de anhelos y proyectos".
Estando en Lisboa, el 2 de junio de 1943, Ramón Menéndez Pidal escribió a Américo Castro, exiliado en los Estados Unidos, acerca de los temas en que trabajaba. Reconocía en su carta que los trabajos toponímicos relativos a la prehistoria del idioma eran, en relación con la Historia del Español, "una digresión"; pero se sentía con tiempo por delante para entretenerse en ellos:
"Sí, es una digresión, pero me siento con salud para hacerla. Ojalá no me engañe el optimismo".
Este optimismo, con ciertos temores a excederse, le había hecho, también, volver a pensar en el Romancero:
"Del romancero me ocupo; en dejarlo planteado o comenzado por si no puedo terminarlo. Él fue causa principal de este viaje mío a Lisboa, venciendo mi repugnancia por los viajes. Hacía más de 15 años que vivía casi aislado de este Portugal, complemento necesario de todos nuestros estudios. Necesitaba sustituir las relaciones que habían quedado vacías después de la muerte de los amigos primeros, Gonçalves Viana, Carolina, J. J. Nunes, Leite, David Lopes... Muy solo me voy quedando!. Este viaje me resulta muy fructuoso. Es gran satisfacción verse rodeado de un ambiente cariñoso de cooperación".
Los "anhelos y proyectos" que Menéndez Pidal le comunicaba alarmaron a Castro, quien, el 21 de Junio de 1943, escribió a su antiguo maestro desde Princeton censurándole que en su actividad intelectual volviera a caer en la dispersión:
"Recibí su grata con la noticia de estar trabajando en la edición del Romancero, que tanta falta nos hace. Pero insisto en que la gran urgencia es su Historia de la Lengua Española, tarea que ha de consumirle mucho tiempo y para la cual ha preparado tan preciosos materiales. Y la urgencia no viene de que tenga V. ya muchos años (llega un momento en que todos nos igualamos en eso de tener años), sino de lo largo y complicado del trabajo, téngase la edad que se tenga"52.
Los temores de Castro eran, sin embargo, prematuros, pues Menéndez Pidal no se dedicó por entonces a emprender, por segunda vez, la proyectada edición de su colección de poesía tradicional.
Durante los primeros años de posguerra las aportaciones de corresponsales al Archivo Menéndez Pidal fueron rarísimas. De hecho, sólo he tropezado con una de fecha temprana: desde Villaluenga del Rosario (Cádiz), Pedro Pérez Clotet escribió a Menéndez Pidal el 28 de Junio de 1940 anunciándole el envío de su trabajo "La Sierra de Cádiz en la Literatura" con la explicación siguiente:
"poco vale, pero acaso pueda interesarle un romance muy poco conocido que en él doy",
y completaba su carta con una promesa:
"Espero poder mandarle pronto una colección de romances tradicionales, recogidos en esta provincia".
El trabajo remitido, impreso en Cádiz: Salvador Repeto, 1937, en plena Guerra Civil53, incluía, en efecto, una versión manuscrita del s. XVII de un espléndido romance fronterizo de 143454 que había pasado inadvertido a Menéndez Pidal y para el que sólo ahora se abriría "carpeta" en el Archivo55. En cuanto a la anunciada colección, procedía de encuestas hechas antes de la Guerra, en el contexto de las actividades de "Misiones Pedagógicas", el año 193356. Pérez Clotet, con la colaboración musical de Germán Álvarez Beigbeder57, hizo una publicación en Larache, en ese mismo año de 1940 en la que dio nuevamente a estampa unos textos que ya había dado a conocer antes de la Guerra Civil58.
