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ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908.

8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908. II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO.

      Aquel año de 1905 la trabajosa "caza" o "pesca" de textos romancísticos, de que repetida­mente se nos venía hablando por los coleccionistas, empezaba a convertirse en "cosecha", según un nuevo símil basado en los resultados ahora logrados. Aparte de obtener nuevos textos en Ma­drid196, desde El Paular, el matrimonio Menéndez Pidal/Goyri cruzó en Setiembre la Sierra, por Somosierra, y visitó Riaza y Sepúlveda. El resultado de su estancia en aquellos lugares sego-vianos fue para ellos sorprendente, pues consiguieron 38 romances religiosos y 17 profanos en Sepúlveda, y 63 religiosos y 62 profanos en Riaza. ¡180 textos de una sola vez!197

      Por entonces, Menéndez Pidal había logrado transmitir su interés por el Romancero a algu­nos de sus alumnos universitarios.

      En las Navidades de 1905, Tomás Navarro Tomás recogió en su patria chica de La Roda (Al­bacete) catorce versiones de romances198. Allí se cantaban, especialmente, cuando las mujeres deshojaban reunidas alrededor de una mesa la rosa del azafrán199. En las siguientes Navidades ("1906. Nochebuena"), Navarro proporcionaba a Menéndez Pidal cuatro versiones de Alican­te200, y en las de 1907 extendía su área de encuestas, coleccionando cinco en La Roda, diecisie­te versiones en Barrax y tres en Lezuza (Albacete)201.

      Habiéndose entrenado, gracias a sus encuestas manchegas, en el arte de la recolección de tex­tos de tradición oral, Navarro Tomás, al ser pensionado por la recién creada Junta para Amplia­ción de Estudios para explorar desde un punto de vista lingüístico los fondos medievales loca­les del Alto Aragón y las hablas vivas que conservaban más o menos restos del antiguo aragonés, también llevó el encargo de Menéndez Pidal de recoger allí romances. Navarro tuvo entonces que viajar de pueblo en pueblo afrontando las dificultades de acceso a ellos:

      "En Biescas estuve detenido por causa de las lluvias hasta hace cuatro días —escribía a Me­néndez Pidal desde Ainsa el 1° de Noviembre de 1907— menos mal que encontré gente a propósito y pude aprovechar el tiempo entre el lenguage vulgar y los romances, aparte de los pergaminos municipales (...). En cuanto cesó de llover salí para Olivan y en esta dirección, caminando hacia Boltaña, recorrí varios lugarejos. No creía encontrar tanto lenguage aragonés como aún se conserva por esta parte de la montaña (...). Desde Boltaña he bajado a Ain­sa, donde me encuentro (...). Mañana, de madrugada, pienso salir para Alquézar (...), a don­de no sé si podré llegar antes de la noche, pues según me dicen hay más de 10 horas de ca­mino y gran parte de él á caballo (...)".202

Navarro reunió, así y todo, una magnífica colección de 31 versiones de 28 temas romancísticos en el Alto Aragón, oídos en Atares, Biescas, Banaguas, Larrés, Avena, Araguas y Ainsa (Huesca)203. Aquellas Navidades de 1907 Navarro recogió además cuatro romances en Torrejoncillo del Rey (Cuenca) y una versión alicantina204.

      Otro pensionado de la Junta para Ampliación de Estudios, Agustín Blánquez Fraile, encar­gado de explorar dialectalmente el área meridional del dominio lingüístico leonés, recorrió ese año de 1907 el SO. de León y el O. de Zamora205; al mismo tiempo, recogió romances: cinco en La Bañeza (León) y en Zamora unos 40 en Alcañices, Cervantes, Puebla de Sanabria, Fuentesaúco, etc.; posteriormente, consiguió varios de Cerdillo206. Por otra parte, a la colaboración de Blánquez se debe, asimismo, la presencia en el Archivo de versiones cuyo colector se identi­fica como "alumno Blánquez" (y posiblemente ese "alumno" sea el propio Agustín Blánquez, en cuanto alumno universitario de Menéndez Pidal, y no un alumno de Blánquez de la segunda enseñanza); son once versiones de Cantalejo (Segovia) recogidas en 1907207. Al año siguiente, 1908, además de una versión suelta, no inventariada, se incorporaron al Archivo del Romance­ro otras tres versiones de Cantalejo, más dos de Casia, que, según anotó Menéndez Pidal sobre alguna de ellas, proceden de la colección de Blánquez208.

        El interés de Ramón Menéndez Pidal por el "Dialecto leonés" le puso en relación con Caye­tano Álvarez Bardón, Primer Teniente de Infantería209, quien en carta sin fecha c. Julio de 1908 le hizo saber, entre otros asuntos:

    "Respecto de los romances, seguiré recogiendo210 lo que pueda y, por si puede serle útil la noticia, le diré que hay aquí un señor profesor del Seminario —Don José González— que se­gún me dicen tiene una colección muy buena de romances que piensa publicar; son todos le­oneses. No me atrevo a decirle nada por saber como le digo que piensa publicarlos. Cuando esto suceda, procuraré adquirir un ejemplar y se lo remitiré, si es que antes por otro medio no ha llegado a entenderse con el dicho señor".

Ramón Menéndez Pidal se apresuró a "entenderse con dicho señor", ya que sobre la carta ano­tó de su mano: "le escribo 29 Jul[io], 1908", refiriéndose a González. José González, presbítero del Seminario de León, se prestó, desde un principio, a complacer a Menéndez Pidal. En carta del 2 de Noviembre de 1908 le decía:

    "Ya será tiempo de que yo empieze a cumplir alguna de las promesas que he hecho a V. Ahí van 35 romances, parte de la recolección que ofrecí a V. (...)";

proceden todos ellos, según el colector, de

"una región recogida, que es, acaso, de las más cultas de España, ya que es raro tropezar con una mujer que no sepa leer, escribir y hablar con relativa corrección",

región constituida por los lugares de Lois, Crémenes, Villayandre, Arzobejo, Corniero y Alejo, en el NE de León, donde anotó trece, nueve, seis, dos, una y dos versiones, respectivamente, que remitió efectivamente a Menéndez Pidal. Se trataba de una muy buena colección, como la habían valorado los informantes de Alvarez Bardón211.

