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ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

3. OCASO DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS. CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD DE LOS PROYECTOS DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS.



3. OCASO DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS. CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD DE LOS PROYECTOS DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL.

      No habiéndole sido posible a G. Cirot el ofrecerle una cátedra completa en la Université de Bordeaux29 y apremiado por Fernando Ortiz, Director de la Institución Hispano-Cubana de Cultura30, Menéndez Pidal interrumpió, al cabo de un mes, su cursillo en esa universidad y se embarcó para La Habana31. Como la oferta cubana sólo consistía en dar un ciclo de conferen­cias, le era preciso, en caso de que continuara la Guerra Civil, buscar otras invitaciones a fin de poder prolongar su exilio cultural32. Gracias a gestiones de Federico de Onís33, Menéndez Pidal llegó a estar nombrado Visiting professor en Columbia University para dictar un curso desde el 8 de Febrero al 12 de Mayo de 1937; pero no le era posible, de forma ninguna, acoplar tempo­ralmente ese curso con su anterior compromiso cubano34, por lo que se vio obligado a renun­ciar al nombramiento de la universidad de Columbia antes de salir para Cuba35, causando con ello un cierto enojo a Onís. Partía, pues, de Europa, con el peso de sus 67 años y con planes in­ciertos. Su mujer, su hijo y su nuera no le acompañaron esta vez36. Después de las seis u ocho semanas que iban a durar sus conferencias en la Institución Hispano-Cubana37, si el final de la Guerra Civil no creaba una situación nueva, le cabía la posibilidad de volver a Burdeos38, ir a Oxford o buscar trabajo en México, Puerto Rico, los Estados Unidos o Argentina con la ayuda de sus colaboradores del Centro de Estudios Históricos39.
 
     De entre sus antiguos discípulos, compañeros de actividades en el Centro, sólo Tomás Nava­rro Tomás le instaba, con el ejemplo, a continuar con su labor dentro de la España en guerra; desde Valencia, trataba de convencerle de que la actividad del Centro de Estudios Históricos, en particular, y de la Junta para Ampliación de Estudios, en general, seguía su curso. El 21 de Ene­ro le escribía a Burdeos:

    "Querido don Ramón: Desde hace varias semanas me encuentro en Valencia con mi mujer y mis hijas. Vivo en la residencia que el Ministerio ha improvisado para los intelectuales eva­cuados de Madrid. Nos encontramos bien y satisfechos dentro de las grandes preocupaciones que cada uno lleva dentro. El Ministerio y especialmente Roces40 tiene toda clase de atenciones con nosotros, procurando rodearnos de facilidades para trabajar y hasta de cuidados familiares.

     Vamos a publicar unos cuadernos con la colaboración de los que convivimos en la Casa de la Cultura. El título de la Casa, aunque resulta pedante, hay que soportarlo. Los cuadernos, con trabajos tan dispares, no tendrán el carácter de una revista normal. Serán la expresión bi­bliográfica de las circunstancias extraordinarias que han reunido bajo un mismo techo a este grupo de gentes.

    Me ocupo mucho de llevar adelante los asuntos de la Junta procurando que no se extingan los trabajos que puedan continuar y que no queden abandonadas las gentes que han sido útiles y pueden volver a serlo. El Ministerio muestra decidido interés en mantener nuestras actividades. Como yo solo no podía autorizar ciertas resoluciones propuse la formación de una comi­sión interina con elementos que se encontrasen en Valencia. El Ministerio aprobó la propuesta, designando para presidente al Dr. Márquez y para vocales a Moreno Villa y Victorio Macho.

    Hemos salvado el cuaderno de la Revista de Filología Española que había quedado en la en­cuademación de la Imprenta de Hernando. Vamos a hacer su reparto en estos días41. Además estamos preparando otro cuaderno que se va a componer en Valencia. Están aquí Montesinos y Dámaso Alonso y, aún cuando carezcamos de muchos elementos, nos esforzaremos en man­tener la continuidad de la Revista. La normalidad en Valencia es completa y se podría traba­jar si tuviéramos aquí los materiales del Centro.

    Hemos traído también a Valencia a Bonfante para que se ocupe de la continuación de Eméri­ta42 (...). Creo que Gili Gaya va a venir también, incorporado al Instituto Escuela de Valencia.

    Aparte de mi colaboración en la revista de la Casa de la Cultura, voy a dar un cursillo de fonética en la Universidad y voy a tomar parte en una serie de conferencias que los compa­ñeros de residencia estamos organizando. Tengo además a mi cargo los asuntos del Cuerpo de Archivos y aún me queda tiempo para seguir un curso de ruso y aprender declinaciones y con­jugaciones.

    Para ayudarme en la Secretaría de la Junta están aquí Fernández y uno de sus auxiliares. También está Santullano, pero lo han agregado a la inspección de escuelas y ha cesado como vicesecretario".

      Lapesa, aunque desprovisto del entusiasmo de Navarro, le explicaría también, meses después (19-V-1937), cómo en Medinaceli 4, en el Madrid que había resistido al Ejército de África43, fue renaciendo precariamente el trabajo científico:

    "Me pide noticias del Centro (...)44. Se van reanudando las tareas. Navarro me nombró para que me ocupase de las cuestiones administrativas y estuviese en relación con Valencia y con las imprentas, pues en Valencia parece imposible sacar las revistas, y el Ministerio no quiere que se interrumpa la publicación de ellas. Han aparecido un número de la Revista de Filología, otro del Archivo de Arte y Arqueología y el «De Virginitate Beatae Mariae» de San Il­defonso, editado por Vicente Blanco. En preparación y prensa están dos números de la Re­vista y otros dos del Archivo, en Madrid, otro del Anuario de Historia del Derecho y Tierra Fir­me, en Valencia. Emérita intentó Bonfante imprimirla en Valencia, pero creo tendrá que desistir y volvérsela a dar a Hernando45.

