Blogia
ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

14.- 1. ESTADO DE LA CUESTIÓN

14.- 1. ESTADO DE LA CUESTIÓN

1. ESTADO DE LA CUESTIÓN. II EL ÇEÇEO-ZEZEO AL COMENZAR LA EXPANSIÓN ATLÁNTICA DE CASTILLA.

      El español imperial, de Carlos V, Valdés y Garcilaso, mantenía los cua­tro fonemas, heredados de la Edad Media.
       /ç/   :    /ss/
       /z/   :     /s/

      Hoy el español atlántico —andaluz, canario,  hispano-americano— man­tiene en su lugar un único fonema, identificable con la /ç/ del sistema de cuatro miembros(a). Según que la realización de esta /ç/  sea una dorso-dental siseante [ş]1  o una dorso-dental ciceante [θ con cedilla]2, se considera, por los hispano-hablantes de hoy3, que se trata de «seseo» o «ceceo». Históricamente tanto el llamado «seseo» como el llamado «ceceo» son variedades del «çeçeo»4 (o mejor del çeçeo-zezeo o çezeo), pues suponen la generalización de las dorso-dentales /ç/ y /z/ a costa de las ápico-alveolares /ss/ y /s/5, y çeçeosos fueron considerados, en consecuencia, durante el Siglo de Oro to­dos los hablantes que sustituían la pronunciación ápico-alveolar de /ss/ y /s/ por una pronunciación dorso-dental. 

      Durante siglos los cuatro fonemas /ç/, /z/, /ss/, /s/, habían venido realizándose así:

 africadasfricativas
sordas[tş]
[ṡ]
sonoras
[dȥ]
[ż] 

      La marca de sonoridad oponía /z/ y /s/ a /ç/ y /ss/, y el carácter de africadas o fricativas era el rasgo pertinente en la correlación /ç/, /z/ :: /ss/, /s/. Pero las africadas se diferenciaban, además, de las fricativas por un rasgo concomitante inicialmente no fonológico: /c/ y /z/ tenían una re­alización dorso-dental6, /ss/ y /s/ ápico-alveolar7 (o, con terminología más expresiva, ápico-palatal o cacuminal)8. Cuando en una época dada las africadas se fricatizaron, el punto de articulación, ya dorso-dental (> interdental), ya ápico-alveolar, sirvió como marca nueva de la oposición y previno en el español normativo la convergencia de los dos órdenes. Pero esto no ocu­rrió en todas partes: entre ciertas minorías castellano-hablantes, el triunfo de las realizaciones fricativas de /ç/ y /z/ permitió el desarrollo de la práctica çeçeo-zezeosa. Todo estudio del ceceo ha de tener, por tanto, en cuenta la cuestión previa de la fricatización de /ç/ y /z/, pues hasta no cumplirse este proceso no hubo posibilidad de una desfonologización de /ç/:/ss/ y /z/:/s/.

      Tanto la fricatización de /ç/ y /z/ como los orígenes del seseo-ceceo han sido objeto de documentadísimas monografías de Amado Alonso9, siendo hoy las conclusiones de sus magistrales estudios comunmente aceptadas por la lingüística y la filología. Pero, a mi parecer, no obstante los grandes avan­ces logrados por Amado Alonso (gracias a una valoración de los datos y testimonios incomparablemente más sistemática que las de sus predecesores), la novedosa reconstrucción de este capítulo de la historia fonética del español por él trazada requiere una profunda revisión.

      Como un primer paso —al que han de seguir otros varios— me propon­go en el presente artículo reescribir la historia del çeçeo en un momento crucial: aquel en que se inicia la expansión atlántica de Castilla. Los testimo­nios y materiales sobre que se basa mi reconstrucción son, simplemente, los ya aducidos por Amado Alonso, en sus varios trabajos, más alguno otro añadido por Lapesa o Menéndez Pidal. Pero la interpretación de ellos es radicalmente distinta.

Diego Catalán. El español. Orígenes de su diversidad (1989)

NOTAS

* Publicado en Boletim de Filología 16 (1956-1957) [publ. en 1958], pp. 306-334.

a A fin de no prejuzgar, en modo alguno, la realización fonética de los fonemas, / /, en el español medieval y renacentista, utilizaré para designarlos las grafías tradicionales desde Alfon­so X a Nebrixa (o la más distintiva en caso de haber varias). Así:

/z/ es el fonema que la ortografía medieval y nebrixense representa con el grafema z.

/ç/ el fonema entonces ortografiado c o c e,i.

/s/ el fonema correspondiente a -s- y -s. /ss/ el fonema representado, según su posición, como s- o -ss-.
 

 En cuanto a las realizaciones fonéticas, [ ], distingo entre:

[θ] = Interdental, fricativa, sorda.

[ş] = Dorso-dental de timbre «siseante», fricativa, sorda.

[θ]Dorso-dental de timbre «ciceante», fricativa, sorda.

[ẓ] = Dorso-dental, fricativa, sonora.

]tṣ[ = Dorso-dental, africada, sorda.

]dẓ[ = Dorso-dental, africada, sonora.

