9. MANRIQUE DE LARA, EL ROMANCERO DE LOS JUDÍOS DE MARRUECOS Y DE LA PENÍNSULA Y LA MÚSICA DE LOS VIHUELISTAS, 1915-1922.
9. MANRIQUE DE LARA, EL ROMANCERO DE LOS JUDÍOS DE MARRUECOS Y DE LA PENÍNSULA Y LA MÚSICA DE LOS VIHUELISTAS, 1915-1922. III. EL ROMANCERO HISPÁNICO Y LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS.
En 1914, la Junta para Ampliación de Estudios autorizó a Manuel Manrique de Lara124para que, durante el verano, realizara una excursión "a fin de buscar y recoger canciones narrativas con destino a los trabajos que, bajo la dirección de D. Ramón Menéndez Pidal, se llevan a cabo en el Centro de Estudios Históricos", por las provincias de Salamanca, Zamora, León, Palencia y Asturias. Pero no hay en el Archivo rastros de esa encuesta125.
En el siguiente año, 1915, la actividad recolectora veraniega ("una excursión de tres meses") de Manrique se concentró en las comunidades judeo-españolas de Tánger y Tetuán (en Marruecos). Menéndez Pidal contaba con una extraordinaria muestra de la tradición oral de Tánger, que había puesto a contribución en su "Catálogo del romancero judío-español" de 1907; pero el éxito de las encuestas de Manrique de Lara entre los sefardíes de Oriente le convenció de que era posible enriquecer el romancero marroquí aportado al Archivo por Benoliel. El interés de esta rama de la tradición resultaba patente en cualquier tema del romancero. Recientemente Alfred Morel Fatio había llamado la atención acerca de "Un romance à retrouver"126, recordado por Branthôme, en sus Rodomontades espaignolles, como oído por él en su estancia en España en 1564, y del que, aparte de un resumen de su argumento en francés, reproducía algunas frases en español, y Menéndez Pidal había podido "encontrar" ese romance, desconocido de los pliegos sueltos y cancioneros de los siglos XVI y XVII, en su colección de romances tradicionales modernos y añadir una "Nota" al artículo de Morel Fatio127 gracias a
"una versión de Tánger que me comunicó D. José Benoliel, de Lisboa; otras de Salónica, Larissa y Sarajevo, recogidas por D. Manuel Manrique de Lara en un viaje a Oriente fecundísimo en resultados, y otra de Salónica que me remitió D. Rosendo Serra, de Barcelona";
El romance oído por Branthôme es el que hoy conocemos por los nombres de El marido prisionero o ¿Cómo no cantáis, la bella?; pero, según observó entonces Menéndez Pidal, para reconstruir el romance no todas las versiones judeo-españolas que poseía tenían el mismo valor:
"Las versiones actuales de Salónica, Sarajevo y Larissa son breves y en general contaminadas con el romance de Las señas del marido. La de Tánger y las sacadas de dos manuscritos de Sarajevo en caracteres rabínicos de la segunda mitad del s. XVIII, son más extensas".
Por otra parte, Manrique de Lara podía cumplir la antigua y frustrada aspiración de Menéndez Pidal de coleccionar las melodías del romancero judeo-marroquí.
El día que Manuel Manrique de Lara dio por concluida su excursión y se disponía a regresar a Madrid128 invitó en "El Eco Tetuaní" del Domingo 17 de Octubre de 1915 a los españoles residentes en Tetuán a continuar la labor que había venido realizando de salvar del olvido el romancero de raíces medievales conservado por los hebreos:
"La colección por mí formada en Marruecos alcanza aproximadamente a veinte mil versos, y en ella figuran, seguramente, la mayor parte de los romances que más frecuentemente son cantados en las fiestas familiares de los hogares hebreos. Mas, sin duda, aún quedarán en la penumbra otras poesías narrativas que mi diligencia y mi entusiasmo no han logrado descubrir".
Pero no serían los españoles residentes en Tetuán, sino el propio Manrique quien, en una nueva campaña, completase en 1916 su labor de 1915, con cuatro meses de trabajo, en que visitó Larache y Alcazarquivir y de nuevo Tetuán. Por entonces, según confirman las Memorias de la Junta para Ampliación de Estudios, Manuel Manrique de Lara era ya uno de los "Colaboradores" de la Sección de Filología del Centro de Estudios Históricos. Los resultados de la encuesta de 1916 en Marruecos fueron espléndidos, no sólo por la cantidad de material reunido ("más de 28.300 versos y más de 300 melodías")129 sino por la calidad de los textos y músicas descubiertos, ya que las comunidades judías de Marruecos eran depositarias de una tradición mucho más completa y literaria que la de Oriente.
Nada más llegar a Madrid, desde la "Gran Peña", invitaba a comer en ella a su "querido Ramón" y comentaba exultante:
"Heme aquí de vuelta ya de mi expedición africana y andaluza. Creo que quedará V. tan contento como yo lo estoy del resultado. He conseguido coleccionar 10.000 (diez mil, eh!) versos más que el año pasado, es decir, que he vuelto cargado con la friolera de 28.000 octosílabos. Además muchas melodías" 130.
