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ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975.

4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA "CONEXIÓN AMERICANA", NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975. VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL.

      La definitiva institucionalización del "Seminario Menéndez Pidal", como un Centro de in­vestigación y de enseñanza superior en la Universidad de Madrid, mediante su inclusión en el Presupuesto General de la Universidad llegó a producirse en el año de 1972, diecisiete años más tarde de lo previsto en la Orden Ministerial fundacional de 1954; y no se produjo porque en los medios intelectuales españoles o en los gubernativos se reconociera el valor e interés de la labor que en él se había realizado34, sino como consecuencia lateral de un proceso de internacionalización de sus actividades. Cuando en 1970 me esforzaba en interesar a los organismos oficiales españoles encargados de velar por la cultura nacional por el mantenimiento de la "Cátedra-Se­minario" se me había dejado saber que "nadie desea resucitar muertos"35. Hubo, pues, que de­mostrar a los poderes públicos que el centro de investigación y de enseñanza superior concebi­do en vida de Ramón Menéndez Pidal tenía vida propia después de la muerte del maestro, a pesar de la satisfacción con que tirios y troyanos se aprestaban a asistir a su entierro. Se impo­nía, por tanto, buscar fuera de España, las razones para que en ella se concediera existencia a la " Cátedra-Seminario".
      Durante el Otoño de 1970, mientras Rafael Lapesa, desde Madrid, y yo, desde San Diego, buscábamos "nuevos caminos" por donde la "Cátedra-Seminario" pudiera "ir tirando"36, la cir­cunstancia, a primera vista negativa, de que yo hubiera ido a parar, invitado por un curso, a una Universidad cuya organización me colocaba fuera del "hispanismo" académico vino a hacer po­sible el idear un proyecto innovativo de carácter educacional que, como de paso, ayudara a dar presencia internacional al "Archivo filológico Menéndez Pidal" y a la "Cátedra-Seminario" de la Universidad Complutense de Madrid. El 30 de Noviembre de 1970 así se lo exponía a Rafael Lapesa:

    "Inesperadamente, mi estancia aquí en un campus sin departamento de español, ni de len­guas románicas, ni de nada semejante, me ha puesto en relación con un grupo de profesores más dados a explorar nuevas concepciones del quehacer universitario que los colegas más afi­nes. De resultas, he hecho —a su petición— un proyecto referente a la posible colaboración de la CSMP con un organismo, de nueva creación, de este campus (UCSD), llamado algo así como «Centro de Estudios Medievales Hispánicos». La idea central es que el CEMH de la UCSD y la CSMP organicen conjuntamente un Programa de estudios post-graduados con seminarios de investigación y workshops en que se aprenderían métodos de investigación y se realizarían trabajos en equipo o individuales. La UCSD sostendría al Director, a un sénior researcher y a varios (¿3?) assistant researchers capaces de dirigir la labor de un grupo de estu­diantes; más una secretaria. Adicionalmente, daría unas cantidades para fotos, micros, xerox, etc. y materiales, y proporcionaría una máquina de escribir y un lector de microfilm (...). El Programa, tal como lo he concebido, garantizaría, pase lo que pase con las subvenciones es­pañolas, la continuidad de las investigaciones y publicaciones de la CSMP y nos permitiría imprimir un nuevo ritmo a la tarea de editar el Romancero y demás «materiales» de R[amón] M[enéndez] P[idal] sin disminuir el rigor de los trabajos. Estoy seguro del apoyo y del entu­siasmo del departamento de literatura en conjunto, así como del interés del canciller".

Para Diciembre ya estaba diseñado el proyecto en forma de una "Preliminary proposal for setting up a longterm arrangement between the University of California, San Diego, and the Cá­tedra-Seminario Menéndez Pidal of the University of Madrid. Spain", cuya razón de ser, desde mi personal perspectiva, expuse ante Rafael Lapesa como nuevo Director de la Cátedra-Semi­nario Menéndez Pidal (carta del 7-XII-1970):

    "Las amargas lecciones de estos últimos años me han convencido de que, si quiero alcan­zar los objetivos esenciales, debo apoyarme sobre las bases firmes con que cuento y nunca arriesgar lo cierto por lo dudoso. Mi propósito fundamental debe ser lograr establecer una es­tructura que haga posible convertir en letra impresa, perdurable, los «documentos» y trabajos más importantes de la «herencia intelectual» de R[amón] M[enéndez] P[idal] en un plazo re­lativamente breve y con el debido rigor filológico. Aparte de la «voluntad» de R[amón] M[enéndez] P[idal] (expresada en su testamento) y de mi «amor» a su obra, me obliga a rea­lizar la empresa el valor objetivo de los documentos (basta pensar en el Romancero) y el te­mor a que cualquier circunstancia haga posible su irreparable pérdida. Esta tarea no puede hacerla un hombre solo; sobre todo si el editor, como es mi caso, no se resigna a perder su li­bertad de investigador autónomo. Visto el fracaso de los esfuerzos dirigidos a conseguir la in­clusión de la Cfátedra] S[eminario] M[enéndez] P[idal] en el presupuesto general de la Uni­versidad (esto es, el reconocimiento de su existencia por el Ministerio de Hacienda) y el escaso progreso de los planes elaborados en cumplimiento de la voluntad de R[amón] M[enéndez] P[idal] en lo tocante a institucionalización de su Biblioteca, me parece claro que las únicas bases firmes existentes para organizar una estructura capaz de recoger y desarrollar la «heren­cia intelectual» de R[amón] M[enéndez] P[idal] en la forma requerida son, por el momento, dos: los materiales mismos o «Archivo filológico» de R[amón] M[enéndez] P[idal] y la exce­lente organización «en el papel» de la CSMP. El reconocimiento de esta realidad es lo que me ha movido a dar forma a esta propuesta, procurando afirmar el edificio sobre dos pilares (los documentos a mi cargo y en mi custodia, y mi posición de Director de Investigaciones de la CSMP) que, en última instancia, se reúnen en uno solo: mi voluntad de llevar a término la empresa de hacer públicos los «frutos tardíos» de la cosecha de R[amón] M[enéndez] P[idal]".

      Además, en esa carta le hice una "apasionada defensa de mi «Preliminary Proposal»" (aunque solicitase respecto a ella "una abierta crítica de cuanto en ella le parezca objetable"):

    "Dado que en el documento se detallan las «advantages accruing to the University of Ca­lifornia», bueno será que, por delante, le exponga a Vd. las «ventajas» (...) para la C[átedra] S[eminario] M[enéndez] P[idal] (...).
    Ante todo, garantiza su continuidad en unos momentos en que el lápiz rojo de un oficial administrativo español y el desinterés de las autoridades nos han borrado económicamente del panorama cultural nacional. Además nos asegura el sostenimiento de una estructura de investigadores permanentes (a varios niveles) radicados en Madrid, decentemente pagados, capaz por sí sola de sostener un ritmo de trabajo más eficiente que el que nunca hemos teni­do. La presencia constante, al frente de los trabajos, de un Director plenamente dedicado a la Cátedra-Seminario (yo mismo) o de un substituto (Silverman37, Sánchez Romeralo) elimina  otro de los graves males de la CSMP, la ausencia de un «jefe» durante largos periodos. El «pro­grama», al permitir a la CSMP organizar seminarios formativos para estudiantes y jóvenes in­vestigadores, nos convierte en un verdadero centro «universitario», proyectado hacia el futu­ro. En fin, hace posible empezar, por primera vez, a organizar el centro previsto en la Orden fundacional y proyectado en el Reglamento".

