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ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

ARTE POÉTICA DEL ROMANCERO ORAL. LOS TEXTOS ABIERTOS DE CREACIÓN COLECTIVA (12)

ARTE POÉTICA DEL ROMANCERO ORAL. LOS TEXTOS ABIERTOS DE CREACIÓN COLECTIVA (12)

XI. EL ROMANCERO ESPIRITUAL EN LA TRADICIÓN ORAL (1985)

-a enraizada tradición castellana de verter «a lo divino» temas profanos lleva, en el siglo XVI, al bien conocido extremo de crear un Boscán, en que las obras poéticas de los introductores de la poesía amatoria a la italiana, tanto Boscán como Garcilaso, son «trasladadas a materias cristianas y religiosas» (Sebastián de Córdoba, vecino de Úbeda, 1575). El hecho de que todo un San Juan de la Cruz leyera y se inspirara en las liras de este «Boscán» vuelto a lo divino 1 nos pone bien de manifiesto el éxito y la importancia que tuvo la poesía de los contrafacta en la sociedad española del siglo XVI y nos invita a estudiarla con más respeto del que se suele.
------
Sin duda alguna, la práctica de «convertir en materia religiosa los locos devaneos del amor» (como dice Dámaso Alonso) 2 había enraizado en el siglo XV como contrapartida o complemento de la extendida costumbre, entre galanes y poetas, de utilizar vocabulario y motivos sacros para expresar estados pasionales 3. Pero, al avanzar el siglo XVI, ese juego se pone al servicio del fomento de una «espiritualidad» al alcance del pueblo y bien encuadrada en los estrictos márgenes trazados por la vigilante censura inquisitorial 4. De ahí que, apoyándose en el romancero y en la lírica tradicional (y popularizante), que difundían los pliegos sueltos y los cancionerillos de bolsillo, veamos desarrollarse entonces un romancero y un cancionero «espirituales», que aspiran a alcanzar popularidad utilizando esos mismos medios de difusión, y cuyo punto de partida es la conversión «a lo divino» de temas y motivos de la poesía popular (y popularizante) profana.

1. LOS ROMANCES «ESPIRITUALES» DE ÚBEDA

ntre todos los autores de poesía «espiritual» basada en modelos tradicionales, el más notable es Juan López de Úbeda, quien en su Cancionero general de la doctrina cristiana, Alcalá de Henares 1579, y en su Vergel de flores divinas, Alcalá de Henares 1582, 5 acertó a desenvolver con habilidad los más variados temas del romancero tradicional atribuyéndolos a un referido piadoso, sin que sus contrafacta resulten paródicos o estén exentos de compostura poética.
------Sirvan de ejemplo algunos comienzos de esos romances «a lo divino»:

a) Passeando se anda Dios -----por su eternidad sagrada,
quando le vinieron nuevas -----de una hija de Santa Ana,
antes santa que nacida, -----ante los cielos criada...
6,

basado en el de Ay de mi Alhama:

Passeava se el rey moro -----por la ciudad de Granada,
quando le vinieron cartas -----cómo Alhama era ganada.

(versión ed. por J. de Timoneda).

b) Mirava dende la cruz -----el Rey Soberano un día,
mirava el mar de passiones----- cómo en su madre crecía.
Mira sus lágrimas tristes,      unas van y otras venían...
7,

basado en el de Miraba de Campoviejo:

Mirava de Campo Viejo -----el rey de Aragón un día,
mirava la mar de España -----como menguava y crecía,
mira naos y galeras, -----unas van y otras venían,

c)— Ángeles, si al mundo ydes, -----por mi esposa preguntad
y diréysle que su esposo----- se le embía encomendar;
diréysle que se le acuerde-----quando me fuy a desposar...
8,

basado en el de Gaiferos rescata a Melisendra:

— Cavallero, si a Françia ides, -----por Gaiferos preguntad,
deçilde que la su esposa----- se le envía a encomendar;
deçilde que se le acuerde----- de me venir a sacar.

d) Siempre lo tuviste, Ignacio, -----seguir la cavalleria,
siempre las grandes hazañas-----fueron de tu animosía...
9,

basado en la versión de Moro alcaide que comienza:

Siempre lo tuviste, moro, -----andar en barraganías,
las mochilas en el onbro, -----rovando las alcaydías...,

sólo conocida a través de un manuscrito y de una cita de Covarrubias 10

e) De amores estava Christo -----mal ferido y mal llagado
en una cruz estendido, -----por más mostrar su cuydado.
Al ánima se lo dize, -----de quien está enamorado:
— Mira, ánima, lo que digo, -----advierte lo que te hablo...
11,

que calca la escena inicial del romance Amores trata Rodrigo. En este caso, podemos observar que la versión conocida por Úbeda, aunque se asemejaba especialmente a la divulgada por un pliego suelto, por la Silva compendiada de Barcelona (1561 y reediciones) y por la Flor de enamorados (1562), que decía:

Amores trata Rodrigo, ----- descubierto ha su cuidado,
a la Cava se lo dize -----de quien anda enamorado:
—Mira, mi querida Cava, -----mira agora lo que te hablo...
12,

incluía un verso hermano del que sólo conserva la versión manuscrita del cartapacio salmantino de Pedro del Pozo (1547) 13:

Bivas llamas le encendían-----su coraçón lastimado,
del un cabo estava herido, -----del otro está mal llagado
14,

dato éste que nos lleva a sospechar que Úbeda no acudía necesariamente a los textos impresos, sino a la propia tradición oral, en que romances como Amores trata Rodrigo proliferaban en variantes 15

2. CONTRAFACTA «ESPIRITUALES» DE ROMANCES VIEJOS NO IMPRESOS

-i Úbeda, que tanto uso hace de la intertextualidad del romancero viejo, pudo prescindir de la consulta de los textos impresos para contrahacer a lo divino ciertas escenas, nada puede sorprendernos que algunos romances de que no conocemos impresiones dieran pie a contrafacturas anónimas conservadas por la imprenta. Tal es el caso, por ejemplo, de A las armas, moriscote, romance histórico referente a la frontera con Francia, basado en un suceso de 1496. Un pliego suelto (hoy en paradero desconocido 16, pero del que poseo fotocopia obtenida cuando se hallaba en la biblioteca del Duque de Τ’Serclaes) 17, que se titula «Aquí comiença un romãce con su glosa trocado por el de Moriscote aplicado a otro mejor sentido...», incluye un romance en el cual se combinan reminiscencias de A las armas, moriscote y de Mis arreos son las armas 18. Comienza así:

A las armas, rey del cielo, ------pues las has de voluntad,
los traydores son entrados------ los que engañaron a Adam,
entraron por su pecado ------y por la tu muerte saldrán.
No se esconden los tyranos, ------    que muy descubiertos van...

etc.,

recordando la escena del romance noticiero, escena que, a través de otras referencias, sabemos incluía los versos:

A las armas, moriscote,        si las as en voluntad,
los franceses son entrados,  los que en romería van;
entran por Fuenterabía,         salen por San Sebastián,
........................................ ------......................................
no van a pie los romeros, ------que en buenos cavallos van...
19.