Aunque el Archivo Menéndez Pidal albergaba, desde antiguo, la colección de José Benoliel, sólo las encuestas de 1915 y 1916 de Manrique de Lara convirtieron sus fondos marroquíes en un corpus sin parigual en el conjunto del Romancero. Manrique no se limitó, como Benoliel, a ejemplificar el repertorio con una versión de cada tema y variantes respecto a su texto, sino que reunió cuantas pudo de cada romance, interrogando a múltiples miembros de las comunidades sefardíes, mujeres todas ellas pero de muy diversas edades. En sus pesquisas, halló algunas cantoras con repertorios excepcionales: en Tánger, Hanna Bennaim, de 70 años, capaz de recordar 96 temas y Majní Bensimbrá, de 65 años, depositarla de 68 temas; en Tetuán, Simi Chocrón, aunque mucho más joven, pues tenía 37 años, recordó 74 temas diversos131.
En el curso de aquel viaje, Manrique de Lara exploró también la tradición urbana andaluza, en Córdoba, Sevilla, la bahía de Cádiz y Algeciras132. En Córdoba el romancero a que atendió fue el de las niñas, como era costumbre en las exploraciones de principios de siglo; pero halló entre ellas una de 12 años (Julia Pedregosa Pérez) con un nutrido repertorio, aunque temáticamente no fuera nada excepcional. Los tres días que dedicó a Sevilla y Triana le depararon un encuentro que sólo en fechas recientes ha podido ser valorado correctamente: el hallazgo del particular romancero urbano de las comunidades gitanas de Andalucía la Baja133. Una cigarrera de la Fábrica de Tabacos de Sevilla, Encarnación Rodríguez, de 21 años, le abrió indirectamente las puertas de ese mundo, tradicionalmente hermético134, al ponerle en relación con Joaquina Lérida, gitana de 23 años, a través de la cual obtuvo ya el primero de los romances del repertorio típico de esa comunidad, desconocido por los payos:, el romance de El moro que reta a Valencia135. Seguidamente, Manrique entró de lleno en el mundo de Triana, donde obtuvo versiones de otro informante gitano136 y consiguió que, en la calle de Pureza, núm. 127, el excepcional cantor Juan José Niño, de 57 años, le transmitiera su curiosísimo repertorio137. Los contactos establecidos en Triana debieron permitirle dirigirse a Cádiz recomendado a la comunidad gitana de los Puertos, ya que su encuesta se centró allí en el interrogatorio de informantes gitanos138. Posiblemente la experiencia de Manrique de Lara como colector en los guetos judíos de Oriente y de Marruecos le dotó del "saber hacer" necesario para conseguir la colaboración de esta otra minoría encerrada en sus tradiciones.
Sabemos que el 18 de Julio de 1917 una Real Orden aprobó una nueva excursión de Manrique de Lara durante 3 meses "por las provincias de Zaragoza, Huesca, Teruel, Navarra, Burgos, Palencia, Santander, Asturias, Zamora, Salamanca, Oporto, Lisboa, Cáceres y Badajoz", "para recoger la música y letra de romances españoles", que no llegaría a realizarse139; pero el 14 de Junio de 1918 la Junta nuevamente propone al Ministerio "que se le conceda una pensión de 3 meses con el fin de que pueda realizar una excursión por las provincias de Aragón, Navarra, Burgos, Palencia, Santander, Asturias, Zamora, Salamanca y las de Extremadura, para recoger la música y letra de romances españoles" 140, y, esta vez, la campaña tuvo lugar. Manrique, que en Marzo de aquel año había sido ascendido al grado de Teniente Coronel y seguía estando a las órdenes del Ministro de Marina, obtiene el 3 de Agosto la autorización de su cuerpo "para que desempeñe en la Península una Comisión" que le fue conferida por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes141. Seguidamente, inició sus encuestas en Zaragoza recogiendo algunas versiones locales y otras de Calamocha (Teruel) y de varios lugares de la provincia de Zaragoza; en la primera quincena de Agosto recorrió el Alto Aragón (comarcas de Barbastro, Graus, Benabarre y Jaca), donde la cosecha de romances fue espléndida; de allí fue a Burgos y Palencia, y en esta provincia se demoró hasta finales de Setiembre, pues el caudal de versiones recogidas en ella fue ingente; pasó a Cantabria por Reinosa y de allí a San Vicente de la Barquera142. Las siguientes etapas de su viaje fueron más aceleradas: de San Vicente fue a Potes y a Bustio, pero (aunque sabemos que recorrió Colombres, Arriendas, Covadonga y Grado) no se detuvo en Asturias a recoger romances ni tampoco en el Norte de León143, sin duda por deferencia a Torner. Los únicos romances que recogió del Principado fueron de una informante procedente de Noriega (Ribadedeva) entrevistada en Cantabria144. También fueron recogidas fuera de la provincia de León las versiones de Vega de los Viejos dichas por Serginia Suárez, a quien Manrique entrevistó en Palencia ciudad145. Manrique, tras sus encuestas en Potes y Bustio, no reanudó la búsqueda de romances sino en Astorga (León). Desde allí continuó recorriendo algunas localidades de Zamora (desde donde el 5 de Octubre hizo un nuevo envío de textos)146; para entonces pasaban de 480 los textos reunidos desde que inició la recolección en Zaragoza147; aún recogió algunas versiones en Salamanca, entre ellas una magnífica de la forma más arcaica del romance de La muerte ocultada, con el combate del protagonista con una "brava leona" (n° 488 de la recolección de aquel año)148.