Pero, entre tanto, la situación en Madrid de esa "Cátedra-Seminario’’ sobre la cual se basaba el proyecto, era cada vez más crítica, como yo mismo reconocía el 5 de Febrero de 1971, ante las noticias que me transmitía Lapesa:

    "La sangría para nuestro capital de publicaciones que supone el pagar por nuestra cuenta el personal de la Cátedra-Seminario es insostenible (...); los escasos colaboradores con que aún contamos están perdiendo la fe en el futuro de la Cátedra-Seminario (...). Objetivamente, lo que se imponía es el cierre por defunción. Sin embargo, personalmente no puedo confor­marme con esa fácil salida (...), creo que somos «algo». El caso es convencer a los que tienen las cuerdas de la bolsa (...).
      Mi desesperación ante la inutilidad de los esfuerzos por incluir la Cátedra-Seminario en el presupuesto general de la Universidad, en 1968, 69 y 70, me llevó a intentar jugar mi única carta personal: la de mi «valor» en el mercado universitario americano. Por eso decidí ligar mi destino al de la Cátedra-Seminario, y puse como condición, para aceptar un nuevo puesto38, el que la Universidad contratante se interese por el futuro de la Cátedra-Seminario. Los tiem­pos que corren (bajo la éjida de los Nixones, Agnews, Reaganes y la mayoría silenciosa —oja­lá lo fuera—) no son muy favorables para hacer planes que no sean de reducción de gastos, personal, etc., en las Universidades. Así y todo, aquí lo han tomado con un máximo de inte­rés39. No me puedo quejar".

      El cambio de actitud de las autoridades gubernativas españolas40 vino de la mano del interés mostrado por "Del Amo Foundation" en las realizaciones y proyectos del "Seminario" en colaboración con el "Literature Department" de la University of California, San Diego, interés que cristalizó en la concesión a este Departamento no estrictamente hispánico de un grant específi­camente destinado

    "a la creación de un Center for Híspanic Studies, afiliado a la Cátedra-Seminario Menéndez Pídalos la Universidad de Madrid, bajo la dirección del profesor Diego Catalán"41.

Los planes de creación de ese Centro ("Center for Iberian and Latin-American Studies", CILAS), concebido como una Organized Research Unit de la University of California de ampli­tud mucho mayor que la por mí inicialmente propuesta42, fueron lo que hizo posible que el 25 de Julio de 197143 el Rector José Botella Llusiá de la Universidad de Madrid se comprometiera a transformar la situación del "Seminario Menéndez Pida!", seguro del apoyo ministerial:

    "Hasta ahora, el Rectorado de la Universidad de Madrid debe confesar que ha podido ayu­dar muy poco eficazmente a la Cátedra-Seminario Menéndez Pida!. No es hora de triunfalismos (...). Pero lo que sí puedo decir es que, en cuanto de mí dependa, en todo lo que requiera el es­fuerzo del Rector y de los Decanos de la Facultades, la Cátedra-Seminario Menéndez Pidal con­tará con un apoyo firme y decidido para que pueda alcanzar una plenitud de desarrollo"44.

      Esta "conexión americana", que en 1972 vendría, finalmente45, a dar oxígeno al hasta enton­ces infradotado "Seminario Menéndez Pidal", supuso, al mismo tiempo, una incorporación, a los trabajos de investigación sobre el Romancero, tanto de personas foráneas, como de nuevas formas de hacer públicos los materiales del "Archivo", de explorar la tradición oral pan-hispáni­ca y de abordar el examen de las peculiaridades artísticas de la poesía de transmisión oral.
      Ya durante mi estancia, como profesor permanente, en la University of Wisconsin, Madison, había tratado de interesar a estudiantes americanos de post-grado en las investigaciones sobre el Romancero46. Fue allí donde en 1969, en un seminario graduado desarrollado en circunstancias excepcionales47, probé por primera vez el aplicar métodos cuantitativos a conjuntos de roman­ces, con el fin de descubrir en ellos "tendencias" estilísticas significativas. El estudio, realizado con la colaboración de cuatro estudiantes48, de 383 versiones de 18 romances distintos ("erudi­tos" y "tradicionales") procedentes de las colecciones del s. XVI y de la tradición oral moderna de ocho grandes áreas (comunidades judías de Oriente; comunidades judías de Marruecos; Ca­taluña; Canarias; Sur de España; Norte de España; América española; Portugal) reveló cambios estructurales llamativos vinculados al tiempo (descubiertos al observar contrastes entre textos antiguos y modernos) y al espacio (manifestados por las diferencias entre unas y otras de las ocho áreas geográficas en que clasificamos los textos de la tradición oral moderna)49. Estos resultados me llevaron a insistir en 1970 en los análisis estadísticos, aplicándolos a otros corpora de ro­mances, en otro seminario graduado, esta vez en la University of California, San Diego, a la cual me había trasladado; y, a raíz de esa nueva experiencia50, esbocé un programa de análisis de la estructura de los romances tradicionales con ayuda de una "computadora" electrónica51:

    "El propósito del nuevo programa era, por un lado, descubrir la «lengua» (o sistema de co­municación poética) del romancero; por otro, examinar cómo se reproducen los poemas, esto es, comparar las «estructuras» genéticamente emparentadas y tratar de descubrir en qué con­siste la interacción de la herencia y el ambiente"52.

Ese "programa"53 fue aplicado en 1971-1973 en el campus de San Diego al conjunto de versiones de La condesita existente en el "Archivo Menéndez Pidal", que la publicación de los volúmenes IV y V del Romancero tradicional de las lenguas hispánicas había hecho fácilmente accesibles54.
      En el "Primer Coloquio Internacional del Romancero" de 1971, al presentar públicamente "El nuevo programa de la Cátedra-Seminario Menéndez Pidal"55 anuncié la creación de una serie de Laboratorios de Investigación Humanística "con objeto de coordinar los proyectos colectivos e in­dividuales de investigación" y la organización, además, de "unos seminarios o talleres de investi­gación destinados a preparar nuevos investigadores", y señalé como plazo para el establecimiento de los dos primeros laboratorios y del primer seminario de introducción a la investigación el in­mediato año de 1972. Como muestra de la actividad futura aducía el propio coloquio:

      "Organizado gracias al apoyo de la Fundación Del Amo y del Office of Gradúate Studies and Research de la U[niversity of] C[alifornia], S[an] D[iego], y deudor al Rectorado de la Universidad de Madrid por su generosa hospitalidad, reúne entre sus participantes a investi­gadores de la Cátedra-Seminario, de la Universidad de Madrid y de la Universidad de Ovie­do, junto a especialistas de las Universidades de California, Harvard, Wisconsin, Pennsylvania y Pisa, así como de la Biblioteca nacional de Río de Janeiro y sienta en torno a una mesa a Catedráticos y Profesores que han trabajado reiteradamente en este campo de investigación y a jóvenes doctorandos que comienzan a descubrir, en ese inmenso campo del Romancero tradicional, provincias ignotas".

Con este retórico pasaje traté ya entonces de llamar la atención hacia lo que iba a constituir la justificación de la presencia de fondos americanos en los proyectos del "Seminario Menéndez Pida!" respecto al Romancero: la participación en las investigaciones de estudiantes graduados cuya formación especializada podía atraer el apoyo de los programas universitarios de educación "en el extranjero".
      El "International Menéndez Pidal Program in Madrid", diseñado para 1972-73, hubo de re­trasarse56 hasta 1973-74, ya que para la definitiva institucionalización del Programa en la University of California fue preciso obtener 10 becas extra-murales que garantizaran la presencia en Madrid de otros tantos estudiantes graduados procedentes de la University of California57. Pero, en aquel año, los fondos documentales del "Archivo Menéndez Pidal / Goyri" del Romancero se convirtieron, a través de la "Cátedra-Seminario Menéndez Pidal" de la Universidad de Ma­drid, en materiales de investigación de nueve (de aquellos diez) estudiantes graduados becados58, de diversas nacionalidades y etnias, procedentes de la University of California, San Diego, los cuales vinieron a colaborar con investigadores becarios de la Universidad de Madrid que pre­viamente trabajaban en el campo del Romancero59. La University of California permitió que mis actividades de enseñanza e investigación se desarrollaran ese curso en Madrid. Los estu­diantes de California, a la vez que seguían clases teóricas, colaboraban en la preparación para la imprenta de diversos corpora romancísticos con el fin de que se publicaran en la serie del Ro­mancero tradicional de las lenguas hispánicas. La experiencia llamó la atención de un reportero del "International Herald Tribune", Jeffrey Jones, quien el 16 de Abril de 1974, después de en­trevistarse conmigo en la que fue casa de Ramón Menéndez Pidal en la Cuesta del Zarzal, pu­blicó en ese periódico euro-americano un reportaje (en 5 columnas), titulado "A salvage operation for tradicional songs of Spain", acerca del "Archivo del Romancero" y de cómo en él se trabajaba. Los equipos editores fueron aquel curso organizados en la siguiente manera:

    "[Meléndez] Hayes: a cargo del volumen de El caballero burlado y La Infantina, temas baladísticos sobre los que versa su tesis doctoral [en elaboración].
    Catarella y Rodríguez: preparan para su publicación los cientos de versiones (procedentes de la tradición portuguesa, castellana, catalana y latino-americana) del romance referente a la metamorfosis de dos amantes (El Conde Niño).
    Lamb y Phipps: estudian el romance, villancico y glosas de los siglos XV a XVII de La Dama y el Pastor, una pastorela con inversión de papeles, y sus derivaciones modernas sefar­díes, latino-americanas y españolas.
    Pazmany, con la ayuda de Cid, y Nelson y Romero (un equipo doble): compilan y editan dos volúmenes del romance de Gerineldo, supuestamente basado en la leyenda de los amores de Eghinard y la hija de Carlomagno;
    Lee, con la ayuda de Valenciano: trabajan en la conclusión del Romancero rústico.
    El Profesor Sánchez Romeralo (University of California, Davis) y el profesor Hassán (Ins­tituto de Estudios Sefardíes) colaboran activamente en el Programa, ayudando en la elabora­ción de los temas y en la bibliografía del Romancero rústico y sobre la literatura y lengua ju-deo española, respectivamente"60.

La colaboración de Antonio Sánchez Romeralo al Romancero tradicional de las lenguas hispáni­cas, encargándose del volumen titulado Romancero rústico, venía de tiempo atrás y había sido ya anunciada por mí al dar noticia pública, en 1971, de "Las obras futuras de Menéndez Pida!"61. También colaboró, a distancia, en la compilación de los corpora romancísticos, S. G. Armistead. Sirva de ejemplo la cita de una de sus cartas (20-XI-1973):

    "Me acaba de escribir Tina Phipps que estáis haciendo «La dama y el pastor». Si el tomo ha de incluir también El villano vil, os podemos ofrecer las 9 versiones de Rodas, 1 de Már­mara y 1 de Plovdiv en nuestra colección. También tengo una peninsular de Arroyo de la Luz (Cáceres) que no he transcrito aún. No sé cómo es. En la misma condición está otra de Tetuán (no sé cómo será). De La gentil dama y el rústico pastor nunca logramos recoger nada de la tradición. Hay una buena versión ms. sin localizar en la colección] Mi[l]witzky y otra es­pléndida, recogida por Luria en Monastir, que en este momento editamos para The American Sephardí.
    Aquí te envío dos versiones de La partida del esposo contaminado con La vuelta del mari­do (é) que se podrían incluir en el tomo VI, si te parece. Una fue recogida por D. Américo [Castro] en Marruecos (no sé si en Tetuán o posiblemente en Xauen o en Larache; siempre me ha sido imposible averiguarlo; nunca pude aclararlo con D. Américo; tampoco sabía nada de ello E. Giménez Caballero, quien estuvo con Castro en Marruecos y con quien pude ha­blar este verano pasado; lo más probable es que sea de Tetuán); la otra la recogió una gradúate studentmía cerca de Haifa en 1972.
    P. D. En la colección de Katz no hay ni Dama y pastor ni Villano vil (...). Lo que aquí anuncio te lo envío dentro de unos 10 días, pues Attias ha publicado] otra dama y pastor  y otra partida del esposo de Sarajevo (s. XVIII) muy interesantes. Te lo enviaré todo junto"62.

      Aunque los equipos de trabajo funcionaban, no era posible alcanzar todos los objetivos que me había propuesto, ya que, por otra parte, tenía que atender simultáneamente a la salida de las prensas de varias obras no romancísticas63. De ahí que, a mediados de Marzo de 1974, le escri­biera a Samuel Armistead:

    "Comprenderás que ande mal. El «Proyecto Romancero» me ocupa las mañanas de 8:45 a 3 y no doy a basto. Los tomos avanzan: el Gerineldo II (seguido de La Condesita] está para ir a la imprenta, casi; el Gerineldo I (simple) también cerca del final. La dama y el pastor muy maduro y también el Romancero rústico I (Loba parda + Malcasada del pastor + Yo regruñir). El Conde Niño crece y crece. El Cab[aller]o burlado - Infantina más lento —por estar escri­biendo su tesis la encargada—. Pero tengo que luchar para conseguir la ayuda del Centro de Cálculo de aquí (computadoras) y de IBM... Doy, además, —gratis— un Seminario de Doc­torado (para estudiantes españoles e hispanoamericanos) que, aunque conectado con lo que hago para los californianos, supone media tarde y una mañana...".

      Algunos de los corpora de romances en cuya edición laboraron aquel curso los graduados ca­lifornianos verían la luz en años más o menos próximos64; otros aún esperan turno para tener una forma definitiva.
      Después de mi regreso a La Jolla al comienzo del curso 1974-1975, varios de los graduados becarios permanecieron en la "Cátedra-Seminario" trabajando en la edición de corpora romancísticos; a ellos se habían sumado otros dedicados a ampliar los estudios de análisis textual con ayuda de ordenadores electrónicos que habíamos iniciado en la University of California, San Diego65. Estos becarios de 1974-1975 continuaron su trabajo hasta los últimos días de Agosto, por lo que, no sólo durante una breve estancia en Madrid entre Febrero y Marzo de 1975, sino cuando volví en Junio de 1975, aún tuve la posibilidad de asistir al cierre de sus actividades. Al analizar, para el "Programa de Cooperación Cultural entre España y los Estados Unidos", "en términos de producción", lo realizado en la "Cátedra-Seminario" por los equipos mixtos de la Universidad Complutense y de la "University of California, San Diego", pude presentar el 1 de Diciembre de 1975 unos resultados que, a primera vista, resultaban impresionantes:

    "1. Libros impresos:
    Romancero Tradicional,
VI: Gerineldo y la Infanta, I, 249 pp. Romancero Tradicional, VII: Gerineldo y la Infanta, II, 266 pp.
    2.  Libros en pruebas (últimas)
    Romancero Tradicional,
VIII: Gerineldo y la Condesita, III Romancero Tradicional, IX: Romancero rústico
    3.  Libros de próxima impresión (concluidos)
    El romancero judeo-español en el Archivo Menéndez Pidal (Catálogo-índice de romances y can­ciones),
3 volúmenes.
    Romancero judeo-español de Marruecos de Zarita Nahón. Romancero Tradicional,
X: La Serrana de la Vera y la Gallarda Romancero Tradicional, XI: La dama y el pastor. Romance, villancico, glosas.
    4.  Libros próximos a terminarse:
    Romancero Tradicional,
XII y XIII: La infanta seductora: Aliarda y Florencios; Claraniña y Claros.
    Romancero Tradicional,
XIV y XV: El Conde Niño: Triunfo del Amor sobre la Muerte.
    Romancero Tradicional,
XVI: El veneno de Moriana.
    Romancero Tradicional,
XVII: Romancero de Sansueña.
    Romancero Tradicional,
XVIII: Romances noticiosos de los Reyes Católicos.
    5. Libros en elaboración: Romances bíblicos Vengadoras de su honra El Prisionero y Fontefrida Romances raros novelescos Tres adúlteras del Romancero".