    Desde luego, el Centro está muy parado. Vamos todas las mañanas Crescente, Estefanía y Magariños, de los latinistas; Castro Escudero, de Folklore; Navascués, Cabré y su hija [Encar­nación], Camps y D. Pablo Gutiérrez, de Arte; dos becarias del Instituto Medieval, Sánchez Alonso y Villoldo; y de Filología, sólo yo. No he dejado de la mano la Crestomatía. Terminé el estudio de la época de Mió Cid, aunque necesito ver documentos de Aragón, Occidente de León, y, si los hay, de Segovia y Ávila. Después lo he suspendido, pues me encargó Navarro un manualito de Historia de la lengua, nominalmente para obreros y campesinos, aunque en reali­dad me figuro que la materia no es demasiado apropiada para ese fin, y me daría por contento con que sirviera para maestros y bachilleres, aunque procuro hacerlo asequible a mentalidades despiertas, como las de tantos obreros inteligentes y con afán de cultura como hay (...)46.

    Claro está que en estas condiciones se puede trabajar bastante mal. El Glosario de Oríge­nes, con los ficheros abajo y la biblioteca casi cerrada, no puede seguir adelante. En cuanto a Epopeya y Romancero, todo lo que había hecho está cuidadosamente guardado. Santiago47 está interno en el Hospital de la Cruz Roja, para transfusiones de sangre y ayudar en todo lo ne­cesario —operaciones quirúrgicas, lectura a los heridos, etc.—, y apenas sale de allí.

    Estuvieron en el frente Antonio Puerta, que ahora es el conserje del Centro en sustitución de su tío, Celestino Bustos y uno de los mozos de la Biblioteca. A pesar de que pasaron tres meses en el barrio de Usera, regresaron sin novedad, y están reintegrados a sus puestos. Ro­dríguez48 y yo no llegamos a ir por haber sido dados por inútiles en el reconocimiento médi­co, aunque yo estuve con la manta y la cena y hasta formado para marchar. Felipe Sierra volvió a los pocos días; ahora está fastidiado con una lesión, afortunadamente leve, causada en Madrid por un obús. En el frente siguen Ramón Iglesia, teniente; Sanchís Guarner, ascendi­do a capitán por haber desmontado una pieza enemiga49; Alfredo y Sinforiano.

    En Madrid hemos pasado de todo. Los horrores de la aviación en noviembre y diciembre, escasez de alimentos en enero y febrero y terrible cañoneo en abril y principios de mayo. Pero vamos viviendo, convenientemente adelgazados, con buen ánimo para soportar todo lo que se nos venga encima. Yo tengo la suerte de poder abstraerme enfrascándome en el trabajo, aunque me es imposible leer con tranquilidad.

    Estoy en constante comunicación con Navarro. En Valencia están Gili, Torner, Rodríguez Castellano, Vallelado, Montesinos, Dámaso, Santullano, Bonfante y Sánchez Barrado y algu­nos más. Me figuro que deben tropezar con la falta de materiales para hacer eficaz su traba­jo. De todos modos buena será su estancia para crear ambiente cultural en una ciudad que había perdido por completo su tradición de antaño".

      Pero los que habían salido de España veían las cosas de forma distinta, según subrayaba Américo Castro en su correspondencia con Menéndez Pidal. En su primera carta a don Ramón des­pués de la salida de éste de España, enviada a Burdeos desde Zürich el 28 de Enero de 1937, le manifestó ya su visión pesimista del presente en los siguientes términos:

    "Me entero a mi llegada que está V. en Burdeos, y le escribo no obstante no haber recibi­do nunca respuesta a las cartas que le mandé a España. En esta catástrofe general de lo pú­blico y lo privado, no sé ya quién es mi amigo y quién no; al llegar aquí me he visto sor­prendido por la actitud de ciertas gentes que eran amigos fraternales, y que no quieren verme porque dicen que ellos son de Burgos. A pesar de todo, y aun estando a ciegas y rodeado de incomprensiones, de un desconocimiento de mi actitud y de chismes idiotas, le escribo a V., porque cuando se tiene todo claro en el interior, no puedo tirar así sin más por la borda, su amistad de V. Sé que está V. en situación difícil, y ello me apena sobre manera, y me pongo a pensar en qué puedo hacer para ayudarle (...). En fin aquí estoy, probablemente haré algo en universidades de Suiza para ayuda de costas, y si realmente lo de España sigue inhabitable en todos sentidos (es de temer), y no hay forma de recuperar libros, papeles etc., pues entonces me iré a trabajar para comer, cosa que en la Argentina es posible. Claro que la brega por la vida es allí dura, y abarca desde escribir en los periódicos hasta hacer de orador de radio; pero cuidar ganado en la pampa sería aun peor y menos remunerador.

    Si su silencio de V. ha sido impuesto por el ambiente aquel y no por otra causa (que no se me alcanza), entonces le escribiré con detalle y le escribiré por qué tuve que salir de Madrid, por qué tuve que aceptar ir a Hendaya, por qué luego no pude volver a Madrid, y en suma todo lo que a V. le parezca. Si su amistad y afecto se puede salvar en esta ruina abominable de sangre y brutalidad, sería para mí capital estar en relación con V. Pensaba en que, cuando pu­diera ser, nos constituyéramos en grupo cooperativo, para prestarnos auxilio unos a otros; aho­ra veo que la salvagina hispánica es algo increíble. He hecho en Argentina lo inimaginable por cuatro o cinco personas, para que se vayan allí, o a Montevideo, o a Caracas, y estoy esperan­do la contestación o las gracias. Y eso que algunos me lo habían pedido con lágrimas o en car­tas angustiadas. Últimamente escribí a Dámaso, y armé una complicada cosa con Spitzer (que me ha escrito muy cordialmente ofreciéndome un puesto en EE UU) para que inviten por la embajada de N. América a Dámaso, Montesinos, Navarro. No sé qué pasará.