Hubieron de pasar los primeros años 40 para que llegaran, esporádicamente, otras contribuciones. Aníbal Otero, después de sus años de prisión, tan pronto como salió de ella, escribió desde Pontevedra a Ramón Menéndez Pidal el 22 de Mayo de 1941, diciéndole:
"Le agradezco mucho la gestión que V. ha hecho para acelerar mi libertad; gracias a ella he salido hoy a la calle (...). No puedo justificar los gastos de mi última excursión a Portugal porque todos los comprobantes que tenía me los quitó la policía en Túy (...). También se incautó la policía del coche. Un día me pareció reconocer su voz entre el ruido de coches que se oían en la calle; me asomé a la reja de mi celda y pude verle por última vez. Sentí su pérdida, porque se había portado bien conmigo. Cuando yo corría a mi desgracia, él se negaba a andar, como los buenos caballos (...). Yo no supe entenderlo, y mi ceguera me trajo las consecuencias que he lamentado en mi temporada de prisión, una temporada casi cervantina por su duración (...). ¿Está bien el Sr. Navarro? ¿Publicará V. pronto el Romancero?"
Otero, seguidamente, se retiró a su casa en la aldea de Barcia (Meira, Lugo), y, desde ella, continuó el contacto epistolar con Menéndez Pidal remitiéndole algunos romances recogidos de la tradición oral:
"Le envío cinco versiones de romances —le decía en carta del 29-V-1944—. Una de ellas desconocida en mi colección. En la variante de Valdovinos sorprendido en la caza, aparece un caballo hablador, como en la versión de La muerte de D. Beltrán recogida por A. Garret59".
La versión a que alude, es un texto en que el tema de Valdovinos sorprendido en la caza se halla insertado en el del Conde Niño (como en otras versiones asturianas y lucenses); procede de Logares (Fonsagrada, Lugo) y fue dicha por Juan Riopedre, de 69 años. En medio de ella, se cuenta, en efecto:
Por los montes de Acebedo cinco mil morillos van
en busca de Conde Olinos, no lo pueden encontrar.
Lo encontraron descansando a la sombra de un olivar.
— ¿Qué haces ahí, conde Olinos, ou qué vienes a buscar?;
si vienes buscar la vida, aquí no la encontrarás,
si vienes buscar la muerte, ya te la venimos dar.
Entonces habló el caballo, Dios le dea gracia de hablar:
— Si me diera sopa en vino y me alargara el petral,
mataría yo a más moros que el rey tiene en su mandar.
— La sangre de los morillos formó un brazo de mar;
caballo de conde Olinos recelaba a pasar (...).
Los orígenes de este episodio se hallan, según algunos años después puso de manifiesto Ramón Menéndez Pidal60, en un fragmento de la Chanson des Saisnes, gesta que sin duda llegó a cantarse en castellano, pues dio lugar al nacimiento de toda una serie de romances. Entre las versiones remitidas aquel año por Otero se hallaban las que había anotado de sus compañeros de prisión, a las que ya hemos hecho referencia61; pero otras, como ésta de Valdovinos sorprendido en la caza, debió de recogerlas después de volver a su aldea.
También en 1944 contribuyó con nuevos romances de la Sierra de Gredos otra antigua colaboradora del Archivo, María Luisa Sánchez Robledo.
Las "camaradas" a cargo de la "Sección Femenina" de la "Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista", como parte de su programa de acción en medios rurales, se interesaron por los bailes romancescos de Las Navas del Marqués, de Ruiloba, de Llanes, etc. sobre los que Menéndez Pidal había llamado la atención en tiempos de la República; también trataron de desarrollar recitales de romances y canciones (al estilo de lo hecho por Federico García Lorca y La Argentinita) y escenificaciones (según los modelos del Instituto Escuela en que había intervenido Rafael Alberti). La presencia de romances entre los textos folklóricos recogidos o producidos por la "Sección Femenina" llevó a Menéndez Pidal a solicitar copia de ellos para su Archivo. El 29 de Abril de 1946, Pilar Primo de Rivera remitió los materiales que tenían archivados:
"Distinguido amigo: / Según le prometí, le adjunto las fichas musicales de los Romances que tenemos en nuestro archivo. / Tan pronto nos envíen más, tendré mucho gusto en remitírselas. / Le saluda brazo en alto. / LA DELEGADA NACIONAL".
