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ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

43.- 3. EL PAJECICO MORALES Y LA MULA DEL REO

43.- 3. EL PAJECICO MORALES Y LA MULA DEL REO

3. EL PAJECICO MORALES Y LA MULA DEL REO.  APÉNDICE I

      a secuencia 4 del romance comienza con los versos:

Su criado le lloraba,    el cual se llama Moral.
— No me llores tú, Moral,    no te quieras cautivar,
cabálgate en esa jaca,    si te la quisieran dar;
a mi mujer la condesa   mis nuevas le irás a dar.

      La presencia de un paje de don Álvaro, llamado Morales, en el cadalso, como último servidor del Maestre al ir a ser degollado, está ampliamente documentada. También el hecho de que don Álvaro se dirigiera a él momentos antes de que el pregonero Juan González le cortara la cabeza.

      Gonzalo Chacón, en su apasionado relato de la caída de su admirado señor31, no olvida el detalle, al contar «la muerte del mejor caballero que en todas las Españas ovo en su tienpo e mayor señor sin corona, el buen Maestre de Santiago»:

«... Va, pues, en su mula el bienaventurado Maestre, en la manera que ya diximos, acompañado todavía de aquel reverendo religioso, e guíanlo al cadahalso. E desque fue llegado a él, descavalgó de la mula e subió sin enpacho alguno por los escalones del tal cadahalso. E después que fue subido encima e se vido allí adonde el alhonbra estaba tendida, tomó un sonbrero que traía en su cabeça e echólo a uno de aquellos pajes suyos, el que ya diximos que se llamaba Morales; e el mismo bienaventurado maestre se aderesça los pliegues de la ropa que llevaba vestida...»32.

      En la Crónica de Juan II, «censurada» para Carlos V por Lorenzo Galíndez de Carvajal, se recoge también el episodio, con importantes nuevas precisiones33:

«... E allí el Maestre dio a un page suyo llamado Morales, a quien había dado la mula al tiempo que descavalgó, una sortija de sellar que en la mano llevaba e un sombrero, e le dixo: Toma el postrimero don que de mí puedes recebir. El cual lo recibió con muy gran llanto»34.

      La entrega de la mula al paje Morales consta también en la probanza hecha por el Mar­qués de Villena, en los últimos años del siglo XV y primeros del siglo XVI, con ocasión del pleito iniciado por la Duquesa del Infantado doña María de Luna, hija legítima del Condestable, al reclamar al Marqués el condado de Santisteban35. Se alude a ella en la declaración a la pregunta 2636 del testigo núm. 5, quien, estando preso en la cárcel de Valladolid el día de la ejecución de don Álvaro, fue sacado de ella para que sirviera como uno de los prego­neros de la causa de la degollación:

«... E dice que se acuerda que el dicho Condeestable, cuando le llevaban a degollar, llevaba ves­tida una rropa de chamelote azul; e que en el cadahalso, antes que lo degollasen, vio que sacó de el seno una bolsilla y la arrojó a un paxe suio, e dixo: Toma, Morales, esta mula y esta bolsilla, e vete con Dios. E que lo tomó e se fue con ella por la plaça luego que le degollaron»37.

[En fin, la retórica exposición latina de Alonso de Palencia (Década I, cap. VII), aunque transforme el sombrero en manto y la mula en caballo al referir los dones de don Álvaro al paje, tiene el interés de añadir a los otros relatos de la última generosidad del prócer el nombre de pila de Moralicos38:

«Entonces, mirando a su alrededor, no vio a ninguno de sus criados excepto a un paje llamado Fernando de Morales a quien dijo: Tú, muchacho, pues que eres el único entre todos que has permanecido a mi lado, sé mi acompañante hasta el final de este calvario. Dicho esto, ordenó al joven que sollozaba y gemía desconsoladamente: Cállate, fiel muchacho. Don Álvaro, que con­templó levantada el asta... mirando al muchacho que lo había acompañado, le arrojó desde aquel alto lugar el manto sobre los hombros; tras esto se sacó el anillo del dedo diciendo: Reci­be estos mis últimos regalos, fielísimo muchacho, junto con el caballo que monté; ya que carez­co de cualquier otra cosa, te los ofrezco en el momento de mi muerte, pero no dudo que el rey, a cuya magnanimidad suplico, te concederá mayores dádivas».]