    Yo le puedo mandar a V. unos pocos francos: pero estoy tan desorientado, que no sé qué debo y qué no debo hacer con mis amistades de siempre. El que algunos se hayan dejado lle­var de chismes y de absurdos (por ejemplo que yo estuve en Hendaya tratando con delegados de Burgos!!!), me priva de tomar ninguna iniciativa. En otro sentido, desde setiembre, sabía que algunos obreros de Madrid me la tenían guardada porque en lo de los libros clásicos dije que las impresiones había que hacerlas en forma perfecta, con obreros buenos, sin atender ex­clusivamente a los designados por estar sin trabajo. ¡Qué gran pecado! (...). Creo que tengo bastante claras las ideas en torno a España. Que yo me haya hundido personalmente, que no sea sino un recuerdo de lo que era hace siete meses, qué más da. Felices los que se han muer­to. Lo que resta a algunos que sobrevivimos, no sirve sino para confirmar esa idea".

Y el 18 de Marzo, asegurado por carta de María Goyri de que el silencio de su antiguo maestro no era debido a descalificaciones o incomprensiones, le aclaró en una nueva carta dirigida a La Habana y escrita cuando navegaba de regreso a Buenos Aires:

    "Cuando le escribí, ya se había marchado a Cuba, y fue María quien me contestó con una carta afectuosa, que me supo muy bien. Yo estaba angustiado por el silencio de todos Vds. Te­mía no comprendiesen las razones de mi ausencia, ya que observaba que el que estaba en Es­paña pensaba de un modo, que era rectificado enseguida que salía de España. ¡Qué calvario material y moral el de todos nosotros! (...). Mis libros y papeles seguramente no los veré en la vida, y no hablo del esfuerzo enorme que tenía atesorado en el Centro. Pecados habrá uno co­metido, pero quizá no merecía tanto.- Por fortuna me he rehecho de ánimo, y vuelvo dis­puesto a hacer lo que haga falta: hablar en la radio, escribir para los periódicos, y lo que cai­ga. En las Universidades] de B[ueno]s Aires y La Plata me hacen un huequecito, y con todo eso iré pudiendo mandar pesos a mis gentes. Muy bien se han portado conmigo en la Ar­gentina, a pesar de que la llegada fue poco halagüeña: llevarme a la Dirección] de Seguridad, de donde salí a las pocas horas. Ser español y no fascista es cosa peliaguda en estos países, por mucho que sepan que ni es uno político ni cosa que lo valga (...). No sabe V. lo que me acuer­do de V., sabiendo lo que le molesta todo eso de los viajes, las conferencias y la falta de su en­casillado tradicional. Menos mal que todos hemos salvado las vidas de los seres queridos; lo demás ya se resolverá.- Como inquietud más apremiante considero la de nuestras gentes de Valencia: he hecho cuanto pude por tirar de Navarro, Dámaso y los demás. He movido en EE UU a varios amigos, les he escrito en la forma en que cabía hacerlo, pero a mi juicio, Na­varro está decidido a no salir (¿o es que no lo dejan?), porque en su última me incitaba a que me fuera con ellos, no obstante haberle explicado yo claro los chismes y absurdos que han armado en torno a mí (¿y en torno a quién no?) y que me habrían hecho vivir en continuo sobresalto. Y lo peor no es eso; de ser yo solo, casi seguramente me habría ido con Navarro, por­que la verdad es que acaba por dar todo lo mismo, ante esta España rota y sin salida, y con mi carrera científica hecha trizas para siempre. ¿Pero qué hago con mi gente? No, habría sido una insensatez arrastrar a mi hijo a la lucha (que está sujeto por su madre y por mí), y sumir a toda la familia en las tinieblas. Me extraña que Nav[arro] no lo vea; y es que desde allí no hay percepción de lo que pasa (...)"

y, aludiendo a su carta anterior, le explicaba sus ideas acerca de la situación histórica presente y futura de España:

    "Le decía a María (mejor dicho en la carta que le escribí a V. y recibió su señora) que si po­día ayudarle en algo. Ignoro lo que piensa V., si piensa reintegrarse a España cuando los mi­litares tomen Madrid (que unas veces parece que lo van a tomar y otras no) o si piensa seguir fuera. Yo desde luego no pienso ir para que me lleven de los cabezones a las novenas. Aun­que, si he de decir la verdad, no me imagino lo que va a ser España. ¿Es que van a asesinar a to­dos los que no estén conformes, en la España no de Franco? ¿Van a matar a Navarro y a to­das nuestras gentes? ¿No habrá un destello de humanidad en algún lado? ¿Será España una simple colonia germano-italiana, empotrada entre las codicias de los franceses e ingleses? Un horror de tal magnitud era impensable. Por eso, vivo al día, tratando de trabajar lo más posible (además, tengo que hacerlo como si el cómitre levantara el corbacho) haciendo periodis­mo; desde aquí mando un artículo a «La Nación», y otro a «Caras y Caretas».- Me seducía es­capar de esta servidumbre, y tanteé el que me tomaran en Basilea. Allí hay libros y revistas, y podía haber trabajado (incluso se me ocurre iniciar algo de literatura inglesa, ya que sin libros y papeles, careciendo de memoria, pues me da lo mismo Juan que Pedro). (...). Sé que tiene V. en seguridad sus pa[pe]les. Feliz V. Yo saqué sólo dos ficheros, pensando escribir en San Se­bastián y volver a Madrid a fin de Agosto o antes. Y vea V. qué vuelta. Navarro me dice que Lapesa iba a intentar salvar algunos de mis manuscritos y papeletas; no sé si lo habrá conse­guido. Los telegramas de a bordo hablan de la lucha violentísima en torno a Madrid, que prácticamente debe estar aislado. España va a quedar peor que después de 1814, o de 1713. Me contó Spitzer en una carta que habían pedido dinero a Huntington para crear un Insti­tuto Hispánico en EEUU y ponerlo a V. al frente, con Dámaso y Salinas. No tengo idea de cómo vayan esas cosas. A ver si pronto me cuenta todo, aunque sea en estilo telegráfico.- Dí­game si quiere que intente algo para V. en el Río de la Plata (B[ueno]s Aires o Montevideo); hablo a ciegas, porque me faltan todos los datos sobre sus planes y situación económica. En último término, si le vinieran muy mal dadas, véngase conmigo, que donde come uno, co­men dos".