      También resultado de la prédica de Menéndez Pidal a sus alumnos universitarios son otras dos colecciones de valor desigual. José de Saavedra y Dorronzoro212 obtuvo el envío en 1906 por parte de Pedro Llinás de la primera colección de Badajoz conseguida por Menéndez Pidal, con seis versiones inéditas de San Vicente de Alcántara y Valencia de Alcántara213 y alguna otra del romancero ciudadano de niñas214. Otro alumno de Menéndez Pidal, burgales, Matías Martínez Burgos, hizo una buena recolección personal, en 1908 o 1909, en Los Balbases (3 versiones), Revilla del Campo (7 versiones), San Martín de Humada (16 versiones) y Rioparaíso (4 versio­nes), en el Norte de Burgos215, ya que entre esos treinta romances los hay de temática menos co­mún que la usual en las recolecciones de la época (Nacimiento de Montesinos, El sacrificio de Isa­ac, Adriana o La calumnia de la reina, Bernal Francés, etc.)216.

      Por aquellos años contó Menéndez Pidal con aportaciones a su colección de otras personas de su entorno.

      Manrique de Lara, en sus diversos viajes por la Península, recogió aquí y allá romances. En el verano de 1907, a sus cuarenta y tres años de edad, el capitán de Infantería de Marina y repu­tado compositor musical se sentía muy satisfecho de la colección (literaria y musical) de ro­mances que había logrado reunir mediante "semejante trabajo de investigación"217, trabajo que 

"obliga a ponerse en contacto con las personas más indigentes y de menos cultura, únicas que en todos los países son fieles depositarios de la tradición oral, y a vencer, a fuerza de dá­divas y paciencia, su innata desconfianza y su resistencia a revelar el tesoro conservado en su memoria".

      El 11 de Agosto de ese año decía haber logrado recoger romances "en Madrid, Santander, Bur­gos, Navarra, Avila, Cáceres, Granada, Albacete y Murcia". Algunos de sus textos no podemos fecharlos con exactitud: es el caso de dos versiones (de Gerineldo y de La condesita) recogidas en Granada (antes, desde luego, de 1907). Muchas son de 1906: ocho de Villanueva de la Serena (Badajoz); siete de Mazarambroz y tres de Madridejos (Toledo); ocho de Madrid; catorce de Hu­mada (Burgos), todas catorce dichas por una joven de 17 años procedente de Villamartín de Vi­lladiego218; tres de Viana (Estella, Navarra)219. En 1908 entrevistó a una joven de 20 años na­tural de Vega de los Viejos (Babia, León) que poseía un extraordinario repertorio de 23 temas220. También posteriores a 1906 y anteriores a 1909 son otras versiones de Cartagena yTotana (Mur­cia), y de Mesones (Albacete).

      Anteriores, al parecer, a la incursión de Manrique de Lara en Navarra, son un conjunto de versiones recogidas en Pamplona (y quizá también de pamplónicas residentes en Madrid) por Modesto Lecumberri. En total 17 versiones, en su mayoría del Romancero de niñas, pero con alguna notable excepción (Adriana, Bernal Francés). También de Pamplona son dos versiones de romances religiosos remitidas por Modesto Lafuente221.

      En el año de 1906 Menéndez Pidal logró que su amigo de años mozos José Ramón Lomba y Pedraja, con el que había compartido aficiones literarias y campestres desde 1890, consintie­ra en recoger para él romances desde su residencia en Gajano (Cantabria). Gracias a su colabo­ración se incorporaron a la colección pidalina las primeras versiones de Cantabria222. Nada me­nos que 65 textos223. Sabemos que durante el verano de ese año, estando en plena labor colectora, Menéndez Pidal le ofreció su fonógrafo para coleccionar las melodías224, y que, en efecto, llegó a utilizarlo, pues Manrique de Lara transcribió algunas de las grabaciones musica­les por Lomba recogidas. Allí en Cantabria, Lomba halló a un portador de tradición de Ciudad Rodrigo (Salamanca) del cual anotó siete versiones y un fragmento225.

      Al año siguiente, José Ramón Lomba hacía referencia a su anterior contribución romancística, al tiempo que retrataba sin piedad a su amigo, obsesionado con la filología, en dos cartas antológicas:

    "Tengo a la vista tu carta escrita desde El Paular, muy sabrosa y que tiene hasta fecha (...). Está bien que invitándome a volver a Madrid me hables de nuestras antiguas sesiones litera­rias a campo traviesa. De nada me acuerdo con tanto gusto como de ello; pero no me queda ni la menor esperanza de renovarlas jamás. Tú mismo, a lo que comprendo, te haces ilusio­nes acerca de ti mismo y no sabes el poder inmenso de tu propio egoísmo, de ese monstruo que has estado alimentando años y años y que hoy es mucho más fuerte que tú. Es un gran animal, voraz y lóbrego, que lo convierte todo en filología, cuanto toca, y te convertirá a ti mismo en códice o en cantar de gesta. Yo te miro ya como a un pájaro encantado metido en una jaula hechizada que canta canciones incomprensibles de edades remotas. Sólo te desen­cantarás para morir. Por eso, cuando me hablas de renovar nuestras antiguas pláticas, me ha­ces sonreír tristemente (...). No he cumplido aún mi propósito de recoger los romances de Liébana y Cabuérniga. Estos son para mí tiempos de gran sujeción y, a pesar de mi deseo, no he podido salir 15 días de aquí para eso ni para nada. Espero que vendrán días de más liber­tad, que me consentirán realizar esas inocentes colectas de romances que no son ofensivas para nadie y en que no espero dificultades. Por cierto que no me has dicho si el capellán de mis monjas de Sobremazas te hizo entrega de algunos romances que aún tenía aquí para ti y que le entregué a él para que te los diera. Todavía me quedó aquí uno, que te remitiré cualquier día (ahora no doy con él, no sé por qué)", Gajano 12-XI-1907.

En la segunda carta, del 20 de Noviembre, puntualizaba:

    "Cuando entre nosotros se habla de tu egoísmo, bien sabemos los dos lo que decimos, im­portando muy poco la propiedad de la palabra. Así que tú eres un egoísta, esto pasa ya en au­toridad de cosa juzgada y me asombra que ahora candorosamente hagas protestas de altruis­mo, que juzgo un poco ridiculas. También confesarás que te has pasado la vida lamentando —como haces ahora— el tiempo que robas a tus estudios. 48 horas que el día tuviera te pa­recerían pocas. Conforme. Así te conocí siempre. Por semejante glotonería, unas veces me causas admiración, otras envidia y otras lástima, pero no dudes que romance que esté a mi al­cance tomará el camino de tu casa. Esto es aparte".