      Aunque acompañó a don Álvaro hasta su muerte y el Maestre le hizo recipiendario de su último acto de generosidad, el paje Morales, si creyésemos a Chacón, no habría mereci­do el agradecimiento y la confianza de su amo, sino todo lo contrario. Cuando don Álvaro queda detenido en Burgos en las casas de Pedro de Cartagena en que se aposentaba y el rey acude a comer a ellas sin dignarse verle, Chacón explica:

«... fizóle poner allí grandes guardas, e dio el principal cargo de la guarda suya al Ruy Díaz, el qual, ya antes que el Rey viniese, lo avía fecho desarmar e que se subiesse arriba a su cámara. E de todos sus criados quedaron con él fasta en la noche de aquel día Fernando de Sese, Pero de Zepeda e los dos pajes pequeños que ya escrebimos, de los quales avía nonbre el uno Alfon­so del Adrada e el otro llamaban Morales; e aquestos pajes sienpre continuaron con él fasta que fenesçieron sus días»39.

En los días inmediatos, mientras el rey se preocupa en descubrir y recobrar los «thesoros ayuntados» por don Álvaro,

«El Maestre, dende allí adonde estaba preso o, digamos, detenido, pues por entonce no tenía otras pisiones salbo las guardas que lo guardaban, enbiaba a las vezes uno a las vezes otro de aquellos pajes que con el avían quedado a fablar con Gonçalo Chacón e con el Fernando de Sesé; enviábales esso mesmo algunas cartas escriptas de su mano para que ellos las enbiasen a la condesa su muger e al conde don Juan e a don Pedro de Luna sus fijos... E demás de aquesto... avía pensado de se ir por una ventana de su cámara que salía a la calle; la cual cosa, como no la él pudiese fazer solo, convínole descubrirla a aquellos dos pajes que estaban con él. De los qua­les el uno, como mal criado, aquel que se llamaba Morales, le descubrió a Ruy Díaz, e non sola­mente ge lo descubrió, mas tobo manera con él cómo fiziese prender al otro paje compañero suyo, Alfonso del Adrada, e que lo apartasen de allí e que ende no estoviese en su seruiçio del Maestre. ¡Oh mal criado, mal te faga Dios si quier que tan mal enxenplo das de ti en tu tierna edad! ¡O quién confiase de ti gran confianza desque vernás, si vivieres, a número de más años!»40.

      Pero estuviera o no equivocado don Álvaro al hacerle entrega de su mula, su sombrero y los últimos dineros o joyas en su posesión, el acto del Maestre cumplió en la jornada del 2 de junio de 1453 la misma función que cumple en el romance. Tan singular coincidencia creo que basta, por sí sola, para probar la identidad de los dos sucesos, el histórico y el romancístico.

Diego Catalán. Arte poética del Romancero oral II. Memoria, invención, artificio.

31   Crónica de don Álvaro de Luna. La autoría de Gonzalo Chacón es evidente para la segunda parte de la crónica (no para la primera) [según una distinción necesaria puesta de manifiesto tras una decisi­va argumentación por C. Montero Garrido, La Historia, creación literaria. El ejemplo del Cuatrocien­tos, «Fuentes Cronísticas de la Historia de España, IX, Madrid: Fundación Ramón Menéndez Pidal y Universidad Autónoma de Madrid, 1994, pp. 79-156]. Cito por la ed. de J. de M. Carriazo en su «Co­lección de Crónicas Españolas» (aunque deja bastante que desear).

32   Cr. Álvaro de Luna, cap. 128, p. 433.

33  La crónica se publicó en Logroño: Arnaldo Guillén de Brocar, 1517. Cito por al ed. de la «Biblioteca de Autores Española», vol. LXVIII. El relato de la crónica fue versificado en el romance «Un miércoles de mañana,    a las nueue oras del dia», incluido en la refundición del romancero de Sepúlveda de 1563. La sección del romance en que aparece «Moralicos» dice así:

... desde allí van a la plaça,    do ay gente que no cabía,
vn cadahalso bien alto    de madera hecho auía.
Apeóse de vna muía    y subióse luego arriba,
vido vn tapete tendido    y vna cruz que estaua encima,
ciertas entorchas de cera,    que junto al tapete ardían;
adoró luego la cruz    y besóla con porfía
y luego empeçó a passearse    a vn cabo y a otro boluía;
tomó vn sombrero y anillo,    que en la mano lo traya,
dióselo a Moralicos,    vn page que le seruía:
— Cata aquí el postrer bien    que yo hazer te podía.—
Recibiólo el pagezico,    con gran llanto que hazía.
La gente que lo miraua   lloraua a gran bozería.
El maestre, muy sereno,    todo esto miraua y vía...

