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ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

** EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50.

 

3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50. VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL.

      Ante las dificultades en la marcha del "Seminario Menéndez Pida!" y la lenta prosecución de la publicación del Romancero tradicional, me preocupé, desde mi cátedra lagunera, de promover otras actividades relacionadas con ese campo de estudios. Entre ellas, la de establecer una rela­ción más estrecha con investigadores de la balada interesados en aspectos teóricos. Paolo Toschi, al recibir el volumen Cómo vive un romance, aparte de hacerlo reseñar en la revista Lares, me ha­bía escrito el 24 de Mayo de 1954 (traduzco del italiano):

    "La obra (...) es para mí particularmente interesante, porque en ella encuentran confirma­ción las teorías y los criterios que yo mismo sigo en el estudio del canto popular y que he ex­puesto en el volumen Fenomenologia del canto popolare54:. Infórmeme si usted tendría a bien recibir una copia de este volumen, pues estaría muy dispuesto a regalárselo",

y mi reacción a la lectura detenida de este libro fue proponer a su autor la publicación de una traducción de la obra en la recién creada por mí "Biblioteca Filológica de la Universidad de La Laguna"55. Problemas internos en la Universidad isleña frustraron el proyecto, ya que me fue re­tirada la ayuda económica para esa "Biblioteca"56.

      También el envío de algunas separatas romancísticas y del libro Cómo vive un romance a Marcel Bataillon supuso una apertura de contactos internacionales en el campo del Romancero.

     Entre los trabajos a él enviados iba un anticipo impreso de mi artículo acerca del romance de El Prior de San Juan57, romance tradicionalmente anexionado al ciclo de Pedro el Cruel y que mis estudios sobre la tradición manuscrita de la Crónica de Alfonso XI me habían permitido si­tuar en tiempos anteriores, en el reinado de Alfonso XI, e identificar lo narrado con hechos ocu­rridos en 1328. Generosamente, Bataillon, no sólo acogió mis trabajos con expresiones de simpatía58, sino que me proporcionó datos bibliográficos que llegué a aprovechar en la definitiva edición del artículo59:

    "Imagine cuánto me interesaría su trabajo —inédito aún— sobre el romance del Prior de San Juan. Dicho sea de paso, la anexión al ciclo de Pedro el Cruel tiene su análogo en la ane­xión del romance de Salustio del Pozo «Subid, señor condestable...» al ciclo de Alvaro de Luna (como noté en mi reseña del romancero de Alvaro de Luna de Pérez Gómez, Bull[etin] Hisp[anique], 1953, N° 3, en prensa). Pero esta mañana, al enseñar su trabajo al amigo Da­niel Devoto, cuya erudución en estas materias es pasmosa, me preguntó si Ud. conocía el artículo de un inglés sobre los romances del prior? Y unos momentos después me trajo su mo­numental tesis sobre el romance de La hija del rey Francia (...) de la que me permitió copiar para Ud. el siguiente artículo de la bibliografía (...)60. Luego, al repasar mis papeles referentes a la tesis de Aubrun, veo que este romance (...) es de los que interpreta como poesías del si­glo XV que sólo en apariencia se refieren a asuntos viejos (...)61" (8 de Mayo de 1954).

En el siguiente mes (el 16 de Junio) Bataillon me escribía de nuevo:

    "Algo tarde vengo a darle las gracias por su carta y por el estudio sobre La boda estorbada, que es de gran interés. Los demás folletos los entregué a Daniel Devoto, quien quedó muy agradecido. También llegó, casi al mismo tiempo Cómo vive un romance, que pasó también por unas semanas a manos de Devoto. Pues este excelente trabajador se ha ofrecido a hacer la reseña del Romancero de su abuelo para el Bulletin Hispanique, y reseñará al mismo tiempo ese importante trabajo que viene a ser complemento del Romancero’’.

      Daniel Devoto acabó por dar forma de artículo-reseña independiente, en el Bulletin Hispa­nique, a su análisis de Cómo vive un romance: "Sobre el estudio folklórico del Romancero espa­ñol. Proposiciones para un método de estudio de la transmisión tradicional", LVII (1955), 233-291. Aunque "el nuevo método" anunciado por Devoto se basaba en un concepto de la poesía tradicional esencialmente concorde con las ideas desde antiguo repetidas por Menéndez Pidal, aspiraba a asentarse sobre las ruinas del método de análisis histórico-geográfico o «tradicionalista» que de ese concepto había surgido, cuya invalidez proclamaba en aquellas "proposiciones" suyas. En un artículo titulado "El motivo y la variación en la transmisión tradicional del ro­mancero", que remití al Bulletin Hispanique62, me propuse mostrar, con ejemplificación convincente, el mecanismo de la variación textual que los estudios histórico-geográficos habían per­mitido documentar. Quise que el artículo fuera una contribución teórica que soslayara cuanto posible los aspectos polémicos63; pero al leérselo en borrador a mi abuelo, Ramón Menéndez Pidal, me sugirió reforzar con ciertas "banderillas" la crítica a nuestro crítico. Afortunadamente, el editor del Bulletin Hispanique, Marcel Bataillon, me instó, por su parte, con su innata deli­cadeza, a introducir en él algunos retoques moderadores:

    "Habiéndome transmitido [Bernard] Pottier el artículo que usted ofrece al Bulletin Hispa­nique, acabo de disfrutar de dos horas de libertad para leerlo. Gracias, muy cordiales, por par­te del Bulletin y sus lectores. Usted aporta en él una demostración preciosa del método geo­gráfico en el estudio de la transmisión tradicional de los «motivos» y «variaciones» de los romances. Pero ¿me permitirá, sin embargo, ejercer mi censura respecto a una simple nota que no es esencial para su trabajo? Cuando yo acogí el trabajo de Devoto en virtud del principio oportet haereses esse, y a pesar de mi escepticismo personal respecto a las explicaciones psicoanalíticas (aspecto del pensamiento de Devoto que usted deja de lado), no tuve la sensación de que su tono, un poco cortante, fuese «en extremo despectivo», y aún menos que se per­mitiera «desplantes» (con el matiz de «descaro» que en este término reconoce el diccionario académico). Usted mismo no duda en hablar (p. 4) de insensata incomprensión y (p. 9) de la inexperiencia de un Devoto (...). Vea usted si se reafirma en estas calificaciones realmente «en extremo despectivas». Si, después de reflexionarlo, su severidad de juicio las exige, ello no me impedirá acoger prontamente esta primera, esta excelente colaboración en el Bulletin, con el deseo de que no sea la última (...)" (23-I-1958).

Curiosamente, Menéndez Pidal, retractándose de sus anteriores sugerencias, también me reco­mendaría ahora aceptar las de Bataillon:

    "Me lee Madre [= Jimena Menéndez Pidal] la carta de Bataillon, quien se ha tomado el tra­bajo de repasar el artículo de Devoto, y las observaciones que hace son muy ponderadas, como suyas. ¡Quite Vd. jierro/Hay que quitar algo (...). Por lo demás, Bataillon interpreta exageradamente (aunque con el diccionario en la mano) la palabra desplante que tú empleas" (28-1-1958).

No dudé en aceptar la petición de Bataillon y lo que se me aconsejaba en esta carta familiar, en la que terciaba también Jimena Menéndez Pidal64, aunque me escandalizara por verme amo­nestado de haber endurecido la réplica:

    "Abuelo. Ya escribí a Bataillon diciéndole que quite lo que le plazca... Me hace gracia que me pides tú ahora que quite hierro, cuando lo añadí porque me pinchabas para que lo pusie­se..." (carta sin fecha, posiblemente del 2 ó 3 de Febrero de 1958).

Mis quejas fueron admitidas por Menéndez Pidal, consciente de sus cambios de humor sobre el particular65:

    "Tengo que preguntar a Moñino informes sobre Devoto. En mi ¡Quite Vd. jierro! anterior veía cumplirse el cuento de don Juan Valera, pues antes te había dicho ¡Eche Vd. jierro! En fin, había que cumplir con Bataillon que es gran amigo y hereda las dotes de simpatía general que distinguían a Gastón Paris, su predecesor en el cargo de Administrador del College de France" (8-II-1958).

Para entonces, Bataillon me había ya escrito (el 5 de Febrero de 1958) al propósito:

    "Gracias por su sensata «comprensión». Se la agradezco tanto más cuanto que Devoto es, con todas sus chifladuras de folklorista obsesionado por los arquetipos de Jung y por las ex­plicaciones psicoanalíticas, una persona digna de toda estimación y cariño. Y precisamente ahora acaba de pasar por grandes dificultades relacionadas con su casamiento con Mariquiña del Valle Inclán (...). Pocas personas conocen a Devoto como es: una de ellas, en Madrid, es Antonio Rodríguez Moñino. Cerrado el paréntesis, quiero expresarle mi profunda satisfac­ción de que salga en el Bulletin tan enjundioso artículo como el suyo ¡ojalá nos dé otros!".

También Eugenio Asensio intervino, tardíamente (5-IV-1960), ponderándome a Daniel Devoto:

    "Sí, Devoto es maduro: poeta, músico, folklorista. Ha escrito una tesis larga sobre un cen­tenar o cerca de variantes de «A Francia partió la niña»".

Como le había confesado a Asensio66, yo había creído que Devoto era de mi edad, un joven algo pretencioso, que, en su agresividad iconoclasta, me caía simpático, por lo que no había dudado en contestarle con contundencia.

      Durante mi estancia en Berkeley como Visiting Professor de la University of California tuve ocasión de conocer las primicias de la colección de romances sefardíes que Joseph H. Silverman y Samuel G. Armistead habían empezado a reunir en Los Angeles mediante encuestas realizadas a miembros de la comunidad judeo-española formada por fugitivos de la Europa nazi, y les ani­mé a consultar los riquísimos fondos inéditos del "Archivo Menéndez Pidal/Goyri", tanto de la tradición marroquí corno de la oriental, procedentes de las antiguas investigaciones de José Benoliel y Manuel Manrique de Lara; de esta forma, se inició un fructífero intercambio de ma­teriales y conocimientos que nunca se interrumpiría.

      El 5 de Diciembre de 1957, Silverman y Armistead escribieron conjuntamente a Ramón Me­néndez Pidal, a Chamartín, para informarle acerca de sus hallazgos:

    "Hace unos seis meses empezamos a recoger materiales para formar una colección de los romances conservados aún entre los 4.000 miembros de la colonia sefardita de Los Angeles. Hasta ahora hemos podido recoger unas 55 versiones, algunas de las cuales son desconocidas en las colecciones hasta ahora impresas. Últimamente hemos adquirido un precioso tomo de romances en manuscrito y también unos libros de cordel (...). Le agradeceríamos infinita­mente cualquier orientación bibliográfica que nos pudiera proporcionar respecto a dichos li­bros (...). En 1955, uno de nosotros (Joseph H. Silverman) tuvo el gusto de conocer a su nie­to, Diego Catalán, durante su estancia en Berkeley (...)".

Menéndez Pidal les contestó a vuelta de correo (20-XII-1957). Meses después, el 29 de Marzo de 1958, Silverman y Armistead proporcionaban a don Ramón información acerca de los tra­bajos de Emma Adatto (para entonces señora de Schlesinger) y le remitían fotocopia de la tesis de David Romey con romances recogidos entre los sefardíes de Seattle.

      Armistead y Silverman fueron ampliando su colección extendiendo sus pesquisas a otras co­munidades sefardíes de la costa occidental de los Estados Unidos. El 2 de Mayo de 1959 infor­maba Samuel G. Armistead a Menéndez Pidal por extenso de ello:

    "Joseph Silverman y yo seguimos nuestra búsqueda (...). A estas fechas nuestra colección, recogida en Los Angeles, San Francisco y Seattle de unos 40 informantes sefardíes de Rodas, Salónica, Serrai, Istanbul y varios lugares de los Dardanelos, integra más de 225 versiones de 55 romances"

y le copiaba detalladamente la lista de sus versiones, desmenuzando su colección tema tras tema. Y le anunciaba:

    "Con el propósito de completar en lo posible la representación de las colonias sefarditas de Oriente en nuestra colección, hemos pedido una beca para hacer el viaje a Nueva York a fi­nales del verano próximo y hacer algunas entrevistas allí, sobre todo en el Sephardic Oíd Age Home de Brooklyn",

así como las diferentes publicaciones que sobre ese campo de estudios preparaban.

      Por aquellos años, el superar el tradicional divorcio intelectual entre Portugal y España era una obsesión mía que presidía tanto mis investigaciones lingüísticas, como las historiográficas, como las del romancero. En este último campo tuvo como consecuencia el que, en 1955, acep­tara la invitación de Jacinto do Prado Coelho a redactar una contribución sobre "Romanceiro. Em Portugal e na Caliza" para el Dicionário das literaturas portuguesa, galega e brasileña que él dirigía. Los primeros fascículos de la obra comenzaron a salir a fines de 195667 y el 26 de Ene­ro de 1957 Prado Coelho me emplazó para que remitiera mi contribución antes del 30 de Mayo próximo68. Así lo hice. Aunque mi pequeño estudio del romancero portugués y gallego vio la luz antes69, la publicación del Dicionário sólo se completó "aos primeiros dias do mês de Outubro no ano de 1960".

Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)

NOTAS

54 Publicado en Roma: Ed. dell’Ateneo, 1947-1951.

55  "Formulo il migliori voti perché la «Biblioteca Filológica» e tutti i suoi importanti progetti di lavoro possano presto realizzarsi. La sua proposta di una traduzione spagnola della mia Fenomenologia del can­to popolare, come avviamento allo studio della poesia popolare, mi lusinga profondamente (...)", me escri­bía P. Toschi desde Roma el 8-II-1955. Llegué a anunciar la obra en las guardas del Romanceríllo ca­nario (sobre el que hablo después), lo cual suscitó co­mentarios de Giovanni Bronzini (27-VII-1955). Tos­chi me puso en contacto con Vittorio Santoli de la Universidad de Florencia, otro de los miembros del comité de la "Raccolta Barbi" (el principal archivo de la canción narrativa italiana), y con su propio asisten­te Bronzini (quien preparaba entonces su estudio de los cantos épico-líricos del Sur de Italia), a fin de "es­tablecer relaciones más estrechas y frecuentes y una colaboración continua para el estudio de los temas novelescos de la canción épico-lírica, y para la com­paración de los textos" (traduzco del italiano) (Cfr. Bronzini, Sul concetto..., 1960, pp. 77-78). Todavía el 5-I-1958, desde Sevilla, en viaje de regreso a La La­guna después de pasar las Navidades en Madrid, se­guía planeando la edición del libro de Toschi: "Se me olvidaron dos cosas que necesito en La Laguna: a) Fenomenologia del canto popolare de TOSCHI y b) cua­dernos de recolección de Romances, el de la Abuela, el de Barcelona y el sefardí. Los dejé encima de la mesa de máquina, en el despacho. El Toschi creo que dentro [de la mesa de máquina en el despacho]".

56 Aparte de un Romancerillo canario, sobre el que luego hablaré, sólo pude publicar, mientras tuve la di­rección de la "Biblioteca Filológica", Estructuralismo e Historia (una colección de estudios dedicada a A. Martinet, iniciada cuando aún no había producido su libro sobre la Économie des changements phonétiques), el Diccionario etimológico rumano de A. Cioranescu, y un libro de mi autoría, Un prosista anónimo del siglo XV (acerca de la Gran Crónica de Alfonso XI).

57  La redacción de "Un romance histórico de Al­fonso XI", remonta a 1951. La tirada aparte (con un índice particular), a que me refiero, lleva la fecha de 1954.

58 "Apenas nos conocemos las caras, aunque me fue simpática la suya el día que Ud. me saludó en el um­bral... de la despedida. Y ya es Ud. para mí uno de los hispanistas cuyos trabajos leo en seguida cuando abro una revista y veo algo suyo".

59 Tal como apareció impreso en Estudios dedicados a Menéndez Pidal, VI, Madrid: C.S.I.C., 1956, pp. 259-285. Lo incluiría, reformado, años después en el libro Siete siglos de Romancero (1969), como cap. I, pp. 15-56.

60 Cita a continuación un artículo de N. E. Gardiner aparecido en MLR, XXXIV (1939), 550-556, del que yo no tenía noticia.

61  Bataillon copiaba, a continuación, para mi en su extensa carta todo lo que Ch. Aubrun había escrito al respecto.

62 Lo estaba elaborando a finales de Octubre de 1957, según se ve por carta que desde La Laguna dirigí a Chamartín: "Ahí va otra petición, madre. Para rematar el trabajo ese de réplica a Devoto, necesito sacar citas de las siguientes versiones del romance de Gerineldo (...)" y, tras precisar cuáles eran y dónde se hallaban, añadía: "Querría copia de to­das ellas. Copia bien sacada (sin erratas)". El artí­culo fue publicado en el BHi, LXI (1959), 149-182. Una reedición de este trabajo (en redacción estilísticamente mejorada) puede leerse en mi re­ciente Arte poética del Romancero oral. Parte 1a: Los textos abiertos de la creación colectiva, Madrid: Siglo XXI, 1997, cap. I.

63 Según apreciaría Marcel Bataillon al leer el ori­ginal. "Me gusta mucho la frase de Bataillon, el artículo es positivo más bien que polémico", me comenta­ría al respecto mi madre (28-I-1958), quien añade por su parte: "esto es lo que vale, acuérdate lo que pierde de valor [Sánchez] Albornoz convirtiendo su libro en polémico").

64  Quien anotó, a su vez, el párrafo citado, aña­diendo sobre la palabra subrayada: "a mí me parece fea".

65 "Ya comentó el Abuelo [= Ramón Menéndez Pi­dal] que había sido él el incitador de los extremos cuando llegó la carta de Bataillon" (Jimena Menén­dez Pidal, 8-II-1958).

66 "El 31 de Marzo de 1960 había yo escrito a Eu­genio Asensio: "Creo no te envié lo de Bull[etin] Hisp[anique], ahí va. Cintra me dijo que te pareció ex­tremada mi reacción; no conozco a Devoto (a quien creí de mi edad) y me cae simpático por ocuparse del Romancero (hoy tan pasado de moda), así que sentiría lo tomase a mal". Después de recibir la carta del 5 de Abril de Asensio, le contesté (20-IV-1960): "De tu amigo Devoto sabía lo de músico y folklorista, no he visto su tesis, sólo el artículo sobre el mismo tema que publicó en la NRFH. Lo de la edad fue despiste, basa­do en su modo, un poco finchado, de escribir".

67 El 6-XI-1956 pedía yo desde Berkeley a mi fa­milia: "Enviadme los fascículos de la Enciclopedia esa portuguesa que me decís llegó. Tengo que escribir una colaboración (...)".

68 En vista de que "já sairam 4 fascículos".

69 Aún no lo había yo visto impreso el 16-X-1957 en que iban publicados 6 fascículos. El estudio figu­ra en las pp. 712-715 del Dicionário (Porto: Livraria Figueirinhas, 1960).

LÁMINA

Borrador de un artículo de Ramon Menéndez Pidal, contra la novedad.

SUMARIO:

I
PRESENTACIÓN: EL ROMANCERO Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL

* EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO

*1. LOS FONDOS DEL S. XIX

* 2. DESCUBRIMIENTO DE LA TRADICIÓN ORAL CASTELLANA EN 1900

* 3. LOS PRIMEROS PASOS EN LA COMPILACIÓN DE UN ROMANCERO ORAL PAN-HISPÁNICO

* 4. EN BUSCA DE ROMANCES FUERA DE LA PENÍNSULA: EN CANARIAS Y EN LAS COMUNIDADES SEFARDÍES, 1904

* 5. "A POR PAN Y A VER AL DUQUE": PRIMER VIAJE A AMÉRICA, 1905-1906

* 6. EL FONÓGRAFO DE CILINDROS DE CERA VIAJA EN BUSCA DE MELODÍAS, 1905-1906

* 7. LA MÚSICA Y LA DANZA COMO PARTE DEL ROMANCERO, 1905

* 8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908

* 9. MENÉNDEZ PIDAL HACE INVENTARIO: LAS PRIMERAS MIL QUINIENTAS VERSIONES DEL ARCHIVO Y LAS CONFERENCIAS EN LA COLUMBIA UNIVERSITY DE NUEVA YORK EN 1909

* III EL ROMANCERO HISPÁNICO BAJO LOS AUSPICIOS DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS

* 1. LA CREACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y EL ROMANCERO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 2. LOS DIALECTÓLOGOS Y EL ROMANCERO ORAL: 1910-1912

* 3. MANRIQUE DE LARA COLECTA EN ORIENTE EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1911-1912

* 4. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO ANTERIORES A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1909-1913

* 5. EL ROMANCERO HISPÁNICO DE AMÉRICA DEL NORTE, 1913

* 6. LOS PLIEGOS SUELTOS DE PRAGA LLEGAN AL ARCHIVO, 1913-1914

* 7. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE A AMÉRICA, PERO DEJA DE LADO EL ROMANCERO, 1914

* 8. LAS GRANDES ENCUESTAS REGIONALES DE JOSEFINA SELA Y DE EDUARDO M. TORNER, 1914-1920

* 9. MANRIQUE DE LARA, EL ROMANCERO DE LOS JUDÍOS DE MARRUECOS Y DE LA PENÍNSULA Y LA MÚSICA DE LOS VIHUELISTAS, 1915-1922

* 10. POESÍA POPULAR Y ROMANCERO, 1914-1918

* 11. LA GEOGRAFÍA FOLKLÓRICA Y LA EXPLORACIÓN DE REGIONES HASTA EL MOMENTO POCO ENCUESTADAS, 1920

* 12. AURELIO DE LLANO Y EL CONOCIMIENTO DEL ROMANCERO ASTURIANO, 1919-1925

* 13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20

* 14. LA TERCERA PARTE DE LA SILVA, PERDIDA, 1921

* 15. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, EN EL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE LA ROSA, 1925

* 16. SIGUE LA ACTIVIDAD RECOLECTORA, 1926-1927

* 17. LA CEGUERA TEMPORAL DE MENÉNDEZ PlDAL Y SU "FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS", 1926-1928

* 18. MANRIQUE DE LARA NUEVAMENTE EN ORIENTE. EDICIÓN FRUSTRADA DE LAS MÚSICAS DEL ROMANCERO: 1923-1928

* IV. EL PROYECTO DE PUBLICACIÓN DE EPOPEYA Y ROMANCERO FINES DE LOS AÑOS 20, COMIENZOS DE LOS AÑOS 30

* 1. EL ROMANCERO, PARTE DE UNA MAGNA OBRA A PUNTO DE PUBLICARSE

* 2. LAS FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS

* 3. GALICIA EN EL FOCO DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO, 1928-1931

* 4. APORTACIONES AL ARCHIVO DE COLECCIONES AJENAS. EL ROMANCERO CATALÁN, 1930-1933

* 5. 1930. LOS BAILES ROMANCEADOS QUE AÚN PERDURAN

* 6. NUEVAS CAMPAÑAS DE RECOLECCIÓN DE MÚSICAS Y TEXTOS POR LA SECCIÓN DE FOLKLORE DEL CENTRÓ DE ESTUDIOS HISTÓRICOS, 1930-1936

* 7. PARÁLISIS RECOLECTORA EN PORTUGAL, 1930

* 8. DISCOGRAFÍA Y PELÍCULAS ETNOGRÁFICAS; EL ROMANCERO INCORPORADO A LA ENSEÑANZA ESCOLAR. 1932-1936

* V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL

* 1. DISCONTINUIDAD DE EPOPEYA Y ROMANCERO Y CONTINUIDAD LATENTE DEL ROMANCERO

* 2. MADRID BOMBARDEADO. EL ARCHIVO "REFUGIADO" EN LA EMBAJADA DE MÉXICO

* 3. OCASO DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS. CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD DE LOS PROYECTOS DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

* 4. ANÍBAL OTERO, ENCUESTADOR DEL ROMANCERO Y DEL ATLAS LINGÜÍSTICO, ACUSADO DE ESPIONAJE

* 5. MENÉNDEZ PIDAL, ANCLADO EN CUBA, A LA BÚSQUEDA DE ROMANCES

* 6. VERANO DE 1937. LOS DISCÍPULOS DE MENÉNDEZ PIDAL Y LAS CANCILLERÍAS SE PREOCUPAN DE LA SEGURIDAD DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO

* 7. EL ROMANCERO Y LA HISTORIA DE LA LENGUA DE MENÉNDEZ PIDAL VIAJAN COMO PARTE DEL TESORO CULTURAL DE ESPAÑA

* VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA

* 1. DEPURACIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL. FIN DE SUS PROYECTOS CON UNA PROYECCIÓN NACIONAL, 1939-1941

* 2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945

* 3. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ROMANCISTAS TOMA EL RELEVO, 1945-1946

* 4. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE AL ROMANCERO, 1946-1950

* 5. LA CARTOGRAFÍA ROMANCÍSTICA Y LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN EN LA SERRANÍA DE CUENCA, EN LAS BALEARES, EN SORIA, EN SEGOVIA, EN ÁVILA, EN LA MESETA MANCHEGA, EN ALISTE Y EN MARRUECOS, 1947-1948

* 6. ÉXITO EN LA TRADICIÓN ORAL DE ALGUNAS VERSIONES FACTICIAS DE LA FLOR NUEVA

* 7. HACIA UNA RECUPERACIÓN DEL ROMANCERO PORTUGUÉS, 1948

* 8. NUEVAS ENCUESTAS: LIÉBANA Y POLACIONES; LA SIERRA DE BÉJAR Y PLASENCIA; SANABRIA. LLEGAN OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO. 1948-1949

* 9. FIN DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. FINAL DE LAS ENCUESTAS Y PUBLICACIÓN DIFERIDA DE LOS TRABAJOS SOBRE EL ROMANCERO, 1950-1954

* 10. ACTIVIDAD RECOLECTORA EN LA AMÉRICA HISPANA. SU REPERCUSIÓN EN EL "ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL", 1948-1952

* 11. REPERCUSIONES DE LAS PUBLICACIONES SOBRE EL ROMANCERO EN LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN ORAL, 1953-1954

* 12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI

* VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO  RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954

* 2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959

* 3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50

* 4. GRAN RECOLECCIÓN DE ROMANCES EN LAS ISLAS CANARIAS, 1952-1957

* 5. EL ROMANCERO TRADICIONAL, CUESTIONADO, 1959-1962

* 6. ÚLTIMAS CONTRIBUCIONES DE MENÉNDEZ PlDAL AL ROMANCERO, 1959-1965

* 7. MENÉNDEZ PIDAL EN ISRAEL Y EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1964

* 8. EL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL Y EL FUTURO DEL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1963-1966

* 9. REACTIVACIÓN DE LA LABOR EDITORIAL DEL ROMANCERO, 1966

* 10. PROPUESTA DE CREACIÓN CON CAPITAL AMERICANO DE UN CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS EN EL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1967-1968

* VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL

* 1. NON OMNIS MORIAR, 1969

* 2. BELLAS PALABRAS Y NEGRAS REALIDADES, 1969-1970

* 3. ACTIVIDADES DE LA CÁTEDRA-SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL. CATALOGACIÓN DE LOS FONDOS SEFARDÍES DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO. LOS FONDOS PATXOT SE HACEN INACCESIBLES. 1969-1971

* 4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975

* 5. EL ROMANCERO ¿AÚN VIVE?, 1973-1975

* 6. CRECER, PARA NO MORIR, 1976-1981

* 7. EL ROMANCERO AÚN VIVE. VOCES NUEVAS DE LA TRADICIÓN ORAL, 1977-1978

* 8. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCERO. UNA NUEVA EMPRESA COLECTIVA, 1977-1984

* 9. LAS GRANDES ENCUESTAS COLECTIVAS DEL PROYECTO DEAPHR, 1980-1984

* 10. LAS TRADICIONES ORALES LEONESAS Y EL ROMANCERO EN LEÓN A FINALES DEL S. XX, 1984-1988

* 11. FIN DE ETAPA. DISPERSIÓN DEL EQUIPO INVESTIGADOR DEL PROYECTO DEAPHR. LA FUNDACIÓN RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL Y EL CAPITAL PRIVADO INAUGURAN UNA ÉPOCA NUEVA. 1984-1989

* 12. LOS ARCHIVOS DEL ROMANCERO NUEVAMENTE EN EL FOCO. LOS LABORATORIOS HUMANÍSTICOS INSTALADOS EN EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL, 1988-1998

* 13. EL ROMANCERO ANTE EL CENTENARIO DEL ’98

* EPÍLOGO

* 1.- EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL DINAMITADO

* 2.- EL ARCHIVO DEL ROMANCERO ANTE LA REESTRUCTURACIÓN DE LA FUNDACIÓN MENÉNDEZ PIDAL Y DEL CENTRO SITO EN CHAMARTÍN

* 3.- LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA INVESTIGACIÓN

* 4.- DESPEDIDA

Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959


2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959. VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL.

      Menéndez Pidal permaneció intelectualmente productivo hasta cumplir sus 95 años. Cuan­do alcanzó los 90 escribió lleno de optimismo vital:

    "Se dice que la más triste limitación que pesa sobre la vejez es el no disponer de un maña­na. Pero esto debemos rechazarlo como inexacto. Con el mañana cuentan los viejos lo mis­mo que los jóvenes, y cuentan precariamente tanto los unos como los otros, por aquello de que No hay viejo que no pueda vivir un año, ni mozo que no pueda morir mañana",

y, en consecuencia, afirmaba, entonces, como principio:

    "No debemos empezar pronto la senectud, sino, al contrario, rebelarnos contra ella en todo lo que la rebeldía puede ser sensata, no dejando decaer la actividad vital, no dejando extinguir el amor a las obras comenzadas en la juventud (...). El impulso activo del anciano no tie­ne por qué cesar; no le falta el mañana; después, que ese mañana sea más largo o más corto es cosa secundaria y eventual"6.

Pero su "tan largo me lo fiáis" le llevó a dispersarse, acometiendo nuevas empresas que se le pre­sentaban en el camino y dejando para pasado-mañana la conclusión de "las obras comenzadas en la juventud": la Historia de la épica, que estuvo a punto de terminar entre 1954-19607, la Historia de la lengua* y la publicación, anotada, de los miles de versiones de su "Archivo del Ro­mancero", que nunca llegaría a realizar.

      De esta postergación de sus principales obras fue, sin duda, causa principal un afán, desarro­llado en sus años de retiro en la Cuesta del Zarzal, de saberse "vivo", de formar parte del pre­sente cultural, afán que le hacía atender constantemente peticiones de colaboración extemporá­neas. Sirva de muestra de las consecuencias de esta sumisión al presente pasadero la descripción que, en cierta ocasión, hace él mismo de su mesa de trabajo:

     "Yo no hago más viajes entretenidos que el de las 7 de la mañana a oscuras por el pasillo para no despertar a la abuela [= su mujer, María Goyri], palpando las paredes hasta mi despa­cho, y al comedor, y vuelta al despacho, etc.; y sobre la mesa tres capas de libros y papeles: la más profunda, Historia de la Epopeya; encima, los reyes Católicos; más arriba, la revisión de la mecanografía del romancero, que Calpe dice tener ya el permiso de importación de los nue­vos tipos; y se me olvidaba, cuarta capa: una conferencia para el «Instituto Faruk de Estudios Islámicos de Madrid», que me han comprometido a dar. Ves que necesito mucho poner en or­den mis cosas. Hoy, al salir de casa, me advirtió Madre [= Jimena Menéndez Pidal] que tuvie­se cuidado con una comisión de Castellón que me esperaba en la Acad[emi]a que no me com­prometiera para algo gravoso, y gracias a la advertencia, me negué a un viaje a Levante".

      Así me había escrito a Edimburgo en el año 1952; pero nunca pondría "orden" en sus "co­sas". Para comprobarlo, basta leer este otro pasaje de una carta a Lapesa, escrita ocho años más tarde, en 1960:

    "Cuando se anda ya en el año 92 de la vida es gran alivio contar con el afecto de los que están en pleno florecer de la existencia. Mi mayor contrariedad, ahora que me paso a ajustarme las cuentas, es ver el desorden en que trabajo. Da Vd. por sentado que estoy casi acaban­do mi trabajo sobre Las Casas, y resulta que no puedo adelantar en él porque estoy escri­biendo dos largos artículos para la Enciclopedia Biosca de Bilbao, uno de ellos sobre el Mio Cid, que acepté porque tenía deseos de concretar mis últimas observaciones sobre la compo­sición tradicional del poema preparando mi Historia de la épica, en que todavía sueño. En fin, todo se andará hasta donde las fuerzas duren"9.

      Al serle ofrecida en 1954, con la firmeza que supone una Orden publicada en el Boletín Ofi­cial del Estado, la constitución de un centro de trabajo al cual poder transferir la tarea de dar cima a sus proyectos interrumpidos por el desmantelamiento del "Centro de Estudios Históri­cos", Ramón Menéndez Pidal, a pesar de sus 85 años, creyó aún posible dejar tras sí el núcleo de un futuro "Nuevo-Centro de Estudios Históricos", en que no sólo se pusieran a contribución sus materiales inéditos, sino que tuviera una función formativa acorde con la denominación de "Seminario" que se le otorgaba, esto es, que fuera un semillero de nuevos investigadores en los campos de la Filología que él había preferentemente cultivado. Así nos lo dejan ver las notas que trazó, por entonces, en una ficha y en otro apunte complementario de ésta10, relativas a la or­ganización y propósitos del nuevo centro universitario:

    "= Constará de Becarios postgraduados que comiencen a hacer trabajos propios <: Prepara­ción de tesis y de trabajos originales>. Se admitirá algunos alumnos seleccionados auxiliares que en su día lleguen a ser becarios <: Que aprenda[n] a allegar materiales y comience[n] a tener iniciativas para suscitar problemas en torno a esos materiales;». Formación de su espíritu cien­tífico <= Que vayan adquiriendo hábitos de agudeza. Que sepan discernir lo interesante de lo estúpido; que prefiera[n] la exactitud a la novedad, la profundidad firme a la superficialidad brillante, que resista[n] la tentación del éxito fácil>.
    = Profesores ya empleados en la enseñanza, que dirijan cada trabajo de los Becarios y que hagan entre sí trabajos en colaboración.
    = Catedrático Subdirector.
   =
Trabajos de Romancero, Hist[ori]a [del] idioma, Crónicas, etc., dice la Orden ministerial, de modo que serán muchos trabajos en colaboración.
    = El éxito dependerá mucho de los medios de que disponga, medios pecuniarios, libros y, sobre todo, del personal docente y del personal discente, del estado de ánimo del estudiante de hoy , que desconozco, pues hace 14 años que estoy jubilado.
    = Muchos trabajos para la Hist[ori]a [de la] Lengua que deben ir apareciendo.
    = Muchos de prehistoria de la lengua que han tomado mucho volumen y deben ir aparte.
    = Leonés, mucho material. Mapa.
    = Romancero. Trabajo de ponerlo al día, abandonado hace unos 14 años.
    = Mecanógrafo y auxiliar.
    = Colaboradores, fuera [= además de] Riquer, Rodríguez Castellano, Casado Lobato".

      Pese a tan ambicioso plan, en estos mismos apuntes de Ramón Menéndez Pidal asoma un cierto temor a que el decreto fundacional del "Seminario" pudiera quedar en uno de tantos ac­tos de inauguración para la galería que entonces se hacían (y aún hoy se hacen) en España. De hecho, ya se habían manifestado algunas señales de que ese temor pudiera no ser sólo fruto de la desconfianza generada por una larga vida; en aquellas anotaciones11 don Ramón llamaba la atención acerca de dos hechos que consideraba inquietantes:

    "= No se reunió el Patronato, que es el que decidirá. No se nombró el Subdirector".

      De resultas, el "Seminario Menéndez Pidal", desprovisto de toda organización oficial, co­menzó sus actividades en situación de absoluta provisionalidad. Desde luego, la incorporación de "Profesores", directores del trabajo de los "Becarios", quedó en suspenso, pese a ofertas de co­laboración tan interesantes como la de Martín de Riquer desde Barcelona12. Únicamente Rafael Lapesa, como candidato in pectore a la subdirección, asumió la responsabilidad de adminis­trar el nuevo centro13 y de seleccionar becarios, con la colaboración del Profesor Adjunto de su Cátedra, Álvaro Galmés. En lo que a mí se refiere, que había sido Ayudante de la Cátedra de don Rafael y era otro potencial colaborador, la creación del "Seminario Menéndez Pidal" vino a coincidir con mi alejamiento de Madrid, a partir de Octubre de 1954, como Catedrático de la Universidad de La Laguna (en Canarias), y, seguidamente (aunque de forma sólo temporal) de España, como profesor visitante en la University of California, Berkeley (cursos 1955-1957).

      Sólo el 20 de Enero de 1955 Rafael Lapesa pudo remitir al Decano de la Facultad de Filoso­fía y Letras relación oficial "de las personas que vienen tomando parte en las tareas del Semina­rio o comienzan ahora a intervenir en ellas", ya que tan sólo a principios de este nuevo año ha­bían quedado "establecidas por el Patronato del Seminario Menéndez Pidal las condiciones de trabajo y retribución de colaboradores y becarios". La nómina no contemplaba el puesto de Sub­director y sólo incluía un "Colaborador", "don Álvaro Galmés de Fuentes", aparte de tres "Becarios-Graduados"14 y tres estudiantes "Becarias"15.
 