Estos últimos volúmenes "en elaboración" eran la materia de trabajo de un nuevo equipo de becarias que se había incorporado en 1975-1976, y que contaban de nuevo con mi presencia y guía, ya que, en ese nuevo curso se me había nuevamente permitido trasladar mi actividad docente des­de La Jolla a Madrid por un cuatrimestre66, "para preparar el relevo del equipo de becarios del «Pro­grama de Cooperación Cultural» y para atender a los problemas planteados por los trabajos que se realizan en los Laboratorios Humanísticos de la Cátedra-Seminario Menéndez Pida!"67.
      Aparte de la edición de los materiales del "Archivo del Romancero", ya he señalado que en 1974-1975 se había continuado en Madrid el proyecto de análisis textual con ayuda de orde­nadores electrónicos de las más de 600 versiones editadas del romance de La condesita. En esta área de actividad el informe del 1 de Diciembre de 1975 hacía notar:


    "Hasta los últimos días de agosto continuaron trabajando en Madrid las becarias SUZANNE PETERSEN y JEAN HARTMAN. Dificultades en la utilización de los ordenadores del Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid nos obligaron a realizar los Programas más impor­tantes a última hora. Sin embargo, en los últimos días de funcionamiento del Centro se con­siguió llevar a cabo el Programa más complejo, que consistía en la elaboración de una estruc­tura «arquetípica» del romance representativa de cada región española, seguida de la comparación de cada uno de esos «arquetipos» regionales con el conjunto de las versiones de cada provincia y medición de la similitud encontrada y, finalmente, la trasposición de los da­tos a un mapa de España.
    La profesora Petersen presentó un trabajo titulado «Representación cartográfica de datos complejos mediante ordenador» en el «Coloquio sobre Utilización de ordenadores en pro­blemas de lingüística» (Madrid: Universidad Complutense, 21 a 23 de abril de 1975). En ese mismo «Coloquio» leí yo también otro informe titulado: «Análisis electrónico del mecanismo reproductivo de un sistema abierto: el modelo Romancero»"68.

      Aunque la edición de los materiales inéditos que desde tiempo atrás albergaba el "Archivo Me-néndez Pidal / Goyri" constituyera de por sí una tarea de difícil consecución, dados los miles de textos ya reunidos69, la "Cátedra-Seminario Menéndez Pidal" no consideró el "Archivo" como una herencia documental cerrada, sino que se interesó en continuar incrementando la colección con nuevos fondos. El "Primer Coloquio Internacional sobre el Romancero Oral" fue ocasión para que se estrechara mi colaboración con los dos grandes exploradores vivientes de la tradición judeo-española, Samuel G. Armistead y J. H. Silverman. Su colección de romances sefardíes no sólo se estaba incrementando por medio de sus encuestas personales70, sino como consecuencia de su contacto con viejos coleccionistas judeo-españoles de romances y, también, de la prepara­ción de tesis de licenciatura y de doctorado por alumnos universitarios. La publicación de estos materiales "ajenos" preocupaba a los dos maestros y la "Cátedra-Seminario" se prestó a colabo­rar en la incorporación de esos fondos a la bibliografía textual del Romancero. En el informe de 1 de Diciembre de 1975, al tratar de los "libros de próxima impresión", se incluyen ya los cua­tro primeros volúmenes con que la "Cátedra-Seminario" iniciaría, no mucho después, su nueva serie de publicaciones titulada "Fuentes para el Estudio del Romancero: Serie sefardí"71, serie que acogió, en primer lugar, los tres de El romancero judeo-español en el Archivo Menéndez Pidal que venía preparando S. G. Armistead (1978), seguidos de uno en que se daban a conocer los textos reunidos por Zarita Nahón, de Tánger (1977); no mucho después, saldrían nuevos volúmenes con la colección de romances de Oriente recogida por Rina Benmayor en Los Angeles y Seattle (1979) y la recogida en Málaga por Oro Librowicz (1980)72. A causa de este compromiso de apoyo a las nuevas investigaciones sobre la tradición romancística judeo-española, estos textos últi­mamente llegados al "Archivo" vendrían a ver la luz antes que las grandes colecciones de Manri­que de Lara y Benoliel, que sus colectores habían esperado inútilmente ver publicadas en los pri­meros decenios del siglo. Para la impresión de varias de estas nuevas colecciones se pudo contar con ayudas de fundaciones de América (Estados Unidos, Canadá)73.
      Emulando la labor de recogida de romances entre los judeo-españoles emigrados al continen­te americano, otros jóvenes investigadores de los Estados Unidos, en relación discipular con S. G. Armistead, habían emprendido la exploración de la tradición romancística portuguesa entre los emigrantes luso-parlantes al continente americano, principalmente procedentes de las Islas Atlán­ticas. En el descubrimiento de este filón fue pionera Joanne B. Purcell, quien en 1967 recogió 60 versiones de veintitantos romances de los inmigrantes portugueses de San Joaquin Valley, en Ca­lifornia74. Esta experiencia impulsó a Joanne B. Purcell a extender sus investigaciones a las pro­pias islas y al Portugal continental, segura de que allí la tradición estaría más viva que entre los emigrantes. Una beca de la Fulbright-Hays Foundation le permitió realizar encuestas sistemáti­cas, durante 18 meses en los años 1969 y 1970, recorriendo todas las islas de los Archipiélagos portugueses de Açores y Madeira y, en Portugal, áreas del Alto Alentejo, Beira Baixa, Beira Alta y Trás-os-Montes cercanas a la frontera española. En el curso de estas encuestas, logró grabar unas 1.400 versiones de unos 70 romances distintos, resultados espléndidos de los cuales informó cumplidamente en Madrid en el "Coloquio" de 197175. Tras las huellas de Joanne B. Purcell, un hijo de emigrantes azorianos, Manuel da Costa Fontes, bajo la dirección de Arthur Askins, em­prendió en 1970-1972 la sistemática investigación del caudal romancístico transportado a Amé­rica por los emigrantes portugueses y, con el tiempo, llegaría a compilar excelentes colecciones de romances (y relaciones para-romancísticas) cantados en las comunidades portuguesas de "Cali­fornia", "Nova Inglaterra" y "O Canadá"76. Contando con la existencia de estos fondos inéditos, que venían a enriquecer los conocimientos acerca de la rama portuguesa del Romancero, tan des­cuidada por la erudición en Portugal, decidí tratar de poner en marcha en la "Cátedra-Semina­rio Menéndez Pida!" una serie, paralela a la sefardí, de "Fuentes para el estudio del Romancero: Serie luso-brasileira". En una "Memoria breve de las investigaciones realizadas en el trienio 1973-1976", elaborada al final del año académico 1975-1976, di ya noticia de este nuevo proyecto.

Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)

NOTAS

34  Al celebrar, con un improvisado "1er Coloquio Internacional sobre el Romancero en la tradición oral moderna", patrocinado por el Rectorado de la Uni­versidad de Madrid, las nuevas posibilidades de desa­rrollo que a la "Cátedra-Seminario" al fin se le ofrecí­an, hice en 1972 inventario de lo que hasta aquella fecha se había conseguido realizar en unas condicio­nes de extrema precariedad presupuestaria: "La lenta estructuración de la Cátedra Seminario Menéndez Pi­dal y la irregularidad y parsimonia de las subvencio­nes estatales recibidas (en diecisiete años un total de tres millones escasos de pesetas) frenó en años pasados el desarrollo de todas esas actividades [que la orden fundacional de 1954 contemplaba]. El Seminario, primero, y la Cátedra-Seminario, después, concentra­ron sus pocos recursos en la tarea más urgente: la ela­boración de obras de investigación" ("El nuevo pro­grama de la C.S.M.P.", en El Romancero en la. tradición oral. 1er Coloquio Internacional, Ed. Catalán/Armistead, Madrid: Seminario Menéndez Pidal y Rectorado de la Universidad, 1973, p. 13). En efecto, durante esos diecisiete años, "el Seminario Menéndez Pidal logró publicar (además de un folleto conmemo­rativo del Centenario de Ramón Menéndez Pidal) 17 volúmenes en sus series de publicaciones sobre tres campos de actividad: la historiografía medieval, el ro­mancero pan-hispánico y la historia de la lengua es­pañola y sus lenguas o dialectos laterales (leonés y ara­gonés)" (Romancero e Historiografía medieval. Dos campos de la Literatura cultivados en el Seminario Me­néndez Pidal, Madrid: Fundación Ramón Areces y Fundación Ramón Menéndez Pidal, 1989, p. 14).