El pajecico Morales fue, más tarde (1601), objeto de especial atención por parte de Gabriel Lobo Lasso de la Vega, en su Manojuelo de romances nuevos, quien le dedicó el romance «Clypsada ya del todo aquella menguante Luna», poniendo en su boca un lamento.

34   Cr. J. II, p. 683b.

35  Las probanzas han sido publicadas parcialmente por L. de Corral, Don Álvaro de Luna según testimonios inéditos de la época (Valladolid: Viuda de Montero, 1915). Según Corral, se conservaban en un voluminoso cuaderno en folio de letra del siglo XVI en el archivo de la Casa de Corral, de Zarauz (entonces Palacio de los Marqueses de Narros), donde las encontró en 1905.

36  Folio 99.

37  Corral, Don Álvaro, pp. 92-93.

38 [Alphonsi Palentini historiographi Gesta Hispaniensia: «Tunc circunspiciens, ubi neminem ex famulis vidit praeter puerum quemdam, cui nomen Fernando de Morales: "Tu —inquit—, puer, qui e multis solus apud me permansisti usque ad finem angustiae huius esto mihi comes"; quibus dictis, puero amare lugenti eiulantique: "Sile —inquit—, fidelissime puer..."; Alvarus erectam prospectavit hastam..., et viso puero, qui comes ei fuerat, ex edito illo loco pallium deiectis in humeros pueri. Anullum queque traxit digito inquiens: "Accipe haec novissima dona, fidelissime puer, et equum quem as­cendi; quae jam inops aliarum rerum tibi offero moriturus, nec dubio quin Rex, prout ego eius celsitudini supplico, maiora tibi praemia concedat» (pp. 50-51, ed. Madrid, 1834). Este dato lo tomo de J. A. Cid, «Don Álvaro de Luna y el águila ballestera. Romancero y poesía estrófica del siglo XV en la tradi­ción oral sefardí», RPb, L (1996-1997), pp. 20-45. Sobre el arte expositivo de Palencia, véase R. B. Tate, «Alfonso de Palencia y los preceptos de la Historiografía», en Nebríja y la introducción del Rena­cimiento en España, ed. V. García de la Concha, Salamanca, 1983, pp. 37-51.]

39  Chacón, Cr. Álvaro de Luna, cap. 123, p. 407.

40  Cr. Álvaro de Luna, cap. 125, pp. 411-412.

CAPÍTULOS ANTERIORES: 

NOTA INTRODUCTORIA

*   1.- NOTA INTRODUCTORIA. MEMORIA, INVENCIÓN, ARTIFICIO

I.    HALLAZGO DE UNA POESÍA MARGINADA: EL TEMA DEL CORAZÓN DE DURANDARTE

*   2.- 1. EL CORAZÓN DE DURANDARTE, TEMA MOMIFICADO

3.- 2. EL CORAZÓN DE DURANDARTE, TEMA AÚN VIVO EN LA MONTAÑA ASTURIANA

4.- 3. LA TRANSMISIÓN ESCRITA DEL TEMA EN LOS SIGLOS XVI Y XVII Y EL ROMANCE TRADICIONAL «CONQUEIRO»