     Aunque en "medios pecuniarios", en "personal docente" y en "personal discente", el naciente "Seminario" estaba lejos de cumplir las exigencias que para su "éxito" había señalado Menéndez Pidal, tenía, al menos, como ventajoso punto de partida, la herencia, en los diversos campos de actividad que se proponía cultivar, de obras varias muy avanzadas en su realización16.

      En el campo del Romancero se preveía como relativamente fácil la terminación de los volú­menes Iº y IIº del Romancero tradicional heredados del extinto "Seminario de Estudios Históri­cos" adscrito al Instituto de Cultura Hispánica: pero un suceso imprevisto vino a impedir que el becario graduado encargado de esa labor, José Caso17, completara prontamente el trabajo de revisión. El 20 de Abril de 1955 Caso me escribió, desde Gijón a La Laguna, explicando lo su­cedido y su incidencia sobre el Romancero:

    "El 21 de febrero sufrí un accidente de automóvil, como consecuencia del cual me fractu­ré el brazo derecho. El asunto caminó bastante mal y un mes más tarde sufrí una operación. Ahora estoy con la escayola, que no me quitarán hasta finales de mayo. Como ves la desgra­cia se ha cernido sobre mí. Y, en cierta forma, sobre el Romancero. A estas horas podría ha­ber estado lista la mayor parte del primer tomo".

En aquel mes de Abril de 1955, Ramón Menéndez Pidal me comentaba, desesperanzado, el mal empiece del "Seminario"18 y, durante el siguiente verano, antes de que me desplazara a Ca­lifornia, me manifestó repetidamente en San Rafael (Segovia) su temor a que el "Seminario" fra­casara; en el curso de nuestros paseos vespertinos por el valle del Gargantilla, ponderamos en­tonces juntos los medios para corregir los "defectos" detectados en su inicial funcionamiento19. Por ello, a poco de establecerme en Berkeley, transmití impulsivamente aquellas inquietudes y sugerencias a Rafael Lapesa. No obstante, en aquella evaluación mía de lo realizado durante el curso 1954-1955, que era en su conjunto negativa20, establecía una excepción precisamente en el campo del Romancero:

    "Haciendo crítica de lo hecho el año pasado, resulta satisfactorio lo conseguido en el Ro­mancero, a pesar del accidente de Caso. Caso es persona concienzuda y eficaz, aunque a ve­ces excesivamente lento. Apurándole un poco, resulta efectivo. Se podría continuar con él como en el año pasado y ofrecerle una gratificación extraordinaria cuando el tomo de épicos entrase, enteramente acabado, en la imprenta"21.

      Mi satisfacción respecto al trabajo realizado por Caso estaba justificada. Ya en su carta del 20 de Abril de 1955, al concretar lo que había quedado hecho antes de su accidente, me precisaba:

    "Lo del «Rey Rodrigo» no estaba totalmente acabado; pero era tan escaso lo que quedaba, que en dos o tres días hubiera recibido el punto final. Álvaro [Galmés] quedó encargado de terminarlo (...). Yo no tengo aquí la parte de «Bernardo», y aunque me es imposible trabajar con un mínimo de eficacia, creo que me autorizarán el uso de mecanógrafa (...)".22

Poco a poco se habían ido resolviendo los problemas pendientes:

    "La Silva de Mendaño, así como las fotografías de las hojas sueltas de la tercera Silva, las posee [Antonio Rodríguez] Moñino, el cual nos las ha prestado. Del Manojuelo nada había conseguido antes de marchar de Madrid".

Y, al llegar yo en Junio a Madrid23, aún había tenido oportunidad de trabajar juntamente con Caso en algunos aspectos de la edición.

      Lapesa, molesto con mis observaciones, que creyó envolvían una crítica a su generosa ayuda a la puesta en marcha de las investigaciones, demoraría su respuesta hasta que le escribí de nue­vo precisando las preocupaciones que había intentado compartir con él24, y hasta que, "reanu­dadas las tareas del Seminario", el 24 de Noviembre de 1955, sometió a aprobación del Deca­no la nómina de los Becarios post-graduados y estudiantes que en el nuevo año habían reiniciado el trabajo en el centro (bien sea desde 1° de Octubre, bien sea desde 1° de Noviembre). Conforme se hacía constar en esa propuesta dirigida al Decano, el único "Colaborador" que existía el año precedente, Álvaro Galmés,

    "ha renunciado a su gratificación por no poder asegurar su asistencia regular, aunque con­tinuará asesorando a los becarios";

felizmente, José Caso, encargado del Romancero, seguía figurando en la nueva nómina de be­carios. Al día siguiente de poner este oficio, don Rafael me respondió, entre preocupado y que­joso25:

    "Tengo sin contestar dos cartas tuyas del otoño, aparte de una antigua, venida aún desde La Laguna, sobre la que esperaba haberte hablado el verano último (...). «Seminario»: Es mi preocupación constante y grave, más que por el curso actual, en que todavía estará Álvaro [Galmés] en Madrid, por los siguientes. Tú y Álvaro sois los que conocéis los materiales reu­nidos por don Ramón y quienes sabéis el partido que se puede sacar de ellos. Yo puedo ayudar y orientar en las Crestomatías y, cuando se reemprenda, en el Glosario del español primiti­vo (...). Pero no es ése el caso del Romancero ni de la continua labor sobre el dialecto leonés (...). Por lo tanto, ¿qué se va a hacer estando tú en La Laguna y Álvaro, como es de esperar, también allí o en Oviedo?26 Comprendo muy bien que don Ramón reserve cuanto pueda su atención al trabajo exclusivamente personal suyo, pero no veo cómo solucionar el problema (...). Celebro que cuanto decías sobre los males del «Seminario» fuese índice de insatisfacción general y no de censura contra mí: hubiera sido injusta, pues del «Seminario» sólo he sacado y sacaré quebraderos de cabeza y quehaceres (...). Acabo de recibir carta de Wisconsin con la que se disipan las últimas dudas: iré allí a primeros de febrero" (25-XI-1955).

En adelante, decidí abstenerme de intervenir a distancia, como inicialmente había hecho de­jándome llevar por el deseo de contribuir a la solución de problemas que no estaba a mi alcan­ce darles solución27.

      Al finalizar el año, las impresiones sobre la marcha de las obras del "Seminario" habían me­jorado, según me daba por enterado el 31 de Diciembre de 1955 (en carta a Ramón Menéndez Pidal)28; pero me preocupaba cómo habría quedado rematado el volumen Io del Romancero tra­dicional en que tan activamente había colaborado en tiempos anteriores, y sugería:

    "Del tomo del Romancero me gustaría ver alguna prueba. Habrá que anteponerle un pró­logo en que se detalle el trabajo sucesivo de los que en épocas varias contribuyeron a su ela­boración".

      En otro orden de cosas, el ambiente político de Madrid se entenebrecía. El 10 de Enero de 1956 el propio Lapesa me escribía de nuevo:

    "Parece que los cambios de equipo [en el Ministerio de Educación] han quedado en sus­penso. Ojalá sea por mucho tiempo. Realmente el panorama es poco grato. Los cuarenta y dos años en que Felipe II apretó las clavijas acarrearon un entontecimiento nacional que duró casi doscientos años para los españoles más despiertos; los demás continúan mugiendo con­tra la funesta manía de pensar, como en los días fernandinos. Y ahora llevamos veinte como los iniciados en 1556".

Y, efectivamente, en Febrero estalló la tormenta:

    "Los últimos días de estar en Madrid —me relataba Lapesa ya instalado en la Universidad de Wisconsin— fueron de una tensión terrible, por los sucesos universitarios. Yo no acabo de entenderlos bien. Es posible que hubiera una doble maniobra, destinada por una parte a des­plazar a Laín, Villanueva, Ruiz Jiménez y toda la corriente «comprensiva» que ellos represen­tan, y conducente por otra parte a desacreditar a la Falange. Los únicos beneficiados habrían sido los intransigentes, Opus, etc. Ahora bien, si fuese así, la unanimidad de los estudiantes en su protesta, la firmeza de las autoridades universitarias en su condena de la invasión de San Bernardo por las centurias, y el escándalo internacional que la cosa produjo, parecen haber obligado a no completar la maniobra. Perdieron la cabeza al encontrarse con la primera re­beldía clara, y estuvieron a punto de hacer barbaridades irreparables. Si llega a morirse el fa­langista herido (¿por quién?) es muy probable que hubiese habido paseos. Las disposiciones del Gobierno suspendiendo la vigencia de los artículos del «Fuero de los españoles» parecían dar todas las facilidades para que se cumpliese tan laudable posibilidad, y el tono de [el pe­riódico del Partido] «Arriba» era feroz" (26-III-1956).

      Tras la súbita caída en desgracia del Ministro de Educación Ruiz Giménez29, el "Seminario Menéndez Pidal" quedó prontamente arrinconado como un mero apéndice de la Cátedra de  Historia de la Lengua de Rafael Lapesa, y privado, según luego veremos, de ayuda económica estatal continuada; pero los problemas administrativos no se hicieron manifiestos de inmediato. En aquellos meses de creciente tensión en la Universidad, se consideró conveniente que el "Seminario Menéndez Pidal" rindiera públicamente cuentas de su labor mediante la difusión de un tríptico, que fue impreso el 1 de Marzo de 1956, titulado: "Seminario Menéndez Pidal: Su organización. Sus actividades". En él, al informar acerca del "Resultado de las tareas del Semi­nario", se precisaba sobre el Romancero Hispánico ("en el que trabaja don José Caso González") lo siguiente:

    "Se hallan ya terminados los dos primeros volúmenes (de unas cuatrocientas páginas cada uno) del monumental corpus «Romancero Hispánico», y se encuentran en la imprenta de don Silverio Aguirre para su publicación, habiéndose ya corregido parte de las terceras prue­bas del volumen I:/a) Vol. I: Romances primitivos, viejos, cronísticos y artificiosos de los ci­clos del Rey Rodrigo y de Bernardo del Carpió. / b) Vol. II: Id., Id., de Fernán González, de los Infantes de Salas y de la Condesa Traidora. / Cada ciclo romancístico va precedido de un estudio del desarrollo de la leyenda respectiva, y de cada romance siguen abundantes comen­tarios sobre su origen, evolución, éxito poético y teatral y, cuando existe, tradición moderna./ Estos dos primeros volúmenes del Romancero, recogen y organizan, naturalmente, un in­menso material reunido y en su mayor parte elaborado por D. Ramón Menéndez Pidal y sus distintos colaboradores a lo largo de más de cincuenta años de ininterrumpida labor".

      En efecto, la salida del volumen Iº y la impresión del volumen IIº parecían tan próximas que un Lunes antes de Pascua (probablemente el 26 de aquel mes de Marzo) me llegaba a Berkeley carta de Ramón Menéndez Pidal consultándome con urgencia acerca de lo que durante el vera­no habíamos tratado sobre los colectores que debían citarse en portada30.

      Desde la lejana California no veía yo tan urgente la impresión. Me parecía que el volumen Iº ("que ahora sale") no debía ver la luz sin el prólogo explicativo de su gestación, según había ya propuesto a Ramón Menéndez Pidal el último día del año anterior. Creía esencial el destacar que se trataba de una "obra colectiva, como el romancero mismo", elaborada en sucesivas eta­pas (26-III-1956)31 y, en vista de ello, proporcionaba a los residentes en Chamartín claves para que esas etapas fueran reconstruidas con precisión (en carta llegada a su destino el 22 de Abril)32. También me preocupaba por cómo iba a quedar finalmente el tomo, insistiendo (según ya lo había hecho en Diciembre de 1955):

    "¿Podré ver algo antes de que se tire?"

Cuando, ya en Junio, llegó a mis manos una prueba de cómo iba a ser el libro impreso, volví, una vez más (en carta del día 21) a sugerir que la tan diferida obra fuera cuidadosamente releí­da antes de ser impresa, ya que, en buena parte de su redacción, aunque las ideas presentadas reflejaran el pensamiento de Ramón Menéndez Pidal, remontaba a un texto escrito de mi mano ¡y de mi mano en unos años en que, al tiempo en que escribía, ya me juzgaba yo como dema­siado inmaduro!

    "La prueba del Romancero me gustó. (...) / Pero creo que yo podría ayudar a revisarlo an­tes de lanzarlo. Es un tomo que conozco mejor que nadie... y creo que podría salvar algún po­sible fallo (...). Podríais remitirme un juego de pruebas: no creo que la cosa vaya tan deprisa como para que ese expediente retrase mucho la publicación./ Abuelo. No dejes de leerlo una vez tú. Piensa que está redactado casi todo hace ya mucho y que es en ese aspecto obra mía de cuando tenía 20 años... Por eso mismo me gustaría leer una prueba de todo".

En fin, el 16 de Diciembre interrogaba a Ramón Menéndez Pidal:

    "Me dices que están imprimiendo «Bernardo» (...). ¿Crees que debo ponerme a hacerte el esbozo del prólogo para el Romancero? Temo que haya tiempo de esperar. Desde aquí me se­ría difícil reconstruir las aportaciones varias a la elaboración del tomo en épocas anteriores".

      Entre tanto, la situación del "Seminario Menéndez Pidal" iba haciéndose más crítica. El 23 de Diciembre de 1956, Rafael Lapesa, ya regresado de Madison, Wisconsin, me informaba so­bre ello a California:

    "Hace mucho tiempo que quería escribirte (...). Últimamente hubo un motivo para que no te escribiera. El «Seminario Menéndez Pidal» atravesó una crisis de la que no te quería enterar hasta ver en qué paraba. La cosa fue que a fines de octubre nos encontramos con que no había consignación ¡en todo lo que iba de año! No sabíamos si se trataba de una supresión delibera­da o de un descuido. [Sánchez] Cantón [Decano de la Facultad de Filosofía y Letras] trató de ver a [Torcuato] Fernández Miranda [Director General de Universidades] y no lo consiguió hasta principios de diciembre. Era una omisión involuntaria (...). Es probable que [José] Caso se nos vaya de lector a Lyon en febrero y que [Germán] Granda vuele también, ahora o en se­tiembre, a Colombia. No sé con quién reemplazarlos, sobre todo a Caso. Pensando que Álvaro [Galmés] tendrá ya su cátedra al enero que viene, no sé como van a continuar los trabajos33. El ambiente universitario de aquí parece en calma, pero siempre con rumores de que quieren apre­tar los tornillos. El verano pasado [Florentino] Pérez Embid aprovechó el Homenaje a M[enén-dez] Pelayo para ofrecer a Franco sus servicios de ángel exterminador (...)",

y el 23 de Enero de 1957, aún tenía que corregir su moderado optimismo sobre la suerte del «Seminario Menéndez Pidal»:

    "He transmitido tus indicaciones sobre el Romancero a don Ramón (...). Lo de descen­tralizar el «Seminario» me parece una buena idea (...). Pero, a lo mejor, estamos echando las cuentas de la lechera: a pesar de las promesas del Ministerio todavía no han librado la con­signación de 1956, adelantada por la Facultad y ya gastada o comprometida";

en fin, el 18 de Abril las malas noticias se habían confirmado:

    "El «Seminario Menéndez Pidal» sigue en el aire. No han dado la consignación de 1956 y nada sabemos de la de 1957".

No obstante, en esta misma carta, Lapesa me anunciaba:

    "Va a salir el primer tomo del Romancero’,

confiando en que el nombramiento de María Josefa Canellada, como Colaboradora substituía del ausentado José Caso34, facilitaría el verlo en la calle.
 
     Además, Ramón Menéndez Pidal había, por fin, hallado tiempo para pergeñar el esperado prólogo, cuyo borrador me remitió a Berkeley. Como en ese borrador no se había detenido a re­conocer el carácter de obra colectiva que su colección de romances tenía, ni tampoco daba cuen­ta de la existencia de varias etapas elaborativas del volumen que iniciaba la edición de los textos, le comenté al respecto el 27 de Abril de 1957:

    "Leí el prólogo al Romancero. Me gustaría discutirlo. Creo que estando yo ahí dentro de un mes, no habrá necesidad de resolverlo correo va, correo viene. Echo en él de menos las re­ferencias a la labor de todos los que han contribuido a hacerlo posible... Claro que para pro­yectar esa parte necesitaría ver la portada, que al fin no me enviasteis. Hubo un proyecto de doble portada que era muy satisfactorio: 1. Portada general para todos los tomos en que se aludiese a las colecciones básicas [de] M[arija Goyri - R[amón] M[enénde]z Pidal, Manrique de Lara, etc. 2. Portada particular de cada tomo, en que se nombraría a todos los colectores de que hay versiones en ese tomo. Además hay que mentar en el prólogo [a] los varios redactores (p[or] ej[emplo], antes de mi redacción del «Rom[ancero] del Rey Rodrigo» hubo otra anterior a 1936, que sería fácil de identificar. Créola de Lapesa ...). Esperadme para publicar eso".

      Por esos días, José Caso, muy alarmado respecto a la detención en la salida del primer volu­men del Romancero, apremiaba, en cambio, a Rafael Lapesa desde la Faculté des Lettres de Lyon (29-IV-1957):

    "He recibido efectivamente una carta de don Ramón sobre Romancero, y poco después otra de la señora Canellada, un poco despistada con la contestación mía a don Ramón. Es­pero que ella al fin se imponga en la tarea y así pueda avanzar el tomo III.
 
   ¿Por qué no apuran a don Ramón para que escriba el prologuillo? Yo, al menos, le dejé unas notas para él y, si se decidiera, creo que en cosa de dos días podría salir a la calle el tomo I. Personalmente estoy interesado en ello (...). Pero además creo que al «Seminario» le está ha­ciendo mucha falta (...). En una ocasión me dijo don Ramón que no tenía interés en que sa­liera rápidamente; no me dijo las razones, y yo tampoco le pregunté; pero ello me parece un error cuando el tomo está ya totalmente impreso. Además, la situación económica, como dice usted, dista de ser halagüeña (...)35. Si los motivos que tiene don Ramón son de índole cien­tífica, ello no tiene ya remedio, o mejor dicho tiene el remedio de añadir en el segundo tomo o en el tercero el correspondiente Addenda et corrigenda. Creo que debe también apuntar una razón más para que el tomo salga, y es la imprenta (...). Considero un deber de conciencia re­cordar cosas en las que empeñé mi palabra, después de tener autorización de don Ramón para ello (...)".

      Menéndez Pidal optó por esperar36. Sólo vuelto yo a Madrid, después de los dos años de estancia en California, el 28 de Agosto de 1957, se concluyó la impresión del Romancero tra­dicional de las lenguas hispánicas (Español-Portugués-Catalán-Sefardí). Colección de textos y no­tas de María Goyri y Ramón Menéndez Pidal, vol. I: R. Menéndez Pidal, Romanceros del Rey Rodrigo y de Bernardo del Carpió. Ed. R. Lapesa, D. Catalán, A. Galmés y J. Caso, Madrid: Seminario Menéndez Pidal37. Y en Enero de 1958 los ejemplares del libro estuvieron, al fin, disponibles38.

      La celebración en Lisboa, en Setiembre de 1957, del "IIIer Coloquio Luso-brasileiro" (orga­nizado por Cintra, impulsor de la edición del Romanceiro inédito de Leite de Vasconcelos) atra­jo la participación de Menéndez Pidal y mía, que ilustramos, con ejemplos de distinto carácter, la importancia de la tradición oral portuguesa.

    El original del volumen IIº del Romancero tradicional estaba casi concluido desde hacía tiempo39; José Caso, antes de su marcha para Lyon, incluso había avanzado en la preparación de un volumen IIIº dedicado al "Romancero del Cid"40. El trienio que se precisó para dar re­mate al volumen Iº y que saliera impreso parecía resultado excepcional de un cúmulo irrepe­tible de circunstancias adversas. Pero Silverio Aguirre, escarmentado por las consecuencias económicas de la lenta corrección de pruebas del volumen anterior, se había tornado muy cauto a la hora de comprometerse a componer el volumen IIº. Según un informe de José Caso a Rafael Lapesa:

    "En relación, creo, con esta situación económica [de la cual Silverio Aguirre le había trans­mitido sus quejas41] está su negativa a componer de una sola vez el 2° tomo del Romancero, por creer que inmovilizará durante algún tiempo unos 1.000 kilos de plomo (...) y porque — dice— la experiencia (1er tomo y otras cosas, creo yo) le enseña que no puede trabajar de esa forma".

      La determinación del impresor de ir componiendo el Romancero tradicional II por partes, su­mada a la ausencia de José Caso en Lyon y a la probable incorporación de Álvaro Galmés a una cátedra fuera de Madrid, hacían tan difícil la continuación de los trabajos en el área del "Ro­mancero"42 que Rafael Lapesa llegó a considerar preferible posponer las actividades de edición e investigación en ese campo de actividad del "Seminario" para otro año académico, según Ra­món Menéndez Pidal me escribió el 6 de Octubre de 1957 a La Laguna (Canarias):

    "Lapesa me propone limitar este año el «Seminario» a la Crestomatía y a el Glosario de Orí­genes, que es lo que él puede dirigir, y que María Josefa [Canellada] siga con la copia de ro­mances".

La tarea de corregir las pruebas, cuando la imprenta Aguirre las fuera enviando, no constituía un trámite que pudiera transferirse con facilidad de un colaborador a otro, ya que la colación de los textos no se iba a realizar contra el "original" remitido a los impresores, sino contra los documentos del "Archivo Menéndez Pidal", y la edición de esos documentos se había hecho con unos criterios unificados que hacían imposible una corrección mecánica basada en la simple confrontación43. En vista de ello, se pretendió que, cuando se presentara la ocasión, colabora­ran en el proceso corrector de los envíos de Aguirre María Josefa Canellada, desde Madrid, y José Caso, desde Lyon44.

      En las Navidades de 1957, José Caso, habiendo regresado de Lyon a Gijón, se extrañaba, en carta a Rafael Lapesa del 26 de Diciembre, de no haber recibido ninguna prueba del volumen II del Romancero45; pero, ante la alarma expresada por Caso, Rafael Lapesa se informó directa­mente, y en el dorso de esa carta tomó entonces nota del estado de la obra:

    "«F[ernán] Gonz[ález]»: Compuesto. Correcciones de tipo general hechas por Diego [Ca­talán]. «Infantes» y «Condesa Traid[or]a»: Sin componer. Revisado el original por Diego. Ojo: falta introducción a «Condesa traidora». Romances eruditos recogidos por Diego: publicarlos (incluir)".

Sin duda, durante aquellas vacaciones navideñas, habiendo yo venido a Madrid desde Canarias, había logrado que la imprenta trabajara en la composición del tomo hasta hacer llegar la obra al estado descrito. Por otra parte, cuando en Enero me reincorporé a la Universidad de La Lagu­na, recibí de Ramón Menéndez Pidal la siguiente información:

    "[Rodríguez] Moñino ha ofrecido a María Josefa [Canellada] las capillas de las Flores de Romances [que estaban imprimiéndose en la Academia Española], así que no copiarán de ellas los romances heroicos para tenerlos presentes en el 2° tomo del Romancero ¿Se los has man­dado copiar? Creo que bastaría una nota simple de su existencia. Siguen copiando Gerineldos..." (28-I-1958),

acerca de la cual comenté en réplica (en torno al 2 ó 3 de Febrero de 1958):

    "Los romances heroicos son para usarlos en el tomo que se está imprimiendo. Por ahora bastará, en efecto, con sacar una nota. Pero los que no sean del Cid, no meterlos en las carpe­tas (cuyos materiales ya se han usado); enviarme a mí nota de ellos, para tenerlos en cuenta al tiempo que me lleguen pruebas. Quiero leer yo las pruebas"46.

En fin, el 11 de Marzo de 1958, Ramón Menéndez Pidal me anunciaba satisfecho:

    "Van todas las pruebas y el original del Romancero, para que no se extravíe alguna par­te. [José] Caso las reclama también desde Lion. Pero me parece inútil que él las vea, vién­dolas aquí María Josefa [Canellada]. Di tú si se las mandamos para que uniforme algo la ti­pografía".

Pero, al recibirlas, me desilusioné, ya que no eran, ciertamente, "todas":

    "Pruebas del Romancero. Las recibí ya. Pero vuelven a ser las de «Fernán González», cuan­do yo esperaba las de «Infantes»47".

La impresión del Romancero tradicional II siguió su lenta marcha, falto de una persona en Madrid que exigiera actividad a la imprenta. La continuada inestabilidad del "Seminario" en términos económicos hacía imposible contar con gente "vieja" o "nueva"48. El 1 de Febrero de 1959, en carta dirigida a La Laguna, Rafael Lapesa me volvía a exponer un panorama del "Se­minario Menéndez Pida!" bien poco satisfactorio:

    "El Seminario Menéndez Pidal volvió a quedar sin consignación el año 58, a pesar de que [José] Camón [Aznar, el nuevo Decano de la Facultad de Filosofía y Letras] visitó repetida­mente a [Torcuato] Fernández Miranda [Director General de Universidades]49. Ahora, con motivo de una reclamación de haberes hecha por [José] Gómez Pérez, se han pedido fondos, no sé si al Ministerio o al Rectorado. De las publicaciones sé que Aguirre mandó nuevas prue­bas de lo que tiene compuesto del Romancero y que M[arí]a Josefa las devolvió corregidas (...). Aparte de la cuestión económica, me preocupa mucho cómo se resolverá mi sustitución du­rante el curso 1959-60. Supongo sabréis que vamos otra vez a Estados Unidos, ahora a Wisconsin como investigador, sin obligaciones docentes. Es estupendo, pero no sé quién se en­cargará de este correveidilato administrativo que es mi función en el «Seminario». La casi única, pues desde que estamos sin fondos no se ha podido dar entrada a gente nueva, y todo eso de formar nuevos investigadores se está quedando en el papel".

      Por fortuna, antes de que finalizara aquel curso académico y que, en el siguiente, Rafael Lape­sa se ausentara para investigar en el "Institute for Research in the Humanities" de la University of Wisconsin, se obtuvo una consignación extraordinaria del Ministerio, con la cual, además de ha­cer frente a las nóminas debidas, se pusieron nuevamente en movimiento las obras del "Semina­rio" que podían ser impresas. En el "Presupuesto correspondiente al año académico 1959-1960" del "Seminario Menéndez Pidal", elaborado cuando don Rafael tenía ya un pie en el estribo (o en la escalerilla del avión), el 15 de Setiembre de 195950, se hacía constar la siguiente partida:

    "Probable importe de la impresión de Romancero, segundo tomo... 65.000,00 [pts.]".

      La impresión del volumen parecía estar, en efecto, muy próxima: el 13 de Junio la "Editorial Gredos" había informado a Ramón Menéndez Pidal:

    "En cuanto a la consulta que nos hace sobre el papel para el segundo tomo del Romance­ro, me es muy grato comunicarle que ya se ha encargado su fabricación. Por consiguiente, tan pronto lo recibamos, se mandará a la imprenta"; y sobre esa carta don Ramón había escrito de su puño y letra poco tiempo después:"Ya tiene el papel Aguirre. Agosto 59".

      El optimismo generado por las disponibilidades económicas dio lugar a que la "Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid" imprimiera y distribuyera una hoja sobre las "Publicaciones del Seminario «Menéndez Pidal»". Entre las citadas como "En prensa", al fin de la lista, figuraba el

    "Romancero tradicional de R. Menéndez Pidal. II. Romanceros de Fernán González, de los Infantes de Salas y de la Condesa Traidora".

Desgraciadamente, esa situación de la obra "en prensa" había de prolongarse mucho más tiem­po que el que por entonces se preveía.

      Las dificultades que, desde su primer año de funcionamiento, había encontrado el "Semi­nario Menéndez Pidal" para emprender una rápida publicación de los materiales sobre el Ro­mancero atesorados en el "Archivo" y las escasas perspectivas existentes para poder elaborar e imprimir en poco tiempo un "Romancero del Cid" (volúmenes todos ellos especialmente complejos, ya que no respondían, en verdad, al título de la colección, al no estar limitados a la reproducción de textos "tradicionales", viejos o nuevos, pues incluían toda clase de roman­ces y derivaciones de ellos relacionados con cada "leyenda heroica"51) me habían convencido, desde antes de mi partida para América, que era conveniente romper con el orden "histórico" en la publicación de los temas, a fin de poder hacer públicos prontamente tomos con múlti­ples versiones procedentes de la riquísima tradición oral moderna que el "Archivo del Ro­mancero" atesoraba. Por ello, ya durante el verano de 1955, estando en San Rafael (Segovia), acordé con Ramón Menéndez Pidal que José Caso, tan pronto acabara los tomos del roman­cero heroico, en los cuales se incluían una mayoría de textos antiguos (fueran o no tradicio­nales), se dedicara a preparar un volumen en que predominaran los textos recogidos en los si­glos XIX y XX de la tradición oral52; y, estando en Berkeley, el 8 de Enero de 1957, expuse ese plan a Rafael Lapesa:

    "Mi idea es que, tras esos dos tomos, se saque uno preferentemente de tradición moderna para dar una muestra de la colección en ese aspecto. Hay un tema muy trabajado ya por no­sotros, el de la «Boda Estorbada», que podría publicarse sin gran dificultad: comprende el vie­jo romance de Dirlos y sus derivados modernos + El Conde Sol [= La condesita] + La vuelta del navegante"53.

      La preparación de los textos de ese volumen IIIº se fue haciendo, en efecto, paulatinamente mientras se esperaban pruebas de los volúmenes en impresión (1957-1959). A copiar a máqui­na versiones se estaban reduciendo las posibilidades investigadoras acerca del Romancero en el flamante centro creado en 1954 por Joaquín Ruiz Giménez en la Universidad de Madrid.

Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)

NOTAS

6 R. Menéndez Pidal, "Los noventa años...", Pape­les de Son Armadans, XXXIX (Junio 1959). Reedita­do en Non omnis moriar, Madrid: Seminario Menén­dez Pidal, 1969, pp. 11-20.

7 Véanse, en mi "Presentación" a R. Menéndez Pi­dal, La épica medieval española. Desde sus orígenes has­ta su disolución en el Romancero, ed. por Diego Cata­lán y María del Mar de Bustos, vol. I, Madrid: Espasa Calpe, 1992, las pp. 33-35.

8 Cuya redacción hasta el s. XVIII tenía muy avan­zada. Sobre los diversos períodos de gestación de esta obra trataré en la "Presentación" con que encabezaré la edición del vol. I de esta obra.

9  La carta sobre el "desorden" de 1952 tiene la fe­cha de 10 de Febrero; la de 1960 de 22 de Abril.

10 Incluyo entre < > las aclaraciones hechas en ese apunte complementario.

11  En las del apunte complementario.

12  Martín de Riquer, tan pronto como se enteró por la prensa de la creación del "Seminario Menén­dez Pidal", escribió a don Ramón (14-III-1954) feli­citándole y ofreciendo su colaboración: "Espero con verdadera impaciencia la aparición de su Historia de la épica y los textos del Romancero ¿No habría la po­sibilidad de crear una especie de sección del Semina­rio Menéndez Pidal en la Universidad de Barcelona? Por lo menos, no nos olvide Vd. en posibles tareas de colaboración".

13 El 20-I-1955, aún interrogaba yo a Ramón Me­néndez Pidal por carta desde La Laguna (Canarias): "¿Por fin Lapesa aceptó la dirección del Seminario? ¿con sueldo?". Desgraciadamente, don Rafael sólo es­tuvo dispuesto, visto el panorama, a ayudar a don Ramón sin remuneración.

14  Dos de ellos incorporados el 15-XI-1954, un tercero el 1-XII-1954.

15 Todas ellas incorporadas el 15-I-1955. Se halla­ban en "Segundo año de especialidad". Su formación se asentaba en haber sido miembros de un equipo voluntario de estudiantes asistente a unos Laboratorios de Dialectología que organicé el curso 1953-1954 en la Cátedra de Historia de la Lengua, durante un año de ausencia en América de su titular (Rafael Lapesa).

16  Gracias a ello, aquel próximo verano podría ya ofrecerse al Ministro creador del nuevo centro una primer obra impresa por el "Seminario Menéndez Pidal": el 12 de Agosto de 1955, el Ministro de Edu­cación Nacional Joaquín Ruiz Giménez agradeció a Ramón Menéndez Pidal "la atención que me ha dis­pensado al enviarme el primer ejemplar de la edición de la «Crónica general de España» con la que inicia sus actividades el Seminario Menéndez Pidal y que ha hecho llegar a mis manos el Rector de esta Uni­versidad". La edición se publicó, en colaboración, por la Facultad de Filosofía y Letras y la Editorial Gredos, en virtud de un contrato de colaboración editorial y de distribución en exclusiva firmado por el Decano de la Facultad con la Editorial (6-VII-1954).

17 José Caso González había empezado a trabajar el 15 de Noviembre de 1954. En la relación sometida por R. Lapesa al Decano se le asignaban "1.000 ptas. líquidas mensuales".

18  Por lo que el 26-IV-1955 le replicaba yo desde Canarias: "Abuelo! (...) Me asusta que el «Seminario» esté tan en ruinas. Si lo tuviese yo en La Laguna!".

19 Según consta en apuntaciones hechas entonces.

20  "El Seminario. Mi abuelo está muy preocupado por su posible fracaso. Este año en que Álvaro está de oposiciones y Vd. se viene a las Américas, es año crí­tico. / Hemos discutido ampliamente sobre el fun­cionamiento en el pasado y las posibilidades de atajar los defectos en el futuro: a) Ante todo parece necesa­rio exigir horario fijo a los que trabajan, y si no pue­den ajustarse a él, que lo dejen, b) Reducir el núme­ro de los que trabajan en el Seminario, sobre todo mientras falte el control riguroso de lo que allí se hace". Aparte de estas observaciones generales, me extendía en sugerir cómo reenfocar el trabajo sobre el dialecto leonés (carta sin fecha, de mi segunda sema­na en Berkeley, recién mudado del "Hotel Shattuck", cuyo papel aún empleo).

21  En los apuntes tomados en el verano respecto a planes del "Seminario" durante el curso 1955-1956 , consta: "Equipo fijo, de tal a tal hora. / Romancero. Caso: sueldo + gratificación al entregar el tomo. Tra­bajos encomendados: Terminar tomo épicos. Hacer tomo versiones de Dirlos + Navegante + Antores + Con­de Sol (...)".

22 Para evitar trabajo y errores, el original que se iba a entregar a la imprenta estaba escrito a mano (en esos tiempos ello era posible) e incluso tenía incorporados originales del "Archivo". Tanto Galmés como Caso creían preciso mecanografiarlo: "Lo del Rey Rodrigo (...) no sé si estará ya en la imprenta, porque él [= Álvaro Galmés] era partidario de que se mecanogra­fiara antes, y yo también, pues opino que es preferible corregir una copia mecanográfica y no exponerse a erratas de imprenta porque el linotipista no entendió el original (...). En esta parte [= la de Bernardo del Carpió] hay muchos textos que, a mi modo de ver, no deberían ir a la imprenta, por el peligro que se corre de perderlos o traspapelarlos. Por otra parte, las copias de la mayor parte de los romances habría que llenar­las de acotaciones marginales para el linotipista, y re­pito el mismo argumento de antes".

23 Viajé a la Península tan pronto como concluye­ron las clases en La Laguna (pues esperaba el naci­miento de mi primogénita).

24 "Escribí a Lapesa larga carta. Creo que me expli­qué bien y que no interpretará mis preocupaciones en torno al Seminario como quejas, después de esta carta" (comuniqué a Ramón Menéndez Pidal, en car­ta del 16-XI-1955).

25 La carta del 25-XI-1955 ha sido reproducida fo­tográficamente (de forma parcial) en la p. 25 de  la publicación Glosario del primitivo léxico ibero-romá­nico. Proyecto de informatización (1998).

26 El 20-XII-1955, Lapesa, que, como anunciaba en su carta del 25-XI-1955, pensaba ausentarse de la Universidad de Madrid, decidió organizar los traba­jos del Seminario del año 1956 de la siguiente forma: "Hemos pensado aprovechar la presencia de Álvaro [Galmés] hasta junio concentrando el trabajo en leo­nés y romancero y suspender la Crestomatía durante mi viaje a Wisconsin". Según ya me había comunica­do en la carta del 25-XI-1955: "Desde 1 de diciem­bre empezará a venir una mecanógrafa para copiar materiales del Romancero".

27 "A ver si sale lo de Romancero (acuérdate de los modelos de página que nos dieron de «Gredos» este verano. Eran bonitos). Pero, en fin, prefiero no me­terme para que no ocurra como en la 1ª carta a La­pesa... ¿Sabéis de algún comentario a la 2ª?" (escribí a Ramón Menéndez Pidal el 30-XI-1955, antes de recibir la carta de Lapesa del día 25).

28  "Abuelo, recibo con mucha satisfacción las noti­cias positivas del Seminario".