Además de las "fichas musicales", fue enviada al Archivo una colección de hojas volanderas impresas, con romances amañados y algunos de ellos adaptados dramáticamente62. Sobre estos arreglos comentó, más adelante, Menéndez Pidal:
"El sistema opuesto (...) también reprobable, consiste, como a menudo vemos hacer, en destinar a las escuelas o a otros medios de divulgación entre el pueblo, cualquier arreglo indocumentado, libérrimo, de las versiones, según el capricho de un refundidor que reforma y añade cuanto su antojo le dicta, sin compenetración ninguna con el estilo tradicional (...). Es un descarrilamiento catastrófico en el desarrollo normal de la poesía popular. / Este defecto es de notar en varias de las escenificaciones de romances destinadas a los niños, publicadas en el periódico Consigna (...), que, por su gran importancia y difusión, merecen aquí mención particular"63.
En cuanto a la genuina tradición popular, se la consideraba en medios universitarios como agotada. Francisco Maldonado escribía a Menéndez Pidal desde Perosillo de los Aires (Salamanca) en estos términos (24-VIII-1946):
"He tratado de recojer (sic) algún romance, pero en vano. Esta tierra, hoy del partido de Alba de Termes y antiguamente de la villa (amurallada) de Salvatierra de Termes, parece, transitoriamente, baldía para el arte popular. La preocupación social —muy comprensible— lo agosta todo. Oí decir el año 1931 a un ganadero del país que, desde la publicación de la ley agraria de aquel año, el campo había dejado de cantar. En verdad que desaparecieron todas las tonadas, disipándose en el aire los últimos ecos".
Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)
NOTAS
39 Se refiere a la Revista de Filología Hispánica, dirigida por él, de la cual acababan de publicarse los tres primeros cuadernos, cuyo envío anunciaba a Menéndez Pidal, diciéndole de paso: "sería para mí el colmo de la felicidad publicar algo de usted".
40 Véase Romancero hispánico (1953), vol. II, pp. 429 y 450. En el Archivo hay algunas versiones procedentes de esas actividades de la "Sección Femenina".
41 Según nota explicativa autógrafa guardada con los originales. Los originales mecanografiados de estas conferencias se conservan en el Archivo.
42 El pasaje procedía de las conferencias de La Habana (véase atrás, cap. V, § 4) y volvió a ser utilizado, verbatim, por Menéndez Pidal en el Romancero hispánico (1953).
43 Magdalena Rodríguez Mata colaboraba entonces con Jimena Menéndez Pidal en el recientemente organizado "Colegio Estudio", como profesora de música (cuando aún ese Colegio, con un número muy limitado de alumnos "mixtos", vivía "fuera de la ley" por haber continuado la prohibida "coeducación" y los alumnos de él callábamos nuestra asistencia al mismo). Respecto al papel de ese Colegio en aquellos años, cfr. R. Herr, Spain, en la serie "The Modern Nations in Historical Perspective", Englewood Cliffs, N. J.: Prentice-Hall, 1971, p. 228.
44 El reportaje lleva la firma de Andrés Guilmain.
45 Tal ocurrió con la colección de Aníbal Otero de 1933; con la de Agapito Marazuela, del mismo año; con la del Gran rabino de Sarajevo Mauricio Levy, también de 1933; con la de Eugenio Silvela, llegada en 1934; con las versiones remitidas en 1936 por Manuel Muñoz Cortés, con la vieja colección de Francisco Nabot y Tomás, etc. Sólo las incorporaría yo en los años 40.
46 En plena Guerra Civil española, en 1938, la editorial Espasa Calpe de Buenos Aires lanzó una edición popular (sin los grabados y demás galanuras tipográficas de las dos primeras) en la Colección Austral, núm. 100. Las ediciones se sucedieron en 1939, 1941, 1943, 1944, 1946... La edición ilustrada se reimprimió, por 3a vez, en Madrid: Espasa Calpe, 1943.
47 Los otros encartados eran José Gaos, José Sánchez Covisa, Jorge F. Tello, Agustín Millares, Manuel Márquez, A. Madinaveitia, Juan de la Encina, Tomás Navarro Tomás, José Moreno Villa, T. Arroyo de Márquez, Pedro Carrasco, Antonio Zulueta, J. Cuatrecasas, Victorio Macho.
