13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20.
13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20. III. EL ROMANCERO HISPÁNICO Y LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS.
En 1920, Aurelio Macedonio Espinosa vino desde Stanford (California) a España con objeto de recoger su tradición cuentística oral. Los contactos de Espinosa con Ramón Menéndez Pidal y con el Centro de Estudios Históricos le llevaron a simultanear en sus encuestas la recogida de cuentos con la recogida de romances, destinados éstos al gran Romancero pidalino:
"Después de molestarle y hablar con Vd., se aumentó al 100% el grande interés que siempre tengo por el Romance Tradicional. Me decido a ayudarle activamente recogiendo cuantos podré recoger romances. Dígame Vd. qué romances le hacen falta, como ya convenimos, de qué regiones, etc., y también sería bueno, ya que yo todo lo he de escribir a máquina (me acompaña una máquina Corona), que se sirviese indicarme la forma en que Vd. los pone a máquina. Por último (...) me sería de grandísima utilidad el mapa que Vd. tan admirablemente va arreglando de las regiones que más conservan la tradición antigua187 ¿Podría tal vez su hija Jimena trazarme uno en unos cinco minutos?" (Madrid, 19-VII-1920).
Temeroso del calor, empezó sus encuestas por el Norte de España. Desde la "Fonda Ávila" en Burgos, el 14 de Agosto, daba noticia a Menéndez Pidal de sus primeras encuestas:
"Después de recorrer algunos sitios de la provincia de Santander, Santander, Cabuérniga, Tudanca (la Casona de Peñas arriba), Reinosa, he ido unos días a Palencia y ahora he llegado a Burgos donde pienso estar hasta 1° de Set[iembre] recorriendo pueblos vecinos (...). Romances hay todos los que se quiera. En seis meses yo me comprometería a reunir 500 versiones. Yo llevo ya 25 versiones de unos 20 distintos y entre ellos algunos buenos, Príncipe don Juan está malito en la cama, la Romerita. Curioso me parece no encontrar Gerineldo (...). Los del Catálogo de su señora no se encuentran, nadie los sabe y deben ser muy raros. Sin embargo ya veremos. Yo nunca me desanimo. Recogí en Burgos ayer uno de Celinos que no conozco. No sé si le servirá:
Se paseaba Celinos por el su palacio real,
de su casa en casa el conde buenas correnditas da
etc.
38 versos largos (...). ¡Qué bella es España, qué buena su gente! Este es el verdadero país de la libertad personal. Todos me ayudan, nadie me molesta. Aquí en esta misma fonda hablé con el señor de la fonda y anoche me envió al cuarto dos criados que sabían romances y cuentos".
Unos días después volvía a escribir a Menéndez Pidal (18-VIII-1920):
"Ayer recibí su muy amable carta y me alegro muchísimo de que las versiones que recojo de Romances le puedan ser útiles. El Celinos tiene 44 versos largos (a uno, por desgracia le falta medio verso). Después de la recitación siempre insisto en que se canten y así sale alguna corrección. En el Celinos no salió el medio verso. / Hoy recibí el mapa y no sé cómo agradecer a Vd. tanta amabilidad. Y para que Vd. vea que me voy a guiar por él, mañana por la mañana salgo en autocoche para Salas de los Infantes que es en su mapa región preferida (...). De Salas iré a pueblos vecinos unos tres o cuatro días"188.
Así lo hizo, en efecto. El 28 de Agosto, vuelto a Burgos, contaba su excursión a Menéndez Pidal, precisándole:
"Del 19 al 24 anduve por Salas, Barbadillo y Silos. En Contreras es donde recogí los famosos versos del romance de los Infantes189. Traje del viaje mucho, cuentos, romances, etc.; un bello ejemplar del romance de la niña-hombre
Rayos te caigan, condesa, rayos en el corazón
siete partos que has tenido, en ninguno era varón, etc.
(...). El hallazgo de los versos del romance viejo de los infantes me parece cosa de importancia (...). Si en realidad es un hallazgo extraordinario, lea Vd. mi artículo, por favor (...)".
Menéndez Pidal se apresuró a contestarle, proponiéndole que lo refundiera a la vista de la bibliografía existente, por lo que Espinosa le escribiría, de nuevo, ya desde Valladolid (4-IX-1920):
"En vista de lo que Vd. ya ha dicho en su Leyenda [de los Infantes de Lara], lo escribiré de nuevo. Me parece también ahora que el tono entero no es para [la] R[evista de] F[ilología] E[spañola], Tal vez sea más propio para otra revista (...). Aunque coincida con lo ya publicado por Vd., tiene interés en E[stados] U [nidos] que un yanqui venga a descubrir dos versos de un romance de los Infantes de Lara. En Octubre me dirá Vd. dónde publicarlo refundido (...). Si el r[omance] «Ya camina don Velarde, ya camina, ya se va» es el que estudia, dígamelo para enviárselo enseguida".
En aquella carta del 4 de Setiembre, Espinosa dejaba bien claro su propósito de poner a disposición de Menéndez Pidal todos los romances que iba reuniendo ("Ya va un total de 40 romances —digo versiones— serán 20 diferentes"):
"Desde luego todos los romances que yo recoja se los entregaré inéditos para que Vd. disponga de ellos. No es justo que vayan aparte. El romancero de España irá todo junto".