29  Los intentos del Ministerio de Educación de sa­tisfacer la demanda de unas mayores libertades en el ámbito de la Universidad acabaron violentamente, debido a la actuación de provocadores encuadrados en los grupos "ultra" de la Guardia de Franco, del Sindicato Español Universitario (SEU) y de otras or­ganizaciones anti-aperturistas y a las acusaciones del diario "ABC", elaboradas en connivencia con medios policiacos del Ministerio del Interior, bien informa­dos acerca de la personalidad de los diversos grupos e individuos más activos en el movimiento estudiantil. La sede central de la Universidad de Madrid, en la ca­lle de San Bernardo, y el Colegio Estudio de Jimena Menéndez Pidal fueron, entonces (Febrero-Marzo de 1956), asaltados por esos grupos "ultras"; y en el cur­so de una masiva manifestación estudiantil, se pro­dujeron disparos (con algún herido), que dieron pie para el fulminante cese del Rector de Madrid (Laín) y, seguidamente, del Ministro Ruiz Giménez (16-II-1956) y la dimisión del Rector de Salamanca (Tovar). Aunque los jóvenes participantes en las manifestacio­nes estudiantiles y las jerarquías que se vieron afecta­das por los sucesos hayan mitificado a posteriori la importancia histórica de aquella coyuntura (incluido Moran en su reciente revisión de los "años oscuros"), los sucesos entonces vividos por la minoría "intelectual" (que no por el resto del país) ampliaron la di­sensión interna entre las diversas "familias" del fran­quismo y contribuyeron a diseñar el panorama plural de la clase política constituida por los hijos espiritua­les del franquismo, clase que continuaría y continúa gobernando ininterrumpidamente una España homogeneizada.

30 Aparte de comentar asombrado: "Mucho cele­bro que la cosa vaya tan adelantada. No tenía ni idea", le respondí inmediatamente a lo consultado: "Llegó carta. Y paso a contestarla. Romancero: Sí ha­blamos, y creo dejé yo una nota junto con el original de ese tomo I. Lo que me parece recordar es lo si­guiente: En el título general se incluía muy poca gen­te. En cada tomo se citaba a todos los colectores prin­cipales que habían aportado versiones para ese tomo. Como este primero contiene pocas versiones tradicionales, la lista sería aquí breve. A ver si aparecen los apuntes que hay sobre esto (de letra tuya) pues me es difícil recordar (...). En el título general se dice algo así: Romancero tradicional hispánico (hispano-portugués, americano y sefardí) (?), materiales reunidos por Ramón Menéndez Pidal, María Goyri, Manrique de  Lara y no sé si alguien más (...). En cada tomo (...) se citaban, en otra portada, todos los colectores allí re­presentados y, aparte, los redactores del tomo. O qui­zá fuese mejor hacer eso para cada ciclo, con portada distinta en «Rodrigo» y en «Bernardo», y así siem­pre". En otra carta mía sin fecha, recibida por Ramón Menéndez Pidal el 22 de Abril de 1956, trataba de enterarme mejor acerca de la publicación: "Semina­rio. Sólo a medias me enteré de que el «Romancero de Rodrigo y Bernardo» estaba imprimiéndose (...). Preguntas: ¿como tomo I, o como Anejo I? ¿Apareció el proyecto de portada que hiciste y que yo anoté con ciertas observaciones?".

31 "En «Rodrigo» la primera redacción del tema es la (o las) ya publicada(s) por ti; luego, que yo sepa, trabajó Lapesa (años...?); más tarde Álvaro [Galmés] y yo, como colaboradores del Instituto de Cultura Hispánica, lo rehicimos de nuevo dándole la forma que ahora tiene (concretar más la fecha 1947-50, si es posible), finalmente Caso lo dispuso definitiva­mente para la imprenta completando algunas lagunas (1955).Todo esto con tu activa colaboración y direc­ción. No sé si antes que Lapesa trabajó alguien más (así lo creo; de Madre [= Jimena Menéndez Pidal] hay también papeles, pero debió ser ayudando a ha­cer el volumen ya publicado) (...). Podéis acudir a las carpetas que están boca abajo en el fichero de metal, allí hay fragmentos de las redacciones viejas. En «Ber­nardo» creo no había trabajos previos (repasad las carpetas), salvo notas de la abuela [= María Goyri] y tuyas; la redacción mía se basa en tu épica y en notas nada más (...). No sé si Álvaro intervino o no en «Ro­drigo»; él sabrá. En «Infantes» trabajamos Álvaro y yo, apoyándonos, claro, en tu libro, pero no creo haya otras etapas intermedias; en «Fernán González» también los dos, basándonos en lo publicado por ti, sin añadir mucho (...)".

32 Al insistir de nuevo en el carácter "tradicional" o colectivo del estudio, volví a recordar: "No olvides que entre la redacción del «rey Rodrigo» de «Clásicos Cas­tellanos» y mi redacción hubo otra, totalmente refun­dida, de Lapesa... tú sabrás de qué año (a él remonta, por ejemplo, la fechación de los pl[iegos] s[ueltos]) (...). Dudo hasta de si Álvaro [Galmés] intervino en lo de «Rodrigo» (...); creo que su colaboración empieza con «F[ernán] González» e «Infantes» (Hay que com­probarlo, pecando mejor por más que por menos en la noticia de su colaboración!). Acudid, para daros idea de las manos que han intervenido, a las carpetas (...); pero, en cuanto a Álvaro, ten en cuenta que en ocasiones (...) escribía yo y trabajábamos los dos (con que haya algo de letra suya, es que intervino)".

33 Al recibir en Berkeley estas noticias, tan poco ha­lagüeñas acerca del futuro del "Seminario Menéndez Pidal", no pude menos de comentar a Lapesa: "Recibí ayer su segunda carta (del 27 [de Diciembre de 1956]). Aprovecho para agradecerle al mismo tiempo la pri­mera (del 23) tan llena de noticias (...). Me habla Vd. de las tribulaciones respecto al Seminario. Todo me coge ya tan lejos! Comprendo sus zozobras, pero no se me ocurre ningún paso a dar con el que yo pudiera contribuir a sostener su marcha". Sólo se me ocurría, como solución, transferir la actividad fuera de Ma­drid: "Para el curso que viene, si Álvaro [Galmés] está en Canarias conmigo o en Oviedo, podríamos organi­zar una descentralización del Seminario: lo esencial para colaborar a distancia es, a mi ver, el duplicar o tri­plicar los materiales sobre que se ha de trabajar".

34 Rafael Lapesa elevó al Decano la propuesta de su nombramiento el 11 de Abril de 1957.

35 A la precarísima situación económica creada por la ausencia, arriba comentada, de consignaciones mi­nisteriales, se sumaba el hecho de que la "Editorial Gredos", amparándose en una clausula del contrato firmado en 1954, había tomado la decisión de no contribuir como co-editora a la publicación del Ro­mancero tradicional, si, como fue el caso, se imprimía en una imprenta que no fuera la que ellos elegían, y, en cambio, retener el derecho a que figurara su logo­tipo en la obra del «Seminario», pese a su no partici­pación económica en la edición (Ramón Menéndez Pidal anotó sobre el particular lo siguiente: "Roman­cero. Si es Aguirre, no colaboran sino en la Distribu­ción, con lo convenido, que creo es 45%. El papel 765 p[ts.] resma es terriblemente caro. Si lo hace «Jura», a medias"). A partir de esta segunda obra pu­blicada por el "Seminario Menéndez Pidal", nunca la distribuidora "Gredos" volvió a interesarse en co-editar con el "Seminario" compartiendo con él gastos y ganancias, según había hecho en la Primera crónica general; en adelante se limitó a distribuir en exclusiva los libros del centro (no obstante, retuvo el derecho de colocar en ellos su logotipo a cambio de una "di­rección técnica" del proceso de impresión).

36 En carta del 4-V-1957 me explicó por entonces: "Del Romancero siento no me indiques adiciones. En la Introducción «Al lector» no me preocupé sino de razonar las muchas versiones publicadas; se puede tomar otro camino. Si Sánchez Cantón no apremia, esperaré tu vuelta. Portadas están en proyecto dos: la de la izquierda con nombres de los que colaboran en el tomo, y la de la derecha sin nombre ninguno; fue idea de Madre [= Jimena Menéndez Pidal], que me pareció bien; esperamos que Aguirre envíe pruebas (...). Ya tenemos pocos días delante para veros y abrazaros".

37 En las pp. VII-VIII del RTLH se detalla, con pre­cisión, la labor realizada en las sucesivas etapas redactoras por los diversos co-editores; pero la anteporta­da de la colección no citó, como yo había pretendido, a Manuel Manrique de Lara y demás grandes colabo­radores en la formación del "Archivo", ni en portada particular se reconoció el esfuerzo de los colectores de las versiones tradicionales incluidas en el tomo o en cada sección particular.

38 El día 28, Ramón Menéndez Pidal me escribió a La Laguna, a cuya Universidad me había reintegrado: "He pedido a [la Editorial] Gredos ejemplares del tomo 1° del Romancero, así que, si lo necesitáis ahí, lo enviaré", y el 8 de Febrero: "Ya Gredos me ha en­viado 10 ejemplares del Romancero. ¿Lo tienes ya o te lo envío?".

39 Estando yo aún en Berkeley, el 16 de Diciembre de 1955 había preguntado a Ramón Menéndez Pi­dal: "¿Acabó ya Caso con «Infantes» y «Fernán Gon­zález»? Me dices que (...) Caso trabaja en «el Cid» (...). Mucho siento la marcha de Caso, aunque al pa­recer le gustaría seguir colaborando en el futuro... Desde luego el problema «personas» es, como siem­pre, el más grave".

40 El 8 de Enero de 1958 comenté a Lapesa desde Berkeley: "Caso mismo me ha escrito hace poco; por él sé que está preparado un 2° tomo del Romancero heroico. Con ello se remata definitivamente lo tra­bajado en el pasado por nosotros y hay que enfren­tarse con el «Romancero del Cid», en gran parte te­rreno virgen. Al parecer, Caso había empezado con él (...).

41  Don Silverio manifestó, en efecto, a José Caso que la deuda impagada por diversos centros oficiales tuvo a su imprenta "al borde de la ruina, de la que pa­rece se va escapando", y que el retraso en el cobro del tomo Iº del Romancero, agravado por el tiempo em­pleado a última hora con la portada, era motivo de queja, sobre todo "al no pagarle «Gredos» sino en 90 días". Según unas apuntaciones contemporáneas de Rafael Lapesa, la "Deuda con Aguirre" consistía en una "Factura a Gredos... 32.657 aproximadamente" y otra "Factura al Seminario... 1.000 y pico".

42  Las alternativas que, al comunicar a Lapesa la decisión de Aguirre, presentaba Caso, competían en falta de atractivo: "[1] que yo [= José Caso] tendría que corregirlo por etapas, coincidiendo con vacacio­nes; [2] retrasar la salida del tomo un año; [3] o no hacer esa corrección de pruebas y encargársela a otra persona; [4] o reunir en microfilm las fuentes nece­sarias para hacer la corrección".

43 Como Rafael Lapesa anotó a la vista de las indi­caciones de José Caso, "una vez que la imprenta haya dado primeras pruebas, corregirlas no sobre el origi­nal enviado a la imprenta sino sobre los pliegos suel­tos, manuscritos o ediciones originales".

44  "Esta corrección podría hacerla M[arija Josefa [Canellada] a lápiz. Así corregidas, enviar las pruebas a [José] Caso para unificación de criterios. Caso las enviaría directamente a [la imprenta] Aguirre. De este modo se evitaría aumentar el retraso", anotó Lapesa, a continuación de lo consignado en la nota anterior.

45  "Aunque salí de Lyon hace ya días, hasta enton­ces no me había llegado ninguna remesa de pruebas del Romancero, ni desde allí me han enviado nada úl­timamente. No sé a qué será debido, porque cuando yo estuve la última vez en la imprenta había ya bas­tante del [cuerpo] 10 compuesto y me dijeron que iban a ponerse con el 8 correspondiente. De todas formas, a mí se me pasó escribirle a la Sra. Canella­da, pero supongo que ella estará al corriente de lo que habíamos acordado".

46 Al margen de este párrafo, Jimena Menéndez Pi­dal anotó: "Está ya en pruebas, se te enviarán".

47 "Contestaré enseguida —añadía— a las pregun­tas que me hace María Josefa [Canellada] y añadiré una notita actualizadora ya apuntada" (carta de la 3ª semana de Abril, 1958).

48  Durante el verano de 1958 José Caso escribía a Rafael Lapesa el 22 de Setiembre, antes de regresar a Lyon: "Mis proyectos se reducen a volver a Lyon en noviembre, a terminar ante todo la tesis, y después a preparar «Literaturas románicas», que me parece lo único a que se puede aspirar por el momento (...). Lamento mucho lo que me cuenta del Seminario. Yo tengo una deuda con don Ramón, a quien prometí un plan para seguir trabajando con él (...). Como a finales de octubre iré por Madrid, entonces le habla­ré de él. Se reduce a trabajar en Lyon por mi cuenta, una vez terminada la tesis, enviándome el «Semina­rio» todas las copias y fotocopias necesarias (...). Lo que él me insinúa de volverme a Madrid es imposible (...) ya que el «Seminario» no podría darme la canti­dad equivalente a lo que ahora gano en Francia, ni su estabilidad permite abandonar una cosa segura por otra muy problemática".

49 Con ese motivo, Rafael Lapesa a finales del año 1958 redactó un pormenorizado informe acerca de "El «Seminario Menéndez Pidal» de la Universidad de Madrid. Organización y labor realizada", sobre su funcionamiento se hacía notar: "Locales. El Semina­rio Menéndez Pidal funciona en la Facultad de Filo­sofía y Letras durante el curso, en la mañana de los días laborables, por espacio de tres horas. Cuando los materiales de trabajo son difícilmente transportables o requieren el aleccionamiento de don Ramón Me­néndez Pidal en persona, la labor se realiza en su do­micilio, con lo que el maestro mantiene relación di­recta con los colaboradores y becarios, adiestrándoles en la técnica de la investigación". El informe tenía como remate una angustiada denuncia de la insoste­nible "Situación actual del Seminario": "Las dificul­tades resultantes de la escasa dotación económica que tiene el Seminario se han agravado últimamente de manera considerable, hasta constituir una sería ame­naza para la eficaz prosecución de sus tareas. Los pre­supuestos de las imprentas son cada vez más eleva­dos; la subida del coste de la vida hace imprescindible aumentar la cuantía de las becas y los honorarios de los colaboradores. Y por si esto fuera poco, la consig­nación estatal de 150.000 pesetas correspondiente a 1956 no fue librada, ni hasta la fecha lo ha sido la correspondiente a 1958. En estas condiciones ha sido necesario suspender la preparación de algunas obras y la admisión de nuevos becarios".

50 Ese mismo día escribió a la "Editorial Gredos": "Dentro de un par de horas tomaré el avión. Pero he hablado con D. Ramón sobre las muestras y posibili­dades de caja para la Crónica de 1344 y para la Cres­tomatía (...)".

51  Su carácter excepcional creí un tiempo que po­día ser reconocido considerándolos "Anejos" al Ro­mancero tradicional (cfr. n. 30); pero prevaleció la idea de que encabezaran la colección como volúme­nes regulares.

52 Véase atrás n. 21. Ello explica que, en Marzo de 1956, al enterarme de que se daban por concluidos los volúmenes I y II, preguntara a Ramón Menéndez Pidal: "¿Trabaja Caso con el ciclo de la Boda Estor­bada?".

53 Y añadía: "Si la mecanógrafa que copia versiones hiciese, en los meses sucesivos, la copia de las versio­nes del Conde Sol [= La condesita, sería fácil organi­zar después un tomo con ese ciclo de romances".

LÁMINAS

Casa de Menéndez Pidal en donde se hallaba "todo su material de estudio"puesto a disposición del "Semi­nario" de la Universidad Complutense (foto del artículo-carta de M. Muñoz Cortés, en "Arriba", 13-III-1954).

Entrevista de Ángel del Campo en "La Revista", 25/31-III-1954, pág. 12 sobre el "Seminario Menéndez Pidal": "¿Ha pensado usted ya en su sucesor?".

Despacho del Romancero (con los cajones de madera archivadores de los romances no épicos, ni históricos ni carolingios) y  sillón de paja utilizado por María Goyri en sus últimos años de actividad y vida. Pronto (28-III-1954) quedaría vacío. (Foto de "Arriba", 13-XI-1954).

En el despacho que había sido de María Goyri, los romances "Épicos", "Históricos y fronterizos" y "Carolingios" ocupaban los tres cajones de un fichero metálico. Según se fueron publicando (en los años 50-60) los primeros tomos del Romancero tradicional, los romances ya publicados fueron tras­ladados al último de los cajones para que las correspondientes carpetas se consideraran "cerradas".

El despacho del Romancero permaneció inalterado durante varios decenios después de la muerte de María Goyri. Sobre la que fue su mesa de trabajo se percibe el final de una versión de La Gallarda recogida por los hermanos Menéndez Pidal en 1902 de boca de María Ma­nuela García, natural de Armesto (Lugo). Fotos publicadas en "La Torre. Revista general de la Universidad de Puerto Rico" LXX-LXXI (Oct. 1970-Mar. 1971), creyendo se trata­ba del "cuarto de trabajo de Don Ramón Menéndez Pidal".

En 1957 el "Seminario Menéndez Pidal" publicó el primer volumen del Romancero tradicional de las lenguas hispánicas. Por fin parecía que los fondos inéditos del "Archivo Menéndez Pidal / Goyri" iban a ir haciéndose accesibles en letras de molde. Para entonces, María Goyri, cofundadora del "Archivo", ya había muerto.

Páginas del original enviado a la imprenta de Silverío Aguirre con huellas materiales de las reelaboraciones que el primitivo texto de la pre-guerra (impreso en dos ediciones y com­plementado de la mano de Lapesa) sufrió en los años 40 (manos de Ca­talán y Galmés) y 50 (mano de Caso).

Lisboa 1957, al pie de Ramón Menéndez Pidal congresista del III Coloquio Internacional Luso-Brasileiro (foto Luis E Lindley Cintra).

"Aeródromo de Madrid. Al volver de Lisboa 13 Set, 57 con Diego [Catalán] y Alicia [Gutiérrez del Arro­yo]". "El año pasado fui a Espoleta y a los pocos días me trasladé a Palermo. En septiembre estuve en Lieja, des­cansé en Madrid dos días y continué viaje a Lisboa, para asistir a un congreso luso-brasileiro. ¿Cómo podría hacer eso de no ser por la aviación?... Es lo más cómodo, seguro y rápido. El avión suprime el viaje". (Entre­vista a Menéndez Pidal en "Dolar", Mayo de 1958).

 

Al "IIIer Coloquio Internacional Luso-Brasileiro"Menéndez Pidal y Catalán llevaron dos ponen­cias sobre el romancero portugués.

La contribución de Catalán tenía como título: "A caza de romances raros en la tradición portu­guesa".  

El estudio de los Romanceros de Fernán González y de los Infantes de Salas heredado de los tiem­pos del "Seminario de Estudios Históricos" del Instituto de Cultura Hispánica iba a constituir el vo­lumen II del Romancero tradicional y se anunciaba como acabado en Marzo de 1956. Su impre­sión duró años: ¡desde 1957 a 1963!. Años de continuada crisis del "Seminario Menéndez Pidal" de la Universidad Complutense.
Dos páginas del original enviado a la imprenta, de mano de Galmés ("Amad... " etc.) y Catalán ("cada cual... " etc.) y correc­ciones de Caso ("B, C, A..." etc.).
             

Carta (pág. 2) de Rafael Lapesa (con adición de Pilar Lago) dirigida el 1-II-1959 a "Alicia [Gutiérrez del Arroyo] y Diego [Catalán]" a La Laguna (Tenerife), con comentarios acerca del precario estado del "Semina­rio Menéndez Pidal".


SUMARIO:

I
PRESENTACIÓN: EL ROMANCERO Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL

* EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO

*1. LOS FONDOS DEL S. XIX

* 2. DESCUBRIMIENTO DE LA TRADICIÓN ORAL CASTELLANA EN 1900

* 3. LOS PRIMEROS PASOS EN LA COMPILACIÓN DE UN ROMANCERO ORAL PAN-HISPÁNICO

* 4. EN BUSCA DE ROMANCES FUERA DE LA PENÍNSULA: EN CANARIAS Y EN LAS COMUNIDADES SEFARDÍES, 1904

* 5. "A POR PAN Y A VER AL DUQUE": PRIMER VIAJE A AMÉRICA, 1905-1906

* 6. EL FONÓGRAFO DE CILINDROS DE CERA VIAJA EN BUSCA DE MELODÍAS, 1905-1906

* 7. LA MÚSICA Y LA DANZA COMO PARTE DEL ROMANCERO, 1905

* 8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908

* 9. MENÉNDEZ PIDAL HACE INVENTARIO: LAS PRIMERAS MIL QUINIENTAS VERSIONES DEL ARCHIVO Y LAS CONFERENCIAS EN LA COLUMBIA UNIVERSITY DE NUEVA YORK EN 1909

* III EL ROMANCERO HISPÁNICO BAJO LOS AUSPICIOS DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS

* 1. LA CREACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y EL ROMANCERO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 2. LOS DIALECTÓLOGOS Y EL ROMANCERO ORAL: 1910-1912

* 3. MANRIQUE DE LARA COLECTA EN ORIENTE EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1911-1912

* 4. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO ANTERIORES A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1909-1913

* 5. EL ROMANCERO HISPÁNICO DE AMÉRICA DEL NORTE, 1913

* 6. LOS PLIEGOS SUELTOS DE PRAGA LLEGAN AL ARCHIVO, 1913-1914

* 7. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE A AMÉRICA, PERO DEJA DE LADO EL ROMANCERO, 1914

* 8. LAS GRANDES ENCUESTAS REGIONALES DE JOSEFINA SELA Y DE EDUARDO M. TORNER, 1914-1920

* 9. MANRIQUE DE LARA, EL ROMANCERO DE LOS JUDÍOS DE MARRUECOS Y DE LA PENÍNSULA Y LA MÚSICA DE LOS VIHUELISTAS, 1915-1922

* 10. POESÍA POPULAR Y ROMANCERO, 1914-1918

* 11. LA GEOGRAFÍA FOLKLÓRICA Y LA EXPLORACIÓN DE REGIONES HASTA EL MOMENTO POCO ENCUESTADAS, 1920

* 12. AURELIO DE LLANO Y EL CONOCIMIENTO DEL ROMANCERO ASTURIANO, 1919-1925

* 13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20

* 14. LA TERCERA PARTE DE LA SILVA, PERDIDA, 1921

* 15. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, EN EL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE LA ROSA, 1925

* 16. SIGUE LA ACTIVIDAD RECOLECTORA, 1926-1927

* 17. LA CEGUERA TEMPORAL DE MENÉNDEZ PlDAL Y SU "FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS", 1926-1928

* 18. MANRIQUE DE LARA NUEVAMENTE EN ORIENTE. EDICIÓN FRUSTRADA DE LAS MÚSICAS DEL ROMANCERO: 1923-1928

* IV. EL PROYECTO DE PUBLICACIÓN DE EPOPEYA Y ROMANCERO FINES DE LOS AÑOS 20, COMIENZOS DE LOS AÑOS 30

* 1. EL ROMANCERO, PARTE DE UNA MAGNA OBRA A PUNTO DE PUBLICARSE

* 2. LAS FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS

* 3. GALICIA EN EL FOCO DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO, 1928-1931

* 4. APORTACIONES AL ARCHIVO DE COLECCIONES AJENAS. EL ROMANCERO CATALÁN, 1930-1933

* 5. 1930. LOS BAILES ROMANCEADOS QUE AÚN PERDURAN

* 6. NUEVAS CAMPAÑAS DE RECOLECCIÓN DE MÚSICAS Y TEXTOS POR LA SECCIÓN DE FOLKLORE DEL CENTRÓ DE ESTUDIOS HISTÓRICOS, 1930-1936

* 7. PARÁLISIS RECOLECTORA EN PORTUGAL, 1930

* 8. DISCOGRAFÍA Y PELÍCULAS ETNOGRÁFICAS; EL ROMANCERO INCORPORADO A LA ENSEÑANZA ESCOLAR. 1932-1936

* V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL

* 1. DISCONTINUIDAD DE EPOPEYA Y ROMANCERO Y CONTINUIDAD LATENTE DEL ROMANCERO

* 2. MADRID BOMBARDEADO. EL ARCHIVO "REFUGIADO" EN LA EMBAJADA DE MÉXICO

* 3. OCASO DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS. CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD DE LOS PROYECTOS DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

* 4. ANÍBAL OTERO, ENCUESTADOR DEL ROMANCERO Y DEL ATLAS LINGÜÍSTICO, ACUSADO DE ESPIONAJE

* 5. MENÉNDEZ PIDAL, ANCLADO EN CUBA, A LA BÚSQUEDA DE ROMANCES

* 6. VERANO DE 1937. LOS DISCÍPULOS DE MENÉNDEZ PIDAL Y LAS CANCILLERÍAS SE PREOCUPAN DE LA SEGURIDAD DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO

* 7. EL ROMANCERO Y LA HISTORIA DE LA LENGUA DE MENÉNDEZ PIDAL VIAJAN COMO PARTE DEL TESORO CULTURAL DE ESPAÑA

* VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA

* 1. DEPURACIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL. FIN DE SUS PROYECTOS CON UNA PROYECCIÓN NACIONAL, 1939-1941

* 2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945

* 3. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ROMANCISTAS TOMA EL RELEVO, 1945-1946

* 4. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE AL ROMANCERO, 1946-1950

* 5. LA CARTOGRAFÍA ROMANCÍSTICA Y LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN EN LA SERRANÍA DE CUENCA, EN LAS BALEARES, EN SORIA, EN SEGOVIA, EN ÁVILA, EN LA MESETA MANCHEGA, EN ALISTE Y EN MARRUECOS, 1947-1948

* 6. ÉXITO EN LA TRADICIÓN ORAL DE ALGUNAS VERSIONES FACTICIAS DE LA FLOR NUEVA

* 7. HACIA UNA RECUPERACIÓN DEL ROMANCERO PORTUGUÉS, 1948

* 8. NUEVAS ENCUESTAS: LIÉBANA Y POLACIONES; LA SIERRA DE BÉJAR Y PLASENCIA; SANABRIA. LLEGAN OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO. 1948-1949

* 9. FIN DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. FINAL DE LAS ENCUESTAS Y PUBLICACIÓN DIFERIDA DE LOS TRABAJOS SOBRE EL ROMANCERO, 1950-1954

* 10. ACTIVIDAD RECOLECTORA EN LA AMÉRICA HISPANA. SU REPERCUSIÓN EN EL "ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL", 1948-1952

* 11. REPERCUSIONES DE LAS PUBLICACIONES SOBRE EL ROMANCERO EN LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN ORAL, 1953-1954

* 12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI

* VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO  RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954

* 2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959

* 3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50

* 4. GRAN RECOLECCIÓN DE ROMANCES EN LAS ISLAS CANARIAS, 1952-1957

* 5. EL ROMANCERO TRADICIONAL, CUESTIONADO, 1959-1962

* 6. ÚLTIMAS CONTRIBUCIONES DE MENÉNDEZ PlDAL AL ROMANCERO, 1959-1965

* 7. MENÉNDEZ PIDAL EN ISRAEL Y EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1964

* 8. EL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL Y EL FUTURO DEL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1963-1966

* 9. REACTIVACIÓN DE LA LABOR EDITORIAL DEL ROMANCERO, 1966

* 10. PROPUESTA DE CREACIÓN CON CAPITAL AMERICANO DE UN CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS EN EL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1967-1968

* VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL

* 1. NON OMNIS MORIAR, 1969

* 2. BELLAS PALABRAS Y NEGRAS REALIDADES, 1969-1970

* 3. ACTIVIDADES DE LA CÁTEDRA-SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL. CATALOGACIÓN DE LOS FONDOS SEFARDÍES DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO. LOS FONDOS PATXOT SE HACEN INACCESIBLES. 1969-1971

* 4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975

* 5. EL ROMANCERO ¿AÚN VIVE?, 1973-1975

* 6. CRECER, PARA NO MORIR, 1976-1981

* 7. EL ROMANCERO AÚN VIVE. VOCES NUEVAS DE LA TRADICIÓN ORAL, 1977-1978

* 8. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCERO. UNA NUEVA EMPRESA COLECTIVA, 1977-1984

* 9. LAS GRANDES ENCUESTAS COLECTIVAS DEL PROYECTO DEAPHR, 1980-1984

* 10. LAS TRADICIONES ORALES LEONESAS Y EL ROMANCERO EN LEÓN A FINALES DEL S. XX, 1984-1988

* 11. FIN DE ETAPA. DISPERSIÓN DEL EQUIPO INVESTIGADOR DEL PROYECTO DEAPHR. LA FUNDACIÓN RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL Y EL CAPITAL PRIVADO INAUGURAN UNA ÉPOCA NUEVA. 1984-1989

* 12. LOS ARCHIVOS DEL ROMANCERO NUEVAMENTE EN EL FOCO. LOS LABORATORIOS HUMANÍSTICOS INSTALADOS EN EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL, 1988-1998

* 13. EL ROMANCERO ANTE EL CENTENARIO DEL ’98

* EPÍLOGO

* 1.- EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL DINAMITADO

* 2.- EL ARCHIVO DEL ROMANCERO ANTE LA REESTRUCTURACIÓN DE LA FUNDACIÓN MENÉNDEZ PIDAL Y DEL CENTRO SITO EN CHAMARTÍN

* 3.- LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA INVESTIGACIÓN

* 4.- DESPEDIDA

Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954.

VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO  RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954.

      El 13 de Marzo de 1954 Ramón Menéndez Pidal cumplía 85 años. La prensa del día si­guiente, como complemento de la noticia del homenaje que con ese motivo le hicieron las Ca­sas regionales de Madrid1, publicó una nota oficial2 que decía:

    "En la mañana de ayer, visitaron, en su domicilio, a don Ramón Menéndez Pidal, el di­rector general de Enseñanza Universitaria, señor Pérez Villanueva, el rector de la Universidad de Madrid, señor Laín Entralgo, y el decano de la Facultad de Filosofía y Letras, señor Sán­chez Cantón. La visita tenía una doble finalidad: la de felicitar al ilustre filólogo en el día que cumple ochenta y cinco años y la de hacerle entrega de la orden ministerial por la que se crea, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid, el «Seminario Menéndez Pi­dal», para estudios sobre el Romancero, sobre poesía tradicional española, historia del idioma y crónicas generales, y en general sobre los temas que constituyen la actividad del ilustre investigador, a quien se nombró director del Seminario, con la facultad para proponer, cuando proceda, al que haya de sucederle en el cargo".

Además, en la nota, aparte de detallar la composición del Patronato de Gobierno del "Semina­rio", se explicaba la finalidad del nuevo centro:

    "Con la creación del citado Seminario el Ministerio de Educación Nacional no solamente rinde el mejor homenaje a tan preclara figura en el día de su LXXXV aniversario, sino que ga­rantiza de una manera estable la continuidad para los trabajos que han sido su atención pre­ferente, para la seguridad de la conservación de sus métodos y la utilización de los ricos ma­teriales por él acopiados a lo largo de toda su vida y que constituyen un inapreciable acervo de cultura que en su totalidad cede el sabio a la Universidad, cuando hace ya veinte años que se apartó de sus aulas, para que la Universidad lo aproveche y mantenga así viva la obra de reconstrucción histórica y filológica de nuestro pasado creada por su extensa y fecunda actua­ción".

Mediante esta orden ministerial de Joaquín Ruiz Giménez3, el "Romancero" de Menéndez Pidal recobraba, pues, la consideración de "acervo de cultura" de interés nacional que ya había go­zado entre 1910 y 1939.
 
     Aunque se requirieron muchos años para que aquel nuevo centro recibiera el desarrollo esta­tutario y el apoyo económico que la orden fundacional hacía prever4, el "Seminario Menéndez Pidal" lograría, durante 44 años, mantener ininterrumpidamente, hasta 1998, no sólo su exis­tencia, sino una línea de investigación concorde con los objetivos cuyo cumplimiento pretendió garantizar esa orden en 1954.

      En cuanto al Romancero se refiere, la existencia continuada del "Seminario Menéndez Pidal" hizo durante esos decenios posible que el Archivo pidalino permaneciera abierto a investigado­res de la más variada procedencia y que el romancero de tradición oral constituya hoy un cam­po de trabajo (editorial y crítico) con una riquísima bibliografía5.

Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)

NOTAS

1 Fue organizado, conjuntamente, por los Centros gallego y asturiano, con adhesión de todas las demás casas regionales.

2 La nota se publicó, prácticamente idéntica, en "ABC" y en "Arriba", Domingo 14-III-1954.

3  Del 13-III-1954 (BOE 16-IV-1954). En el pro­yecto inicial de la disposición ministerial los objeti­vos se limitaban "al acopio, estudio y publicación del Romancero español, sobre la base de los materiales reunidos por D. Ramón Menéndez Pidal"; pero don Ramón objetó que "Concretado sólo al Romancero se convertiría en un contrato editorial que el futuro Rector miraría como  ruinoso  o poco  favorable". También quiso prever la posibilidad de una marcha atrás: "Retirada franca prevista, sin responsabilidad, cuando cambien las circunstancias de la Universidad o de M[enéndez] P[idal], éste puede retirarse, sea en absoluto, sea nombrando un sucesor entre catedráti­cos de Universidad".

4 En el proyecto de creación se incluían las disposi­ciones acerca de personal necesario y sobre retribuciones y presupuesto para publicaciones; pero en la Orden ministerial estas fundamentales provisiones quedaron encomendadas al desarrollo de la misma: "4°. El Patro­nato elevará a este Ministerio el proyecto de Regla­mento del Seminario para su debida aprobación". El "Reglamento" del "Seminario" sólo llegaría a ser apro­bado el 6-VII-1965 y la inclusión en presupuesto del centro (entonces "Cátedra-Seminario") en 1972. Sobre las exiguas subvenciones concedidas al "Seminario" por el Estado a lo largo de sus diecisiete primeros años de existencia, véase adelante, cap. VIII, § 4 y n. 34.

5 La amplitud alcanzada por esta bibliografía que­da patente en las sucesivas bibliografías críticas que S. G. Armistead ha publicado, entre 1979 y 1989, de cuanto fue apareciendo impreso a partir de 1971 so­bre el campo del Romancero de tradición oral .

LÁMINAS

 Cuando el 13 de Marzo de 1954 Ramón Menéndez Pidal cumplió 85 años y el Ministerio de Educación Nacional, regentado por Joaquín Ruiz Giménez, creó en la Universi­dad de Madrid el "Seminario Menéndez Pidal", creyó, aunque sólo por breve tiempo, que podría reanu­dar, con un equipo de colaboradores, los proyectos truncados por la Gue­rra Civil; entre ellos la publicación de su extraordinaria colección de romances.
Titular y noticia, que encabeza el ar­tículo periodístico de Manuel Muñoz Cortés publicado en "Arriba", 13-III-1954.

La noticia en ABC, 13-III-1954

Dos antiguos colaboradores residentes en España visitan a Menéndez Pidal en Chamartín en Julio de 1954: Rafael Lapesa (a su izquierda), Manuel García Blanco (a la derecha). Foto Gonzalo Menéndez Pidal.