------Que los poetas a lo divino recurrieran directamente al romancero tradicional cantado y no sólo a los textos impresos nada tiene de sorprendente dado que su propósito era apoyarse en poemas bien conocidos a fin de conseguir para sus creaciones «espirituales» la deseada popularidad. La importancia que concedían a las melodías ya popularizadas se hace patente en títulos como el de este pliego suelto (también perdido, de la colección de Τ’Serclaes): «Sigue se vn romance d’la Passiõ de Jesu Christo al tono de cauallero de armas blancas...» 20. Y se expresa con toda claridad en el prólogo de Úbeda a su Vergel de flores divinas, quien, al defender la utilidad y buenos servicios que su libro puede aportar a la sociedad, detalla: «Los trabajadores, para cantando aliviar su trabajo, hallarán romances a lo divino, mudada la sonada de lo humano. Las donzellas, para el almohadilla y sus trabajos domésticos. Pues qué diré de los niños, que van de noche por las calles cantando cantares tan ociosos y viciosos que inficionan el ayre?» 21

3. CONTRAFACTA «ESPIRITUALES» DE ROMANCES DE GERMANÍA

-os contrafactistas no se cohibieron ante ningún tema. Hubo incluso quien osó verter «a lo divino» el más antiguo de los Romances de germanía según el juicio de Juan Hidalgo, Barcelona, 1609, cuya obra, según ha probado Rodríguez Moñíno 22, circulaba ya en el primer cuarto del siglo XVI. En la versión que da a conocer Hidalgo empezaba así:

En la ciudad de Toledo, ------donde Flor de Bayles son,
nacido nos ha un Baylico, ------nacido nos ha un Baylón,
jugador de media espada, ------de sobaco aliviador.
Hijo es de un Mesonero ------muy perverso en condición;
por naturaleza caça ------el que es hijo del Açor,
y aunque pequeño de cuerpo, ------ es de grande coraçón...
23

La versión a lo divino [que, según expondré en otra ocasión, se basa en un texto tradicional más antiguo que el romance «erudito» de germanía que divulgó Hidalgo] es parte de la primera de las Ensaladas de Mateo Flecha (muerto en 1557), Jubilate 24, en loor de la Virgen, que Miguel de Fuenllana incluyó ya en su Orphénica Lyra (Sevilla, 1554), fol. 147. Dice así:

En la ciudad de la Gloria,------do los seraphines son,
denmedio de todos ellos ------cayó un pícaro baylón.

De la ran ron
cayó un pícaro baylόn,
de la ran ron.

Cardador era de percha, ------de sobaco aliviador,
huye de la gurullada   ------en Castilla el vanastón.

De la ran ron
en Castilla el vanastón,
de la ran ron.

¡Oh qué bonica canción!
Mejor le fuera mal año
al tacaño
y a quantos con él son,
al tacaño

de la ran ron
de la ran, ron, ron, ron
de la ran ron.

Versión que, con su estribillo, nos prueba que la versión edificante del romance de germanía adoptó la música con que se cantaba su modelo.

4. COΝTRAFΑCTΑ «ESPIRITUALES» DE ROMANCES NUEVOS

-a práctica de la contrafactura a lo divino no se interrumpió con el triunfo del «romancero nuevo». Los romances nuevos tuvieron también poetas dispuestos a divinizarlos. En 1602 (y años posteriores) Alonso de Ledesma incluye en sus Conceptos espirituales 25 varios romances a lo divino contrahaciendo romances profanos de Lope de Vega; entre ellos el famoso de las quejas de Zaide, «Sale la estrella de Venus------al tiempo que el sol se pone» 26:

Sale la estrella en Oriente
al tiempo que Dios dispone
que el enemigo del día
pierda la presa que coge
y con ella la esperança
de sus falsas pretensiones...

------Ledesma, a diferencia de Úbeda, que muchas veces se conforma con apoyarse en el incipit, trata de continuar la contrafactura a lo largo de todo el romance , de tal modo que vemos reproducir a Cristo los ρasos del moro celoso:

que amores de cierta dama
le traen en hábito pobre;
la qual dizen que le dexa
por un monstruo feo y pobre
que guía como tirano
desta hermosíssima torre,

e, incluso, reρetir los reproches que dirige a su desleal enamorada:

Alma —dize— la más clara
que las entrañas de un monte,
y la más desconocida
que cielo y tierra conoce,
¿por qué permites cruel,
después de tantos favores,
que tal prenda como tú
ageno dueño la goze?,

etcétera.

5. TRADICIONALIZACIÓN DE LOS CONTRAFACTA «ESPIRITUALES»

-e los romances viejos y nuevos «aplicados a otro mejor sentido» que conocemos en impresos de los siglos XVI y XVII, sólo unos pocos consiguieron popularizarse, arraigar en la tradición oral e incorporarse al patrimonio  cultural de los pueblos de habla hispánica. Algunos aún se siguen cantando  o «rezando».
------
Entre los contrafacta de mayor difusión en la tradición oral se halla, sin duda, un romance de Juan López de Úbeda que pudríamos titular Quejas de la Magdalena (IGRH 0004.1), basado en el romance viejo de las Quejas de doña Urraca, la hija de Fernando I. Las versiones (fragmentos) de él recogidos en el Algarve, Douro y Trás-os-Montes (Portugal) y en Galicia, León, Zamora, Huesca, Cáceres, Μadríd, La Μancha, Andalucía y Canarias (España), se hallan plenamente tradicionalίzadas; pero su νinculación al arreglo «espiritual» del licenciado López de Úbeda me parece innegable. Compárese el comienzo del romance publicado en el siglo XVI 27:

— ¡Moriros quereys, mi Dios, -----vuestro padre el alma os aya,
mandastes las vuestras tierras-----a quien bien os agradara:
al ladrón distes la gloria, -----ésta fue la primer manda,
y heredero le hezistes -----de vuetra gloria sagrada,
y a San Juan, vuestro querido, -----dexastes la madre sancta;
distes la vista a Longinos, -----ésse que os dio la lançada.
Y a mí, porque soy mujer, -----no me encomendastes nada.—
El Señor buelve los ojos -----para conoscer quién habla.
................................... -----............................................
— Calles, calles Magdalena, ----- y no digas tal palabra,
que allá en mi resurrección -----no te tengo yo olvidada,
.................................. -----............................................
que ansí como en los dolores  -----has sido la apassionada,
en el gusto y alegría -----has de ser aventajada...

con la versión recogida en Alcuéscar (Cáceres) 28:

Estaba la Madalena -----al pie de la cruz sentada,
contemplando los tormentos  -----que Jesucristo pasaba:
Morir querís, mi Señor, -----padre de toda mi alma,
qu’ habís hecho un testamento ----- que a todo el mundo le agrada:
a Longinos distis vista, -----dando la cruel lanzada;
a San Miguel dais el peso, -----para que pese las almas;
a San Pedro dais las llaves, -----para que las puertas abra
cuando suban a los cielos -----los fieles a tus palabras;
a Santiago la bandera, -----defensor de las batallas
contra los perros judíos -----que tu nombre l’insultaban.
Y yo, como soy mujer, ----- me quedo desheredada.
—Calla, calla, Madalena, -----que no te tengo olvidada,
en el reino de los cielos -----tengo una silla guardada,
que la perdió Lucifer  -----por su soberbia [i]nhumana
y tύ, por la humildad, -----la silla tienes ganada.