Al regreso de esa gran encuesta por el Norte de la Península, Manrique fue destinado a Madrid149 y nombrado Jefe de la Comisión liquidadora de Infantería de Marina y, a comienzos del siguiente año, miembro de la Junta encargada de la reforma de los estatutos de la Real y Militar Orden de San Fernando150. Pero el 25 de Marzo fue nombrado Jefe del 2° batallón del Regimiento Expedicionario de Infantería de Marina y enviado a la Guerra de África151. Manrique desembarcó en Larache el 23 de Abril de 1919. Pese a sus obligaciones militares152, el 14 de Junio ofrecía a Menéndez Pidal seguir colaborando en el romancero, y le solicitaba para ello una pequeña subvención153, alegando, con el apoyo de lugares comunes anti-semitas, que
"la investigación entre los judíos es siempre cara, porque son gente interesada y propensa a la explotación de quien cae en sus manos"154.
Manrique mostraba empeño en obtener nuevas versiones de un romance, La jura de Santa Gadea (ú.o), conocido en versión única, cuya recitadora, de 98 años "murió dos días después de recitarlo"155 y el de la Muerte del rey don Sebastián, pues se hallaba en la tierra donde ocurrió el suceso. En el mes de Julio el Teniente Coronel jefe del 2° batallón seguía pensando en el Romancero:
"Querido Menéndez Pidal: profundamente me agradan sus juicios de V. sobre las excelencias de la tradición marroquí, que de modo tan copioso ha de estar presente en nuestra colección. Yo prosigo acrecentándola cuanto puedo, no sólo con nuevas versiones de Larache, donde resido y trabajo, por mí mismo, sino buscando corresponsales".
Aspiraba, incluso a tener acceso a la tradición de Xexauen, "la ciudad santa del interior, que los europeos no pueden o al menos hasta ahora no han podido visitar"156. Por otra parte, proseguía desde allí su labor de recuperación de la música antigua de los romances, iniciada en el Centro de Estudios Históricos. En la proyectada edición del Romancero, Menéndez Pidal se proponía acompañar la publicación de los textos literarios con la publicación de los textos musicales, tanto los transcritos por los músicos de los siglos XV, XVI y XVII, como los recogidos de la tradición oral moderna. Manrique, en su carta desde Larache, le hacía por ello saber:
"Prosigo el trabajo de traducir los libros de vihuela, que tengo casi concluido. Sólo me faltan Bermudo y Venegas. Todo lo demás está ya listo. Esta labor me ha dado la alegría de ver que la música del Conde Arnaldos es la misma que yo he recogido, viva todavía, en Tetuán. En idéntico caso está Paseábase el rey moro, según yo retengo de años atrás su música en la memoria, y no dudo que el estudio de esas melodías transcritas en la antigüedad ha de darnos grandes sorpresas cuando, en traducciones fidedignas y no calumniosas, puedan ser comparadas con cuanto persiste todavía en la tradición moderna.
En cuanto Venegas y Bermudo estén transcritos, comenzaré con el Cancionero de Palacio"157,
y le encargaba, "ahora que la paz se ha hecho", la adquisición en Alemania de Sang und Klang de W. Tappert, Leipzig: Breitkoff und Haitel, "donde aparecen hechas por aquel maestro especialista algunas transcripciones de libros de vihuela, los nuestros entre otros, que yo quisiera comparar con las mías recientes".
Pero la guerra de África acabaría por absorberle. El 13 de Abril de 1920 confesaba a Menéndez Pidal:
"Llegaron a mis manos las 297 ptas. que ya he comenzado a emplear. Hasta ahora no he podido trabajar demasiado porque estoy atareadísimo con la incorporación a instrucción de los reclutas. Además no he logrado hacer ningún encuentro sensacional. Todo lo hallado hasta aquí no hace más que confirmar versiones anteriores".
Más que el romancero local parecía interesarle su colección de Tánger y Tetuán del año 15158 y los viejos libros de música159. El 4 de Junio, el trabajo sobre el romancero sólo aparecía ya en su mente como un proyecto para el futuro160, ya que, según explicaba
"En estos dos días no he podido trabajar nada en nuestros romances. Tengo mi batallón preparado para salir a campaña a la primera orden y todo se convierte en ejercicios (...) que a veces exceden a 30 kilómetros de marcha cada día bajo un sol que abrasa y en medio de un polvo que ahoga (...)".
A partir de este mes de Junio de 1920, en que se reactivan las acciones ofensivas, le vemos, a través de su hoja de servicios, establecer blokaus, redactar partes, ser ascendido a Coronel y participar "a petición propia" en la columna que actúa desde Teffer y en combates que le hacen ganar cruces del Mérito Militar y del Mérito Naval; los combates y ocupaciones de localidades en que interviene son, aveces, con notables bajas propias. Según certificado de la superioridad (26-XI-1920):
"Del valor, celo y brillante actuación demostrado por este Jefe durante el curso de las operaciones ha quedado altamente satisfecho el General Jefe de la columna"161.
Aunque, a finales del año fue destinado a la Corte, volvió inmediatamente a África, por voluntad propia, con el mando de un Regimiento expedicionario (22-1-1921), y a partir de Mayo, mediante incorporación al Cuartel General, intervino nuevamente en varias acciones combativas.