El 15 de este mes le enviaba algunos romances, recogidos en Soria, antes de salir ("esta tarde") para Calatañazor, donde estuvo sólo un día y una noche antes de viajar a León. Estando en esta ciudad, el 18 de Setiembre, volvió a escribir a Menéndez Pidal para enviarle todas las versiones que llevaba reunidas de Gerineldo y de La condesita, a fin de que Menéndez Pidal las pudiera tener en cuenta en su estudio de geografía folklórica190, entre ellas las que acababa de hallar en Calatañazor, "prueba definitiva de que por esos mundos de Soria se hallan romances y cuentos siempre y donde quiera que se busquen". El día que estuvo en Calatañazor,
"era día de fiesta y recogí romances y cuentos y asistí a los bailes populares, acompañados del cantar de coplas escandalosas, que no se pueden poner con esta mi máquina, por folklorista que sea. Vive esta gente como en el siglo doce, me parece. No me estuve más porque no hay ningunas comodidades. Una noche dormí sin respirar, pues mi alcoba carecía de lo que comúnmente se llama ventana o balcón".
Tras recoger algunos romances en Astorga y Porqueros, Espinosa partió para Cuenca, donde se hallaba el 26 de Octubre y daba cuenta de lo recogido a Menéndez Pidal:
"He recogido en Cuenca una docena de cuentos y una veintena de romances, entre ellos dos versiones de uno precioso de La Samaritana, y el de «Abenámar, Abenámar, moro de la morería». Este último me parece aprendido de un libro, pero no sé de dónde lo han podido aprender (...). Los demás son los corrientes, Delgadinas, Cautivas, etc. (...). Pasado mañana salgo para Utiel en coche".
Según anunciaba ya en su carta de Burgos del 18 de Agosto191, remató su excursión en el Sur de España. El 5 de Diciembre se despedía de España y de sus amigos del Centro en carta de gracias desde Cádiz.
En el curso de sus encuestas, Espinosa recibió de Menéndez Pidal una oferta de apoyo de la Junta para Ampliación de Estudios para realizar un intercambio de profesores con la Universidad de Stanford que le permitiera pasar el año 1921-1922 completo recogiendo cuentos y romances en España192. Espinosa, entusiasmado con su experiencia, le prometía:
"Lo que le prometo es que, si vuelvo a España por un año entero, le recojo, además de mis cuentos para cosecha propia, más 500 versiones de romances".
Era un día en que estaba especialmente eufórico ("Hoy ha sido día de fiesta para mí. He recogido 4 cuentos largos esta mañana. Me duele la muñeca de copiar"); pero, sin duda, hubiera cumplido su promesa, de haberse realizado el intercambio.
Tras su visita a "la Casona de Peñas arriba’, en los comienzos de su encuesta, Espinosa había anotado, en P. S. a su carta del 14 de Agosto:
"En Tudanca estuve tres días en casa del Sr. José María Cossío, joven de talento que recoge romances. Me parece que él y el Sr. Maza Solano de Santander podrían ayudarle a Vd. mucho en la colección de romances. Al volver a América yo voy a hablar con el Sr. Huntington a ver si me paga él otro viaje de seis meses para venir a recoger romances para Vd. Yo lo haría con muchísimo gusto".
Pero la relación con Cossío y con Maza Solano de don Ramón se produjo por otro conducto. A la insistencia con que buscaba, por vía de terceras personas, versiones de Gerineldo y La condesita (o "La boda estorbada") se debió, sin duda, el que Miguel Artigas, interesado en conseguir la colaboración de Menéndez Pidal para el Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo, se esforzara en que Tomás Maza Solano y José María de Cossío le anticipasen datos de la colección de romances de Cantabria que habían reunido por separado y que pensaban publicar de consuno (Santander, 21-VII-1920)193. Cossío, desde "La Casona", Tudanca, le escribió, en efecto, el 17 de Setiembre de 1920:
"Por nuestro común amigo el Sr. Artigas sé que trabaja Vd. sobre romances de tradición oral y más particularmente sobre la geografía del de Gerineldo (...)".
y en la carta le incluía la única versión que hasta entonces había recogido de ese romance194 junto con otra de un romance fronterizo, sobre el que requería información suplementaria; se trataba del que identifica remitiendo a la Primavera de Wolf, n° 94, esto es el de Don Manuel y el moro Muza.
Muchos años después, en 1960, don José María recordó, con especial emoción, sus andanzas por Polaciones, "la más rica en romances y cuentos populares" de las comarcas cercanas a "La Casona" de Tudanca, comarca en que "la tradición aparece a los primeros pasos que se inician en su busca" y muy en especial, aparte de una noche romanceril forzada por una nevada, dos hallazgos hechos en ella, el de un romance carolingio y el de este romance fronterizo sobre el cual había pedido información a Ramón Menéndez Pidal cuarenta años antes:
"Quien pueda, imagínese la emoción de oír repetir a una purriega los viejos versos de Montesinos
Cata Francia, Montesinos, cata París, la ciudad
con las mismas palabras, sin faltar tilde, con que las escriben los más viejos pliegos de romances, y como habían de quedar indeleblemente escritos en el Quijote. Y recuerdo la complaciente condescendencia con que una vieja purriega me recitaba romances, interrumpiéndose con palabras semejantes de cariño y lástima:
— ¡El mi probé! Vean con lo que se divierte. Es como una criatura.