35 "Cuando el año pasado [recordé el 9-III-1971 a Lapesa desde La Jolla] intervino en nuestro favor Carlos Aguilera, comentó repetidas veces que «nadie desea resucitar muertos» y que, en vez de lamentar la escasa ayuda recibida, era preciso exagerar el apoyo recibido, juntamente con las realizaciones". Este cruel, pero perspicaz, consejo no fue la menor, pero tampoco la única, ayuda prestada a la "Cátedra-Se­minario" por Carlos Aguilera Siller. Sus gestiones en las repetidas crisis por las que había pasado la "Cáte­dra-Seminario Menéndez Pidal" y seguiría pasando a lo largo de los años 70 me haría comentar con Jimena Menéndez Pidal en una de aquellas críticas co­yunturas (30-X-1974): "Vamos a ver si salimos del trance, gracias a lo amable, cariñoso y eficaz que es Aguilera. Sin él, habría muerto varias veces el «Semi­nario»".

36 Rafael Lapesa, tras ser nombrado el 5-XI-1970 Director de la Cátedra-Seminario, trató de que se in­cluyera para ella un presupuesto de investigación en el capítulo de la ayuda americana concertada en el nue­vo convenio sobre las bases militares destinado a la in­vestigación y visitó con este propósito al nuevo Sub­director General de Universidades Fernando Arias Salgado (según me comunicó en carta del 21-XI-1970); por mi parte (30-XI-1970), le sugería que "si nos vernos forzados a vivir autárquicamente, la única forma de autofinanciación sería el simultanear las publicaciones no comerciales y otras que nos ayudaran a crear un capital: ediciones «universitarias», antologías de crítica, etc".

37 Las cartas de apoyo que J. H. Silverman escribió en Mayo de 1970 y Enero de 1971 a R. C. Elliott, chairman del "Department of Literature" de la Uni­versity of California, San Diego, fueron en términos  tan ponderativos, de mi personalidad científica y del proyecto, que prefiero no citarlas.

38 Durante aquel curso en que estuve como profe­sor visitante en la University of California, San Die­go, renuncié a mi posición en Wisconsin y acepté un nuevo puesto permanente en California.

39  "Mi aspiración inicial aquí [le explicaría a Lape­sa el 9-III-1971] ha sido lograr que, como un mínimo, la U[niversity of] C[alifornia] S[an] D[iego] sos­tenga el  equipo  reducido  que hoy existe  en la «C[átedra] S[eminario] M[enéndez] P[idal]», más mis idas a Madrid. El propósito es garantizar que, pase lo que pase con las gestiones realizadas en Madrid, la «CSMP» no se muera". Este objetivo inicial había sido ya logrado mediante la concesión por el "Office of Graduate Studies and Research" (gracias a su Dean Roy H. Pearce) de $ 12.000 como "seed money" (’di­nero seminal’) para la colaboración del futuro "Center for Iberian and Latín American Studies" que íba­mos a crear en La Jolla y la "Cátedra-Seminario" en Madrid; aportación que me había permitido solicitar del "National Endowment for the Humanities" en Washington una ayuda complementaria para el pro­yecto (según notifiqué a Lapesa el 5-II-1971) y soste­ner económicamente a los becarios que no habían de­sertado de la depauperada Cátedra-Seminario.

40 En mi calidad de "Secretario ejecutivo de la Junta ejecutiva permanente de la Cátedra-Seminario Menéndez Pidal de la Universidad de Madrid" el 9-III-1971 remití a Jóse Botella Llusiá un oficio, acompa­ñado de la documentación pertinente, para que "como Presidente del Patronato de Gobierno de la Cátedra-Seminario Menéndez Pidal y como Rector de la Uni­versidad de Madrid, informe al Ministerio de Educa­ción y Ciencia" del estado de las negociaciones por mí realizadas con la University of California, San Diego; la documentación adjunta incluía la "Project description" del plan de colaboración aprobado por el Depar­tamento de Literatura de la University of California, San Diego, junto con un detallado "Plan de trabajos" de los Laboratorios humanísticos. En la carta que anunciaba ese oficio, le argumentaba: "Yo he hecho aquí todo lo que estaba a mi alcance para convencer a las autoridades universitarias (que, naturalmente, no son «hispanistas») del interés de un programa de colaboración semejante. Ahora espero que las autori­dades españolas de quienes depende la existencia eco­nómica de la Cátedra-Seminario Menéndez Pidal permitan a la Cátedra-Seminario gozar de la estabili­dad requerida para lanzarse a cerrar los tratos con la University of California". El Rector Botella remitió fotocopia de lo por mí enviado al Ministro Villar Palasí recordándole que "al fin y al cabo, la iniciativa de la creación de esta Cátedra la tomaste tú. Es una obra tuya". Por mi parte, el 10-III-1971 escribí directa­mente al Ministro Villar Palasí, explicándole los pla­nes. El 21-III-1971 comuniqué, esperanzado, a Lapesa: "El tono de la carta [que me remitió el Rector] me hace pensar que esta vez va de veras". En vista de esa impresión favorable, continué las negociaciones en California, y, el 29-111-1971, pude anunciar al Rector y al Ministro de Educación y Ciencia el pró­ximo envío de una carta oficial sobre el tema por el Canciller del Campus de San Diego. La carta del "Acting Chancellor" Herbert E York al Rector José Botella Llusiá fue, efectivamente, enviada el 5-IV-1971 (de esta carta remití, por mi parte, copia al Mi­nistro Villar Palasí el día 19).

41 La decisión del "Board of Advisors" de "Del Amo Foundation" fue tomada el 21-IV-1971 y co­municada el 28 a R. C. Elliott, Chairman del "De­partment of Literature" de la University of Califor­nia, San Diego. Traduzco el párrafo del inglés. Sólo los $ 20.000 de "Del Amo" dieron peso a la carta que anteriormente había escrito el Acting Chancellor de la University of California, San Diego (Herbert E York), al Rector de la Universidad de Madrid (José Botella Llusiá), el 4 de Abril de 1971, acerca de los planes de creación de un "Center for Iberian and La-tin American Studies" que colaborara estrechamente con la "Cátedra-Seminario Menéndez Pidal" y con "El Colegio de México". Según me escribió Rafael Lapesa (26-V-1971): "Ayer hablé largamente con el Rector de aquí (...). Le pregunté si había contestado la carta que el 5 de abril le dirigió el Acting Chan­cellor de la UCSD; se sorprendió, pidió antece­dentes, y resultó que la carta, recibida a su debido tiempo, estaba todavía sin respuesta. Explicación: el Rector había escrito inmediatamente al Ministro para que éste dotase la Cátedra-Seminario; respuesta evasiva del Ministro; nueva carta del Rector, insis­tiendo; silencio del Ministro (...). Que escribirá in­mediatamente a Mr. York para expresarle la satisfac­ción y buen deseo de la Universidad de Madrid respecto al proyecto. Le hizo efecto el saber que la Fundación del Amo da 20.000 $ para iniciarlo, y me aseguró que haría gestión directa con el Subsecretario (Hochleitner) para que presione (...)". Para esas fe­chas, Botella ya había recibido una carta mía del 17-V-1971 en que le informaba de la ayuda de Del Amo Foundation y otras novedades, a la vez que me que­jaba del silencio español, ya que el 27-V-1971 se apresuró a escribirme: "Su carta del 17 de mayo me produce gran alegría por las magníficas ayudas que está recibiendo allí, al mismo tiempo que me da un poco de vergüenza de que aquí el Ministerio no nos haya ayudado económicamente en los mismos térmi­nos que los americanos lo han hecho. No obstante, toda la documentación que Vd. me envía, me servirá para apoyar más firmemente mis demandas". Cfr. las pp. 3-17 y la n. 19 de El Romancero en la tradición oral moderna. 1er Coloquio Internacional, ed. D. Cata­lán y S. G. Armistead, con la colaboración de A. Sán­chez Romeralo, Madrid: Seminario Menéndez Pidal y Rectorado de la Universidad Complutense, 1973.

