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ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

42.- 3. CONSONANTES IMPLOSIVAS

42.- 3. CONSONANTES IMPLOSIVAS

3. CONSONANTES IMPLOSIVAS. VI. EL ESPAÑOL CANARIO. ENTRE EUROPA Y AMÉRICA

      El capítulo más importante de la fonética «nueva» del Sur de España y de los puertos de América es sin duda el de la relajación, neutralización y pérdida de las consonantes implosivas.

3.1. Neutralización y aspiración de las sibilantes implosivas

      La neutralización y aspiración de las sibilantes implosivas nada tiene que ver con el [şeşeo], ni con la calidad de la s; la distribución geográfica de ambos fenómenos nos lo indica claramente.

      En la metrópoli, la neutralización de -s, -z, -x, propagada, sin duda, algo más tarde que el çezeo (a pesar del Sofonifa ’Sofonisba’ de don Fernando Colón, aducido por Menéndez Pidal) desbordó con mucho el área del çezeo, imponiéndose no sólo a todo el andaluz, sino también a todo el extremeño, hasta el Sur de Ávila y el Sur y SO. de Salamanca, alcanzando por este extremo incluso el Duero y el Tormes en La Ribera (hoy este extremo NO. del área se halla desligado del resto, debido a la penetración del habla «cha­rra» salmantina en la comarca de Ciudad Rodrigo). ¿Se trata de una reliquia de la aspiración la neutralización en [ṡ] de -z y -s, interiores de palabra, propia de toda la provincia de Salamanca? También hacia el NE. la aspira­ción logró irse imponiendo, creo que en fecha más tardía, por Murcia, Alba­cete y parte de la Mancha, desde donde amenaza el habla de Madrid (no hay duda de que detrás de los puntos más avanzados de penetración del fenóme­no hay, en estas regiones, grandes bahías y aún lagunas de territorios en que no se ha generalizado la aspiración ni la neutralización).

      En América, en cambio, la aspiración, al no imponerse desde los días de la conquista como rasgo de la koiné antillana, no se convirtió en rasgo gene­ral del español criollo, como el çezeo, y sólo logró aceptación en los puertos. Hoy es nota característica de las regiones costeras de «poderoso comercio continuado»: Las Antillas, costa de Veracruz, Tabasco y Campeche (Méjico), Venezuela (salvo los departamentos andinos), costa colombiana de Santa Marta, Barranquilla y Cartagena, Darién, en el área del Caribe; Panamá, puertos de Méjico en Guerrero y Jalisco, costa del Ecuador y del Perú sep­tentrional, Chile, en el Pacífico. También la aspiración ha alcanzado a otra zona marítima, la región del Plata, a pesar de su menor vida comercial du­rante el período colonial: Uruguay, Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Co­rrientes, Paraguay.

      La aspiración, con ser uno de los rasgos fonéticos más llamativos del español canario, no es tampoco un rasgo propio de todas las hablas del Ar­chipiélago. En El Hierro, la isla más pequeña y apartada, y también, aunque con menos regularidad, en algunas aldeas de la montaña en La Gomera, persiste hasta hoy una modalidad arcaizante del español atlántico insular en que la -s implosiva se mantiene inalterada, como en las hablas americanas del interior. En el resto de Canarias las antiguas -z, -s, -x, del español medieval e imperial han dado -[h] o [Ø] (cero), como en las hablas «marítimas» de América.