 

SUMARIO:

I
PRESENTACIÓN: EL ROMANCERO Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL

* EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO

*1. LOS FONDOS DEL S. XIX

* 2. DESCUBRIMIENTO DE LA TRADICIÓN ORAL CASTELLANA EN 1900

* 3. LOS PRIMEROS PASOS EN LA COMPILACIÓN DE UN ROMANCERO ORAL PAN-HISPÁNICO

* 4. EN BUSCA DE ROMANCES FUERA DE LA PENÍNSULA: EN CANARIAS Y EN LAS COMUNIDADES SEFARDÍES, 1904

* 5. "A POR PAN Y A VER AL DUQUE": PRIMER VIAJE A AMÉRICA, 1905-1906

* 6. EL FONÓGRAFO DE CILINDROS DE CERA VIAJA EN BUSCA DE MELODÍAS, 1905-1906

* 7. LA MÚSICA Y LA DANZA COMO PARTE DEL ROMANCERO, 1905

* 8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908

* 9. MENÉNDEZ PIDAL HACE INVENTARIO: LAS PRIMERAS MIL QUINIENTAS VERSIONES DEL ARCHIVO Y LAS CONFERENCIAS EN LA COLUMBIA UNIVERSITY DE NUEVA YORK EN 1909

* III EL ROMANCERO HISPÁNICO BAJO LOS AUSPICIOS DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS

* 1. LA CREACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y EL ROMANCERO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 2. LOS DIALECTÓLOGOS Y EL ROMANCERO ORAL: 1910-1912

* 3. MANRIQUE DE LARA COLECTA EN ORIENTE EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1911-1912

* 4. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO ANTERIORES A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1909-1913

* 5. EL ROMANCERO HISPÁNICO DE AMÉRICA DEL NORTE, 1913

* 6. LOS PLIEGOS SUELTOS DE PRAGA LLEGAN AL ARCHIVO, 1913-1914

* 7. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE A AMÉRICA, PERO DEJA DE LADO EL ROMANCERO, 1914

* 8. LAS GRANDES ENCUESTAS REGIONALES DE JOSEFINA SELA Y DE EDUARDO M. TORNER, 1914-1920

* 9. MANRIQUE DE LARA, EL ROMANCERO DE LOS JUDÍOS DE MARRUECOS Y DE LA PENÍNSULA Y LA MÚSICA DE LOS VIHUELISTAS, 1915-1922

* 10. POESÍA POPULAR Y ROMANCERO, 1914-1918

* 11. LA GEOGRAFÍA FOLKLÓRICA Y LA EXPLORACIÓN DE REGIONES HASTA EL MOMENTO POCO ENCUESTADAS, 1920

* 12. AURELIO DE LLANO Y EL CONOCIMIENTO DEL ROMANCERO ASTURIANO, 1919-1925

* 13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20

* 14. LA TERCERA PARTE DE LA SILVA, PERDIDA, 1921

* 15. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, EN EL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE LA ROSA, 1925

* 16. SIGUE LA ACTIVIDAD RECOLECTORA, 1926-1927

* 17. LA CEGUERA TEMPORAL DE MENÉNDEZ PlDAL Y SU "FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS", 1926-1928

* 18. MANRIQUE DE LARA NUEVAMENTE EN ORIENTE. EDICIÓN FRUSTRADA DE LAS MÚSICAS DEL ROMANCERO: 1923-1928

* IV. EL PROYECTO DE PUBLICACIÓN DE EPOPEYA Y ROMANCERO FINES DE LOS AÑOS 20, COMIENZOS DE LOS AÑOS 30

* 1. EL ROMANCERO, PARTE DE UNA MAGNA OBRA A PUNTO DE PUBLICARSE

* 2. LAS FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS

* 3. GALICIA EN EL FOCO DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO, 1928-1931

* 4. APORTACIONES AL ARCHIVO DE COLECCIONES AJENAS. EL ROMANCERO CATALÁN, 1930-1933

* 5. 1930. LOS BAILES ROMANCEADOS QUE AÚN PERDURAN

* 6. NUEVAS CAMPAÑAS DE RECOLECCIÓN DE MÚSICAS Y TEXTOS POR LA SECCIÓN DE FOLKLORE DEL CENTRÓ DE ESTUDIOS HISTÓRICOS, 1930-1936

* 7. PARÁLISIS RECOLECTORA EN PORTUGAL, 1930

* 8. DISCOGRAFÍA Y PELÍCULAS ETNOGRÁFICAS; EL ROMANCERO INCORPORADO A LA ENSEÑANZA ESCOLAR. 1932-1936

* V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL

* 1. DISCONTINUIDAD DE EPOPEYA Y ROMANCERO Y CONTINUIDAD LATENTE DEL ROMANCERO

* 2. MADRID BOMBARDEADO. EL ARCHIVO "REFUGIADO" EN LA EMBAJADA DE MÉXICO

* 3. OCASO DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS. CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD DE LOS PROYECTOS DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

* 4. ANÍBAL OTERO, ENCUESTADOR DEL ROMANCERO Y DEL ATLAS LINGÜÍSTICO, ACUSADO DE ESPIONAJE

* 5. MENÉNDEZ PIDAL, ANCLADO EN CUBA, A LA BÚSQUEDA DE ROMANCES

* 6. VERANO DE 1937. LOS DISCÍPULOS DE MENÉNDEZ PIDAL Y LAS CANCILLERÍAS SE PREOCUPAN DE LA SEGURIDAD DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO

* 7. EL ROMANCERO Y LA HISTORIA DE LA LENGUA DE MENÉNDEZ PIDAL VIAJAN COMO PARTE DEL TESORO CULTURAL DE ESPAÑA

* VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA

* 1. DEPURACIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL. FIN DE SUS PROYECTOS CON UNA PROYECCIÓN NACIONAL, 1939-1941

* 2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945

* 3. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ROMANCISTAS TOMA EL RELEVO, 1945-1946

* 4. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE AL ROMANCERO, 1946-1950

* 5. LA CARTOGRAFÍA ROMANCÍSTICA Y LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN EN LA SERRANÍA DE CUENCA, EN LAS BALEARES, EN SORIA, EN SEGOVIA, EN ÁVILA, EN LA MESETA MANCHEGA, EN ALISTE Y EN MARRUECOS, 1947-1948

* 6. ÉXITO EN LA TRADICIÓN ORAL DE ALGUNAS VERSIONES FACTICIAS DE LA FLOR NUEVA

* 7. HACIA UNA RECUPERACIÓN DEL ROMANCERO PORTUGUÉS, 1948

* 8. NUEVAS ENCUESTAS: LIÉBANA Y POLACIONES; LA SIERRA DE BÉJAR Y PLASENCIA; SANABRIA. LLEGAN OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO. 1948-1949

* 9. FIN DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. FINAL DE LAS ENCUESTAS Y PUBLICACIÓN DIFERIDA DE LOS TRABAJOS SOBRE EL ROMANCERO, 1950-1954

* 10. ACTIVIDAD RECOLECTORA EN LA AMÉRICA HISPANA. SU REPERCUSIÓN EN EL "ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL", 1948-1952

* 11. REPERCUSIONES DE LAS PUBLICACIONES SOBRE EL ROMANCERO EN LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN ORAL, 1953-1954

* 12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI

* VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO  RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954

* 2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959

* 3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50

* 4. GRAN RECOLECCIÓN DE ROMANCES EN LAS ISLAS CANARIAS, 1952-1957

* 5. EL ROMANCERO TRADICIONAL, CUESTIONADO, 1959-1962

* 6. ÚLTIMAS CONTRIBUCIONES DE MENÉNDEZ PlDAL AL ROMANCERO, 1959-1965

* 7. MENÉNDEZ PIDAL EN ISRAEL Y EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1964

* 8. EL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL Y EL FUTURO DEL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1963-1966

* 9. REACTIVACIÓN DE LA LABOR EDITORIAL DEL ROMANCERO, 1966

* 10. PROPUESTA DE CREACIÓN CON CAPITAL AMERICANO DE UN CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS EN EL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1967-1968

* VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL

* 1. NON OMNIS MORIAR, 1969

* 2. BELLAS PALABRAS Y NEGRAS REALIDADES, 1969-1970

* 3. ACTIVIDADES DE LA CÁTEDRA-SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL. CATALOGACIÓN DE LOS FONDOS SEFARDÍES DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO. LOS FONDOS PATXOT SE HACEN INACCESIBLES. 1969-1971

* 4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975

* 5. EL ROMANCERO ¿AÚN VIVE?, 1973-1975

* 6. CRECER, PARA NO MORIR, 1976-1981

* 7. EL ROMANCERO AÚN VIVE. VOCES NUEVAS DE LA TRADICIÓN ORAL, 1977-1978

* 8. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCERO. UNA NUEVA EMPRESA COLECTIVA, 1977-1984

* 9. LAS GRANDES ENCUESTAS COLECTIVAS DEL PROYECTO DEAPHR, 1980-1984

* 10. LAS TRADICIONES ORALES LEONESAS Y EL ROMANCERO EN LEÓN A FINALES DEL S. XX, 1984-1988

* 11. FIN DE ETAPA. DISPERSIÓN DEL EQUIPO INVESTIGADOR DEL PROYECTO DEAPHR. LA FUNDACIÓN RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL Y EL CAPITAL PRIVADO INAUGURAN UNA ÉPOCA NUEVA. 1984-1989

* 12. LOS ARCHIVOS DEL ROMANCERO NUEVAMENTE EN EL FOCO. LOS LABORATORIOS HUMANÍSTICOS INSTALADOS EN EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL, 1988-1998

* 13. EL ROMANCERO ANTE EL CENTENARIO DEL ’98

* EPÍLOGO

* 1.- EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL DINAMITADO

* 2.- EL ARCHIVO DEL ROMANCERO ANTE LA REESTRUCTURACIÓN DE LA FUNDACIÓN MENÉNDEZ PIDAL Y DEL CENTRO SITO EN CHAMARTÍN

* 3.- LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA INVESTIGACIÓN

* 4.- DESPEDIDA

Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI.

12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI.  VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA.

       Aunque a lo largo de los años 10, 20, 30 y, posteriormente, en 1947, Menéndez Pidal había intentado reunir fotocopias de los pliegos sueltos, cancionerillos y romancerillos del s. XVI a tra­vés de los cuales conocemos la mayoría de los romances viejos, eruditos y nuevos que circularon en la España post-medieval, la rareza y dispersión de los originales impresos hacía di­fícil formarse una idea completa y exacta de todo lo conservado. De ahí que constituyera un de­sideratum de la crítica la reedición facsimilar de todos esos fondos, siguiendo la pauta iniciada en 1914 con la publicación por la "Junta para Ampliación de Estudios" del Cancionero de Ro­mances, de Amberes, sin año363.
 
     Antonio Rodríguez Moñino se propuso llevar a término esa necesaria labor contando con el apoyo de la "Editorial Castalia" en Valencia, donde emprendió, entre 1951 y 1956, la publicación de una serie de romanceros y cancioneros del s. XVI especialmente raros y curiosos364. Para la reproducción de una de esas rarezas bibliográficas acudió a María Goyri.

      El 4 de Diciembre de 1952 Rodríguez Moñino agradecía ya a "María Goyri de Menéndez Pi­da!" la oferta de proporcionarle las fotografías existentes en el "Archivo del Romancero" de la edición de 1562 de la Flor de enamorados, para que pudiera realizar la reedición de la obra365:

      "Mi ilustre amiga. Muchísimo le agradezco su rápida respuesta y el ofrecimiento que me hace del ejemplar fotografiado del Cancionero de Linares. Será para mí una satisfacción salu­dar a su nieto en casa cualquier tarde de 5 a 8",

y en esa misma carta le hacía partícipe de sus proyectos:

    "Tengo el propósito de reimprimir todos los cancionerillos y romanceros del siglo XVI an­teriores al Romancero general; poniendo en circulación los textos, casi inaccesibles, se les po­drá estudiar por todos los investigadores. Creo que le envié a Vd. mi cataloguito en el cual van citados los que ya han visto la luz pública; si Vd. me marca los que le interesan, tendré la satisfacción de enviárselos".

      Esta actividad editora de don Antonio interesó no sólo a María Goyri sino, claro está, a Ramón Menéndez Pidal, quien, en años posteriores, impulsaría la continuación de esos proyectos edi­toriales de Rodríguez Moñino desde la Academia Española, según más adelante veremos366.

Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)

NOTAS

363 Véase atrás, cap. III, §§ 6 y 7.

364  Como el Espejo de Enamorados, el Cancionero gótico de Velázquez de Ávila, el Cancionero de galanes, la Flor de enamorados, la Silva de varios romances de Barcelona, 1561, la Segunda parte del Cancionero ge­neral, de Zaragoza, 1552.

365  Rodríguez Moñino, en unión con Daniel De­voto, publicó en Valencia: Castalia, 1954, la reedi­ción de la Flor de enamorados de 1562 con la siguiente dedicatoria: "A doña María Goyri en su ejemplar y fecunda actividad dedican esta edición dos apasionados de sus doctos trabajos". Sobre la existencia de una edición anterior o *Flor de enamo­ráis, debida a Joan de Timoneda, remito al cap. IX, § 3 de mi Arte poética del Romancero oral. Parte 1a, Ma­drid: Siglo XXI, 1997.

366 Véase cap. VII, § 2.


LÁMINAS:

Foto de Ramón Menéndez Pidal en el Archivo del Romancero

Foto de Antonio Rodríguez-Moñino

Foto de Luis F. Lindley Cintra

SUMARIO:

I
PRESENTACIÓN: EL ROMANCERO Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL

* EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO

*1. LOS FONDOS DEL S. XIX

* 2. DESCUBRIMIENTO DE LA TRADICIÓN ORAL CASTELLANA EN 1900

* 3. LOS PRIMEROS PASOS EN LA COMPILACIÓN DE UN ROMANCERO ORAL PAN-HISPÁNICO

* 4. EN BUSCA DE ROMANCES FUERA DE LA PENÍNSULA: EN CANARIAS Y EN LAS COMUNIDADES SEFARDÍES, 1904

* 5. "A POR PAN Y A VER AL DUQUE": PRIMER VIAJE A AMÉRICA, 1905-1906

* 6. EL FONÓGRAFO DE CILINDROS DE CERA VIAJA EN BUSCA DE MELODÍAS, 1905-1906

* 7. LA MÚSICA Y LA DANZA COMO PARTE DEL ROMANCERO, 1905

* 8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908

* 9. MENÉNDEZ PIDAL HACE INVENTARIO: LAS PRIMERAS MIL QUINIENTAS VERSIONES DEL ARCHIVO Y LAS CONFERENCIAS EN LA COLUMBIA UNIVERSITY DE NUEVA YORK EN 1909

* III EL ROMANCERO HISPÁNICO BAJO LOS AUSPICIOS DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS

* 1. LA CREACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y EL ROMANCERO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 2. LOS DIALECTÓLOGOS Y EL ROMANCERO ORAL: 1910-1912

* 3. MANRIQUE DE LARA COLECTA EN ORIENTE EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1911-1912

* 4. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO ANTERIORES A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1909-1913

* 5. EL ROMANCERO HISPÁNICO DE AMÉRICA DEL NORTE, 1913

* 6. LOS PLIEGOS SUELTOS DE PRAGA LLEGAN AL ARCHIVO, 1913-1914

* 7. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE A AMÉRICA, PERO DEJA DE LADO EL ROMANCERO, 1914

* 8. LAS GRANDES ENCUESTAS REGIONALES DE JOSEFINA SELA Y DE EDUARDO M. TORNER, 1914-1920

* 9. MANRIQUE DE LARA, EL ROMANCERO DE LOS JUDÍOS DE MARRUECOS Y DE LA PENÍNSULA Y LA MÚSICA DE LOS VIHUELISTAS, 1915-1922

* 10. POESÍA POPULAR Y ROMANCERO, 1914-1918

* 11. LA GEOGRAFÍA FOLKLÓRICA Y LA EXPLORACIÓN DE REGIONES HASTA EL MOMENTO POCO ENCUESTADAS, 1920

* 12. AURELIO DE LLANO Y EL CONOCIMIENTO DEL ROMANCERO ASTURIANO, 1919-1925

* 13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20

* 14. LA TERCERA PARTE DE LA SILVA, PERDIDA, 1921

* 15. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, EN EL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE LA ROSA, 1925

* 16. SIGUE LA ACTIVIDAD RECOLECTORA, 1926-1927

* 17. LA CEGUERA TEMPORAL DE MENÉNDEZ PlDAL Y SU "FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS", 1926-1928

* 18. MANRIQUE DE LARA NUEVAMENTE EN ORIENTE. EDICIÓN FRUSTRADA DE LAS MÚSICAS DEL ROMANCERO: 1923-1928

* IV. EL PROYECTO DE PUBLICACIÓN DE EPOPEYA Y ROMANCERO FINES DE LOS AÑOS 20, COMIENZOS DE LOS AÑOS 30

* 1. EL ROMANCERO, PARTE DE UNA MAGNA OBRA A PUNTO DE PUBLICARSE

* 2. LAS FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS

* 3. GALICIA EN EL FOCO DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO, 1928-1931

* 4. APORTACIONES AL ARCHIVO DE COLECCIONES AJENAS. EL ROMANCERO CATALÁN, 1930-1933

* 5. 1930. LOS BAILES ROMANCEADOS QUE AÚN PERDURAN

* 6. NUEVAS CAMPAÑAS DE RECOLECCIÓN DE MÚSICAS Y TEXTOS POR LA SECCIÓN DE FOLKLORE DEL CENTRÓ DE ESTUDIOS HISTÓRICOS, 1930-1936

* 7. PARÁLISIS RECOLECTORA EN PORTUGAL, 1930

* 8. DISCOGRAFÍA Y PELÍCULAS ETNOGRÁFICAS; EL ROMANCERO INCORPORADO A LA ENSEÑANZA ESCOLAR. 1932-1936

* V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL

* 1. DISCONTINUIDAD DE EPOPEYA Y ROMANCERO Y CONTINUIDAD LATENTE DEL ROMANCERO

* 2. MADRID BOMBARDEADO. EL ARCHIVO "REFUGIADO" EN LA EMBAJADA DE MÉXICO

* 3. OCASO DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS. CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD DE LOS PROYECTOS DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

* 4. ANÍBAL OTERO, ENCUESTADOR DEL ROMANCERO Y DEL ATLAS LINGÜÍSTICO, ACUSADO DE ESPIONAJE

* 5. MENÉNDEZ PIDAL, ANCLADO EN CUBA, A LA BÚSQUEDA DE ROMANCES

* 6. VERANO DE 1937. LOS DISCÍPULOS DE MENÉNDEZ PIDAL Y LAS CANCILLERÍAS SE PREOCUPAN DE LA SEGURIDAD DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO

* 7. EL ROMANCERO Y LA HISTORIA DE LA LENGUA DE MENÉNDEZ PIDAL VIAJAN COMO PARTE DEL TESORO CULTURAL DE ESPAÑA

* VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA

* 1. DEPURACIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL. FIN DE SUS PROYECTOS CON UNA PROYECCIÓN NACIONAL, 1939-1941

* 2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945

* 3. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ROMANCISTAS TOMA EL RELEVO, 1945-1946

* 4. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE AL ROMANCERO, 1946-1950

* 5. LA CARTOGRAFÍA ROMANCÍSTICA Y LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN EN LA SERRANÍA DE CUENCA, EN LAS BALEARES, EN SORIA, EN SEGOVIA, EN ÁVILA, EN LA MESETA MANCHEGA, EN ALISTE Y EN MARRUECOS, 1947-1948

* 6. ÉXITO EN LA TRADICIÓN ORAL DE ALGUNAS VERSIONES FACTICIAS DE LA FLOR NUEVA

* 7. HACIA UNA RECUPERACIÓN DEL ROMANCERO PORTUGUÉS, 1948

* 8. NUEVAS ENCUESTAS: LIÉBANA Y POLACIONES; LA SIERRA DE BÉJAR Y PLASENCIA; SANABRIA. LLEGAN OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO. 1948-1949

* 9. FIN DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. FINAL DE LAS ENCUESTAS Y PUBLICACIÓN DIFERIDA DE LOS TRABAJOS SOBRE EL ROMANCERO, 1950-1954

* 10. ACTIVIDAD RECOLECTORA EN LA AMÉRICA HISPANA. SU REPERCUSIÓN EN EL "ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL", 1948-1952

* 11. REPERCUSIONES DE LAS PUBLICACIONES SOBRE EL ROMANCERO EN LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN ORAL, 1953-1954

* 12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI

* VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO  RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954

* 2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959

* 3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50

* 4. GRAN RECOLECCIÓN DE ROMANCES EN LAS ISLAS CANARIAS, 1952-1957

* 5. EL ROMANCERO TRADICIONAL, CUESTIONADO, 1959-1962

* 6. ÚLTIMAS CONTRIBUCIONES DE MENÉNDEZ PlDAL AL ROMANCERO, 1959-1965

* 7. MENÉNDEZ PIDAL EN ISRAEL Y EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1964

* 8. EL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL Y EL FUTURO DEL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1963-1966

* 9. REACTIVACIÓN DE LA LABOR EDITORIAL DEL ROMANCERO, 1966

* 10. PROPUESTA DE CREACIÓN CON CAPITAL AMERICANO DE UN CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS EN EL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1967-1968

* VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL

* 1. NON OMNIS MORIAR, 1969

* 2. BELLAS PALABRAS Y NEGRAS REALIDADES, 1969-1970

* 3. ACTIVIDADES DE LA CÁTEDRA-SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL. CATALOGACIÓN DE LOS FONDOS SEFARDÍES DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO. LOS FONDOS PATXOT SE HACEN INACCESIBLES. 1969-1971

* 4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975

* 5. EL ROMANCERO ¿AÚN VIVE?, 1973-1975

* 6. CRECER, PARA NO MORIR, 1976-1981

* 7. EL ROMANCERO AÚN VIVE. VOCES NUEVAS DE LA TRADICIÓN ORAL, 1977-1978

* 8. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCERO. UNA NUEVA EMPRESA COLECTIVA, 1977-1984

* 9. LAS GRANDES ENCUESTAS COLECTIVAS DEL PROYECTO DEAPHR, 1980-1984

* 10. LAS TRADICIONES ORALES LEONESAS Y EL ROMANCERO EN LEÓN A FINALES DEL S. XX, 1984-1988

* 11. FIN DE ETAPA. DISPERSIÓN DEL EQUIPO INVESTIGADOR DEL PROYECTO DEAPHR. LA FUNDACIÓN RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL Y EL CAPITAL PRIVADO INAUGURAN UNA ÉPOCA NUEVA. 1984-1989

* 12. LOS ARCHIVOS DEL ROMANCERO NUEVAMENTE EN EL FOCO. LOS LABORATORIOS HUMANÍSTICOS INSTALADOS EN EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL, 1988-1998

* 13. EL ROMANCERO ANTE EL CENTENARIO DEL ’98

* EPÍLOGO

* 1.- EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL DINAMITADO

* 2.- EL ARCHIVO DEL ROMANCERO ANTE LA REESTRUCTURACIÓN DE LA FUNDACIÓN MENÉNDEZ PIDAL Y DEL CENTRO SITO EN CHAMARTÍN

* 3.- LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA INVESTIGACIÓN

* 4.- DESPEDIDA

Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

11. REPERCUSIONES DE LAS PUBLICACIONES SOBRE EL ROMANCERO EN LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN ORAL, 1953-1954.

11. REPERCUSIONES DE LAS PUBLICACIONES SOBRE EL ROMANCERO EN LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN ORAL, 1953-1954.  VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA.

      La difusión del Romancero hispánico suscitó un comentario al paso de María Rosa Lida que no deja de tener un cierto interés para el estudio de la presencia del Romancero oral en los me­dios ciudadanos del Continente Americano:

    "Acaba de llegarnos los dos soberbios tomos de Romancero Hispánico (...) El Romancero es un tema palpitante en cualquier rincón hispánico. Yo tenía cinco años cuando me inició en él ("Hilo de oro, hilo de plata...", "Estaba el señor don Gato...", "En Galicia hay una niña...") una chiquilla de nueve años que se llamaba Cecilia Monti. ¿Qué mejor ejemplo de la vitalidad del Romancero hispánico que el que una niñita de origen italiano me lo enseña­se a mí, hija de padres extranjeros, en mi Buenos Aires cosmopolita, y me inficionase para siempre con su castiza poesía?" (Berkeley, 8 de noviembre de 1953).

     Reacción de mayor importancia fue, sin embargo, que la publicación diera ocasión al envío de nuevas versiones recogidas de la tradición oral campesina.

      Aníbal Otero, al tiempo que manifestaba sus quejas ante Menéndez Pidal por el injusto olvi­do, al tratar en el Romancero hispánico de "La tradición moderna fuera de Castilla", de su colec­ción gallega359, le adjuntaba, desde su aldea de Meira, un texto de indudable interés:

    "Le envío adjuntas una versión del romance del Maestre que ofrece la particularidad de conservar alterado el nombre de la Padilla y una oración en la que aparecen interpolados ver­sos de un romance que pudiera ser aprovechado en un estudio exhaustivo como el que Vd. realiza" (2-XII-1953),

y, pocas semanas después, le aclaraba:

    "El romance del Maestre de Santiago que le envié, como todos los demás de esta zona, fi­guraba en el repertorio de las cuadrillas de «guinalderos» de esta comarca. Dicho repertorio solía ser extenso cuando las cuadrillas eran numerosas, pues estaba constituido por la suma de las canciones que sus componentes sabían individualmente. El canto lo guiaba el que sabía la canción y los demás se limitaban a «retrouvar» o repetir el primer verso. Creo que en mis apuntes ya tiene indicaciones de esto, así como de la composición de las cuadrillas. En mu­chos sitios los organizadores o directores de estas cuadrillas tenían copiado en cuadernillos todo su repertorio; yo he podido ver uno de estos apuntes que estaba hecho con fidelidad. Además de la oración petitoria, tenían versos para zaherir al que no daba nada; recuerdo es­tos: «cantámosche os Reises, / cornos de cabra; / cantámosche os Reises / e non-os deche nada»" (19-I-1954)360.

La versión de la Muerte del Maestre de Santiago, procedente de Cuiñas (Meira, Lugo)361 acaba efectivamente, según comentaba don Aníbal, con una maldición a la amante regia:

Vino por allí el perro     del Maestro de Santiago,
la cogiera con la boca,     la llevara al sagrado;
con los pies le hizo la fosa,     con la boca la ha enterrado.
El perro daba allaridos,     que se le ha muerto su amo.
—¡A María de Palilla,     malo fuego la ha quemado,
siete hermanos que tenía    todos me lo[s] fue llevando!

      Aníbal Otero podía quejarse con razón a Ramón Menéndez Pidal del olvido en que habían quedado sus versiones de romances recogidos en Galicia antes de la Guerra Civil. La divulga­ción de su magnífica colección y de la reunida por Alfonso Hervella habrían, posiblemente, di­sipado las brumas que en los años 40 y 50 seguían haciendo totalmente acientíficos los estudios sobre el Romancero gallego que se escribían en los ambientes letrados de Galicia. Cuando el 19 de Marzo de 1953, Leandro Carré Alvarellos envió a Ramón Menéndez Pidal una separata del Boletín de la Real Academia Gallega desarrollando el tema "Por qué consideramos gallegos algu­nos romances que figuran en el romancero castellano", pidiendo "la autorizada opinión de quien como Vd. es la más alta autoridad en la materia", Menéndez Pidal le dejó claramente ver, aun­que tratara de no caer en descortesía, cómo cualificaba unos textos "gallegos" cuya inautenticidad no se le había escapado:

    "Los tres romances gallegos me parecen a todas luces calcos modernos de las versiones de J. Rodríguez del Padrón hechos por un poeta bien familiarizado con el estilo tradicional. ¿Quién es el poeta? Vds. pueden descubrirlo.

    En cuanto a las versiones castellanas, sin duda, como Vd. dice bien, fueron tomadas de boca del pueblo por Rodríguez del Padrón, que es el primer recolector de romances conoci­do; gran mérito en su tiempo".

      Otra contribución llegada al Archivo, en Agosto de 1953, fue la colección de romances reu­nida por Joaquín Moreno Solana entre 1945 y 1952, toda ella de versiones de Villarrobledo (Albacete)362.

Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)

 

NOTAS

359 "En el ejemplar del Romancero que Vd. envió a [Luis Felipe Lindley] Cintra y que tuve el honor de abrir (Cintra no tiene tiempo para abrir muchos li­bros, aunque le sobra para exhibirlos), he visto que Vd. no trata a la tradición romanceril gallega como se merece, por lo que no puedo menos de unirme al coro de protestones gallegos que se quejan de la poca aten­ción que concede a Galicia en sus obras", y le pre­guntaba si llegó a recibir "antes de la guerra" la colec­ción recogida en Zamora y Ourense que le envió (dándole claves para ver si la había incorporado a sus carpetas), pues, añadía: "Si no la tiene Vd., dígamelo, porque la colección es importante y merece la pena copiarla otra vez y enviársela" (2-XII-1953). Cuando, por estos años de 1953-1954, se trató de completar el ALPI (Atlas Lingüístico de la, Península Ibérica) desde el "Consejo Superior de Investigaciones Científicas", Cintra y Otero, a instancias de Menéndez Pidal, cola­boraron, con cierta dificultad, en las encuestas del do­minio lingüístico gallego-portugués (véase D. Cata­lán, El español. Orígenes de su diversidad, Madrid: Paraninfo, 1989, pp. 233-238: p. 234 y 238 y n. 22).

360  Y aprovechaba para recordarle su promesa (del 15-XII-1953) de regalarle los tomos del Romancero hispánico.

361 Dicha por Claudio García Pérez, de 58 años.

362 Moreno, en su envío, creyó necesario adjuntar un pequeño mapa de la provincia para ubicar en ella la localidad de Villarrobledo.


LÁMINAS

Pliegos sueltos de la Biblioteca de la Universidad de Praga conseguidos en 1914  

Foto de Rosa María Lida de Malquiel

SUMARIO:

I
PRESENTACIÓN: EL ROMANCERO Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL

* EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO

*1. LOS FONDOS DEL S. XIX

* 2. DESCUBRIMIENTO DE LA TRADICIÓN ORAL CASTELLANA EN 1900

* 3. LOS PRIMEROS PASOS EN LA COMPILACIÓN DE UN ROMANCERO ORAL PAN-HISPÁNICO

* 4. EN BUSCA DE ROMANCES FUERA DE LA PENÍNSULA: EN CANARIAS Y EN LAS COMUNIDADES SEFARDÍES, 1904

* 5. "A POR PAN Y A VER AL DUQUE": PRIMER VIAJE A AMÉRICA, 1905-1906

* 6. EL FONÓGRAFO DE CILINDROS DE CERA VIAJA EN BUSCA DE MELODÍAS, 1905-1906

* 7. LA MÚSICA Y LA DANZA COMO PARTE DEL ROMANCERO, 1905

* 8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908

* 9. MENÉNDEZ PIDAL HACE INVENTARIO: LAS PRIMERAS MIL QUINIENTAS VERSIONES DEL ARCHIVO Y LAS CONFERENCIAS EN LA COLUMBIA UNIVERSITY DE NUEVA YORK EN 1909

* III EL ROMANCERO HISPÁNICO BAJO LOS AUSPICIOS DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS

* 1. LA CREACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y EL ROMANCERO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 2. LOS DIALECTÓLOGOS Y EL ROMANCERO ORAL: 1910-1912

* 3. MANRIQUE DE LARA COLECTA EN ORIENTE EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1911-1912

* 4. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO ANTERIORES A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1909-1913

* 5. EL ROMANCERO HISPÁNICO DE AMÉRICA DEL NORTE, 1913

* 6. LOS PLIEGOS SUELTOS DE PRAGA LLEGAN AL ARCHIVO, 1913-1914

* 7. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE A AMÉRICA, PERO DEJA DE LADO EL ROMANCERO, 1914

* 8. LAS GRANDES ENCUESTAS REGIONALES DE JOSEFINA SELA Y DE EDUARDO M. TORNER, 1914-1920

* 9. MANRIQUE DE LARA, EL ROMANCERO DE LOS JUDÍOS DE MARRUECOS Y DE LA PENÍNSULA Y LA MÚSICA DE LOS VIHUELISTAS, 1915-1922

* 10. POESÍA POPULAR Y ROMANCERO, 1914-1918

* 11. LA GEOGRAFÍA FOLKLÓRICA Y LA EXPLORACIÓN DE REGIONES HASTA EL MOMENTO POCO ENCUESTADAS, 1920

* 12. AURELIO DE LLANO Y EL CONOCIMIENTO DEL ROMANCERO ASTURIANO, 1919-1925

* 13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20

* 14. LA TERCERA PARTE DE LA SILVA, PERDIDA, 1921

* 15. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, EN EL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE LA ROSA, 1925

* 16. SIGUE LA ACTIVIDAD RECOLECTORA, 1926-1927

* 17. LA CEGUERA TEMPORAL DE MENÉNDEZ PlDAL Y SU "FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS", 1926-1928

* 18. MANRIQUE DE LARA NUEVAMENTE EN ORIENTE. EDICIÓN FRUSTRADA DE LAS MÚSICAS DEL ROMANCERO: 1923-1928

* IV. EL PROYECTO DE PUBLICACIÓN DE EPOPEYA Y ROMANCERO FINES DE LOS AÑOS 20, COMIENZOS DE LOS AÑOS 30

* 1. EL ROMANCERO, PARTE DE UNA MAGNA OBRA A PUNTO DE PUBLICARSE

* 2. LAS FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS

* 3. GALICIA EN EL FOCO DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO, 1928-1931

* 4. APORTACIONES AL ARCHIVO DE COLECCIONES AJENAS. EL ROMANCERO CATALÁN, 1930-1933

* 5. 1930. LOS BAILES ROMANCEADOS QUE AÚN PERDURAN

* 6. NUEVAS CAMPAÑAS DE RECOLECCIÓN DE MÚSICAS Y TEXTOS POR LA SECCIÓN DE FOLKLORE DEL CENTRÓ DE ESTUDIOS HISTÓRICOS, 1930-1936

* 7. PARÁLISIS RECOLECTORA EN PORTUGAL, 1930

* 8. DISCOGRAFÍA Y PELÍCULAS ETNOGRÁFICAS; EL ROMANCERO INCORPORADO A LA ENSEÑANZA ESCOLAR. 1932-1936

* V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL

* 1. DISCONTINUIDAD DE EPOPEYA Y ROMANCERO Y CONTINUIDAD LATENTE DEL ROMANCERO

* 2. MADRID BOMBARDEADO. EL ARCHIVO "REFUGIADO" EN LA EMBAJADA DE MÉXICO

* 3. OCASO DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS. CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD DE LOS PROYECTOS DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

* 4. ANÍBAL OTERO, ENCUESTADOR DEL ROMANCERO Y DEL ATLAS LINGÜÍSTICO, ACUSADO DE ESPIONAJE

* 5. MENÉNDEZ PIDAL, ANCLADO EN CUBA, A LA BÚSQUEDA DE ROMANCES

* 6. VERANO DE 1937. LOS DISCÍPULOS DE MENÉNDEZ PIDAL Y LAS CANCILLERÍAS SE PREOCUPAN DE LA SEGURIDAD DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO

* 7. EL ROMANCERO Y LA HISTORIA DE LA LENGUA DE MENÉNDEZ PIDAL VIAJAN COMO PARTE DEL TESORO CULTURAL DE ESPAÑA

* VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA

* 1. DEPURACIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL. FIN DE SUS PROYECTOS CON UNA PROYECCIÓN NACIONAL, 1939-1941

* 2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945

* 3. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ROMANCISTAS TOMA EL RELEVO, 1945-1946

* 4. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE AL ROMANCERO, 1946-1950

* 5. LA CARTOGRAFÍA ROMANCÍSTICA Y LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN EN LA SERRANÍA DE CUENCA, EN LAS BALEARES, EN SORIA, EN SEGOVIA, EN ÁVILA, EN LA MESETA MANCHEGA, EN ALISTE Y EN MARRUECOS, 1947-1948

* 6. ÉXITO EN LA TRADICIÓN ORAL DE ALGUNAS VERSIONES FACTICIAS DE LA FLOR NUEVA

* 7. HACIA UNA RECUPERACIÓN DEL ROMANCERO PORTUGUÉS, 1948

* 8. NUEVAS ENCUESTAS: LIÉBANA Y POLACIONES; LA SIERRA DE BÉJAR Y PLASENCIA; SANABRIA. LLEGAN OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO. 1948-1949

* 9. FIN DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. FINAL DE LAS ENCUESTAS Y PUBLICACIÓN DIFERIDA DE LOS TRABAJOS SOBRE EL ROMANCERO, 1950-1954

* 10. ACTIVIDAD RECOLECTORA EN LA AMÉRICA HISPANA. SU REPERCUSIÓN EN EL "ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL", 1948-1952

* 11. REPERCUSIONES DE LAS PUBLICACIONES SOBRE EL ROMANCERO EN LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN ORAL, 1953-1954

* 12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI

* VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO  RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954

* 2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959

* 3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50

* 4. GRAN RECOLECCIÓN DE ROMANCES EN LAS ISLAS CANARIAS, 1952-1957

* 5. EL ROMANCERO TRADICIONAL, CUESTIONADO, 1959-1962

* 6. ÚLTIMAS CONTRIBUCIONES DE MENÉNDEZ PlDAL AL ROMANCERO, 1959-1965

* 7. MENÉNDEZ PIDAL EN ISRAEL Y EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1964

* 8. EL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL Y EL FUTURO DEL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1963-1966

* 9. REACTIVACIÓN DE LA LABOR EDITORIAL DEL ROMANCERO, 1966

* 10. PROPUESTA DE CREACIÓN CON CAPITAL AMERICANO DE UN CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS EN EL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1967-1968

* VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL

* 1. NON OMNIS MORIAR, 1969

* 2. BELLAS PALABRAS Y NEGRAS REALIDADES, 1969-1970

* 3. ACTIVIDADES DE LA CÁTEDRA-SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL. CATALOGACIÓN DE LOS FONDOS SEFARDÍES DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO. LOS FONDOS PATXOT SE HACEN INACCESIBLES. 1969-1971

* 4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975

* 5. EL ROMANCERO ¿AÚN VIVE?, 1973-1975

* 6. CRECER, PARA NO MORIR, 1976-1981

* 7. EL ROMANCERO AÚN VIVE. VOCES NUEVAS DE LA TRADICIÓN ORAL, 1977-1978

* 8. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCERO. UNA NUEVA EMPRESA COLECTIVA, 1977-1984

* 9. LAS GRANDES ENCUESTAS COLECTIVAS DEL PROYECTO DEAPHR, 1980-1984

* 10. LAS TRADICIONES ORALES LEONESAS Y EL ROMANCERO EN LEÓN A FINALES DEL S. XX, 1984-1988

* 11. FIN DE ETAPA. DISPERSIÓN DEL EQUIPO INVESTIGADOR DEL PROYECTO DEAPHR. LA FUNDACIÓN RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL Y EL CAPITAL PRIVADO INAUGURAN UNA ÉPOCA NUEVA. 1984-1989

* 12. LOS ARCHIVOS DEL ROMANCERO NUEVAMENTE EN EL FOCO. LOS LABORATORIOS HUMANÍSTICOS INSTALADOS EN EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL, 1988-1998

* 13. EL ROMANCERO ANTE EL CENTENARIO DEL ’98

* EPÍLOGO

* 1.- EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL DINAMITADO

* 2.- EL ARCHIVO DEL ROMANCERO ANTE LA REESTRUCTURACIÓN DE LA FUNDACIÓN MENÉNDEZ PIDAL Y DEL CENTRO SITO EN CHAMARTÍN

* 3.- LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA INVESTIGACIÓN

* 4.- DESPEDIDA

Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

10. ACTIVIDAD RECOLECTORA EN LA AMÉRICA HISPANA. SU REPERCUSIÓN EN EL "ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL", 1948-1952.

