22.- 4. EL PROBLEMA DE LA FECHA Y EL AUTOR DEL ROMANZAMIENTO
4. EL PROBLEMA DE LA FECHA Y EL AUTOR DEL ROMANZAMIENTO. III. ALFONSO X NO UTILIZÓ EL «TOLEDANO ROMANZADO»
Gómez Pérez creyó en su día56 poder fechar la traducción entre 1249 y la muerte de San Fernando (1252), atendiendo al comportamiento del romanzador respecto a pasajes donde don Rodrigo aludía a circunstancias de actualidad para los años en que él escribía, y, en especial, respecto a aquellos en que el arzobispo hablaba como testigo presencial o como actor de la historia. Pero la selección de ejemplos aducida por Gómez Pérez no me parece correcta, pues excluye toda una serie de datos que no encajan bien con sus conclusiones.
Según Gómez Pérez observa, el Toledano romanzado desactualiza discretamente las alusiones a don Remón, conde de Tolosa († 1249), a Sancho II, rey de Portugal (desposeído en 1246, muerto en 1248) y a don Alfonso, conde de Bolonia (rey de Portugal desde 1248):
«Uxor sua Regina Ioanna nupsit Raimundo Comiti de Tolosa, ex quo suscepit filium nomine Raimundum, qui Tolosae adhuc hodie principatur» (Tol. V. 24) > »La rreyna doña Juana caso con vn conde de Tolosa, que ovo del vn fijo que dixeron don Remon que fue conde de Tolosa despues de la muerte de su padre».
«Et genuit ex ea filios, Sancium Regem Portugalliae successorem, qui etiam adhuc regnat; habuit secundum filium Aldefonsum qui duxit uxorem Matillam nomine... Boloniae Comitissam, et per eam habet hodie Comitatum» (Tol. VII 5) > «E ovo della fijos a don Sancho, que fue rrey de Portugal despues de la muerte de su padre, e a don Alfonso. Y este don Alfonso caso con doña Marfanda, condesa de Boloña... e ovo el condado de Boloña por rrazon de la muger que hera ende condesa», H.57
Mientras conserva sin desactualizar la referencia («...qui nunc Navarrae et Campaniae principatur, et Dominus dirigat vias eius», Tol. V. 24.) a Teobaldo I de Navarra († 1253): «...e es agora rrey de Navarra e de Chanpana, e Dios le endreçe. Amen» (H, f. 129-129v).
Pero el panorama está lejos de tener la claridad que estas observaciones podrían hacernos creer. Por una parte, el traductor omite también la alusión del arzobispo al carácter presente del imperio de Balduino («Baldovinus cum uxore sua Maria in imperii culmine dominantur, et Dominus custodiat eorum statum», Tol. VII. 24 > «ovo el ynperio Valdobin e su muger doña Maria» H), quien fue destronado en 1261 pero reconocido como emperador por el mundo latino hasta su muerte en 1274; por otra, deja sin desactualizar la referencia del Toledano a Ramón Berenguer IV de Provenza (1209-1245): «Aldefonso dedit Comitatum Provinciae... Et duxit uxorem neptem Comitis Folocalquerii, ex qua suscepit filium qui nunc Provinciae principatur» (Tol. VI. 3) > «E a don Alfonso dio el condado de Proençia... E caso con la nieta del conde don Folqueros, e ovo della vn fijo que agora es conde e principe de Proençia, que es noble... etc.» (ms. H)
Sin duda, hay que renunciar a sacar inferencias cronológicas de estos y otros pasajes,58 pues es evidente que el traductor no se propuso poner al día la obra del arzobispo don Rodrigo.