[ṡ] = Apico-alveolar (o cacuminal), fricativa, sorda.

[ż] = Apico-alveolar (o cacuminal), fricativa, sonora.

      Por lo demás, empleo la siguiente nomenclatura:

«ceceo» = Tradicionalmente se viene reservando este nombre para la indistinción de «ese» y «ce» cuando el resultado indistinto es [θ].

«seseo» = Tradicionalmente llámase así a la indistinción de «ese» y «ce» si el resultado indis­tinto es [ṡ] o [ṣ].

çeçeo = (A fin de evitar toda posible confusión con lo que tradicionalmente se llama «ce­ceo», utilizo la forma con ç, con cedilla superflua, para designar la) pérdida del fonema /ss/ por igualación de sus resultados con la realización habitual de /ç/.

zezeo = Pérdida del fonema /s/ por igualación de sus resultados con la realización habitual de /z/,

çezeo = çeçeo + zezeo.

1 No creo constructivo el detenerse a distinguir dentro de la «ese» dorso-dental variedades coronales, corono-predorsales y predorsales, según la costumbre de los fonetistas españoles. Un inmoderado «foneticismo», propio de una época pre-fonológica, llevó a T. Navarro Tomás, A. M. Espinosa (hijo) y L. Rodríguez Castellano en «La frontera del andaluz» a sobrevalorar los matices varios que descubrían en la [ṣ] dorso-dental, creyéndolos incluso pertenecientes al «fondo inmemorial y permanente del acento andaluz», trasmitido «de la población hispanoára­be» a los conquistadores castellanos (!).

2 Los autores de «La frontera del andaluz», aunque no consideraban las articulaciones [ṣ] y [θ] como variantes del mismo sonido, no pudieron dejar pasar por alto su esencial hermandad. «En la mayor parte de los casos el ceceo [θeθeo] andaluz se produce con articulación coronal, sin que el ápice de la lengua se sitúe entre los dientes y sin que la fricación ocurra exactamente en el filo de los incisivos superiores. La corona lingual se estrecha contra la parte más baja de la cara de dichos incisivos, elevándose en forma más o menos convexa, de la cual participa también el predorso, y el ápice entretanto forma contacto con los dientes inferiores. Hay escasísima dife­rencia, como se ve, entre esta clase de ceceo y la articulación de la s predorsal o coronopredorsal. Con la misma disposición de los órganos y sin otra modificación que la de dar a la estrechez linguodental una forma más o menos acanalada o alargada, el sonido pasa casi insensiblemente del timbre seseante al ceceante, o viceversa» (p. 270). Los fonetistas insisten seguidamente en la dificultad de «clasificar entre el seseo y el ceceo» las articulaciones de ciertos hablantes encuestados.

3 El verbo «sesear» fue introducido muy tardíamente en la lengua, acuñado sobre el modelo de «çeçear» (cuya historia medieval estudiaremos más adelante). Hallamos «sesear» por vez pri­mera en 1611 o 1614, fecha del Epítome de la ortografía latina y castellana de Bartolomé Ximénez Patón quien comenta: «En Sevilla ordinariamente convierten la S en C, y pienso que de vicio, diciendo Cevillano, ceñor, ci. En Valencia al contrario, y aquí no es vicio, sino natural pronunciación de aquel reino, por c ponen s, como diciendo Mersed, sapato, sedaso, alcusa; y assi a lo sevillano llamamos zezear y a lo valenciano sesear». Considerar «seseo» el [ṣeṣeo] anda­luz es propio sólo de tiempos modernos, cuando en Castilla y el reino toledano se han olvidado por completo las realizaciones dentales de /ç/ y la sola articulación de este fonema es [θ]. El primer testimonio claro no remonta más allá del s. XVIII cuando el naturalista José Celestino Mutis (1766) comenta ocasionalmente: «En la pronunciación no pude distinguir el seseo de los andaluces...» Véase R. Lapesa, «Sobre el ceceo andal.», pp. 77-80.
    En los estudios lingüísticos la costumbre de dividir tajantemente entre «seseo» y «ceceo» arraiga, sobre todo, a partir de T. Navarro et al, «La frontera del andaluz».

4 Me he decidido a generalizar esta grafía, con cedilla superflua (pues ante e, i era innecesa­ria, aunque bastante usual) para evitar toda confusión con lo que hoy suele entenderse por ceceo, esto es [θeθeo].