*   5.- 4. LA «CREACIÓN» DEL ROMANCE TRADICIONAL. EL TESTIMONIO GITANO-ANDALUZ

*   6.- 5. TRANSMISIÓN Y RECREACIÓN DE CONTENIDOS SIMBÓLICOS. EL EJEMPLO DE EL PRISIONERO

II    PERMANENCIA DE MOTIVOS Y APERTURA DE SIGNIFICADOS: MUERTE DEL PRÍNCIPE DON JUAN

*    7.- 1. EL ROMANCE DE LA MUERTE DEL PRÍNCIPE DON JUAN

*    8.- 2. EL ROMANCE EN LA TRADICIÓN ANTIGUA Y MODERNA

*    9.- 3. EL DOCTOR DE LA PARRA DESAHUCIA AL PRÍNCIPE

10.- 4. LA PRIMERA SECUENCIA DEL ROMANCE UTILIZADA EN 1613 POR VÉLEZ DE GUEVARA

*   11.- 5. LA ENTREVISTA CON FERNANDO EL CATÓLICO

*   12.- 6. LAS DOS SECUENCIAS DEL ROMANCE ORAL EN UN MANUSCRITO DEL SIGLO DE ORO

*    13.- 7. LA DOLOROSA SOLEDAD DE LOS PADRES

*    14.- 8. LA «EPHEBI FILII SENEX FORTITUDO»

*    15.- 9. LA PASIÓN AMOROSA POR MARGARITA

*   16.- 10. SUBVERSIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA SEGUNDA SECUENCIA: EL TRIUNFO DEL AMOR EN LA MUERTE

*   17.- 11. LOS DERECHOS DE LA MUJER

*   18.- 12. LA ESPERANZA DE UN HEREDERO PÓSTUMO

*   19.- 13. ACTUALIZACIONES DE LA ESTRUCTURA HISTÓRICA DEL ROMANCE NOTICIERO

*    20.- 14. DE NUEVO EL DOCTOR DE LA PARRA

*    21.- 15. EL ROMANCE, ENTRE LA HISTORIA Y EL REFERENTE EN QUE SE RE-CREA

III  EL MITO SE HACE HISTORIA. EL ROMANCE Y LA HERENCIA BALADÍSTICA

*    22.- 1. ROMANCERO Y BALADA

*    23.- 2. LOS MODELOS NARRATIVOS SE ADAPTAN: HERENCIA Y RECREACIÓN

*   24.- 3. DIFICULTADES DEL COMPARATISMO. UNA «BALADA» CHINA Y UN ROMANCE: LA BELLA EN MISA

*    25.- 4. UNIDAD DE LA TRADICIÓN PAN-ROMÁNICA Y PERSONALIDAD DE SUS SUBTRADICIONES: EL CABALLERO BURLADO

*    26.- 5. VARIEDAD EN LA TRADICIÓN PENINSULAR DE UNA BALADA DEL OCCIDENTE EUROPEO: LA MUERTE OCULTADA

*    27.- 6. SIGNIFICADO LITERAL Y SIGNIFICADOS SIMBÓLICOS: LA CAZA DE LA MUERTE

*   28.- 7. LA TRADICIÓN PENINSULAR Y SUS RELACIONES CON LA TRADICIÓN PAN-EUROPEA

*     29.- 8. LA SOBREVIVENCIA DE LOS MITOS Y SU ADAPTACIÓN A LA HISTORIA

IV   POÉTICA DE UNA POESÍA COLECTIVA

*     30.- 1. LA CREACIÓN COLECTIVA

*     31.- 2. LOS MATERIALES POÉTICOS EMPLEADOS EN LA CREACIÓN

*     32.- 3. EL ARTE DE LA ARTESANÍA LITERARIA

*     33.- 4. EL LENGUAJE POÉTICO DEL ROMANCERO

*     34.- 5. LA «FÓRMULA» COMO TROPO

*     35.- 6. ADECUACIÓN DE LAS FÓRMULAS A CONTEXTOS INSÓLITOS

*     36.- 7. CÓMO SURGEN NUEVAS FÓRMULAS DE DISCURSO

*     37.- 8. LAS UNIDADES DE LA INTRIGA: LOS MOTIVOS

*     38.- 9. LOS SIGNIFICADOS SIMBÓLICOS

*    39.- 10. LA «SINTAXIS» POÉTICA: EL «ORDO ARTIFICIALIS» Y OTROS RECURSOS ARTÍSTICOS

*    40.- 11. MODALIDADES DE LA NARRACIÓN

APÉNDICES

APÉNDICE I

*    41.- 1. DON ÁLVARO DE LUNA EN EL ROMANCERO

*    42.- 2. EL ROMANCE SEFARDÍ DEL «DUQUE DE BERNAX»

  Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

Letras capitulares:
Olde English

Imagen de portada: Crónica del Rey don Pedro

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