      La pérdida total de la aspiración no se produce ni en Tenerife, ni en La Palma, ni en La Gomera, ni en Lanzarote (de Fuerteventura me faltan da­tos). Ejemplos: crúh, Péreh, dóh, bácah, gátoh, relóh (o reló, pero relóh caro). A pesar de la regular conservación de la -[h] implosiva, esta realiza­ción de la sibilante no se ha incorporado al fonema /h/, pues al lado de ella subsiste una variante enfática [ş] aún de bastante empleo. La [ş] surge, no sólo en el habla cuidada de la oratoria, sino conversacionalmente siempre que se entrecomilla o subraya una palabra; y, desde luego, es aún obligada, en ciertos casos, cuando queda intervocálica por fonética sintáctica. Sin em­bargo, el progresivo desvinculamiento de la -[h] implosiva respecto al fonema /s/ se patentiza en la tendencia marcada del habla popular a preferir la -[h] respecto a la -[ş] en la mayor parte de las situaciones en que se convierte en explosiva por fonética sintáctica; sólo en las voces en que hay otra aspirada en la sílaba inmediata triunfa la -[ş] por disimilación (igual que se ha obser­vado en algunas hablas andaluzas): únos-óhoh, grándes-óhoh, ésos-áhnoh, los-íhoh,  primeros-íhoh,   las-íhlah,   aquéllas-íhlah,   aihládas-íhlah,   málos-áñoh, trés-águah, grándes-águah, buénos-áhoh, los-ígoh, nos-ábreh la puerta, cómpras-óhah, trés-óhah; en las voces esdrújulas la disimilación se produce aunque medie una sílaba átona entre las dos aspiraciones: fiéras-águilah, los-útileh de trabáho, los-árboleh, áltos-árboleh; y, en contrapartida, no ocurre la disimilación en las voces agudas, pese a la aparente proximidad de las dos aspiradas: máh atráh, báh atráh, máh atróh, máh arróh, noh iráh a desír, noh abráh bíhto. La oposición en casos como: Las-águah, trés-águah y máh agua o entre buénah alméndrah y buénos-áhoh, o entre únoh indibíduoh y únos-óhoh, etc. es bien significativa. Los hablantes más cultos reponen oca­sionalmente la [ş] con mayor libertad (máh-água o más-água, lah arénah ~ las-arénah, loh armárioh ~ los-armárioh).

      Cuando sigue consonante, la aspiración tiende a asimilarse a ella en el punto de articulación, surgiendo así, al lado de la [hl laríngea, aspiradas velares, palatales, dentales, labiales (ejs.: ca o cca, lah llábeh, dé đhe, éḥtte, ehpperánşa). La aspiración, cuando se asimila a una fricativa sorda, desaparece por completo: lo huébeh, fóforo, afisiár, la sógah, lo soldádoh, porqu’é sábado ’porque es sábado’, úno sapátoh. Ante nasal se nasaliza [ĥ].

      El influjo de la aspiración sobre las sonoras b, d, g siguientes es notorio, aunque no se alcance en general los resultados extremos del proceso asimila-torio [f, θ, ҳl eb^hélto, reh^halár, etc.; dé0ne, deh^hén, etc.; pahuáto, múho, rehuárdo, ráho, raháda, rahúño, alláho, huhádo (en Lanzarote hugáo, por disimilación), etc.; en enlace sintáctico: loh^hóloh, loh§nátoh, la0nóh. En los casos en que la sonoridad se mantiene, que son los más, la sonora adquiere una pronunciación aspirada o soplada (’rehilante’) similar a la de la [f], [θ] o [א], pero sonora, y modifica su punto de articulación, haciéndose plenamente interdental la d, y laríngea la g, como en otros lugares del espa­ñol innovador cismarino y ultramarino.

      La pérdida de la aspiración en posición final de palabra caracteriza el habla innovadora de Las Palmas, y de las villas y pueblos del Norte de Gran Canaria. La crítica situación en que esta pérdida coloca a los morfemas de plural en el sustantivo y de persona Tú en el verbo tiende a salvarse aquí, como en otras zonas del español meridional y atlántico, gracias a la mayor abertura y al alargamiento de la vocal final, que permiten distinguir las síla­bas antes trabadas por la -[h], de las originalmente libres (la oposición no es, sin embargo, tan marcada como en las hablas andaluzas orientales). El olvi­do de la aspiración se extiende a los casos en que la implosiva iría agrupada, por fonética sintáctica, con una consonante. En tales casos, la aspiración, al desaparecer, convierte a la consonante sonora inmediata en una oclusiva [b], [d], [g]: Iǫ -bánco, ¸-dó, lǫ-gáto, frente a bo o đo. Los hablantes de Tenerife, que entre vocales sólo conocen realizaciones fricativas de /b/, /d/, /g/, como la generalidad de los españoles, interpretan estas consonantes in­tervocálicas oclusivas como si estuvieran precedidas de consonante nasal y acusan a sus vecinos los «canarios» de decir «landó», «lambáca» (no otra cosa hacen los griegos hoy día —por no pronunciar oclusiva su /d/ sino tras nasal— cuando tratan de reproducir la [d] intervocálica oclusiva del inglés).