El Toledano romanzado emplea muy repetidamente la persona nosotros en el relato de la expedición que culmina con la batalla de las Navas. Las más de las veces reproduciendo su uso por parte del arzobispo:
«...e pasamos el rrio de Gudiana e asentamos el rreal enderredor de Calatrava (H, f. 196v) < «transivimus flumen Anam, et castramentati fuimus in circuitu Calatravae» (Tol. VIII. 6)
«...saliemos a vn lugar que llaman Fresneda. E otro dia viniemos a otro lugar que dizen Fresneda. Al terçer dia pasamos al pie del puerto del Muradal...» (H, f. 198-198v) < «post pervenimus ad aliam mansionem qui dicitur Fraxineda. Tandem pervenimus ad aliam mansionem eiusdem nominis. Tertio vero die ad aliam mansionem in radice montis de Muradal» (Tol. VIII. 6)
«y en aquellos dos dias que alli folgamos non quemamos otra leña syno astas de las lanças e de las saetas que los moros truxeran, e no pudimos quemar la mitad dellas, como quier que quemavamos en ellas a sabiendas no las aviendo menester» (H, f. 206) < «in illis duobus diebus ad usus omnes nulla alia ligna combussimus, nisi hastas lancearum et sagittarum, quas secum duxerant Agareni: vix tamen in illo biduo potuimos consumere medietatem, quamvis ex industria, non ad necessitatem ignem apponerent, sed ad eorum multitudinem consumendam» (Tol. VIII. 11)
Pero extendiéndola, ocasionalmente, a pasajes en que don Rodrigo empleaba construcciones impersonales:
«Interea dum haec agerentur, Mahomat... ibique praestolabatur exercitum Christianorum. Nec erat ei cordi pugnare, quia verebatur auxilia peregrina, sed ut in reditu insiliret, ut forte Christiani fatigati laboribus, diminuti mortibus, ei resistere non valeret» (Tol. VIII. 7) > «Demientre que nos veniemos asi nuestro poco a poco... Admi-ramamolin que por su nonbre Mahoma se dezia... atendia por alli a los christianos que yvamos con el lidiar. E quanto en el hera, no avia talante de lidiar connusco, ca el se temia de los estraños que nos vinieran a ayudar, mas cuydava que nos nos tornariamos e que firiria en los christianos, e nos, lo vno con cansançio e lo al con la muerte que el cuydava fazer en nos, tenia que nos non podríamos anparar del» (H, f. 198 v).
Para Gómez Pérez esta forma de narrar la expedición de Las Navas es prueba de que el traductor tomó parte en la acción (igual que el arzobispo). Como contraprueba aduce la eliminación de la persona nosotros en la versión romanzada del viaje de Fernando III a León para posesionarse del reino.
Por ejemplo:
«Altera vero die Taurum intravimus», «recepimus ex aliis civitatibus milites et nuncios venientes, qui...», «Nam quam cito venimus Maioricam et Mansellam...», «Sequenti vero die intravimus Legionem» (Tol. IX. 14 y 15) > «Otro dia entraron en Toro», «vinieron al rrey cavalleros que...», «E tan ayna como llegaron a Mayorga e a Mansiella...», «Salio el rey de Mansiella e fuese para Leon» (H, f. 221-221 v).
Pero el comportamiento del traductor está lejos de ser sistemático: la despersonalización de la traducción en el viaje a León no es constante (cfr. «Rex advenit, et inde omnes ivimus Beneventum», Tol. IX 15 > «Fuese el rrey para Venavente, e nos todos con el», ms. H, f. 222); y, en contrapartida, la primera frase en primera persona del relato latino de Las Navas aparece cambiada a tercera persona («Inde igitur procedentes omnes pariter pervenimus Calatravam», Tol. VIII. 6 > «Movieronse de allí e fueron para Calatrava», ms. H, f. 196 v).59
Al evaluar estas formas contradictorias de traducción es preciso tener presente que el traductor no pretendió despersonalizar la obra de don Rodrigo. Resulta claro desde el Prólogo, donde usa sistemáticamente la persona Yo («enbio vos la obra», «mio poco saber», «yo, señor, non puedo», «me di a copilar», «e copilelos todos», «fiz», «Yo don Rodrigo, arçobispo en Toledo, vos enbio», «que lo yo pude copilar», «non escrevi», «pido vos por merced», etcétera). Y se confirma en el texto mismo de la historia, ya que en el relato de la batalla de las Navas conserva la afirmación: «E Nos, el arçobispo don Rodrigo, damos testimonio ante Dios e los nobles omnes quel noble rrey don Alonso en todo esto nunca mudo la color...» (ms. H, f. 204 de la numeración a lápiz).
