3. ACTIVIDADES DE LA CÁTEDRA-SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL. CATALOGACIÓN DE LOS FONDOS SEFARDÍES DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO. LOS FONDOS PATXOT SE HACEN INACCESIBLES. 1969-1971
3. ACTIVIDADES DE LA CÁTEDRA-SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL. CATALOGACIÓN DE LOS FONDOS SEFARDÍES DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO. LOS FONDOS PATXOT SE HACEN INACCESIBLES. 1969-1971. VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL.
Ya he hecho referencia, en varias ocasiones, al trabajo que desde 1957 venían realizando Joseph H. Silverman y Samuel G. Armistead de rescatar, para futuras generaciones, mediante un continuado y metódico esfuerzo de búsqueda de versiones orales o escritas (coleccionadas por los propios portadores de tradición o por investigadores no pertenecientes a la comunidad sefardí), el Romancero judeo-español aún sobreviviente tras la Segunda Guerra Mundial y tras la destrucción de las comunidades judías europeas; de otra parte, también he comentado sus relaciones con Ramón Menéndez Pidal15, así como el intercambio, sin limitaciones, de información pertinente al Romancero16 que, en una y otra dirección, ellos y yo veníamos manteniendo17. Al quedar ahora yo a cargo del "Archivo romancístico Menéndez Pidal / Goyri", abrumado por la responsabilidad que eso representaba, traté, desde un principio, de conseguir que los fondos de este archivo fueran, cuanto antes posible, de dominio universal. Dadas las dificultades encontradas para publicarlos en forma científica y expedita mediante la serie Romancero tradicional de las lenguas hispánicas, decidí recurrir a otros colegas para que colaboraran conmigo en dar a conocer los textos del "Archivo" en formas diversas. De acuerdo con esa política, en 1969, escribí a Silverman y Armistead, quienes para entonces eran ya los mejores conocedores y críticos del Romancero judeo-español, no sólo para que consultaran con toda libertad los fondos del "Archivo Menéndez Pidal / Goyri", según en 1962 les había invitado a hacerlo Ramón Menéndez Pidal, sino para que dieran cumplida noticia de los espléndidos materiales sobre el Romancero sefardí reunidos a lo largo de medio siglo que en él se atesoraban y que constituían, en palabras del propio S. G. Armistead:
"un gran continente inexplorado, inédito e incógnito (...), un fascinante territorio inexplorado de aquella «tierra prometida» del Romancero, evocada por don Ramón en un párrafo conmovedor del prólogo de su Romancero hispánico"18.
Armistead aceptó el reto que suponía explorar y describir ese "continente" en gran manera desconocido, y el 10 de Diciembre de 1969 ya me comunicaba, con todo detalle, cómo se disponía a acometer el trabajo:
"Pensaba pedir fondos a la Amer[ican] Philosoph[ical] Soc[iety]. Ellos comunicarán directamente contigo. Pensaba ir en una época mala (No puedo en otro momento): más o menos desde julio 1 hasta septiembre] 1. ¿Habrá quien me deje entrar para trabajar? ¿Estarás allí? Sería muy importante, para poder trabajar con más eficacia, saber en qué tipo y tamaño de tarjetas (o papel o lo que sea) se hará el catálogo. Así puedo hacer reproducir aquí un montón de tarjetas (?) ya impresas con las indicaciones (según tu carta del 28/8/69) ¿Tienes algo que añadir a lo siguiente?: Título (esto lo sugiero yo) / TEMA N° / Versión N° / Primer verso / Ultimo verso / Música o no música / Contaminaciones / Localidad / Cantor o recitador / Colector / Lugar de recolección y fecha / Ediciones, si las hay (...)".
