28.- 1. LA ESTORIA DE ESPAÑA DE ALFONSO X Y LA PRIMERA CRÓNICA GENERAL
1. LA ESTORIA DE ESPAÑA DE ALFONSO X Y LA PRIMERA CRÓNICA GENERAL. IV. EL MIO CID DE ALFONSO X Y EL DEL PSEUDO IBN AL-FARAŶ
El punto de partida de mi renovación crítica13 ha sido la devaluación de la versión «regia» de la Primera crónica, conservada por los códices escurialenses E1, de factura alfonsí,14 y E2, posterior al año 1289 (Sancho IV) pero que dice ser continuación de E1. 15 Estos dos volúmenes, pertenecientes a la cámara real castellana, han venido siendo considerados como la versión definitiva, oficial, de la Estoria de España concebida por Alfonso X;16 sobre ellos se basa la edición Menéndez Pidal.17 Pero el segundo volumen regio escurialense resulta ser un códice mixto, formado cuando mediaba el siglo xiv (reinando Alfonso XI) a partir de manuscritos en su origen independientes, enlazados y completados por el tardío formador de ese volumen artificioso. 18 Su parte central está, en efecto, constituida por un lujoso manuscrito de tiempo de Sancho IV (de 1289, o poco posterior), que comenzaba en Ramiro I y acababa inmediatamente antes del cerco de Aledo y de la sublevación de Valencia conta al-Qādir y el Cid;19 y quizá era parte o continuación de este mismo manuscrito la sección del códice escurialense que abarca desde las postrimerías de Alfonso VI hasta comienzos del reinado de San Fernando.20 Pero a este núcleo, E2(orig), se le añadió por el principio un par de cuadernos con la historia de los primeros reyes asturianos. Esos cuadernos formaban primitivamente parte del volumen regio alfonsí E1, 21 , de donde los arrancó el formador del códice facticio. Además de traspasar esos cuadernos de un códice a otro, el formador de E2 se encargó de hacer en ambos las necesarias enmiendas y lañas.22 De su mano es también una larga adición de cinco cuadernos destinada a completar la inconclusa historia de Fernando III.23 En fin, también contemporánea de la formación artificiosa del códice E2 es la mano que trascribió en el centro del volumen la historia cidiana desde la sublevación de Valencia en adelante.24
La artificiosidad del manuscrito E2 no es una mera nota curiosa en la biografía de un códice prestigioso, sino que tiene el interés de iluminarnos la estructura misma de la Primera crónica general, poniendo en duda la representatividad de ciertas secciones de ella como texto definitivo de la Estoria de España alfonsí. En efecto, una vez fragmentado el volumen «regio», cada una de sus partes componentes adquiere especial personalidad, y, salvo el fragmento inicial segregado del viejo códice E1,25 ninguna puede ya aspirar al título de texto «oficial» de la Estoria de España. La representatividad de los varios fragmentos ha de ser juzgada en adelante atendiendo sólo a su propio valor; y ese valor es, a todas luces, muy desigual: por ejemplo, el lujoso manuscrito que empezaba en Ramiro I se caracteriza por su redacción ampulosa, la cual es fruto de una tardía labor de retoque estilístico, realizada en 1289 bajo Sancho IV, a la que son ajenos otros manuscritos que nos conservan fielmente una redacción primitiva, alfonsí;26 el añadido final hecho al reinado de Fernando III por el formador del volumen facticio se basa en una fuente post-alfonsí, que llega incluso a atribuir a Alfonso X, siendo infante, acciones guerreras de su tío el infante don Alfonso de Molina.27
Estas y otras observaciones28 nos permiten asegurar, de una parte, que la Primera crónica general es aún más alfonsí en su elaboración que lo supuesto últimamente por Menédez Pidal, pues en 1289, bajo Sancho IV, lo único que se hacía respecto a ella era reescribir, amplificando retóricamente, cierta parte previamente compuesta en días de Alfonso X;29 pero, por otro lado, nos dejan sin una versión «oficial» de la obra alfonsí y llenos de dudas acerca del valor que, más acá de los primeros reyes asturianos,30 puedan tener las diferentes secciones de la Primera crónica general como representantes de la Estoria de España de Alfonso X.