-----A pesar de la distancia que separa a esta versión tradicional del romance espiritual de López de Úbeda, sería difícil que el motivo de la manda a Longinos hubiera surgido en dos actos independientes de trueque a lo divino. La dependencia del romance recogido en la tradición oral moderna respecto al contrafacta de Úbeda se confirma al leer en otra versión procedente de Granada el siguiente reparto 29:

Al ciego le disteis vista, -----al mudo le disteis habla,
al buen ladrón vuestra cruz,  -----que fue la primera manda.
Y a mí, como soy mujer, -----me dejas desamparada,

verso central está claramente basado en uno de los del romance a lo divino del siglo XVI.
------Sin embargo, el romance tradicional moderno, para enriquecer o reformar el  romance espiritual de Úbeda, recurrió directamente al recuerdo del romance profano, del que tomó motivos y versos desechados en el arreglo literario del siglo XVI. Sirva de ejemplo de esta labor adicional de contrafactura un fragmento de la versión de Rascafría (Madrid)
30:

— A los ciegos los des luz ----- y a los mudos los des habla.
Yo me iré por esos mundos  -----como una mujer mundana
a comer hierbas del campo ----- y agua si yo la encontrara.—
Vuelve Cristo la cabeza  -----y a San Juan le preguntaba:
—¿Quién es esa señora  -----que tan amargo me habla?
—Es tu hermana Madalena, -----vuestra querida y amada.
—Que allá en el rei [no] ’e los cielos ----- hay una silla guardada.

-----En esta escena se recuerda la famosa amenaza de las versiones del siglo XVI:

Yrme he yo por essas tierras  -----como una muger errada,

y la pregunta, incorporada por Martín Nucio en la segunda edición de su Cancionero de Romances, de Amberes 1550 31

Allí preguntara el rey: -----— ¿Quién es éssa que assí habla?—
Respondiera el arçobispo: ----- —Vuestra hija doña Urraca,

motivos que Ubeda no había utilizado en su contrafactura. Pero los cantores del romance espiritual, para reforzar la contrahechura, no tuvieron que acudir a los impresos del siglo XVI, sino a la propia tradición oral del romance profano, donde uno y otro motivo aparecen remodelados en forma más semejante. En algunas versiones, de entre las pocas halladas en la tradición oral, de Zamora, de las islas portuguesas atlánticas, del Algarve (del siglo XIX) y de los gitanos de Cádiz y Sevilla 32, se dice, efectivamente:

— <Υo me voy por esos campos (-como cosa malparada 33

y, de otra parte:

— ¿Quién es aquella doncella ----- que tanto se amarguraba?
—Es vuestra hija, el buen rey, ----- vuestra hija doña Urraca
34.

------Otro ejemplo de perduración de un romance a lo divino de autor conocido nos lo proporcionan las versiones modernas de El niño perdido y hallado en el templo (á-e) (IGRH 0605.1), basadas en la contrafactura realizada por Ledesma del romance de Lope de Vega «La diosa a quien sacrifica-----  Samo y Cipro en mill altares». La triple relación entre el romance tradicional, el de Ledesma y el de Lope fue señalada en 1935 por María Goyri con ocasión del tricentenario del Fénix 35. El caso es evidente, pues Ledesma se esforzó en atribuir a la Virgen cada concepto originalmente referido a Venus, sin apartarse en nada de la estructura del romance lopesco, y por su parte, varias de las versiones tradicionales recuerdan bastante bien buena parte de los versos de Ledesma. Bastará confrontar los tres pasajes en que Venus y la Virgen preguntan por el Amor y por Jesús, dando sus señas:

— ¿Quién a visto un niño —diçe— ----- perdido desde aier tarde
con unos cabellos de oro-----  al mismo sol semejantes,
i, aunque cubiertos de un belo, ----- ojos garços y süabes,
con unas flechas al hombro-----  lo demás del cuerpo en carnes?
Tiene muy buenas palabras, ----- aunque malas obras haze:
regala en la casa que entra, ----- pero mata cuando sale,
cómese los coraçones ----- porque es amigo de sangre
y de la ca[ç]a que mata ----- es la parte que le cave.
...................................... -----............................................   
Las mugeres le responden: ----- niño de tales señales
nunca le an bisto, ni cren----- que se perdiese tan grande...

(Lope) 36

¿Quién ha visto un niño —dize— ----- perdido desde ayer tarde,
con unos cabellos de oro ----- al mismo sol semejantes,
frente blanca y espaciosa, ----- ojos rasgados y graves,
rostro modesto y alegre,        condición blanda y suave?
Tiene amorosas palabras-----  y divinas obras haze,
regala en la casa que entra, -----¡mas ay della quando sale!
Come enteros coraçones, ----- que como es el niño grande,
si no se le dan entero, ----- no es possible que se harte.
......................................... -----...............................................
Unos y otros le responden ----- que niño de señas tales
no le han visto y que holgarían----- que Dios se le deparasse.

(Ledesma) 37

A los que encuentra pregunta: ----- — Señores, ¿si alguno sabe
de un niño que se ha perdido ----- de mi compaña ayer tarde?
Lleva túnica morada,  ----- de Nazareno su traje,
lleva el sol en su carrillo----- y la luna en otra parte,
frente blanca y despaciosa, -----ojos rasgados y grandes.
— Señora, no le hemos visto, -----  deseáramos hallarle;
por las señas que usted da, ----- usted debe ser su madre,
que la dama que es hermosa-----  más hermoso es lo que pare.

(tradición oral) 38

------Sin embargo, entre el romance hoy cantado y el publicado en los Conceptos espirituales (1602) parece haber mediado un texto intermediario de carácter no popular. Las versiones modernas de León, Zamora, Burgos, Valladolid, Segovia, Huesca, La Mancha y Canarias que conozco coinciden en continuar la historia haciendo seguir la citada respuesta negativa de las mujeres por un informe dado a la Virgen por otra de ellas que dice haber acogido al niño Dios en su casa ofreciéndole cama donde pasar la noche.
------
El carácter «letrado» de esa refundición me parece probado por las versiones que mantienen el comienzo literario del romance 39, pues lo incrementan con versos de origen no tradicional:
------Donde Ledesma escribió:

La princesa a quien la tierra  ------reverencia en mil altares
va buscando sola y triste, ------por una y por otra parte,
al niño perdido Dios, ------que se le perdió al baxarse
de aquellas fiestas del templo------tan públicas como graves,

esas versiones modernas más conservadoras dicen, poco más o menos 40:

La princesa de los cielos------reverencia mil altares,
la Virgen a quien se humillan ------los ángeles celestiales,
aquella aurora divina  que es del Paraíso madre,
[n]’aquellas fiestas del templo
---tan consagradas y grandes
anda buscando a su hijo,
--que se le perdió ayer tarde.

De nuevo vemos que las conexiones entre lo oral y lo escrito son más complejas que lo que inicialmente pudiera pensarse.