Sin duda, el argumento más importante, aducido por Gómez Pérez, en favor de la antigüedad de la traducción es el pasaje referente al traslado de las reliquias de santa Justa y santa Rufina. Donde el Toledano (IV. 12) decía:
«Sed quia nostris temporibus corpora Sanctarum Iustae et Rufinae revelatione ostensa per Petrum Fernandi nobilem Principem sunt translata ad regale monasterium prope Burgis, ego nolo, sed diffiniat, qui praesumit».
el texto romanzado añade una invocación a Fernando III, aclaratoria del «nostris temporibus» de don Rodrigo»:60
«ca (e, S) çierto es que en estos nuestros (H, E, S) tyenpos (-i-, E; -iem-, S), en que vos (S; q. los, E, H, enmendado en H poniendo quel y tachando los) muy glorioso (-os, E, H, tachada la -s en ambos mss.) rrey (falta S) don Fernando rreynades (S; rreygna del E, tachado del y añadido sobre la línea se; rreygnase, H) en Castiella (-illa-, S) e (y, S) en Toledo e en Leon e en Galizia (Gall-, S) e (y, H) en Sevilla (-u-, E) e en Cordova (-u-, E) e (y, S) en Jaen (-h-, S) e (e en, S) Badajoz e (y, E) en Merida, que los cuerpos de santa (-nct-, S) Justa (Y-, S) e de (falta en E) santa (-nct-, S) Rrufina fueron descubiertos por rrevelaçion (-u-, E) e (y, H) trasladados (trass-, E; -dolos, S) por (don, S) Pero Fernandes (Ferra-, S) al monesterio (-ss-, E) rreal çerca (çir-, E) de Burgos», H (f. ant. 140v, mod. 141v), E (f. 116v - 117), S (f. 177),61
[invocación ajena, a lo que parece, a la tradición manuscrita de la obra latina].62
Dado que el traductor no pretendió despersonalizar la obra del arzobispo, la invocación a Fernando III ha de entenderse como puesta en boca del autor, esto es, don Rodrigo Ximénez de Rada, y no del romanzador; pero, así y todo, no dejaría de ser extraño que a un traductor posterior al reinado de San Fernando se le ocurriese añadir esta invocación dirigida al rey por el arzobispo para dejar más claro cuáles eran los tiempos llamados «nuestros» en la historia.
Gómez Pérez no duda en la atribución del pasaje aclaratorio al traductor y lo considera claramente contemporáneo de Fernando III; en consecuencia, ve en él una prueba definitiva de que la traducción se realizó después de 1248, fecha de la conquista de Sevilla, toda vez que este reino aparece nombrado en la titulación regia. Pienso, sin embargo que, dada la notoriedad de esta conquista y la ininterrumpida presencia del nombre de Sevilla en la titulación de todos los reyes posteriores, la inclusión de ese reino en la nómina pudo hacerse en cualquier momento de la transmisión manuscrita del Toledano romanzado.
En favor de que «e en Seuilla» sea una interpolación cabría aducir varios otros pasajes del Toledano romanzado en que la titulación regia de San Fernando reproduce la situación de los años 1246-1247. Así, al dar noticia del matrimonio de Violante de Aragón con el infante don Alfonso, el Toledano romanzado completa la lista de los reinos de Fernando III que daba originalmente el arzobispo («Cordubae, Lusitaniae et Murciae principatur»)63 e interpola el de Jaén, reino conquistado en 1246 (después que don Rodrigo dio, en 1243, por terminada su Historia Gothica),64 pero no el de Sevilla (cuya conquista es de 1248):
«de Cordova, de Murçia, de Jaen, de Merida, que agora rreyna»65
E idéntico contraste se da también en la titulación empleada en el «envío» de la obra del arzobispo al rey. A la frase latina original
«Serenissimo, invicto et semper augusto domino suo Fernando, Dei gratia regi Castellae et Toleti, Legionis et Gallaeciae, Cordubae atque Murciae...»
corresponde en el Toledano romanzado:
«Al muy noble e muy alto señor e bien aventurado don Fernando, por la graçia de Dios rrey de Castilla, [de Toledo], de Leon, de Galizia, de Cordova, de Murçia, de Merida, de Jaen...»