42 La "ORU", cuya propuesta oficial fue presenta­da el 13 de Abril de 1971, tardaría algún tiempo en ser reconocida por los Regents de la University of Ca­lifornia; pero, en espera de esa aprobación, el Campus de San Diego inició las actividades del proyectado "Center" y ya el 9-V-1971 la prensa ("San Diego Union Tribune") daba amplia noticia del Centro y sus proyectos. Para el reconocimiento de la "ORU" fue preciso contar con el apoyo del "Educational Abroad Program" de la University of California y, por lo tanto, del profesorado de otros campus. Entre Mayo y Octubre de 1971 la dirección de "EAP" recibió cartas de apoyo a la proyectada colaboración de José Luis Aranguren (20-V), Jorge de Sena (24-V), Antonio Sánchez Romeralo (24-V), Yakov Malkiel (11-VI), Philippe O. Gericke (18-VI), Hugo Rodrí­guez Alcalá (16-X), Ana María Fagundo (19-X) y William W. Maganney (21-X).

43 Con ocasión de la celebración, en la Universidad a Distancia, del "Primer Coloquio Internacional so­bre Romancero Tradicional", subvencionado con los fondos de la Fundación Del Amo.

44  Discurso inaugural del Coloquio Internacional por el Rector J. Botella; puede leerse en El Romance­ro en la tradición oral moderna (1973), p. 5.

45 Ya el 16- VI-1971 el Rector Botella me aseguraba "Yo creo que en cuanto aparezca en el Boletín Oficial el nuevo Decreto de autonomía universitaria no habrá dificultad para colocarlo [se refiere al "Seminario"] en presupuesto" y el 7-VII-1971 (en Junta de Gobierno del Patronato) nos anunció la aprobación por la Uni­versidad de la partida presupuestaria. El 6-IX-1971 re­cibí seguridades verbales del Subdirector General de In­vestigaciones Fernando Arias Salgado, que sólo me confirmaría el 17-XII-1971 ("Debo manifestarle que se encuentra en la actualidad en trámites con el Ministe­rio de Hacienda la concesión de 750.000 ptas. para subvenciones de dicha Cátedra. Asimismo, en el presu­puesto para 1972, pendiente de aprobación, existe una partida de 1.000.000 de pesetas con destino a la Cáte­dra que nos ocupa"). Y el 27-XII-1971 Carlos Aguilera me dio noticia de que "Por una parte el Ministerio ha dado 250.000 ptas. de subvención y, por otra, ya se ha incluido en el presupuesto ordinario de la Universidad Complutense para 1971 (que entró en el Ministerio, en su última redacción, a primeros de Diciembre)".

46  Resultado de esa   labor proselitista fue la cola­boración de J. Snow en la preparación del corpus de La dama y el pastor, reconocida en RTLH, X (1977-1978), p. 9.

47 Las tareas universitarias se vieron aquel semestre académico grandemente afectadas por una huelga de los teaching assistants de la University of California, por las protestas estudiantiles tras la invasión ameri­cana de Camboya y la toma del Campus de Madison por las tanquetas de la Guardia Nacional. Esos suce­sos me llevaron a aceptar la elaboración de un traba­jo colectivo bajo mi dirección como acreditación de aquel curso académico.

48  Carol Brown, Nancy Decker, Shirley Eaton y Suzanne Petersen.

49 Véase S. Petersen, "Cambios estructurales en el Romancero tradicional", en El Romancero en la tradi­ción oral moderna (1973), pp. 167-179.

50 Que se reflejó en el trabajo: D. Catalán, con la co­laboración de T. Catarella, "El romance tradicional, un sistema abierto", publicado en El Romancero en la tra­dición oral moderna (1973), pp. 181-205. Véase, me­jor, ahora el capítulo III de mi Arte poética del Roman­cero oral, I, Madrid: Siglo XXI, 1997, pp. 89-110.

51  D. Catalán, "Hacia una Poética del Romancero oral moderno", comunicación al IV Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, Salamanca (agosto-septiembre), 1971, cuyas Actas sólo se publica­rían en 1982. En la elaboración del proyecto colabo­raron Teresa Catarella, Teresa Meléndez y Suzanne Petersen.

52  Según anuncié al final del trabajo "La creación tradicional en la crítica reciente", incluido en El Ro­mancero en la tradición oral moderna (1973), pp. 153-165; véase ahora D. Catalán, Arte poética del Roman­cero oral I, Madrid: Siglo XXI, 1997, p. 77.

53  Desarrollado con un Research Grant del Senado Académico de la University of California, San Diego, 1971-72 y 1972-73.

54 Los resultados de ese análisis literario merecieron en 1973 uno de los premios del American Council of Learned Societies, New York, por la experimentación en el empleo de ordenadores electrónicos como ayu­da a la investigación de las Humanidades. Pueden verse reflejados en D. Catalán, "Análisis de la crea­ción poética oral. El Programa Romancero en el Computer Center de UCSD", en Homenaje a la me­moria de Don Antonio Rodríguez Moñino 1910-1970, Madrid: Castalia, 1975, pp. 157-195 y, mejor, ahora en el cap. IV, "Poética y mecanismo reproductivo de un romance. Análisis electrónico", de Arte poética del Romancero oral, I, Madrid: Siglo XXI, 1997, pp. 111-142; así como en S. Petersen, "El mecanismo de la variación en la poesía de transmisión oral: estudio de 612 versiones del romance de La condesita con ayuda de un ordenador", Ph. D. diss., University of Cali­fornia, Madison, 1976.

55   El Romancero en la tradición oral moderna (1973), pp. 7-17.

56  No obstante, ya en 1971-72 en el "Laboratorio de Poesía Oral y Romancero" participaron dos doc­torandos, Suzanne Petersen (Wisconsin) y Jane Aiko Yokoyama (Santa Barbara) y tres graduados, Teresa Catarella (San Diego), Joanne Purcell y Selma Mar-garetten (Los Angeles), según se hizo constar en el in­forme final a Del Amo Foundation, y en 1972-1973 colaboraron conmigo en proyectos sobre el Roman­cero los estudiantes graduados Suzanne Petersen (Wisconsin), Teresa Meléndez Hayes, Teresa Catare­lla y Francisco Romero (San Diego), así como una es­tudiante, Marguerite Mizrahi Georges (también de San Diego). La estancia de S. G. Armistead en Ma­drid, trabajando en el Archivo del Romancero, hizo, además, posible que colaborara muy activamente conmigo, alejado de él, en la preparación de la ver­sión escrita del Primer Coloquio (obra citada en la n. 55), que supuso una ampliación muy notable respec­to a la versión oral del mismo y que vendría así a po­ner las bases de una reactivación de la cooperación internacional entre los estudiosos de las más diversas ramas de la tradición pan-hispánica, que daría sus frutos en años sucesivos.