      También José Castillejo creía que los 30 años de labor de la Junta para Ampliación de Estu­dios quedaban definitivamente enterrados con lo que se estaba viviendo. Así se lo exponía a José Pijoan (4-IV-1937)50 y a Ramón Menéndez Pidal (19-IV-1937) desde Londres:

    "Sigo en relación con el grupo que en Valencia continúa las cosas de la Junta. Navarro To­más y Santullano son el alma. Hacen esfuerzo admirable. Pero habiendo desbandado al cen­tenar de españoles que comenzaban a dar el fruto de 30 años de esfuerzos, y dominando en­tre derechas e izquierdas la idea de que hay que rehacerlo y desmontarlo todo, creo que se necesitarán otros 30 años para que la juventud actual, que parece ser la única esperanza, y es desde luego la gran fuerza, dé frutos de madurez. / El Ministerio de Valencia desea atraer y muestra la mayor consideración a viejos intelectuales a condición de que no sean contrarios al «régimen» y no pretendan mangonear en política. No tengo datos para juzgar la fuerza y la permanencia del Gabinete de Valencia. Es seguro que tiene muchos y fuertes elementos en­frente. Todos desean cultura, con grandes reservas. Las revoluciones modernas llaman cultu­ra a la ingeniería. Y para desembocar en el Estado totalitario necesitan subordinación y una sola voz. / Todo ello me inclina a pensar que durante unos años el mayor beneficio que los viejos podemos hacer a nuestro país es contribuir a educar su juventud (...)".

     "Regresé de París hace dos días. Los españoles con quienes he hablado no tienen orienta­ción alguna constructiva, ni otra idea de solución que la victoria de un bando obtenida por el desmoronamiento interno del contrario (...). Las potencias quieren aislar la guerra como un circo de gallos y esperar a ver quién puede más, a fin de entenderse con él. La insensibili­dad moral o la impotencia de Europa son desconsoladoras y de mal augurio. Cierto que la Prensa no dice ni la décima parte de la crueldad y la barbarie y el asesinato, en campos y ciu­dades de uno y otro lado (...). He visto en París a los jóvenes que salen para uno u otro de los frentes. Qué estado de ánimo! Furia de destrucción y aniquilamiento y fe mesiánica en un paraíso español del que nadie sabe dibujar el boceto. Juventud contra vejez, instinto contra ra­zón, dogma contra experiencia, corte de cuentas con el pasado, nueva vida sin prejuicios, «vida auténtica», «encontrarse a sí mismos» y mil frases semejantes, sin que nadie se atreva a escribir soluciones practicables y sin que la mayoría conozca siquiera los problemas plantea­dos. De toda la algarabía lo más hecho y firme, lo más místico y atrayente para las masas es el credo comunista y los rusos están haciendo una obra de educación y disciplina con los cau­dillos españoles. Pero es horrible pensar que tengan que aniquilar a anarquistas, sindicalistas, liberales y fascistas. Dicen que entre los fascistas hay muchos antiguos anarquistas que se han refugiado en el grupo más revolucionario de las derechas. Su credo es más impreciso que el comunista. Sólo dicen que harán una revolución para crear un nuevo tipo de Estado; no pa­recen tener otro modelo que Mussolini, solo que les falta el Mussolini todavía (...). No sé si la Inglaterra oficial está suficientemente informada ni si se da cuenta de las causas del fracaso de los cinco años de república democrática liberal y socializante en manos de los hombres me­jores de que el país disponía (...). Viene Vd. por aquí este verano?".

      El propio Menéndez Pidal, desde Cuba, se negaba a aceptar que en la España removida por la guerra y la revolución hubiera lugar para seguir la actividad investigadora que Navarro y Lapesa se esforzaban por continuar51. Aunque no viera para España un futuro sin esperanzas de conciliación, como Castro, o en que hubiera que empezar de nuevo construyendo desde los ci­mientos y con la esperanza puesta a 30 años vista, como Castillejo52, reconocía que sus antiguos planes de dejar hechas un conjunto de grandes obras gracias al esfuerzo aunado de unos equi­pos de trabajo no sería ya viable, fuera cual fuera el desenlace de la Guerra Civil:

    "Siempre me temo —escribía a A. G. Solalinde desde Cuba en carta de Marzo de 1937— que nuestro pequeño foco de cultura, con tantos afanes creado, quedará muy en crisis. El Centro de Estudios Históricos parece condenado a disolución. Navarro, que nunca actuó en política, se está solidarizando, sin embargo, con el gobierno de Valencia, que, cómo éste no triunfe, tendrá que emigrar. Castro en la Argentina. Tanto empeño por aunar nuestros es­fuerzos y ahora todo deshecho! Estaba acabándose el Atlas lingüístico y los colaboradores que trabajaban en Portugal fueron detenidos y presos; estoy gestionando su libertad y el poner a salvo los cuadernos de apuntes. ¡Estaba yo imprimiendo el 1er tomo de Epopeya y Romancero y todo, acaso, haya sido destruido en la imprenta de Hernando, que creo ha sufrido mucho!"

       Estos dos ejemplos citados, uno procedente de la España de Franco, el otro de la España re­publicana, eran sucesos ciertos.