      La publicación por Narciso Alonso Cortés en 1906 de una nutrida colección de Romances Po­pulares de Castilla226, con cerca de un centenar de textos procedentes de las provincias de Bur­gos y Palencia ponía, por entonces, en manos de la erudición una primera muestra de la rique­za inédita del Romancero castellano. Cortés envió a Menéndez Pidal las pocas versiones que poseía de Cantabria (un total de 3 procedentes de Meruelo y de Arnuero), que no había inclui­do en esa obra227; también le remitió cinco textos castellanos (3 de San Juan del Arroyo, Valladolid, y los otros 2 de Población de Campos y Villota del Duque, Palencia)228.

      Los contactos epistolares que Menéndez Pidal había ido estableciendo con eruditos regiona­les de Extremadura y Salamanca le permitieron enriquecer su colección romancística de esa par­te de la Península con nuevas aportaciones.

     García-Plata consideraba prácticamente agotado el repertorio de Alcuéscar, por lo que en 1906 se preocupó de poner en manos de Menéndez Pidal versiones de romances de carácter re­ligioso obtenidas de pasajeros: "un muchacho mendingante de quince años, llamado Agustín Suárez y natural de Salvaleón, prov[inci]a de Badajoz" le proporcionó tres versiones y "un pela­dor de alcornoques" de Montánchez otra229. También anotó otro romance religioso de una niña mendicante de 8 años natural de Peleas-Gonzalo (Zamora)230.

      A la insistencia de García-Plata se debe que el teósofo Mario Roso de Luna llegara a remitir a Menéndez Pidal directamente alguna versión más de Miajadas, aparte de las entregadas por el propio García-Plata231. Es posible que por estas fechas Menéndez Pidal recibiera de Miguel de Unamuno el envío de una referencia a cómo se celebraba en Almoharín (Cáceres) la Nochebue­na cantando romances y otras coplas líricas:

    "Se acompañan con un tambor destemplado, por uno solo y el pueblo repite en coro lo que el primero canta. Al entrar cantando, le animan con ¡ea!¡ju!, etc. La noche de Nochebuena can­tan al ir a la iglesia, al marchar de la fiesta, al ir a casa del cura y al marchar, y al alcalde".

Curiosamente, junto a temas navideños, cantaban (al igual que en Albalá), La bella en misa232.

     
El doble interés de Menéndez Pidal por las hablas locales extremeñas y por el Romancero le hizo mantener correspondencia muy útil con otros dos eruditos extremeños cuya área de activi­dad se restringe, respectivamente, a Torrejoncillo y a Casas de Millán, en Cáceres: el médico Je­naro Ramos Hernández y Gerardo Jaime Núñez. Gracias a sus envíos Menéndez Pidal reunió 20 versiones de Torrejoncillo (1905, 1906, 1907)233 y 28 de Casas de Millán (1906, 1907)234.

      De Villavieja (Salamanca) Casimiro Martín Robles remitió, entre Octubre y Noviembre de 1906, seis versiones; y en ese año Menéndez Pidal recibió otras tres de Ciudad Rodrigo235.

      En 1907 la exigua colección andaluza de Menéndez Pidal se incrementó con un par de ver­siones de Ronda, proporcionadas por Fernando del Río, y en 1908 con seis versiones tradicio­nales (y otra de procedencia culta) recogidas en Granada por Manuel Gómez Moreno, compa­ñero de Menéndez Pidal en la Junta para Ampliación de Estudios.

      No puedo situar en el tiempo la recepción por Menéndez Pidal de un cuaderno de hojas suel­tas manuscrito titulado "Folk-lore Balear", firmado por Josep Massot [i Planes]. Los romances catalanes que incluye ("A la ciudat de Napols", Don Juan y don Ramón, "A Fransa hi ha una dama", La Donzella, "Jo m’axech dematinet") no parecen haber sido incorporados, por enton­ces, a las carpetas del Archivo. Pero, de todas formas, creo que hay que fecharlos por estos años, en que Menéndez Pidal solicitaba canciones populares catalanas a los amigos que podían pro­porcionárselas.

      La correspondencia de Menéndez Pidal con eruditos de la América hispana no dio, por aque­llos años, demasiado de sí en cuanto a la exploración de la tradición oral americana, salvo la ya citada excepción representada por Vicuña Cifuentes, quien en 1906 amplió sus anteriores enví­os remitiendo a Menéndez Pidal ocho versiones más. Después interrumpió su correspondencia durante "un paréntesis" debido a que se resolvió "a recuperar el tiempo perdido en idealidades y rutinas pedagógicas" entregándose de lleno, desde fines de 1907, a los negocios, "convencido —según dice a Menéndez Pidal— de que esas tareas, por lo menos en el período de organiza­ción, no eran compatibles con ningunas otras, si quería yo asegurar el éxito que buscaba"; sólo el 28 de Setiembre de 1909, con un "como decíamos ayer", reanudó "una correspondencia lar­gamente interrumpida" con Ramón Menéndez Pidal236 anunciándole

"hoy, sin las atenciones imperiosas que me esclavizaban, vuelvo otra vez á cultivar mi pe­queño huertecillo, abandonado desde tanto tiempo"

y le explicaba

    "Bastante floja estuvo la recolección de romances y de materia folklórica en general du­rante el entredicho237, y sólo desde hace dos meses he vuelto a activarla, explorando el cam­po personalmente é importunando de nuevo con apremiantes cartas á los que ya en otras ocasiones me han ayudado. Remito á Ud. copia de los romances que he recogido. Estoy cier­to de tener cinco ó seis más que ahora andan transpapelados y que enviaré a Ud. apenas los encuentre. Entre los que hoy le mando, van algunos que recojo por primera vez238 (...). Hay provincias enteras que no he explorado y en las cuales todavía no encuentro colaboradores, á pesar de haberlos solicitado de muchas maneras. Es desesperante la indiferencia de estas gentes, tan pródigas en promesas como avaras de cumplimiento. He puesto á los romances las notas que me han parecido necesarias para la inteligencia de ciertos pasajes".