6. ANTIGÜEDAD DE LOS ROMANCES «A LO DIVINO» DE LA TRADICIÓN ORAL

-a relativa escasez de descendientes modernos de los contrafacta espirituales que conocemos a través de los pliegos sueltos y cancioneros del Siglo de Oro no quiere decir que el romancero hoy cantado o recitado en el mundo de habla hispánica haya desechado la herencia de la poesía trocada a lo divino en los siglos XVI y XVll. Todo lo contrario. La aparente discontinuidad se debe a que fueron tantos los poetas y poetillas dedicados a «aplicar a otro mejor sentido» los romances, que sólo muy ocasionalmente podemos documentar los predecesores literarios de los romances a lo divino arraigados en la tradición oral moderna. La importancia que tuvo y tiene esa poesía espiritual popularizante en la cultura tradicional de los pueblos hispánicos nos la pone en evidencia la siguiente lista de romances de que se hallan versiones tradicionales a lo divino en el «Archivo Menéndez Pidal / Goyri»:

Quejas de doña Urraca (0004.1 Quejas de la Magdalena)
Las almenas de Toro (
0032.1 Por las almenas del cielo)
Muerte de Fernandarias (
0034.1 Llanto de las tres damas; 0034.2 La Virgen vestida de colorado; 0034.3 El monumento de Cristo)
Destierro del Cid
(0003.1 La gloria ganada)
Emplazamiento de Fernando IV
(0598.1 La cuarentena de Cristo) Muerte de don Alonso de Aguilar (0064.1 El discípulo amado)
Planto por don Manrique de Lara
(0105.1 Planto en el Monte Calvario) Roldán no admite parigual (0736.1 Jesucristo dice misa)
Rosaflorida
(0308.1 El castillo de la Virgen)
Por el rastro de la sangre
(0042.1 El rastro divino)
Paris y Elena
(0043.1 Los oficios de Cristo)
El infante Arnaldos
(0435.1 La galera de la Virgen; 0435.2 La galera de Cristo) Mis arreos son las armas (0522.2 Vida ascética de la Virgen)
Cómo no cantáis, la bella?
(0098.1 Cómo no cantáis, la bella. A lo divino) La bella en misa (0107.1 La Virgen en mica)
La enamorada de un muerto (0502.1 La enamorada de un muerto. A lo divino) La muerte ocultada (0808 El ateo)
La diosa a quien sacrifica
(0605.1 El niño perdido y hallado en el templo)

-----Basta leer esta nómina de romances, que acabo de citar, para concluir que las contrafacturas espirituales presentes en la tradición moderna se hicieron en el Siglo de Oro. La inmensa mayoría de los romances contrahechos a lo divino tienen hoy en su forma original profana una mínima implantación en la tradición oral, o incluso son desconocidos en ella. Por otra parte, los contrafacta han llegado a nosotros plenamente tradicionalizados, tanto en su discurso como en su intriga; las varias o múltiples versiones recogidas de cada uno de ellos ofrecen la apertura de significantes característica de los romances transmitidos de memoria en memoria durante varios siglos. En su peregrinar de generación en generación, estos romances a lo divino perdieron su intertextualidad respecto a los profanos a quienes debían el ser. Así, por ejemplo, cuando algunos cantores o rezadores de Asturias, el Alto Aragón y Uruguay 41 relatan:

Ya se aparta el buen Jesús -----a pasar su cuarentena
desde el Miércoles de Ceniza -----hasta el Jueves de la Cena.
No duerme en cama de rosas -----ni en paramentos de seda,
sino en un triste pesebre, -----por cabecera una piedra.
Todos los días que el sol sale----- doce pobres a su mesa,
de lo que los pobres dejan -----buen Jesús comía y cena.
— Si alguno le falta nada, -----pedídmelo con paciencia...,

nada les puede recordar que se trata de una escena tornada a lo divino del romance viejo del Emplazamiento de Fernando IV, ya que sólo el conocimiento de las versiones del siglo XVI nos pone a nosotros de manifiesto la dependencia:

Válasme Nuestra Señora -----que dizen de la Ribera,
donde el buen rey don Fernando -----tuvo la su quarentena
desde el Miércoles Corvillo----- hasta el Jueves de la Cena.
........................................... -----.............................................
Una silla era su cama, ----- un canto su cabecera.
Quarenta pobres comían----- cada día a la su mesa,
de lo que a los pobres sobran-----el Rey hazla su cena...

-----Otras veces, aunque el romance profano perviva en alguna rama o ramilla de la tradición hispánica, los transmisores del romance espiritual carecen de cualquier posibilidad de contrastar ambos temas, pues la geografía excluye que se produzca la copresencia de los dos romances, a lo divino y profano, en un mismo grupo de portadores de saber tradicional. A los recitadores gallegos que hoy describen la galera de Cristo diciendo 42:

Que anda el Redentor del mundo -----navegando por la mar,
navega en una galera -----que en mi vida he visto tal:
las bandas eran de liezo, -----los remos de virginal;
el piloto que la guía-----traía este cantar,

o a los asturianos y portugueses que aplican la descripción a la galera de la Virgen 43:

Navegando va la Virgen -----navegando por la mar,
los remos que traen son de oro, -----la barquilla de cristal;
el marinero que rema----- va diciendo este cantar;

Vamos ver a barca nova----- que do céu caιu ao mar
Nossa Senhora νai nela----- e os anjos vão a remar...
As velas eram de seda -----e não puderam abainar,
os mastros eram de pino -----e não quiseram avergar.
Os peixes que andam no mar----- às bordas vieram escutar,
as aves que andam no céu----- aos mastros vieram pousar,

en nada les afecta que los judíos sefardíes conserven memoria de la nave de Arnaldos y de la canción del marinero 44.

7. LOS CONTRAFACTA «A LO DIVINO» UTILIZARON EL ROMANCERO PROFANO ORAL

-ero la autonomía de que hoy gozan los romances trocados a lo divino, respecto a los romances de que fueron contrafactura, no debe extrapolarse hacia el pasado suponiendo que la composición y tradicionalización de los romances espirituales se hiciese al margen de la vida oral de los romances profanos inspiradores, esto es, basándose sólo en las versiones impresas.
-----
De hecho, en la lista de temas profanos arriba presentada hay algunos de los que no conocemos versiones impresas antiguas, aunque la distribución geográfica del romance en la tradición moderna nos asegure su antigüedad. Tal es el caso de La enamorada de un muerto, tema que hoy sólo existe autónomo en Tánger (una única versión) y Cataluña, e incorporado al Conde Niño en el Alto Aragón y en Canarias 45. Sin embargo, en dos versiones de Cáceres 46 se conserva precedido del Llanto de las tres damas (contrafacta del Entierro de Fernandarias) formando un romance que, en sus orígenes, sería de tema espiritual, cristológico 47:

...Siete que va para ocho -----que le tengo embalsamado.
Yo le lavo su ropita, -----yo le pongo su calzado,
yo le lavaba su boca -----con rosas y vino blanco,
para cuando le doliese-----que le doliese afinado.