      Un obús del ejército sitiador, que en Noviembre de 1936 cayó en los almacenes de la Edito­rial Hernando próximos al Paseo de Rosales, provocó un incendio que destruyó varias obras en curso de impresión53, entre ellas, el original de Epopeya y Romancero. De la obra sólo se salvaron los pliegos en capillas que se habían enviado al Centro (un total de 14, esto es, 224 páginas)54 y las pruebas de las 20 páginas siguientes55.

      La interrupción y posible pérdida de la labor que se estaba haciendo para concluir el Atlas lin­güístico de la Península Ibérica dependía de un acontecimiento aún más dramático, ya que estu­vo a punto de costarle la vida a uno de los colaboradores del Centro de Estudios Históricos, Aní­bal Otero, encuestador para el Romancero y para el ALPI.

Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)

NOTAS

29 Según un comentario de Américo Castro en car­ta a Menéndez Pidal del 18-111-1937, que le escribe a Cuba yendo a bordo de El Almanzora en viaje des­de Europa hacia La Argentina: "Me contaron por en­cima lo de Burdeos, y que, por una confusión, Al­bornoz ocupó lo reservado a V."; pero el 3-III-1937 Menéndez Pidal le aclaró: "Sánchez Albornoz (...) no ocupó toda la cátedra reservada a mí, como V. dice, sino la mitad; y yo tuve un mes de la otra mi­tad y me ofrecen el resto si vuelvo". En la "Chronique" firmada por G. Cirot el 15-IV-1937 publicada en el Bulletin Hispanique, XXXIX (1937), p. 191, consta: "M. Ramón Menéndez Pidal, arrivé a Bordeaux le 23 décembre dernier, a été chargé par l’Université d’un cours destiné aux étudiants d’espagnol sur l’histoire de la langue. II l’a interrompu pour aller, ainsi qu’il s’y était engagé, a Cuba, pour une se­rie de conférences qui l’y retiendron six semaines.-De son cote, M. Claude Sánchez Albornoz, docteur honoris causa de l’Université de Bordeaux, a été pourvu par elle, pour six mois, d’une chaire temporaire a son budget (...)".

30 En un cable del 6-1-1937 le pedía que le confir­mase por la misma vía el día de salida para La Haba­na.

31  "En Burdeos, conté con la fraternal ayuda de Ci­rot ¡Qué hombre más bueno! Comencé un cursillo de Historia de la Lengua..." (carta a Lapesa, 17-VI-1937). Sobre el tiempo que duró, cfr. n. 36. El 1 de Febrero "estuvimos desde las 12 a las 7 de la tarde an­clados ante La Coruña, pero no dejaban desembar­car" del vapor inglés en que viajaba (carta escrita a bordo del R. M. S. "Orduña" desde el 1 al 16 de Fe­brero y echada en La Habana).

32  Ya el 27-XII-1936, nada más llegar a Burdeos, había escrito Menéndez Pidal a Onís, a la Columbia University.

33  Onís, convencido de que "lo de España puede durar mucho", negoció con el Presidente (Nicholas Murray Butler) de Columbia University el nombra­miento como Visiting Professor de Menéndez Pidal y se lo comunicó por cable (9-1-1937), seguido de una carta explicativa de las obligaciones (12-1-1937). Menéndez Pidal aceptó con otro cable, pero con la condición de poder retrasarse en Cuba hasta el fin de Febrero, dilación que fue aceptada por Columbia University (cable del 13-1-1937).

34 Puesto que, en su carta del día 12, Onís le había advertido contra adicionales demoras en la llegada ("Veo por su cable que no podrá terminar en Cuba hasta fines de febrero. En esto no hay inconveniente; pero le ruego que procure salir para Cuba cuanto an­tes le sea posible para que no haya más retraso del ne­cesario en su llegada a Nueva York. Aquí están las co­sas bastante organizadas y es difícil hacerlas fuera de tiempo"), cuando Chacón, recién llegado a Cuba, le cablegrafió a Burdeos el 18 de Enero, concretando "Curso ocho conferencias desarrollado seis u ocho se­manas", vio que las cuentas no le salían en lo que a semanas y meses se refería.

35 Véase adelante, n. 91.

36 Según lacónicamente dice en la citada carta a An­tonio G. Solalinde escrita desde Cuba (n. 17): "Estu­vimos en Burdeos todo Enero. María y Gonzalo allá quedaron y yo vine aquí". En Cuba creían que se ha­bía embarcado con sus familiares: "En el muelle (...) estaba Carolina Poncet, la romancerista, y otras seño­ras (...). Aquí en el hotel encontré un ramo de flores; todos creían que venías tú, Mamá, (...); volvió Cha­cón y abrió la tarjeta de envío: era de Juan Ramón Ji­ménez y de Zenobia, un poético y precioso ramo de capullos de rosa rojos, que entonces desenvolví de su papel" (16-11-1937, a su mujer, a Burdeos).

37  De acuerdo con la invitación de la Institución Hispano-Cubana.

38 Tal era su idea al llegar a Cuba. En una carta al Rector de Santiago de Compostela (que citaré en el § 4), escrita el 18 ó 19 de Febrero de 1937, le anun­ciaba: "Mi compromiso de conferencias en la Cultu­ral Hispano-Cubana de aquí terminará a fines de marzo o comienzos de Abril y después regresaré a Burdeos a recoger a mi mujer, y a España, si puedo, como espero". G. Cirot el 25 de Marzo aún escribía a Menéndez Pidal: "II est bien entendu que si vous repassez par Bordeaux avant la fin des cours (3 juin) vous pourrez reprendre votre enseignement". Pero ya en carta del 18 de Marzo Menéndez Pidal le había es­crito anunciándole que extendía su estancia en Cuba (carta de que sólo el 18 de Abril se haría Cirot eco, diciéndole: "En tout cas, si vous revenez d’ici la fin de mai vous pourrez faire encoré quelques conférences. Nous finissons les cours le 5 juin").