10. ACTIVIDAD RECOLECTORA EN LA AMÉRICA HISPANA. SU REPERCUSIÓN EN EL "ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL", 1948-1952. VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA.

      Desde comienzos de los años 40, cuando menos, Rafael Olivares Figueroa había venido re­cogiendo romances, entre otros materiales folklóricos, en Venezuela y ya en 1944 había publi­cado muestras interesantes de la pervivencia de lo que él llamaba "romances coloniales"342; pero fue a raíz de la publicación del volumen Folklore venezolano, I. Versos, en 1948, cuando su labor realmente trascendió fuera de Venezuela. En 1949 ya estaba en relación con Ramón Menéndez Pidal, a quien el 12 de Marzo escribía con membrete de "El Comisionado de Investigaciones Folklóricas del Ministerio de Educación Nacional (Dirección de Cultura). Biblioteca Nacional. Caracas. Venezuela" sobre el "Asunto: Envío de copias de romances españoles recogidos de la tradición oral, en Venezuela". La carta comienza así:

    "En atención a sus razonadas indicaciones, me es grato remitirle adjunta una remesa de ro­mances españoles recogidos de la tradición oral en Venezuela por este Comisionado. / Cada copia va provista de las indicaciones referentes a la localidad y Estado venezolano a que per­tenece —Venezuela es una Federación, como usted sabe, de Estados Unidos—, y el nombre de la persona que informó o dio la versión",

y, en efecto, la carta llevaba como "Anexo: 15 pliegos útiles (15)", con versiones de romances. La colección enviada era bien notable, muy superior en la calidad de los temas y de las versiones a lo que venían aportando los folkloristas o eruditos de otros países de Hispano-américa (salvo las famosas excepciones representadas por los romanceros de Vicuña Cifuentes e Ismael Moya).

      La carta de Olivares Figueroa incluía, además, interesantes noticias acerca de la difusión en la tradición venezolana de los diversos temas encontrados. Aparte de los romances "que adoptaron los niños para sus corros y demás juegos"343, los más difundidos son Las señas del marido344 y Albaniña345, algo menos Delgadina, encabezado por versos de Silvana 346; "el de «El Torero» [=No me entierren en sagrado] es muy cantado en Los Llanos, considerándose muy típico y «venezolano»". Otros, son más difíciles:

    "El del Conde Lirio [= Conde Niño] se encuentra, pero con dificultades; muy poco el de La Dama y el Pastor del que yo hallé una versión que va en Folklore venezolano, tomo I, como ya habrá visto (...). Ya verá que le envío varios romances con yuxtaposiciones, así el de La Gran Guerra [=¿Cómo no cantáis, la bella?]347 y La Infantina extraviada [=La Infantina]"348.

 Las espléndidas versiones, puras y contaminadas de ¿Cómo no cantáis, la bella? llamaron la aten­ción de Ramón Menéndez Pidal, quien en su Romancero hispánico (1953) las pondera justa­mente en la rápida enumeración que hace relativa a la "Publicación de colecciones americanas", diciendo:

    "R. Olivares Figueroa, Folklore venezolano, Caracas, 1948, con 5 romances viejos españo­les: entre ellos, La Dama y el pastor y La Infantina. Inmediatamente el mismo señor Olivares Figueroa me envió en dactilografía 27 versiones más, de las que señalo una muy superior de La Infantina y dos excelentes de El Marido Prisionero [=¿Cómo no cantáis, la bella?], romance rarísimo en la tradición castellana, indicador de que la tradición de Venezuela es valiosísima como la que más"349.

      La admiración de Menéndez Pidal por este hallazgo americano no sólo se debe a la razón in­dicada, sino a que el romance era nuevamente objeto de atención de diversos investigadores de­bido al descubrimiento no sólo de paralelos franceses (Bénichou), sino de un nuevo y curioso testimonio de su popularidad como canción española de ámbito internacional en los años 60 del s. XVI. El 20 de Noviembre de 1950, Amado Alonso, desde Arlington, Mass., escribía a Ra­món Menéndez Pidal:

    "[J. B.] Trend me ha mandado un curioso romance que ha encontrado en la Biblioteca del Colegio de Winchester. Los cartapacios llevan la fecha de 1564 y 1566, 10 años después de la boda inglesa de Felipe II, y tienen 97 composiciones de la primera mitad del s. XVI, 79 italianas, 16 francesas y 2 españolas. Lo notable es que el texto parece escrito por al­gún inglés que sabía italiano y no español, pero hay un dicea en rima con Utrera que pa­rece deberse a redacción italianizante, ya no sólo la copia",

y le transcribía a continuación el texto descubierto. Don Amado no se acordaba  en absoluto de su anterior gestión, en favor de Bénichou, relativa al romance350 y no acertaba a identificarlo:

     "Ilustres antecedentes tenía esta señora [se refiere a la que en el romance amenaza hacer guerra al rey de Inglaterra y bombardear Londres] en la épica española. Reconozco además al­gunos versos sueltos (Staua la gentil dama; aguja de oro en la mano; camisón que ella labraba -era de brocado y seda; y otros, me parece, más adelante). Pero no sé si como romance existía ya o si es que lo arreglaron para la ocasión. El «hombre que más romances ha leído en el mun­do» me lo puede decir. Si se ha de publicar en la NRFH, es mejor que salga lo mejor posible desde un principio".

El texto de c. 1565 incluía la música del romance a cuatro voces. Aunque desconozco qué con­testaría el "hombre que más romances ha leído en el mundo" a Amado Alonso, las notas hechas por Menéndez Pidal sobre la carta revelan que en 1947 prestó especial atención al nuevo texto de ¿Cómo no cantáis, la bella?. J. B. Trend publicó, años después, en unión de M. J. Henderson, un documentado estudio de la versión (descubierta, en realidad, por Walter Oakeshoff), si bien fuera de la Nueva Revista, en el Bulletin of Híspanic Studies (1955)351. Para entonces los hispanistas ingleses pudieron hacerse cargo de las versiones tradicionales modernas del romance, tanto las reunidas por Menéndez Pidal, como las publicadas por Olivares Figueroa, gracias a que el año anterior (1954) había visto la luz el estudio que Bénichou había comenzado en 1947352.

        Bénichou debía, a su vez, el conocimiento de las versiones de las diversas ramas de la tradi­ción pan-hispánica a su correspondencia con Menéndez Pidal. En efecto, en una carta que me escribió, desde París, el 25 de Junio de 1954, comentando tres trabajos míos romancísticos que le había remitido353, me hacía saber

    "En setiembre se publicará un artículo mío sobre el motivo popular de la dama que se nie­ga a cantar, con referencias extensas al Marido prisionero o ¿Por qué no cantáis, la bella?. Le mandaré una separata. Don Ramón ya me comunicó hace años las versiones aragonesas, y hace poco las venezolanas. Ahora veo (Rom[ancero] hisp[ánico], tomo II, p. 338) que también existe en Portugal. Como no se menciona Portugal en ningún otro lugar en que se trata de esa canción en Rom. hisp., salvo en II, 218, n. 34, y que allí se estudia sólo el exordio (la blancaniña bordando), supongo que esa versión portuguesa, como las catalanas allí citadas, no pertenece a nuestra canción sino por ese exordio, y no tiene lo demás (el negarse a cantar la heroína y el proyecto de guerra contra el que encarceló al marido) ¿no es así?".

      Tanto en 1950 y 1951, como en 1953, Olivares Figueroa, en su condición de profesor de la Cátedra-Seminario de Folklore de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Central de Caracas, continuó haciendo envíos de versiones venezolanas a Menéndez Pidal354.

      Otra valiosa colección americana de "Romances recogidos por los alumnos del liceo de Ro­cha, Uruguay" debió ser entregada a Menéndez Pidal a fines de los años 40 o principios de los 50, por Marina López Blanquet. Los romances que contiene fueron anotados entre 1946 y 1948 y en cada uno de los textos se consigna la procedencia de la versión y los nombres del recitador y del colector.

      El 6 de Marzo de 1952, José Manuel Rivas Sacconi, desde el Instituto Caro y Cuervo de Bo­gotá (Colombia), remitió copia "de otro trabajo inédito del señor Juan de Dios Arias, que fue destinado a la Revista de Folklore de Bogotá pero que no sabemos si habrá de ver la luz". Se tra­ta de un estudio sobre "El romance en la tradición santanderina", naturalmente del Santander de Colombia, con una colección de textos romancísticos (básicamente del repertorio infantil), coplas y décimas355.
      Mediante sus pesquisas a través del correo, Menéndez Pidal obtuvo también una colección bra­sileña. El 27 de Junio de 1950, Helio Galvão, desde Natal356, le respondía a una carta previa:

    "Extremamemte atrazada chega-me sua correspondência de 14 de maio. Infelizmente não tenho aquí um outro trabalho meu sôbre o romanceiro peninsular no nordeste brasileiro. Mas junto a esta envio-lhe alguns dos romances de minha coleção, coligidos todos por mim, pesoalmente nêste Estado, no municipio de Goianinha e dois outros no municipio de Pedro Velho. As indicações «Pernambuquinho», «Tibáu» e «Manibu» são pequenos povoados do primeiro municipio citado, localizado ao sul do Estado, á margem do Atlántico"357.

Aunque Galvao expresamente decía en esa carta a Menéndez Pidal "Póde V. Excia. usar franca­mente dos exemplares que lhe envió, sem qualquer restrição", el 25 de Setiembre de 1951 se ha­cía eco de una especial petición de permiso por parte de Menéndez Pidal para incluir las ver­siones "no seu romanceiro geral" y se congratulaba de que, por ese medio "os romances por mi recolhidos vão ter publicidade mais amplia do que eu lhes poderia dar". En esta nueva carta le enumeraba 19 versiones de 14 romances que poseía, expresándole la duda de haberlas enviado o no todas358.

Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)

NOTAS

341 Ramón Menéndez Pidal, Diego Catalán y Álvaro Galmés, Cómo vive un romance. Dos ensayos sobre tradicionalidad, Madrid: C.S.I.C., 1954.

342  R. Olivares Figueroa, "Documentación folkló­rica. Romances coloniales recogidos en Venezuela", RIPN, 1:2 (1944), 151-153; 1:3 (1944), 254-256.

343  Don Gato, Hilo de oro, etc.

344  "Aquí no es cantado, como en España, por los corros infantiles".

345  "En Venezuela se conoce como Romance de don Carlos y don Alberto".

346   Además "el romance de El ciego y las naranjas está extraordinariamente difundido; pero personal­mente creo que ha influido en ello la circunstancia de haber sido incluido en algún libro de lectura escolar; esto es, una especie de retorno por vía libresca, al caudal de la tradición originaria (...). También se encuentra muy difundido el romance que comienza «San José pidió posada»".

347 Continuado con Las señas del marido (é).

348  Como en múltiples áreas de España, continúa con El caballero burlado rematado por La hermana cautiva.

349  Romancero hispánico (1953), vol. II, p. 350. Menéndez Pidal comenta el romance en sus varios textos viejos y de la tradición oral moderna en las pp.218-219, 338, 408-409 de la misma obra.

350 Véase atrás, § 4.

351 M. J. Henderson y J. B. Trend, "Brantôme’s Spanish ballad: A ms. from Winchester", BHS, XXXII (1955), 63-72.

352 Véase atrás n. 103.

353  "Nunca viera jaboneros tan bien vender su ja­bón. Romance histórico del rey don Pedro del año 1357", BRAE, XXXII (1952), 233-245; "Un roman­ce histórico de Alfonso XI", en Estudios dedicados a Menéndez Pidal, VI, Madrid, 1956, pp. 259-285 y (en colaboración con Á. Galmés) el citado en la n. 327. Bénichou, enfermo en cama, se extiende en sus comentarios tanto, que cree preciso disculparse: "No sé cómo le escribí, casi sin conocerle a Vd., tan larga carta. La culpa la tiene la gripe, aunque no es justo que Vd. sienta sus efectos a tan larga distancia".

354 Ya en su carta de 12-III-1949 anunciaba: "Como dispongo de bastantes más versiones, le prometo nue­vos envíos en cuanto mis ocupaciones me lo permi­tan". Según apuntaciones de Menéndez Pidal, se produjeron los siguientes envíos: "Mandó en novi[embre] 1950 tres romances buenos"; "1951: envía romances de Delgadina"; "1953 Febrero: Nueva remesa"; "1953 Marzo: más romances, muy buenos algunos, Cómo no cantáis, la bella". Junto a copias mecanografiadas, remitió, además, recortes periodísticos y de publica­ciones sueltas.

355 El trabajo se publicó como folleto, bajo el títu­lo Folklore santandereano, en Bogotá: Cosmos, 1954.

356 En papel con membrete: "Ad lucem versus. Academia Norte Riograndense de Letra" con sede en Na­tal, Rio Grande do Norte; bajo la firma: "Tribunal Regional Electoral - Natal - Rio Grande do Norte -Brasil".

357  "Per agora não tenho feito progressos no meu trabalho. Mas contó desenvolvê-lo nas feiras escolares de fim de ano".

358  Sólo en Mayo de 1953 Menéndez Pidal debió dar respuesta a esta carta: "Escribo pidiéndoselos".

 

LÁMINAS

Mayo de 1948: uno de lo  s barcos de pesca que llegaron a Venezuela con los "inmigrantes ilegales" que huían de la miseria en España. Noticia recogida de un periódico de Venezuela.

Obras de Rafael Olivares Figueroa sobre el folklore y el romancero de Venezuela

 

Eleanor Roosevelt muestra la Declaración Universal de Derechos Humanos,  aprobada el 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de Naciones

SUMARIO:

I
PRESENTACIÓN: EL ROMANCERO Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL

* EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO

*1. LOS FONDOS DEL S. XIX

* 2. DESCUBRIMIENTO DE LA TRADICIÓN ORAL CASTELLANA EN 1900

* 3. LOS PRIMEROS PASOS EN LA COMPILACIÓN DE UN ROMANCERO ORAL PAN-HISPÁNICO

* 4. EN BUSCA DE ROMANCES FUERA DE LA PENÍNSULA: EN CANARIAS Y EN LAS COMUNIDADES SEFARDÍES, 1904

* 5. "A POR PAN Y A VER AL DUQUE": PRIMER VIAJE A AMÉRICA, 1905-1906

* 6. EL FONÓGRAFO DE CILINDROS DE CERA VIAJA EN BUSCA DE MELODÍAS, 1905-1906

* 7. LA MÚSICA Y LA DANZA COMO PARTE DEL ROMANCERO, 1905

* 8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908

* 9. MENÉNDEZ PIDAL HACE INVENTARIO: LAS PRIMERAS MIL QUINIENTAS VERSIONES DEL ARCHIVO Y LAS CONFERENCIAS EN LA COLUMBIA UNIVERSITY DE NUEVA YORK EN 1909

* III EL ROMANCERO HISPÁNICO BAJO LOS AUSPICIOS DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS

* 1. LA CREACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y EL ROMANCERO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 2. LOS DIALECTÓLOGOS Y EL ROMANCERO ORAL: 1910-1912

* 3. MANRIQUE DE LARA COLECTA EN ORIENTE EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1911-1912

* 4. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO ANTERIORES A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1909-1913

* 5. EL ROMANCERO HISPÁNICO DE AMÉRICA DEL NORTE, 1913

* 6. LOS PLIEGOS SUELTOS DE PRAGA LLEGAN AL ARCHIVO, 1913-1914

* 7. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE A AMÉRICA, PERO DEJA DE LADO EL ROMANCERO, 1914

* 8. LAS GRANDES ENCUESTAS REGIONALES DE JOSEFINA SELA Y DE EDUARDO M. TORNER, 1914-1920

* 9. MANRIQUE DE LARA, EL ROMANCERO DE LOS JUDÍOS DE MARRUECOS Y DE LA PENÍNSULA Y LA MÚSICA DE LOS VIHUELISTAS, 1915-1922

* 10. POESÍA POPULAR Y ROMANCERO, 1914-1918

* 11. LA GEOGRAFÍA FOLKLÓRICA Y LA EXPLORACIÓN DE REGIONES HASTA EL MOMENTO POCO ENCUESTADAS, 1920

* 12. AURELIO DE LLANO Y EL CONOCIMIENTO DEL ROMANCERO ASTURIANO, 1919-1925

* 13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20

* 14. LA TERCERA PARTE DE LA SILVA, PERDIDA, 1921

* 15. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, EN EL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE LA ROSA, 1925

* 16. SIGUE LA ACTIVIDAD RECOLECTORA, 1926-1927

* 17. LA CEGUERA TEMPORAL DE MENÉNDEZ PlDAL Y SU "FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS", 1926-1928

* 18. MANRIQUE DE LARA NUEVAMENTE EN ORIENTE. EDICIÓN FRUSTRADA DE LAS MÚSICAS DEL ROMANCERO: 1923-1928

* IV. EL PROYECTO DE PUBLICACIÓN DE EPOPEYA Y ROMANCERO FINES DE LOS AÑOS 20, COMIENZOS DE LOS AÑOS 30

* 1. EL ROMANCERO, PARTE DE UNA MAGNA OBRA A PUNTO DE PUBLICARSE

* 2. LAS FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS

* 3. GALICIA EN EL FOCO DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO, 1928-1931

* 4. APORTACIONES AL ARCHIVO DE COLECCIONES AJENAS. EL ROMANCERO CATALÁN, 1930-1933

* 5. 1930. LOS BAILES ROMANCEADOS QUE AÚN PERDURAN

* 6. NUEVAS CAMPAÑAS DE RECOLECCIÓN DE MÚSICAS Y TEXTOS POR LA SECCIÓN DE FOLKLORE DEL CENTRÓ DE ESTUDIOS HISTÓRICOS, 1930-1936

* 7. PARÁLISIS RECOLECTORA EN PORTUGAL, 1930

* 8. DISCOGRAFÍA Y PELÍCULAS ETNOGRÁFICAS; EL ROMANCERO INCORPORADO A LA ENSEÑANZA ESCOLAR. 1932-1936

* V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL

* 1. DISCONTINUIDAD DE EPOPEYA Y ROMANCERO Y CONTINUIDAD LATENTE DEL ROMANCERO

* 2. MADRID BOMBARDEADO. EL ARCHIVO "REFUGIADO" EN LA EMBAJADA DE MÉXICO

* 3. OCASO DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS. CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD DE LOS PROYECTOS DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

* 4. ANÍBAL OTERO, ENCUESTADOR DEL ROMANCERO Y DEL ATLAS LINGÜÍSTICO, ACUSADO DE ESPIONAJE

* 5. MENÉNDEZ PIDAL, ANCLADO EN CUBA, A LA BÚSQUEDA DE ROMANCES

* 6. VERANO DE 1937. LOS DISCÍPULOS DE MENÉNDEZ PIDAL Y LAS CANCILLERÍAS SE PREOCUPAN DE LA SEGURIDAD DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO

* 7. EL ROMANCERO Y LA HISTORIA DE LA LENGUA DE MENÉNDEZ PIDAL VIAJAN COMO PARTE DEL TESORO CULTURAL DE ESPAÑA

* VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA

* 1. DEPURACIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL. FIN DE SUS PROYECTOS CON UNA PROYECCIÓN NACIONAL, 1939-1941

* 2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945

* 3. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ROMANCISTAS TOMA EL RELEVO, 1945-1946

* 4. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE AL ROMANCERO, 1946-1950

* 5. LA CARTOGRAFÍA ROMANCÍSTICA Y LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN EN LA SERRANÍA DE CUENCA, EN LAS BALEARES, EN SORIA, EN SEGOVIA, EN ÁVILA, EN LA MESETA MANCHEGA, EN ALISTE Y EN MARRUECOS, 1947-1948

* 6. ÉXITO EN LA TRADICIÓN ORAL DE ALGUNAS VERSIONES FACTICIAS DE LA FLOR NUEVA

* 7. HACIA UNA RECUPERACIÓN DEL ROMANCERO PORTUGUÉS, 1948

* 8. NUEVAS ENCUESTAS: LIÉBANA Y POLACIONES; LA SIERRA DE BÉJAR Y PLASENCIA; SANABRIA. LLEGAN OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO. 1948-1949

* 9. FIN DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. FINAL DE LAS ENCUESTAS Y PUBLICACIÓN DIFERIDA DE LOS TRABAJOS SOBRE EL ROMANCERO, 1950-1954

* 10. ACTIVIDAD RECOLECTORA EN LA AMÉRICA HISPANA. SU REPERCUSIÓN EN EL "ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL", 1948-1952

* 11. REPERCUSIONES DE LAS PUBLICACIONES SOBRE EL ROMANCERO EN LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN ORAL, 1953-1954

* 12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI

* VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO  RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954

* 2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959

* 3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50

* 4. GRAN RECOLECCIÓN DE ROMANCES EN LAS ISLAS CANARIAS, 1952-1957

* 5. EL ROMANCERO TRADICIONAL, CUESTIONADO, 1959-1962

* 6. ÚLTIMAS CONTRIBUCIONES DE MENÉNDEZ PlDAL AL ROMANCERO, 1959-1965

* 7. MENÉNDEZ PIDAL EN ISRAEL Y EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1964

* 8. EL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL Y EL FUTURO DEL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1963-1966

* 9. REACTIVACIÓN DE LA LABOR EDITORIAL DEL ROMANCERO, 1966

* 10. PROPUESTA DE CREACIÓN CON CAPITAL AMERICANO DE UN CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS EN EL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1967-1968

* VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL

* 1. NON OMNIS MORIAR, 1969

* 2. BELLAS PALABRAS Y NEGRAS REALIDADES, 1969-1970

* 3. ACTIVIDADES DE LA CÁTEDRA-SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL. CATALOGACIÓN DE LOS FONDOS SEFARDÍES DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO. LOS FONDOS PATXOT SE HACEN INACCESIBLES. 1969-1971

* 4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975

* 5. EL ROMANCERO ¿AÚN VIVE?, 1973-1975

* 6. CRECER, PARA NO MORIR, 1976-1981

* 7. EL ROMANCERO AÚN VIVE. VOCES NUEVAS DE LA TRADICIÓN ORAL, 1977-1978

* 8. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCERO. UNA NUEVA EMPRESA COLECTIVA, 1977-1984

* 9. LAS GRANDES ENCUESTAS COLECTIVAS DEL PROYECTO DEAPHR, 1980-1984

* 10. LAS TRADICIONES ORALES LEONESAS Y EL ROMANCERO EN LEÓN A FINALES DEL S. XX, 1984-1988

* 11. FIN DE ETAPA. DISPERSIÓN DEL EQUIPO INVESTIGADOR DEL PROYECTO DEAPHR. LA FUNDACIÓN RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL Y EL CAPITAL PRIVADO INAUGURAN UNA ÉPOCA NUEVA. 1984-1989

* 12. LOS ARCHIVOS DEL ROMANCERO NUEVAMENTE EN EL FOCO. LOS LABORATORIOS HUMANÍSTICOS INSTALADOS EN EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL, 1988-1998

* 13. EL ROMANCERO ANTE EL CENTENARIO DEL ’98

* EPÍLOGO

* 1.- EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL DINAMITADO

* 2.- EL ARCHIVO DEL ROMANCERO ANTE LA REESTRUCTURACIÓN DE LA FUNDACIÓN MENÉNDEZ PIDAL Y DEL CENTRO SITO EN CHAMARTÍN

* 3.- LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA INVESTIGACIÓN

* 4.- DESPEDIDA

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La Garduña Ilustrada

9. FIN DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. FINAL DE LAS ENCUESTAS Y PUBLICACIÓN DIFERIDA DE LOS TRABAJOS SOBRE EL ROMANCERO, 1950-1954.

9. FIN DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. FINAL DE LAS ENCUESTAS Y PUBLICACIÓN DIFERIDA DE LOS TRABAJOS SOBRE EL ROMANCERO, 1950-1954. VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA.

      Durante el año 1949 Menéndez Pidal había intentado activar la colaboración de los musicó­logos en la edición del Romancero. La ausencia de Higini Anglés, residente en Roma, tenía pa­ralizados los proyectos. El 25 de Enero, Menéndez Pidal tuvo una conversación con Schneider, "encargado por Anglés de colaborar en el Romancero como director de la sección folklórica del Instituto de Musicología de Barcelona". Pero el "tanto mensual" para "trabajar lo del romance­ro en horas extraordinarias" que Schneider pedía, no podía Menéndez Pidal garantizárselo:

    "Si no le consigo la mensualidad, cosa difícil, no debo enviarle los 20 Gerineldos"

 anotó entonces; además

    "él dice que su especialidad no es la música popular de Europa, sino la no europea. Otra contra".

Tampoco cuajaron las negociaciones el 8 de Mayo de 1949 para atraer a José Romeu, quien acababa de estudiar 15 melodías del Comte Arnau que, reducidas a sus elementos esenciales, re­montaban a una sola primitiva, el cual esperaba rematar en Junio su trabajo "sobre el cancione­ro popular de la provincia de Madrid":

    "Encuentra dificultades. Tendría que dejar lecciones que da en Barcelona para ayudarse a vivir, o tendría que sisar tiempo a las horas dedicadas al Instituto de Musicología (...). Lo que parece claro es que el Instituto de Musicología no puede dedicarse a colaborar en el Romancero” 287

      La actividad recolectora de los años 1947 a 1949288 y la continuación, en busca de una re­dacción final, del estudio sobre Gerineldo y La condesita durante el curso 1948-1949289 no fue­ron obstáculo para que, a la vez, Galmés y yo realizáramos, bajo la dirección de Ramón Menéndez Pidal, la preparación de los primeros volúmenes de edición y estudio del Romancero histórico-épico, iniciada por mí en 1946. Nuestra labor consistió en reformar la edición del Ro­mancero del Rey Rodrigo, en que por los años 1935-36 trabajaba Rafael Lapesa, así como los correspondientes estudios290; en elaborar el Romancero de Bernardo del Carpió291 y, seguidamente, un Romancero de Fernán González292, junto con un nuevo Romancero de los Infantes de Salas293 y un Romancero de los Condes de Castilla y la Condesa Traidora294, que quedarían prácticamente acabados en los años 1948-1949.
 
     Aunque, según vimos, ya en Setiembre de 1947 se habían solicitado presupuestos para el pri­mer tomo de El Romancero Español295, fue en Noviembre de 1949 cuando el "Instituto de Cultura Hispánica" aprobó el presentado por la editorial "Espasa Calpe"296. En esas fechas, parecía inminente la composición del volumen primero de la obra297.
 
     Sin embargo, las proyectadas publicaciones del "Seminario de Estudios Históricos" y las ac­tividades con ellas relacionadas vinieron súbitamente a quedar interrumpidas debido a un cam­bio político en el "Instituto de Cultura Hispánica". El cese en él como Director de Ruiz Gimé­nez y el nombramiento para ese cargo de Alfredo Sánchez Bella (ocurridos al finalizar el año 1948)298 dio andado el tiempo lugar a una creciente desconfianza mutua entre los directivos del Instituto y Ramón Menéndez Pidal que tuvo como súbita consecuencia la recepción, sin previo aviso, por Menéndez Pidal de una carta del nuevo Director, con fecha 23 de Enero de 1950, en la que le hacía saber lo siguiente:

    "La forma en que el Ministerio de Hacienda ha distribuido los créditos este año para el Ejercicio Económico de 1950 no permite prórroga de la colaboración de los señores arriba mencionados [los colaboradores nombrados por el contrato de 1947], percibiendo sus habe­res por nómina. Por lo tanto debe comunicarles, ya que se trata de personal dependiente de V. E., que a partir del día 1 de Enero del año en curso han dejado de figurar en las nóminas mensuales del Instituto de Cultura Hispánica"299,

y, tras pedirle "que tenga a bien indicar el estado en que se encuentra la recopilación de datos de cada una de dichas obras y el tiempo por el que será precisa la colaboración de los señores arriba enunciados para la total terminación de las mencionadas obras", proponía pagar el traba­jo de dichos colaboradores "como premios de investigación por obras ejecutadas".

      Menéndez Pidal respondió el 7 de Febrero proporcionando la información sobre el estado de las diversas obras300, pero manifestando sus quejas por lo que consideraba súbita invalidación del contrato:

    "Lamento que una decisión tocante a estos seis auxiliares se me comunique con fecha de 23 enero, comunicación que por correo no llegó a mi poder sino el 1° de febrero. Yo estaba obligado por el contrato a avisar al Instituto cualquier sustitución de esos auxiliares con 15 días de anticipación. Aviso previo hubiera sido de esperar de parte del Instituto, en vez de anunciar con un mes de retraso una modificación que afecta a los auxiliares a partir del día 1° de enero (...). La proyectada entrega de original por parte de los auxiliares no está de acuer­do con la realidad de las cosas. Los auxiliares no pueden entregar original ninguno, sino yo, que dirijo y además soy propietario de las difíciles copias de la Crónica de 1344 (algunas des­de 1901), así como de los miles y miles de versiones de romances inéditos y demás aporta­ciones previstas en el contrato, que no debo entregar sino a la imprenta en convenientes copias y cuando se vaya preparando el original correspondiente. Creo, pues, que si los auxiliares no pueden seguir percibiendo sus haberes por mensualidades como en el contrato se estipu­la, éste queda irrealizable, lamentando por mi parte el tiempo perdido".

      Como réplica a esta carta, el 5 de Abril de 1950 el Administrador General del Instituto de Cultura Hispánica remitió a Menéndez Pidal un Informe económico basado en la idea de que los pagos a los "auxiliares" no eran parte de un apoyo a la labor investigadora del "Seminario de Estudios Históricos" que Menéndez Pidal dirigía, sino cantidades invertidas en las publicacio­nes que, junto a las de impresión y derechos de autor, debían contabilizarse y ser compensadas con las ganancias que la venta de esas obras reportasen al Instituto301.

      Menéndez Pidal creyó necesario elevar el asunto al Ministro de Relaciones Exteriores, de quien el Instituto dependía, explicando al titular del mismo, Alberto Martín Artajo, la historia del "Seminario" y los propósitos con que había sido creado y la forma en que se había puesto fin al mismo:

     "Ahora, según un Informe administrativo que me comunica el Sr. Sánchez Bella el 18 de abril, se suprime la dotación de los auxiliares y lo que era una labor cultural de seminario para el laboreo y publicación de un tesoro nacional dolorosamente abandonado, se quiere sustituir por un negocio editorial para la explotación de los susodichos trabajos míos. Agradezco el in­tento editorial, pero no lo acepto. Respeto y aún aplaudo tan escrupulosa administración como el Instituto implanta, pero en condiciones así no tiene sentido la existencia de un seminario de trabajo en ninguna parte del mundo. Todo queda pues terminado; las publicaciones en curso quedan abandonadas y por mi parte, no siendo al frente del seminario, no deseo continuar en el Instituto, porque esas obras comenzadas exigen mi tiempo para darles cima.

    Sólo me quejo del procedimiento seguido. Sin aviso previo, sin conversaciones inteligentes y amistosas sobre el asunto, el Sr. Sánchez Bella en carta y oficio llegados a mí por correo el 1 de febrero me anunció que los auxiliares no podían ser retribuidos como antes a partir del 1 de enero, alegando disposiciones del Ministerio de Hacienda; pero esas dificultades —vencibles desde luego— ahora veo nacían de una orden interna anterior alterando el «status» ad­ministrativo de los auxiliares, orden de la que no se me dio conocimiento ninguno. En carta del 7 de febrero y en entrevista con el Sr. Sánchez Bella me quejé de la falta de aviso previo (falta que el Sr. Sánchez Bella reconoció en conversación) y expresé que la alteración intro­ducida dejaba irrealizable el contrato de publicaciones; pero de palabra me manifestó que bien podía arreglarse la realización. Se pasaron más de dos meses y medio sin poder concre­tar nada, y después de tres o cuatro entrevistas fallidas con mi hijo [= Gonzalo Menéndez Pi­dal] , encargado por el Sr. Sánchez Bella de ayudar a la tramitación del arreglo, por fin le entrega el 18 de abril el Informe administrativo antes dicho (...).

     Ahora, mi ruego (...): Es (...) de justicia que estos tres meses y medio transcurridos sean abo­nados. Pido sólo para los tres auxiliares principales. Dos de los secundarios, por ser allegados míos, renuncian desde luego a la retribución y el tercero había terminado su tarea en diciembre.

     En fin, por mi parte no queda sino lamentar el tiempo perdido en estos tres años, comen­zando la publicación de grandes producciones antiguas, naufragadas entre las pequeñeces de la realidad".

      La correspondencia posterior sobre el tema y las vicisitudes previas a la definitiva cancelación del proyecto y al rechazo de las obras en impresión por el Instituto de Cultura Hispánica no ata­ñen ya a la historia del Romancero (debido a las razones que la propia carta de Menéndez Pidal a Martín Artajo pone de manifiesto).

      La llegada de los años 50 coincidió, por otra parte, con el fin de mis estudios de Licenciatura. La combinación de los diversos hechos que he referido y la necesidad de nuevas experiencias y actividades vitales puso fin a las encuestas vacacionales de Álvaro Galmés y mías. Todavía en Se­tiembre de 1951 hice yo un pequeño viaje romancístico en solitario a Brañosera (Palencia), don­de obtuve, entre otros romances, una curiosa versión de El sacrificio de Isaac dicha por una mu­jer de Herreruela (Palencia)302, del que en el "Archivo Menéndez Pidal" sólo había otras siete versiones de la tradición "cristiana". Anteriormente, en Abril de 1948, había recogido otra ver­sión del mismo romance, pero en la comunidad judeo-española de Tetuán303. Aunque ambas re­montan a un romance aconsonantado en -ado, publicado en el s. XVI, con otros de tema bíbli­co que también se han tradicionalizado entre los judíos sefardíes304, el contraste entre el texto elaborado por una y otra tradición, la judía y la cristiana, es bien llamativo desde un comienzo:

Al Dio del cielo Abraham,     al Dio del cielo Isaac honrado,
para cumplirle las diez,     fuerte cosa le ha mandado:
— Dame a tu hijo, Abraham,     dame a tu hijo Isaac honrado,
le pondré por sacrificio     en el monte aseñalado (...).

Un hijo tenía Abrán,     un hijo sólo tenía,
le traía bien vestido,     le traía bien calzado,
de los regalos del mundo     le traía regalado.
Estando un día por la tarde     de reposo merendando,
oyó una voz que decía    estas palabras hablando:
— Ese tu hijo, Abrán,     ha de morir degollado.
— El Rey del cielo lo manda,     que se cumpla su mandado (...).

Vista en sus detalles y en el conjunto de las versiones conocidas, la evolución del texto erudito propia de una y otra de las ramas de la tradición me pareció buen "ejemplo de recreación co­lectiva" y, en vista de ello, la comenté detenidamente en una publicación305. Fuera de esta pe­queña encuesta, otros actos de recolección míos en diversos lugares de España sólo serían ya oca­sionales y de poca trascendencia.

      Respecto a la organización del "Archivo del Romancero" la nueva generación de romancistas no podía decirse que estuviera a la altura de sus iniciadores. Al menos, así lo pensaba Ramón Menéndez Pidal. Estando yo en Edimburgo (Escocia), como lector de español, malaposentado en un cuarto alquilado a un matrimonio de emigrados polacos, que me señalaban quejosos cada una de las "gotitas" que al lavarme caían del lavabo al suelo y protestaban de que tratara de co­rregir la terrible sima que formaba el somier de mi cama colocando almohadones bajo el col­chón, mi abuelo me escribía para el día de mi santo (Martes 13 de Noviembre de 1951), reconviniéndome con sorna:

    "¡Qué bien te viene que te riña la patrona (...)!. A ver si te mete en cintura para ser ordena­do en cuidar el Romancero. Ayer dije a Álvaro [Galmés] que os tenéis que ocupar los dos en aprovechar unos cajones del fichero grande para archivar correspondencia y papeles sueltos romancísticos que están en el cajón inferior del metálico. A ver si lo tomáis en serio, que si la Abuela [= María Goyri] y yo hubiésemos sido tan descuidados como vosotros ¡buena traza de romancero habría! Recibe, pues, con humildad y contrición las reprimendas de la patrona".