-------Tampoco hay impresiones antiguas, aunque Lope de Vega y Góngora citen algunos de sus versos 48, del Destierro del Cid, romance hoy solamente difundido entre los judíos de Marruecos y de Bosnia y entre los gitanos de Sevilla, pero del que se han incorporado algunos versos al desenlace de Rodriguillo venga a su padre en Madeira, Canarias y Asturias 49. Su contrafacta, La gloria ganada tiene un área muy diferente, ya que se conoce de Norte a Sur en la Península (León, Zamora, Salamanca, Cáceres, Madrid, Cádiz):

— ¿Dónde venís, buen Jesús, -----tan rendido y tan cansado?
— Vengo de Jerusalén-----de rescatar los cristianos.
— En el camino me han dicho -----que la gloría habéis ganado.
— Si la he ganado, señores, -----buenos pasos me ha costado:
buena corona de espinas, -----buena llaga en el costado.
no lo queréis creer,    San Juan será mi abogado...

-------El diálogo a lo divino recuerda bastante de cerca el que conservan las versiones modernas del romance profano:

— ¿Dónde habéis estado, el Cid----- (- dónde `tuviste, Rodrigo donde vimdes, dom Rodrigues -----que en cortes no habéis estado?, / la barba traéis crecida, ----- el cabello crespo y cano. / —Allí estaba en la frontera -----con los moros peleando. / —Villas y castillos, Cid,     -----me han dicho que habéis ganado; / partidlas con conde Ordoño, -----que, aunque pobre, es buen hidalgo. / — Partidlas vos, el buen rey, -----de esas que habéis heredado, / que aquellas que yo gané----- mucha sangre me han costado, / maté a condes, maté a duques, -----señores de grande estado...

-----La sospecha de que los que contrahacían a lo divino no siempre acudían a textos impresos y de que, a veces, trabajaban directamente a partir del romancero en sus formas tradicionales cantadas creo que puede hallar también confirmación en los materiales del romancero oral de que disponemos.
-------
El viejo romance de Paris y Elena 50 en su versión única antigua, muchas veces reproducida en pliegos y cancioneros, contaba cómo la reina es atraída al navío raptor desarrollando el siguiente diálogo:

— Reyna Elena, reyna Elena, ------Dios prospere tu alto estado,
si mandáys alguna cosa, ------veysme aquí a vuestro mandado.
—Bien vengades vos, París, ------París el enamorado.
París, ¿dónde avéys camino, ------ dónde tenéys vuestro trato?
—Por la mar ando, señora, ------hecho un terrible corsario.
Traygo un navío muy rico, ------de plata y oro cargado.

El romance ha pervivido en tres ramas de la tradición moderna: la sefardí oriental, la sefardí de Marruecos y Canarias, y las tres remontan a una reelaboración común de esa versión juglaresca primitiva, pues cuentan que Paris, para atraer a la reina a su navío, le afirma que lleva a bordo un verde manzano «~ de amores) >en invierno y en verano (~tres Navidades al año)». La unidad de la tradición oral se manifiesta también en el diálogo previo:

-Vengáx en bonhora, Parisi, -----vos y vuestro cavallo.
¡Para esse cuerpo, Parisi! -----¿qué oficio havéx tomado?
— Mercader so, la mi señora, -----mercader y escribano.
Tres naves tengo en el porto cargadas de oro y brocado.

(Salónica)

—París soy, la mi señora, ----- París vuestro enamorado.
— ¿Qué oficio traéis, París,  -----qué oficio habéis tomado?
—Por el mar ando, señora, ----- por el mar ando corsario.
Tres navíos traigo al puerto-----de oro y almizcle cargados.

(Marruecos)

— Yo soy Parisio, señora, -----Parisio el enamorado,
por la tierra soy ladrón, -----por el mar un gran corsario
y tengo siete navíos, -----todos siete a mi mandato
(
~ veintitrés navíos tengo, -----toditos a mi mandado).

(Tenerife y La Gomera)

-------Es esta variante de «los oficios» la que se refleja en una contrafactura del diálogo de Elena con Paris que sirve de remate a Por las almenas del cielo en versiones de Huesca, Lérida y Castellón:

—¿Qué oficio tenéis, mi hijo, ----- qué oficio habéis tomado?

pregunta la Virgen, y Cristo responde:

 — Tres oficios tengo, madre, -----los tres a vuestro mandato...

------Este ejemplo, junto con el tratamiento arriba expuesto de la influencia de las Quejas de doña Urraca en los derivados tradicionales del romance a lo divino del licenciado López de Ubeda, creo que bastan para reafirmar lo que ya habíamos notado a propósito de Amores trata Rodrigo, que los creadores de contrafacta trabajaban, a menudo, desde dentro de la propia tradición oral del romancero.

8. EL LENGUAJE POÉTICO DE LOS ROMANCES «A LO DIVINO»

-os romances cristológicos y marianos que utilizaron, como recurso poético, la intertextualidad del romancero profano constituyen, evidentemente, el núcleo en torno al cual se organizó en el Siglo de Oro el romancero religioso. Todavía hoy siguen representando, en la tradición oral cristiana, el grupo más caracterizado de los romances de tema «sacro».
------Su lenguaje poético los asocia naturalmente a los romances tradicionales, de que son hermanos y de quienes heredan el modo de decir, de expresar discursivamente la intriga o contenido narrativo. Sirvan de muestra las siguientes unidades narrativas espigadas en una pluralidad de romances «a lo divino».

Los llamaba de uno en uno, ----- de dos en dos se juntaban.
...
Miran unos para otros, -----a todos tiembla la barba,
el que barba no tenía -----la color se le mudaba.
...
— Calla, calla, tú, San Pedro, -----no digas esas palabras.

(El discípulo amado)

Consigo lleva a San Pedro, -----consigo lleva a San Juan,
consigo lleva a los doce -----que a su mesa comen pan.

(Jesucristo dice misa)

Yo vide un portillo abierto, -----nunca lo vide cerrado.

(La Virgen vestida de colorado)

Por las almenas del cielo----- se pasea una doncella,
blanca, rubia y colorada, -----relumbra como una estrella.

(Por las almenas del cielo)

 Las paredes son de oro, -----almenas de plata fina,
entre almena y almena----- dos mil ángeles había.
...
En medio de aquel castillo -----hay una rosa florida,
en medio de aquella rosa -----está la Virgen María.

(El castillo de la Virgen)

Camina la Virgen pura -----en una fresca mañana,
las campanas de Belén-----todas tocaban al alba.
...
No le conoció la Virgen -----por mucho que lo miraba.

(El rastro divino)

La una dice: ¡Mi primo! -----La otra dice: ¡Mi hermano!
Y la más pequeña dice: -----¡Mi pulido enamorado!

(Llanto de las tres damas)

Sus salas son dos tristezas, -----sus manjares de ayunar.

(Vida ascética de la Virgen)

Aguja de oro en sus manos,  -----¡qué bien labraba la seda!
...
De que oro le faltaba, -----de sus cabellos enhebra,

que del oro a sus cabellos----- iba poca diferencia.
...
¿Cómo no canta, la blanca,  -----cómo no canta, la bella?

(¿Cómo no cantáis, la bella? A lo divino)

Manto llevaba de gracia, -----guarnecido de oración,
toca blanca en su cabeza, -----que relumbra más que el sol.