48 Acerca de este capítulo de la infructuosa busca y captura de Ramón Menéndez Pidal trataré en mi próximo libro La Historia y la, Memoria. Sobre el expediente policiaco de Ramón Menéndez Pidal (citado en la n. 25).
49 La comunicación fue publicada en el Boletim da Académia das Ciencias de Lisboa, XV (1943); puede leerse reed. en R. Menéndez Pidal, Estudios sobre el Romancero, Madrid: Espasa Calpe, 1973, pp. 379-401.
50 R. Menéndez Pidal, "A propósito del Romanceiro português de J. Leite de Vasconcellos", comunicación presentada en el "III Colóquio Internacional de Estudos Luso-Brasileiros (Lisboa, Setembro de 1957)", incluida como "Prefácio" en el Romanceiro português, Coligido por J. Leite de Vasconcellos, I, Coimbra: Universidade, 1958, pp. XI-XXI. José Leite de Vasconcellos había muerto el 17-V-1941.
51 O. Ribeiro, "Duas palavras", al frente del Romanceiro citado en la nota anterior.
52 El 9 de Abril de 1943, Castro le había ya expresado su opinión: "Es lástima que no haya dedicado V. todo su tiempo a la Historia del Español, porque eso es lo que nadie puede hacer sino V. (...). Pero todos tendemos a la dispersión, sin duda por los más nobles motivos; pero la vida no permite abarcarlo todo. Ojalá veamos esa Historia y, además, el Romancero".
53 Se trata de los Discursos pronunciados en la Recepción Pública del Sr. D. Pedro Pérez Clotet, en el día 7 de Noviembre de 1937 en la Academia Hispano Americana de Cádiz.
54 Referente a la desdichada expedición de los caballeros de Alcántara, dirigida por el Maestre D. Gutierre de Sotomayor en 1434. Procede de unos Anales de la villa de Morón de la Frontera por Antonio Bohorques Villalón, 1638, ms. de la Biblioteca Nacional, colección de Bohl de Faber. Clotet lo toma de la Revista de Morón, Noviembre de 1914.
55 No figuraba entre los romances fronterizos inventariados inicialmente.
56 Cfr. Revista del Ateneo (Jerez de la Frontera), año X (núm. 64), 1933, pp. 41-45 y 72-73. De la Revista del Ateneo tomaron los romances de Delgadina y de Gerineldo + La condesita y el estudio de Pérez Clotet los editores de Escuelas de España. "Segunda época", año I, núm. 1, enero de 1934 (véase atrás, cap. IV, n. 185).
57 El músico jerezano Germán Álvarez Beigbeder (según comunicación de Luis Suárez Ávila, 10-III-1997), habiendo sacado plaza de Músico Mayor de Marina, fue destinado en 1913 a Marruecos y allí conoció a Manuel Manrique de Lara, para quien recogió en 1915 "algunos textos y músicas" que se hallan en el Archivo Menéndez Pidal (cfr. RTLH, VII, 1975, p. 211).
58 Romances de la Sierra de Cádiz, "Publicaciones de la Sociedad de Estudios Jerezanos" 10, Larache, 1940.
59 A continuación, Aníbal Otero comenta: "Con el nuevo documento puede consolidarse en el Romancero la prosopopeya hípico-épica, que M[enéndez] Pelayo creía inventada por el poeta portugués".
60 "La Chanson des Saisnes en España", Mélanges Mario Roques, 1951, pp. 229-244, artículo en cuya n. 12 se cita la versión de Logares. Acerca de la redacción de este trabajo, véase aquí adelante, p. 272.
61 Véase atrás, cap. V, § 4.
62 R. Menéndez Pidal, Romancero hispánico (1953), vol. II, p. 429 y n. 38, nos hace saber que estas refundiciones escénicas de romances viejos y nuevos (Dirlos, Doña Alda, Conde Olinos y otros) se publicaron entre 1942 y 1946 "en el periódico de esa Sección Femenina, titulado Consigna’.