      Vicuña da cuenta en esta carta de sus esfuerzos, en buena parte frustrados, por lograr gra­baciones fonográficas del canto de los romances, proporcionándonos al tiempo que relata anecdóticamente sus decepciones, curiosas noticias sobre el aspecto musical del Romancero chileno:

    "Mucho he trabajado estos días por obtener un mediano cilindro fonográfico de La Dama y el Pastor, pero la pudibunda é insoportable cantora ha esterilizado todos mis esfuerzos. Cuan­do, después de muchos remilgos, se consigue que se acerque a la bocina, á los pocos versos se interrumpe, ya para reírse, con el pretexto de que se le olvidó lo que sigue, ya para salir con al­guna gansada, v. gr.: —¡Qué cabayero éste! ¿Pa qué quedrá estas cosah? Es que le gusta reírse de los pobreh...—. Sin embargo, no desespero de conseguirlo, aunque en dos ocasiones ante­riores nada pude lograr de otras á quienes oí cantar los romances de Catalina y Bartolillo.

    Puedo sí adelantarle que la música con que acompañan estos romances, no es la grave y monótona de la melopeya, sino la viva y bulliciosa de la canción popular chilena. Por de con­tado que lo mismo sucede cuando los cantan á secas, como ellos dicen, sin acompañarse de ningún instrumento.

    De las cantoras de profesión es fácil conseguir lo que se quiera, y ya son muchas las tona­das y zamacuecas que se venden en los establecimientos fonográficos; pero estas personas no cantan romances ni los saben, según he podido ver, y hay que gastar cachaza con las otras, las rurales y melindrosas, y pedir á Dios que lo tenga a uno de su mano para no estrangularlas".

      Fuera de Chile, Menéndez Pidal sólo consiguió en 1906 y 1907 unas pocas muestras del Ro­mancero urbano cantado en sus juegos por las niñas de Córdoba (Tucumán, Argentina], de Chicoana (Salta, Argentina) y de Medellín (Colombia), remitidas, respectivamente, por el escritor A. Rodríguez del Busto (10-V-1906), por J. B. Ambrosetti (enero de 1907) y por A. Gómez Restrepo (21-VIII-1906)239. Rodríguez del Busto explicaba, respecto a los romances incluidos en su envío, que tenían un origen familiar:

"Personas de mi familia me lo han recitado y no quieren que figuren sus nombres en pu­blicaciones",

pero eran del patrimonio común de cualquier niña de Córdoba:

"Fueron aprendidos en juegos de niñas en los que se representaba la acción que corres­ponde a cada romance, y esto era usual y frecuente en las escuelas durante las horas de recreo hasta el año 1865 del siglo pasado".

De mayor interés juzgó Menéndez Pidal los textos remitidos por el agustino fray Pedro Fabo (1907 y 1908), ya que, junto a algunos romances de temas muy comunes, le hizo llegar toda  una serie de versiones que parecían mostrar la "popularidad oral de romances literarios" (histó­ricos y moriscos) en Colombia240. Pero hoy creo posible afirmar que los romances de proceden­cia "letrada", "con multitud de abreviaciones y variantes unas de tono vulgar y otras americani­zadas", que Menéndez Pidal consideró producto asimilable a los romances literarios oídos por Vicuña Cifuentes en Chile, son textos fraudulentos241, a pesar de que Fabo, en sus cartas, se pre­sentara como un afanoso buscador de romances en la tradición oral de las gentes populares242. El interés de Manuel Manrique de Lara por la música antigua y por lo que en aquellos tiem­pos aún constituía un problema difícil de resolver, el de interpretar en su forma debida los sis­temas de notación empleados por los vihuelistas en los libros de música de los siglos XV, XVI y XVII, le hizo planear el "completar" sus investigaciones de campo peninsulares acudiendo a

"las comarcas del Oriente de Europa y de Turquía Asiática habitadas por judíos españoles, cuyas principales colonias son Constantinopla, Salónica, Smyrna, Andrianópolis, Belgrado, Sarajevo, Bucharest, Rusiori, etc.",

ya que, si los textos dados a conocer de la tradición judeo-española de Oriente tenían rasgos muy arcaicos,

"es de suponer lógicamente que la música conservada por la tradición judaica conserve igual fidelidad a la forma originaria"

y, por tanto, que "su investigación y estudio, aún no emprendidos por nadie, debían acometer­se". En vista de ello, presentó solicitud a la primera convocatoria de becas de la Junta para Am­pliación de Estudios, el 11 de Agosto de 1907, para que le pensionaran en un viaje a esos terri­torios del Oriente próximo. Y, basándose en datos que le proporcionó la Agencia Cook calculaba que

"el recorrido del viaje en sus líneas generales alcanza la cifra de diez mil seiscientos sesenta y dos kilómetros y su importe asciende a mil cuatrocientas ochenta y siete pesetas con veinte céntimos"243.

      En aquella ocasión Manrique no consiguió empezar aquella investigación; pero algunos años después sí tendría oportunidad de realizarla, según luego veremos.

     El fracaso de los planes de viajar a Oriente de Manrique de Lara fue mínimamente compen­sado con la llegada a la colección de Menéndez Pidal de algunas versiones nuevas judeo-españolas recogidas en Turquía. Sabiendo que Menéndez Pidal se interesaba por ampliar sus cono­cimientos acerca del judeo-español hablado en las comunidades sefardíes de Oriente, el profesor B. Schädel buscó ponerle en contacto con un lingüista alemán destinado en la Deutsche Realschule de Constantinopla: Max Leopold Wagner. El 8 de Octubre de 1907 Wagner se adelanta­ba a proponerse como colaborador de Menéndez Pidal respecto al español de Oriente, por más que hasta entonces sus intereses como romanista se hubiesen únicamente centrado en el sar­do244. El propio Schädel le había ya advertido que Menéndez Pidal precisaba "de quelques éclaircissements sur les romances" y Wagner no vaciló en prometer darles solución:

"si vous voulez avoir un peu de patience, je me flatterais de vous fournir le matériaux désirés".

Y, efectivamente, en 1908 pudo ya remitirle una versión de Adrianópolis de Las señas del mari­do (í) y otra de la canción estrófica El sueño de la hija junto con otras dos versiones de Cons­tantinopla, una de esta misma canción y otra de A orillas de una fuente, y una serie de coplas lí­ricas245. Wagner enviaría más adelante, según ya veremos, toda una colección de textos, anotados, de varias comunidades judeo-españolas del Imperio Otomano.

     Respecto a la tradición portuguesa, Menéndez Pidal confiaba que Carolina Michaélis de Vasconcellos lograse reactivar las investigaciones, instando a José Leite de Vasconcellos a que diese prioridad al campo del Romancero sobre otros intereses etnográficos. Pero sin éxito. El 29 de Setiembre de 1908 doña Carolina le escribió al respecto desde Entre-os-Rios:

    "Leite de Vasconcellos me prometió visitarme aquí. Le daré un nuevo asalto en cuanto a los Romances. Aunque pienso que será sin resultado (...). Le instaré a reproducir los textos en la Revista Lusitana— sin comentarios"246.

Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)

NOTAS

196 Cinco  versiones   dichas  por  "Amparito"   (cfr. atrás, n. 60).

197 Los informantes procedían, en varios casos, de pueblos comarcanos. Sobre esta recolección véase Romancero general de Segovia. Antología. [1880]-1992, preparada por R. Calvo con la supervisión de D. Ca­talán, Segovia: Diputación Provincial y Seminario Menéndez Pidal, 1993, pp. XXI-XXIX y láminas en las pp. XCI-XC1I  (con reproducción de las listas).  De 1906 son, sin duda, ya tres romances de Santiuste de San Juan Bautista que María Goyri y Ramón Me­néndez Pidal anotaron personalmente (y que en el ci­tado Romancero, pp. XXIX-XXX, van sin fecha). En RTLH, IX (1978), frente a la p. 259, se reproduce fo­tográficamente una de las versiones anotadas en Ria­za por María Goyri, en la que Ramón Menéndez Pi­dal interlineó variantes, y en RTLH, IV (1971) una de las anotadas en Sepúlveda por María Goyri. Los originales de otras dos versiones de Riaza anotadas una por Ramón Menéndez Pidal y otra por María Goyri se reproducen en lámina en las pp. XCIV y XCV del Romancero general de Segovia (1993).

198 Que Ramón Menéndez Pidal identificó en una lista de "Albacete" una por una.

199 Varios romances decían las informantes haberlos aprendido, bien "mondando rosa", esto es sacando los estambres de la "rosa", bien en las cuadrillas de "roseras" o recolectoras del azafrán.

200 Una de Silvana, otra de Blancaflor y Filomena, y otras dos religiosas: Santa Catalina, en castellano, y "Demá es diumenche, diumenche", de Pasión, en ca­talán.

201 Estas versiones de Albacete fueron inventariadas por María Goyri a continuación de las de 1905.

202 Carta, desde Ainsa, del 1-XI-1907 a Menéndez Pidal.

203 Según lista, de mano de María Goyri.

204 Según se hizo constar en las listas particulares de esas provincias por María Goyri.

205 Véase A. Blánquez Fraile, "Límites del dialecto leonés occidental en Alcañices, Puebla de Sanabria y La Bañeza", en Junta para Ampliación de Estudios. Memoria correspondiente al año 1907, Madrid, 1908.

206 Fueron inventariadas por María Goyri.

207  Figuran descritas y fechadas en lista de R. Me­néndez Pidal. Parece proceder de un envío anterior otra versión que fue añadida a la lista de Segovia 1904 por M. Goyri.

208 La versión de La muerte del maestre de Santiago de Cantalejo,  1908 no aparece en los inventarios. Una reproducción fotográfica de esta versión puede verse en Romancero general de Segovia (1993), p. XCVI (lám. 7). La mano que escribió las otras tres de Can­talejo y las de Casia es distinta de la de 1907.

209 Fue autor de un pequeño libro: De la Ribera del Orbigo. Cuentos en dialecto leonés, s. 1., 1907.

210 ¿Le habría enviado previamente los ya recogidos? No tenemos noticia de ello. En el Romancero general de León (1991 y 1995), pp. XV-XXIV, entre las 168 ver­siones que de la provincia habían logrado reunir Ramón Menéndez Pidal y María Goyri en 1909, no se identifican las que Álvarez Bardón venía recogiendo. ¿Procederían de Álvarez Bardón algunas de las que se consideran recogidas por Blánquez en La Bañeza?, ¿o es que Álvarez Bardón esperaba reunir más textos an­tes de hacer envío de ellos a Menéndez Pidal?

211 Detallo los temas en Romancero general de León (1991 y 1995), I, pp. xrx-xx. En la p. CXin de esta obra se reproduce fotográficamente uno de los originales de José González; otro original se halla reproducido en RTLH, X (1977-78), en lámina frente a la p. 193.

212 Las listas y versiones sólo se refieren al colector como "alumno Saavedra". La identificación, según L. Casado de Otaola, El Romancero tradicional extreme­ño (1995), p. 45, n. 58.

213 Según ha hecho notar L. Casado, El romancero tradicional extremeño (1995), p. 45, no todas las versiones remitidas por Pedro Llinás procedían de su re­colección. De hecho, dos de ellas fueron copiadas de El Folklore Frexnense y una ni siquiera procede de Extremadura (La hermana cautiva con el incipit "Ca­minaba don Bueso").

214 Posiblemente oídas en Badajoz capital.

215 En RTLH, VI (1975), entre las pp. 136 y 137, se reproduce un original de San Martín de Humada de mano de Martínez Burgos. Con anterioridad a Martínez Burgos, Rodrigo Sebastián remitió en 1905 un romance religioso de Barbadillo.

216 La esposa, de don García, La Infantina, La novia del Conde de Alba, etc.

217 Archivo de la Residencia de Estudiantes. Expe­dientes. J. A. E. 91-80: Manrique de Lara, Manuel.

218 Aunque los datos del Archivo Menéndez Pidal resultan, a primera vista, confusos, creo que todas las versiones recogidas por Manrique en el Norte de Burgos las dijo la misma "Felisa", de "19 años", ape­llidada "Fuente Miguel", en "Humada" y que la jo­ven era natural "de Villamartín de Villadiego".

219 Recogidas en 1906 al tiempo que las de Huma­da. Alguna se conserva en original de mano de per­sona poco versada en ortografía.

220 Las he descrito en Romancero general de León, I (1991 y 1995), pp. XVIII-XIX. La informante se llamaba Consuelo Vega Fernández. En la p. CXII de esta obra se reproduce fotográficamente una de estas ver­siones.

221  En una lista dedicada a "Navarra", Ramón Me­néndez Pidal enumera como de "Pamplona" las "17 de Lecumberri". A continuación, añadió posteriormente las de Marcilla (3) y Artajona (1). Y, más tar­de, las dos de Modesto Lafuente de "Pamplona", jun­to con las tres de "Manrique de Lara" que sabemos sonde 1906.

222 En las listas anteriores no se incluían versiones de Santander. El texto arriba citado (n. 27) copiado por Florencio Janer se inventarió aquí, encabezando las versiones de Lomba, con la advertencia "colector Amador de los Ríos".