La importancia de este contraste aumenta si tenemos en cuenta que los anales añadidos al fin de la traducción de la Historia Gothica (véase atrás § 2 y n. 24) acaban precisamente consignando: «Era de mili e dozientos y ochenta y quatro años gano el rrey don Fernando a Jaen», sin aludir a la conquista de Sevilla.
Sin embargo, todas estas referencias a la conquista de Jaén en 1246 no son adiciones introducidas por el traductor, pues indudablemente remontan a la tradición manuscrita latina de la «Opera historica» de don Rodrigo Ximénez de Rada. Por lo pronto, recuérdese que el prólogo general, obra del propio don Rodrigo, incluye una titulación de Fernando III en que se cita ya a Jaén66 (y no a Sevilla, como es lógico, pues el arzobispo murió en 1247). [No es, pues, de extrañar que algunos manuscritos latinos que incluyen toda la «Opera historica» del arzobispo ofrezcan ligeramente modernizada la titulación regia en los dos pasajes que acabamos de citar. Así, en el ms. Vl se lee:
«Et ex hac uxorem suscepit filiam nomine Yolesam, quam dedit uxorem domino Aldeffonsso primogénito regis Ferdinandi qui Castelle, Tolleto, Legioni, Gallecie, Cordube, Lusitanie, Gienni, et Murcie principatur» (f. 55 d)
«Serenissimo et inuicto et semper augusto domino suo Fernando Dei gratia Regi Castelle et Toleti, Legionis et Gallecie, Cordube, Murcie, Lusitanie et Gieni Rodericus indignus cathedre Toletane sacerdos...» (f. 1 a)
y las mismas adiciones presenta el ms. Il. Obviamente, el Toledano romanzado conoció uno y otro pasaje en esta forma actualizada en 1246 ó 1247.
La facilidad con que en el curso de la tradición manuscrita, tanto latina como romance, se modernizaban estas listas de reinos nos la ilustra el ms. Tl, donde el «envío» varias veces citado ha adquirido una referencia a la posesión de Sevilla (conquistada en 1248):
«Serenissimo et inuicto et semper augusto domino suo Fernando Dei gratia Rex Castelle et Toleti, Legionis et Gallecia, Cordube atque Murcie, Lusitanie et Betice atque Gienni...»
Pero si, a pesar de ello, consideramos con Gómez Pérez que la inclusión de Sevilla en la titulación regia del pasaje de las reliquias de santa Justa y santa Rufina tiene que ser obra del traductor (y no una interpolación posterior) en vista de que ese reino aparece citado no sólo en los mss. H, E, sino también en los de la Estoria del fecho de los godos (que siguen en esta parte al Toledano romanzado), la lógica del argumento nos obligará a mantener que la referencia a la canonización de San Luis de Francia (1297), interpolada en Tol. IX. 18, fue añadida asimismo al tiempo de realizarse la traducción, pues figura igualmente en los mss. H, E y en los de la Estoria del fecho de los godos:
«... la nieta del rrey de Françia el noble rrey don Luys (Lois E) que después fue santo e es canonizado por santo e avia la donzella por nonbre doña Juana...» (H, f. 214, mod. 225; E, f. 199 v; S, f. 250 que añade «canonizado agora»)
Como remate de esta detenida reconsideración de los argumentos de Gómez Pérez, basados en la confrontación del texto del Toledano romanzado con el original latino de la obra del arzobispo, creo necesario afirmar que a partir de ellos no es posible precisar el tiempo en que se realizó la traducción. A mi parecer, para llegar a conclusiones definitivas respecto a la antigüedad del Toledano romanzado es antes preciso determinar qué versión latina de la «Opera historica» de don Rodrigo Ximénez de Rada tuvo el traductor presente, pues de otro modo corremos el riesgo de seguir discutiendo indefinidamente sobre el carácter de las variantes e interpolaciones que ofrece el texto romance sin llegar a un posible acuerdo acerca de su origen e interpretación.