Y lo que me recitaba era un rarísimo romance fronterizo de don Manuel Ponce de León, utilizado por Lope de Vega en su comedia Garcilaso de la Vega y el moro Tarfe, y en el que el reto del moro se atrevía al propio Rey Católico:
— Salga uno y salgan dos, salgan tres y salgan cuatro,
si no osa salir ninguno, salga el propio rey Fernando.
¡Inolvidables jornadas! (...) Aún recuerdo una estancia en Santa Olalla, pueblo de los más altos del Ayuntamiento purriego, vencido el otoño, engañado por un tibio ambiente prometedor que, a media tarde, en aquellas alturas se convirtió en recísima nevada. Hube de hacer noche en aquella aldea, en casa rústica pero sobrada de bastimentos, oyendo y copiando romances y más romances, pues brotaban recitadoras y recitadores, que se acompañaban con el canto para mejor recordarlas (...). Cuando me levanté al día siguiente, había en el pueblo más de media vara de nieve. Contra todo consejo, decidí el regreso a Tudanca y, gracias a la fortaleza y decisión del caballo, que reconocía caminos y senderos por debajo de la nieve, pude llegar a mi casa (...)"195.
Maza, por su parte, también envió a Menéndez Pidal las versiones por él reunidas de Gerineldo196. Ambos le anunciaban la pronta publicación de su libro, que Maza Solano creía poder tener en la calle al año siguiente197. No obstante, algún tiempo después, Cossío trataba de calmar la impaciencia de Menéndez Pidal por tener acceso a los romances, confirmándole la inmediata impresión del libro198, y a la vez trataba de obtener de Menéndez Pidal que le transmitiera, para su inclusión en él, la colección cántabra de Lomba y Pedraja199. Menéndez Pidal no se negó a entregársela, pero le desanimaría en la petición con argumentos varios200:
"Piense Vd. que la región no es unidad folklórica: las versiones de Santander se agruparán unas veces con las de Asturias, otras veces con las de Palencia o Burgos, etc. y, por otra parte, no puede agotarse nunca la multiforme tradición de una región. Al día siguiente de publicar Vds. su libro se recogen nuevas versiones"201.
El deseo que Miguel Artigas manifiesta en aquella coyuntura de complacer a Menéndez Pidal, en su voluntad de completar lo más posible sus conocimientos sobre el romancero de tradición oral, nos lleva además a saber de las gestiones que Menéndez Pidal había venido realizando para hallar los primeros romances recogidos en España a comienzos del s. XIX, los que anotó Bartolomé José Gallardo (sobre los que ya tratamos en el cap. II, § 1), pues en su tarjeta del 21 de Julio de 1920 le comenta:
"Efectivamente, en el estudio que con Sáinz hemos hecho de los papeles de Gallardo hemos hallado una colección de Romances. Sin que V. venga por acá, no sé cómo ponerlos a su disposición. Pero puede V. enviarme nota de los temas y copiaríamos lo que tuviere. Sáinz quedó en volver este verano para seguir el estudio; pero nada dice de su viaje todavía".
Esta noticia, a primera vista sensacional, sobre una "colección de Romances" de Gallardo demasiado extensa para hacerle copia completa a Menéndez Pidal, sólo resultaría aclarada el 20 de febrero de 1930, en que Miguel Artigas describió a Menéndez Pidal lo que contenían los lotes de "Papeles de Gallardo" referentes a "Romances": no eran sino "copias" hechas por Gallardo de viejos textos, impresos o manuscritos.
Otro investigador extranjero vinculado al Centro de Estudios Históricos que recogió romances durante los años 20 como complemento de sus encuestas de campo fue Fritz Krüger, que vino en 1922 a España con una pensión de la Hamburgische Wissenschaftliche Stiffung para estudiar las hablas leonesas de Sanabria (Zamora) y La Cabrera (León). También de forma ocasional recogió algún romance, en 1923, el geógrafo Juan Dantín Cereceda202.
A excepción del romancero gitano de Triana y los Puertos, el romancero andaluz sólo había sido objeto de encuestas ocasionales; por fin ahora, en los primeros años 20, llegaron al Archivo Menéndez Pidal dos valiosas colecciones procedentes del antiguo reino de Granada.
El abogado Juan Marqués Merchán, del "Centro de Estudios Andaluces", biógrafo de don Bartolomé José Gallardo, hizo a Menéndez Pidal varios envíos de romances en 1922203 fruto de sus exploraciones en el entorno de Málaga, realizadas, según él mismo le aclaró, en los "barrios (especialmente, Miraflores del Palo, a cuatro kilómetros de Málaga, por ser el más rico en Folk-Lore), algunos pueblos y los cortijos más próximos a la capital por la parte de Jarazmín y Olías"204. Según ya él mismo destacó (16-XI-1922), lo más notable en sus envíos fue una versión de Gaiferos:
"Esta creo ha sido hasta ahora mi hallazgo de mayor fortuna, pues los romances caballerescos están perdidos casi en su totalidad. Me costó bastante trabajo conseguirlo".