223 Que figuran en dos listas de mano de Menéndez Pidal.

224  Según una nota, de mano de Ramón Menéndez Pidal, sacada de una carta de Rubio y Lluch, del 29 de julio de 1906, en que "copia un párrafo de Lom­ba que está recogiendo romances en Santander y que yo le ofrezco enviarle el fonógrafo".

225 Francisco Alonso, de 25 años.

226  Narciso Alonso A. Cortés. Catedrático. Roman­ces populares de Castilla, recogidos por, Valladolid: Imprenta de Eduardo Sáenz, 1906.

227 Se trata de una versión de Geríneldo y de dos romances devotos.

228  No figuran en sus Romances populares. Posible­mente son posteriores, de 1908 o 1909. Son roman­ces de escaso valor.

229 Publicadas, respectivamente, en las pp. 216-217, 227 y 303, y en la p. 313 de Romancero tradicional extremeño, I, ed. L. Casado (1995). De fecha incierta (no parece figurar en las listas) es la versión de otro niño mendigo, Manuel Méndez Bonilla, de Guijo de Coria, dada a conocer en Demosofía Extremeña, Cá­ceres, 1917, pp. 82-83.

230 El romance es una versión de La cabrera devota elevada al cielo y la niña se llamaba Consuelo Sán­chez. Fue incluida, a pesar del origen de la cantora, en el Romancero tradicional extremeño, I (1995), pp. 311-312.

231 El 31-X-1903 Roso aún no había logrado reunir nada. Después (según vimos más arriba, n.  123), proporcionó algunos textos de Miajadas a García-Plata, quien los envió con los suyos a Menéndez Pi­dal. Ahora, en 1906, Roso hizo llegar a Menéndez Pi­dal cinco versiones de Miajadas y dos de Cañamero (inventariadas por el propio don Ramón, a continua­ción de las de García Plata, atribuyéndolas a Roso). El original de uno de estos romances puede verse, re­producido fotográficamente, en Romancero tradicio­nal extremeño I (1995). Otro corresponsal de Jaraice-jo, J. Pérez Torres, remitió una sola versión.

232 Publico este texto en el cap. III, "El mito se hace historia. El romance y la herencia baladística", § 3, de Arte poética del Romancero oral, II: Memoria, inven­ción, artificio. Madrid: Siglo XXI, 1998.

233 En 1905 Jenaro Ramos Hernández envió 5 + 1 versiones. Entre Marzo y Mayo de 1906 envió un Gerineldo aprendido en pliego suelto y varias versio­nes tradicionales dichas por "La Jermosa", su hija Pe­tra y una sobrina. Y, según la lista de R. Menéndez Pidal, en 1907 otras cinco versiones. Echo en falta en la  edición  de  El romancero  tradicional extremeño (1995), en que se publican, la versión de la Adúltera con un gato (con el incipit "Levantóme, madre mía"), dicha por Juana León, de Torrejoncillo, recogida por Ramos en 1907. Tampoco se edita (sin duda por su carácter lírico) el texto que en los inventarios se iden­tifica con el incipit "No te acuerdas, zagalita". Tiene, sin embargo, interés para el Romancero ya que en va­rias versiones extremeñas del tema el poema acaba con versos procedentes  del romance trovadoresco Gritando va el caballero. Véase D. Catalán, Arte poé­tica del romancero oral, Parte I (1997), cap. XII, § 3.

234 En 1906 envió a Menéndez Pidal seis versiones tradicionales de Casas de Millán y un texto de El corregidor y la molinera (no romance) de Hinojal. Al año siguiente completó la colección de Casas de Millán con otras 18 versiones. Quizá enviase algún que otro texto con posterioridad, ya que no figuran algu­nas de sus versiones en los inventarios. Pueden hoy leerse todas ellas en El Romancero tradicional extreme­ño, I (1995). En esta misma publicación, p. 40, pue­de verse el original de una de las versiones remitidas por Gerardo Jaime Núñez.

235 Según consta en el correspondiente inventario.

236 En efecto, empieza así su carta: "Mi querido amigo. Como decíamos ayer... Y aquí viene que ni he­cha de encargo la célebre frase del insigne maestro de Salamanca, no sólo por lo que tiene de oportuno para reanudar una correspondencia largamente inte­rrumpida, sino porque en este caso exprime mis más íntimos sentimientos, pues considero el tiempo transcurrido como un paréntesis que no ha alcanza­do á estorbar siquiera la continuidad de nuestras bue­nas relaciones".

237 "Así lo llamo yo" había advertido anteriormente en su carta al tiempo dedicado exclusivamente a los negocios, "bregando sin descanso y sin faltar á lo que á mí mismo me había prometido".

238 A continuación comenta el hallazgo de temas que no ha logrado recoger en forma de romances y que le han aparecido en otros géneros folklóricos (cuento, zamacueca).

239 R. Menéndez Pidal, Romancero hispánico (1953), I, p. 345, enumera cinco versiones remitidas por Ro­dríguez del Busto y tres por Gómez Restrepo. No re­cordó el envío de Ambrosetti. Todas ellas pertenecen al Romancero que suelen cantar las niñas en cualquier ciudad de España o Sudamérica.

240 R. Menéndez Pidal, Romancero hispánico (1953), vol. I, p. 346.

241 Sobre la evidente manipulación de los textos a fin de "americanizar" los temas tratados, véase D. Ca­talán / et al., Teoría general y metodología del Roman­cero Pan-hispánico (1984), p. 31.

 242 Fabo da como cantores a artesanos, campesinos y obreros; y, en carta a Menéndez Pidal del 16 de noviembre de 1908, se disculpa de "no haber reco­gido sino dos romances que pueden serle útiles, los cuales adjunto" y le asegura que "si llego a cazar al vuelo alguno más, buen cuidado tendré de ponerlos a su disposición". Pero la sistemática "americaniza­ción", en las versiones remitidas, tanto de textos del romancero "artístico" publicados en el Romancero Generalde Duran, como de romances tradicionales modernos del Norte de España publicados por Me­néndez Pelayo en su Antología, no deja lugar a duda de que los amaños son obra de eruditos, no de los supuestos cantores populares. En RTLH, XI (1977-78), entre las pp. 120 y 121, se reproducen en foto­grafía unas cartas de Fabo relacionadas con el ro­mancero.

243 Según la solicitud de pensión dirigida al Presi­dente de la Junta para Ampliación de Estudios (11-VIII-1907) existente en el Expediente citado en la n. 217. Manrique puntualizaba a continuación que "en el campo mismo de la investigación adquirirá segura­mente informes que habrán de obligarle a ciertas des­viaciones del itinerario primitivo".