Llegados a este punto, cobran nuevo interés las observaciones hechas de antiguo por Menéndez Pidal sobre la progresiva decadencia que revela la estructura de la Crónica en la llamada «Cuarta Parte» o historia de los reyes castellanos.31 En efecto, un atento examen de los tres reinados de Fernando I, Sancho II y Alfonso VI, por ejemplo, nos nuestra claramente que la Estoria de España quedó interrumpida cuando esta parte se hallaba aún en telar: al lado de ciertos trechos compilatoriamente bien acabados, otros se hallaban aún a medio elaborar cuando la muerte de Alfonso X desbarató el proyecto, y nadie fue luego capaz de concluirlos inteligentemente.32 Según parece, al subir Sancho IV al trono se interrumpieron los pagos a los colaboradores científicos alfonsíes, disolviéndose los equipos de trabajo. Luego, copistas y eruditos posteriores empalmaron y retocaron como pudieron los inconclusos borradores y divulgaron, dándolos por obra definitiva, los materiales contenidos en los cuadernos de trabajo alfonsíes;33 de ahí el tan desigual grado de confianza que a mi parecer merecen las distintas secciones de la Primera crónica.
Esta devaluación de la Primera crónica general confiere nuevo interés a las otras redacciones de la Crónica, que, a veces, según Menéndez Pidal ya notaba, reflejan el texto de las fuentes con mayor fidelidad que la propia Prímera crónica. Admitida la antigüedad de los prototipos de las Crónicas de veinte reyes, manuelina y de Castilla (según la nueva cronología de Cintra)34 podemos pensar que en ciertas secciones sean incluso más fieles representantes del proyecto alfonsí que la Primera crónica en su parte correspondiente.
En las páginas que siguen voy a presentar un caso particular muy ilustrativo, tratando de exponer a continuación las repercusiones que el nuevo análisis de esa sección de la Crónica tiene en la historia de la epopeya.35
Diego Catalán. La Estoria de España de Alfonso X. Creación y evolución. (1990)
NOTAS
13 Véase mi estudio «La versión regia de la Crónica General de España de Alfonso X» en De Alfonso X, pp. 17-93.
14 Primera crón.2, pp. XXV y LVII-LVIII. Cfr. De Alfonso X, pp. 19-24. [Pero téngase en cuenta lo que decimos en el cap. V del presente libro.]
15 Primera crón.2, pp. XXV; LVIII-LIX; XIX, XXI y la. Resumo el estado de la cuestión en De Alfonso X, pp. 19-24.
16 La autoridad de los dos códices escritos para la cámara real castellana llevó, tanto a Menéndez Pidal como a Cintra, al convencimiento de que esta versión «regia» era defintivamente preferible a la versión «vulgar», por más que esta otra redacción, sacada del borrador sin la supervisión regia, fuese histórica y filológicamente más interesante por su mayor fidelidad verbal a las fuentes.
17 Primera crón.1 (1906); la ed. de 1955 (Primera crón.2) es en su texto reproducción fotográfica de la de 1906.
18 Analizo detalladamente la composición facticia del ms. E2 en De Alfonso X, pp. 32-93.
19 Este manuscrito, E2(c), encabezado con una miniatura que representa a Ramiro I, empieza con una inicial miniada en el f. 23 moderno de E2; se destaca por su letra grande y gruesa, escrita en columnas de 40 líneas, con elegantes iniciales en rojo, azul y morado, y por las frecuentes enmiendas y glosas de un corrector. En el cuarto de sus folios (mod. 26v) incluye una digresión fechada bajo Sancho IV en la era 1327 (año (1289). Terminaba incompleto en el f. 199 moderno (dejado en blanco). Hacia mediados del s. XIV (1341-1343) existía aún como manuscrito independiente y fue traducido al gallego-portugués (De Alfonso X, pp. 50-63).
20 E2(e): folios modernos 257-320v. Se asemeja formalmente a E2(c) hasta el punto de poder ser su continuación. Presenta enmiendas y glosas de mano de un corrector análogas a las de E2(c). Sin duda el formador del códice mixto arrancó el último de sus cuadernos para mejor empalmar una prolongación (De Alfonso X, pp. 70-76).
21 Según nos muestra una copia (el ms. C), hacia fines de la primera mitad del s. XIV los dos primeros cuadernos de E2 (fols. 2-17) formaban aún parte material del ms. E1; este códice, que en su forma original llamaremos E1(orig), terminaba con el último folio de un cuaderno, en medio del cap. 616 de PCG y dejando inconclusa una frase («En el diziochauo anno enuio ell emperador Carlos sus cartas»). Cfr. De Alfonso X, pp. 32-49.