Mayor importancia aún tuvo la actividad continuada de un colector, Juan Tamayo y Francisco, que fue sacando sistemáticamente a luz el acervo romancístico de la mayoría de los pueblos de la provincia de Almería durante los años 1920, 1921 y 1922205 y que continuaría haciéndolo entre 1925206 y 1931. Como muestra de la exhaustividad con que Tamayo realizaba su recolección citaré el comienzo de una carta del 31-XII-1921:
"Muy distinguido y respetable amigo: Regresó de su pueblo la recitadora del fragmento de Bernal Francés que le envié, y, según me dice, no ha encontrado quién lo sepa, a pesar de haberse cantado allí en su niñez. No obstante, habiendo recordado algunos versos más, tengo la satisfacción de remitirle la versión algo más completa".
Con estas dos contribuciones de Marqués Merchán y de Tamayo y Francisco, la tradición de la Andalucía oriental vino a ser suficientemente conocida.
Otra colección relativamente abundante recogida desde A Coruña, formada por unas 45 versiones gallegas de una treintena de romances (entre las que destaca una versión de Isabel de Liar), le fue entregada a Menéndez Pidal por el abogado Alejo Hernández en 1924207.
Aparte de estas colecciones extensas, Menéndez Pidal, como en períodos anteriores, siguió recibiendo aportaciones menores, algunas de ellas de gran interés.
Ante todo hay que destacar la llegada al Archivo de versiones procedentes de la tradición oral catalana, remitidas por algunos de los encuestadores del "Cançoner popular de Catalunya": Pere Bohigas e Higini Anglés, cuando por los años de 1920 a 1924 recogieron romances en diversas regiones de Cataluña, enviaron los originales de campo o copia de ellos a Ramón Menéndez Pidal208. Gracias a estos manuscritos, pudo conocerse, entre otros textos, la curiosísima versión del romance de Gerineldo de Gratallops (Tarragona)209 en la cual el tema se remata con un fragmento de La canción del huérfano que lleva a su vez interpolado un motivo procedente del romance de tema épico de Doña Urraca y sus hermanos:
— Acuérdese, lo rei mi padre, un día en el corredor,
porque no estaba quieta, me va a dar un bofetó i
després, perqué callasse, va dir que’m daría un do.
Entre los envíos relativos a provincias aún poco exploradas conviene recordar que el siempre amigo de Ramón Menéndez Pidal, pese a la distancia, José Ramón Lomba, aprovechó su destino como catedrático en Murcia para proporcionarle en 1923-1924 una muy curiosa colección de romances procedentes de Alicante, Elche y La Algoda (Alicante), reunida con la colaboración, a lo que parece, de alumnos210. Al Archivo llegó también por esos años alguna que otra versión procedente de Guadalajara: Manuel Manrique de Lara obtuvo algunas de una informante de Villar de Coveta, en 1920211, y Juan Vicens otras de otra mujer de Ribarredonda, en 1924212. De Soria, Juan Francisco Marina Encabo remitió en 1921 alguna versión procedente de Yelo, y de Navarra, llegó en Setiembre de 1924 al Archivo un texto recogido por Miguel Herrero cerca de Estella (Navarra).
Más curioso es, sin duda, otro envío anterior del propio Miguel Herrero, quien en 1920 entrevistó en Ginebra a una judía de Philippópolis, la cual le proporcionó un texto de Conde Niño, que Herrero se apresuró a remitir a Menéndez Pidal. El 15 de Junio de aquel mismo año de 1920, por mediación de Max Leopold Wagner, entró desde Berlín en relación con Menéndez Pidal un historiador de la cultura judeo-española oriental, el Dr. Saúl Mezan, quien, como parte de la Organisation pour la Culture et la langue hébraïques en Bulgarie había promovido la formación de un "Comité pour le Folklore Hispano-Juif". Una vez regresado a Tatar-Pazardjik (Bulgaria), Mezan reanudó su comunicación (10-VII-1920) y, aparte de enviar a Menéndez Pidal un conjunto de versiones de canciones narrativas de asunto bíblico y algunos romances profanos recogidos en Philippópolis, Dúpnitza y Tatar-Pazardjik213, le hacía partícipe de sus planes de preparar
"la elaboración de una colección de romances judeo-españoles que nuestra organización piensa editar a comienzos de 1921";
pero le confesaba que
"todo el trabajo del comité de folklore recae exclusivamente sobre mí"
y, por tanto, echaba toda la responsabilidad al Gobierno español:
"La tradición sefardí está en vías de desaparecer completamente y dentro de 20 años no quedarán de ella sino huellas insignificantes. El gobierno español debería crear a lo menos un centro, si es que no un instituto exclusivamente dedicado a la lengua y el folklore judeo-españoles".
Deseoso de obtener el apoyo de las autoridades oficiales españolas, consideraba impensable que un Manrique de Lara pudiera llevar a término la recolección folklórica:
"No aconsejo la salida del Sr. Manrique de Lara para los Balcanes; dado que las condiciones de vida aquí son actualmente muy miserables, estoy convencido que, si bien es posible realizar una gran recolección folklórica, para ello sería necesario un trabajo largo y asiduo, penoso y metódico, y eso es imposible para un individuo"214.