      La historia filológica de la aspiración está sin esbozar siquiera; cuando se trace, creo que convendrá tener en cuenta la posibilidad de que el archifo-nema -S (de -z, -s, -x), antes de aspirarse, se haya realizado primeramente (en el tránsito del s. XVI al XVII) como -[š], igual que en portugués (cfr. /x/ [š] > [h], y ténganse presentes los casos de grafía -x por -s en los siglos XVI y XVII).

3.2. Neutralización de -r, -l implosivas

      Otra neutralización de implosivas, la de -r y -l, que se documenta en Andalucía a fines del s. XVI y principios del XVII, tiene en España un área algo menor, pero muy similar a la que acabamos de estudiar. Fuera de un islote vasco-aragonés, no pertinente para nuestro estudio, la pérdida de la oposición fonológica entre -r y -/ tiene su centro en Andalucía y Extremadu­ra: hacia Occidente, abarca todo Cáceres y penetra en la franja sur de Sala­manca y SO. de Ávila, de habla extremeña (su frontera al Sur de Ciudad Rodrigo coincide así, prácticamente, con la de la aspiración, descontado el islote de La Ribera); hacia Oriente, ha penetrado también en el reino de Murcia.

      En América el área de neutralización comprende las zonas porteñas del Caribe y el Pacífico: Las Antillas, costa de Méjico, costa de Colombia, Vene­zuela (salvo la zona andina), Panamá, costa sur de Colombia, costa del Ecuador y del Perú septentrional; en Chile es propia de la región central, con Valparaíso y Santiago por centro (zona a la que se une Neuquén en Argenti­na) y en el Sur sólo de la ciudad costera de Valdivia. Fuera de esta área marítima, la neutralización no se produce en ninguna de las regiones conser­vadoras del interior, ni tampoco en la alejada región del Plata. Ocurren, eso sí, en todas partes algunas disimilaciones: cormíllo ~ cormí(y)o, arfíl, delan­tár, arquilár, solprendér, carculár, etc. Estas mismas disimilaciones se dan también en España en zonas no confundidoras.

      Las hablas canarias arcaizantes y aún las meramente conservadoras mantienen perfectamente distintas y con articulación plena las realizaciones implosivas de -r y -l (en algunas localidades muy arcaizantes de Tenerife y en buena parte de las islas menores de esta provincia, persisten hasta hoy inclu­so terminaciones en -re ~ ri: abére, soñáre, muhére, siñóre, ayére, o varian­tes con -i final). Sólo ocurren disimilaciones como arbañíl, arcálde, arquilár, cormíllo, delantár (cfr. con pelegríno, selébro, ’cerebro’) muy generales en todas las islas. (Hace excepción el grupo -Is-, en el que ciertos hablantes distinguidores, de habla popular, neutralizan la oposición -l: -r en el archi-fonema R: dúrse, sársa, carsón, ar síne).

      Frente a esta modalidad tradicional del canario, extendida por las siete islas, presiona desde las ciudades un canario innovador en que se produce la neutralización de -r, -l, implosivas. Esta onda fonética innovadora abarca, en Gran Canaria, a Las Palmas y a la mayor parte de la isla; pero en Lanzarote sólo las generaciones jóvenes de la pequeña capital insular (Arrecife) empie­zan hoy a aceptar esa pronunciación (un obrero de 23 años: naturár, cór, delantár, perehír, cárdo, ’caldo’, dúrse, argũn, arcárde, cormíllo, carsõn, cardéro, mórde, sordáo, gorbér  ’volver’, igual que hárca, reír, muhér, dotór, etc.). En Tenerife la pérdida de la oposición -r, -l caracteriza al habla de Santa Cruz, y se ve hacer progresos a la nueva pronunciación en el habla de La Laguna; pero aún no ha arraigado en la conservadora y rica región nor­teña de la isla (valle de la Orotava, etc.); en cambio, hacia el arcaizante y poco desarrollado Sur de la isla sí se ha propagado bastante (datos de Fasnia: fartába, górfo, arbeaquíllah, malgársah, salpilléro, súl, pinál, fogál, mercadél, molé); en las islas menores de la provincia la neutralización apenas se registra, incipiente, en los puertos de las capitales.