39  Ya en su cable del 18-1-1937 Chacón le decía: "organizaríamos curso México Nueva York". Dada la solidaridad existente entre los miembros del Centro de Estudios Históricos y amigos del mismo que ocu­paban puestos en universidades de América, no le podían faltar ofertas, según Amado Alonso comenta­ba desde Buenos Aires (carta del 18-V-1937): "Des­de el primer día ya sabía yo que, en saliendo de Es­paña,   la  única  dificultad  de V.   sería  elegir  una invitación de las varias que le harían. Así, me parece inverosímil que V., Don Ramón, necesite nada de mí. Pero el mundo da muchas vueltas y, aunque oja­lá no me necesite V. a mí ni a nadie, bueno es que sepa Vd. que (...)". Llegado a Cuba (15-11-1937), tras una larga travesía marítima, Menéndez Pidal es­cribe a su mujer: "Tengo aquí una invitación para ir a Puerto Rico, que, claro es, no acepto, a no ser que algo extraordinario aconsejara prolongar el viaje por América" (carta del 2 al 16 de Febrero, escrita en pa­pel del "Orduña", vapor en que viajó).

40  Wenceslao Roces, Subsecretario de Instrucción Pública.

41  El cuaderno, "impreso en Madrid, en la Im­prenta de Librería y Casa editorial Hernando, en el mes de Julio de 1937" llegó, en efecto, a Burdeos el 21 de Setiembre de 1937, según hace constar G. Cirot  en  la  "Chronique"   del  Bulletin  Hispanique, XXXIX (1937), p. 433.

42 Julián Bonfante dirigía la Sección de Estudios Clá­sicos del Centro de Estudios Históricos desde su crea­ción y la revista Emérita, publicada por el Centro. A continuación, Navarro Tomás se refiere a la situación del Centro en Madrid, con el párrafo arriba citado.

43 Gracias al General Miaja, al Quinto Regimiento y a la llegada de las Brigadas Internacionales.

44 A continuación siguen las noticias referentes a los primeros meses de guerra, arriba citadas. La carta de Lapesa puede verse en reproducción fotográfica de su original en Glosario del primitivo léxico ibero-románi­co. Proyecto de informatización (1998), pp. 21-24.

45  La Imprenta Hernando venía imprimiendo la mayoría de las obras del Centro.

46 A continuación explica cómo se guardaron cier­tos documentos, trabajos y materiales, en párrafo arriba citado.

47 Miguel Santiago.

48 Creo es Lorenzo Rodríguez Castellano.

49 Ramón Iglesia empezó a estar en nómina en Fe­brero de 1932; Luís Sanchís Guarner, de la Sección de Filología, era colaborador del ALPI.

50 En carta que adjuntó a Ramón Menéndez Pidal para que él se la entregara a José Pijoan, si lo creía conveniente.

51 Al contestar a Navarro, ya desde La Habana, el 16 de Febrero de 1937, no se mostró nada satisfecho con las noticias de los esfuerzos realizados en Valencia y Madrid para hacer salir las publicaciones del Centro, bien al contrario: "Le escribo que mejor no publicar respetando la preocupación general; no hay atención para la Revista, ni correo, ni oportunidad. Los cuader­nos de la Casa de la Cultura me parecen, en cambio, bien" (apunte manuscrito sobre la carta de T. Navarro).

52  Menéndez Pidal no quería ser tan pesimista: en la carta citada en texto dirigida a Solalinde, antes de lamentar el fin previsible del Centro de Estudios His­tóricos y la inconclusión de las obras que en él esta­ban acabándose (que citamos a continuación en el texto), le decía: "¡Pobre España!, pero tengo fe en la pronta mejoría de sus calamidades". Y en sus cartas a la familia compartía con ella los deseos de un rápido fin de la guerra, obviamente con el triunfo de los mi­litares del "Alzamiento nacional" o "Insurgentes" (se­gún se viera la situación histórica), como mal menor.

53  Incluidos los Documentos lingüísticos de Aragón que editaba T. Navarro Tomás.

54   Como   una  curiosidad  histórico-bibliográfica fueron reimpresos en R. Menéndez Pidal, Reliquias de la poesía épica española, acompañados de Epopeya y Romancero,I, 2a ed., ed. D. Catalán, Madrid: Semi­nario Menéndez Pidal, 1980.

55 Véanse, en la obra citada en la nota anterior, las pp. XV-XVl de mi estudio "A propósito de una obra truncada de Ramón Menéndez Pidal en sus dos ver­siones conocidas", pp. XIII-XLIV.

LÁMINAS

Madrid resiste, La vida continúa.

Herido en el frente del Manzanares. Foto Robert Capa (Noviembre-Diciembre, 1936) / Magnum Photos.

Fotograma del documental "Mientras el mundo marcha" (Archivo de la Filmoteca Española).

"Los horrores de la aviación en noviembre y diciembre" de 1936, el "terrible cañoneo en abril y principios de mayo" de 1937, los movilizados que luchan en el barrio de Usera, no impidieron a los que quedaron en el Centro de Estudios Históricos proteger los materiales y reanudar una cierta actividad cultural que se consideraba parte esencial en la defensa de la República.
Fragmento de la carta de Rafael Lapesa a Ramón Menéndez Pidal relativa a la vida en el Centro de Estu­dios Históricos desde su salida de Madrid en Diciembre de 1936.

Soldados y milicianos leyendo. Foto Robert Capa (Noviembre-Diciembre, 1936) /Magnum Photos.

En diciembre, cuando los brutales bombardeos de la aviación suponían un riesgo para los traba­jos del Centro, recogí... todos los ficheros y originales que corrían más peligro; están en los sótanos... Claro está que en estas condiciones se puede trabajar bastante mal... En cuanto a Epopeya y Ro­mancero todo lo que había hecho está cuidadosamente guardado... (carta de Lapesa a Menéndez Pidal, 19-V-37).
Foto Robert Capa / Magnum Photos.
Madrid. Invierno 1936-37.