No deja de ser sorprendente que en el Archivo Menéndez Pidal no haya la menor huella de la labor de recolección de romances realizada en Marruecos por Américo Castro en 1922, sobre la cual llamaron la atención S. G. Armistead y J. H. Silverman en 1971215, y de que nos ha quedado, aparte de la colección de versiones reunida216, un vivo testimonio de la pluma de don Américo en una carta a Juan Goytisolo (8-VII-1970):
"Por motivos arbitrarios sus páginas marroquíes (...) me hacen recordar mis andanzas por aquellas tierras en 1922, para recoger romances y estudiar la lengua de los sefardíes. En Tetuán me encaminaron a la vivienda de Makní-ben-Shimná217. Su morada consistía en una sala baja que daba al patio. Estaba sentada en el suelo, paralítica, con un orinal a su alcance, se veían las chinches, hedía todo ello. Yo entonces fumaba, encendía puros para con su humareda proteger mi olfato. Sentado no sé cómo, transcribía su estupenda habla; y los romances salían de aquella boca como rosas y madreselva que hacían olvidar lo circunstante. Así las cosas, asomó por la puerta una leprosa, a la cual no tendí mi mano, pues no me sentía con las agallas del Cid Rodrigo. La alejé gritando las escasas palabras árabes a mi disposición: «emahí, emahí!» (’Vete, vete!’), mientras la amenazaba con un palo.
Me imaginé el mundo que Ud. tuvo presente (...) como algo parecido a mis situaciones en el mellah de Tetuán —no obstante los baños y cepillados de ropa, noté un día que me salían dos chinches por el puño de la camisa. Pero aquella porquería no intentaba hacerse pasar por limpieza, era ingenua asquerosidad. Lo atroz es cuando ésta pretende disimularse tras el oropel de las palabras y las gesticulaciones"218.
Desde Portugal, José Leite de Vasconcelos remitió a Ramón Menéndez Pidal en 1921 alguna versión de las que él recogía por entonces en Tras os Montes219.
También de América llegaban al Archivo Menéndez Pidal contribuciones. Aunque de contenido nada notable. José María Chacón y Calvo, desde La Habana, siguió en 1924 comunicando a Menéndez Pidal algún que otro texto recientemente recogido 220; Pedro Henríquez Ureña, desde Buenos Aires remitió, en 1925, versiones del romancero infantil, dichas por chiquillos de 11 y 13 años y Rafael Ramírez de Arellano le entregó, en mano, en Diciembre de 1925 una pequeña colección, por él reunida, de romances de Puerto Rico.
Diego Catalán: "El archivo del Romancero, patrimonio de la humanidad. Historia documentada de un siglo de historia" (2001)
NOTAS
187 Este mapa en que se señalan las "Regiones algo exploradas", "Regiones bastante exploradas", "Regiones poco o nada exploradas", "Regiones que más deben explorarse" se conserva en el Archivo.
188 El día anterior había ido a Villatoro.
189 "Cuentos sobre la leyenda fantástica, sin versos conocidos, traigo tres más: uno verdaderamente notable sobre la maldición que un mendigo echó sobre doña Sancha y de allí el parto de los siete".
190 "Aquí van 6 Bodas estorbadas, 2 de Burgos, una de Santander, una de Aragón, una de Valladolid y otra de Valencia del Cid; y 2 Gerineldos sorianos, muy buenos y con sus respectivas Bodas estorbadas y uno sin la Boda. En Soria le recogí un total de 12 romances" (Soria, 15-IX-1920).
191 "En Noviembre voy al Sur, que según el mapa que Vd. me envía es la región menos explorada".
192 Se comunicaban a través del Centro de Estudios Históricos: "El Sr. Solalinde tendrá siempre informes de mis paraderos, señas, etc." (Madrid, 19-VII-1920).
193 "D. Tomás Maza enviará a V. 4 versiones del romance de Gerineldo y alguno más. Con Cossío piensa hacer un tomo de Romancero Montañés’.
194 Junto "con la promesa de comunicarle todas las que encuentre".
195 J. M. de Cossío, Rutas históricas de la Montaña, Santander: Diputación Provincial, 1960, pp. 59-60. Cito a través de J. M. Haya Martínez, "Recolectando romances donde cae la nieve a copos", en el Suplemento de "El Diario Montañés" del Jueves, 11-XII-1997, dedicado a el "Romancero General de Cantabria".
196 En carta desde Santander de 25 de Octubre de 1920. En ella le enumera además un conjunto de romances de su colección y los pone a su disposición.
197 El Romancero popular de la Montaña de ambos autores sólo vio, finalmente, la luz en 1933. Fue una contribución extraordinariamente rica en temas y versiones.
198 "Quiero tranquilizarle sobre la proximidad de la publicación de nuestro romancero, que espero empezará a imprimirse muy en breve" (carta, sin fecha, desde la Biblioteca Menéndez Pelayo, Santander).
199 "Hablando días pasados con José Ramón Lomba, me dijo que hace ya bastantes años había enviado a V. una colecta de romances hecha por él en pueblos cercanos a Solares y Sobremazas, donde él tiene su casa (...). Nosotros desearíamos incorporar esa colecta a la nuestra (...)".
200 Primero por razones del tiempo que habría de invertir en reunirías de nuevo: "No es imposible dárselas a Vd., pero sí difícil. Están repartidas entre muchos centenares de carpetas, incorporadas ya a la sección de cada romance (...)", etc. etc.