      Sobre Santa Cruz y La Laguna puedo precisar algunos aspectos sociales del fenómeno: En La Laguna, los hablantes campesinos más conservadores y la burguesía culta mantienen una articulación plena y distinta de -r y -l  implosivas, como en el interior de la isla (los campesinos distinguidores alteran sólo la forma tradicional de algunas palabras en virtud de asimilaciones); pero ya entre las jóvenes generaciones universitarias comienza a cundir la neutralización. El pueblo lagunero no se diferen­cia ya del de Santa Cruz: ambos confunden, alternando las realizaciones [ɹ], [l], [ɹ/l], sin gran atención para las formas normativas. Los hablantes cultos de Santa Cruz, inmersos en una comunidad que neutraliza las -r  y -l  implosivas, llegan en conversa­ción muy espontánea a usar [ɹ /l] indistinta, pero basta un mínimo de atención por su parte para que la imagen gráfica de la palabra les lleve a distinguir etimológicamente entre -r y -l; sin embargo estas articulaciones, ambas muy relajadas y hasta ensordeci­das [ɹ: l] aunque distintas, deben considerarse como características de hablantes que pertenecen a zonas «confundidoras», es decir, que neutralizan -r y -l.

      Dejo de lado como problema independiente, que no debe tratarse aquí, el de la pérdida de la -r del infinitivo cuando lleva enclítico un pronombre personal (queré:me, sentá:se, atahá:lo, comé:la, etc.).

3.3.  Los grupos -rn-, -rl-

      La -r seguida de n- o /- debe estudiarse aparte, dada la singularidad de sus resultados. En Canarias, al lado de las pronunciaciones «plenas» de -rn- y -rl-, se registran otras en que la r, además de no ser ya vibrante, retrotrae su punto de articulación, convirtiéndose en una apico-palatal -[rn]-, -[rl]- más o menos asimilada a la consonante explosiva siguiente; por este camino se llega a las realizaciones aspiradas -[hn]-, -[hl]-, identificándose así los resultados de -rn-, -rl- con los de -sn-, -sl- (de ahí posibles confusiones gráficas entre ambos grupos).

      La distribución de este fenómeno no coincide con el de la neutralización de -r, -l. Las hablas arcaizantes de Lanzarote y La Gomera, por ejemplo, cumplen el proceso totalmente y con absoluta regularidad; cáhne, tiéhno, sahnícaro ~ sahnícal, Ehnándeh, hahnéro, cuéhno, péhla, míhlo, Cáhloh, búhla, etc. Pero, a la vez, la aspiración es también propia de las hablas urba­nas de Las Palmas (y contorno) y de Santa Cruz de Tenerife. En cambio, en el área conservadora semiurbana del Norte de Tenerife el fenómeno está muy restringido.

He aquí algunas precisiones sobre distribución geográfica y social de los varios resultados en Tenerife: En el valle de La Orotava, en el centro del Norte conservador (datos de El Realejo Bajo) y en La Laguna, los hablantes cultos prefieren las formas plenas (cárne, tiérno, arnéro, salírnoh, búrla, mírlo, etc.). El pueblo, en el caso de -rn-, asimila: ne, piéna, salínoh, cuéno, etc. (o, si se quiere, nne, piénna, etc.), y sólo llega a la aspiración excepcionalmente en [ŷéhne] ’cherne’ (que llega a escribirse chesne), vacila en cambio bastante en el caso de -rl-; junto a Cárloh, pérla, búrla, se oye con frecuencia míhlo, búhla, péhla, ataháhlo, etc.

      Contrasta con esta distribución propia del interior, la que hallamos en Santa Cruz, donde, según mis datos, los sujetos de habla culta tienen como norma la asimi­lación, tanto en el caso de rn (41 casos de [ṛn], frente a 8 formas plenas y 1 de [ḥn]) como en el de rl ([ṛl] resultado exclusivo); el pueblo y algunos jóvenes con cultura dan preferencia a las formas aspiradas [hn] (18 casos, contra 2 de [ṛn]; desconocen las realizaciones plenas) y [hl] (forma exclusiva).

      Las nuevas generaciones cultas de La Laguna tienden cada vez. más a conformar su habla con la de Santa Cruz, generalizando las formas asimiladas [ṛn, ṛl].