En la Casa Editorial Hernando se imprimían, por lo general, las obras del Centro de Estudios Históricos, junto con otras de la Junta para Ampliación de Estudios y de la Academia Española. A finales de 1936 el Comité de Intervención y Control de Librería, en nombre de la clase trabajadora, asumió la gestión de la Casa. La localización de la editorial e imprenta en la calle de Quintana cer­ca del Paseo de Rosales propició que poco después fuera impactada por un obús del Ejercito de Áfri­ca ocupante de la Casa de Campo y que se perdieran incendiadas múltiples obras en impresión, en­tre ellas Epopeya y Romancero.


Del Diccionario Histórico de la Lengua Castellana de la Academia Española llegó a publicarse en 1936 el volumen //(B-Cerilla). Tras la negociación del "Comité de Intervención" con R. Menendez Pidal, a que alu­de la carta, ocurrió el bombardeo que "destruyó casi todas las existencias de ambos volúmenes [el I y el II] y buena parte del original preparado para el siguiente".
Un obús destruyó parcialmente (el 9 ó 10 de noviembre de 1936) la imprenta de la Editorial Her­nando donde se estaba imprimiendo
Epopeya y Romancero. Sólo se salvaron 14 pliegos de la obra en el Centro de Estudios Históricos.
Última página compuesta de
Epopeya y Romancero que llegó al "Centro de Estudios Históricos" antes del bombardeo que destruyó la obra en impresión en la Casa Editorial Hernando (es la página final del pliego 14).

     

SUMARIO:

I
PRESENTACIÓN: EL ROMANCERO Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL

* EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO

*1. LOS FONDOS DEL S. XIX

* 2. DESCUBRIMIENTO DE LA TRADICIÓN ORAL CASTELLANA EN 1900

* 3. LOS PRIMEROS PASOS EN LA COMPILACIÓN DE UN ROMANCERO ORAL PAN-HISPÁNICO

* 4. EN BUSCA DE ROMANCES FUERA DE LA PENÍNSULA: EN CANARIAS Y EN LAS COMUNIDADES SEFARDÍES, 1904

* 5. "A POR PAN Y A VER AL DUQUE": PRIMER VIAJE A AMÉRICA, 1905-1906

* 6. EL FONÓGRAFO DE CILINDROS DE CERA VIAJA EN BUSCA DE MELODÍAS, 1905-1906

* 7. LA MÚSICA Y LA DANZA COMO PARTE DEL ROMANCERO, 1905

* 8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908

* 9. MENÉNDEZ PIDAL HACE INVENTARIO: LAS PRIMERAS MIL QUINIENTAS VERSIONES DEL ARCHIVO Y LAS CONFERENCIAS EN LA COLUMBIA UNIVERSITY DE NUEVA YORK EN 1909

* III EL ROMANCERO HISPÁNICO BAJO LOS AUSPICIOS DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS

* 1. LA CREACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y EL ROMANCERO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 2. LOS DIALECTÓLOGOS Y EL ROMANCERO ORAL: 1910-1912

* 3. MANRIQUE DE LARA COLECTA EN ORIENTE EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1911-1912

* 4. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO ANTERIORES A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1909-1913

* 5. EL ROMANCERO HISPÁNICO DE AMÉRICA DEL NORTE, 1913

* 6. LOS PLIEGOS SUELTOS DE PRAGA LLEGAN AL ARCHIVO, 1913-1914

* 7. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE A AMÉRICA, PERO DEJA DE LADO EL ROMANCERO, 1914

* 8. LAS GRANDES ENCUESTAS REGIONALES DE JOSEFINA SELA Y DE EDUARDO M. TORNER, 1914-1920

* 9. MANRIQUE DE LARA, EL ROMANCERO DE LOS JUDÍOS DE MARRUECOS Y DE LA PENÍNSULA Y LA MÚSICA DE LOS VIHUELISTAS, 1915-1922

* 10. POESÍA POPULAR Y ROMANCERO, 1914-1918

* 11. LA GEOGRAFÍA FOLKLÓRICA Y LA EXPLORACIÓN DE REGIONES HASTA EL MOMENTO POCO ENCUESTADAS, 1920

* 12. AURELIO DE LLANO Y EL CONOCIMIENTO DEL ROMANCERO ASTURIANO, 1919-1925

* 13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20

* 14. LA TERCERA PARTE DE LA SILVA, PERDIDA, 1921

* 15. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, EN EL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE LA ROSA, 1925

* 16. SIGUE LA ACTIVIDAD RECOLECTORA, 1926-1927

* 17. LA CEGUERA TEMPORAL DE MENÉNDEZ PlDAL Y SU "FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS", 1926-1928

* 18. MANRIQUE DE LARA NUEVAMENTE EN ORIENTE. EDICIÓN FRUSTRADA DE LAS MÚSICAS DEL ROMANCERO: 1923-1928

* IV. EL PROYECTO DE PUBLICACIÓN DE EPOPEYA Y ROMANCERO FINES DE LOS AÑOS 20, COMIENZOS DE LOS AÑOS 30

* 1. EL ROMANCERO, PARTE DE UNA MAGNA OBRA A PUNTO DE PUBLICARSE

* 2. LAS FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS

* 3. GALICIA EN EL FOCO DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO, 1928-1931

* 4. APORTACIONES AL ARCHIVO DE COLECCIONES AJENAS. EL ROMANCERO CATALÁN, 1930-1933

* 5. 1930. LOS BAILES ROMANCEADOS QUE AÚN PERDURAN

* 6. NUEVAS CAMPAÑAS DE RECOLECCIÓN DE MÚSICAS Y TEXTOS POR LA SECCIÓN DE FOLKLORE DEL CENTRÓ DE ESTUDIOS HISTÓRICOS, 1930-1936