Pero lo peor de su experiencia guerrera no sería el fuego enemigo, sino el paludismo. El 2 de Setiembre de 1921, escribía a Menéndez Pidal:
"Desde las últimas operaciones de los meses de Junio y Julio estoy sufriendo un fuertísimo ataque de paludismo atrapado en las montañas de Beni Arós donde bebíamos agua pútrida y pestilente de unos horribles charcos. Los accesos, que se prolongan casi dos días, alcanzan temperaturas de 40 grados y me han puesto en estado lamentable"
y sugería a su amigo:
"No deje V. de hacer fotografiar las páginas prefijadas del Códice de Palacio (...). Para su interpretación podría yo utilizar los meses de invierno, que forzosamente habrán de ser de descanso, después de las operaciones de Otoño, durante la época de lluvias, en que los campos sin caminos son barrizales intransitables. Si salgo con vida, supongo que volveré a Madrid hacia la Primavera y, tras sentar allí mis reales, consagraréme en cuerpo y alma a nuestra labor musical y poética. Ahora, por desgracia, poco puedo trabajar (...). Se hace precisa una dura campaña de castigo y destrucción"162.
En Diciembre, de acuerdo con esa creencia propia de los militares más enfervorizados por la guerra contra "el moro", encomendó una vez más la Comandancia de Larache a un inferior en grado para poder participar en otras acciones ofensivas163.
Sólo el 21 de Enero de 1922 se dieron "por terminadas las operaciones", y el 3 de Febrero se dispuso "el relevo de este Jefe, por cumplido el tiempo de mando y que sea pasaportado para Madrid". El General de Brigada y Comandante General del Territorio certificó entonces:
"Que el Coronel de Infantería de Marina Don Manuel Manrique de Lara en cuantas operaciones se realizaron en este territorio durante los años de 1920, 1921 y Enero último, a las que asistió voluntariamente, dio reiteradas pruebas de valor sereno y de un excelente espíritu militar, realizando, con evidente acierto, cuantas misiones le encomendé y demostrando en todos sus actos relevantes aptitudes de Jefe"164.
Esas aptitudes valieron a Manrique de Lara que el 21 de Junio de 1923 fuera promovido al grado de General de Brigada y el 7 de Diciembre se le concediera la Gran Cruz de San Hermenegildo. Así pues, su decisión de participar activamente en las operaciones militares resultó incompatible con su vocación de estudioso de la música tradicional del Romancero165.
En 1920 los trabajos que Manrique de Lara había venido realizando sobre la música romancística y cancioneril antigua estaban siendo complementados por Martínez Torner. Nos lo ponen de manifiesto algunas cartas suyas a Menéndez Pidal:
"Estoy trabajando sobre el Cancionero colombino. Es labor de bastantes dificultades, no solamente por lo que se refiere a la interpretación de la escritura musical, sino principalmente para encontrar la justa tonalidad de las melodías y sus contrapuntos, pues están siempre omitidos los signos que indican los accidentes, según costumbre de aquella época y, por consiguiente, es preciso un estudio muy detenido del carácter melódico de cada canción en sus distintas voces (...). Me entrevisto cada dos días con el Maestro de Capilla [de la Catedral] a fin de examinar juntos mi trabajo (...) Procedo con todo escrúpulo a fin de no incurrir en los errores en que, a mi juicio, incurrió Barbieri en su Cancionero (...). Para la traducción de la parte literaria he estudiado algo de paleografía y cuento además con la ayuda de Alarcos" (Oviedo, 18-VII-1920).
"Continúo trabajando en la transcripción del Cancionero Colombino y en los romances (...). Tengo aún por resolver la cuestión referente a la tonalidad de las melodías (...). ¿No habrá que tener en cuenta algunas veces las tonalidades que indudablemente tenía y tiene el pueblo, distintas de las eclesiásticas, así como ritmos y giros melódicos especiales? Y, aparte de esto, la paleografía musical es ciencia poco dominada aún (...). Por esto y otras varias razones que le expondré a mi regreso a Madrid en los 1os días de septiembre (...) creo que me sería de gran provecho ir al Monasterio de Silos y permanecer allí como cosa de un mes a fin de conocer los trabajos que sobre paleografía musical y otros problemas realizan los frailes de dicho Monasterio, que, como Vd. sabe, son en España los representantes y colaboradores de los de Solesnes" (Oviedo, 20-VIII-1920).
Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)
NOTAS
124 Aunque el 13-11-1914 Manrique entró de nuevo en número en el escalafón de su empleo militar, se dispuso que quedase en situación de excedencia forzosa afecto al Ministerio de Marina.
125 El viaje de Manrique fue diseñado antes de que Menéndez Pidal partiera para América y estallara la Primera Guerra Mundial; se conserva (Archivo Residencia de Estudiantes. Expediente Manrique de Lara) carta de recomendación a la Junta de don Ramón del 18-VI-1914. Pero, según el 3-VIII-1914 Navarro Tomás escribía a la Argentina a Menéndez Pidal: "El P[adre] Villada empezó ya su excursión. Manrique no sé si habrá marchado". Curiosamente el 7 de Agosto de 1914 el Ministerio de la Guerra concedió a Manrique la Placa de la Orden de San Hermenegildo. Desde 1906 tenía la Cruz de la Orden.
126 Publicado en la RFE, II (1915), pp. 371-372.
127 RFE, II (1915), pp. 372-373.
128 Según se consigna por la redacción del periódico en el mismo número. Había residido en Tánger del 4-VIII al 22-IX y en Tetuán del 22-IX al 18-X; antes pasó por Sevilla y después fue a Granada.
129 Datos consignados por la J.A.E en su Memoria 1916 y 1917 (1918), pp. 95 y 110.
130 Carta de un "Domingo", sin fecha: "He llegado esta mañana". Decía esperarle a comer para que viera la colección, y añadía: "No la envío a su Centro de V. porque quiero antes poner en su sitio las melodías. Espero su respuesta". S. G. Armistead reprodujo fotográficamente esta carta en las láminas del vol. I de El romancero judeo-español (1978).