63 Romancero hispánico (1953), vol. II, p. 427 y n. 36.
LÁMINAS
1941. "Ramón Menéndez Pidal en su finca y retiro de Chamartín" (semanario "Tajo", 20 de Septiembre).
En 1943, Menéndez Pidal, excluido en España de los órganos gestores de la política cultural, viajó a Portugal para tratar de reanudar la colaboración en el campo del Romancero interrumpida tras la muerte de Carolina Michaëlis y José Leite de Vasconcelos.
En la Academia de Ciencias de Lisboa disertó sobre "Poesía tradicional en el Romancero hispano-portugués" (31-V-1943). Banquete académico.
Carta de América Castro desde Princeton a Ramón Menéndez Pidal en Chamartín, 21-VI-1943.
Menéndez Pidal, en el curso de uno de sus diarios paseos veraniegos, por Los Navazos y los altos valles del río Gudillos y el arroyo Gargantilla (San Rafael, Segovia). Al fondo, La Peñota y a la derecha, en lo alto, el puerto sobre Tablada, donde, a iniciativa de Menéndez Pidal, se había hecho (23 de Noviembre de 1930) el monumento rupestre al Arcipreste de Hita.
Ejemplos de los romances escenificados por la Sección Femenina de Falange que Menéndez Pidal consideraba arreglos indocumentados de refundidores y poetas "sin compenetración ninguna con el estilo tradicional".
SUMARIO:
I PRESENTACIÓN: EL ROMANCERO Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL
* EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO
* 2. DESCUBRIMIENTO DE LA TRADICIÓN ORAL CASTELLANA EN 1900
* 3. LOS PRIMEROS PASOS EN LA COMPILACIÓN DE UN ROMANCERO ORAL PAN-HISPÁNICO
* 4. EN BUSCA DE ROMANCES FUERA DE LA PENÍNSULA: EN CANARIAS Y EN LAS COMUNIDADES SEFARDÍES, 1904
* 5. "A POR PAN Y A VER AL DUQUE": PRIMER VIAJE A AMÉRICA, 1905-1906
* 6. EL FONÓGRAFO DE CILINDROS DE CERA VIAJA EN BUSCA DE MELODÍAS, 1905-1906
* 7. LA MÚSICA Y LA DANZA COMO PARTE DEL ROMANCERO, 1905
* 8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908
* III EL ROMANCERO HISPÁNICO BAJO LOS AUSPICIOS DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS
* 1. LA CREACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y EL ROMANCERO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL
* 2. LOS DIALECTÓLOGOS Y EL ROMANCERO ORAL: 1910-1912
* 3. MANRIQUE DE LARA COLECTA EN ORIENTE EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1911-1912
* 4. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO ANTERIORES A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1909-1913
* 5. EL ROMANCERO HISPÁNICO DE AMÉRICA DEL NORTE, 1913
* 6. LOS PLIEGOS SUELTOS DE PRAGA LLEGAN AL ARCHIVO, 1913-1914
* 7. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE A AMÉRICA, PERO DEJA DE LADO EL ROMANCERO, 1914
* 8. LAS GRANDES ENCUESTAS REGIONALES DE JOSEFINA SELA Y DE EDUARDO M. TORNER, 1914-1920
* 10. POESÍA POPULAR Y ROMANCERO, 1914-1918
* 11. LA GEOGRAFÍA FOLKLÓRICA Y LA EXPLORACIÓN DE REGIONES HASTA EL MOMENTO POCO ENCUESTADAS, 1920
* 12. AURELIO DE LLANO Y EL CONOCIMIENTO DEL ROMANCERO ASTURIANO, 1919-1925
* 13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20
* 14. LA TERCERA PARTE DE LA SILVA, PERDIDA, 1921
* 15. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, EN EL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE LA ROSA, 1925
* 16. SIGUE LA ACTIVIDAD RECOLECTORA, 1926-1927