      A esa falta de atención continuada en que se hallaba el conjunto del "Archivo del Romance­ro" se debe, sin duda, el que llegara a pasar prácticamente inadvertida la comunicación que el 28 de Diciembre de ese año de 1951 hizo a Ramón Menéndez Pidal Miguel Gómez del Cam­pillo sobre la existencia en el Archivo de Simancas de una carta cifrada, dirigida al rey, del em­bajador en París de Felipe II, Tomás Perrenot, señor de Chantonnay, llena de citas de romances y villancicos tomados de la tradición oral. Campillo no sólo remitió la carta en cifra (del 28 de Mayo de 1562, con postdata de 6 de Junio), sino el desciframiento de los textos306.

      En cuanto a las publicaciones que venían preparándose en el "Seminario de Estudios Hispá­nicos", hubo que esperar ocasión más propicia para su conclusión e impresión. Esa ocasión pa­reció llegada en el curso académico 1951-1952: la substitución de José Ibáñez Martín por Joa­quín Ruiz Giménez en el Ministerio de Educación Nacional, con Joaquín Pérez Villanueva de Director General de Enseñanza Superior y Pedro Laín Entralgo de Rector de la Universidad de Madrid, hacía pensar en un posible triunfo de "los sensatos" frente a "los recalcitrantes" (como los clasificaba Miguel Catalán, en carta del 8-XI-1951, en relación con el intento de retorno del exilio del físico Arturo Duperier); como una de las muestras del nuevo "aperturismo" cultural, Ramón Menéndez Pidal fue invitado por Laín a dar una conferencia (6-XI-1951) en el Para­ninfo de la Universidad. Dentro de ese nuevo contexto político, parecía posible volver a hacer planes sobre la publicación del Romancero, según me comunicaba a Edimburgo (Escocia) mi madre (Jimena Menéndez Pidal) el mismo día de la conferencia307. Pero las esperanzas hubieron de diferirse. El 10 de Febrero de 1952 Ramón Menéndez Pidal me comentaba en otra carta:

    "De Romancero, poco. En una comida en la embajada de Portugal hubo discursos y todo! Yo recordé la dedicatoria de Carolina Michaëlis a la Abuela [= María Goyri], a mí y a Leite de Vasconcellos como restauradores del futuro Romancero Peninsular; y el embajador envió al Lector conocido tuyo [-Mendes dos Remedios]308 a visitarme para decirme que había escrito a la Junta para a Alta Cultura sobre activar la recolección romancística y publicar lo de Leite. Veremos. Pero a los pocos días, en otra comida en la embajada de Brasil, el Ministro Ruiz Jiménez me dijo que mandaría a [Joaquín Pérez] Villanueva y a [Rafael de] Balbín que se pusiesen de acuerdo conmigo para la publicación del Rom[ancer]o. Veremos. Hasta ahora no vemos nada, porque el invisible Balbín está en Málaga en curso de extranjeros".

Al recibir yo en Edimburgo esa carta, me apresuré a comentar:

    "Lo de la publicación del romancero. Creo que hay que aprovechar la ocasión y organizarlo antes de que caiga el ministerio este. A ver si los portugueses hacen algo. Yo tengo el pro­yecto siguiente, que vengo mascullando hace tiempo: Podríamos organizar una excursión con el Peugeot por Portugal y Zamora (...) este verano y reanudar la investigación romancística. Estoy convencido que esas regiones deben dar aún mucho material precioso. Ahora que le­vantan las restricciones de salida, hay que aprovechar (leí en el «ABC» las nuevas disposicio­nes)" (Miércoles 13-II-1952).

Es cierto que los "veremos", con que Menéndez Pidal manifestaba su escepticismo respecto a las gestiones de las autoridades de uno y otro país, tendrían a la larga respuesta positiva; pero tan­to en Portugal como en España hubo aún que esperar algunos años para "verlo"309.

      También se hicieron por entonces planes para publicar el estudio de la variación textual en los romances de Gerineldo y La condesita, que a fines de 1948 estaba próximo a su conclusión310, y que Galmés y yo habíamos dado por rematado en 1950311.

      La extensión del trabajo y, sobre todo, su componente cartográfico, hacían imposible des­tinarlo a una revista especializada; sólo el Consejo Superior de Investigaciones Científicas po­día afrontar una publicación semejante312. De ahí que Ramón Menéndez Pidal, cortejado por Balbín y tentado por sus promesas respecto a la publicación integral del Romancero, decidie­ra romper con su propósito, mantenido durante casi un decenio, de no publicar en los órga­nos de esa institución y aceptara la propuesta de que nuestro estudio de geografía folklórica se publicara inmediatamente junto con una reedición del suyo de 1920313 en un "Anejo" de  la Revista de Filología Española314".
 
     La mayor dificultad para sacar adelante el proyecto editorial en ausencia mía era la necesidad de elaborar, a partir de los borradores originales por mí diseñados, los numerosos mapas inter­pretativos resultantes del estudio de las variantes textuales que ofrecían las versiones de los ro­mances315

      A pesar de que durante mi año como lector en Edimburgo conté con dos periodos vacacionales en Madrid, sólo gracias a la pericia cartográfica de Jimena Menéndez Pidal316 y a su dedica­ción, en horas extraordinarias, a la tarea de comprobar los datos que se representaban cartográfi­camente317 y a realizar con calidades estéticas lo por mí elaborado en borrador, el dibujo del modelo definitivo de los mapas, tanto grandes, como medianos y pequeños, quedó "pulcramen­te resuelto", de modo que la ulterior labor del dibujante que los preparó para la impresión pudo ser de "simple realizador", toda vez que le llegaron a sus manos ya sin "pegas"318. Al presentarme  el 10 de Marzo de 1952 en Madrid, con ocasión de las vacaciones de Semana Santa, tuve la opor­tunidad, gracias a lo hecho en mi ausencia, de revisar todo el componente cartográfico de los dos estudios de geografía folklórica319; pero este esfuerzo por resolver prontamente el problema de la cartografía no fue acompañado por un progreso en la impresión de la obra320.

      Durante mi última estancia en Edimburgo (después del 10 de Abril), ni la imprenta321, ni Álvaro Galmés322, ni Jimena Menéndez Pidal323, pudieron hacer avanzar la impresión del libro. Ello me hizo tomar la decisión de no apremiar más a nadie y dejar la conclusión de aquellas ta­reas para mi definitivo regreso a España324.

      Entre tanto, gracias a gestiones de Galmés325, hallamos lugar donde publicar, fuera de Espa­ña, el trabajo, complementario del geográfico-cartográfico, que habíamos preparado sobre las re­laciones entre el romance juglaresco del Conde Dirlos, sus versiones tradicionales modernas y el romance de La condesita326, en que contradecíamos a W. J. Entwistle. También hube de inter­venir en la definitiva preparación del texto de este artículo desde Edimburgo327.

      Durante mi estancia en Edimburgo, me preocupé alguna vez de complementar la informa­ción de las carpetas del "Archivo". En una ocasión, me entusiasmé con unos textos catalanes pu­blicados en 1931 por una "apasionada" recolectora:

    "Encontré un Cançoner de Pineda por una tal Sara Llorens de Serra que contiene muchos romances (o, en realidad, casi sólo un romancero de ese pueblo). Tiene músicas. El prólogo es muy bueno, de un apasionado que describe muy bien las tareas de recolector, y sobre la músi­ca dice que primero la transcribieron dos músicos «peró ni l’un ni l’altre sentien la música po­pular. I nosaltres, encara que incapaçes de fer la feina d’ells, compreníem que no n’hi havia prou amb interpretar i grafiar les notes i els ritmes, sino que, absent en l’anotador l’esperit de compresió, quedaven les tonades interpretades molt deficientment, i adhuc a voltes (cal dir-ho) falsejades; de bona fe, aixo si, i amb interpretació legal i tot, pero falsejades». Publicado en 1931, aunque recogido antes. Bueno, si no lo tenemos, tomad nota de él" (24-I-1952).

En otra ocasión llamé a Ramón Menéndez Pidal la atención acerca de una referencia a la bala­da vasca Goizian goizik328, que desarrolla, situándolo en el s. XVII, el tema de La enamorada de un muerto, tema curiosísimo sobre el que años después escribiría un capítulo en mi libro Por campos del Romancero (1970)329.

      En la etapa final de la publicación de su Romancero hispánico, Ramón Menéndez Pidal aún re­cabó información sobre las "Ultimas exploraciones" de la tradición oral que en la posguerra ha­bía organizado el "Instituto Español de Musicología", fundado en 1943 por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, organismo que ni había prestado atención a su colección, ni se ha­bía interesado en tenerle informado de la nueva labor de campo, pese a que había aprovechado el manual de recolección de María Goyri y de Eduardo Martínez Torner publicado en el "Cen­tro de Estudios Históricos"330. Gracias a Jóse Romeu de Figueras331, llegó en Setiembre de 1952 a manos de Ramón Menéndez Pidal una estadística de las "Colecciones de romances por las pro­vincias españolas exploradas" mediante las misiones del Instituto Español de Musicología332.

      Las dificultades para que el Romancero hispánico y el volumen con los ensayos sobre geogra­fía folklórica salieran a la luz bajo el patrocinio de los centros de investigación nacionales tení­an, en cierto modo, que ver con la lucha soterraña que en la España de los años 1952-1953 sos­tenían dos facciones culturalmente enfrentadas, la de los llamados "aperturistas" del Ministerio de Educación y la de los defensores a ultranza de "los valores espirituales superiores" de la Es­paña supuestamente monolítica nacida con la "Cruzada" del 36-39. En el curso de esa lucha po­lítica entre esas dos facciones de la España oficial, Ramón Menéndez Pidal representó, para unos y otros, un punto de referencia, debido al eco alcanzado por su ensayo "Los españoles en la His­toria"333 una vez que, en 1951, fue reproducido en uno de los tomos de la popular colección "Austral" por "Espasa Calpe-Argentina"334. La lectura de ese ensayo provocó, nuevamente, la in­dignada reacción de Jorge Vigón, quien, desde el n° 7 de la revista Ateneo (26-IV-1952), en un artículo titulado "¡Claridad, Señor!" (pp. 5 y 22), se apresuró a llamar la atención respecto a la amenaza que representaba la presencia en la nueva España ("una, grande y libre") de una espe­cie de "Confederación Intelectual de Doctores Autónomos", quienes, profesando un supuesto apoliticismo, pretendían "insinuar la crítica de una actualidad inequívocamente política". Vigón denunciaba la peligrosa tesis de Menéndez Pidal sobre la existencia, a lo largo de los tiempos, de "dos Españas", una "conservadora" (esto es, "de derechas") y otra "europeizante" (esto es, "de iz­quierdas"), obstinadas en negarse mutuamente el derecho a la sobrevivencia en permanente lu­cha fratricida, y ponía de relieve acusatoriamente la forma subrepticia en que Menéndez Pidal, al hablar de tiempos lejanos, suscitaba temas (tales como la elaboración de un "registro policía­co de personas desafectas o vitandas", p. 60, la práctica de exigir a los ciudadanos, "como hoy se dice, su adhesión al régimen", p. 55, y otros análogos), para censurar, sutil pero inequívoca­mente, prácticas del régimen político presente.

      La pluma de José Ortega y Gasset dibujó nítidamente por entonces lo inoperantes que resul­taban los esfuerzos de los "aperturistas" por remozar la fachada del viejo edificio totalitario:

    "El fracaso no ha sido en lo de usted —escribía el 25 de Junio de 1952 desde Lisboa a Julián Marías temporalmente instalado en Estados Unidos335— sino que se trata del fracaso de Sánchez Cantón (...) Pero aún más se trata del fracaso de él juntamente con el de Laín y Tovar. En fin, se trata del fracaso de Ruiz-Giménez, que fue quien nombró a estos últimos con la intención de que hiciesen algunas cosas nuevas (...). Pero sobre Ruiz-Giménez cayó con cien atmósferas de presión todo el clero, incluso la alta jerarquía, y tuvo él, y con él los demás, que detenerse".

    "España está ahora, para mi gusto, atroz, a causa de su radical parálisis (...). El gobierno se ha puesto más áspero (...), se ha hiperestesiado la censura eclesiástica en forma como hace mu­cho tiempo no observábamos".

      Algunos meses después, Joaquín de Entrambasaguas, desde la Revista de Literatura del Con­sejo Superior de Investigaciones Científicas, en un "cuento sobre personas vivas" (Abril-Junio de 1952), trató de enconar la relación de Gonzalo Menéndez Pidal con su padre, mediante escar­nios, sarcasmos e insinuaciones malévolas336, que dieron lugar a diversos sucesos337. Finalmente en el periódico de Torcuato Luca de Tena, «ABC», el padre jesuita Guerrero puso (el 2-VI-1953) a Menéndez Pidal, junto a Unamuno, Ortega y García Lorca, como ejemplo de que en una Es­paña católica cualquier "hombre sabio, literato, pensador" debería ser colocado en el "lugar su­bordinado que le corresponde en relación con los valores espirituales superiores", y el Ministro de Educación y Turismo vetó a Luca de Tena el que publicara los artículos y cartas abiertas de quienes intentaron replicar al Padre Guerrero338.

      Aunque estas y otras escaramuzas verbales ya no podían acarrear las mismas consecuencias que por los años 40, su repercusión en la posposición de los planes de resucitar en el contexto de la Universidad los proyectos de investigación y publicación del extinto "Seminario" hace ne­cesario recordarlas aquí339. El propio Ramón Menéndez Pidal, en carta a Rafael Lapesa, el cual se hallaba en Harvard University como profesor visitante, establece la conexión apuntada:

    "De aquel «Seminario» de la Universidad por que Vd. me preguntaba no hay nada. El De­cano me anunció una nueva visita que me harían él, el Rector y el Director General de Uni­versidades, pero se van pasando dos semanas, y nada. Es irrisorio que el Ministro en febrero pasado les puso mucha prisa para el asunto! Claro está que tal resolución no es puñalada de picaro como Valera cuenta de aquel irresoluto noviazgo de diez años. Yo creo (después de la ofensiva del P. Guerrero y del Opus) que encuentra el Ministro graves dificultades a pesar de la buena fe con que concibió su propósito" (borrador de carta sin fecha contestando a otra de Lapesa del 15-XI-1953).

      Así y todo, en los años 1953 y 1954 lograron, al fin, salir de las prensas el Romancero hispá­nico. Hispano-portugués, americano y sefardí. Teoría e Historia de Ramón Menéndez Pidal, iniciado en 1946340, 2 vols., Madrid: Espasa Calpe, 1953; y el libro Cómo vive un romance (con sus múltiples mapas ilustrativos), formado por los trabajos de 1920 y 1950 sobre la variación textual en los romances de Gerineldo y La condesita, como "Anejo" LX de la Revista de Filología Española, Madrid: C.S.I.C., 1954341.

Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)

NOTAS

287 Romeu se interesaba por las versiones que Me­néndez Pidal le pudiera proporcionar de La Aparición y El Quintado, romances sobre los que en Barcelona tenían 50 versiones y de los que deseaba copiar "las interesantes" que hubiera en el "Archivo Menéndez Pidal"; "le indiqué que hiciera el estudio para publi­carlo en el Romancero, pero parece preferir publicar­lo aparte".

288  Como en 1950 Menéndez Pidal puntualizaría al Ministro Martín Artajo, las excursiones por "muchas regiones de España nada exploradas aún" en busca de romances, de las que más adelante hablaré, fueron "excursiones hechas sin ayuda ninguna para viajes".

289   Miguel  Catalán comentaba desde  Belmont, Mass. el 14-XII-1948: "Hemos celebrado el final de G[erineld]o + Boda. Rematarlo pronto. No nos decís dónde lo vais a publicar. ¿Por qué no lo enviáis aquí? Eso os daría muchos más vuelos. Nada me habéis di­cho del proyecto de venir Diego a Harvard el curso 50-51. Por fin servirá para algo, aunque no sea para lo que se planeó!".

290  Como se explica en las palabras "Al lector" del Romancero tradicional de las lenguas hispánicas, I, Ma­drid: Seminario Menéndez Pidal, 1957, p. VII: "La edición  del  Romancero proyectada  por  entonces [1935-36, en la cual trabajaba Rafael Lapesa] quedó interrumpida por la guerra civil. Esa redacción pri­mera fue ampliamente refundida en los años 1948-49 por Diego Catalán y Álvaro Galmés, siguiendo nuevas directrices de Menéndez Pidal (...). Se pro­yectaba entonces la publicación del Romancero en el Instituto de Cultura Hispánica; pero esta institución desistió del proyecto". Según se hace constar en un "Curriculum vitae de Diego Catalán Menéndez Pi­dal" (de comienzos de 1951), en el curso académico 1945-46 elaboré un "Estudio del romancero del Rey Rodrigo sobre los materiales de Menéndez Pidal y María Goyri, preparando el primer tomo del Romancero Hispánico de dichos autores".

291  "El Romancero de Bernardo no contaba con una elaboración previa cuando en 1949 Diego Catalán, bajo la guía de Menéndez Pidal le dio la forma que ahora, con algunas alteraciones, se publica" (RTLH, I, 1957, p. VIII). En el "Curriculum vitae" citado en la nota anterior consta respecto al año académico 1946-47: "Estudio sobre los romances (...) de Ber­nardo del Carpio para el Romancero de Menéndez Pi­dal".

292  En las palabras "Al lector" de RTLH, II, Ma­drid: Seminario Menéndez Pidal, 1963, p. VI, se hace constar cómo "En los años 1949-1950 Diego Catalán y Álvaro Galmés incorporaron a esas «No­tas» [para el Romancero de Fernán González, redac­tadas por Menéndez Pidal en 1898] las nuevas versiones y apuntaciones varias reunidas por la familia Menéndez Pidal durante el medio siglo transcurri­do; y Diego Catalán (...) dio forma final a los estu­dios renovados que acompañan a los principales ro­mances".

293 Tras citar el estudio de Menéndez Pidal, La le­yenda de los Infantes de Lara (1896), en RTLH, II (1963), p. VI se aclara: "A partir de estas páginas [las dedicadas en esa obra al romancero] y de otras mu­chas de ese trabajo relacionadas indirectamente con los romances, Diego Catalán y Álvaro Galmés prepa­raron en 1949-1950 el nuevo Romancero de los In­fantes de Salas, dando en él cabida a las múltiples ver­siones y anotaciones acumuladas con los años". En el "Curriculum vitae" de Diego Catalán citado en la nota 289 consta en el curso académico 1946-47: "Es­tudio sobre los romances de los Infantes de Salas (...) para el Romancero de Menéndez Pidal".

294 Como se aclara en RTLH, II (1963), p. VII: "El breve Romancero de la Condesa Traidora fue prepara­do en 1950 por Diego Catalán".

295 Véase atrás, n. 89.

296  Según carta de Ricardo de Jaspe del 11-XI-1949, "el presupuesto de Espasa Calpe, S. A. para el primer volumen de el romancero, se encuentra apro­bado y con fecha 4 del actual se le comunicó a dicha imprenta".

297 En la carta citada en la nota anterior, Jaspe pe­día la rápida entrega del original a la imprenta "para que empiecen a componer".

298  Para entender el transfondo político de la histo­ria administrativa puede ser útil recordar cómo definía José María Albareda, Secretario del "Consejo Superior de Investigaciones Científicas" a Alfredo Sánchez Bella en un documento "Confidencial" dirigido al Ministro de Educación José Ibáñez Martín: "Voy a proponerte nombres. De Letras hay uno a quien querías traer al Ministerio: Sánchez Bella, Auxiliar de la U[niversidad] de Valencia. Premio extraordinario, Alférez, etc. Yo le valoro directamente, pero al mismo tiempo valoro su ambiente (...). Reúne la simpatía de esa derecha que en impropiedad pero entendiéndonos, podríamos llamar de la Acción Católica —Propagandistas, Juventud Ca­tólica— y de Falange: es amigo de Laín. Es jefe de Ra­dio Valencia (...)". Tomo la cita de J. M. Sánchez Ron, Miguel Catalán (1994), p. 364.

299 En carta adjunta, Sánchez Bella le aclaraba: "La modificación, como es natural, no alcanza más que a los colaboradores de V y, desde luego, tanto V. como Gonzalo [Menéndez Pidal] seguirán percibiendo sus emolumentos".

300  "(...) En cuanto al Romancero, su primer tomo, señalado en nuestro contrato, ya está enteramente dispuesto para la imprenta; puede salir en este mismo año. Los varios tomos sucesivos de que constará el Romancero se van preparando actualmente".

301 Informe que Sánchez Bella comunicó a Menéndez Pidal el 18 de Abril.

302  Encarnación Cenera.

303  Dicha por Mary Cohén, una joven.

304  Contra lo que creyó Benoliel y aún siguen sos­teniendo comentaristas (más o menos indocumentados) del romancero judeo-espafiol, los romances judíos sobre temas bíblicos hoy tradicionales remon­tan a textos publicados en la España posterior a la ex­pulsión de los judíos por los Reyes Católicos. Una mayoría se relacionan con el pliego suelto (circa 1535) Nueve romances. El I de Abraham. El II del rey Saúl. El III del rey David. El IIII del rey David. El V de la muerte de Golias. El VI de la alevosía que hizo Ja­cob a Esaú. El VII de Bersabé. El VIII del rey Salomón. El IX del Nascimiento.

305 Cap. II de Por campos del Romancero (1970), pp. 56-81.

306 Tengo actualmente en preparación un libro re­lativo al cancionero que esta carta del embajador contiene: D. Catalán, Cancionero en cifra de Perrenot, embajador de Felipe II en Francia, 1562.

307 "[Espasa] Calpe dice que ahora tiene divisas para hacer las matrices y el Abuelo [-Ramón Menéndez Pidal] cree en ello, pero lo absurdo es que le piden use de su influencia para que les concedan el permiso; a ver si es verdad y se empieza a publicar el romancero".

308 El 21-I-1952 me había escrito mi abuelo di­ciendo: "En comida de Embajada Portugal, el lector portugués de la Universidad y su mujer te recordaron cuando traducían al Portugués tu artículo Helo, helo. Muy afectuosos". Cfr. atrás, n. 147.

309 El 22 de Setiembre de 1952 Rafael de Balbín vi­sitó nuevamente a Ramón Menéndez Pidal para ha­cerle saber que "El Consejo del Patronato Menéndez Pelayo le dio un voto de confianza y puede organizar el Romancero publicando todas las versiones en letra muy pequeña. 8 tomos, los que salgan". Menéndez Pidal anotó a continuación: "Colaboradores, aunque nada tengo concretado, podrían ser Diego [Catalán] y Álvaro [Galmés ] agregados al Consejo y otros que haga falta. Podemos empezar con el tomo de roman­ces heroicos".

310 Véase atrás, n. 289.

311  Fecha a que se asigna el trabajo en la versión impresa.

312  El 13 de Octubre de 1951 Ramón Menéndez Pidal me escribía a Edimburgo: "Estoy esperando en qué queda el Consejo Superior, que parece lo van a reformar, para tratar, con los que queden, de la pu­blicación de «Gerineldo», pues ése es el único sitio donde podrán publicarlo. Álvaro [Galmés] quisiera sitio de publicación más expedito, pero no se me ocurre cuál puede ser".

313 La publicación conjunta fue acordada por Bal­bín y Menéndez Pidal el 9-XI-1951. Galmés se apre­suraba a comunicarme lo acordado: "Lo de «Gerinel­do» va bien y rápidamente. Tío Ramón [Menéndez Pidal], como ya sabrás, escribió a Balbín para la pu­blicación en el Consejo [Superior de Investigaciones Científicas] de los dos trabajos sobre «Ger[ineldo] y la Boda [Estorbada]». Balbín contestó inmediatamente en tono afirmativo. El lunes pasado llevé a Balbín una separata del trabajo de tío Ramón [= «Geografía fol­klórica. Ensayo de un método», 1920] para enviarlo a la imprenta y que empezasen a trabajar, mientras tan­to yo estoy copiando en limpio nuestro trabajo (...). Haré la parte que falta de la tradición americana y te enviaré copia del trabajo completo. Enseguida se lo daré a Balbín. Respecto a los mapas fuera de texto, creo que podemos esperar a que tú vengas en navidad. A los croquis, que irán en el texto, habrá que tenerlos en cuenta desde el primer momento" (18-XI-1951).

314 El que saliera como "Anejo" de la RFE y la ne­cesidad de relacionar los dos estudios, de 1920 y 1950, con anotaciones, se resolvió mediante pro­puestas y contrapropuestas cruzadas en aquel mes de Noviembre.

315 Inicialmente, Ramón Menéndez Pidal creyó po­derlo resolver con ayuda de Balbín: "Quedó en hablar con [Manuel] Terán para ver de encontrar un dibu­jante algo cartógrafo para los mapas. Con Amadeo [López] no cuento, pues en hacerme un mapa del Le­onés va tardando año y medio y sólo ahora parece que lo quiere acabar". Pero Jimena Menéndez Pidal veía más factible poder realizarlos con alguien cuya labor pudiera dirigirse de cerca: "Contra lo que el Abuelo [=Ramón Menéndez Pidal] piensa, yo creo que no se necesita para nada un cartógrafo, teniendo como tene­mos los buenos mapas que hay impresos de la Penín­sula. Dime con cuál se podría probar" (10-XI-1951).

316  Ante el resultado poco satisfactorio estética­mente de lo realizado por un dibujante amigo ("me puse nerviosa porque no sabe conservar las caracte­rísticas de los accidentes, y al esquematizar no se re­conocía Cádiz, el estuario del Tajo, el delta del Ebro, etc."), Jimena Menéndez Pidal decidió  intervenir personalmente: "En vista de eso, ayer martes [15] me quedé en casa e intenté yo hacer los contornos y ríos, y creo que me quedan aceptables. Ya he hecho dos grandes (...). De los mapas pequeños: voy a intentar yo hacerlo todo ello, a ver si soy capaz, y algo es algo si eso queda resuelto".

317 Según me denunciaba mi padre, Miguel Catalán: "Madre se está dando unos terribles atracones de ma­pas tuyos tratando de resolver todo (...)". (21-I-1952). "Álvaro [Galmés] trajo la lista alfabética de pueblos en que tenéis versiones y madre puso sus mapas con sus puntos situados y el rompecabezas consiste en dar a cada punto su nombre. En teoría muy fácil. En la prác­tica muy engorroso. Al final, sobraron unos cuantos pueblos sin correspondiente en el mapa, y unos cuan­tos pueblos sin nombre en la lista. Pero todo se anda­rá. Desde luego han avanzado mucho. Como siempre, se ve que el terminar una cosa lleva mucho más tiem­po de lo que se espera cuando se da por acabada y aún no lo está" (23-I-1952). Las noticias sobre la trabajosa tarea se prolongan hasta que el 21-II-1952 Jimena Me­néndez Pidal escribe aliviada: "Sigo mapeando cuanto más puedo. Ya doy por colocados todos los nombres, no faltan más que Nocedo en León (cuyo mapa de Coello tiene Amadeo y no puedo situarlo) y un Turzós que Álvaro no acaba de encontrar la versión y no sabe­mos dónde cae (...). Numero por provincias 1° en lá­piz, después hago una lista de números y a su lado los nombres, después paso los números a la lista alfabética de todas las versiones y entonces paso los números a tinta roja en el mapa. Así quedan registrados por par­tida triple: Mapa, lista alfabética y lista numérica divi­dida por provincias", y el 1 de Marzo: "Este fin de se­mana  espero   (...)   dejar  todo  lo  concerniente  a numeración terminado: mapa y tres listas, que es lo ur­gente para desenvolverse en el texto".

318 Según valoración de la propia Jimena Menéndez Pidal. Por mi parte, ya a la llegada de las primeras muestras de lo realizado, que recibí en Edimburgo para corregirlas y comentarlas, expresé mi satisfac­ción: "Los mapas quedan estupendos (casi la costa la haría yo más esquemática) y creo que se pueden hacer rápidamente (...). Claro que enseguida me plantaré yo por ahí. Total un mes y poco más" (carta, probable­mente, del 8-II-1952).

319  Durante mi ausencia, en cartas dirigidas a mi madre, le había ido explicando detenidamente los propósitos de cada uno de los mapas y le había ido haciendo sugerencias sobre diversos detalles que le permitieron interpretar perfectamente los borradores y plasmar con claridad lo que en cada mapa se pre­tendía poner visualmente en evidencia.

320  Desde Edimburgo, yo insistía machaconamen­te: "¿No ha dado señales de vida la imprenta? ¿No han enviado las primeras pruebas de lo del abuelo?" (carta sin fecha, fines enero 1952); "A la imprenta ¿por qué Álvaro [Galmés] no le da un toquecito? No hay que dejarles tampoco dormirse, incluso perderán el original. Me prometieron pruebas inmediatas; hay que pedírselas inmediatamente"  (Miércoles   13-11-1952). Pero sin éxito; así es que Jimena Menéndez Pidal me comentaba: "Como la imprenta no parece darse mucha prisa, (...) no habrá que hacer los mapas hasta que tú vengas en Semana Santa; pero lo mío te lo dejaré hecho esta semana, por lo que pueda nece­sitarse" (10-II-1952).

321  "La imprenta ¿ha dicho algo? Prometieron en­viarme aquí las pruebas. A lo mejor hay que insistir sobre Balbín para el papel. Bueno, sobre esto escribi­ré a Álvaro" (23-IV-1952).

322  Pues se hallaba enfrascado en la tarea de termi­nar su tesis doctoral.

323  El 16 de Mayo de 1952, mi madre me co­mentaba: "Como la imprenta no corría, creí que no había que darse atracones; además que ahora no puedo".

324  "Decid a Álvaro [Galmés] que llame a la im­prenta y que, si no lo han hecho ya, no me envíen ya nada. (...). Antes metía prisa, ahora pido que se pare todo" (Martes, 13 de Mayo de 1952).

325  "Hace unos días recibí una carta de [Arnold] Steiger invitándome a colaborar en la revista Vox Ro­manica, que como sabes dirigen Jud y el propio Stei­ger. Como es una revista magnífica (...), le estuve ha­blando   a  tío   Ramón   [Menéndez  Pidal]   de  la conveniencia de aprovechar la ocasión y enviar a Suiza nuestro Dirlos - Boda. A tío Ramón le pareció muy bien y yo entonces le escribí a Steiger (...); ha­cía la salvedad de que naturalmente tenía que contar contigo (...)", (19-XI-1951).

326 Aludo a ese trabajo, como ya previamente escri­to, desde Edimburgo 16/17-X-1951: "Gerineldo. Me alegro que Álvaro lo mueva, pues será de gran im­portancia para nosotros el tenerlo publicado. Entre tanto, lo de Dirlos y Boda puede encajarse por ahí, pues es cortito".

327 Al salir de nuevo para Edimburgo dejé encarga­da la copia a máquina del trabajo, que, al serme en­viada, devolví corregida: "Llegó tu «Boda» corregida (...); vino Álvaro [Galmés] el mismo día y se lo llevó para poner tus palabras preliminares a máquina. El Abuelo [= Ramón Menéndez Pidal] suavizó la alu­sión a Entwistle y donde ponía «como afirma in­sistentemente Entwistle» corrige «como ha indicado W. J. Entwistle». Yo hice el mapa que enviabas (...) y situé bien los pueblos (...)" (Jimena Menéndez Pidal, 16-V-1952). Al año siguiente se publicó en la revista suiza: "El tema de la Boda Estorbada. Proceso de tradicionalización de un romance juglaresco", Vox Ro­mánica, XIII (1953), 66-98.

328  "Philippe Veyrers «Les Basques» (...) habla de la Guardadora de un muerto «Goizian goizik j’eiki nunduzun». «Gabrielle de Lohitéguy demoiselle de Çaro dont le mari rnourut empoisonné le jour même de ses noces le 8 Juillet 1633. Le chanson insinué qu’elle ne voulut pas se separer du cadavre pendant sept ans». La identificación es de Jean de Jaurgain ¿es el del librito que tenemos sobre ello?" (23-IV-1952). Ramón Menéndez Pidal contestó a mi nota diciéndome (30-IV-1952): "Los versos vascos (8 cuartetas) Goizian goizíkí..., etc. los trae nuestro libro de Juan Carlos de Guerra, que es de 1924. Si el libro de Philippe Veyrers es anterior, cómpramelo".

329 Por campos del  Romancero (1970), cap. VII, pp. 189-227.

330  Véase atrás, cap. IV, § 5 (último párrafo). Los editores del nuevo manual no respetaron, ni segura­mente entendieron, los criterios que habían regido la composición del que les servía de base; de resultas, mezclaron en forma caótica la información que querían incorporar, a la heredada.

331  Véase R. Menéndez Pidal, Romancero hispánico (1953), p. 304 y n. 17.

332 Los "totales aproximados" que se citan en el in­ventario remitido a Ramón Menéndez Pidal son los siguientes: "Cádiz, 265; Sevilla, 210; Huelva, 108; Jaén, 78; Huesca, 70; Cuenca, 70; Ávila, 65; Grana­da, 55; Soria, 50; Badajoz, 50; Logroño, 45; Galicia (las cuatro provincias), 40; Ciudad Real, 35; León, 35; Zaragoza, 35; Málaga, 20; Murcia, 10; Salaman­ca, 5; Albacete, Navarra, Segovia y Zamora apenas presentan, en el material recogido por el I.E.M., es­pecímenes; los pocos que figuran son prácticamente villancicos navideños y canciones de niños, todo ello muy fragmentario. La misión realizada en Almería no aporta ninguno. Cataluña no ha sido explorada por las misiones del I.E.M. Tampoco Asturias, en el momento de hacer este inventario". En el Romancero hispánico, lugar citado en la n. 331, se resume esta in­formación.

333 En mi prólogo de 1982 ("España en su Histo­riografía: De objeto a sujeto de la Historia") a una re­edición autónoma del ensayo pidalino (en la "Colec­ción Austral" de "Espasa Calpe") intenté situarlo en su tiempo histórico e historiográfico a la vez que dis­cutirlo críticamente desde perspectivas "actuales". Respecto a lo primero, remito a las pp. 60-73, de la reedición del libro publicada en 1991.

334  Los españoles en la Historia y en la Literatura, Buenos Aires: Espasa Calpe, 1951.

335 Tomo la cita de G. Moran, El maestro en el erial (1998), pp. 353-356. "Lo de usted" era el intento fa­llido de Marías de que se le permitiera acceder a una cátedra de filosofía en la Universidad de Madrid.

336  "Entre el padre y el hijo. Del libro, en prepara­ción, Cuentos sobre personas vivas", Revista de Litera­tura, I, n° 2 (Noviembre, 1952).

337 Aprovechando que en el cuento sobre personas vivas de Entrambasaguas yo era uno de los persona­jes, redacté (con la colaboración "bibliográfica" de Dámaso Alonso y de Antonio Rodríguez Moñino) una reseña implacable de las obras de Joaquín de En­trambasaguas refocilándome en el examen de sus la­mentables y cómicos desatinos. Se titulaba "Es nece­sario hacer crítica (Algunos aspectos de la obra del profesor Entrambasaguas)" y la repartí en la Facultad de Filosofía y Letras, yendo a entregarla en mano per­sonalmente a él, a su ayudante de cátedra y a los alumnos de la clase que él impartía. Entrambasaguas planteó en Junta de Facultad mi expulsión de la Uni­versidad, donde yo era un simple ayudante; pero Dá­maso Alonso puso en relación mi desacato al catedrático   don  Joaquín   con   el   ataque   de   éste   a Menéndez Pidal y, finalmente, el Decano de la Fa­cultad Javier Sánchez Cantón acabó por escribir una "epístola" amonestatoria a Entrambasaguas. Un poeta guasón comentó, por entonces, el suceso en versos que parodiaban el estilo del s. XVII: "Don Francisco Javier Sánchez Cantón / he leído tu epístola a Joa­quín / de cruz a fecha y de principio a fin (... etc.)".

338 El 19 de Junio de 1953, Torcuato Luca de Tena, solicitó al Ministro el levantamiento del veto, argu­mentando que "muy débiles han de ser las posiciones de algunos católicos cuando no pueden soportar argu­mentos de otros católicos en contra de sus particulares posiciones" y haciéndole constar que "nunca me hu­biera avenido a autorizar —puesto que esa autoriza­ción de mí dependía— la publicación del Padre Gue­rrero, si hubiera sospechado que quienes podían y debían acudir en defensa de cuanto el Padre Guerrero atacaba, estaban de hecho imposibilitados de replicar".

339 En este caso, así lo hace también J. Pérez Villanueva, Ramón Menéndez Pidal (1991), cap. 52, pues él mismo vivió las polémicas, como personaje activo (era a la sazón el Director General de Universidades) encuadrado en aquellos sectores de la España oficial que entonces se colocaron de forma decidida del lado de Menéndez Pidal.