Interesado en activar lo más posible el proceso de catalogación, hice gestiones, como arriba he indicado, para que Armistead pudiera desplazarse durante un semestre a la Universidad de Madrid19 a trabajar en el "Catálogo del Romancero Judeo-español" y a enseñar en la recientemente fundada "Cátedra-Seminario Menéndez Pidal"; pero el plan se vino abajo, junto con el de las restantes actividades de la "Cátedra-Seminario", al no proveer el Ministerio de Educación fondos para su funcionamiento. No obstante, según ya le había hecho yo saber a Rafael Lapesa el 18 de Marzo de 1970, Armistead continuó con su plan de empezar la labor de catalogación en el verano de aquel año20.
Cuando, el 21 de Agosto de 1970, di por terminado mi trabajo veraniego de dos meses en Madrid como Director de Investigaciones de la "Cátedra-Seminario Menéndez Pida!", pude optimistamente dejar dicho a Rafael Lapesa:
"Armistead ha hecho ya 3/4 partes del Catálogo del Romancero Judeo-español (descripción de todas las versiones inéditas e índice de temas). Vuelve a continuar, por unos días, el trabajo en Setiembre".
Por otra parte, en la "Memoria bienal de las actividades de la Cátedra-Seminario Menéndez Pidal" remitida al Ministro el 17 de Julio de 1970, en los oficios del Decano de la Facultad de Filosofía y Letras al Rector del 21 de Julio de 1970 y en los por mí enviados también al Rector el 12 de Agosto de 1970 acompañados por una Memoria explicativa, la depauperada "Cátedra-Seminario" pudo exhibir en su haber, no sólo el trabajo de S. G. Armistead en el "Archivo", sino la publicación de siete obras recientes, entre las que se incluían, respecto al Romancero, los tres volúmenes salidos en 1969 y otro adicional impreso en 1970: Romances de tema odiseico, II, que constituía el vol. IV del Romancero tradicional. Además, aunque se prefiriera silenciarlo por el momento, se perfilaba como cercana la publicación del volumen V de esta serie, ya que el número de versiones finalmente reunidas del tema de La condesita había obligado a repartir a última hora las versiones de este romance entre dos volúmenes21. En cambio, sí se daba cuenta en los citados escritos de la reciente publicación en 1970 por "Espasa Calpe" de la 3ª reimpresión y apéndices de la Leyenda de los Infantes de Lara, con un renovado estudio de los romances del ciclo, y asimismo de la situación "en prensa" de los Estudios sobre el Romancero de R. Menéndez Pidal, ambas obras preparadas por mí con el apoyo del "Seminario" y, por lo tanto, citadas en el apartado "Contribución a obras realizadas por otros organismos".
Aunque Armistead trabajó intensamente durante dos meses en el verano de 1970 catalogando los romances judeo-españoles, el 23 de Octubre hubo de explicar a la "American Philosophical Society" que los objetivos proyectados no podían cumplirse en un breve tiempo:
"Aunque yo era consciente de que la colección de Menéndez Pidal tenía fama de ser el corpus más rico de baladas hispánicas reunido en cualquier tiempo, al examinarlo de cerca, comprobé que sobrepasaba con mucho las mayores expectativas que pudiera soñar. El número total de textos baladísticos, si se cuentan las versiones de todas las ramas de la tradición hispánica (española, portuguesa, catalana, hispano-americana y judeo-española) probablemente pasa de los 8.000 textos. De estos, unos 2.000 pertenecen a las tradiciones arcaizantes de Marruecos y el Oriente Próximo. Durante el verano, en que a menudo trabajé toda la semana incluidos los fines de semana, fui capaz de clasificar y catalogar 1.460 textos representativos de 194 temas diversos (...). Uno de los más importantes resultados del catálogo realizado durante el trabajo de este verano ha sido el descubrimiento de nada menos que veintidós «nuevos» temas, que en las colecciones hasta ahora publicadas de la tradición judeo-española eran desconocidos (,..)"22.
Armistead dedicó otros tres veranos de labor en el "Archivo" a la catalogación de los fondos sefardíes en él existentes:
"En 1970, pude empezar la deliciosa tarea [explicaría años después en la Introducción de su obra] de franquear aquella desconocida provincia judeo-española del romancero pidalino. Durante los veranos de 1970, 71, 72, 73, gracias a una invitación característicamente generosa de mi amigo el profesor Diego Catalán, he tenido el privilegio inigualable de explorar en todo detalle los más intrincados vericuetos de aquella tierra incógnita. El resultado de esa apasionante labor es el presente Catálogo-Indice"23.