57 Sólo así se aprobó que pudiera trasladar mis fun­ciones de profesor en la University of California, San Diego, a Madrid "durante el curso 1973-74 y du­rante uno de cada tres cursos (según el Long-Term arrangement) ", conforme le expliqué a Rafael Lapesa en carta del 6-VI-1972. En esa carta le anunciaba mi decisión de no ir ese verano a España: "El curso está dando las boqueadas. ¡Qué felicidad! Nunca he lle­gado con tan pocos ánimos a un verano. De resultas, no me he atrevido a ir a España. Creo que no resis­tiría el repetir la experiencia de los años pasados. Ne­cesito un descanso (...). No puedo más". Para conse­guir resucitar un muerto (la "Cátedra-Seminario Menéndez Pidal" o CSMP), había tenido aquel año que gestar una nueva criatura en tierras ajenas (el "Center for Iberian and Latin American Studies" o CILAS) y el pequeño monstruo, antes de ver la luz, había crecido en el seno materno (la University of California) de tal forma que amenazaba engullirnos a todos. En aquel curso quedé, en efecto, agotado al haber tenido que batallar, en mi inglés comanche, con los sucesivos Chancellors de UCSD (H. F. York, W. D. McElroy), con los restantes miembros del official committee nombrado para organizar CILAS (Guillermo Céspedes, Claudio Guillen, Gabriel Jackson), con ejecutivos de la "Copley Press" en San Diego, con representantes del capital privado de San Diego (que fueron invitados a una cena por el Chancellor para presentarles el proyecto CILAS), con el "Salk Institute", con el Associate Directoral "Education Abroad Program" de la University of California (J. Fulco), y, además, redactar un amplio proyecto para buscar el apoyo del "National Endowment for the Humanities" en Washington, con la sola ayuda del Chairman del "Department of Literature" (R. C. Elliott) y del Dean de la "Gradúate School" (R. H. Pearce), entusiastas promovedores de mis planes. Por otra parte, había tratado, simultáneamente, de in­fluir, a distancia, en la vertiente española de la nego­ciación (Director de la CSMP, Rector de la Universi­dad de Madrid, Ministro de Educación Nacional, Director y Secretario General del Instituto de Cultu­ra Hispánica, Subsecretario de Relaciones Cultura­les, etc.).

58 Cuatro del "Program of Cultural Cooperation between the United States of America and Spain" (Teresa Catarella, Kathleen D. Lamb, Teresa Meléndez Hayes,, Margarita Pazmany), cuatro de "Del Amo Foundation" (Robert Nelson, Etienne Phipps, Francisco Romero, Marc J. Zimmerman) y dos del Instituto de Cultura Hispánica (Teresa González Lee, Ileana Rodríguez).

59 Jesús Antonio Cid, Paloma Montero y Ana Va­lenciano.

60 Según el Informe ("Progress of the Program") re­mitido el 29-XI-1973 a Ramón Bela, "Executive Di­rector" de la "Commission for Educational Exchange between the United States of America and Spain". Traduzco del inglés.

61  En La Torre, LXX-LXXI (Oct. 1970 a Mar. 1971), pp. 51-73 hice ya constar: "Una primera muestra de las ventajas que se derivan de buscar la cooperación de especialistas ajenos a la Cátedra-Se­minario será el volumen del Romancero tradicional dedicado a los Romances judeo-españoles de origen griego, que están preparando S. G. Armistead y J. H. Silverman. Otro volumen del Romancero tradicional va a estar a cargo de A. Sánchez Romeralo" (p. 68). Antonio Sánchez Romeralo estuvo en la Universidad Complutense de Madrid durante los cursos 1973-74 como Subdirector y 1974-75 como Director del pro­grama de la "University of California Abroad".

62 El 20-II-1974 me escribía, asimismo: "Aquí está Mrs. Purcell trabajando con mis libros. De unas transcripciones que hace tiempo me envió de su co­lección hemos apartado algunos textos de Las 3 co­madres, La mujer del pastor, Gerineldo, Conde Olinos y La infantina - Cab[allero] burlado, para que haya, por lo menos, alguna representación de sus encues­tas. También hay alguna Noiva arraiana (Navegan­te) para Ana (t[omo] VI). En cuanto pueda, te los envío para que se ocupen los ed[itore]s de los varios tomos. Ya van tres envíos de Gerineldos a A. Cid; no pierdo de vista a Olinos, Cab[allero] burlado, y rom[ance] s rústicos de nuestras colecciones sefardí y peninsular".

63 Sobre las crónicas de al-Razī ("el moro Rasis") y de Alfonso XI y la versión española de Lingüística ibe­ro-románica.

64 La colaboración de los estudiantes graduados en la preparación de los corpora documentales de los vo­lúmenes VIII, IX, X y XI del RTLH se reconoce, en portada, en esos romanceros.

65 En 1974-1975 la ayuda del "Program of Cultural Cooperation between the United States of America and Spain" permitió la presencia en la "Cátedra-Semi­nario" de un Assistant-Professor (Suzanne Petersen, de la University of Washington) y de un Programador de Computadoras (Jean Hartman), para continuar, en el "Centro de Cálculo" de la Universidad Complutense, el "programa" de estudio, con ayuda de ordenadores electrónicos, de la variación textual del romance de La condesita (iniciado en La Jolla), y de tres graduadas (Teresa Catarella, Margarita Pazmany y Jane Aiko Yokoyama), que trabajaron en la edición de las versiones de El veneno de Mariana, Romances noticiosos de los Re­yes Católicos, Romancero de Sansueña y La infanta se­ductora. Durante aquel curso, seguí intentando conso­lidar la situación del personal investigador de la "Cátedra-Seminario" con la ayuda de Carlos Aguilera Siller, por entonces Director del Gabinete Técnico de la Subsecretaría del Ministerio de Educación, siendo Federico Mayor Zaragoza el Subsecretario.

66  Gracias al firme apoyo del nuevo chairman del "Department of Literature", Joseph Sommers, y a pe­sar de las reservas del Vice-Chancellor of Academic Affairs, Paul Saltman (según comprueba una carta del 5-VI-1975).

67 Según explica el "Informe de la Cátedra-Semina­rio Menéndez Pida!" que redacté el 1-XII-1975 para el "Programa de Cooperación Cultural entre España y los Estados Unidos". En él se detalla la actividad de los becarios del curso anterior 1974-1975 dedicados a la edición de los fondos romancísticos del "Archivo" (Teresa Catarella, Margarita Pazmany y Jane A. Yokoyama) y se da noticia de que las nuevas becarias de 1975-1976 (Marguerite [Mizrahi] Morton, Cinthia Brown y Sandra Robertson) elaboraban nuevos volú­menes sobre Romances de tema, bíblico, Vengadoras de su honra y El Prisionero y Fontefrida. En el transcurso del año, Janet Falk substituiría a C. Brown como becaria, encargándose de un nuevo corpus constituido por un conjunto de Romances raros novelescos.

68 Trabajos publicados en el libro Utilización de or­denadores en problemas de lingüística (= Revista de la Universidad Complutense, XXV, n° 102, marzo-abril 1976), Madrid, 1976, pp. 205-219 y 55-77, respec­tivamente. S. Petersen continuó en Madison (Wis-consin) el trabajo emprendido en Madrid, allí pudo adaptar el "READ Mapping System" desarrollado en el "Department of Landscape Architecture" del esta­do de Wisconsin, ideado para el trazado de carrete­ras, a la representación cartográfica de combinacio­nes de variantes poéticas en las versiones del romance de La condesita analizadas individualmente y con­frontadas por provincias. Los resultados aparecen re­cogidos en S. Petersen, "Computer-generated maps of narrative affinity" en El Romancero hoy, II: Poética, ed. D. Catalán et al, Madrid: Cátedra-Seminario Me­néndez Pidal de la UCM, CILAS de UC-San Diego y UC-Davis, 1979, pp. 107-228 (con 22 mapas).