* 17. LA CEGUERA TEMPORAL DE MENÉNDEZ PlDAL Y SU "FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS", 1926-1928
* IV. EL PROYECTO DE PUBLICACIÓN DE EPOPEYA Y ROMANCERO FINES DE LOS AÑOS 20, COMIENZOS DE LOS AÑOS 30
* 1. EL ROMANCERO, PARTE DE UNA MAGNA OBRA A PUNTO DE PUBLICARSE
* 2. LAS FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS
* 3. GALICIA EN EL FOCO DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO, 1928-1931
* 4. APORTACIONES AL ARCHIVO DE COLECCIONES AJENAS. EL ROMANCERO CATALÁN, 1930-1933
* 5. 1930. LOS BAILES ROMANCEADOS QUE AÚN PERDURAN
* 7. PARÁLISIS RECOLECTORA EN PORTUGAL, 1930
* 8. DISCOGRAFÍA Y PELÍCULAS ETNOGRÁFICAS; EL ROMANCERO INCORPORADO A LA ENSEÑANZA ESCOLAR. 1932-1936
* V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL
* 1. DISCONTINUIDAD DE EPOPEYA Y ROMANCERO Y CONTINUIDAD LATENTE DEL ROMANCERO
* 2. MADRID BOMBARDEADO. EL ARCHIVO "REFUGIADO" EN LA EMBAJADA DE MÉXICO
* 4. ANÍBAL OTERO, ENCUESTADOR DEL ROMANCERO Y DEL ATLAS LINGÜÍSTICO, ACUSADO DE ESPIONAJE
* 5. MENÉNDEZ PIDAL, ANCLADO EN CUBA, A LA BÚSQUEDA DE ROMANCES
* VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA
* 1. DEPURACIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL. FIN DE SUS PROYECTOS CON UNA PROYECCIÓN NACIONAL, 1939-1941
* 2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945
* 3. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ROMANCISTAS TOMA EL RELEVO, 1945-1946
* 4. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE AL ROMANCERO, 1946-1950
* 6. ÉXITO EN LA TRADICIÓN ORAL DE ALGUNAS VERSIONES FACTICIAS DE LA FLOR NUEVA
* 7. HACIA UNA RECUPERACIÓN DEL ROMANCERO PORTUGUÉS, 1948
* 12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI
* VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL
* 1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954
* 2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959
* 3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50
* 4. GRAN RECOLECCIÓN DE ROMANCES EN LAS ISLAS CANARIAS, 1952-1957
* 5. EL ROMANCERO TRADICIONAL, CUESTIONADO, 1959-1962
* 6. ÚLTIMAS CONTRIBUCIONES DE MENÉNDEZ PlDAL AL ROMANCERO, 1959-1965
* 7. MENÉNDEZ PIDAL EN ISRAEL Y EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1964
* 8. EL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL Y EL FUTURO DEL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1963-1966
* 9. REACTIVACIÓN DE LA LABOR EDITORIAL DEL ROMANCERO, 1966
* VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL
* 2. BELLAS PALABRAS Y NEGRAS REALIDADES, 1969-1970
* 4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975
* 5. EL ROMANCERO ¿AÚN VIVE?, 1973-1975
* 6. CRECER, PARA NO MORIR, 1976-1981
* 7. EL ROMANCERO AÚN VIVE. VOCES NUEVAS DE LA TRADICIÓN ORAL, 1977-1978
* 8. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCERO. UNA NUEVA EMPRESA COLECTIVA, 1977-1984
* 9. LAS GRANDES ENCUESTAS COLECTIVAS DEL PROYECTO DEAPHR, 1980-1984
* 10. LAS TRADICIONES ORALES LEONESAS Y EL ROMANCERO EN LEÓN A FINALES DEL S. XX, 1984-1988
* 13. EL ROMANCERO ANTE EL CENTENARIO DEL ’98
* EPÍLOGO
* 1.- EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL DINAMITADO
* 3.- LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA INVESTIGACIÓN
Diseño gráfico:
La Garduña Ilustrada
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