La labor exigió mucho más tiempo que el inicialmente proyectado. En 1970-1971 había yo creído poder anunciar la pronta publicación de la descripción de los fondos cuando redacté una noticia acerca de "Las obras futuras de Menéndez Pidal24" y di en ella explicación de la razón de ser de aquella nueva iniciativa del "Seminario Menéndez Pidal":
"A pesar de estos planes de activar la edición de textos, me parece realista el considerar que todavía pasarán bastantes años antes de que el Romancero tradicional se encuentre publicado en su totalidad, aun en el caso (bastante dudoso) de que contemos para ello con una Cátedra-Seminario Menéndez Pidal dotada de los fondos pertinentes. En consecuencia, he decidido simultanear la edición de nuevos volúmenes del Romancero tradicional con la elaboración de unos índices descriptivos de todas las versiones inéditas de la colección romancística de Menéndez Pidal. El más avanzado de esos índices es el referente a las versiones judeo-españolas (de Marruecos y de Oriente), que están preparando S. G. Armistead y J. H. Silverman, y que esperamos poder publicar en 1972" (p. 71).
La obra resultante de la labor de Armistead25, para cuya elaboración como libro le concedió en 1975 una nueva beca la American Philosophical Society, sólo saldría a la luz seis años más tarde patrocinada por la Dirección General de Relaciones Culturales: Samuel G. Armistead, con la colaboración de Selma Margaretten, Paloma Montero y Ana Valenciano, El Romancero judeo-español en el Archivo Menéndez Pidal (Catálogo-índice de romances y canciones), 3 vols., Madrid: Cátedra-Seminario Menéndez Pidal, 1978. Esta publicación respondió plenamente a sus expectativas, pues atrajo, en adelante, hacia los fondos inéditos judeo-españoles del "Archivo" a múltiples investigadores del Romancero sefardí, convirtiendo aquella "comarca" de la "Tierra Prometida" romanceril en la más peregrinada del conjunto.
A diferencia de la rama judeo-española del romancero pan-hispánico, en que la colección de versiones inéditas del "Archivo Menéndez Pidal / Goyri" no tenía par, la rama catalana, aunque bien representada gracias a los envíos de versiones inéditas de la "Obra del Cançoner popular de Catalunya", ofrecía una importantísima laguna documental: de la vieja colección de versiones reunidas por Marià Aguiló sólo se hallaban en el "Archivo" copias de una versión de muestra de cada tema y una lista, al pie de esa muestra, de las restantes localidades de donde había versiones en "la camisa" en que cada uno de esos temas se guardaba en Barcelona. Por ello, desde que en 1967 había yo disfrutado de la oportunidad de trabajar, por unos días, entre los materiales romancísticos ocultos en la "Institució Patxot", heredera de los fondos de la "Fundació Concepció Rabell i Cibils, vídua de Romaguera"26, tenía muy presente la necesidad de que las puertas de la "Institució" me permanecieran abiertas cada vez que la marcha de las publicaciones sobre el Romancero pan-hispánico exigiera contar con tan interesantes materiales inéditos. Con esta preocupación in mente, traté de corresponder a la amabilidad con que Joan Soler i Riber me atendió en 1967, remitiéndole en 1970 varias publicaciones mías sobre el Romancero que habían visto la luz últimamente27. Como consecuencia del envío de los libros, Soler me informó, incidentalmente, pero con claras muestras de no tomar los hechos con indiferencia, acerca de su desvinculación de la "Administració Patxot-Rabell", del cierre de la "Institució" y de la inaccesibilidad de los materiales inéditos28. Visto el disgusto que Soler manifestaba respecto a la situación en que los materiales se hallaban desde hacía dos años, me apresuré a escribirle el 29 de Enero de 1971 sugiriendo algunas posibles vías para que los herederos de Patxot hicieran accesibles los materiales inéditos a los investigadores interesados en ellos, considerando por mi parte lamentable que la cultura catalana, en general, y el romancero catalán, en particular, se vieran privados de los más valiosos documentos de la tradición baladística oral recogidos en los siglos XIX y XX. Mi carta fue acogida con entusiasmo por Soler, al ver que había intuido perfectamente en qué consistía el meollo del asunto y me respondió el 16-IV-1971 a California diciendo:
"Su carta del 20 de Enero último me produjo un sentimiento de inmensa gratitud y también una gran vergüenza.
