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ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

4.- 3. ¿PROCESO FONÉTICO O CAMBIO FONOLÓGICO?

4.- 3. ¿PROCESO FONÉTICO O CAMBIO FONOLÓGICO?

3. ¿PROCESO FONÉTICO O CAMBIO FONOLÓGICO?. I ORÍGENES DEL PLURALISMO NORMATIVO DEL ESPAÑOL DE HOY

       «En las sibilantes, la sonoridad se perdió en el último tercio del siglo XVI; hacia 1580 es cuando más se precipita este cambio fonético, según rimas y gramáticos. La relación fonética de z y c es, desde entonces hasta después de 1620, de [ş] a [ŝş] (con variedades en el timbre, entre siseante y ciceante). En este período todo el mundo las confunde o las iguala, pero al mismo tiempo muchos las siguen distinguiendo con los nuevos soportes ma­teriales. Para éstos, y durante casi medio siglo, la oposición c-z siguió sien­do funcionante después de haber perdido su marca única de oposición (la sonoridad), gracias a que la antigua diferencia concomitante fuerte-lene ha­bía producido una diferencia nueva: la presencia o ausencia de detención de aire [ŝş]-[ş], usada ahora intencionalmente como oposición de signos» (A. Alonso, De la pronunciación, I, pp. 385-386).

      La suposición de que existió un período durante el cual /ç/ y /z/ per­manecieron de alguna manera distintos después del ensordecimiento de /z/ es una de las deducciones más importantes de Amado Alonso; en ella se basa su cronología de los otros procesos: el de la fricación, el de la interdentalización o «ciceo», y el del «ceceo» o confluencia de /s/ y /ss/ con /z/ y /ç./, respectivamente. Sin embargo, creo necesario rechazar esa deducción.

      La hipótesis de Amado Alonso se basa en una concepción del proceso de ensordecimiento que no puedo compartir:

     La /z/ «pocos años después de este proceso [fricación] sufrió otro de ensordecimiento, común a las tres sibilantes sonoras (z, s, j). Ambos entran igualmente en el general ablandamiento articulatorio que sufrió el español en el siglo XVI. Las sibilantes sonoras tienen rehilamiento (o temblor local): una vibración adicional [...] al rozar el soplo en el punto de articulación las mucosas de la lengua [...]. En el general ablandamiento del habla, este soplo debió hacerse insuficiente para el rehilamiento, y la glotis fue parejamente proveyendo de más soplo con una creciente abertura supletoria; el soplo siguió así acudiendo en abundancia, pero implicó la supresión de las vibra­ciones laríngeas» (A. Alonso, De la pronunciación, I, pp. 379-380).

      No creo que el ensordecimiento de /z/, /s/ y /j/ y su confusión con /ç/, /ss/ y /x/ pueda ser explicado por una evolución en el habla. Es cierto que los cambios fonéticos ocurridos en el habla pueden trastornar la estructura fonológica de una lengua, venciendo con facilidad la resistencia que ofrece el sistema; pero los cambios de origen sintagmático se basan en la tendencia a asimilar, lo más posible, las articulaciones a su entorno fonético. Me parece incorrecto atribuir a la inercia articulatoria, que conduce a la lenición, un fenómeno como el ensordecimiento de -z-, -s- y -j- intervocálicas, cuando precisamente el entorno, siendo vocálico, favorece la sonoridad4.

En mi opinión, el cambio no tiene su origen en una relajación articulato­ria surgida en el habla (que secundariamente habría afectado gravemente al sistema, al amenazar toda una serie de oposiciones: /z/:/ç/, /s/:/ss/ y /j/:/x/). No se trata, creo, de una evolución fonética, sino de una crisis fono­lógica, nacida en el sistema y no en el sintagma. A mi parecer, André Martinet ha sacado este capítulo de la historia del español del callejón sin salida en que se hallaba, al atribuir la pérdida de las oposiciones /z/:/ç/, /s/:/ss/ y /j/:/x/ a causas fonológicas y no fonéticas5.

Diego Catalán. El español. Orígenes de su diversidad (1989)

NOTAS

4 Si el ensordecimiento se debiese, como piensa A. Alonso, De la pronunciación, al «rehila­miento» (sobre este término empleado por los fonetistas españoles véase A. Martinet, Économie des changements phonetiques, «Bibliotheca Románica», Berne: A. Francke, 1955, pp. 2-36), ten­dríamos que esperar, paralelamente, el ensordecimiento de /v/, dado su carácter claramente «rehilado».

5 A. Martinet, «The Unvoicing of Old Spanish Sibilants», Romance Philology, 5 (1951-52),-pp. 133-156. Incorporado a Économie, pp. 297-325.

CAPÍTULOS ANTERIORES:  EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

ADVERTENCIA

1.- EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

I ORÍGENES DEL PLURALISMO NORMATIVO DEL ESPAÑOL DE HOY

2.-1. EL FIN DEL FONEMA /Z/ [DZ - Z] EN ESPAÑOL

3.- 2. EL FIN DEL FONEMA /Z/

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Imagen de portada:"Ç" a la manera del siglo XVI de "Book of Hours, Ms. Library of Congress. Rosenwald" ms. 10 (1533), de www.fromoldbooks.org

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