      La asimilación y aspiración de la -r seguida de n- y l- explosivas es  también característica de la nueva fonética meridional de España. La asimi­lación ha sido registrada abundantemente en Murcia (en Cartagena y en la Huerta) y en el Oriente de Andalucía, con menos frecuencia en Extremadura (Sierra de Gata, Las Hurdes). El grado extremo del proceso, [hn, hl], es muy general en Andalucía (Sevilla, Cádiz, Córdoba, Jaén, Granada) y no es des­conocido por completo en Murcia. Téngase en cuenta que las grafías dialec­tales -sn-, -sl-, por -rn-, y -rl- no suponen, como se ha pretendido, una asibilación de la r; se trata meramente de una interpretación gráfica de la igualación en -[hn]-, -[hl]- de los grupos -sn-, -rn- y -sl-, -rl- (la [s] quizá también surja alguna vez en el habla enfática, por ultracorrección).

      En América, la asimilación y, más abundantemente, la aspiración se dan en Las Antillas, costa colombiana del Caribe, costa de Venezuela (falta en Caracas la aspiración y en la región de Los Llanos, pero se da en la costa oriental y en Falcón), Panamá, costa del Pacífico de Colombia, costa del Ecuador.

3.4.  Virgen

      La pronunciación de virgen merece consideración aparte. En Canarias, junto a las formas cultas [bírhẽŋ] ~ [bĩrĥẽ], aparecen vulgarmente otras en que la nasalización se extiende más o menos a toda la palabra [bĩrh] e incluso modifica el carácter de la -r, que se nasaliza [bĩnhẽ]; de esta forma nasalizada se llega, por metátesis del grupo -nh-, al caso extremo [bĩhnẽ], atestiguado en La Gomera (cfr. [şánha] > [şáhna]).

      En Andalucía se han registrado igualmente las formas [bírĥẽn], [bĩhrĥẽŋ], [bĩnhẽ], [bĩhẽ(ŋ)]. Y en Las Antillas [bírĥẽŋ] ~ [bírĥẽ], [bírnhe], ~ [bírnnẽ] ~ [bínhẽ] ~ [bíhnẽ] ~ [bíhne]. La coincidencia es bien notable.

3.5. -nh- y -lh-

      En Canarias, las -n y -l implosivas ante aspiración se conservan en el habla culta ciudadana [sãnĥa], [alhiƀe]; pero en el habla popular de las zonas urbanas (Las Palmas, Santa Cruz, La Laguna, etc.) o semi-urbanas (valle de La Orotava, por ejemplo) la nasal uvular desaparece: sãha, narãhah, cõ-habóŋ], dõ Hosé. Al lado de estas pronunciaciones cuidadas existen otras de carácter netamente vulgar, que en el Norte de Tenerife o en Gran Canaria son bastante raras, pero que abundan en las comarcas más conser­vadoras del Archipiélago: En ambiente rural puede oírse en el propio Norte de Tenerife ebahelíhta, ahelíto, lóha, sáha, móha, Doháime ’don Jaime’ y ehárro o ehlárro ’el jarro’, ahlíbe. Estas formas son más comunes en el Sur de la isla: áhel, faláhe, ehcohurárla. En Lanzarote la pronunciación culta mõha, ãhe(l), Dõhosé, se da rara vez, siendo lo común la desnasalización lóha, sáha, naráha, sahigüéla, áhe ’ángel’ y en enlace sintáctico la metátesis, Dohnosé, uhnárro, uhnóyo, propia también de las voces en que se da el prefijo en- o se cree percibirlo: ehnormár, ehnilláo, ehnúto, ehnálmo; para -Ih- es éste el resultado más común: ehláble, ehlárro, ehlénio, ehlího ’el hijo’, ehlugáo, incluso en interior de palabra: el ahlíbe; pero en esta voz se da también la pérdida: el ahíbe. En La Palma parece predominar la pérdida de la -n y de la -l; móhah, naráhah, ehúta, uhahmín, Dohosé y ahíbe, ehenerál, ehúgo. En cambio, en La Gomera la metátesis es la norma: ehnúto, lóhna, móhne ’mon­ja’, naráhne ’naranja’, ehnelláo, bahnélio ’evangelio’, lisóhna, sáhna, sahnigüéla, ehnechisár, Ohnosé ’don José’, uhnóyo ’un hoyo’, sólo la presencia de otra nasal produce, por disimilación, la desnasalización de la aspirada: sahón, berehéna.