Gratitud, por la generosa reacción de Vd. ante un comentario incidental mío, demostrando una visión instantánea del problema, cual si hubiera vivido todas sus incidencias desde la muerte del Sr. Patxot. Comprenderá Vd. que, desde el ángulo de nuestra cultura minoritaria, o mejor dicho, minúscula, no estarnos acostumbrados a gestos de tanta comprensión e interés (...).
Y he sentido vergüenza, porque la conveniencia y oportunidad de su intervención puede resolver un asunto que no hemos sido capaces de hacerlo, entre nosotros, los directamente interesados, todos catalanes en definitiva (...). La visión de Vd. pone acertadamente el dedo sobre todas las llagas que tiene el asunto: un sedimento de hostilidad a la actual estructura, no ya personal sino heredado del abuelo, temor a apropiaciones indebidas, temor a hacer algo y equivocarse, y temor a no hacer nada y malograr la obra de su abuelo, etc.; pero por encima de todo, un enorme y hasta cierto punto incomprensible recelo (aunque los más allegados no desconozcamos su origen) en relación con la intelectualidad catalana en general29. Desde luego no se trata de ningún problema económico, aunque la economía también tiene sus implicaciones, y por lo tanto una propuesta simple o directa de venta sería fatal o contraproducente. Una publicación de los materiales parece ya más viable, siempre que fuese bajo la dirección de alguna institución no local, tal como sugiere Vd.".
En su larga carta (de cuatro folios a máquina), Soler me describió entonces la riqueza del conjunto de "materiales propiedad de la familia Patxot, como herederos de la «Institució», encerrados en el piso que Vd. ya conoce" y me propuso que, antes de actuar, tuviéramos él y yo una reunión, si entraba entre mis planes volver a España, para "tener una oportunidad de darle [ésto es, de darme a mi] una visión lo más completa posible, así como comunicarle determinados documentos que podrían serle de utilidad para plantear el asunto".
De conformidad con esta sugerencia y con el fin de poner en práctica un plan que permitiera ofrecer a Nuria Carreras-Patxot Délétra la seguridad de que una entidad cultural ajena a Cataluña y a España estaría dispuesta a encargarse de la publicación y estudio de los materiales que fueron de la "Institució Patxot", firmando con los herederos de su abuelo (Rafael Patxot i Jubert) el acuerdo que se considerara pertinente, me reuní, secretamente, con Joan Soler en Cervera (Lérida) durante el verano de 1971, y en el Otoño conseguí en la University of California, San Diego, que el Dean de la Gradúate School, como parte del proyecto de creación de un "Center for Iberian and Latin American Studies" en aquel campus (proyecto del que luego hablaré), apoyara mis gestiones ante Nuria Délétra30 con una oferta concreta31. Lamentablemente, la respuesta final, diferida hasta el 16 de Noviembre de 197232, cerró toda esperanza a cuantos nos interesábamos en aquellos preciosos fondos:
"Por el momento hemos, finalmente, decidido esto: vamos a dejar pasar una veintena de años antes de tocar o dejar tocar a quien quiera que sea la obra cultural de nuestro abuelo, Rafael Patxot"33.
