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ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

22.- 9. CONCLUSIÓN: EL ÇEÇEO-ZEZEO AL COMENZAR LA EXPANSIÓN ATLÁNTICA DE CASTILLA

22.- 9. CONCLUSIÓN: EL ÇEÇEO-ZEZEO AL COMENZAR LA EXPANSIÓN ATLÁNTICA DE CASTILLA

9. CONCLUSIÓN. II EL ÇEÇEO-ZEZEO AL COMENZAR LA EXPANSIÓN ATLÁNTICA DE CASTILLA

      La temprana fricatización de los fonemas /ç/ y /z/ en el reino de Sevilla vino a debilitar grandemente una oposición fundamental en el sistema de sibilantes, pues sólo el punto de articulación, ya dorso-dental, ya ápico-alveolar (rasgo inicialmente no fonológico), sirvió desde entonces de marca en la correlación , /ç, z/ : /ss, s/.

      El sistema60

/ç/ [ş] : [ṡ] /ss/
/z/ [ȥ] : [ż] /s/

podía, claro está, haberse mantenido secularmente (según ha ocurrido en el Norte de Portugal)61; pero su inestabilidad era, a todas luces, manifiesta. De otra parte conviene destacar que la solución más tarde adoptada por el caste­llano toledano, el paso de las dentales a interdentales, que permitió al espa­ñol normativo estabilizar la oposición /ç/ (< /z/) : /ss/ (< /s/), no fue conocida en el reino de Sevilla: el camino hacia la desfonologización quedó, por tanto, abierto desde época muy antigua.

      En el último cuarto del siglo XV el çeçeo-zezeo (esto es, la sustitución de la /ss/ y la /s/, sibilantes ápico-alveolares, por la correspondiente pareja de sibilantes dorso-dentales, /ç/ y /z/) era un fenómeno lingüístico profunda­mente arraigado en el habla común del reino de Sevilla. Sólo una minoría social lingüísticamente más selecta (de la que Nebrixa puede constituir un buen ejemplo) continuaba practicando la antigua distinción y oponía una /ss/ y una /s/ ápico-alveolares a una /ç/ y una /z/ dorso-dentales, pero también fricativas. En el último cuarto del s. XV y primero del siglo XVI, el hábito del cezeo estaba ya muy lejos de ser una característica fonológica

privativa de la «canalla» sevillana: Un canónigo sevillano, limosnero de la reina Católica en 1487, un escribano real en 1492, un hidalgo de Sanlúcar nacido hacia 1490 y capitán en la conquista de México (a donde pasó en 1519), o un clérigo, «apasionado de la casa de Niebla» en 1522, çezeaban como cualquier albañil o gitano de Sevilla.

      Podemos, por tanto, afirmar que, al tiempo de iniciarse la expansión atlántica de Castilla, aquellos hablantes «quos vulgo Hispani ceceosos vocant» constituían la mayoría de la población en el reino de Sevilla y, en consecuencia, prácticamente la totalidad de los que se embarcaban para Canarias o América (pues pocos Nebrixas colaboraron durante esa primera época en la conquista); ¡Con qué razón hermanaba en México Bernal Díaz del Castillo las determinaciones «çeçeoso» y «sevillano»!

      Cuanto hasta aquí llevo argumentado me obliga a rechazar decidida­mente la idea, hoy tan generalmente recibida, de una génesis del çeçeo ameri­cano (seseo, según la terminología vulgar) enteramente independiente del desarrollo del çeçeo en Andalucía.

      Amado Alonso, ardiente defensor de esa doctrina poligenética, resume su argumentación afirmando: «Estamos seguros pues de que los andaluces no trajeron a América el seseo ya hecho; no creemos tampoco que, considerán­dolo como transplante de tendencias, ya que no de productos, fueran ellos el fermento o levadura del seseo americano; pero en cambio sí creemos que obraron como fermento en la precipitación y en la solución de la crisis». «El seseo americano es un proceso no importado sino cumplido en América». «Téngase en cuenta la grave circunstancia de que los sevillanos mismos, los más adelantados entre los andaluces en el desarrollo del seseo-ceceo, lo cum­plieron en la /ç/ después del Descubrimiento». «En ninguna parte cuadraría mejor que aquí el iluminador concepto lingüístico de Antoine Meillet: Las convergencias observadas permiten establecer que, en materia de cambios lingüísticos, las innovaciones son generales más que generalizadas, y que la identidad o la paridad de las condiciones en que se encuentran los sujetos hablantes es el hecho esencial, y la imitación una cosa secundaria»62.