340 Se trata de la obra anteriormente aludida con el nombre de Tradición y Romancero (Véase atrás, § 4). El nombre definitivo lo recibió estando ya en pruebas. Menéndez Pidal escribió en el Otoño de 1954 a Lapesa que se hallaba en Harvard: "El Ro­mancero hispano, teoría e historia, en dos volúmenes, está todo compuesto en primeras pruebas cuya co­rrección me ha llevado varios meses; el volumen pri­mero está paginado a medias. ¿Qué le parece el ad­jetivo hispano o hispánico? No encuentro título que comprenda el romancero español (catalán, gallego [ambas palabras tachadas en el borrador]), portu­gués, americano y sefardí. Quizá añadiendo este subtítulo tan largo sirva para que los portugueses se sientan incluidos en el adjetivo hispano. Almeida Garret usaba España como comprensivo de Portu­gal"; y el 26 de Octubre Lapesa le contestó: "En cuanto a lo de hispano o hispánico, sería más exac­to hispano, pero tal vez fuese contraproducente para la atracción espiritual de los portugueses, tan aferra­dos a no ser nada que se acerque a español; hispáni­co, más amplio e indirecto, no ofrecería esa dificultad en igual grado, además de que estamos acostumbrados a verlo englobar lo español, lo gallego y catalán, lo hispano-americano y lo sefardí. Creo que el subtítulo «español, portugués, americano y sefardí» es con­veniente, porque aclara la extensión de «hispano o hispánico»".

341 Ramón Menéndez Pidal, Diego Catalán y Álvaro Galmés, Cómo vive un romance. Dos ensayos sobre tradicionalidad, Madrid: C.S.I.C., 1954.

342  R. Olivares Figueroa, "Documentación folkló­rica. Romances coloniales recogidos en Venezuela", RIPN, 1:2 (1944), 151-153; 1:3 (1944), 254-256.

LÁMINAS

El embajador de Felipe II en la. corte de Catalina de Medicis Thomás Perrenot, durante la guerra de religión entre hugonotes y católicos, envió al rey desde París una carta cifrada (28 de Mayo - 6 de Junio de 1562) en "cifra perdida" donde enjaretó múltiples textos poéticos (unos completos, otros fragmentarios) que retenía en su memoria. Buena parte de ellos son romances tradicionales; algunos no documentados sino a través de la tradición oral moderna, como El infante parricida y Roldan y Ogier.
El texto fotografiado se descifra así: "[nulo] no se rompan la cavela en descifrar esta / carta porque es cifra perdida para engañar a los / que [a]bren las cartas mira nero de tarpeya a roma cómo /  se ardía por los bos­ques de cartago salían a / montería la reina did[o] y eneas con muy gran cava / Hería no faltavan cavalleros que les tienen con Ipanía y lo messmo damas artas que andan cagadas / de miedo madama le demanda señor quándo vendr[e]ys / razón que le diera jamás no me veréys por que me voy de / esta tierra a buscar los mis amo­res seyendo / tan lexos que no osso dezyr".


Jimena Menéndez Pidal, para que pudieran cartografiarse en originales aptos para la impresión los borradores de los mapas elaborados por Diego Catalán y Álvaro Galmés en su estudio de las va­riantes de Gerineldo y de La condesita, hubo de identificar cada punto con el correspondiente nom­bre de la localidad, sacándolo de la lista alfabética de pueblos con versiones ("En teoría muy fácil; en la práctica muy engorroso"). Así quedaron "registrados por partida triple: mapa, lista alfabética y lis­ta numérica dividida por provincias".
Fragmento del mapa matriz preparado por Jimena Menéndez Pidal entre Noviembre de 1951 y Marzo de 1952 y versión del mismo de Diego Catalán anterior a la encuesta de Agosto de 1948.



En 1952, la España "nacional"ya no se mantenía monolítica y el "aperturismo" abría en ella quiebras que amenazaban el "orden espiritual" alcanzado en 1939. Los cruzados de la causa decidieron llamar "a rebato". Menéndez Pidal se convirtió en diana de sucesivos ataques según avanzaba la "hiperestesia" de los núcleos duros del nacional-catolicismo.
Dos páginas del cuento "sobre personas vi­vas" titulado "Entre el padre y el hijo" de J. de Entrambas aguas,
Revista de Literatura, I, (C.S.I.C.), 1952, en que el cuentista escarnecía a Ramón Menéndez Pidal.

  
 

Otras dos páginas del citado "cuento sobre personas vivas".

Páginas dactilografiadas de "Es necesario hacer crítica", 1952, escritas como "respuesta" al ataque impreso por Entrambasaguas,  y repartidas por mí en la Universidad de Madrid. ( Transcripción)


Versión fragmentaria e incompleta de un borrador o apunte de los "Abrojos del jardín de Lope de Vega", de­dicados por el escribiente a don Joaquín de Entrambasaguas (obviamente un desahogo escolar de uno de sus ex­alumnos, s. a. [1953]).

    

SUMARIO:

I
PRESENTACIÓN: EL ROMANCERO Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL

* EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO

*1. LOS FONDOS DEL S. XIX

* 2. DESCUBRIMIENTO DE LA TRADICIÓN ORAL CASTELLANA EN 1900

* 3. LOS PRIMEROS PASOS EN LA COMPILACIÓN DE UN ROMANCERO ORAL PAN-HISPÁNICO

* 4. EN BUSCA DE ROMANCES FUERA DE LA PENÍNSULA: EN CANARIAS Y EN LAS COMUNIDADES SEFARDÍES, 1904

* 5. "A POR PAN Y A VER AL DUQUE": PRIMER VIAJE A AMÉRICA, 1905-1906

* 6. EL FONÓGRAFO DE CILINDROS DE CERA VIAJA EN BUSCA DE MELODÍAS, 1905-1906

* 7. LA MÚSICA Y LA DANZA COMO PARTE DEL ROMANCERO, 1905

* 8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908

* 9. MENÉNDEZ PIDAL HACE INVENTARIO: LAS PRIMERAS MIL QUINIENTAS VERSIONES DEL ARCHIVO Y LAS CONFERENCIAS EN LA COLUMBIA UNIVERSITY DE NUEVA YORK EN 1909

* III EL ROMANCERO HISPÁNICO BAJO LOS AUSPICIOS DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS

* 1. LA CREACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y EL ROMANCERO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 2. LOS DIALECTÓLOGOS Y EL ROMANCERO ORAL: 1910-1912

* 3. MANRIQUE DE LARA COLECTA EN ORIENTE EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1911-1912

* 4. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO ANTERIORES A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1909-1913

* 5. EL ROMANCERO HISPÁNICO DE AMÉRICA DEL NORTE, 1913

* 6. LOS PLIEGOS SUELTOS DE PRAGA LLEGAN AL ARCHIVO, 1913-1914

* 7. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE A AMÉRICA, PERO DEJA DE LADO EL ROMANCERO, 1914

* 8. LAS GRANDES ENCUESTAS REGIONALES DE JOSEFINA SELA Y DE EDUARDO M. TORNER, 1914-1920

* 9. MANRIQUE DE LARA, EL ROMANCERO DE LOS JUDÍOS DE MARRUECOS Y DE LA PENÍNSULA Y LA MÚSICA DE LOS VIHUELISTAS, 1915-1922

* 10. POESÍA POPULAR Y ROMANCERO, 1914-1918

* 11. LA GEOGRAFÍA FOLKLÓRICA Y LA EXPLORACIÓN DE REGIONES HASTA EL MOMENTO POCO ENCUESTADAS, 1920

* 12. AURELIO DE LLANO Y EL CONOCIMIENTO DEL ROMANCERO ASTURIANO, 1919-1925

* 13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20

* 14. LA TERCERA PARTE DE LA SILVA, PERDIDA, 1921

* 15. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, EN EL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE LA ROSA, 1925

* 16. SIGUE LA ACTIVIDAD RECOLECTORA, 1926-1927

* 17. LA CEGUERA TEMPORAL DE MENÉNDEZ PlDAL Y SU "FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS", 1926-1928

* 18. MANRIQUE DE LARA NUEVAMENTE EN ORIENTE. EDICIÓN FRUSTRADA DE LAS MÚSICAS DEL ROMANCERO: 1923-1928

* IV. EL PROYECTO DE PUBLICACIÓN DE EPOPEYA Y ROMANCERO FINES DE LOS AÑOS 20, COMIENZOS DE LOS AÑOS 30

* 1. EL ROMANCERO, PARTE DE UNA MAGNA OBRA A PUNTO DE PUBLICARSE

* 2. LAS FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS

* 3. GALICIA EN EL FOCO DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO, 1928-1931

* 4. APORTACIONES AL ARCHIVO DE COLECCIONES AJENAS. EL ROMANCERO CATALÁN, 1930-1933

* 5. 1930. LOS BAILES ROMANCEADOS QUE AÚN PERDURAN

* 6. NUEVAS CAMPAÑAS DE RECOLECCIÓN DE MÚSICAS Y TEXTOS POR LA SECCIÓN DE FOLKLORE DEL CENTRÓ DE ESTUDIOS HISTÓRICOS, 1930-1936

* 7. PARÁLISIS RECOLECTORA EN PORTUGAL, 1930

* 8. DISCOGRAFÍA Y PELÍCULAS ETNOGRÁFICAS; EL ROMANCERO INCORPORADO A LA ENSEÑANZA ESCOLAR. 1932-1936

* V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL

* 1. DISCONTINUIDAD DE EPOPEYA Y ROMANCERO Y CONTINUIDAD LATENTE DEL ROMANCERO

* 2. MADRID BOMBARDEADO. EL ARCHIVO "REFUGIADO" EN LA EMBAJADA DE MÉXICO

* 3. OCASO DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS. CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD DE LOS PROYECTOS DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

* 4. ANÍBAL OTERO, ENCUESTADOR DEL ROMANCERO Y DEL ATLAS LINGÜÍSTICO, ACUSADO DE ESPIONAJE

* 5. MENÉNDEZ PIDAL, ANCLADO EN CUBA, A LA BÚSQUEDA DE ROMANCES

* 6. VERANO DE 1937. LOS DISCÍPULOS DE MENÉNDEZ PIDAL Y LAS CANCILLERÍAS SE PREOCUPAN DE LA SEGURIDAD DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO

* 7. EL ROMANCERO Y LA HISTORIA DE LA LENGUA DE MENÉNDEZ PIDAL VIAJAN COMO PARTE DEL TESORO CULTURAL DE ESPAÑA

* VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA

* 1. DEPURACIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL. FIN DE SUS PROYECTOS CON UNA PROYECCIÓN NACIONAL, 1939-1941

* 2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945

* 3. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ROMANCISTAS TOMA EL RELEVO, 1945-1946

* 4. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE AL ROMANCERO, 1946-1950

* 5. LA CARTOGRAFÍA ROMANCÍSTICA Y LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN EN LA SERRANÍA DE CUENCA, EN LAS BALEARES, EN SORIA, EN SEGOVIA, EN ÁVILA, EN LA MESETA MANCHEGA, EN ALISTE Y EN MARRUECOS, 1947-1948

* 6. ÉXITO EN LA TRADICIÓN ORAL DE ALGUNAS VERSIONES FACTICIAS DE LA FLOR NUEVA

* 7. HACIA UNA RECUPERACIÓN DEL ROMANCERO PORTUGUÉS, 1948

* 8. NUEVAS ENCUESTAS: LIÉBANA Y POLACIONES; LA SIERRA DE BÉJAR Y PLASENCIA; SANABRIA. LLEGAN OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO. 1948-1949

* 9. FIN DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. FINAL DE LAS ENCUESTAS Y PUBLICACIÓN DIFERIDA DE LOS TRABAJOS SOBRE EL ROMANCERO, 1950-1954

* 10. ACTIVIDAD RECOLECTORA EN LA AMÉRICA HISPANA. SU REPERCUSIÓN EN EL "ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL", 1948-1952

* 11. REPERCUSIONES DE LAS PUBLICACIONES SOBRE EL ROMANCERO EN LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN ORAL, 1953-1954

* 12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI

* VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO  RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954

* 2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959

* 3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50

* 4. GRAN RECOLECCIÓN DE ROMANCES EN LAS ISLAS CANARIAS, 1952-1957

* 5. EL ROMANCERO TRADICIONAL, CUESTIONADO, 1959-1962

* 6. ÚLTIMAS CONTRIBUCIONES DE MENÉNDEZ PlDAL AL ROMANCERO, 1959-1965

* 7. MENÉNDEZ PIDAL EN ISRAEL Y EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1964

* 8. EL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL Y EL FUTURO DEL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1963-1966

* 9. REACTIVACIÓN DE LA LABOR EDITORIAL DEL ROMANCERO, 1966

* 10. PROPUESTA DE CREACIÓN CON CAPITAL AMERICANO DE UN CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS EN EL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1967-1968

* VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL

* 1. NON OMNIS MORIAR, 1969

* 2. BELLAS PALABRAS Y NEGRAS REALIDADES, 1969-1970

* 3. ACTIVIDADES DE LA CÁTEDRA-SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL. CATALOGACIÓN DE LOS FONDOS SEFARDÍES DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO. LOS FONDOS PATXOT SE HACEN INACCESIBLES. 1969-1971

* 4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975

* 5. EL ROMANCERO ¿AÚN VIVE?, 1973-1975

* 6. CRECER, PARA NO MORIR, 1976-1981

* 7. EL ROMANCERO AÚN VIVE. VOCES NUEVAS DE LA TRADICIÓN ORAL, 1977-1978

* 8. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCERO. UNA NUEVA EMPRESA COLECTIVA, 1977-1984

* 9. LAS GRANDES ENCUESTAS COLECTIVAS DEL PROYECTO DEAPHR, 1980-1984

* 10. LAS TRADICIONES ORALES LEONESAS Y EL ROMANCERO EN LEÓN A FINALES DEL S. XX, 1984-1988

* 11. FIN DE ETAPA. DISPERSIÓN DEL EQUIPO INVESTIGADOR DEL PROYECTO DEAPHR. LA FUNDACIÓN RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL Y EL CAPITAL PRIVADO INAUGURAN UNA ÉPOCA NUEVA. 1984-1989

* 12. LOS ARCHIVOS DEL ROMANCERO NUEVAMENTE EN EL FOCO. LOS LABORATORIOS HUMANÍSTICOS INSTALADOS EN EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL, 1988-1998

* 13. EL ROMANCERO ANTE EL CENTENARIO DEL ’98

* EPÍLOGO

* 1.- EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL DINAMITADO

* 2.- EL ARCHIVO DEL ROMANCERO ANTE LA REESTRUCTURACIÓN DE LA FUNDACIÓN MENÉNDEZ PIDAL Y DEL CENTRO SITO EN CHAMARTÍN

* 3.- LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA INVESTIGACIÓN

* 4.- DESPEDIDA

Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

8. NUEVAS ENCUESTAS: LIÉBANA Y POLACIONES; LA SIERRA DE BÉJAR Y PLASENCIA; SANABRIA. LLEGAN OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO. 1948-1949.



8. NUEVAS ENCUESTAS: LIÉBANA Y POLACIONES; LA SIERRA DE BÉJAR Y PLASENCIA; SANABRIA. LLEGAN OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO. 1948-1949. VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA.

      En Agosto de 1948, durante una nueva estancia veraniega en Linares (Ribadesella), Ramón Menéndez Pidal nos propuso, a Álvaro Galmés y a mí, un nuevo trabajo "de campo" de carácter lingüístico, pensado, no sólo por entenderlo formativo, sino condicionado por las hazañas locales de un "maqui" sui generis, "el Bernabéu"228:

    "Las excursiones permitidas [comentaba María Goyri229] son sólo de día, a causa de que andan persiguiendo a un forajido: un soldado que agredió a un cabo, que logró fugarse, del que cuentan hazañas más o menos verdaderas, entre otras que una noche ha matado a un G[uardia] C[ivil] que le dio el alto. Lo cierto es que el teniente de la G[uardia] C[ivil] anda vestido de paisano (...). Se ve que no hay seguridad por los caminos (...)"230.

Mi aspiración era hacer otro trabajo de campo al estilo del de 1946 y no me convencían, ni poco ni mucho, los planes que nos trataban de imponer231.

      Tan pronto llegué a Linares, Álvaro Galmés y yo nos pusimos a hacer "calicatas" romancísticas en las aldeas próximas; pero únicamente "como trabajo secundario", en espera del proyecto filológico232. Sin embargo, las semanas transcurrían tediosas sin que el veto al excursionismo pudiera ser levantado233. Cuando yo ya hacía planes para escapar de la forzada inactividad234, el Viernes 13 de Agosto, vi esclarecerse el horizonte: "Parece ser que, al fin, vamos a hacer algo. Vamos a ir a Potes, que reúne todas las condiciones requeridas (...). Pero no iremos hasta des­pués del 15"235. El propio Ramón Menéndez Pidal confirmaba por escrito (en una adición a mi carta) que se había llegado a una fórmula de compromiso:

    "Ya está arreglado el excursionismo erudito de Diego-Álvaro. Guillermo no encuentra peligro ninguno en la provincia de Santander, donde todo parece tranquilo, y ya escribí a José María de Cossío a Tudanca para que oriente excursiones sobre la parte occidental de la Montaña en busca de jacer, jacha y de llombo, llamber, que espero sean divertidas y provechosas, y la visita a la Casona (si está allí Cossío, como supongo) será muy anima­dora".

Pero aunque el panorama casero se despejaba, aún quedaba el tiempo, pues, con sus lluvias, pa­recía cerrar de nuevo las posibilidades de salir236.

       La tan diferida excursión se realizó al fin; pero limitada a una semana, iniciada el 18 de Agosto237.

      Vía La Unquera, llegamos, "en el techo del autobús", a Potes. Una vez alojados, "en una fon­da muy limpia",

    "salimos a dar los primeros pasos. Subimos hacia la parte alta del pueblo. El aspecto es bien distinto del de un lugar asturiano, primero por lo señorial o hidalgo de todos los edificios y además por la gente ya de carácter castellano. Hemos empezado recogiendo romances para trabar conocimiento, tenemos en ello más práctica. Hemos topado con una mujer bastante buena (...). Dice que es de un pueblo de Pisuerga y que allí aprendió los romances, pero es dudoso el que no sean de aquí (,..)238";

    "Ayer recogimos un romance bueno, el de don Golfo («Al conde lo llevan preso»), una versión estupendísima (me dan ganas de copiarla), y además ocho (...)239. Sabe muchos más (...)240. También conocen el toro pintu, a ver si lo recogemos241".

También en Potes, en un molino que se halla junto a una de las hermosas casonas, entrevista­mos a "la molinera, que tantos romances nos dijo"242.

      En los otros lugares de Liébana la recolección fue, también, buena. En Lebeña hasta "una viejuca (no tanto) jorobadina y todo, muy graciosa", hermana de Catalina Bárcena, muy satisfecha de "tener visita", nos dijo romances, aunque siempre temerosa de caer en incorrecciones: "así lo dicen, pero no puede ser así, ¿no?", "¡vaya!, ustedes lo pondrán bien"243.

      Desde Potes fuimos a Quintanilla; luego cruzamos a Puentenansa y a Tudanca; y, al día si­guiente (el 22 de Agosto), después de recoger algún romance, ascendimos valle arriba por la zig­zagueante y pendiente carretera, hasta salvar las obras del embalse y llegar a La Laguna244:

    "Ahora tenemos mucha prisa, porque vamos a recoger romances (...) No preguntaremos en los pueblos que ha estado él [José María de Cossío] (...) por eso vamos a uno de más arriba: U[zna]yo. De Puente Pumar son todos los buenos romances que ha recogido Cossío en San­tander (...)"245.

Y, en efecto, fuimos allá:

    "Ayer, desde La Laguna, fuimos a Uznayo (...) y encontramos la zona mejor de romances de toda España: Así, sin ningún esfuerzo, apuntamos, primero que nada, Montesinos, con su «Mira a Francia, etc.» y todo; lo sabía todo el mundo. Después Gaiferos, estupendo; y «Ya sa­lía el moro Muza ricamente amenazando, / salga uno, salgan dos, salgan tres y salgan cua­tro / y si no basta con eso, salga el mismo rey Fernando»... Después «Tan alta iba la luna como el sol al medio día / cuando el conde don Belarde de la batalla salía...». Luego el Con­de Dirlos y el Conde Niño bueno, de tipo leonés. Además «Jarifa la reina mora» y «A caza iba a caza el infante Juan García», «Yo le diera tres molinos... / el uno molía pan, el otro mo­lía trigo...». No nos dio tiempo de más, porque tuvimos que venir a Lombraña a dormir (...). Hoy volveremos a Uznayo a explotar más a la recitadora. A ver qué nos dice (...). Por aquí no hay ni maquis, ni guardia civil"246.

      Después de admirar el paisaje, la vida comunal del valle, alto y abierto, de Polaciones247 y su riquísimo repertorio romancístico (sin parigual ajuicio nuestro), seguimos nuestro plan de cruzar por Piedrasluengas (sin alcanzar el puerto) a "caer a la parte alta de Liébana". Habiendo he­cho noche en Valdeprado,

    "esta mañana preguntamos a una vieja, ya mal de la cabeza. Debía haber sabido muchísi­mos romances y aún recordaba algo y bueno, que recogimos. No hacía sino decir: «anda, ca­bezona, échalo afuera», cuando no se acordaba de algo. Luego, si trataba de alguna «mala mu­jer», decía: «¡Condená!», y se reía muchísimo".

Por Avellanedo descendimos a Pesaguero, donde comimos, y recogimos los últimos romances antes de bajar en coche de línea a Potes.

      La breve excursión se remató con la ascensión al refugio de Áliva, la subida a Peña Vieja, un cruce frustrado a través de la parte interior de los Picos de Europa hacia Bulnes y una marcha, por el camino del puerto, a Sotres (donde recogimos romances) y Tielve, para bajar a Puente Poncebos (Asturias). Como J. A. Cid ha hecho notar248:

    "En comparación con el repertorio limitado de romances que ofreció entonces el Oriente de Asturias, la encuesta realizada por Catalán y Galmés en el mismo año de 1948 en la zona contigua de Santander (Liébana y Polaciones) se revelaría extraordinariamente productiva en el hallazgo de romances infrecuentes o, incluso, desconocidos hasta el momento".

Por nuestra parte, quedamos satisfechísimos de lo reunido en tan pocos días:

    "Sigo presentando los resultados249: Romances./ La tradición de Polaciones es maravillosa, debe colocársela en el primer puesto de la española. Esto explica el que haya sido esta la re­colección de más categoría que hemos hecho hasta ahora: En 80 versiones recogidas, hay 45 romances distintos. En la Mancha, que recogimos 500 versiones, fueron menos los romances! Y esos 45 distintos (ver en lista en la hoja anterior250) de qué categoría! (...). Casi no recogi­mos ninguno de los corrientes que salían en otras recolecciones (...)".

Y, en vista de la poca estima con que hasta entonces miraban nuestra "moderna" recolección romancística los miembros de las anteriores generaciones, me dediqué en mi carta resumen de los hallazgos a presentarles "desafiadoramente" una selección de los fragmentos:

    "Y ahí va: Gonzalo, ¿No querías un romance fronterizo?:

Ya salía el moro Muza    ricamente amenazando:
— ¡Salga uno, salgan dos,     salgan tres y salgan cuatro,
y si no basta con esto,     salga don Manuel Fernando!
— A todos tiembla la barba,     y todos están callados.
Bien lo oía don Manuel,     que en la cama está echado.
( ...............................      ................................ )
Entró en la caballeriza,     sacó un potro mal domado,
con una mano le ensilla,     con otra frenos le ha echado,
con los dientes de su boca    la cincha le ha ido apretando.
Todas damas y doncellas     salían allí a mirarlo
( ............................      ...................................)
— Toma este paño, Manuel,     don Manuel, toma este paño,
que lo ha encantado una mora    que a mí me había criado:
la mujer que lo lavase     no debía morir de parto,
ni el hombre que le tuviese     debía morir en campo.—
( ............................      ...................................)
— Si quieres gozar tu esposa,     vuélvete y deja el caballo (...).

Abuela!, ¿No pedías un «A tan alta»?

Tan alta iba la luna    como el sol al medio día
(..............................    ...............................)
Vio a su primo Valdovinos     debajo una verde oliva,
con un concho de naranja     curando mortal herida.
( ............................      ...................................)
Las moras, de las ventanas,     estas palabras decían (...).

Y para dar y tomar:

Estaba la condesita    en su palacio real,
con peine de oro en su mano     para su hijo peinar.
— Dios te me criance, hijo,     Dios te me deje criar
y la muerte de tu padre     Dios te la deje vengar.—
(..............................    ...............................)
— ¿Por qué suspiras, Cauceros,     por el vino o por el pan
o suspiras por mujer,     yo te la iré a buscar (...).

Estaba el conde Niño     en su palacio real,
deleitándose en vestir,     deleitándose en calzar,
deleitándose en las armas     con que había de pelear,
cuando le vinieron cartas     que tenía que marchar,
que está rodeado de moros     castillo de Montealbán.
(..............................    ...............................)
— Hemos de salir al campo     por ver quién la ha de llevar (...).

Un día el rey y la reina    juntitos a misa van
y Tomillos iba hablando     lo que no debía hablar,
que la infanta está preñada    de siete meses o más.
(..............................    ...............................)
— Mira a Francia tú, hijo mío,     mira París dónde está
y en los castillos dorados     tus abuelos estarán (...).

Tan alta iba la luna    como el sol al medio día
cuando el conde don Leonardo     salió de su celda un día.
(..............................    ...............................)
— Sal ahora, don Leonardo,     sal ahora, por mi vida,
estoy encerrada en un cuarto,     siete guardias me ponían:
un león y una leona     debajo la cama mía,
hay un pozo muy hondo     que nadie lo pasaría,
unas campanas de torno,     de milagro retiñían (...).

A eso de la media noche     grandes voces iba dando:
— ¡Don Golfo, sobrino mío,     ampárame con tu mano!
—Don Golfo estaba dormido     con doña Sancha a su lado;
Don Golfo que despertó,     a la mujer le ha contado:
— Has de saber, mi mujer,     que yo mal sueño he soñado
que a mi tío don Leonardo     a la horca le han llevado.
(.............................    .................................)
Escaleras de quince pies     de un brinco las ha brincado,
por las calles donde iba    las piedras iban temblando.
(.................................      .................................)
Se iba metiendo por ellos     como segador por prado, i
ba cortando cabezas     como manzanas en árbol (...)".

      La excepcionalidad de algunos de los romances hallados en aquella encuesta me llevaría, al­gún tiempo después, a redactar dos de los trabajos de "espigueo de romances raros"251 incluidos en Por campos del Romancero (1970): "La romera de Santiago y Grifos Lombardo. Valor arque­ológico de la tradición actual"252 y "La Guarda cuidadosa, el Huérfano, Poder del Canto, La fuerza de la sangre"253. Al estudio del primer romance me indujeron la versión de Potes-Villaselán de "Al conde le llevan"254 y la de Valdeprado de "Preso llevan al buen conde"255, que nos re­citaron las dos informantes arriba mencionadas, la "de un pueblo del Pisuerga", cantora de la "estupendísima" versión de Don Golfo, y la vieja de "la cabezona", Plácida, de unos 80 años; al estudio del tema de La guarda cuidadosa me llevó, a su vez, la versión de ese romance ("Tan alta estaba la luna") que, con grandes esfuerzos, logró al fin decir esta misma informante lamentan­do a cada paso estar ya "tocha"256.

      En las Navidades del 48, Galmés y yo sólo contábamos con unos pocos días para llevar a cabo una encuesta romancística. Decidimos hacerla por la sierra de Salamanca257 y escogimos como punto de partida Béjar y Candelario. Béjar, a pesar de su hermosa silueta desde fuera, era un pue­blo modernizado por el negocio de sus tejidos. Candelario258, a pesar de su pequeño tamaño, ha­bía sido en otros tiempos muy famoso por sus embutidos; Goya retrató al choricero real, hijo del pueblo. Pero, cuando nosotros llegábamos a él, su población no vivía de los chorizos, sino de arrendar casas a los veraneantes. No obstante, entonces como aún hoy (en que la fama de sus em­butidos vuelve a ser notable), las casas y las calles guardaban memoria de la exclusiva dedicación del pueblo, antaño, a la matanza: las casas, de extraordinaria esbeltez, tenían cuatro pisos y care­cían de chimeneas; amplios aleros avanzaban desde la techumbre de ellas hacia el centro de la ca­lle; la nieve las coronaba, el cortante aire de la sierra campeaba por los sobrados abiertos y el humo circulaba libremente a través de las casas. El agua de un arroyo serrano cruzaba en torrente por unas tarjeas que compartían con las calzadas ensoladas las empinadas cuestas que forman las ca­lles; allá en la cima de ellas se dibujaba blanquísima la silueta de la Sierra embufandada con nu­bes bajas; en cada portal, al que se accedía por una losa a modo de puente, una batipuerta hacía posible descabellar desde detrás de ella a las reses bravas y el agua del arroyo callejero limpiaba la sangre del suelo sin necesidad de mucho fregoteo. Pero al tiempo en que nosotros llegamos, eran  ya escasas las viejas que remataban su peinado en la cima de la cabeza con el tradicional moño de zapatilla. El Romancero que recogimos no fue tan espectacular como el pueblo. En vista de ello, decidimos cruzar a pie la Sierra de Béjar, ligeramente nevada, para bajar a Garganta de Béjar, en Extremadura, donde fuimos a parar a la casa de unos "recién casados", que aunque ya eran pa­dres de un niño de más de un año, todavía vivían "de los picos de la boda". Convivía con ellos el abuelo. Allí nos enteramos de ancestrales costumbres, que simultaneaban útiles formas de prote­ger comunalmente la creación de nuevos hogares259, con usos más o menos bárbaros celebrativos260. Simultáneamente recogimos romances bastante interesantes. Entre otros, una versión, sin paralelo cercano en la región , del viejo romance juglaresco de Dirlos tradicionalizado:

Hoy se despide el conde Antores,     hoy se despide y se va;
los ojos de la condesa    no cesaban de llorar.
—Siete años, mi condesa,     siete años por allá,
si a los ocho no he venido,     condesa, os podréis casar.
—Ya están los ocho cumplidos    y el conde en frontera está.
—¡Altos, altos, mis caballos,     y altos para caminar,
jornada de siete leguas     n’un hora la tenéis que andar!
— Se ha ido para sus dehesas     donde sus ganaos están,
ha dao voz a los vaqueros,     y respondió el mayoral.
—¿Cúyas son estas vacas     mudadas de hierro y señal.
—Eran del conde Antores,     ¡Dios le quiera perdonar!,
y ahora son de Oliveros,     ¡Dios le haga mucho mal! (...)261.

Por la Vera llegamos a Plasencia, que aún no había sufrido los desmanes de la modernización. Allí, por ser novedad, nuestros "macutos" atrajeron la atención del Obispo, que nos abrió expre­samente la Catedral para mostrárnosla en persona y hasta nos quiso invitar a café, provocando con ello que toda la clerecía placentina se mostrara servidora solícita de nuestras personas, lo cual facilitó nuestro conocimiento del lugar, pero menos el de su romancero262. Como el tren de regreso a Madrid pasaba a horas intempestivas de la madrugada, hubimos de terminar la jornada trasnochando, cuanto nos fue posible, entre los bebedores de una bodega, en que trabamos co­nocimiento con un antiguo ratero de Madrid cuyo lugar de "trabajo" había sido la línea de tran­vías del 45 (entre Cibeles y Cuatro Caminos), hombre satisfecho de su "honra". Como contrastivo fin de excursión, fuimos detenidos en el tren de regreso por un inspector de policía de la RENFE y confinados, al llegar a Madrid, en la "celda de extranjeros" de la Dirección General de Seguridad en la Puerta del Sol, en compañía de un conjunto de curiosos personajes263.

      En el verano de 1949, Álvaro Galmés y yo hicimos una última encuesta juntos. En la plani­ficación de ella interfirió, como un nuevo factor, la reciente "importación" de un aparato para grabar sonido en "hilo magnético". El aparato era una avanzadilla de una novedad tecnológica que habría de tener grandes consecuencias en la recolección del Romancero; pero más adelante.

      La posibilidad de que aquella "maravilla"264 de la técnica americana llegara a la España de fi­nes de los años 40 fue debida a la estancia en el Este de los Estados Unidos de Miguel Catalán265 y Jimena Menéndez Pidal266, invitados por diversas instituciones. Habiendo tenido noticia de las nuevas "máquinas de registrar sonido", pensaron en su utilidad para el estudio del romance­ro267. Finalmente268, aunque la "caja musical cubierta de cuero" de "8½ X 10 X 14 pulgadas" y "solamente 23 libras de peso" no era tan ligera de transportar como la casa anunciante sugería269, Miguel Catalán llegó el 4 de Junio de 1949 a Madrid, satisfechísimo270, con un "Harrison-Portable Wire-Recorder Phono-Combination":

    "Pienso que para las excursiones pedestres es algo pesado, y quizás pueda resolverse lle­vándolo en forma de mochila, pues 10 kg. a la espalda no son nada, pero corriendo a tomar un tren llevándolo a mano..."271.

      A su llegada, el "hilo magnetofónico" causó tanta sensación como los cilindros de cera del fo­nógrafo pidalino causaron a comienzos de siglo en el Alcuéscar de García Plata (véase atrás, cap. II, § 6); y la reacción de cuantos se acercaban al magnetófono en el Madrid de 1948 no difirió gran cosa de la que el médico de aquel pueblo extremeño relató en 1904 a María Goyri con oca­sión de la llegada a él de la "máquina cantadora" de cilindros de cera.

      Aquel verano, transportando a cuestas una tienda de campaña ligera, dos morrales con ropa y comida y otro con los diez kilogramos de la maravillosa "caja musical", y en mano nuestras carpetas para la encuesta272, nos dirigimos a Zamora, donde "consiguió Álvaro [Gal-més] (...), tras arduos trabajos, el pase fronterizo de Bili [= William Alonso], que era un indocumentado"273, el cual se había sumado a la excursión. De allí seguimos directamente a Sanabria, a la Puebla, "pueblo (...) precioso, todo de pizarra, con un castillo muy recio", don­de "cenamos en La Pascasia", fonda con verdadera solera, y recorrimos el lugar, batidos por fuertes aires.

    "Tratamos de probar el aparatito" (a las 2 de la noche) y, era tan poca la corriente eléctrica de la red, que los watios del Harrison se la tragaron por entero y no sólo no marcaba el transfor­mador que llevábamos, sino que produjimos un apagón universal en el pueblo. En vista de la experiencia, a la mañana siguiente nos encaminamos al cuartel de la Guardia Civil:

    "Hemos hecho presentación de nuestras personas al cabo y comandante del puesto —es­cribía yo a mi familia—, que nos recibió muy bien. Bajo su custodia hemos dejado el apara­tito y los morrales, mientras preguntamos [romances, naturalmente]274".

      Además de romances, obtuvimos indicaciones preciosas para que el aparato no llegara a ser en la excursión "carga totalmente inútil", como entonces creíamos: La mayor parte de los pue­blos de la comarca que gozaban de luz, naturalmente tenían unas fuentes generadoras de ener­gía eléctrica aún más rudimentarias que La Puebla, cabeza de ella; pero en Ribadelago una em­presa productora de energía eléctrica, "Moncabril", contaba con electricidad generada por un salto de agua: allí podría funcionar "el aparatito".

      Cuando, a la mañana siguiente viajamos hacia el Lago de Sanabria íbamos muy escépticos. Dudábamos incluso de que el tal "lago" tuviera agua, dado que al pasar por Ricobayo, el gran embalse del Esla, habíamos visto cómo la sequía —Madrid estaba con drásticas restricciones eléctricas— lo había dejado casi convertido en un reguero de limo.

      Al dar vista al espléndido lago alpino, nos quedamos asombrados y prendados del paisaje275. Al pueblo de Ribadelago se accedía por un larguísimo pontecillo de madera, que cruzaba los pra­dos encharcados por el río Tera antes de entrar en el lago276, y en el lugar, incluso dejadas apar­te las peculiaridades de su habla (perteneciente al "leonés occidental") que los naturales tendían a ocultar, eran patentes los signos de permanencia de una vida muy tradicional a pesar de la revolución económica que suponían los trabajos generados por las construcciones hidroeléctricas en la cabecera del Tera, en lo alto de la sierra277. Aquella noche acampamos más allá del pueblo; pero a la mañana siguiente se presentó la Guardia Civil y nos prohibió tajantemente seguir ha­ciéndolo. Cuando, una vez idos con los guardias al Cuartelillo insinuamos la posibilidad de de­jar en él, bajo su custodia, el pesado aparato Harrison, la respuesta fue que inmediatamente nos lleváramos aquello del lugar. Ya nos veíamos expulsados del "paraíso", cuando felizmente llegó el ingeniero, que nos invitó a su casa278 y nos convirtió, sin más, en poco menos que autorida­des. Aquel mismo día, nuestro magnetófono fue instalado bajo techo y, con una pareja de guar­dias civiles custodiando la puerta, se inició una verdadera riada de gentes que, no sólo desde Ri­badelago, sino desde los pueblos vecinos, acudían al encuentro de la máquina cantadora, a oírse como si fueran artistas de la radio279. El romancero, de voz siempre discreta, apenas tuvo ocasión de participar en aquel festival de la canción280. Los romances que en Ribadelago y pueblos vecinos recogimos lo fueron mediante procedimientos tradicionales, abordando, carpeta y plu­ma en mano, a los lugareños en su ambiente.