¡Qué absurda una legislación internacional sobre la propiedad intelectual que permitía a los nietos de un heredero de los fondos de otra fundación (la "Fundació Vídua de Romaguera") que pudieran sustraer al conocimiento de toda persona interesada unos materiales coleccionados por Marià Aguiló en el s. XIX que su colector había intentado dejar en herencia cultural a la posteridad! Aquello constituía una lección que me haría considerar desaconsejable el dejar en el futuro la titularidad del "Archivo del Romancero Menéndez Pidal / Goyri" en manos privadas.
Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)
NOTAS
15 Véase atrás, cap. VII, §§ 3 y 7.
16 En el caso de S. G. Armistead, no se limitaba al Romancero, ya que compartíamos otro campo de intereses, el de la Historiografía cronística (y la información que proporciona para la Épica).
17 Facilitándonos mutuamente versiones y conocimientos bibliográficos para nuestras respectivas publicaciones.
18 S. G. Armistead, El Romancero judeo-español (1978), I, p. 10.
19 Véase atrás § 2.
20 "Armistead va, de todos modos, este verano para empezar (y hacer, si es posible) la tarea básica del Catálogo del Romancero Judeo-español".
21 El volumen V del RTH, según expliqué a Lapesa, 28-I-1972: "Se empezó a imprimir en Aguirre como parte del RT, IV; en vista de la extensión, decidimos desdoblarlo (cuando estaba en pruebas)". Esta partición a última hora en dos volúmenes se consigna en la p. 5 del RTLH, V (1971). Al mismo tiempo, se iba avanzando en los pasos preliminares de la edición de los originales de La Dama y el Pastor y de Gerineldo (por parte de Paloma Montero, con la guía de María Soledad de Andrés: Noviembre de 1971-Marzo de 1972).
22 Traduzco del inglés.
23 S. G. Armistead, El Romancero judeo-español (1978), I, pp. 10-11.
24 La Torre, LXX-LXXI (años 18 y 19: Oct.-Dic. 1970 y En.-Mar. 1971), pp. 51-93.
25 Quien alternaba el trabajo en el Catálogo con otros también relativos al romancero sefardí: "Ya he terminado la ed[ición] de la colección Nahón; en seguida me quite el I[nternal] Rfevenue] S[ervice] de encima [esto es, la declaración de impuestos anual], me vuelvo al Catálogo, muchos de cuyos problemas quedaron esclarecidos y resueltos con el trabajo del comentario Nahón. / Cuando llegues a La Jolla, te daré un telefonazo" (carta del 13-VIII-1974). Sobre el libro dedicado a la colección de Zarita Nahón, véase n. 72
26 Véase atrás, cap. VII, § 9.
27 Siete siglos del Romancero (1969) y Por campos del romancero (1970), libros en que agradecía en letras de molde a Joan Soler su amable ayuda, y La flor de la marañuela (1969).
28 El 12-I-1971 Joan Soler i Riber, de paso que acusaba recibo de mis libros, comentaba: "Su remesa llegó a mis manos casi por casualidad, pues hace más de dos años que los nietos de Don Rafael Patxot decidieron clausurar los locales donde se conservan los materiales y las ediciones de la «Institució Patxot», de forma que resultan completamente inaccesibles a la consulta e incluso corren el riesgo de malograrse. Un nuevo episodio, lamentable, de nuestra cultura. / Usted seguramente fue uno de los últimos que tuvo oportunidad de consultar aquellos materiales, de cuya riqueza, en muy distintos campos, quedan pocos que puedan formarse una idea de conjunto, pues han ido desapareciendo los colaboradores inmediatos del fundador".