131 Los repertorios de las diversas cantoras entrevistadas por Manrique en Marruecos pueden verse en S. G. Armistead, El romancero judeo-español en el Archivo Menéndez Pidal (1978), III, pp. 121-144. Un ejemplo de original manuscrito de Manrique de Lara procedente de estas encuestas puede verse en RTLH, X (1977-1978), frente a la p. 49.
132 La vertiente andaluza de esta encuesta ha sido reconstruida y comentada por J. A. Cid, "El Romancero tradicional de Andalucía. La recolección histórica y las encuestas de M. Manrique de Lara (Córdoba, Sevilla, Cádiz; 1916)" (en prensa).
133 Durante muchos años, sólo fue notorio que en Andalucía la Baja Manrique de Lara había hallado un grupo de informantes con un repertorio excepcional dentro de la tradición romanceril de todo el Sur de España, incluida Andalucía (véase D. Catalán, "El Archivo Menéndez Pidal y la exploración del Romancero castellano, catalán y gallego", en El romancero en la tradición oral moderna, 1973, pp. 85-94: pp. 88-90, en que remito a estudios anteriores). Pero, posteriormente, la discografía de la Historia del Cante Gitano Andaluz, me llevó a tener conocimiento (1979) de la existencia de la tradición romancística gitana (Disco II con interpretación de Antonio Mairena) y, seguidamente, a conocer mejor su especificidad gracias a Luis Suárez Ávila, quien ha esclarecido las conexiones entre los viejos cantores manriqueños y los actuales depositarios de la tradición. Véase, sobre todo, "El romancero de los gitanos bajoandaluces. Del romancero a las tonas", en Dos siglos de flamenco. Actas de la Conferencia Internacional, Jerez, 21-25 Junio 88, Jerez: Fundación Andaluza de Flamenco, 1989, pp. 29-129.
134 La importancia de Encarnación Rodríguez para el hallazgo por Manrique de Lara de la tradición gitana ha sido recientemente puesta de relieve por J. A. Cid, en el art. cit. en la n. 131. Encarnación se dedicó seguidamente a la tarea de coleccionar versiones para remitírselas a Manrique de Lara.
135 Publiqué esta versión, junto con otras de los también recitadores gitanos Juan José Niño y López (57 a.) y Gabriel Monge "Nene" (89 a.), en Siete siglos de romancero, Madrid: Gredos, 1969, pp. 167-169.
136 Joaquín Bermúdez, 41a. Pero ya antes, quizá en la Fábrica de Aceites de Barca, había obtenido otra versión de un romance típicamente gitano (Bernardo se entrevista con el rey, ed. en RTLH, I, pp. 62 y 246) de boca de Diego Jiménez, 46 a.
137 Llamé ya la atención acerca de este notable transmisor de la tradición en Siete siglos de romancero (1969), p. 167, n. 51. Véase sobre él, L. Suárez Ávila, obra cit. en la n. 66; T. Catarella, El Romancero gitano-andaluz de Juan José Niño (Sevilla: Fundación Machado, 1993), y la n. 29, y el Inventario del artículo de J. A. Cid cit. en la n. 132.
138 Gabriel Monge "Nene", 89 a.; Joaquín Jiménez Vega, 70 a.; Rosario Vega, 48 a.
139 La Memoria 1916 y 1917 de la J.A.E. (1918), p. 110, hace simplemente constar "Desgraciadamente en el verano de 1917 el Sr. Manrique de Lara no pudo proseguir sus exploraciones".
140 Según copia del expediente guardado por la J.A.E., hecha el 13-VIII-1926 por [Luis] Santullano para uso de Ramón Menéndez Pidal.
141 Por Real Orden citada en el expediente (hoja de servicios) del propio M. Manrique de Lara.
142 Manrique, al hacer los envíos de las versiones que iba recogiendo, describe, por encima, su ruta, y fecha el resumen de lo conseguido hasta entonces: así, el "envío IV, sobre Burgos-Palencia , lleva la fecha 7 de Setiembre de 1918, y el V, el VI y el VII, todos ellos sobre Palencia, las de 14, 21 y 25 del mismo mes; el envío VIII, sobre Palencia, Reinosa y San Vicente de la Barquera no lleva fecha. La reconstrucción precisa de su recolección puede hacerse atendiendo a la numeración correlativa de las versiones (en números romanos) y de las páginas (en numeración arábiga) que figuran en las versiones hoy dispersas en las carpetas del Archivo Menéndez Pidal. La n° I la recogió en Zaragoza; la DXIX en San Vicente de la Barquera.
143 La tapa del envío IX lleva las indicaciones geográficas "Potes, Bustio (Bustio-Colombres-Arriondas-Covadonga-Grado), León, Zamora" y la fecha: "5 Octubre 1918".
144 Según señaló J. A. Cid, "El Romancero tradicional en Asturias" (1991), pp. 61-62 y 271. La numeración de las versiones pone en claro que esta informante fue entrevistada cuando Manrique se hallaba en San Vicente de la Barquera, Cantabria (los núms. CDXXV-CDXXVII correspondientes a las versiones de Noriega van rodeados por números que corresponden a versiones de San Vicente de la Barquera).
145 Serginia Suárez vivía en la calle de Colón 4 (antes Mazorqueros), Palencia, y allí la entrevistó Manrique en el mes de Setiembre, según se ve por la numeración de las versiones (véase, para más detalles, D. Catalán et al, Romancero general de León, 1991, 2a ed. 1995, pp. L-LII y n. 140, y la lám. 12 en la p. CXll).