22 En el ms. E1 añadió un folio (el 197) y copió en él 34 líneas de una columna (que anteriormente figuraban en el primer folio del primer cuaderno segregado), advirtiendo seguidamente: «Et de commo regno este rey don Pelayo et los otros reyes que fueron en Leon, en el comienço del libro de la Coronica de Castiella lo fallaredes». En el ms. E2 encabezó los cuadernos segregados con un folio (mod. 1) en que dio título al nuevo volumen (y trazó una tosca miniatura inacabada), borró las correspondientes 34 líneas de la columna a del primer folio (mod. 2) y sobre lo borrado (y en el espacio en blanco de una miniatura nunca realizada) hizo constar que aquel volumen era la continuación de E1 (cuyo contenido y caracteres formales describe), finalmente intercaló, E2(b), un cuaderno de 5 folios (más un talón) entre el segundo de los dos cuadernos segregados de E1(orig) y el manuscrito que empezaba con Ramiro I (fols. modernos 18-22) a fin de completar la historia de Alfonso II (De Alfonso X, pp. 36-37, 77-80, 87).
23 La letra, E2(f), de los folios modernos 321-360 (el último, en blanco) es la misma que la de los folios 18-22, E2(b), y no anterior a los mediados del s. XIV. En ambos trechos falta toda iluminación (la única tinta de color empleada es el rojo) en contraste con las otras secciones del ms. E2. La adición se hizo, sin duda, después de arrancar el último cuaderno del ms. del s. XIII (De Alfonso X, pp. 72, 80-87).
24 E2(d): folios modernos 200-256. Comienza después de una laguna en la historia de la conquista de Valencia (con las palabras: «Et tornosse todo el fecho en mano et en poder del Çid», PCG, p. 565b1). La interpolación de este fragmento se hizo cuando el corrector de E2(c) y E2(e) había ya enmendado estos dos viejos textos; su letra parece de mediados del s. XIV (De Alfonso X, pp. 64-69).
25 Los dos cuadernos segregados de E1, contienen la historia de la monarquía neo-gótica asturiana, desde la elección de Pelayo como rey, hasta el capítulo de la cruz de los ángeles, en Alfonso II (cfr. nota 22). En su estado original, el ms. E1 no hacía división especial alguna entre la «Estoria de los godos» anterior y posterior a la invasión musulmana (de acuerdo con el anuncio que figura al comenzar esa parte de la Estoria de España: «...cuenta de los godos que fueron ende sennores depues aca todauia, cuemo quier que ouieron y los moros yaquanto tiempo algún sennorio», ms. E1, f. 131v). Cfr. De Alfonso X, pp. 48, 89, 153-155 y nn. 42-44.
26 Menéndez Pidal había ya notado que la versión oficial o regia, «principalmente desde el reinado de Ramiro I hasta mediado el de Alfonso VI, se aparta más de sus fuentes en cuanto a la redacción y estilo, buscando una expresión más amplia y más limada» (Primera crón.2, p. XXX; y ya, antes, en Crón General-Discurso, 1916). Esta reelaboración amplificada de la Crónica, propia de E2(c), puede fecharse, según creo, en 1289, pues sólo en ella se interpoló el pasaje famoso alusivo al estado de la reconquista reinando Sancho IV el año de la era de 1327. La familia de manuscritos constituida por T, G, Z contiene también la interpolación porque en este trecho (desde Ramiro I hasta el año primero de Alfonso III) su prototipo utilizó la versión amplificada, característica de E2(c). La versión concisa primitiva, anterior a 1289 y por tanto seguramente alfonsí, se conserva en el ms. Y y, menos fielmente, en la familia B, U, X, V (que acaba con Ordoño II); es la resumida por don Juan Manuel en su Crónica abreviada y la refundida por la fuente común [la Versión critica] de la Crónica general vulgata (hasta Vermudo III) y la Crónica de veinte reyes (desde Fruela II). A partir del año segundo de Alfonso III, la familia T, G, Z sigue también la redacción concisa alfonsí. Por desgracia, a partir de Fernando I nos faltan textos de la redacción concisa: los manuscritos Y, T, G, Z, B, U, X,V no comprenden esa parte, y el manuscrito F, que comienza ahora, no compensa la ausencia de los manuscritos de la redacción alfonsí; la Crónica general vulgata tampoco continúa. Nos tenemos que conformar con la indirecta información de la Crónica de veinte reyes y con el resumen de la Crónica abreviada, testimonios insuficientes (De Alfonso X, pp. 124-203).