29 Según más tarde pude saber, el 2 de Enero Joan Soler i Riber y Joaquim Maluquer, en representación de Joan Ainaud de Lasarte, Pere Bohigas, Pau Vila, Ramón Aramon, Josep Iglésies, Lluis Solé Sabaris y otros, habían presentado por escrito a Núria Carreras Patxot Délétra (remitiéndoselas a Genéve, donde ella residía) unas razonadas propuestas para que se aprobara un "Reglament per a regular la custòdia i utilització del conjunt deis materials de l’ex-[Institució] P[atxot]" y la creación de un "Patronat privat", amparado por una "Institució o Fundació cultural, absolutament privada"; pero, al recibo de esa propuesta, la señora de Délétra había respondido el 23 del mismo mes con una carta (de la cual sólo tuve conocimiento confidencial y parcial) en que les decía muy tajantemente: "Res del que toca a l’obra de l’avi no pot caure en mans tremoloses" y les manifestaba, sin rebozo, su desconfianza: "La situació és senzilla: el problema resideix únicament en el fet que l’experiéncia ens ha demostrar (i ho hem pagat molt car, sia moralment, sia materialment) que no podem fiar-nos a ningú. Els homs bons, leals, rectes, dignes i desinteressats són uns timorats sen se cap capacitat de fer-se responsables del que fós. Els altres, ni cal parlar-ne. El drama és que fora d’aquestes dues categories no n’hem trobat, per ara, cap altra" (y, seguidamente, según discretamente me señalaba Soler, arremetía "contra la intelectualidad catalana en general y muy específicamente contra determinadas personalidades").
30 Toda vez que, en la citada carta a Joan Soler, Nuria Carreras-Patxot dejaba abierta la puerta a la intervención de una entidad no española ("Vérs qui girarse? La única solució fóra una entitat internacional"), el 5-XI-1971 me puse directamente en contacto epistolar con ella, proponiéndole la intervención de la Universidad de California, y recibí, de entrada, una respuesta positiva, en carta desde Genève del 8-XII-1971.
31 El 12-I-1972 Roy Harvey Pearce, Dean de la Gradúate School de la University of California, San Diego, le detalló el proyecto de creación del "Center for Iberian and Latin American Studies" (CILAS), dedicado al estudio de las artes, cultura e historia de los pueblos de lengua española, portuguesa y catalana, y le propuso "confiar la reorganización y edición de los materiales atesorados en sus archivos a una comisión de especialistas en la balada hispánica y europea afiliados a CILAS" (traduzco del inglés) formado por los profesores S. G. Armistead (University of Pennsylvania), P. Bénichou (Sorbonne y Harvard University), D. Catalán (Cátedra-Seminario Menéndez Pidal y University of California, San Diego), J. Katz (Columbia University) y J. H. Silverman (University of California, Santa Cruz).
32 Retraso que Nuria Délétra C. Patxot justificó alegando: "Ce long délai signifiait que nous prenions l’affair au sérieux" . Y, por tanto, tras la negativa, aseguraba "Nous l’avons décidé après mûre réflexión", sin alegar razón alguna para ella.
33 Traduzco del francés.
LÁMINAS
Para ocupar la "Cátedra-Seminario Menéndez Pidal" en su primer año propuse en 1970 el nombramiento de S. G. Armistead. Pero pronto quedó claro que la creación de la Cátedra-Seminario era una noticia "para la galería", que no se pensaba hacer realidad. No obstante, Armistead, con apoyo de la "American Philological Society", vino a trabajar en el "Archivo del Romancero", en la catalogación exhaustiva de sus fondos judeo-españoles, durante los veranos de 1970 a 1973.
Armistead encuestando en Jerusalén, Julio de 1978 (foto J. H. Silverman).
Carta de Jimena Menéndez Pidal (desde Chamartín) a Diego Catalán (en La Jolla, California) describiéndole el entusiasmo de Samuel G. Armistead en sus semanas de trabajo intensivo "en Chamartín" sobre los fondos judeo-españoles del "Archivo del Romancero" (11-IX-1970).
La desconfianza de los nietos "suizos" de Rafael Patxot, tanto respecto al Estado español como respecto a la intelectualidad catalana, mantuvo en confinamiento los "materials" del romancero catalán heredados y reunidos por la ex-Institució Patxot. Mis gestiones desde la University of California para que fueran consultables acabaron por ser fallidas.
Fragmento de una carta del 6-XII-71 de Núria Delétra-Patxot desde Ginebra a D. Catalán, en UCSD.
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