146 Sobre las versiones de Cantabria, León y Zamora posteriores al envío hecho desde San Vicente de la Barquera, véase el citado Romancero general de León, n. 140. Manrique comenzó ahora a numerar las versiones con cifras árabes, aunque siguiendo la anterior numeración. De la provincia de Zamora hay versiones de esta encuesta manriqueña procedentes de Morales del Vino, Montamarta, Sayago y Ferreruela de Tábara.
147 Según pone de manifiesto la numeración misma de las versiones.
148 Ese año recogió romances de Pocilgas o Buenavista (Salamanca), que le cantó la misma informante, Polonia Pedreira, entrevistada a comienzos de siglo por iniciativa de Luis Maldonado.
149 Por Real Orden del 26 de Octubre de 1918.
150 Reales Órdenes de 26-X-1918 y 16-1-1919, respectivamente.
151 Tras hacer entrega de su cargo anterior (21 de Enero), "se le expidió pasaporte para trasladarse a Larache" (8 de abril) e incorporarse al nuevo destino.
152 En la carta del 14-VI-1919, que a continuación cito, Manrique anuncia: "Dentro de tres días salgo a recorrer las posiciones de los límites de las zonas conquistadas, donde tengo a casi todos mis soldados. Confío en que volveré en estado de proseguir nuestros trabajos". Sus actividades militares consistían, en efecto, según muestran los detalles de su hoja de servicios, en visitar las posiciones avanzadas: Así por ejemplo, "En 20 de Julio y cumpliendo órdenes de la superioridad del Territorio (...) salió (...) acompañado del Teniente D. Federico Montero y escoltado por un cabo y cuatro soldados de caballería, a visitar las posiciones guarnecidas por fuerzas de su batallón, llegando el mismo día a la de Muley-Bu-Sel-Ham, donde pernoctó (...). Entre Sidi-Bu-Haya y Jomisa se internó en territorio enemigo de la kabila de Benigorfet y alcanzó en un recorrido de más de ocho kilómetros un terreno nunca hasta entonces pisado por tropas Españolas, regresando a esta Plaza el 25".
153 "Con una subvención mensual de 125 ó 150 ptas. tendría suficiente para proseguir con fruto el acrecentamiento de nuestra colección de romances. Lo mismo conseguiríamos con una cantidad alzada proporcional por una sola vez" (Carta desde Larache, 14-VI-1919).
154 Argumentaba además que "como ya estuve aquí hace tres años y gasté de largo, saben muy bien la estimación que para mí tiene cuanto me proporcionan".
155 Larache, 14-VI-1919.
156 "Me han prometido y las aguardo con verdadera ansia versiones de romances de Xexauen (...). Claro es que tales versiones serán recogidas por un judío y carecerán por tanto de las melodías correspondientes, pero ¡qué le hemos de hacer!". Carta a Menéndez Pidal del 12-VII-1919.
157 Manrique insistía en su carta (del 12-VI-1919) en la necesidad de contar con fotografías y no copias: "Por cierto que Bermudo y Mudarra no han sido fotografiados y la colocación de la letra es defectuosa en la copia manuscrita de que yo he dispuesto. Para que no haya error, convendría que hiciera V. fotografiar las páginas de esos libros". "Procure V. también que fotografíen el Cancionero de palacio. Yo hice facsímiles, pero indudablemente la fotografía ha de ser mucho más fiel y más segura". Además, reconocía que Bermudo y Mudarra le ofrecían "ciertas dificultades en las cifras" "porque no consigo hallar la clave lógica a pesar de que siguiendo el método empleado con los demás autores (Milán, Pisador, Narváez, Anriques, etc.) he probado a emplear la notación de la vihuela a la manera francesa e italiana, según estos por predilección particular la emplean".
158 "No olvide V. la necesidad de copiar por un buen copista (Medel, por ejemplo, el de la Sociedad de Autores) la enorme cantidad de melodías coleccionada por mí en mi primer viage a Tánger y a Tetuán el año 15. Son las mejores recogidas y las que habrán de servir de fundamento al estudio".
159 Le pedía especialmente "la fotografía del romance de Bermudo con el romance «Mira Tero de Tarpeya» (...) es imposible acomodar el texto sin un original fidedigno, tanto más interesante cuanto que se puede hacer la comparación con lo transcrito por Mudarra y Zúñiga".
160 «yo creo que ascenderé a Coronel en el mes de Octubre y que iré destinado a Madrid por algunos meses antes de volver a África (...), podremos colaborar estrechamente en los mil problemas que a V. y a mí ofrece la poesía narrativa".
161 Aparte del certificado agregado a su Expediente militar, en que se detallan las acciones en que participó se halla también incorporada copia del "Parte dado por el Jefe de Columna a que se refiere la nota anterior" el Teniente Coronel Manuel Manrique de Lara relativa "a la operación de 30 de junio de 1920 en que fueron colocados dos blokaus entre las posiciones de Aulef y Bua Azaf y Hiay" cumpliendo orden verbal del Comandante General.
162 Manrique, con perspectiva de militar, denunciaba que "los moros, empujados y auxiliados evidentemente por quienes tienen intereses contrarios a nosotros, están en un período de gran efervescencia" y creía que "con las contemplaciones y blanduras tradicionales, sólo damos pruebas de vergonzosa y lamentable debilidad".