(La Virgen en misa)

-----Vemos en ellas la pervivencia de la unidad básica del lenguaje figurativo del romancero tradicional: la fórmula. Al estudiar las fórmulas se ha pretendido definirlas desde el plano verbal, cuando en verdad son «tropos». Las fórmulas dicen algo distinto que las frases de que se componen. Aunque la información literal que proporciona una expresión formularia no pueda desecharse como impertinente, pues generalmente tiene cabida en una visualización realista de la intriga, para el desarrollo de ésta lo que importa es la significación esencial «lexicalizada» de esa expresión. La fórmula coincide con la sinécdoque en designar mediante una representación restringida, concretizada, algo de más amplía o abstracta realidad. De ahí su potencia dramatizadora, su capacidad de visualizar sucesos, concretándolos en actos y gestos de funcionalidad vicaria 51
-----Así, por ejemplo, en la primera de las fórmulas citadas

Los llamaba de uno en uno, ----- de dos en dos se juntaban

lo que se nos está diciendo, en la intriga, es que los discípulos ‘se apresuran a acudir a la llamada’ de Cristo; pero, al describírsenos en ella cómo van acudiendo por parejas, surge ante nuestros ojos la escena de la llegada con una mayor viveza que sí se nos informara de ello sin acudir al tropo. Más dramáticamente descriptiva es la fórmula siguiente, pues el temblor de las barbas y la palidez de los imberbes nos permite «ver» el miedo que en su interior sienten los discípulos cuando Cristo les propone la empresa de morir por él al día siguiente. Etcétera.

9. LOS ROMANCES SACROS Y EL FORMULISMO DISCURSIVO DEL ROMANCERO

-l recurso al lenguaje figurativo de las fórmulas no ocurre únicamente en los romances trocados a lo divino como resultado del proceso mismo de la contrafactura. Hay en las versiones orales de los contrafacta muchas fórmulas, similares a las usadas en el romancero profano, que no se basan en las que ofrecía el original contrahecho.
------
Tomemos, por ejemplo, el romance muy divulgado de El rastro divino (que se da en la tradición con dos asonantes, á.a y á.o). Aparte de las expresiones formularias heredadas de su modelo, el romance Durandarte envía su corazón a Belerma en la versión del siglo XVI que comienza Por el rastro de la sangre, las versiones modernas acuden a otras fórmulas como:

—Por aquí pasó, señora,------antes que el gallo cantara.
...
Llevaba un manto negro, ------que por el suelo le arrastra;
Madalena lleva toca, ------no es de seda ni de holanda.
...
San Juan, como buen sobrino, ------luego acudió a levantarla:
— Arriba, mi tía, arriba, ------arriba, Virgen Sagrada.
...
Le conoció Magdalena, ------que es su linda enamorada.
...
—Cuatro lanzadas me han dado, ------la menor me pasó el alma.
...
— Dejadme besar los pies, ------pues que a la boca no alcanzo.

------Todas ellas suscitan el recuerdo de expresiones similares que ocurren en otros romances del romancero profano y nos invitan a compararlas con ellas. Pero me  limitaré a destacar los dos casos más curiosos. La fórmula utilizada para contar cómo San Juan conforta a la Virgen es, por ejemplo, idéntica a la que se da en versiones de La muerte del príncipe don Juan, cuando el rey, padre del moribundo, acude a confortar a su nuera que ha caído al suelo en desmayo mortal:

El suegro, que estaba allí, ------luego acudió a levantarla.
— Arriba, arriba, mi nuera, ------arriba, arriba, mi esclava.

------En cuanto a la expresión con que la Magdalena dramatiza su amor a Cristo muerto, tiene su paralelo en el homenaje que, en El conde Grifos Lombardo 52, presta don Golfo a su tío al hallarlo ahorcado en el patíbulo y ya muerto:

— Tío te beso los pies, ------por no alcanzarte a las manos.

A través de esa fórmula, el sobrino reconoce las obligaciones contraídas por haber comido el pan de su tío y asume la empresa de vengar su muerte.
------La comunidad de lenguaje figurativo entre el romancero «espiritual» de origen más antiguo y el romancero tradicional profano no se limita a los romances nacidos como contrafacta. Los romances «sacros» construidos sin acudir al reclamo de los incipit famosos utilizan el mismo formulismo discursivo que caracteriza al romancero tradicional de creación artesanal colectiva.
------Puede servir de ejemplo el romance Desde el Huerto hasta el Calvario que contiene versos como:

Le busca de huerto en huerto------ y de rosal en rosal;

— Dios le guarde, hortelanito, ------ que Dios le libre  de mal;

— Una verdad le pregunto------ que no sea falsedad;

— Por aquí pasó, señora, ------antes del gallo cantar;

Al pasar un hondo río ------que se llama río Azar;

Levántate, perro enemigo, ------si te quieres levantar.

o el de La Virgen anuncia al niño su pasión y gloria:

Trajera un niño varón ------que arrelumbra más que el sol;

La luna y las estrellas            ------se acercan alrededor;

Las damas que le dan leche------ bienaventuradas son;
el barrelo en que le arrolan ------es de oro y de latón;

Tres varas tengo de alcalde, ------escogerás la mejor.

------En ninguno de los dos casos podemos citar un romance profano inspirador de la narración espiritual.
------Creo que vale la pena detenerse a examinar más de cerca esta cuestión de la construcción formularía libre de la presión contrafactística. Para ello tomaré como ejemplo el hermoso romance de la Pobreza de la Virgen recién parida, de amplia difusión tanto en España, como en Portugal, como en Hispanoamérica.
------Repartidas entre las numerosas versiones, muy diferentes entre sí, que constituyen el corpus del romance, hallamos, de entrada, varios incipit formularios. Una versión asturiana 53 comienza con el verso:

Los tiempos andan revueltos, ------el Norte no parecía.

De inmediato pensamos que estamos ante una contrafactura del romance de Don Juan de Navarra y la Fortuna (=0603), el cual empezaba, en una de sus versiones del siglo XVI 54, con los versos:

Los cielos andan rebueltos, ------el sol eclipse hazía,
la luna perdió su lumbre,------el Norte no parescía;

pero otra versión asturiana de la Pobreza de la Virgen 55 prefiere una variante del presagio muy diferente:

Agua de la mar salada------la sangre se convertía,
los peces daban bramidos ------con el mal tiempo que había,

que nos remite al comienzo de la Visión del rey don Rodrigo en su versión única del siglo XVI 56:

Los vientos eran contrarios, ------la luna estava crescida,
los peces davan gemidos------ por el mal tiempo que hazía.

Ante esta dualidad de posibles modelos en el romancero profano, recordamos que también la Fratricida por amor, según el texto publicado en 1591 57, acudía al mismo motivo para subrayar el horror de la Naturaleza ante el crimen de doña Ángela Padilla:

El cielo estava nublado, ------la luna no parecía,
los ayres terribles suenan, ------la mar se embravecía,
los peces van sobre el agua, ------    sus bramidos se sentían...

y que en la Tercera parte de la Silva el romance de Belardo y Valdovinos comienza con el verso:

El cielo estava nubloso, ------el sol eclipse tenía 58.