201 En nota autógrafa de Menéndez Pidal, escrita sobre la carta de Cossío, para redactar la respuesta.
202 Cfr. D. Catalán et al., Romancero general de León (1991), I, pp. LI-LII. En las láms. de esta obra núms. 30-35, se reproduce un original de Krüger y varias fotos de sus encuestas en La Baña (León); otro original de Krüger, procedente de San Ciprián de Sanabria (Zamora), se puede ver en RTLH, IV (1970), en lám. frente a la p. 73. Entre las pp. 168 y 169 de RTLH, VI (1975) se hallan dos reproducciones fotográficas de una de las versiones recogidas por Dantín Cereceda en Huergas de Cordón (León). Se conserva una espléndida colección de fotos debidas a F. Krüger, que el profesor de la Universidad de Bonn Pedro Vega tuvo el acierto de exponer en 1997 en el Museo Etnográfico de San Martín de Castañeda (en Sanabria).
203 Aparte de las versiones enviadas por Marqués que se hallan en el Archivo, se conservan algunas de sus cartas. Por una del 16-XI-1922 sabemos que Menéndez Pidal le había dado el folleto-manual de recolección de María Goyri, pero que ya antes (con anterioridad al 25-XI-1920) Marqués le había comunicado romances.
204 Según explica en su carta del 16-XI-1922.
205 En el Archivo Menéndez Pidal, además de las múltiples versiones inéditas recogidas por Tamayo, se conservan algunas de sus cartas: 1-XI y 31-XII, 1921; 4-III y 18-VII, 1922; en ellas se alude a correspondencia y envíos previos.
206 En RTLH, V (1971-1972) puede verse reproducida fotográficamente (frente a la p. 86) una de las versiones recogidas en Abril de 1925 por Tamayo en Tabernas (Almería).
207 Acerca de la dificultad que encontró A. Hernández para que sus informantes no le castellanizaran más de lo habitual las versiones que le comunicaban, véase J. L. Forneiro, "El bilingüismo en el Romancero gallego", Tesis doctoral, Madrid: Universidad Autónoma de Madrid, 1997.
208 Abundantes ejemplos de versiones recogidas por Higini Anglès y Pere Bohigas, por Higini Anglés y Ventura Gassol y por Pere Bohigas y Josep Barberà enviadas manuscritas por los colectores a Ramón Menéndez Pidal en los primeros años 20 se pueden ver publicadas en RTLH, IV (1970), pp. 233, 243, 245-246 y RTLH, VII (1975), pp. 21-23, 27-28, 33-34. En RTLH, IV, frente a la p. 233 se reproduce fotográficamente uno de los originales. Sobre estas encuestas puede ahora hallarse información en Obra del Cançoner Popular de Catalunya, Materials, VI: Memòries de missions de recerca, ed., J. Massot i Muntaner, Barcelona: Abadía de Montserrat, 1996, pp. 9-12.
209 Recogida por Anglès y Gassol, puede leerse publicada en RTLH, VII (1975), pp. 21-22.
210 Sirvan de ejemplo las versiones n° 1.284 a 1.290 de Gerineldo, publicadas en RTLH, VII (1975), pp. 45-49.
211 De la joven Rosalía Martínez Ruiz, de 19 a. Si Rosalía no era familiar de algún militar destinado en África, Manrique sólo pudo recoger aquel año esa versión durante la segunda mitad de Diciembre en que estuvo destinado en "la Jurisdicción de Marina de la Corte".
212 De Juliana Renales, 26 a.
213 Que pueden verse inventariados en S. G. Armistead, El Romancero judeo-español(1978), vol. III, pp. 144-145, quien en el vol. I reproduce en fotografía la carta de Mezan de 10-VII-1920.
214 "Bobochevo, le 2.10.1920". Traduzco los párrafos de la carta, en francés, que cito.
215 S. G. Armistead y J. H. Silverman, "Un aspecto desatendido de la obra de Américo Castro", en Estudios sobre la obra, de Américo Castro, ed. P. Laín Entralgo y A. Amorós, Madrid, 1971, pp. 181-190.
216 Que actualmente forma parte de la colección Armistead-Silverman-Katz.
217 Sobre el repertorio de esta excepcional transmisora del romancero sefardí, entrevistada ya en 1915 por Manuel Manrique de Lara, véase S. G. Armistead, El Romancero judeo-español (1978), vol. III, pp. 128-129 y aquí atrás §9.
218 El epistolario. Cartas de América Castro a Juan Goytisolo (1968-1972), ed. J. Escudero Rodríguez, Paterna: Pre-Textos, 1997, pp. 105-106.
219 En RTLH, III (1969), frente a la p. 152, se halla fotográficamente reproducido el comienzo de la versión de Rebordainhos de Dirlos, enviada manuscrita a Menéndez Pidal por Leite.
220 En RTLH, XI (1977-1978), frente a la p. 120, se publicó fotografía de una versión (del villancico glosado de La dama y el pastor) remitida por Chacón a quien se la había proporcionado José Antonio Fernández de Castro tras recogerla en 1923.
LÁMINAS
De un artículo de A. M. Espinosa en JAE, XXXIV (1921).
El hallazgo en 1920 de "una colección de Romances" de Gallardo en el Archivo-Biblioteca Menéndez Pelayo no tuvo la importancia que, de entrada, le concedieron Sáinz Rodríguez y Artigas, pues eran simples copias de textos antiguos (según se percatarían 10 años después).