163 Sirva ésta de ejemplo: "El 17 de Diciembre entregó el despacho de su Regimiento y salió, formando parte del Cuartel General, para efectuar operaciones sobre Beni-Arós, llegando al Campamento de Berbex y asistiendo el 19 al combate y posesión del desfiladero de Afarmin e instalación de las posiciones de Ain-Gorra y avanzadilla, Afarmin Norte y Afarmin Sur que nos ocasionó 100 bajas; el 22 reconocimiento y combate a vanguardia de las referidas posiciones, con 9 bajas de nuestra parte, que tuvo por objeto establecer contacto con las columnas del Territorio de Ceuta (...)".
164 Según se hace constar en su Expediente, que recoge además las concesiones de las cruces "por los servicios prestados en Teffer, durante el año anterior".
165 Pese a su buena voluntad de continuar trabajando en la recogida de romances entre los sefardíes y estudiando la música antigua del Romancero, parece que participar en la Guerra se impuso como prioridad en la mente del infante de marina durante este período de su vida.
166 Pueden leerse agrupados en Estudios sobre el Romancero (1973), pp. 85-216.
LÁMINAS
Entre 1914 y 1918, Manuel Manrique de Lara, como miembro del Centro de Estudios Históricos, hizo varias encuestas por la Península y por el Norte de Marruecos. En ellas descubrió el romancero gitano-andaluz de Triana, la Bahía de Cádiz y Algeciras (sin explicar que los informantes eran gitanos), reunió un corpus de versiones y melodías judeo-españolas del Norte de África sin parigual y sacó a luz el romancero aragonés y castellano viejo.
Portada del segundo cuaderno de versiones recogidas por M. Manrique de Lara en su excursión de 1916 (con la numeración de los romances y número de versos anotados).
Comienzo de la versión de Durandarte envía su corazón a Belerma, dicha por el extraordinario portador de la tradición oral gitana Juan José Niño a Manrique, 1916.
Programa que se traza Manrique de Lara para encuestar en Tánger, y comienzo del índice de temas recogidos (1915).
Una de las versiones recogidas en la encuesta por la Península de Manrique de Lara (1918): el romance de Virgilios recogido en Valtanaz de Cerrato (Palencia).
Manrique de Lara trabajó en el Centro de Estudios Históricos en la transcripción de los libros música de vihuela del s. XVI, donde abundan los romances.
El primer Libro de música de vihuela de Luis Milán se publicó en Valencia, corte del Duque de Calabria y Germana de Foix, en 1535.
Grabado del libro de música de Milán.
Romance de Durandarte incluido en el Libro de música de vihuela de Luis Milán.
Vihuela de seis cuerdas del tratado de Milán.
Versión musical de El infante Arnaldos, incluida por Diego Pisador, Libro de música de vihuela, Salamanca, 1552, fols. V y Vvto. (ed. facs. en Minkoff Reprint, Genève, 1973).
Versión musical de El infante Amaldos cantada por Majni Bensimbra, de 65 años, en Tetuán, 1915, a Manuel Manrique de Lara. (Cortesía de Susana Asensio).
Transcripción moderna de la versión de D. Pisador (1552), editada en Th. Binckley y M. Frenk, Spanish Romances of the Sixteenth Century, Bloomington: Indiana Univ., 1992, págs. 77-78.
El delfín de música (1536), libro de vihuela de Luis de Narváez, maestro de Felipe II.
Estando en la Guerra de África en 1919, Manrique de Lara, desde Larache, reclamaba a Menéndez Pidal fotografías del libro del franciscano andaluz Juan Bermudo. Declaración de instrumentos, 1555, que le ofrecía "ciertas dificultades en las cifras" "siguiendo el método empleado con los demás autores".
Vihuela de siete cuerdas sobre la que versa la "demostración"publicada por Bermudo.
Manrique de Lara creía compatible la continuidad de su labor de transcribir los cancioneros musicales antiguos con su actividad militar en África. Tres días antes de salir a recorrer las posiciones más avanzadas recientemente conquistadas, prometía a Menéndez Pidal: "En cuanto Venegas y Bermudo estén transcritos, comenzaré con el Cancionero de Palacio", "confío en que volveré en estado de proseguir nuestros trabajos" (14-VI-1919).
Parte del Teniente Coronel Manuel Manrique de Lara, jefe de la columna concentrada en Tzelata, dado el 1° de Julio de 1920, desde Larache (incluido en la Hoja de Servicios descrita en la lámina siguiente).