      Fuera de Canarias, respecto a Andalucía sólo tengo informes indirectos de la ocurrencia del fenómeno; pero las formas bíhne < bínhe, documentadas en Andalucía y Las Antillas, parecen sugerir que la metátesis no es desco­nocida.

3.6. La -n implosiva

      En América la -n final de palabra sólo es alveolar en el corazón de los virreinatos de México (desde México al NO.) y el Perú (zonas andinas de Colombia y Venezuela, Perú, tal vez Bolivia y parte de Chile). En el resto domina la realización velar [ŋ], como en andaluz y extremeño (y en gallego y leonés).

      En Canarias en las voces agudas, aunque se nasaliza la vocal, la conso­nante velar -[ŋ] permanece; pero en las llanas tiende a desaparecer (hób, cóm, bírh, esám, tiéñ, etc., según datos de Tenerife y Lanzarote; de ahí grafías de semiletrados como «enfadaro», «si mas» ’sin más’, «rompe» ’rompen’), igual que en algunas hablas americanas de consonantismo relaja­do (bírhe, ensáme, imáhe, etc.). Compárese este tratamiento con la suerte de la -l final en sílaba átona, convertida en []: [ãhe, dáti], o [Ø]: [ãhe, dáti].

      La nasal, al quedar intervocálica por fonética sintáctica, suele hacerse explosiva, recobrando su carácter alveolar; pero ello no ocurre siempre: a veces se conserva la secuencia [-ŋ + vocal-], que llega a engendrar una [g] (en semi-letrados se dan grafías del tipo «engel» ’en el’). La misma vacilación se ha notado en hablas andaluzas y americanas; pero en América hay regiones (por ejemplo, Ecuador, lo mismo la sierra que la costa) en que la [ŋ] se mantiene regularmente ante vocal nasal y ante l (además de ante velar). En Canarias, cuando los imperativos agudos põŋ, tŋ, dẽŋ, van seguidos de la l de un pronombre enclítico, es frecuente el resultado [hl] (con nasal laríngea aspirada).

      En interior de palabra, la vocal trabada por la -n se nasaliza, como en otras áreas del español meridional y americano, y la consonante se debilita, hasta tal punto que los semi-letrados prescinden a menudo de ella en la escri­tura «tega», «mada», «mudo» ’mundo’, «corropidas», «anusios» ’anuncios’, «descase» ’descanse’, etc.).

Diego Catalán. El español. Orígenes de su diversidad (1989)

CAPÍTULOS ANTERIORES:  EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

ADVERTENCIA

1.- EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

I ORÍGENES DEL PLURALISMO NORMATIVO DEL ESPAÑOL DE HOY

*   2.-1. EL FIN DEL FONEMA /Z/ [DZ - Z] EN ESPAÑOL

*   3.- 2. EL FIN DEL FONEMA /Z/

*   4.- 3. ¿PROCESO FONÉTICO O CAMBIO FONOLÓGICO?

*   5.- 4. ¿PROPAGACIÓN DE UN CAMBIO FONÉTICO O DE UN SISTEMA FONOLÓGICO?

*   6.- 5. LA FALTA DE DISTINCIÓN /Z/ : /Ç/, REGIONALISMO CASTELLANO - VIEJO

*   7.- 6. LA CONFUSIÓN SE CONVIERTE EN NORMA DEL HABLA DE LA CORTE (FINALES DEL SIGLO XVI)

*    8.- 7. LA PÉRDIDA DE LA DISTINCIÓN /Ç/ : /Z/ NORMA GENERAL DEL HABLA (EN EL PRIMER CUARTO DEL SIGLO XVII)

*   9.- 8. EL CAMBIO EN LA NORMA CORTESANA, VISTO POR LOS GRAMÁTICOS EXTRANJEROS

10.- 9. EL ESPAÑOL ORIENTAL ANTE EL TRIUNFO DE LA NUEVA NORMA DE MADRID

11.- 10. RESISTENCIA DEL ANTIGUO SISTEMA TOLEDANO EN LA ALTA EXTREMADURA

*   12.- 11. LA NUEVA NORMA ANTE EL CECEO ANDALUZ

*   13.- 12. CONCLUSIÓN

 II EL ÇEÇEO-ZEZEO AL COMENZAR LA EXPANSIÓN ATLÁNTICA DE CASTILLA.