      La situación del çezeo en los puertos atlánticos de España al tiempo de iniciarse la aventura colonizadora nos asegura que fueron los propios europeizadores de Canarias, el Caribe y México, salidos de la Península, los que implantaron desde un principio entre las nuevas comunidades ultramarinas el hábito de çezear como sevillanos (según la expresión de Bernal Díaz).

      Por los mismos años que iban surgiendo esas nuevas comunidades castellano-hablantes en Canarias y América se castellanizaba en la Península el reino de Granada y también allí el çeçeo sevillano se impondría en la mayor parte de las villas y pueblos repoblados. Nada más natural que el triunfo de este neologismo fonológico, entonces en su creciente de expansión, entre las nuevas agrupaciones castellano-hablantes del reino granadino o de Canarias, preferentemente pobladas con gentes de la Andalucía occidental; y nada más natural, también, que su implantación en Ultramar.

      Gracias a las pacientes y metódicas pesquisas de Peter Boyd-Bowman sobre la región de procedencia de los colonizadores de América anteriores a 1600 contamos con datos que, por primera vez, pueden considerarse suficien­tes para evaluar con justeza el papel jugado por cada región hispánica en la colonización63. Y sobre todo, gracias a la riqueza del material analizado, estamos en condiciones de desglosar del resto el testimonio estadístico de los años 1493-1519, «periodo antillano» de la colonización, en que se forja la comunidad hispánica de ultramar desde la cual se ha de realizar en las déca­das inmeditas (1520-1540) el asalto al Continente. Los datos de este «periodo antillano» son bien significativos.

      En los primeros años del descubrimiento, de 1493 a 1508, los andaluces representan nada menos que un 60% de los colonos; mientras Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, León y Extremadura aportan sólo un 6% cada cual.

      Aunque más adelante se acabe este monopolio de la empresa americana por Andalucía, la proporción de andaluces sigue siendo notabilísima, de tal modo que durante el «periodo antillano» en conjunto (hasta 1519) de cada tres colonos uno procedía del reino de Sevilla y entre las mujeres nada menos que dos de cada tres; sólo de la ciudad de Sevilla (con Triana) había un colono entre cinco y la mitad del total de mujeres. El contraste entre la apor­tación humana de Sevilla ciudad, con 958 inmigrantes identificados, y la de la imperial Toledo, con 101, o la de Burgos, con 63, es desde luego concluyente; pero no lo es menos el que el pequeño puerto de Palos, con 151 colo­nos, doble casi la cifra de los que salieron de toda una Salamanca, 88; o que un Moguer, con 56 colonos conocidos, sobrepase a Madrid, con sólo 53, y un Jerez, con 45, a Valladolid, con 39, etc.

      Entre los primeros colonos de Puerto Rico 41% eran andaluces y sólo un 32% de Castilla la Vieja, León, Asturias y Castilla la Nueva (16,5 % eran vascos). En el Istmo, en la pequeña colonia de Darién, antes de la llegada en 1514 de Pedrarias Dávila, resulta identificable la procedencia de 146 hombres (de los 515 de Balboa y algunos otros venidos previamente) y, de estos 146, más de la mitad, 83, eran andaluces, 15 vascos, 12 castellanos viejos, 11 del reino de Toledo y 10 extremeños. Incluso las primeras expediciones a Méjico de Cortés y Narváez, hechas desde Cuba, llevan un fuerte grupo de andaluces (30%), más numeroso que el de extremeños (un 13%) o el de castellanos viejos (un 20%) a pesar de la naturaleza de los capitanes.

      En fin, como Boyd-Bowman apunta «the first or Antillean period is clearly dominated in number, unity and prestige of colonists by the Andalusian provinces of Sevilla and Huelva, and it is the insular Spanish koiné developed at this time, with its store of Antilleanisms, that was carried by island settlers to the mainland».

 Diego Catalán. El español. Orígenes de su diversidad (1989)

Universidad de La Laguna

NOTAS

60 No se olvide la existencia de una tercera pareja, /x/ = [š], /j/ = [ž], que venía a impedir la palatalización de [ṡ], [ż].