* 7. PARÁLISIS RECOLECTORA EN PORTUGAL, 1930

* 8. DISCOGRAFÍA Y PELÍCULAS ETNOGRÁFICAS; EL ROMANCERO INCORPORADO A LA ENSEÑANZA ESCOLAR. 1932-1936

* V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL

* 1. DISCONTINUIDAD DE EPOPEYA Y ROMANCERO Y CONTINUIDAD LATENTE DEL ROMANCERO

* 2. MADRID BOMBARDEADO. EL ARCHIVO "REFUGIADO" EN LA EMBAJADA DE MÉXICO

* 3. OCASO DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS. CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD DE LOS PROYECTOS DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS

* 4. ANÍBAL OTERO, ENCUESTADOR DEL ROMANCERO Y DEL ATLAS LINGÜÍSTICO, ACUSADO DE ESPIONAJE

* 5. MENÉNDEZ PIDAL, ANCLADO EN CUBA, A LA BÚSQUEDA DE ROMANCES

* 6. VERANO DE 1937. LOS DISCÍPULOS DE MENÉNDEZ PIDAL Y LAS CANCILLERÍAS SE PREOCUPAN DE LA SEGURIDAD DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO

* 7. EL ROMANCERO Y LA HISTORIA DE LA LENGUA DE MENÉNDEZ PIDAL VIAJAN COMO PARTE DEL TESORO CULTURAL DE ESPAÑA

* VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA

* 1. DEPURACIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL. FIN DE SUS PROYECTOS CON UNA PROYECCIÓN NACIONAL, 1939-1941

* 2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945

* 3. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ROMANCISTAS TOMA EL RELEVO, 1945-1946

* 4. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE AL ROMANCERO, 1946-1950

* 5. LA CARTOGRAFÍA ROMANCÍSTICA Y LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN EN LA SERRANÍA DE CUENCA, EN LAS BALEARES, EN SORIA, EN SEGOVIA, EN ÁVILA, EN LA MESETA MANCHEGA, EN ALISTE Y EN MARRUECOS, 1947-1948

* 6. ÉXITO EN LA TRADICIÓN ORAL DE ALGUNAS VERSIONES FACTICIAS DE LA FLOR NUEVA

* 7. HACIA UNA RECUPERACIÓN DEL ROMANCERO PORTUGUÉS, 1948

* 8. NUEVAS ENCUESTAS: LIÉBANA Y POLACIONES; LA SIERRA DE BÉJAR Y PLASENCIA; SANABRIA. LLEGAN OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO. 1948-1949

* 9. FIN DEL SEMINARIO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. FINAL DE LAS ENCUESTAS Y PUBLICACIÓN DIFERIDA DE LOS TRABAJOS SOBRE EL ROMANCERO, 1950-1954

* 10. ACTIVIDAD RECOLECTORA EN LA AMÉRICA HISPANA. SU REPERCUSIÓN EN EL "ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL", 1948-1952

* 11. REPERCUSIONES DE LAS PUBLICACIONES SOBRE EL ROMANCERO EN LA EXPLORACIÓN DE LA TRADICIÓN ORAL, 1953-1954

* 12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI

* VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO  RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

* 1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954

* 2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959

* 3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50

* 4. GRAN RECOLECCIÓN DE ROMANCES EN LAS ISLAS CANARIAS, 1952-1957

* 5. EL ROMANCERO TRADICIONAL, CUESTIONADO, 1959-1962

* 6. ÚLTIMAS CONTRIBUCIONES DE MENÉNDEZ PlDAL AL ROMANCERO, 1959-1965

* 7. MENÉNDEZ PIDAL EN ISRAEL Y EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1964

* 8. EL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL Y EL FUTURO DEL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1963-1966

* 9. REACTIVACIÓN DE LA LABOR EDITORIAL DEL ROMANCERO, 1966

* 10. PROPUESTA DE CREACIÓN CON CAPITAL AMERICANO DE UN CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS EN EL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1967-1968

* VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL

* 1. NON OMNIS MORIAR, 1969

* 2. BELLAS PALABRAS Y NEGRAS REALIDADES, 1969-1970

* 3. ACTIVIDADES DE LA CÁTEDRA-SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL. CATALOGACIÓN DE LOS FONDOS SEFARDÍES DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO. LOS FONDOS PATXOT SE HACEN INACCESIBLES. 1969-1971

* 4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975

* 5. EL ROMANCERO ¿AÚN VIVE?, 1973-1975

* 6. CRECER, PARA NO MORIR, 1976-1981

* 7. EL ROMANCERO AÚN VIVE. VOCES NUEVAS DE LA TRADICIÓN ORAL, 1977-1978

* 8. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCERO. UNA NUEVA EMPRESA COLECTIVA, 1977-1984

* 9. LAS GRANDES ENCUESTAS COLECTIVAS DEL PROYECTO DEAPHR, 1980-1984

* 10. LAS TRADICIONES ORALES LEONESAS Y EL ROMANCERO EN LEÓN A FINALES DEL S. XX, 1984-1988

* 11. FIN DE ETAPA. DISPERSIÓN DEL EQUIPO INVESTIGADOR DEL PROYECTO DEAPHR. LA FUNDACIÓN RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL Y EL CAPITAL PRIVADO INAUGURAN UNA ÉPOCA NUEVA. 1984-1989

* 12. LOS ARCHIVOS DEL ROMANCERO NUEVAMENTE EN EL FOCO. LOS LABORATORIOS HUMANÍSTICOS INSTALADOS EN EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL, 1988-1998

* 13. EL ROMANCERO ANTE EL CENTENARIO DEL ’98

* EPÍLOGO

* 1.- EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL DINAMITADO

* 2.- EL ARCHIVO DEL ROMANCERO ANTE LA REESTRUCTURACIÓN DE LA FUNDACIÓN MENÉNDEZ PIDAL Y DEL CENTRO SITO EN CHAMARTÍN

* 3.- LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA INVESTIGACIÓN

* 4.- DESPEDIDA

Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

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