Creo, pues, preciso desechar la idea de la contrafactura y admitir que la descripción de una naturaleza desordenada en concordancia con los sucesos infaustos que van a ocurrir en la tierra es un motivo tradicional utilizable en una pluralidad de fábulas; su presencia en un determinado texto no provoca intertextualidad. Lo mismo ocurre con el incipit —más frecuentemente utilizado en el romance 59:

Atan alta va la luna ------como el sol de mediodía

La presencia de este mismo verso en una versión antigua de Valdovinos suspira 60:

Tan claro haze la luna ------como el sol a medio día

no lo vincula a esa fábula. Aún hallamos en la Pobreza de la Virgen recién parida otra fórmula para iniciar el relato:

La noche de Navidad, ------noche de grande alegría,

que podría relacionarse con el comienzo de varios romances.
------Análogamente, cabría ir señalando precedentes o paralelos en el romancero profano antiguo o actual para la mayor parte de las expresiones poéticas que compiten en las varias versiones del corpus de la Pobreza de la Virgen recién parida, sin que su aparición deba explicarse como un calco o una contaminación. Me limitaré a presentar, siguiendo el orden de la fábula, un amplio muestrario de las unidades de discurso presentes en la Pobreza de la Virgen características de ese lenguaje figurativo, a fin de que el lector compruebe la densidad del componente formulario en el desarrollo de un tema carente de un modelo profano previo:

Cuando la madre de Dios ------para Belén se partía;

Caminando va José, ------caminando va María;

San José iba con ella------     y alcanzarla no podía;

—Camina, María, camina, ------camina, Virgen María;

Sentáronse a descansar------al pie de una fuente fría;

Tanto navegan de noche ------como navegan de día;

Ya llegaron a Belén------entre la noche y el día;

— ¡Abran las puertas, porteros, ------a San José y a María!
—Las puertas ya no se abren ------hasta que sea de día;

—Juramento tengo hecho----- y no lo quebrantaría
de no abrir la puerta a nadie  ---- hasta que Dios traiga el día;

— Estas puertas son de ferro, ---- no se abren hasta el día;

Las puertas están cerradas---- de manos de la justicia;
¡Yo cómo las he de abrir, ---- la vida me costaría!;

Fuéranse la calle abajo, ---- fuéranse la calle arriba;

Se arrimaron a un roble, ---- roble de una fuente fría;

San José tiende su capa ---- y María su mantilla;

— ¿Tú has de parir esta noche----  o para la que venía?
— Ni paro para esta noche, ---- ni para la que venía,
he de parir a su hora, ---- Dios me la haga cumplida;

Al cantar de los pichones ---- parió la Virgen María;

Parió un hijo como el sol, ---- resplandece como el día;

Y parió un hijo varón, ----       que el mismo sol parecía;

Un niño como una flor, ---- como el sol al medio día;

Echó mano a su tocado ---- a un pañuelo que traía,
con una tijeras de oro ---- que en sus dedos las metía
el lienzo de sus cabellos---- por el medio lo partía;

Lo puso punta con punta ---- y en tres pedazos lo hacía.
Con la mitad lo empañaba, ---- con la mitad lo envolvía,
con la mitad que quedaba ---- sus cabellos recogía;

La mitad para la noche, ---- otra mitad para el día,
y otra para recoger ---- los cabellos algún día;

Una era p’ra de manhã, ---- outra p’ra meio do dia,
outra era p’ra meia-noite----  emquanto o Jésus dormia;

Bajó un ángel desde el cielo----  rezándole: Ave María.
Librito de oro en sus manos, ---- que cíen mil hojas tenía,
cada vez que muda hoja, ---- un pañal se le volvía;

Los unos eran de hilo----  los otros de holanda fina;

Le pregunta el rey del cielo: ----¿Cómo queda la parida?
— La parida queda buena----  en su celda recogida.
queda vestida de oro, ----      calzada de plata fina.

10. LA DESINTEGRACIÓN DE LAS FÁBULAS «SACRAS». DE ROMANCE A «REZADO»

egún hemos tratado de mostrar, por su lenguaje poético el romancero «sacro» de tema cristológico y mariano pertenece de pleno derecho al romancero tradicional. No cabe mayor igualdad en los recursos figurativos que maneja. En cambio, fuera del plano del discurso, se aparta del romancero «profano» y también del romancero simplemente «piadoso» en una propiedad esencial: lo referido en sus «fábulas», al ser una historia sagrada de dominio común para el emisor y para el oyente cristianos, propiamente no se narra, sino que se rememora celebrativa o meditativamente. En efecto, en los romances sobre la historia del nacimiento, predicación, pasión, muerte y gloria de Cristo y de los gozos y dolores de María, la narración se halla en realidad desfuncionalizada: el narrador no posee la exclusiva de ser quien conoce de antemano a la perfección la cadena de sucesos, cronológica y lógicamente trabados, que constituye la fábula, y por tanto quien va saciando progresivamente la curiosidad de los oyentes al írsela revelando con una táctica expositiva basada en el deseo de despertar y conservar el interés. La anulación de toda expectativa ritualiza el canto o recitación de los romances sacros, hasta tal punto que en diversas áreas de la tradición son considerados «oraciones» o «rezados», en vista de su función predominantemente extranarrativa. De resultas, la estructura narrativa de este romancero «espiritual» puede fácilmente desintegrarse: los motivos adquieren autonomía total, sólo significan por sí mismos; la cadena secuencial lógico-cronológica se rompe, pues al rezar una «oración» el emisor no se interesa en representar dramáticamente el proceso que conduce desde un antes a un después. Reducidos a motivos o grupos de motivos yuxtapuestos, los romances pierden su fábula y, en consecuencia, pueden barajar, sin restricción alguna, fragmentos sueltos que originariamente pertenecían a temas diversos:

Jueves Santo, Jueves Santo, ---- tres días antes de Pascua,
cuando el Redentor del mundo ---- a sus discípulos llama.
Los llamaba uno por uno, ---- dos a dos se le juntaban.
Después de que los vio juntos---- de esta manera le hablaba:
— ¿Cuál de vosotros, los míos, ---- moriréis por mí mañana?
—Se miran unos a otros----  y la barba les temblaba
y el que barba no tenía ---- el color se le mudaba.
Responde San Juan Bautista, ---- predicando en su montaña:
-—Yo moriré, padre mío, ---- antes hoy que no mañana.
— No te muestres tan cruztante, ---- Pedro, que no lo serás,
que antes de que el gallo cante ----  tres veces me negarás.
—A las doce de la noche  ---- se salió Cristo de ronda
vestido de almίlla blanca, ---- paño de miles colores.
Llamó a la puerta del Alma ----  y el Alma no le responde.
—Responde, querida mía, ---- querida mía, responde,
que por ti he venido al mundo----  y por ti vine a ser hombre
y por ti vine a pasar   ---- las tinieblas de esta noche
y por ti vine a llevar ---- más de cinco mil azotes.
—A las doce de la noche ---- el Niño se levantó;
la Virgen, que no lo vio, ---- en busca de él se marchó.
En el medio del camino ---- a un paisano encontró:
—¿Ha visto por aquí un niño ---- antes del gallo cantar?
—Por aquí ha pasado un niño ---- antes del gallo cantar,
los judíos lo llevaban ---- que no lo dejan parar,
unos le van escupiendo----  y otros le van esgarreando
y el más pequeñito de ellos----  bofetadas le va dando. —
La Virgen, de que oyó esto, ------para atrás se ha desmayado;
San Juan y la Magdalena----- la levantan por la mano.
— Arriba, Virgen piadosa, -----que cerquita está el Calvario,
que por pronto que lleguemos, ----- ya lo están crucificando.—
Ya le dan vuelta al madero, ----- ya le remachan los clavos,
ya le espetaron la lanza-----por su divino costado,
ya se lo contemplan muerto----- en el regazo sagrado.
— Madres que hayáis parido, -----ayudármelo a llorar,
que las que no hayáis parido ------no saberés de mi mal.—
En la mi mano derecha -----traigo una corona hecha;
en el medio ’e la corona----- traigo un pendón colorado;
en el medio del pendón -----traigo un monumento armado;
en el medio ’el monumento -----traigo un cordero sagrado.
La sangre que de él caía-----caía en cáliz sagrado.
El hombre que la bebía----- ha de ser afortunado:
en este mundo será rey -----y en el otro coronado.

