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ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

18.- 5. EL ÇEZEO SEVILLANO EN TIEMPO DE LOS REYES CATÓLICOS, SEGÚN EL TESTIMONIO DE LAS GRAFÍAS

18.- 5. EL ÇEZEO SEVILLANO EN TIEMPO DE LOS REYES CATÓLICOS, SEGÚN EL TESTIMONIO DE LAS GRAFÍAS

 

5. EL ÇEZEO SEVILLANO EN TIEMPO DE LOS REYES CATÓLICOS, SEGÚN EL TESTIMONIO DE LAS GRAFÍAS. II EL ÇEÇEO-ZEZEO AL COMENZAR LA EXPANSIÓN ATLÁNTICA DE CASTILLA.

      Las noticias explícitas de çeçeo, aunque proporcionan datos muy valio­sos para la reconstrucción del origen y expansión del fenómeno, son, como es lógico, demasiado esporádicas e incompletas para que se basten a sí mis­mas. De ahí el interés que tienen los testimonios gráficos de confusiones entre /ç/  y /ss/ y entre /z/ y /s/.

      Por los años en que el capitán Luis Marín departía, çeçeando como sevillano, acerca de los avatares de la conquista de México con Bernal Díaz del Castillo, en Sevilla «un clérigo apasionado de la casa de Niebla» empe­draba de cacografías un su Discurso de la comunidad de Sevilla, an. 1520 (ms. fechado en 1522): Esija (2 veces), comenso, sinco, çiento y sincuenta, ensima (3 veces), «que limaban los cerrojos serrojos o ponían serraduras nue­vas», parese, mosos, rregradesia, senar, serezo, monson, sercar, serca, serbantes, alcansolos, señidas, debosión, y, como contrapartida, proviçion (3 veces), cortapiça (2 veces), amaçar pan, çierpe; Ximenes, Xeres (2 veces), pas, bautisó, peresosos, y, como contrapartida razo y vizitando32. La lengua çezeosa del buen clérigo le traicionaba a cada paso, haciéndole escribir s por /ç/, ç  por /ss/, s por /z/ y z por /s/, a pesar de su deseo de ajustarse a las normas gráficas tradicionales33.

      Bastaría este ejemplo para probar qué razón tenía Bernal Díaz cuando consideraba a los sevillanos prototipo de hablantes çeçeosos; pero quiero citar además otro buen ejemplo (aducido por Menéndez Pidal)34, de 1519. Se trata de la contrata del albañil sevillano Cristóbal García, donde figuran en pocas líneas un buen número de cacografías: sanjas (2 veces), sanjar, ensima (8 veces), sepa ’cepa’, simientos, travasón, «que aljorose toda la madera», «aljorose la madera» (otros albañiles: «aljoroce la madera»), casos todos de s por /ç/, y ronpedisa y plaso, en que la s reemplaza a /z/.

      Creo suficientes estos dos ejemplos para afirmar el arraigo en Sevilla del çeçeo-zezeo (con perfecta distinción de sordas y sonoras) hacia 1520.

      Remontémonos ahora a un período algo anterior, el de los Reyes Cató­licos y Nebrixa, para el cual tenemos bastantes datos gracias a la labor de Amado Alonso35, Lapesa36 y Menéndez Pidal37.

    Confusiones de /s/  y /z/.  Sabido es que las grafías -s por -z no son siempre indicadoras de una confusión fonética pues (al menos en los patronímicos) podían deberse simplemente a una costumbre gráfica38. Por ello son mucho más interesantes los casos inversos, de -z por -s: Lapesa ha aducido el magnífico testimonio del canónigo de Sevilla Pedro de Toledo, limosnero de la Reina Católica, que en su libro de cuentas escribe, en 1487, Roblez, inglez, fijoz, Andrez, Blaz, al lado de viscayno, Beatris, durasnos, Sanches, Gomes.