Nota aclaratoria remitida el 20-11-1930 a Menéndez Pidal por Miguel Artigas.
Fritz Krüger, pensionado de la Hamburgische Wissenschaftliche Stiffund, vino a España en 1922 para realizar investigaciones lingüístico-etnográficas. Con el apoyo del Centro de Estudios Históricos y aprovechando la experiencia previa de Navarro y de Castro, recorrió las apartadas comarcas de La Cabrera (León) y de Sanabria (Zamora), donde recogió romances para Menéndez Pidal.
Menéndez Pidal visita a Krüger en Hamburg, Julio de 1928.
Los originales de las fotografías tomadas en 1922 por Krüger en su excursión por La Cabrera y por Sanabria, conservados por Pedro Vega, de la Universidad de Bonn, dan idea viva de los pueblos e informantes que encontró en aquella encuesta.
Fermoselle, Zamora, (Foto de Fritz Krüger)
Truchillas y La Baña (Cabrera Alta), 1922, donde Krüger recogió una buena colección de romances. Respectivamente, calle e interior de una palloza (los escaños en torno al fuego central sirven de asiento y de cama).
Dos de los informantes de La Baña (1922) (foto F. Krüger).
Ribadelago (Sanabria) en 1922 (foto Fritz Krüger).
Informantes de F. Krüger de Ribadelago (Sanabria).
El 10 de Julio de 1922, Pedro Bohigas remitió a Ramón Menéndez Pidal las versiones del romance de Gerineldo recogidas por Ventura Gassol e Higinio Anglés en Solsona, Sort, Esterri d’Aneu (Lérida) y Borges del Camp y Gratallops (Tarragona). Además, se hacía cargo del interés de Menéndez Pidal por conocer los textos de todos los romances castellanos por ellos recogidos.
Copia hecha por Anglès y remitida a Menéndez Pidal por Bohigas, de la versión recogida en Gratallops (Tarragona) por Higini Anglés y Ventura Gassol, c. 1920, del romance Gerineldo, rematado con La canción del huérfano y con un "motivo" del romance épico de Doña Urraca y sus hermanos.
Pere Bohigas remitió en 1924 a Ramón Menéndez Pidal copia de todos los romances recogidos por su equipo encuestador del "Cançoner Popular de Catalunya" en 1923.
SUMARIO:
I PRESENTACIÓN: EL ROMANCERO Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL
* EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
II. CREACIÓN Y ORÍGENES DEL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL DEL ROMANCERO
* 2. DESCUBRIMIENTO DE LA TRADICIÓN ORAL CASTELLANA EN 1900
* 3. LOS PRIMEROS PASOS EN LA COMPILACIÓN DE UN ROMANCERO ORAL PAN-HISPÁNICO
* 4. EN BUSCA DE ROMANCES FUERA DE LA PENÍNSULA: EN CANARIAS Y EN LAS COMUNIDADES SEFARDÍES, 1904
* 5. "A POR PAN Y A VER AL DUQUE": PRIMER VIAJE A AMÉRICA, 1905-1906
* 6. EL FONÓGRAFO DE CILINDROS DE CERA VIAJA EN BUSCA DE MELODÍAS, 1905-1906
* 7. LA MÚSICA Y LA DANZA COMO PARTE DEL ROMANCERO, 1905
* 8. ANTE UNA BUENA COSECHA, 1905-1908
* III EL ROMANCERO HISPÁNICO BAJO LOS AUSPICIOS DE LA JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS
* 1. LA CREACIÓN DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y EL ROMANCERO DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL
* 2. LOS DIALECTÓLOGOS Y EL ROMANCERO ORAL: 1910-1912
* 3. MANRIQUE DE LARA COLECTA EN ORIENTE EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1911-1912
* 4. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO ANTERIORES A LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, 1909-1913
* 5. EL ROMANCERO HISPÁNICO DE AMÉRICA DEL NORTE, 1913
* 6. LOS PLIEGOS SUELTOS DE PRAGA LLEGAN AL ARCHIVO, 1913-1914
* 7. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE A AMÉRICA, PERO DEJA DE LADO EL ROMANCERO, 1914
* 8. LAS GRANDES ENCUESTAS REGIONALES DE JOSEFINA SELA Y DE EDUARDO M. TORNER, 1914-1920
* 10. POESÍA POPULAR Y ROMANCERO, 1914-1918
* 11. LA GEOGRAFÍA FOLKLÓRICA Y LA EXPLORACIÓN DE REGIONES HASTA EL MOMENTO POCO ENCUESTADAS, 1920
* 12. AURELIO DE LLANO Y EL CONOCIMIENTO DEL ROMANCERO ASTURIANO, 1919-1925