*   14.- 1. ESTADO DE LA CUESTIÓN

*   15.- 2. CECEOSOS DE LENGUA ESTROPAJOSA

*   16.- 3. CECEOSOS POR HÁBITO LINGÜÍSTICO

17.- 4. COMUNIDADES CECEOSAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI. SU LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA Y SOCIAL

18.- 5. EL ÇEZEO SEVILLANO EN TIEMPO DE LOS REYES CATÓLICOS, SEGÚN EL TESTIMONIO DE LAS GRAFÍAS

*    19.- 6. EL ÇEÇEO SEVILLANO, DESCRITO POR NEBRIXA

20.- 7. CARÁCTER FRICATIVO DE LA /Ç/ Y DE LA /Z/ DEL SEVILLANO MEDIEVAL

*    21.- 8. LAS GRAFÍAS Y EL ÇEZEO MEDIEVAL

*   22.- 9. CONCLUSIÓN: EL ÇEÇEO-ZEZEO AL COMENZAR LA EXPANSIÓN ATLÁNTICA DE CASTILLA

III EN TORNO A LA ESTRUCTURA SILÁBICA DEL ESPAÑOL DE AYER Y DEL ESPAÑOL DE MAÑANA

* 23.- III EN TORNO A LA ESTRUCTURA SILÁBICA DEL ESPAÑOL DE AYER Y DEL ESPAÑOL DE MAÑANA

* 24.- 1. CONSIDERACIONES DIACRÓNICAS ACERCA DE LA ESTRUCTURA SILÁBICA DEL ESPAÑOL

* 25.- 2. LAS SIBILANTES IMPLOSIVAS EN EL ESPAÑOL DE ESPAÑA: GEOGRAFÍA Y DIACRONÍA

26.- 3. LA EVOLUCIÓN DE -S, -Z COMPARADA CON LA DE -R, -L

*   27.- 4. FONÉTICA Y FONOLOGÍA

* 28.- 5. LOS ALÓFONOS DEL ARCHIFONEMA SIBILANTE EN EL ESPAÑOL Y LA ESTRUCTURA SILÁBICA DEL ESPAÑOL DE MAÑANA

IV CONCEPTO LINGÜÍSTICO DEL DIALECTO «CHINATO» EN UNA CHINATO-HABLANTE

29.- IV CONCEPTO LINGÜÍSTICO DEL DIALECTO «CHINATO» EN UNA CHINATO-HABLANTE

*    30.- 1. SINGULARIDAD DEL HABLA «CHINATA»

*    31.- 2. PERSONALIDAD LINGÜÍSTICA DE NUESTRO AUTOR

*    32.- 3. TEXTOS

 * 33.- 4. EL SISTEMA FONOLÓGICO «CHINATO» EN LA CONCIENCIA DE NUESTRO AUTOR

*   34.- 5. PROBLEMAS DE FONÉTICA SINTÁCTICA

*   35.- 6. DEBILIDAD DE LA ANALOGÍA MORFOLÓGICA

V GÉNESIS DEL ESPAÑOL ATLÁNTICO (ONDAS VARIAS A TRAVÉS DEL OCÉANO)

*  36.- V GÉNESIS DEL ESPAÑOL ATLÁNTICO (ONDAS VARIAS A TRAVÉS DEL OCÉANO)

*   37.- 1. EL ÇEZEO [ÇEZ̧EO] SEVILLANO Y EL ESPAÑOL DE CANARIAS Y LAS ANTILLAS EN EL PRIMER CUARTO DEL S. XVI

*   38.- 2. EL ESPAÑOL ULTRAMARINO DE LOS PUERTOS Y EL ESPAÑOL MERIDIONAL

VI. EL ESPAÑOL CANARIO. ENTRE EUROPA Y AMÉRICA

*   39.- VI. EL ESPAÑOL CANARIO. ENTRE EUROPA Y AMÉRICA

*   40.- 1. EL ESPAÑOL DE LOS PUERTOS DE AMÉRICA

*   41.- 2. EL DATO CANARIO: ESTRATOS VARIOS DEL ESPAÑOL ATLÁNTICO

       Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

Imagen: Letra minúscula y de Durero

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