Pero antes de abandonar la argumentación de Gómez Pérez en favor de la contemporaneidad del acto traductor respecto al reinado de Fernando III interesa recordar que en su estudio67 llegó incluso a señalar el nombre del autor del Toledano romanzado, basándose en cierta subscripción del manuscrito original de la Historia de la batalla de las Navas.
En la cofradía de la Santa Cruz de la villa de Vilches se guardaba, en el s. XVII, un manuscrito en pergamino que contenía un relato o historia de la batalla de las Navas, traducción del Tol. VIII. 1-12. Lo dio a conocer en 1654 Martín de Ximena (Xi-ed)68 y ha sido varias veces reproducido. El original de Vilches no nos es conocido; pero de él derivan directamente dos copias, de entre las conservadas: El ms. Hi,69 de finales del s. XV o principios del s. XVI (del que depende el ms. Ri, del s. XVIII), y el ms. Vi,70 copia autorizada en Vilches71 por el escribano público de Villacarrillo y notario público del obispado de Jaén el 8-V-1785.72 En esta copia notarial se transcribe la subscripción «Por mandato del Arzobispo Don Rodrigo, Domingo Pascual». Para Gómez Pérez esta subscripción constituye prueba suficiente de que la traducción fue realizada en vida del arzobispo don Rodrigo (esto es, antes de 1247) y por Domingo Pascual, «Dominicus Paschasius» o «Paschalis», capiscol de la iglesia toledana, cruciferario en la batalla de las Navas, deán y, finalmente, arzobispo electo (2-III-1262) de Toledo.
Según es bien sabido,73 esta traducción que se guardaba en Vilches de los capítulos 1-12 del libro VIII de la Historia Gothica es idéntica a la del Toledano romanzado. Para Menéndez Pidal la explicación era sencilla: la Historia de la batalla de las Navas es un fragmento segregado del conjunto del Toledano romanzado. Pero Gómez Pérez, en vista de la subscripción, se ve forzado a considerar a la Historia de la batalla de las Navas como anticipo, anterior a 1247, del Toledano romanzado, que, según vimos, consideraba posterior a 1249. Esta suposición de que Domingo Pascual empezase por traducir, para el propio arzobispo don Rodrigo, el relato de las Navas, y que luego lo aprovechase en una traducción de conjunto, no me parece muy feliz.
[Para poder situar en el tiempo la traducción del Toledano romanzado creo esencial el precisar cómo entronca el texto romance con la tradición manuscrita latina de la obra del arzobispo].
[Según vimos más arriba (§ 3), la traducción hereda de su original latino un grave desorden en la Chronica omnium Pontificum et Imperatorum Romanorum y ese desorden lleva al traductor a suponer que hay un Otón antiemperador nombrado por el Papa y vencido por el primer Otón y a contar que Federico II murió en Tierra Santa ahogado en el río Saléfico, esto es a atribuirle la muerte de Federico I Barbarroja. Tan notables desatinos nos muestran claramente que la traducción se hizo sobre un manuscrito de la familia Vl, Il (pues uno y otro texto presentan idéntico desorden) y, además, que el traductor no fue contemporáneo de Federico II, muerto en 1252, pues no es de creer que en años próximos a la vida de este emperador hubiera una persona latinada capaz de no reconocer el absurdo que estaba traduciendo. Desde luego, es de todo punto imposible que un Domingo Pascual, canónigo en 1212 de la catedral de Toledo, acompañante del arzobispo don Rodrigo en sus viajes a Roma de 1215-16 y de 1217-18 y arzobispo electo de Toledo en 1262, pueda haber reproducido la confusión entre las dramáticas circunstancias de la muerte de Federico I Barbarroja en Tierra Santa el año 1190 y las de Federico II en 1250 presentes en un original latino semejante a los mss. Vl e Il].