* 13. OTRAS APORTACIONES AL ARCHIVO DE COMIENZOS DE LOS AÑOS 20
* 14. LA TERCERA PARTE DE LA SILVA, PERDIDA, 1921
* 15. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO, EN EL OLIVAR DE CHAMARTÍN DE LA ROSA, 1925
* 16. SIGUE LA ACTIVIDAD RECOLECTORA, 1926-1927
* 17. LA CEGUERA TEMPORAL DE MENÉNDEZ PlDAL Y SU "FLOR NUEVA DE ROMANCES VIEJOS", 1926-1928
* IV. EL PROYECTO DE PUBLICACIÓN DE EPOPEYA Y ROMANCERO FINES DE LOS AÑOS 20, COMIENZOS DE LOS AÑOS 30
* 1. EL ROMANCERO, PARTE DE UNA MAGNA OBRA A PUNTO DE PUBLICARSE
* 2. LAS FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS
* 3. GALICIA EN EL FOCO DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL ROMANCERO PAN-HISPÁNICO, 1928-1931
* 4. APORTACIONES AL ARCHIVO DE COLECCIONES AJENAS. EL ROMANCERO CATALÁN, 1930-1933
* 5. 1930. LOS BAILES ROMANCEADOS QUE AÚN PERDURAN
* 7. PARÁLISIS RECOLECTORA EN PORTUGAL, 1930
* 8. DISCOGRAFÍA Y PELÍCULAS ETNOGRÁFICAS; EL ROMANCERO INCORPORADO A LA ENSEÑANZA ESCOLAR. 1932-1936
* V. LA GUERRA CIVIL. EL ROMANCERO, PARTE DEL TESORO NACIONAL
* 1. DISCONTINUIDAD DE EPOPEYA Y ROMANCERO Y CONTINUIDAD LATENTE DEL ROMANCERO
* 2. MADRID BOMBARDEADO. EL ARCHIVO "REFUGIADO" EN LA EMBAJADA DE MÉXICO
* 4. ANÍBAL OTERO, ENCUESTADOR DEL ROMANCERO Y DEL ATLAS LINGÜÍSTICO, ACUSADO DE ESPIONAJE
* 5. MENÉNDEZ PIDAL, ANCLADO EN CUBA, A LA BÚSQUEDA DE ROMANCES
* VI. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL CONFINADOS EN SU CASA
* 1. DEPURACIÓN DE MENÉNDEZ PIDAL. FIN DE SUS PROYECTOS CON UNA PROYECCIÓN NACIONAL, 1939-1941
* 2. EL ROMANCERO DORMITA EN SUS CAJONES, 1939-1945
* 3. UNA NUEVA GENERACIÓN DE ROMANCISTAS TOMA EL RELEVO, 1945-1946
* 4. MENÉNDEZ PIDAL VUELVE AL ROMANCERO, 1946-1950
* 6. ÉXITO EN LA TRADICIÓN ORAL DE ALGUNAS VERSIONES FACTICIAS DE LA FLOR NUEVA
* 7. HACIA UNA RECUPERACIÓN DEL ROMANCERO PORTUGUÉS, 1948
* 12. HACIA UNA EDICIÓN INTEGRAL DE LAS FUENTES IMPRESAS DEL ROMANCERO DEL S. XVI
* VII. LA PUBLICACIÓN DE LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO ENCOMENDADA AL SEMINARIO RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL
* 1. EL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID Y EL ARCHIVO MENÉNDEZ PIDAL, 1954
* 2. LOS PRIMEROS DIFÍCILES AÑOS DEL "SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL" Y EL ROMANCERO, 1954-1959
* 3. INTENTOS DE ROMPER CON EL AISLAMIENTO INTELECTUAL DE LA ESPAÑA DE LOS AÑOS 50
* 4. GRAN RECOLECCIÓN DE ROMANCES EN LAS ISLAS CANARIAS, 1952-1957
* 5. EL ROMANCERO TRADICIONAL, CUESTIONADO, 1959-1962
* 6. ÚLTIMAS CONTRIBUCIONES DE MENÉNDEZ PlDAL AL ROMANCERO, 1959-1965
* 7. MENÉNDEZ PIDAL EN ISRAEL Y EL ROMANCERO SEFARDÍ, 1964
* 8. EL SEMINARIO MENÉNDEZ PIDAL Y EL FUTURO DEL ARCHIVO-BIBLIOTECA MENÉNDEZ PIDAL, 1963-1966
* 9. REACTIVACIÓN DE LA LABOR EDITORIAL DEL ROMANCERO, 1966
* VIII EL ARCHIVO DEL ROMANCERO RENACE COMO PATRIMONIO CULTURAL DE INTERÉS MUNDIAL
* 2. BELLAS PALABRAS Y NEGRAS REALIDADES, 1969-1970
* 4. EL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA CONEXIÓN AMERICANA, NUEVAS PERSPECTIVAS, 1971-1975
* 5. EL ROMANCERO ¿AÚN VIVE?, 1973-1975
* 6. CRECER, PARA NO MORIR, 1976-1981
* 7. EL ROMANCERO AÚN VIVE. VOCES NUEVAS DE LA TRADICIÓN ORAL, 1977-1978
* 8. DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCERO. UNA NUEVA EMPRESA COLECTIVA, 1977-1984
* 9. LAS GRANDES ENCUESTAS COLECTIVAS DEL PROYECTO DEAPHR, 1980-1984
* 10. LAS TRADICIONES ORALES LEONESAS Y EL ROMANCERO EN LEÓN A FINALES DEL S. XX, 1984-1988
* 13. EL ROMANCERO ANTE EL CENTENARIO DEL ’98
* EPÍLOGO
* 1.- EL CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS MENÉNDEZ PIDAL DINAMITADO
* 3.- LOS FONDOS DEL ARCHIVO DEL ROMANCERO Y LA INVESTIGACIÓN
Diseño gráfico:
La Garduña Ilustrada
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