69 Tanto por la dificultad de completar la compila­ción y edición de los múltiples volúmenes requeridos para darla a conocer en su integridad, como por el coste de tan magna obra. Sólo muy ocasionalmente, se obtuvieron ayudas del capital privado para la edi­ción de alguno de los tomos: la "Fundación Univer­sitaria Española" apoyó, mediante unas "becas", la de los dos volúmenes de La Dama y el Pastor. Romance, villancico, glosas, ed. por D. Catalán, preparada por K. Lamb y E. Phipps, con la colaboración de J. Snow y B. Mariscal de Rhett y revisión de J. A. Cid (RTLH, vols. X y XI).

70  Como ejemplo de ese continuado crecimiento valga la cita de una de sus cartas., del 23-II-1971: "Hace unos días entrevistamos, Katz y yo, a Rachel Tarragano de 83 años de Chanakkale (Turquía) en N[ew] Y[ork] y nos dio una porción de cosas: Bernal Francés, El duque de Gandía, David y Absalón, Don Bueso, Andarleto, un fragmento miserable de la Can­ción del huérfano y otro algo mejor de La vuelta del hijo maldecido, Choza del desesperado y otras muchas cosas bien cantadas y buenos textos".

71  Colección editada por D. Catalán, S. G. Armis­tead, J. H. Silverman y J. M. Hassán.

72  Romances judeo-españoles de Tánger recogidos por Zarita Nahón. Ed. crítica y anotada por S. G. Armis­tead y J. H. Silverman, con la colaboración de O. Anahory Librowicz. Transcripciones musicales de I. J. Katz, Madrid: Cátedra Seminario Menéndez Pidal, 1977; R. Benmayor, Romances judeo-españoles de Oriente. Nueva recolección, transcripciones musicales de J. H. Mauleón , Madrid: Cátedra Seminario Me­néndez Pidal, 1979; O. Anahory Librowicz, Florile­gio de romances sefardíes de la Diáspora (una colección malagueña), Madrid: Cátedra Seminario Menéndez Pidal, 1980.

73 La colección de Zarita Nahón fue publicada con la ayuda de la Alexander Kohut Memorial Founda­tion of the American Academy for Jewish Research; la de Oro Librowicz recibió una subvención de la Canadian Federation for the Humanities.

74 J. B. Purcell, "Portuguese traditional ballads from California" (Junio, 1968), tesina preparada bajo la dirección de S. G. Armistead.

75 Véase atrás, lam. X, y adelante, n. 77.

76 En Setiembre de 1962 le conoció Joanne B. Pur­cell, quien en la versión impresa del Primer coloquio internacional sobre el Romancero (1973), p. 56, n. 3, informó de que Manuel Bráulio da Costa Fontes "tem feito (1970-72) urna magnífica recolha (197 textos; mais de 40 temas tradicionais) entre os imigrantes açorianos na California".

LÁMINAS

La colaboración de CILAS (Center for Iberian and Latín American Studies), una "Organized Research Unit" de la Universidad de California en el campus de San Diego, con el Seminario Menéndez Pidal dio un gran impulso a las investigaciones sobre el romancero oral en España.
La portada reproduce el primer mapa esquemático (de los exploradores españoles) de la bahía de San Die­go
(California).

En el "Primer Coloquio" (1971) las encuestas de profesores americanos grabadas en cinta magne­tofónica en las comunidades sefardíes sobrevivientes tras la Segunda Guerra Mundial y en las Islas Atlánticas portuguesas mostraron la posibilidad e importancia de seguir explorando la tradición viva del romancero pan-hispánico. 

Dos informantes de S. G. Armistead y J. H. Silverman: una sefardí de Tetuán (Marruecos), Luna Elaluf de Farsche (1962) y otra de Brooklyn, New York, Sarah Nehamá (1959).

 

Informantes de Ribeira dajanela (Madeira) de J. B. Purcell (3-V-1970). En el canto de romances, mientras bor­dan, se unen las voces de tres generaciones.

María Pimentel Facha, in­formante de J. B. Purcell en Montejo, Ilha das Flores (Acores). 8-I-1969.

Otra novedad del "Primer Coloquio"fue el análisis literario de los textos "abiertos" del Romance­ro con ayuda de ordenadores. El American Council of Learned Societies (New York) concedió uno de sus premios a D. Catalán y S. Petersen por la experimentación en el empleo de ordenadores electró­nicos en las investigaciones de Humanidades.



Hubo que perforar los códigos analíticos en 34.233 tarjetas como ésta, referentes a otros tantos octosílabos que constaban las 612 versiones de La Condesita que comparábamos entre sí.

Muestra de uno de los análisis literarios realizados con ayuda del ordenador: La variación en el verso arquetipo 44 519 21 (Tomado de la reedición en Arte poética I, de un estudio de D. Catalán de 1975).

 

En 1972 la prensa del Sur de California informó extensamente acerca de los proyectos del "Center for Iberian and Latin American Studies" y de su programa con la "Cátedra-Seminario Menéndez Pidal" en Madrid.


En medios universitarios americanos se seguía con interés la renovada confrontación entre el Go­bierno de Franco y los universitarios madrileños que dio lugar a medidas de endurecimiento en la política "cultural" del régimen. El "International Menéndez Pidal Program in Madrid" de la Uni­versidad de California tuvo que posponerse hasta 1973-74.


Fragmentos de una crónica procedente del "Times Higher Educational Supplement" (Londres) reproducida en "The Chronicle of Higher Education" (2-X-1972), y nota de R. H. Pearce, Dean of Graduste Studies and Research en la University of California, San Diego, en que me remite el recorte, preguntando: "Significance for CSMP-CILAS development?" (10-XI-1972).

La casa de la Cuesta del Zarzal en el "olivar de Chamartín", incorporada al casco urbano de Madrid, islote verde "within the spreading urban jumble of Madrid’s Chamartin section" (foto Carlos Tarancón).


Reportaje del "International Herald Tribune" (16-IV-1974) acerca de "Una empresa de salvamento de los cantos tradicionales de España", en que se comenta la presencia en "Chamartín" de los equipos mixtos de jóvenes investigadores españoles y americanos que colaboraban en esa empresa.

Una de las salas de trabajo en la casa de Jimena Menéndez Pidal donde en 1973-74 se investigaba sobre el Romancero. (Foto Santiago Gutiérrez del Arroyo).

 

Los vols. X y XI del Romancero tradicional de las lenguas hispánicas fueron dedicados al tema de La Dama y el Pastor.

Ejemplos tomados del estudio de "geografía folklórica" con ordenador de S. Petersen. Los mapas, referentes al romance de La condesita estudiado en 600 versiones, reflejan (por medio de una mayor o menor negrura en los símbolos) la mayor o menor afinidad textual entre una versión elegida y to­das las versiones del romance autónomo (no precedido de GerineldqA agrupadas por provincias. Los dos ejemplos aquí elegidos muestran cómo las zonas de máxima afinidad tienden a formar una man­cha, sea en el Sur, sea en el N. O. de acuerdo con el origen de la versión (real o arquetípica) compa­rada (las provincias en que el  corpus no contenía textos autónomos van en blanco para que no se las tenga en cuenta). Tanto la comparación, octosílabo tras octosílabo, como la representación cartográ­fica son obra del ordena­dor (a partir del input, formado por todos los oc­tosílabos codificados) con­venientemente instruido para poder realizar las operaciones.
Comparación, con todas las versiones del
corpus, de una versión sevillana (la n° 024).


Comparación, con todas las versiones del corpus, del texto representativo de la re­gión "Cantabria + Asturias + NO de Galicia’ elaborado por el ordenador eligiendo los octosílabos- "arquetipo" mayoritarios en la región (al con­frontar entre sí todas las ver­siones pertenecientes a ella).

      

 

 

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