[No tan llamativo, pero sí no menos desatinado, es] el arreglo anacrónico que de otra laguna ofrecen en común los manuscritos del Toledano romanzado y la Estoria breve del fecho de los godos (ms. S) en el pasaje dedicado por don Rodrigo a Teobaldo I de Navarra al hablar de los reyes navarros descendientes de Sancho el Mayor:
«Ex ista suscepit filiam nomine Blancam, quae est uxor nobilis Ioannis Ducis Britanniae. Postea duxit uxorem tertiam nomine Margaritam filiam nobilis Principis Archembaudi, ex qua suscepit duos filios, Theobaldum et Petrum, et filiam Alienor, quorum infantiam Dominus alat, provehat, et exaltet», Tol. V. 24 > «Et ovo della vna fija que ovo nonbre doña Margarida, (-ita, S), que caso con don Archebaudo (Artebando, S) noble principe (falta H) e ovo della dos fijos, don Tibalte (Arbarc, H) e don Pedro, e ovo vna fija que (a. q., S) dixeron doña Leonor», H (f. 129), S.
[Nuevamente, el error se fundamenta en un defecto del original latino utilizado por el traductor. En el ms. Vl el párrafo que acabamos de citar refleja un salto de vista entre palabras iguales:
«Ex ista suscepit filiam nomine Margaritām filiam nobilis principis Archebaudi ex qua suscepit duos Theobaldum et Petrum et filiam Alienor...»,
error por homoiographon en el que su hermano el ms. Il no participa:
«Ex ista suscepit filiam nomine Blanca que est uxor nobilis Iohanis ducis Britanie. Postea duxit uxorem tertiam nomine Margaritam filiam nobilis principis Archenbaudi ex qua suscepit duos filios Theobaldum et Petrum et filiam Alienor...»]
Evidentemente, el arreglo de la laguna por parte del traductor exige el paso de mucho tiempo desde los días de Teobaldo I, muerto en 1253, y demás personajes a que aludía el Toledano, pues sería inconcebible que un traductor contemporáneo confundiese a la tercera mujer del rey de Navarra con la hija de la segunda, que casase a esta hija con el padre de esa tercera mujer y que considerase a los hijos del rey de Navarra sus nietos y, a la vez, hijos de su suegro (recuérdese que Teobaldo II, uno de esos hijos, que reinó también en Navarra, no murió hasta 1270).
[La determinación del entronque del Toledano romanzado con la tradición manuscrita latina a través del ms. Vl74 tiene, por tanto, como consecuencia lateral indiscutible el tener que situar esta famosa traducción en tiempos muy posteriores a los que la crítica venía asignándole]
A favor del carácter muy tardío de la traducción habla también el pasaje, al que más adelante nos referiremos, de la agonía de Fernando I en Cabezón (común a los mss. H, E y a la Estoria del fecho de los Godos), pues se halla inspirado probablemente en la Crónica de Castilla, obra evidentemente post-alfonsí.
Diego Catalán. La Estoria de España de Alfonso X. Creación y evolución. (1990)
NOTAS
56 «La más ant. trad.», pp. 359-361.
57 Aunque «ovo» tiene un claro sentido incoativo (’obtuvo’, ’adquirió’) y, por tanto, no indica que Alfonso de Bolonia hubiera dejado de ser conde (como cree Gómez Pérez), la traducción parece considerar el reinado de Sancho II en el pasado. Esta impresión se subraya en vista de la omisión de la frase «Adhuc extat, et Dominus dirigat vias eius», con que el Toledano remataba (VII 6) su referencia al reinado.
58 A los casos arriba citados añádanse las desactualizaciones referentes a doña Dulce, la hermanastra de Fernando III: La frase del Tol. VII. 5 «Dulcis remanent nundum nupta» es omitida por el Toledano romanzado; y la frase de Tol. VII. 24 «et aliam filiam quae Dulcis dicitur, et adhuc vivit» es transformada en «e ovo otrosi en [el]la vna fija a que dezian (a) doña Duçe», H.