61 En una amplia zona del Norte de Portugal pervive, en efecto, el sistema

/ç/ = [ṣ] : /ss/ = [ṡ]: /x/ = [š]
/z/ = [z]:/s/ = [ż]: /j/ = [ž]

    Esa área comprende buena parte de Trás-os-Montes y ciertas zonas de Entre Douro e Minho. Tiende a perder terreno ante la presión de un sistema dialectal simplificado, que pode­mos llamar «beirão» (pues en la Beira tiene su punto de partida), en que /ç/ y /z/ son seseados (con [ṡ], [ż]), y ante la invasión del sistema ciudadano de Porto, arraigado sobre todo en los puertos y en las grandes villas, que es çezeoso (como el portugués normativo o meridional).

62 A. Alonso, «Historia del ceceo», pp. 185, 184, 184 y 185, respectivamente.

63 Boyd-Bowman, «Regional Origins of the Earliest Spanish Colonists of America», PMLA, LXXI (1956), pp. 1152-1172. [Posteriormente, P. Boyd-Bowman ha emprendido la publicación de un magno índice geobiográfico de 40.000 pobladores españoles de América en el siglo XVI, del que han visto la luz los volúmenes I: 1493-1519 (Bogotá, 1964) y II: 1520-1539 (México, 1968). En espera de los dos restantes, véase además Boyd-Bowman, Patterns of Spanish Emigration to the New World (1493-1580) (Buffalo: State Univ. of New York at Buffalo, 1973)].

CAPÍTULOS ANTERIORES:  EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

ADVERTENCIA

1.- EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

I ORÍGENES DEL PLURALISMO NORMATIVO DEL ESPAÑOL DE HOY

*   2.-1. EL FIN DEL FONEMA /Z/ [DZ - Z] EN ESPAÑOL

*   3.- 2. EL FIN DEL FONEMA /Z/

*   4.- 3. ¿PROCESO FONÉTICO O CAMBIO FONOLÓGICO?

*   5.- 4. ¿PROPAGACIÓN DE UN CAMBIO FONÉTICO O DE UN SISTEMA FONOLÓGICO?

*   6.- 5. LA FALTA DE DISTINCIÓN /Z/ : /Ç/, REGIONALISMO CASTELLANO - VIEJO

*   7.- 6. LA CONFUSIÓN SE CONVIERTE EN NORMA DEL HABLA DE LA CORTE (FINALES DEL SIGLO XVI)

*    8.- 7. LA PÉRDIDA DE LA DISTINCIÓN /Ç/ : /Z/ NORMA GENERAL DEL HABLA (EN EL PRIMER CUARTO DEL SIGLO XVII)

*   9.- 8. EL CAMBIO EN LA NORMA CORTESANA, VISTO POR LOS GRAMÁTICOS EXTRANJEROS

10.- 9. EL ESPAÑOL ORIENTAL ANTE EL TRIUNFO DE LA NUEVA NORMA DE MADRID

11.- 10. RESISTENCIA DEL ANTIGUO SISTEMA TOLEDANO EN LA ALTA EXTREMADURA

*   12.- 11. LA NUEVA NORMA ANTE EL CECEO ANDALUZ

*   13.- 12. CONCLUSIÓN

 II EL ÇEÇEO-ZEZEO AL COMENZAR LA EXPANSIÓN ATLÁNTICA DE CASTILLA.

*   14.- 1. ESTADO DE LA CUESTIÓN

*   15.- 2. CECEOSOS DE LENGUA ESTROPAJOSA

*   16.- 3. CECEOSOS POR HÁBITO LINGÜÍSTICO

17.- 4. COMUNIDADES CECEOSAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI. SU LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA Y SOCIAL

18.- 5. EL ÇEZEO SEVILLANO EN TIEMPO DE LOS REYES CATÓLICOS, SEGÚN EL TESTIMONIO DE LAS GRAFÍAS

*    19.- 6. EL ÇEÇEO SEVILLANO, DESCRITO POR NEBRIXA

*    20.- 7. CARÁCTER FRICATIVO DE LA /Ç/ Y DE LA /Z/ DEL SEVILLANO MEDIEVAL

*    21.- 8. LAS GRAFÍAS Y EL ÇEZEO MEDIEVAL

       Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

Imagen: Letra mayúscula R de Albert Durero.

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