       En cuanto a -s- por -z- hay que dejar de lado la mayoría de los casos de seseo gráfico que aparecen en ediciones modernas de documentos del s. XV, pues se deben a transcripciones erróneas de signos ambiguos39. Sin embargo, parecen bastante segu­ros los que Menéndez Pidal aduce (apoyándose en lecturas de Antonio Muro Orejón) tomados de unas relaciones de sucesos ocurridos en Sevilla: resiamente, granason (1471), quartisaron, honse (1480), alguasyl (1496), y de otro documento del Archivo de Protocolos de Sevilla (5 de enero de 1484) en que se transcribe faser, poso ’pozo’ (y aljorose); no sé si son fiables los que Lapesa cita (creyendo firmes las lecturas de Juan de M. Carriazo) procedentes de documentos sevillanos de 1488-1492: Gausyn, al­guasyl, gosarnos, Plasentines. Un conjunto de cacografías verdaderamente magnífico proporcionan las contratas hechas por albañiles, pintores y escultores, que cita Me­néndez Pidal: pedaso (1496), quitaiones, quitasión (1503), barro cosido (1505), faser, renunsyamos (1509), tresientos, fiso, varias veces (1510), hasiendoles, rasymos, barnis, aseyte, cuatro veces, junto a artezon, artezones, dos veces (otra arteson) (1518). Otro caso de -z- por -s-, prezilla ’presilla’, aparece en una relación de bienes de 1503 (en que abunda además s por ç). Entre las lecturas dignas de confianza hállanse quizás las que Amado Alonso aduce del Instituto Hispano-Cubano de Historia de América (Sevilla): alguasyl (2 veces), rrasón (3 veces), Altesas (5), armasón (7), catorse (2), vesyno (2), quinse (2), dosyentos, trese (2), tresyentos, fasen, faser (2), fasyendo, fasyenda, Andalusía, dise, desfaser en 1500; vesyno, aseyte, contradesir, faser (3 veces), desir, rrasonaren, desfaser, rrayses en 1508; faser (2),plaser, desir, rrasón (A), plaso en otro documento de 1508; hiso (3), vesyno, faser (2),jueses, deshaser, rrayses, en 1509; y cacografías semejantes en docs. de 1509, 1510, 1511, etc.

      Fuera de toda sospecha se hallan desde luego los casos preciosos en que la z se halla sustituida por s larga , de inconfundible lectura: lizenia, grande∫a, quatro∫ientos en carta de 1492 fechada en Sevilla, dirigida por los reyes al concejo de la capital andaluza.

    Confusiones de /ss/ y /ç/. Como no entrañan problemas de lectura (salvo en ediciones especialmente descuidadas40), las trascripciones merecen nuestra confianza. Lapesa cita, de 1492, el caso de los «sirios de libra» que el cabildo de Sevilla manda llevar en las procesiones que celebren la toma de Granada; Menéndez Pidal aduce una relación de bienes sevillana de 1503 (la que escribía prezilla) en que se dan reunidas las cacografías calaboso, asadón, sestos, sercadura, calsas de hierro, y un docu­mento de la misma fecha sobre obra de albañilería donde, junto a fasiéndole, apare­cen sincho y sepilladura. De 1506 son las grafías synborio ’cimborrio’ y sero ’cerró’, recogidas por Lapesa.

      Estos datos nos permiten considerar, de acuerdo con Lapesa y frente a Amado Alonso, que las grafías çemençera, çenzilla, çenzillo, diçensiones que hacia 1475 contiene la Gaya del sevillano Pero Guillen de Segovia, reflejan algo más que simples trueques, debidos a asimilaciones o disimilaciones; la presencia de otra ç, z o s no causa el cambio fonético, simplemente ayuda a confundir la memoria de un hablante indistinguidor, que de resultas no acier­ta con la forma gráfica tradicional de la palabra.

Diego Catalán. El español. Orígenes de su diversidad (1989)

NOTAS

32 A. Alonso, «Historia del ceceo», pp. 143-145.

33 Que nuestro clérigo procuraba atenerse a las normas gráficas tradicionales se ve claramente si tenemos en cuenta que las cacografías, si bien abundantísimas, «están en pequeñísima proporción» (según recuento de A. Alonso) respecto a las lecciones correctas. La «ortografía» apoyada en el español «toledano», aunque conculcada por el clérigo sevillano, conservaba su prestigio normativo.