59 Aunque inmediatamente después, al referir el cerco de Calatrava mantiene ya la persona Nosotros del original latino.
60 El pasaje se halla en el reinado de Fernando I, rey de Castilla y de León; ello justifica el empleo del título completo de Fernando III, para evitar confusiones. Cito todas las variantes de H, E y S.
61 Los mss. H y E están íntimamente emparentados; el ms. S de la Estoria breve del fecho de los Godos ofrece, creo, una lección más correcta del pasaje. La forma en que Gómez Pérez («La más ant. trad.», p. 360) cita el fragmento no es aceptable: «Cierto es que en estos vuestros tyenpos en que vos, muy glorioso rey don Fernando, reinades en Castilla e en Toledo e en Leon e en Galizia e en Sevilla e en Cordova e en Jaen e en Badajoz e en Merida, que los cuerpos de santa Justa e de santa Rufina fueron descubiertos por revelaçion e trasladados». Tanto el ms. H de la Academia de la historia, como el ms. E, como el ms. S de la Estoria breve del fecho de los godos, dicen correctamente «nuestros t.» < «nostris temporibus». En el ms. H la terminación «-ase» del verbo «reinar» es, por otra parte, clarísima (con s larga).
62 [Desde luego no figura en los mss. Vl, ,IlI, Tl.]
63 El pasaje completo decía así: «Et ex hac uxore suscepit filiam nomine Iolesam, quam dedit uxorem domino Aldefonso primogenito Regis Fernandi, qui Castellae, Toleto, Legioni, Gallaeciae, Cordubae, Lusitaniae, et Murciae principatur. Suscepit autem ex eadem alios filios parvulos, quibus Dominus benedicat, et deinceps dirigat vias eius» (Tol. VI. 5).
64 Según muestra, claramente, la «despedida» final: «Hoc opusculum, ut scivi, et potui, consummavi, anno Incarnationis Domini MCCXLIII, AEra MCCLXXXI, anno vicesimo sexto Regis Ferdinandi, quinta feria, pridie calendas Aprilis, anno pontificatus mei tricesimo tertio, Sede Apostólica adhuc vacante anno uno, mensibus octo, diebus decem, Gregorio Papa nono viam universae carnis ingresso».
65 En el Toledano romanzado el pasaje completo dice: «E ovo el rrey don Jayme de su muger doña Violante vna fija a que dixeron doña Violante como a su madre, y esta doña Violante caso con don Alfonso fijo mayor del rrey don Fernando de Castiella e de Leon, de Toledo, de Galizia, de Cordova, de Murçia, de Jaen, de Merida, que agora rreyna. Ovo otro si el rrey don Jayme otros dos fijos pequeños de la dicha doña Violante e Dios lo bendiga e los endreçe. Amen» (en tinta más pálida se añadió posteriormente: «el qual don Fernando despues gano a Sevilla»), H (f. 135v); idéntico es E (incluso en «lo bendiga e los endreçe», f. 111 o 32).También incluye a «Jahen» y excluye a «Sevilla» el ms. S, f. 172.
66 El «Prologus» de la «Opera historica» de don Rodrigo presenta, respecto a la titulación empleada en el «envío» de la Historia Gothica, las mismas adiciones que las titulaciones arriba citadas del Toledano romanzado: «...Castellae, et Toleti, et Legionis, et Gallaeciae, Cordubae, et Lusitaniae, Murciae et Gienni, inclite Domine Rex Fernande...» (> «...señor don Fernando, por la graçia de Dios rrey de Castiella, de Toledo, de Leon, de Galizia, de Cordova, de Merida, de Murçia, de Jaen» traduce el Toledano romanzado).
67 J. Gómez Pérez, «La más ant. trad.», pp. 361-371.
68 D. Martín de Ximena, Catálogo de los obispos de las iglesias catedrales de la diocesi de Jaen, Madrid, 1654, pp. 95-110, transcribió el texto (que comienza con una errata: «Acabado vn año...»), advirtiendo: «Iuntamente con esta Cruz [se refiere al estandarte de las Navas] dexo el Arçobispo don Rodrigo escrito el sucesso deste triunfo en lengua Castellana en vn libro de pergamino, que desde aquel tiempo guardan original los Cofrades de la Cofradia desta Santa Cruz en la Villa de Bilches».