27 El adicionador de E2(f), a mediados del s. XIV, completó la historia de Fernando III recurriendo a una Crónica particular de San Fernando (según nos muestra cierto error en la titulación de los capítulos, surgido claramente en una Crónica de este carácter); el manuscrito viejo E2e sin duda acabaría, como F, traduciendo simplemente el final de De rebus Hispaniae. En la versión completada la historia inconclusa del reinado de Fernando III trazada por Rodrigo de Toledo es enriquecida y continuada con un «Siguimiento de la Estoria de las Coronicas de los fechos de los Reys de Espanna et de las sus vidas». De este Seguimiento del Toledano se tomó ya en la Crónica particular de San Fernando (y demás Crónicas por ella influidas) la cabalgada de Jerez, en que el infante don Alfonso de Molina y don Alvar Pérez de Castro el Castellano vencieron a Abenhut en 1231; pero, anacrónicamente, el continuador identificó al infante don Alfonso con el futuro Alfonso X, prueba evidente de que no escribía en los tiempos de este rey (De Alfonso X, pp. 83-87).
28 En mis dos trabajos «La versión regia de la Crónica General de España de Alfonso X» y «La versión anfonsí de la Estoria de España», incluidos en De Alfonso X, pp. 17-94 y 95-204, he abordado nuevamente el problema de las varias redacciones de la Primera crónica general acudiendo a los manuscritos: E2(c), C, I, J, B, U, X, V, Y, T, G, Z, F, D, S.
29 Véase nota 26.
30 A partir del fin de E2(a) (en Alfonso II); esto es, de los dos cuadernos segregados de E1(orig).
31 En los capítulos 883-886 se insertan sucesivamente dos relatos de la invasión almorávide, uno con base en el Toledano y el Tudense, otro en las fuentes complementarias (Ibn cAlqama, Cronicón lusitano, Historia Arabum, Anales, más dos breves fragmentos del Toledano ya aprovechados en el primer relato). Sin duda inicialmente se yuxtapusieron en espera de coordinarlos en un relato único que salvase las contradicciones ofrecidas por las fuentes, pero esa elaboración no llegó a realizarse y, en su lugar, un copista posterior interpretó torcidamente la repetición como dos series de sucesos diferentes. Más adelante, capítulo 896, ocurre la gran laguna a que ya hemos aludido. Con la muerte de Alfonso VI, desde el capítulo 965, desaparece el sistema cronológico típico de la Estoria de España alfonsí, cesando toda referencia a los años de reinado. A partir del capítulo 988, la Crónica es simplemente una traducción del Toledano y en sus últimos capítulos copia de una continuación de esta obra (el Seguimiento del Toledano). Véase Primera crón.2, pp. XXII, XXVIII, XXXIV (que reproducen observaciones hechas ya en Crón. General-Discurso, 1916); cfr. De Alfonso X, pp. 27-29 y 108.
32 De Alfonso X, pp. 89-93.
33 Es seguro que en días de Alfonso X se alcanzó a traducir y actualizar hasta el fin la fuente básica, De rebus Hispaniae del arzobispo Toledano: en el capítulo 997, relativo a Alfonso IX, se incluye una nota actualizadora de carácter personal sugerida con anterioridad a 1274 por el propio Alfonso X (PCG, p. 678a2-3); en el capítulo 1048 hay actualizaciones indudablemente alfonsíes en la narración de sucesos de tiempos de Fernando III (PCG, pp. 735b48-736a10 y 736a21-28). Pero, evidentemente, la Primera crónica está inacabada. Noto ya graves deficiencias en el reinado de Fernando I. En el de Alfonso VI tenemos el caso patente del doble relato de la invasión almorávide, propio de un borrador en el que aún no se habían fundido las dos versiones (luego mal interpretado por arregladores posteriores); y, a partir de la sublevación de Valencia contra al-Qādir, la Crónica es en este reinado muy incompleta. Más adelante, no puede ni tan siquiera hablarse de la Estoria de España, sino de la traducción alfonsí del Toledano, ya que la Primera crónica deja de ser una compilación original (De Alfonso X, pp. 26 y n. 12; 72-73; 83-87; 102-105. Y, mejor, en «El taller alfonsí» (1963) [cap II del presente libro].