244 "Monsieur Schädel  a eu l’obligeance  de  me communiquer votre adresse et je m’empresse de vous écrire ees quelques lignes pour me présenter á vous comme votre collaborateur pour l’Espagnol d’Orient. / Je dois avouer que je me souis occupé tres peu jusqu’á présent du Ladino: mes études romanes s’étant limitées au sarde (...)". Sólo en 1909 aparece­rían sus trabajos "Los judíos de Levante. Kritischer Rückblick bis 1907" (RDialR, I, 1909, 470-506) y "Los judíos españoles de Oriente y su lengua. Una re­seña general" (DDR, I, 1909, 53-63).

245 En el inventario de "romances judíos", María Goyri sólo añadió al fin los textos de " Conde Amadí. Adrianópolis (Wagner) y Una zagala vi. Constanti­nopla (id.)"; pero las dos versiones de "La reina de Fransia   tres izas tenia" de Adrianópolis y "El rei de Franfia  tres izas tenia" de Constantinopla, así como las coplas líricas, son parte del mismo envío. S. G. Armistead, en las láminas de El romancero judeo-espa­ñol (1978) reprodujo el original de la versión de Adrianópolis de Las señas del marido (í). Las restantes versiones remitidas por Max Leopold Wagner no de­ben fecharse, como creía S. G. Armistead (El roman­cero judeo-español, III, pp. 84-85), en este año de 1908; son posteriores al inventario de Octubre de 1909 ya que no se computan en él. Además se dis­tinguen claramente por el papel empleado y porque van numeradas consecutivamente.

246 Traduzco del portugués. En la carta hacía alu­sión al porqué de sus escasas esperanzas: "Leite de Vasconcellos prometeu vesitar-me aquí. Dar-lhe-hei novo asalto por causa dos Romances. Julgo todavia que sem resultado. Ele tenciona refazer as Tradiçoes sobre um plano novo —para o qual quer reservar to­dos os materiaes folklóricos—. Primeiro quer publi­car cornudo o Vol. III das Religiões— urna biografía de Storck e não sei quanto mais. Instarei para reproduzir os textos na Rev[ista] Lus[itana] — sem commentários". 

LAMINAS

      José Ramón Lomba, amigo de Ramón Menéndez Pidal desde la mocedad, aunque mordaz y cínico en sus críticas a la pasión de Ramón por María y por la Filología, le prometió desde Gajano (Cantabria): "No dudes que romance que esté a mi alcance tomará camino de tu casa. Eso es aparte". Y cumplió su promesa.

     Lomba en una excursión con Menéndez Pidal declama para contagiarle su cultivada misoginia (foto R. Menéndez Pidal).

Foto de portada de Julián Collado: baile en la era.

SUMARIO:

I
PRESENTACIÓN: EL ROMANCERO Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL

* EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO

*1. LOS FONDOS DEL S. XIX

* 2. DESCUBRIMIENTO DE LA TRADICIÓN ORAL CASTELLANA EN 1900

* 3. LOS PRIMEROS PASOS EN LA COMPILACIÓN DE UN ROMANCERO ORAL PAN-HISPÁNICO

* 4. EN BUSCA DE ROMANCES FUERA DE LA PENÍNSULA: EN CANARIAS Y EN LAS COMUNIDADES SEFARDÍES, 1904

* 5. "A POR PAN Y A VER AL DUQUE": PRIMER VIAJE A AMÉRICA, 1905-1906

* 6. EL FONÓGRAFO DE CILINDROS DE CERA VIAJA EN BUSCA DE MELODÍAS, 1905-1906

* 7. LA MÚSICA Y LA DANZA COMO PARTE DEL ROMANCERO, 1905

* 8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908

* 9. MENÉNDEZ PIDAL HACE INVENTARIO: LAS PRIMERAS MIL QUINIENTAS VERSIONES DEL ARCHIVO Y LAS CONFERENCIAS EN LA COLUMBIA UNIVERSITY DE NUEVA YORK EN 1909

* III EL ROMANCERO HISPÁNICO BAJO LOS AUSPICIOS DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS

* 1. LA CREACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y EL ROMANCERO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 2. LOS DIALECTÓLOGOS Y EL ROMANCERO ORAL: 1910-1912

* 3. MANRIQUE DE LARA COLECTA EN ORIENTE EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1911-1912

* 4. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO ANTERIORES A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1909-1913

* 5. EL ROMANCERO HISPÁNICO DE AMÉRICA DEL NORTE, 1913

* 6. LOS PLIEGOS SUELTOS DE PRAGA LLEGAN AL ARCHIVO, 1913-1914

* 7. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE A AMÉRICA, PERO DEJA DE LADO EL ROMANCERO, 1914

* 8. LAS GRANDES ENCUESTAS REGIONALES DE JOSEFINA SELA Y DE EDUARDO M. TORNER, 1914-1920

* 9. MANRIQUE DE LARA, EL ROMANCERO DE LOS JUDÍOS DE MARRUECOS Y DE LA PENÍNSULA Y LA MÚSICA DE LOS VIHUELISTAS, 1915-1922

* 10. POESÍA POPULAR Y ROMANCERO, 1914-1918

* 11. LA GEOGRAFÍA FOLKLÓRICA Y LA EXPLORACIÓN DE REGIONES HASTA EL MOMENTO POCO ENCUESTADAS, 1920

* 12. AURELIO DE LLANO Y EL CONOCIMIENTO DEL ROMANCERO ASTURIANO, 1919-1925

* 13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20

* 14. LA TERCERA PARTE DE LA SILVA, PERDIDA, 1921

* 15. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, EN EL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE LA ROSA, 1925

* 16. SIGUE LA ACTIVIDAD RECOLECTORA, 1926-1927

* 17. LA CEGUERA TEMPORAL DE MENÉNDEZ PlDAL Y SU "FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS", 1926-1928

* 18. MANRIQUE DE LARA NUEVAMENTE EN ORIENTE. EDICIÓN FRUSTRADA DE LAS MÚSICAS DEL ROMANCERO: 1923-1928

* IV. EL PROYECTO DE PUBLICACIÓN DE EPOPEYA Y ROMANCERO FINES DE LOS AÑOS 20, COMIENZOS DE LOS AÑOS 30

* 1. EL ROMANCERO, PARTE DE UNA MAGNA OBRA A PUNTO DE PUBLICARSE

* 2. LAS FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS

* 3. GALICIA EN EL FOCO DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO, 1928-1931