69 Ms. Hi: Bibl. de la Real Academia de la Historia, de fines del s. XV o principios del s. XVI (Gómez Pérez, «La más ant. trad.», p. 363); ms. Ri: ms. de la Bibl. de Palacio 2-F-2, 11 hojas, s. XVII. Nº 28 de Menéndez Pidal, Crón. Generales3, pp. 146-147.
70 Ms.Vi: ms. 6897 de la Bibl. Nacional, Madrid. Véase Gómez Pérez, «La más ant. trad.», p. 363.
71 El original todavía se hallaba en el archivo de la villa de Vilches.
72 Véase J. Gómez Pérez, «La más ant. trad.», p. 363.
73 R. Menéndez Pidal, Crón. Generales3, pp. 146-147; B. Sánchez Alonso, «Vers, en rom.», p. 352.
74 [A pesar de la evidente relación de la traducción con el ms. Vl, la presencia en el Toledano romanzado de los Anales hasta la conquista de Jaen (de que trataremos en § 5), inexistentes en los mss. Vl e Il, hace pensar en una dependencia indirecta. También sorprende la diferente ordenación de la Opera omnia: Prólogo, Godos, Anales, Bárbaros, Ostrogodos, Papas y Emperadores, Romanos, Árabes, en el Toledano romanzado; Prólogo, Godos, Papas y Emperadores, Romanos, Bárbaros, Ostrogodos, Árabes, en Vl e Il.]
CAPÍTULOS ANTERIORES: LA ESTORIA DE ESPAÑA DE ALFONSO X. CREACIÓN Y EVOLUCIÓN:
PRESENTACIÓN
* 1.- PRESENTACIÓN. «LA ESTORIA DE ESPAÑA DE ALFONSO X. CREACIÓN Y EVOLUCIÓN»
I. ALFONSO X HISTORIADOR
* 2.- 1. LA FUNCIÓN DEL CONOCIMIENTO EN LA RESTAURACIÓN DEL IMPERIUM
* 3.- 2. LA HISTORIA COMO CONOCIMIENTO CIERTO Y EXHAUSTIVO DE LOS HECHOS PASADOS
* 4.- 3. TEXTO Y GLOSA. LA EXPLICACIÓN DE HECHOS Y PALABRAS
* 5.- 4. LA ESTRUCTURACIÓN CRONOLÓGICA DE UNA HISTORIA ECUMÉNICA
* 6.- 5. LA ARMONIZACIÓN DE LO NARRADO Y EXPLICADO POR LAS VARIAS FUENTES EN LA GENERAL ESTORIA
* 7.- 6. LA ESTORIA DE ESPAÑA HISTORIA DEL SOLAR «ESPAÑA» Y DE SUS NATURALES
* 8.- 7. DOS PRINCIPIOS DE ESTRUCTURACIÓN: LOS SEÑORÍOS Y LA CRONOLOGÍA
* 9.- 8. LA ARMONIZACIÓN DE LOS RELATOS DE LAS FUENTES EN LA ESTORIA DE ESPAÑA
* 10.- 9. LA EXPLICACIÓN DE LOS HECHOS
* 11.- 10. EJEMPLARIDAD Y DECORO HISTORIOGRÁFICOS
* 12.- 11. EL ESPEJO DE LA HISTORIA
II. EL TALLER HISTORIOGRÁFICO ALFONSI.
* 17.- 5. LA «TERCERA PARTE» DE LA ESTORIA DE ESPAÑA
III. ALFONSO X NO UTILIZÓ EL «TOLEDANO ROMANZADO»
* 19.- 1. VERSIONES EN ROMANCE DEL TOLEDANO
* 20.- 2. LOS MANUSCRITOS COMPLETOS DEL TOLEDANO ROMANZADO
Imagen: fragmento de la Anunciación a los pastores. Pintura mural de una bóveda del Panteón Real (primer cuarto del siglo XII). León, colegiata de San Isidoro.
0 comentarios