SUMARIO:
I PRESENTACIÓN: EL ROMANCERO Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL
* EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO
* 2. DESCUBRIMIENTO DE LA TRADICIÓN ORAL CASTELLANA EN 1900
* 3. LOS PRIMEROS PASOS EN LA COMPILACIÓN DE UN ROMANCERO ORAL PAN-HISPÁNICO
* 4. EN BUSCA DE ROMANCES FUERA DE LA PENÍNSULA: EN CANARIAS Y EN LAS COMUNIDADES SEFARDÍES, 1904
* 5. "A POR PAN Y A VER AL DUQUE": PRIMER VIAJE A AMÉRICA, 1905-1906
* 6. EL FONÓGRAFO DE CILINDROS DE CERA VIAJA EN BUSCA DE MELODÍAS, 1905-1906
* 7. LA MÚSICA Y LA DANZA COMO PARTE DEL ROMANCERO, 1905
* 8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908
* III EL ROMANCERO HISPÁNICO BAJO LOS AUSPICIOS DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS
* 1. LA CREACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y EL ROMANCERO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL
* 2. LOS DIALECTÓLOGOS Y EL ROMANCERO ORAL: 1910-1912
* 3. MANRIQUE DE LARA COLECTA EN ORIENTE EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1911-1912
* 4. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO ANTERIORES A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1909-1913
* 5. EL ROMANCERO HISPÁNICO DE AMÉRICA DEL NORTE, 1913
* 6. LOS PLIEGOS SUELTOS DE PRAGA LLEGAN AL ARCHIVO, 1913-1914
* 7. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE A AMÉRICA, PERO DEJA DE LADO EL ROMANCERO, 1914
* 8. LAS GRANDES ENCUESTAS REGIONALES DE JOSEFINA SELA Y DE EDUARDO M. TORNER, 1914-1920
* 10. POESÍA POPULAR Y ROMANCERO, 1914-1918
* 11. LA GEOGRAFÍA FOLKLÓRICA Y LA EXPLORACIÓN DE REGIONES HASTA EL MOMENTO POCO ENCUESTADAS, 1920
* 12. AURELIO DE LLANO Y EL CONOCIMIENTO DEL ROMANCERO ASTURIANO, 1919-1925
* 13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20
* 14. LA TERCERA PARTE DE LA SILVA, PERDIDA, 1921
* 15. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, EN EL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE LA ROSA, 1925
* 16. SIGUE LA ACTIVIDAD RECOLECTORA, 1926-1927
* 17. LA CEGUERA TEMPORAL DE MENÉNDEZ PlDAL Y SU "FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS", 1926-1928
* IV. EL PROYECTO DE PUBLICACIÓN DE EPOPEYA Y ROMANCERO FINES DE LOS AÑOS 20, COMIENZOS DE LOS AÑOS 30
* 1. EL ROMANCERO, PARTE DE UNA MAGNA OBRA A PUNTO DE PUBLICARSE
* 2. LAS FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS
* 3. GALICIA EN EL FOCO DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO, 1928-1931
* 4. APORTACIONES AL ARCHIVO DE COLECCIONES AJENAS. EL ROMANCERO CATALÁN, 1930-1933
* 5. 1930. LOS BAILES ROMANCEADOS QUE AÚN PERDURAN
* 7. PARÁLISIS RECOLECTORA EN PORTUGAL, 1930
* 8. DISCOGRAFÍA Y PELÍCULAS ETNOGRÁFICAS; EL ROMANCERO INCORPORADO A LA ENSEÑANZA ESCOLAR. 1932-1936
* V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL
* 1. DISCONTINUIDAD DE EPOPEYA Y ROMANCERO Y CONTINUIDAD LATENTE DEL ROMANCERO
* 2. MADRID BOMBARDEADO. EL ARCHIVO "REFUGIADO" EN LA EMBAJADA DE MÉXICO
* 4. ANÍBAL OTERO, ENCUESTADOR DEL ROMANCERO Y DEL ATLAS LINGÜÍSTICO, ACUSADO DE ESPIONAJE
* 5. MENÉNDEZ PIDAL, ANCLADO EN CUBA, A LA BÚSQUEDA DE ROMANCES
* VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA
* 1. DEPURACIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL. FIN DE SUS PROYECTOS CON UNA PROYECCIÓN NACIONAL, 1939-1941
* 2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945
* 3. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ROMANCISTAS TOMA EL RELEVO, 1945-1946
* 4. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE AL ROMANCERO, 1946-1950
* 6. ÉXITO EN LA TRADICIÓN ORAL DE ALGUNAS VERSIONES FACTICIAS DE LA FLOR NUEVA
* 7. HACIA UNA RECUPERACIÓN DEL ROMANCERO PORTUGUÉS, 1948
* 12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI
* VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL
* 1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954
* 2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959
* 3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50
* 4. GRAN RECOLECCIÓN DE ROMANCES EN LAS ISLAS CANARIAS, 1952-1957
* 5. EL ROMANCERO TRADICIONAL, CUESTIONADO, 1959-1962
* 6. ÚLTIMAS CONTRIBUCIONES DE MENÉNDEZ PlDAL AL ROMANCERO, 1959-1965
* 7. MENÉNDEZ PIDAL EN ISRAEL Y EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1964
* 8. EL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL Y EL FUTURO DEL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1963-1966
* 9. REACTIVACIÓN DE LA LABOR EDITORIAL DEL ROMANCERO, 1966
* VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL
* 2. BELLAS PALABRAS Y NEGRAS REALIDADES, 1969-1970
* 4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975
* 5. EL ROMANCERO ¿AÚN VIVE?, 1973-1975
* 6. CRECER, PARA NO MORIR, 1976-1981
* 7. EL ROMANCERO AÚN VIVE. VOCES NUEVAS DE LA TRADICIÓN ORAL, 1977-1978
* 8. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCERO. UNA NUEVA EMPRESA COLECTIVA, 1977-1984
* 9. LAS GRANDES ENCUESTAS COLECTIVAS DEL PROYECTO DEAPHR, 1980-1984
* 10. LAS TRADICIONES ORALES LEONESAS Y EL ROMANCERO EN LEÓN A FINALES DEL S. XX, 1984-1988
* 13. EL ROMANCERO ANTE EL CENTENARIO DEL ’98
* EPÍLOGO
* 1.- EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL DINAMITADO
* 3.- LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA INVESTIGACIÓN
Diseño gráfico:
La Garduña Ilustrada
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