34 Véase n. 10. La Crónica de Castilla se nos sitúa ahora muy a comienzos del s. XIV (si no a finales del s. XIII). La manuelina ha de ser bastante anterior a 1320-1325, en que hay que fechar la Crónica abreviada de don Juan Manuel, pues don Juan la resumió entonces pensando que tenía en las manos la obra original de su tío Alfonso X. Ambas se relacionan íntimamente en el trecho que va desde el cerco de Aledo y sublevación de Valencia hasta el entierro del Cid; el prototipo de ambas ha de ser aquí una *proto-Crónica de Castilla del s. XIII más fiel a las fuentes que la conservada. El prototipo de la Crónica de veinte reyes es también del primer tercio del s. XIV, cuando menos.
35 Espero tratar en forma más general de esta cuestión en un próximo trabajo («Borradores alfonsíes y Cantares de Gesta» [nunca lo llegué a completar y publicar]. Por una parte la devaluación de ciertos fragmentos de la Primera crónica hace dudar de la antigüedad de algunos pasajes épicos en ellos contenidos; pero al mismo tiempo la posibilidad de que las otras Crónicas utilicen los propios materiales alfonsíes nos lleva a fechar en pleno s. XIII ciertos relatos épicos hasta ahora considerados de época más tardía. El proceso recreador de la epopeya, asequible a nuestros conocimientos a través de las Crónicas Generales, se ve así encuadrado en márgenes cronológicos mucho más estrechos que lo supuesto de antiguo por Menéndez Pidal.
CAPÍTULOS ANTERIORES: LA ESTORIA DE ESPAÑA DE ALFONSO X. CREACIÓN Y EVOLUCIÓN:
PRESENTACIÓN
* 1.- PRESENTACIÓN. «LA ESTORIA DE ESPAÑA DE ALFONSO X. CREACIÓN Y EVOLUCIÓN»
I. ALFONSO X HISTORIADOR
* 2.- 1. LA FUNCIÓN DEL CONOCIMIENTO EN LA RESTAURACIÓN DEL IMPERIUM
* 3.- 2. LA HISTORIA COMO CONOCIMIENTO CIERTO Y EXHAUSTIVO DE LOS HECHOS PASADOS
* 4.- 3. TEXTO Y GLOSA. LA EXPLICACIÓN DE HECHOS Y PALABRAS
* 5.- 4. LA ESTRUCTURACIÓN CRONOLÓGICA DE UNA HISTORIA ECUMÉNICA
* 6.- 5. LA ARMONIZACIÓN DE LO NARRADO Y EXPLICADO POR LAS VARIAS FUENTES EN LA GENERAL ESTORIA
* 7.- 6. LA ESTORIA DE ESPAÑA HISTORIA DEL SOLAR «ESPAÑA» Y DE SUS NATURALES
* 8.- 7. DOS PRINCIPIOS DE ESTRUCTURACIÓN: LOS SEÑORÍOS Y LA CRONOLOGÍA
* 9.- 8. LA ARMONIZACIÓN DE LOS RELATOS DE LAS FUENTES EN LA ESTORIA DE ESPAÑA
* 10.- 9. LA EXPLICACIÓN DE LOS HECHOS
* 11.- 10. EJEMPLARIDAD Y DECORO HISTORIOGRÁFICOS
* 12.- 11. EL ESPEJO DE LA HISTORIA
II. EL TALLER HISTORIOGRÁFICO ALFONSI.
* 17.- 5. LA «TERCERA PARTE» DE LA ESTORIA DE ESPAÑA
III. ALFONSO X NO UTILIZÓ EL «TOLEDANO ROMANZADO»
* 19.- 1. VERSIONES EN ROMANCE DEL TOLEDANO
* 20.- 2. LOS MANUSCRITOS COMPLETOS DEL TOLEDANO ROMANZADO
* 22.- 4. EL PROBLEMA DE LA FECHA Y EL AUTOR DEL ROMANZAMIENTO
* 23.- 5. LA «HISTORIA DE LOS GODOS» DEL TOLEDANO ROMANZADO NO ES UNA HISTORIA GOTHICA CONTINUADA
* 24.- 6. LA « YSTORIA DE LOS GODOS» DEL TOLEDANO ROMANZADO NO ES UNA TRADUCCIÓN AMPLIADA DEL TOLEDANO
* 25.- 7. ADICIONES DEL TRADUCTOR
* 26.- 8. LA PRIMERA CRÓNICA GENERAL NO UTILIZÓ EL TOLEDANO ROMANZADO
IV. EL MIO CID DE ALFONSO X Y EL DEL PSEUDO IBN AL-FARAŶ
Imagen: Castigos y documentos del Rey Sancho IV, B.N. de Madrid ms. 3995
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