34 En un artículo, en vías de publicación [publicado en 1962]: «Sevilla frente a Madrid» [p. 115].

35 A. Alonso, «Historia del ceceo», pp. 140-147.

36 Lapesa, «Sobre el ceceo andal.», pp. 72-74.

37 Menéndez Pidal, «Sevilla frente a Madrid», [pp. 111-116].

38 A. de Torquemada, en su Tratado llamado manual de escribientes, advierte: «Escrebimos muchas veces s y pronunciamos z, como en Xuares, Lopes. Lo que yo sospecho desto es que la z se hacía de una manera ʒ que parece s; y como después mudó su forma, nosotros escrebímosla conforme a lo antiguo y pronunciámosla conforme a lo moderno, aunque esto ya se va perdien­do, porque solamente lo usan los Escribanos antiguos». (Ap. Gallardo, Ensayo IV, 753). Véase A. Alonso, «Historia del ceceo», p. 151.

39 Durante mucho tiempo los editores modernos de mss. de los siglos XIV y XV interpreta­ron erróneamente como grafías de s las z del tipo ʒ o σ.

40 Aunque la ç y la s o ss no puedan confundirse, ni siquiera en una lectura atropellada, hay ediciones modernas en que, sin pretender modernizar la ortografía, se emplean caóticamente ç, z y s, con independencia de sus ocurrencias en el manuscrito editado, por culpa de algún transcriptor dialectal. Sirva de ejemplo la edición hecha en La Laguna 1949, por E. Serra en Fontes Rerum Canariarum, IV, de las actas del Cabildo de Tenerife que se conservan en el Archivo Municipal de La Laguna. Según pude comprobar al consultar directamente el manuscrito y preparar con Ana María Hernández un trabajo inédito sobre el español atlántico en tiempo de los Reyes Católicos, las grafías de la edición no responden a las del original.

CAPÍTULOS ANTERIORES:  EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

ADVERTENCIA

1.- EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

I ORÍGENES DEL PLURALISMO NORMATIVO DEL ESPAÑOL DE HOY

*   2.-1. EL FIN DEL FONEMA /Z/ [DZ - Z] EN ESPAÑOL

*   3.- 2. EL FIN DEL FONEMA /Z/

*   4.- 3. ¿PROCESO FONÉTICO O CAMBIO FONOLÓGICO?

*   5.- 4. ¿PROPAGACIÓN DE UN CAMBIO FONÉTICO O DE UN SISTEMA FONOLÓGICO?

*   6.- 5. LA FALTA DE DISTINCIÓN /Z/ : /Ç/, REGIONALISMO CASTELLANO - VIEJO

*   7.- 6. LA CONFUSIÓN SE CONVIERTE EN NORMA DEL HABLA DE LA CORTE (FINALES DEL SIGLO XVI)

*    8.- 7. LA PÉRDIDA DE LA DISTINCIÓN /Ç/ : /Z/ NORMA GENERAL DEL HABLA (EN EL PRIMER CUARTO DEL SIGLO XVII)

*   9.- 8. EL CAMBIO EN LA NORMA CORTESANA, VISTO POR LOS GRAMÁTICOS EXTRANJEROS

10.- 9. EL ESPAÑOL ORIENTAL ANTE EL TRIUNFO DE LA NUEVA NORMA DE MADRID

11.- 10. RESISTENCIA DEL ANTIGUO SISTEMA TOLEDANO EN LA ALTA EXTREMADURA

*   12.- 11. LA NUEVA NORMA ANTE EL CECEO ANDALUZ

*   13.- 12. CONCLUSIÓN

 II EL ÇEÇEO-ZEZEO AL COMENZAR LA EXPANSIÓN ATLÁNTICA DE CASTILLA.

*   14.- 1. ESTADO DE LA CUESTIÓN

*   15.- 2. CECEOSOS DE LENGUA ESTROPAJOSA

*   16.- 3. CECEOSOS POR HÁBITO LINGÜÍSTICO

17.- 4. COMUNIDADES CECEOSAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI. SU LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA Y SOCIAL

       Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

Imagen: Letra mayúscula V de Albert Durero.

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