* 4. APORTACIONES AL ARCHIVO DE COLECCIONES AJENAS. EL ROMANCERO CATALÁN, 1930-1933

* 5. 1930. LOS BAILES ROMANCEADOS QUE AÚN PERDURAN

* 6. NUEVAS CAMPAÑAS DE RECOLECCIÓN DE MÚSICAS Y TEXTOS POR LA SECCIÓN DE FOLKLORE DEL CENTRÓ DE ESTUDIOS HISTÓRICOS, 1930-1936

* 7. PARÁLISIS RECOLECTORA EN PORTUGAL, 1930

* 8. DISCOGRAFÍA Y PELÍCULAS ETNOGRÁFICAS; EL ROMANCERO INCORPORADO A LA ENSEÑANZA ESCOLAR. 1932-1936

* V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL

* 1. DISCONTINUIDAD DE EPOPEYA Y ROMANCERO Y CONTINUIDAD LATENTE DEL ROMANCERO

* 2. MADRID BOMBARDEADO. EL ARCHIVO "REFUGIADO" EN LA EMBAJADA DE MÉXICO

* 3. OCASO DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS. CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD DE LOS PROYECTOS DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

* 4. ANÍBAL OTERO, ENCUESTADOR DEL ROMANCERO Y DEL ATLAS LINGÜÍSTICO, ACUSADO DE ESPIONAJE

* 5. MENÉNDEZ PIDAL, ANCLADO EN CUBA, A LA BÚSQUEDA DE ROMANCES

* 6. VERANO DE 1937. LOS DISCÍPULOS DE MENÉNDEZ PIDAL Y LAS CANCILLERÍAS SE PREOCUPAN DE LA SEGURIDAD DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO

* 7. EL ROMANCERO Y LA HISTORIA DE LA LENGUA DE MENÉNDEZ PIDAL VIAJAN COMO PARTE DEL TESORO CULTURAL DE ESPAÑA

* VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA

* 1. DEPURACIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL. FIN DE SUS PROYECTOS CON UNA PROYECCIÓN NACIONAL, 1939-1941

* 2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945

* 3. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ROMANCISTAS TOMA EL RELEVO, 1945-1946

* 4. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE AL ROMANCERO, 1946-1950

* 5. LA CARTOGRAFÍA ROMANCÍSTICA Y LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN EN LA SERRANÍA DE CUENCA, EN LAS BALEARES, EN SORIA, EN SEGOVIA, EN ÁVILA, EN LA MESETA MANCHEGA, EN ALISTE Y EN MARRUECOS, 1947-1948

* 6. ÉXITO EN LA TRADICIÓN ORAL DE ALGUNAS VERSIONES FACTICIAS DE LA FLOR NUEVA

* 7. HACIA UNA RECUPERACIÓN DEL ROMANCERO PORTUGUÉS, 1948

* 8. NUEVAS ENCUESTAS: LIÉBANA Y POLACIONES; LA SIERRA DE BÉJAR Y PLASENCIA; SANABRIA. LLEGAN OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO. 1948-1949

* 9. FIN DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. FINAL DE LAS ENCUESTAS Y PUBLICACIÓN DIFERIDA DE LOS TRABAJOS SOBRE EL ROMANCERO, 1950-1954

* 10. ACTIVIDAD RECOLECTORA EN LA AMÉRICA HISPANA. SU REPERCUSIÓN EN EL "ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL", 1948-1952

* 11. REPERCUSIONES DE LAS PUBLICACIONES SOBRE EL ROMANCERO EN LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN ORAL, 1953-1954

* 12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI

* VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO  RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954

* 2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959

* 3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50

* 4. GRAN RECOLECCIÓN DE ROMANCES EN LAS ISLAS CANARIAS, 1952-1957

* 5. EL ROMANCERO TRADICIONAL, CUESTIONADO, 1959-1962

* 6. ÚLTIMAS CONTRIBUCIONES DE MENÉNDEZ PlDAL AL ROMANCERO, 1959-1965

* 7. MENÉNDEZ PIDAL EN ISRAEL Y EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1964

* 8. EL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL Y EL FUTURO DEL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1963-1966

* 9. REACTIVACIÓN DE LA LABOR EDITORIAL DEL ROMANCERO, 1966

* 10. PROPUESTA DE CREACIÓN CON CAPITAL AMERICANO DE UN CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS EN EL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1967-1968

* VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL

* 1. NON OMNIS MORIAR, 1969

* 2. BELLAS PALABRAS Y NEGRAS REALIDADES, 1969-1970

* 3. ACTIVIDADES DE LA CÁTEDRA-SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL. CATALOGACIÓN DE LOS FONDOS SEFARDÍES DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO. LOS FONDOS PATXOT SE HACEN INACCESIBLES. 1969-1971

* 4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975

* 5. EL ROMANCERO ¿AÚN VIVE?, 1973-1975

* 6. CRECER, PARA NO MORIR, 1976-1981

* 7. EL ROMANCERO AÚN VIVE. VOCES NUEVAS DE LA TRADICIÓN ORAL, 1977-1978

* 8. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCERO. UNA NUEVA EMPRESA COLECTIVA, 1977-1984

* 9. LAS GRANDES ENCUESTAS COLECTIVAS DEL PROYECTO DEAPHR, 1980-1984

* 10. LAS TRADICIONES ORALES LEONESAS Y EL ROMANCERO EN LEÓN A FINALES DEL S. XX, 1984-1988

* 11. FIN DE ETAPA. DISPERSIÓN DEL EQUIPO INVESTIGADOR DEL PROYECTO DEAPHR. LA FUNDACIÓN RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL Y EL CAPITAL PRIVADO INAUGURAN UNA ÉPOCA NUEVA. 1984-1989

* 12. LOS ARCHIVOS DEL ROMANCERO NUEVAMENTE EN EL FOCO. LOS LABORATORIOS HUMANÍSTICOS INSTALADOS EN EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL, 1988-1998

* 13. EL ROMANCERO ANTE EL CENTENARIO DEL ’98

* EPÍLOGO

* 1.- EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL DINAMITADO

* 2.- EL ARCHIVO DEL ROMANCERO ANTE LA REESTRUCTURACIÓN DE LA FUNDACIÓN MENÉNDEZ PIDAL Y DEL CENTRO SITO EN CHAMARTÍN

* 3.- LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA INVESTIGACIÓN

* 4.- DESPEDIDA

Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

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