5 Hasta finales de los años 40 se venía creyendo en la antigüedad de la [ṣ] dorso-dental andaluza y se interpretaba el [ṣeṣeo] como «seseo», es decir, como generalización del fonema /ss/ en lugar de /ç/. A. Alonso demostró en forma definitiva (en «Nebrija», pp. 53-54 y 56-58; en «Correspondencias arábigo-españolas» pp. 45-53 y 56-67, y en «Historia del ceceo» pp. 169-175) que Andalucía, antes de igualar /ss/ y /ç/ (y /s/ y /z/), realizaba la /ss/ como [ṡ] ápico-alveolar, exactamente igual que Castilla o el reino de Toledo. Extraña ver cómo A. Alonso, que columbró la senda hacia la explicación «lingüística» de la s dorsodental, no llegó a recorrer el camino que se abría delante de él extrayendo la conclusión que lógicamente se derivaba de sus averiguaciones (conclusión que, a partir de sus trabajos, se ha impuesto como verdad incontro­vertible) : la [ṣ] dorso-dental es históricamente una /ç/, no una /ss/. Véase la primera formula­ción publicada de esta hipótesis (sobre la cual venimos trabajando independientemente, desde 1953, Lapesa, Cintra, Galmés y yo) en R. Lapesa, Historia de la Lengua Española, 3.a ed., Madrid 1955, p. 241. Lapesa ha desarrollado después ampliamente la tesis en «Sobre el ceceo andal.».
    En Portugal, al no haberse interdentalizado la /ç/ en las zonas que han mantenido la oposición /ç/ : /ss/, nadie ha dudado en clasificar el [ṣeṣeo] del portugués normativo, o el especial de Porto, como «ceceo» y no como «seseo». La existencia en el Norte de Portugal de una extensa área conservadora de la oposición /ç/:/z/ : : /ss/:/s/ en la forma [ṣ]:[ẓ] : : [ṡ]:[ż] no permitía una interpretación distinta.
    Sin embargo, cuando fonetistas españoles han estudiado el [ṣeṣeo] de territorios gallego-portugueses (T. Navarro, A. M. Espinosa y L. Rodríguez Castellano, «La frontera del andaluz», respecto a Olivenza, Herrera de Alcántara, Cedillo y Alamedilla; A. Zamora Vicente, respecto a las aldeas de las rías gallegas, en Filología, III, 1951, p. 84 y ss), lo han calificado de «seseo», considerando que se trataba de una generalización de /ss/ a costa de /ç/ (y, donde se mantienen las sonoras, de /s/ en lugar de /z/).

6 El carácter «apical» que A. Alonso supuso, sin razón, para la /ç/ y la /z/ (fundado en una descripción de Nebrixa) ha sido generalmente rechazado. Véase, entre otros, A. Martinet, «The Unvoicing of Old Spanish Sibilants», Romance Philolgy, V, 1951, p. 140 y nº 32. Menos expre­samente reitera Martinet la corrección a A. Alonso en Économie des changements phonétiques, Berne 1955, pp. 300 y 303.

7 Para una descripción precisa de la [ṡ] ápico-alveolar, véase T. Navarro Tomás, Manual, § 106.

8 Prescindiendo de las excesivas distinciones en el «punto de articulación» introducidas por lá fonética tradicional, podría llamarse a la [ṡ] ápico-alveolar «ese ápico-palatal». Un orden de ápico-palatales se opone, en ciertas lenguas, de una parte al orden de las dentales y de otra al de las dorso-palatales; la posición del ápice de la lengua retraído hacia el paladar es lo que produce la característica cacuminalidad de tales articulaciones; Los vasquistas no han tenido reparo en llamar cacuminal a su s [ṡ] «mi-chuintée», fonema que se opone a una z [ş] análoga a la ese francesa.

9 Véase, sobre todo, A. Alonso, De la pronunciación y «Historia del ceceo».

CAPÍTULOS ANTERIORES:  EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

ADVERTENCIA

1.- EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

I ORÍGENES DEL PLURALISMO NORMATIVO DEL ESPAÑOL DE HOY

*   2.-1. EL FIN DEL FONEMA /Z/ [DZ - Z] EN ESPAÑOL

*   3.- 2. EL FIN DEL FONEMA /Z/

*   4.- 3. ¿PROCESO FONÉTICO O CAMBIO FONOLÓGICO?

*   5.- 4. ¿PROPAGACIÓN DE UN CAMBIO FONÉTICO O DE UN SISTEMA FONOLÓGICO?

*   6.- 5. LA FALTA DE DISTINCIÓN /Z/ : /Ç/, REGIONALISMO CASTELLANO - VIEJO

*   7.- 6. LA CONFUSIÓN SE CONVIERTE EN NORMA DEL HABLA DE LA CORTE (FINALES DEL SIGLO XVI)

*    8.- 7. LA PÉRDIDA DE LA DISTINCIÓN /Ç/ : /Z/ NORMA GENERAL DEL HABLA (EN EL PRIMER CUARTO DEL SIGLO XVII)

*   9.- 8. EL CAMBIO EN LA NORMA CORTESANA, VISTO POR LOS GRAMÁTICOS EXTRANJEROS

10.- 9. EL ESPAÑOL ORIENTAL ANTE EL TRIUNFO DE LA NUEVA NORMA DE MADRID

11.- 10. RESISTENCIA DEL ANTIGUO SISTEMA TOLEDANO EN LA ALTA EXTREMADURA

*   12.- 11. LA NUEVA NORMA ANTE EL CECEO ANDALUZ

*   13.- 12. CONCLUSIÓN

II EL ÇEÇEO-ZEZEO AL COMENZAR LA EXPANSIÓN ATLÁNTICA DE CASTILLA.

       Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

Imagen: Letra z,  s/XVII, church text

0 comentarios