      Entre los romances que así anotamos en Ribadelago no quiero dejar de mencionar una ver­sión que nos dijo una "María" (a quien no nos atrevimos a preguntarle el apellido) de Alabóse el conde Vélez, pues el tema no se había hasta entonces recogido en la tradición oral moderna sal­vo entre los judíos sefardíes de Marruecos. En la versión sanabresa, el campeón defensor de la virtud femenina, que se arriesga a afrontar el gab del presuntuoso don "Félix" ("que no hay dama ni doncella que no rindiese su amore") y que se juega la vida confiado en la virtud de su jo­ven esposa, se hallaba regionalizado, ya que se le identifica como "un chico" de una localidad vecina zamorana:

Salió un chico de Mombuey    con una linda razón:
— Tengo yo una novia en Francia    de quince años,
que más no, que si tú me la robaras,     me sacas el corazón,
y si no me la robaras,     te lo tengo ’e sacar yo.

      En San Martín de Castañeda, pueblo de recuerdos literarios unamunianos281, tuvimos oca­sión de recoger el no menos raro romance de El Enamorado y la Muerte282, surgido de la tradicionalización de dos temas "trovadorescos" del s. XV, ya que combina elementos del "romance" "Yo me estava reposando / durmiendo como solía / recordé, triste, llorando / con gran pena que sentía (...)", de Juan del Encina (con rimas A, b, A, b, C, b, C, b, D, b, D, b, etc.) con otros procedentes de la Pregunta a un ermitaño ("—Dígasme tú, el ermitaño     que hazes la santa vida, / el que por amores muere     si tiene el alma perdida"). Únicamente en Cataluña el romance tra­dicional tiene bastante difusión; en lengua castellana y en la tradición judeo-española sólo era conocido hasta entonces en versiones únicas283. La nueva versión comenzaba con la escena

Esta noche soñé un sueño     muy contrario ai alma mía,
soñé que tenía en mis brazos    la prenda que más quería,
era la Muerte que estaba    haciéndome compañía:
— ¿Qué haces ahí, la Muerte,     a deshora en casa mía?
— Por ti vengo, Enamorado,   que Dios del cielo me ínvia.
— Por Dios te pido, la Muerte,     por Dios y santa María,
que me dejes otra noche,     que me dejes otro día (...),

que algunas versiones de La penitencia del Rey Rodrigo se han apropiado284; pero esta de San Martín incluía la visita a la Enamorada, aprovechando el plazo concedido por la Muerte:

— Ábreme la puerta, blanca,     ábreme la puerta, niña,
que si hoy no me la abres,     ya no la abres en la vida.
— ¡Cómo quieres que te la abra,     si yo abrirla no podía!
(...............................     ................................)
anda, vete a la ventana,     donde planchaba y cosía,
echaréte un [c]ordón285 de oro     para que subas arriba,
donde mi [cjordón no alcance,     mi cabello te echaría.
— Estando en estas razones,     la Muerte que allí volvía (...),

así como el encuentro postrero con el ermitaño del Enamorado conducido por la Muerte. Años después, esta versión me haría escribir un estudio sobre "El Enamorado y la Muerte. De ro­mance trovadoresco a romance tradicional"286.

Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)

NOTAS

228 "El Bernabéu", estando haciendo el servicio mi­litar, devolvió al cabo unas bofetadas o golpes, por lo que fue condenado por un tribunal militar a no sé cuántos años de prisión en un castillo; cuando le con­ducían a él, logró fugarse. Vivió oculto, como sacris­tán, en una parroquia rural; pero un día, decidió ven­garse de uno de los que fueron testigos de cargo en su juicio, y lo mató en la harinera de San Esteban de Leces, al pie de Linares. Habiéndole acorralado la Guar­dia Civil, logró ingeniosamente (no ocultándose, sino caminando tranquilamente carretera alante hacia los guardias que había en ella) que tuvieran que darle el alto al anochecer, acercarse con las manos en alto y disparar sobre ellos; después, consiguió pasar la ría del Sella, cogiendo el tren costero en marcha y ocultán­dose bajo un vagón. Formó una pequeña partida de "maquis"; actuaba, a veces, vestido de monja; acudía a bailes de los pueblos del Oriente de Asturias (al me­nos, así corría su historia entre las gentes), etc.

229  Carta del 7-VIII-1948.

230 "[Diego y Álvaro] quieren excursionear largo, lo que ahora, dada la poca seguridad de los caminos, cree Guillermo [Galmés] que no es prudente. Sin ex­cursiones de trabajo sino de recreo por aquí cerca, podrán hacer algo". Carta de 10-VIII-1948.

231  Antes de dirigirme a Asturias, ya comentaba a mis padres: "No sé lo que haremos Álvaro y yo; me parece que ya no tenemos tiempo y, sin embargo, de­bemos tener tanto como el otro año. Además no se le ocurre nada bueno al abuelo: dice que preparemos un Vocabulario del Bable Occidental; pero eso no me in­teresa nada (...). Que lo hagan otros, para que lo aprovechemos nosotros; pero, al revés, no me gusta" (Miércoles 21) y el 29 insistía en mi desinterés por el tema. Llegado a Asturias, el Lunes 2 de Agosto volví a hablarles del tema: "el abuelo me encargó que traje­ra otro Vocabulario desde Madrid de otro bable para hacer el trabajo ese y no lo traje. Se enfadó", y en esa nueva carta argumenté contra el trabajo propuesto: "Además tiene el inconveniente de que no nos daría tiempo de terminar nada, porque es una labor de años"; en fin, en otra carta del día 5 seguí insistiendo: "es una obra de años, para una tesis, y tenemos que coincidir Álvaro y yo repetidamente (...). Yo quería algo limitado y concreto (incluso geográficamente), que nos sirviese de estudio, más que de otra cosa".

232 "La tarde del primer día hicimos una calicata romancística por aquí, donde habíamos fracasado el año primero, y enseguida encontramos, aquí abajo, en Barredo y San Esteban de Leces. Pensamos reco­ger romances, pero como trabajo secundario, a la vez que hacemos ¿el qué?" (30-VII-1948). "Antes de ayer salimos (...) para la excursión de los Lagos, pero (...) llegamos tarde (...). Entonces decidimos irnos noso­tros dos a comernos la comida por ahí. Fuimos en di­rección a Llanes, llegamos a un pueblo de la Parro­quia de Pría, tras preguntar romances (el consabido Gerineldo) y algo lingüístico, nos encaminamos a la playa (...)" (6-VIII-1948); "Ayer fuimos a Bones a re­coger romances (aquí al lado) por la tarde. Pensába­mos ir a Terenes, donde nos tenían anunciados varios romances mejores, pero a mitad de camino dimos la vuelta porque nos adelantó la que nos hizo la prome­sa diciendo que ese día no estaban los pretendidos re­citadores (...)" (12-VIII-1964). Los resultados de es­tas pequeñas encuestas han sido descritos por J. A. Cid, "El Romancero tradicional en Asturias" (1991), I, pp. 116 y 318: hay textos de Alea, Barredo, San Es­teban de Leces, Bones y Terenes (Ribadesella) y de Ardisana y Garaña (Llanes). Total 13.

233  "Yo tengo ganas de hacer excursiones; pero no encontramos disculpa para hacerlas, de modo que se­guimos parados" (6 de Agosto); "Creo que este año vamos a estar inmovilizados los filólogos. La parte fi­lológica no está nada clara y la excursionística veta­da, con lo que desaparece también la romancística. Ya sabéis que hay gran oposición a las excursiones, estamos sin apoyo ninguno" (8 de Agosto). María Goyri, aunque justificaba mi impaciencia ("Yo com­prendo que se aburra en este ambiente anodino, pues las excursiones permitidas son sólo de un día"), con­sideraba razonable el veto, en vista de lo alegado en texto (7 de Agosto).

234 "Yo estoy deseando que se acabe el verano y em­piece el curso. Por ahora, este encierro de monjes, si no encuentro algo que hacer salvo el ver pasar los días, no me satisface" (30-VII-48); "A mí, en vista del paro forzoso, me gustaría ir a Luanco, porque no hay cosa que más me fastidie que pasar el rato sin hacer nada especial" (8-VIII-48).

235  No obstante, mi pesimismo era grande: "No creo que saquemos nada en limpio. El otro año, por estas fechas ya lo teníamos más que mediado, el tra­bajo. Bueno, pero al menos nos divertiremos".

236 "Se ve que no está de Dios que hagamos excur­sión alguna. Ayer era el día de ir a Llanes a ver el pe­ricote y, con el diluvio, desistimos. Potes me parece que se va a venir abajo, porque pensábamos salir aho­ra, hoy o mañana y a todo lo más pasado. Pero este año el tiempo no nos favorece. Sólo ha habido tres días, desde que yo estoy aquí, en que no haya llovi­do".

237  "Diego y Álvaro, en vista de que no amanecía un día decente, decidieron marcharse ayer a respirar las «auras de la libertad», bien provistos de morrales y los bolsillos. Guillermo les daba como término seis días, ellos decían que una semana, según se les diera la investigación. Cossío les ofrecía acogerles en La Casona, pero a ellos no les hacía gracia, preferían lo desconocido", María Goyri, carta a mis padres, desde Linares, 19-VIII-1948.

238 Carta a mis abuelos. Parte escrita el 18-VIII-48.

239   Gerineldo, Conde Niño, Boda [estorbada o La condesita], "Don Diego, don Jorge y Juana" [Celos y honra], "Apostadas tengo, madre", "Mataste un caba­llero con las armas que traía" [Una fatal ocasión], La Virgen, romera...".

240  "Don Bueso (de 6 sílabas), Narboluca, Melchor y Lorenza, 3 romances que empiezan «En la ciudad de Madrid», y lo que vayan sabiendo".

241 Adición, hecha el 19-VIII-48, a la carta citada. Se trata del romance del Conde Dirlos.

242 Información escrita posteriormente a propósito de la existencia de una fotografía de ese momento de la recolección.

243  En RTLH, VI (1975), frente a la p. 136, se ha­lla una lámina con "Diego Catalán en Lebeña durante la excursión romancística de Agosto de 1948".

244  Según se recoge en la carta relativa a la visita a la Casona y a la biblioteca de José María de Cossío, escrita al día siguiente (22-VIII-48).

245  Carta del 22-VIII-48.

246  Carta del 23-VIII-48.

247  "Este valle es muy abierto, aunque está casi en el alto. Todo son prados. En cambio Tudanca está en­cerrada (...). Esto es mucho más bonito. Todo Polientes (sic), pero sobre todo esta parte de Puentepumar, Uznayo, Lombraña, es castellano por el paisaje (...). Bajamos, antes de salir para aquí [Lombraña] de Uznayo, a ver el baile en la carretera: bailaban al son de una pandereta, alternando lo agarrado con lo suel­to!!" (carta del 23-VIII-48).

248  "El romancero tradicional en Asturias" (1991), I, p. 116.

249  Antes resumía los, mucho menos interesantes, datos "dialectales" reunidos en la excursión.

250 Donde se incluía una lista completa de temas hallados.

251  "Espigueo en los campos del romancero tradi­cional" titulé la presentación del libro, recordando el villancico viejo "Segador, ¡tírate afuera! / ¡deja entrar la espigaderuela!", para comparar mi labor con la an­terior de Ramón Menéndez Pidal.

252 Cap. V de Por campos, pp. 122-166.

253  Cap. VIII de Por campos, pp. 228-269.

254 Puede leerse impresa en la p. 124 de Por campos.

255 La he publicado también en Por campos, p. 123.

256  Puede verse publicada en Por campos, pp. 230-231.

257 El 30 de Diciembre vacilábamos si salir ese día o el siguiente para Salamanca (carta de M. Goyri de esa fecha).

258  Parafraseo mi retórica descripción de entonces. Candelario había sido "descubierto", no como pro­ductor de chorizos, sino como lugar serrano, por re­levantes figuras políticas, incluso extranjeras.

259  En el baile, la novia llevaba sobre la cabeza una manzana en la que los vecinos que a la desposada iban bailando hacían antiguamente una raja con la navaja e insertaban en ella una moneda de oro; modernamen­te, como las monedas en uso tenían escaso valor, el acto de meter en la manzana la moneda iba acompa­ñado de la promesa de donación de bienes "muebles" (principalmente productos de la tierra). La joven pare­ja de la casa en que se nos dio alojamiento, con un niño de dos años, aún vivía de "los picos de la boda".

260  Todos los solteros, mozos y mozas, se confabu­laban para impedir que los desposados pudieran lle­gar a consumar el matrimonio la noche de su boda y era para el novio una deshonra no poder hacerlo. Los recursos para impedirlo y los arbitrios para lograrlo daban lugar a multitud de anécdotas y recuerdos, en que se mezclaban la barbarie y la jocosidad. En Gar­ganta no tenían la costumbre, atribuida a lugares ve­cinos, de uncir a los novios en un yugo y hacerles arar juntos un campo.

261  Las dos versiones de este romance recogidas en Garganta  de  Béjar  pueden  leerse  publicadas   en RTLH, III (1969), pp. 178 y 179.

262  Posteriormente, el obispo, Juan Pedro Zarranz, en contestación al envío de nuestro artículo sobre el límite lingüístico f-/j- en el Oriente astur-leonés con observaciones socio-lingüísticas, nos llegaría a ofrecer (6-III-1949) apoyo "episcopal" a una futura encuesta en su diócesis: "¡Cómo necesitaríamos por estas  tie­rras extremeñas, tan plenas todavía de muchas esen­cias primitivas la amorosa solicitud de un grupo nu­meroso de estudiosos que recorriese, como Vds. uno por uno todos estos bellos rincones, tan desconoci­dos en general, para recoger el tesoro de folklore y del arte popular, antes de que la avalancha vulgar y zafia «de lo fino» haga tabla rasa de «lo antiguo»! ¿No se animarían Vds. un día a recorrer con vocación de pe­regrinos los caminos de las alquerías extremeñas? Por supuesto que podrían contar con todo mi modesto entusiasmo, si en algo pudiera serles de ayuda. En fin, perdonen la efusión, en gracia a la simpatía que el feliz encuentro de hace unas semanas despertó en mí hacia los globe-trotters de la cultura hispánica, vi­sitantes de nuestra catedral".

263 Desde un yerno de un embajador de una Repú­blica hispano-americana, que se hacía servir la comi­da desde el hotel Palace, hasta dos sujetos con delitos de sangre: un sombrío y corpulento ucraniano, acu­sado de asesinato, y un viejo muy parlanchín según el cual su compañero de copas en una taberna se había súbitamente "arrugado" en la silla de enfrente (con una navaja espetada entre dos costillas), sin él saber muy bien cómo pudo ser aquello.

264 Como Miguel Catalán llegó a calificar el Harrison wire-recorder (28-I-1949).

265 Invitado por la American Philosophical Society para trabajar en el National Bureau of Standards, en el MIT y en la Universidad de Princeton.

266  Como parte de un proyecto de establecer vín­culos educativos entre las Universidades y "Colleges" de Nueva Inglaterra y su "Colegio Estudio". En con­ferencias informales en Wheaton, Tuffs, Harvard-Radcliffe, Wellesley, etc., aprovechó para ofrecer a profesores y estudiantes música "en vivo" e imágenes cinematográficas referentes al Romancero.

267  "Estamos informándonos de las máquinas de registrar sonido, para llevar a Diego, para [el] ro­mancero; hay unas de discos de caucho, otra de ca­ble, otra de cinta. Los que las usan no saben decidir­se entre una u otra, porque cada uno sólo conoce la suya" (Jimena Menéndez Pidal, 27-X-1948).

268  Entre los "expertos" consultados antes de deci­dirse por el "hilo magnético" se halló Miss Pope. "Es la que ha publicado el cancionero de Upsala y está es­tudiando el villancico español", aclaraba Jimena Me­néndez Pidal (en carta del 3-XI-1948). En efecto Isa­bel Pope había estudiado el villancico polifónico de los vihuelistas españoles del s. XVI como parte de la edición, preparada por Jesús Bal, del Cancionero de Upsala que en 1944 publicó el "Colegio de México".

269  Según se anunciaba, era "de verdadera portabilidad, verdadera fidelidad y verdadera flexibilidad". Pero cuando Miguel Catalán tuvo que transportarla hasta la estación a mano, confesaría: "Ya salgo de Phila[delphi]a con un Harrison en la mano! Al principio, no me pesaba; pero vaya si pesa. Desde luego son 10 kg. y al cabo de llevarlos en la mano, pues hacen su­dar" (28-I-1949).

270  "Es muy bueno. Hemos hecho toda clase de pruebas (los carretes sirven los del Webster). Hemos inscrito de micrófono y de disco. Se puede oír en el aparato o en un altavoz suplementario (tiene ya hasta el hilo para ello). Tiene pick-up para oír discos sin registrarlos en el alambre. Todo parece marchar a las mil maravillas. (...). De presentación es precioso. En fin, que estoy muy satisfecho" (había ya escrito el 28-I-1949).

271   Había reconocido el 28-I-1949 al relatar la compra y sus sudores para transportarlo a la estación de Philadelphia.

272 Pero "la carpeta de Álvaro (...) pasó a mejor vida en la Estación de Villalba, que se la robaron", privándonos de unos buenos mapas italianos que en ella iban.

273  Carta desde La Puebla, sin fecha. Ya el 26 de Diciembre de 1948, Amado Alonso, que había deci­dido visitar España (por primera vez tras la Guerra Civil) durante los próximos meses de Junio a Se­tiembre, había expresado a mis padres en Boston el deseo de que su hijo William participara en una de nuestras encuestas "por Navarra o donde sea" (Mi­guel Catalán, 27-XII-1948, desde Nueva York).

274  Carta, sin fecha, desde La Puebla de Sanabria.

275  La impresión entonces recibida serviría de estí­mulo, años después, a la campaña de prensa "ecológi­ca" avant la lettre que promovimos con éxito Galmés y yo desde Madrid a fines de 1952 y comienzos de 1953 cuando "Iberduero" intentó subsumir el lago al­pino en un embalse hidroeléctrico. Recientemente, impulsadas por Pedro Vega, la Diputación Provincial de Zamora, el Ayuntamiento de Galende de Sanabria, el Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo y la Fundación Rei Alfonso Henriques y la Uni­versidad de Bonn rindieron homenaje a esta campaña organizando unos actos en el Centro de Interpreta­ción del Parque Natural del Lago de Sanabria en San Martín de Castañeda (Galende, Zamora).

276 El pueblo fue parcialmente arrastrado por la ria­da provocada por la ruptura de una de las presas de "Moncabril" en la cabecera de la garganta del Tera, convirtiendo en realidad la vieja leyenda carolingia de Lucerna (transferida del lago de Carucedo al de Sanabria por la tradición oral. Véase mi próximo li­bro La épica medieval española. Nueva documentación y nueva evaluación, cap. II, § y nn. 114-118): "que la citez est toute en abysme coulée / et par desús les murs tote / d’eue rasée"; "campanario sumergido / de Valverde de Lucerna. / (...) / se queja en vano tu bronce / en la noche de San Juan / tus hornos dieron su pan / la Historia se está en su gozne".

277  Que, inicialmente, habían incluso permitido que el pueblo se desembarazara del cacicazgo perpe­tuo del alcalde y prestamista que ya en 1930 había organizado el espectacular recibimiento del rey (Alfonso XIII), suceso del que dio noticia "La Región" de Zamora 1-XI-1930 con estas palabras: "El recibi­miento que este pueblo [=Ribadelago] dispensó a su Rey constituyó la nota emocional del viaje regio: el infatigable Fidel [=«el popularísimo alcalde de Riba­delago, Fidel González, que con tesón insuperable, lucha por la prosperidad de su querida aldea»], desde el día anterior, a toque de Concejo, reunió a los veci­nos para notificarles la grata nueva (...). A las 12’15, S. M., acompañado de su séquito y seguido de un gentío inmenso (...) llegaba al embarcadero que a ori­lla del Lago posee la dueña de éste, doña Victoriana de Villachica, y tomando asiento en la motora hizo rumbo a Ribadelago. La llegada a este pueblo consti­tuyó un momento de inenarrable emoción: el pueblo en masa, de rodillas, aclamaba al Rey magnánimo, al Rey bueno (...)". Pero la subversión del orden tradi­cional duró poco tiempo, ya que las obras de "Mon­cabril" sólo pudieron llevarse a cabo normalmente tras aceptar como capataz de ellas al depuesto alcal­de, que continuaba siendo un poder fáctico local con el que era necesario pactar. Fidel murió con ocasión del rompimiento de la presa, al regresar a última hora a su casa a fin de salvar su caudal.

278  Gabriel Barceló, para quien no éramos unos desconocidos.

279  Entre los cantantes reconocí enseguida la es­pléndida voz del pintor Gallego, que cantó para los discos grabados por el Archivo de la Palabra, y desta­có también la de Fidel, el personaje nombrado en la n. 277.

280 Según Álvaro Galmés recuerda, una mujer vieja que inició un romance y lo interrumpió acompañán­dose de un expresivo ¡coño! se escandalizó al reoírse y comprobar que el aparato no había censurado debi­damente sus palabras.

281  "San Martín de Castañeda, / espejo de soleda­des, / el Lago recoge edades / de antes del hombre, y se queda / soñando en la santa calma / del cielo de las alturas / en que se sume en honduras / de anegarse ¡pobre! el alma".

282  Famoso en medios letrados, desde que R. Menéndez Pidal publicó, en 1928, Flor nueva de roman­ces viejos y "reconstruyó" el romance castellano, con la colaboración de su hija Jimena, "combinando há­bilmente la versión sanabresa recogida en 1910 (...) con la versión catalana divulgada por Milá i Fontanals" (según explico en Por campos del romancero, 1970, pp. 52-54). Su difusión en América dio lugar a la creación en México de un texto que V. T. Men­doza publicó en 1939 como "tradicional" en Tlalnepantla (ibid., pp. 51-52).

283 Otra versión sanabresa, recogida por Tomás Navarro en Galende, 1910 y una versión de Lárissa, recogida en Jerusalén por M. Manrique de Lara, 1911 (de la excepcional cantora Vida de Albalansí, 74 a.).

284  RTLH, I (1957), pp. 64-77. Cfr. también D. Catalán, Por campos (1970), pp. 40-47.

285  "Cordón", en boca de la informante.

286  Publicado como cap. I de Por campos (1970), pp. 13-55. 

LÁMINAS

Diego Catalán recogiendo romances en Potes, junto al molino, donde la molinera "tantos romances nos dijo", Agosto, 1948 (foto Álvaro Galmés).

En otros lugares de Liébana la recolección de romances en Agosto de 1948 fue igualmente buena.
En Lebeña, una viejuca hermana de Catalina Barcena nos dijo varios romances. Diego Catalán junto a la iglesia (foto Álvaro Galmés).

Quintanilla, Agosto de 1948. Álvaro Galmés (en la penumbra) busca informantes en una "casona" (foto Diego Catalán).

Cruzando los Picos de Europa hacia Asturias, Agosto de 1948.
¡Al fin, agua!

En el "III Coloquio Internacional de Estudos Luso-Brasileiros", Lisboa, 1957, presenté una ponencia titulada "A caza de romances raros de la tradición portuguesa" en que, apoyándome en trabajos de campo y de archivo, sa­qué a luz los romances de La guarda cuidadosa, La canción del huérfano y La fuerza de la sangre.

Navidades 1948. Encuesta Catalán-Galmés en la sierra de Béjar y Plasencia.
Llegada a Candelario
(Salamanca). Al fondo, la Sierra (foto Diego Catalán).

 

Cruzando la Sierra hacia Garganta de Béjar (foto Diego Catalán).

Plasencia (foto Diego Catalán).

Ribadelago en 1949 apenas se diferenciaba del que fotografió Krüger en 1922 y del que visitó Al­fonso XIII en 1930. ¡Hasta seguía reinando en él —con su espléndida voz— el mismo cacique: "Fidel"!
Final del viejo puente de acceso a Ribadelago. (Foto Galmés/Catalán).

Interior de Ribadelago. (Foto Galmés/Catalán).

Acampada en las morrenas del lago glaciar. Álvaro Galmés y William Alonso (sentado). La tienda oculta el aparato grabador de hilo magnetofónico que levantó las sospechas de la Guardia Civil y que nos hizo famosos en Sanabria (foto Diego Catalán, 1949).

Diego Catalán camino de Porto (Sanabria). Al pie, el lago. (Foto Álvaro Galmés, 1949).

Álvaro Galmés a orillas del "Mar de Castilla", con ocasión de la campaña que iniciamos en la prensa de Madrid en defensa del Lago de Sanabria (foto Diego Catalán, 1952).

Como consecuencia indirecta de nuestras encuestas romancísticas y dialectológicas en Sanabria, al conocer los planes de convertir el lago en un embalse hidroeléctrico, preparamos desde Madrid una campaña ecológica avant la lettre que prendió en la prensa y en organismos culturales.
"Tenemos un solo lago en España que merezca el nombre de tal... es el de Sanabria o de San Martín de Castañeda... Este lago... está hoy amenazado de destrucción... se pretende solamente producir 45 millones de kilovatios-hora al año; es decir, un 5 por 1000 de la actual producción española... " D.C. en "Arriba" Do­mingo 28-XII-1952.

El Jueves 26 de febrero de 1953, el "ABC" "as­cendió " al Lago de Sana­bria "al primer plano de la actualidad"publicando en primera página (prece­dido de una portada gráfica con el título "El Lago de Sanabria en peligro de desaparecer") un "ameno, sugestivo y erudito artículo" titulado "El mar de Castilla" bajo la doble firma de "Diego Catalán Menéndez-Pidal y Álvaro Galmés de Fuentes" (y no con unas crípticas iniciales como en el de Diciembre), profusión de apellidos que nos costaría ser ingresados, con justicia, en la "Comisaría de papel" (ya que no teníamos caché necesario para que nos metieran en la famosa "cárcel de papel") del semanario hu­morístico "La Codorniz".


La aceptación por "ABC" de la idea de hacer opinar al "público" lector (algo en aquellos tiempos dictato­riales nunca visto) fue aprovechada por un reducido círculo de personas relacionadas con D. Catalán para crear un movimiento de defensa del lago. Fragmentos de dos números del "ABC" del 26-II-1953 (artículo completo en pdf) y del 11-III-1953. La fotografía fue tomada por Álvaro Galmés.


Manifestación (vigilada) para salvar el Lago de Sanabria de los planes desarrollistas hidroeléctricos (1952/53). Foto de "ABC" (tomada por Jaime de Armiñán).

Manifestación contra la industrialización del lago glaciar de Sanabria. En primer término (conversando) Hans Kundert (también colector de romances en Sanabria), Manuel Gutiérrez del Arroyo (Jr.) y Diego Cata­lán. 1953.

Luis Cortés Váz­quez (también colec­tor de romances sanabrenses) arenga a los manifestantes. Luis de Armiñán (reportero especial de "ABC") toma apuntes.

Recuerdo-homenaje, en 1997, a la exitosa campaña de salva­mento del lago.

SUMARIO:

I
PRESENTACIÓN: EL ROMANCERO Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL

* EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO

*1. LOS FONDOS DEL S. XIX

* 2. DESCUBRIMIENTO DE LA TRADICIÓN ORAL CASTELLANA EN 1900

* 3. LOS PRIMEROS PASOS EN LA COMPILACIÓN DE UN ROMANCERO ORAL PAN-HISPÁNICO

* 4. EN BUSCA DE ROMANCES FUERA DE LA PENÍNSULA: EN CANARIAS Y EN LAS COMUNIDADES SEFARDÍES, 1904

* 5. "A POR PAN Y A VER AL DUQUE": PRIMER VIAJE A AMÉRICA, 1905-1906

* 6. EL FONÓGRAFO DE CILINDROS DE CERA VIAJA EN BUSCA DE MELODÍAS, 1905-1906

* 7. LA MÚSICA Y LA DANZA COMO PARTE DEL ROMANCERO, 1905

* 8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908

* 9. MENÉNDEZ PIDAL HACE INVENTARIO: LAS PRIMERAS MIL QUINIENTAS VERSIONES DEL ARCHIVO Y LAS CONFERENCIAS EN LA COLUMBIA UNIVERSITY DE NUEVA YORK EN 1909

* III EL ROMANCERO HISPÁNICO BAJO LOS AUSPICIOS DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS

* 1. LA CREACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y EL ROMANCERO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 2. LOS DIALECTÓLOGOS Y EL ROMANCERO ORAL: 1910-1912

* 3. MANRIQUE DE LARA COLECTA EN ORIENTE EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1911-1912

* 4. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO ANTERIORES A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1909-1913

* 5. EL ROMANCERO HISPÁNICO DE AMÉRICA DEL NORTE, 1913

* 6. LOS PLIEGOS SUELTOS DE PRAGA LLEGAN AL ARCHIVO, 1913-1914

* 7. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE A AMÉRICA, PERO DEJA DE LADO EL ROMANCERO, 1914

* 8. LAS GRANDES ENCUESTAS REGIONALES DE JOSEFINA SELA Y DE EDUARDO M. TORNER, 1914-1920

* 9. MANRIQUE DE LARA, EL ROMANCERO DE LOS JUDÍOS DE MARRUECOS Y DE LA PENÍNSULA Y LA MÚSICA DE LOS VIHUELISTAS, 1915-1922

* 10. POESÍA POPULAR Y ROMANCERO, 1914-1918

* 11. LA GEOGRAFÍA FOLKLÓRICA Y LA EXPLORACIÓN DE REGIONES HASTA EL MOMENTO POCO ENCUESTADAS, 1920

* 12. AURELIO DE LLANO Y EL CONOCIMIENTO DEL ROMANCERO ASTURIANO, 1919-1925

* 13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20

* 14. LA TERCERA PARTE DE LA SILVA, PERDIDA, 1921

* 15. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, EN EL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE LA ROSA, 1925

* 16. SIGUE LA ACTIVIDAD RECOLECTORA, 1926-1927

* 17. LA CEGUERA TEMPORAL DE MENÉNDEZ PlDAL Y SU "FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS", 1926-1928

* 18. MANRIQUE DE LARA NUEVAMENTE EN ORIENTE. EDICIÓN FRUSTRADA DE LAS MÚSICAS DEL ROMANCERO: 1923-1928

* IV. EL PROYECTO DE PUBLICACIÓN DE EPOPEYA Y ROMANCERO FINES DE LOS AÑOS 20, COMIENZOS DE LOS AÑOS 30

* 1. EL ROMANCERO, PARTE DE UNA MAGNA OBRA A PUNTO DE PUBLICARSE

* 2. LAS FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS

* 3. GALICIA EN EL FOCO DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO, 1928-1931

* 4. APORTACIONES AL ARCHIVO DE COLECCIONES AJENAS. EL ROMANCERO CATALÁN, 1930-1933

* 5. 1930. LOS BAILES ROMANCEADOS QUE AÚN PERDURAN

* 6. NUEVAS CAMPAÑAS DE RECOLECCIÓN DE MÚSICAS Y TEXTOS POR LA SECCIÓN DE FOLKLORE DEL CENTRÓ DE ESTUDIOS HISTÓRICOS, 1930-1936

* 7. PARÁLISIS RECOLECTORA EN PORTUGAL, 1930

* 8. DISCOGRAFÍA Y PELÍCULAS ETNOGRÁFICAS; EL ROMANCERO INCORPORADO A LA ENSEÑANZA ESCOLAR. 1932-1936

* V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL

* 1. DISCONTINUIDAD DE EPOPEYA Y ROMANCERO Y CONTINUIDAD LATENTE DEL ROMANCERO

* 2. MADRID BOMBARDEADO. EL ARCHIVO "REFUGIADO" EN LA EMBAJADA DE MÉXICO

* 3. OCASO DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS. CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD DE LOS PROYECTOS DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

* 4. ANÍBAL OTERO, ENCUESTADOR DEL ROMANCERO Y DEL ATLAS LINGÜÍSTICO, ACUSADO DE ESPIONAJE

* 5. MENÉNDEZ PIDAL, ANCLADO EN CUBA, A LA BÚSQUEDA DE ROMANCES

* 6. VERANO DE 1937. LOS DISCÍPULOS DE MENÉNDEZ PIDAL Y LAS CANCILLERÍAS SE PREOCUPAN DE LA SEGURIDAD DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO

* 7. EL ROMANCERO Y LA HISTORIA DE LA LENGUA DE MENÉNDEZ PIDAL VIAJAN COMO PARTE DEL TESORO CULTURAL DE ESPAÑA

* VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA

* 1. DEPURACIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL. FIN DE SUS PROYECTOS CON UNA PROYECCIÓN NACIONAL, 1939-1941

* 2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945

* 3. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ROMANCISTAS TOMA EL RELEVO, 1945-1946

* 4. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE AL ROMANCERO, 1946-1950

* 5. LA CARTOGRAFÍA ROMANCÍSTICA Y LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN EN LA SERRANÍA DE CUENCA, EN LAS BALEARES, EN SORIA, EN SEGOVIA, EN ÁVILA, EN LA MESETA MANCHEGA, EN ALISTE Y EN MARRUECOS, 1947-1948

* 6. ÉXITO EN LA TRADICIÓN ORAL DE ALGUNAS VERSIONES FACTICIAS DE LA FLOR NUEVA

* 7. HACIA UNA RECUPERACIÓN DEL ROMANCERO PORTUGUÉS, 1948

* 8. NUEVAS ENCUESTAS: LIÉBANA Y POLACIONES; LA SIERRA DE BÉJAR Y PLASENCIA; SANABRIA. LLEGAN OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO. 1948-1949

* 9. FIN DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. FINAL DE LAS ENCUESTAS Y PUBLICACIÓN DIFERIDA DE LOS TRABAJOS SOBRE EL ROMANCERO, 1950-1954

* 10. ACTIVIDAD RECOLECTORA EN LA AMÉRICA HISPANA. SU REPERCUSIÓN EN EL "ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL", 1948-1952

* 11. REPERCUSIONES DE LAS PUBLICACIONES SOBRE EL ROMANCERO EN LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN ORAL, 1953-1954

* 12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI

* VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO  RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954

* 2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959

* 3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50

* 4. GRAN RECOLECCIÓN DE ROMANCES EN LAS ISLAS CANARIAS, 1952-1957

* 5. EL ROMANCERO TRADICIONAL, CUESTIONADO, 1959-1962

* 6. ÚLTIMAS CONTRIBUCIONES DE MENÉNDEZ PlDAL AL ROMANCERO, 1959-1965

* 7. MENÉNDEZ PIDAL EN ISRAEL Y EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1964

* 8. EL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL Y EL FUTURO DEL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1963-1966

* 9. REACTIVACIÓN DE LA LABOR EDITORIAL DEL ROMANCERO, 1966

* 10. PROPUESTA DE CREACIÓN CON CAPITAL AMERICANO DE UN CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS EN EL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1967-1968

* VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL

* 1. NON OMNIS MORIAR, 1969

* 2. BELLAS PALABRAS Y NEGRAS REALIDADES, 1969-1970

* 3. ACTIVIDADES DE LA CÁTEDRA-SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL. CATALOGACIÓN DE LOS FONDOS SEFARDÍES DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO. LOS FONDOS PATXOT SE HACEN INACCESIBLES. 1969-1971

* 4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975

* 5. EL ROMANCERO ¿AÚN VIVE?, 1973-1975

* 6. CRECER, PARA NO MORIR, 1976-1981

* 7. EL ROMANCERO AÚN VIVE. VOCES NUEVAS DE LA TRADICIÓN ORAL, 1977-1978

* 8. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCERO. UNA NUEVA EMPRESA COLECTIVA, 1977-1984

* 9. LAS GRANDES ENCUESTAS COLECTIVAS DEL PROYECTO DEAPHR, 1980-1984

* 10. LAS TRADICIONES ORALES LEONESAS Y EL ROMANCERO EN LEÓN A FINALES DEL S. XX, 1984-1988

* 11. FIN DE ETAPA. DISPERSIÓN DEL EQUIPO INVESTIGADOR DEL PROYECTO DEAPHR. LA FUNDACIÓN RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL Y EL CAPITAL PRIVADO INAUGURAN UNA ÉPOCA NUEVA. 1984-1989

* 12. LOS ARCHIVOS DEL ROMANCERO NUEVAMENTE EN EL FOCO. LOS LABORATORIOS HUMANÍSTICOS INSTALADOS EN EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL, 1988-1998

* 13. EL ROMANCERO ANTE EL CENTENARIO DEL ’98

* EPÍLOGO

* 1.- EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL DINAMITADO

* 2.- EL ARCHIVO DEL ROMANCERO ANTE LA REESTRUCTURACIÓN DE LA FUNDACIÓN MENÉNDEZ PIDAL Y DEL CENTRO SITO EN CHAMARTÍN

* 3.- LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA INVESTIGACIÓN

* 4.- DESPEDIDA

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