Videmala (Zamora).

-----Es más, la función meditativa de estos rosarios de motivos sacros posibilita, incluso, saltar sin orden alguno desde el Calvario a Belén para mejor rendir culto al Redentor:

Por un postiguito abierto, -----el otro medio cerrado
por allí pasó la Virgen-----vestida de colorado.
El vestido que llevaba----- todo lo lleva manchado
con la sangre que Jesús -----derrama de su costado.
—Limpia, limpia, Madalena, -----y no dejes de limpiar,
que en los reinos de los cielos-----tiene’ una silla guardá.
No la ha hecho carpintero -----ni fina carpintería,
que la ha hecho Dios del cielo----- para su madre querida.—
Allá arribita en el alto  -----está la Virgen María,
dándole el pecho a su hijo; -----su hijo nada quería.
—¿Por qué lloras, hijo mío, -----por qué lloras, alma mía?
—Porque el infierno está lleno----- y la Gloria muy vacía.

Fuenteheridos (Huelva).

11. EN CONCLUSIÓN

-l esfuerzo realizado en el siglo XVI y comienzos del siglo XVII por una legión de pequeños poetas empeñados en proporcionar al pueblo un romancero cantable de contenido espiritual tuvo un éxito notable. La tradición oral de los pueblos hispánicos conserva un amplio repertorio de «materias cristianas y religiosas» con firmes raíces en el romancero «a lo divino» del Siglo de Oro. El lenguaje poético tradicional, aplicado «a otro mejor sentido» que aquel en que se formó, permitió borrar los márgenes entre el romancero viejo y sus contrafacta espirituales y facilitó la conversión de los romances cristológicos y marianos en auténtica poesía popular. Sin embargo, las fábulas religiosas tenían una debilidad estructural de difícil solución: su trama narrativa era demasiado obvia para que la trabazón argumental conservara su primacía sobre la función religiosa de un romancero «rezado». La función rememorativa, meditativa, ritualizada de los romances de tema sacro acaba por convertirlos en oraciones y en deshacerlos en rosarios de jaculatorias.

Diego Catalán: "Arte poética del romancero oral. Los textos abiertos de creación colectiva"

Universidad Autónoma de Madrid y University of California, San Diego

1 D. Alonso, La poesía de San Juan de la Cruz, Madrid: CSIC, 1942, pp. 47-100.

2 Alonso, obra cit., p. 47.

3 Que culmina en los planteamientos de Calisto en el Ier acto de La Celestina.

4 Como es lógico, la Inquisición vigiló muy cuidadosamente las producciones destinadas al consumo popular. Sus índices de obras prohibidas incluyen varios romances de tema bíblico o sacro publicados en pliegos sueltos y cancionerillos de bolsillo.

5 Aparte de las impresiones antiguas, hay una edición moderna del Cancionero general de la doctrina cristiana hecho por Juan López de Úbeda (1579, 1585, 1586) al cuidado de A. Rodríguez Moñino, «Sociedad de Bibliófilos Españoles. Tercera época», V, 2 vols. (Madrid: 1962 y 1964). Esta edición moderna sigue al texto de la edición de 1586, «que sólo difiere de las dos anteriores en la mayor corrección tipográfica» (según Rodríguez Moñíno). Las tres antiguas fueron impresas en Alcalá de Henares por Juan Iñiguez de Lequerica. El Vergel de flores divinas fue también impreso en Alcalá de Henares por el propio Juan Iñiguez de Lequerica el año 1582; Úbeda lo consideró como una nueva versión, ampliada y depurada, de su obra anterior. Cito el Cancionero por el ejemplar R-4624 y el Vergel por el ejemplar R-2249, ambos en la Biblioteca Nacional de Madrid.

6 Cancionero de 1579, f. 154ν; Vergel de 1582, f. 2v (variantes: Sancta Anna; sancta). Cfr. Cancionero, ed. Moñino, II, p. 86.

7 Cancionero de 1579, f. 72ν; Vergel de 1582, f. 45 (variante: desde). Cfr. Cancionero, ed. Moñino, I, p. 284.

8 Cancionero de 1579, f. 54ν; Vergel de 1582, f. 82 (variantes: si vays al mundo; a enc.). Cfr. Cancionero, ed. Moñino, I, p. 260.


9
Vergel de 1582, f. 166.

10  «Siempre lo tubiste moro, -----andar en barraganías / las mochilas en el onbro-----rovando las alcaydías», ms. de 1578 (Bibl. de Palacio, Madrid, ant. «Poesías varias 2-B-9»), fol. 33 bis c; «Siempre lo tuvistes moro-----andar en barraganadas», Covarrubias, Tesoro, s.v. «barragán».

11 Vergel de 1582, f. 43 v.

12 Véase Romanceros del rey Rodrigo y de Bernardo del Carpio ed. R. Lapesa et al., en Romancero tradicional de las lenguas hispánicas,l, Madrid: SMP y Gredos, 1957, pp. 25-26.

13 RTLH, I, pp. 23-24.

14 Como hicimos notar los redactores (D. Catalán y A. Galmés) del estudio dedicado a «Amores trata Rodrigo» en RTLH, I, p. 30, estos versos remontan a la forma original del romance, pues tienen su fuente (como el resto del romance) en la prosa de la Crónica Sarracina de Pedro del Corral: «E commo él estava ya en ardor, e le fallava las manos blandas e blancas... ençendíase de cada ora más en su amor».

15 Según testimonian las cinco versiones que conocemos a través de impresos y manuscritos del siglo XVI (reeditadas conjuntamente en RTLH, I, pp. 22-26).

16 A. Rodríguez Moñino, Diccionario bibliográfico de Pliegos sueltos (siglo XVI), Madrid: Castalia, 1970 (DicARM), núm. 703.

17 Véase D. Catalán, «Los pliegos sueltos perdidos del Duque de T’Serclaes», en Homenaje a A. Galmés de Fuentes [III, Oviedo-Madrid: Univ. de Oviedo y Gredos, 1987, pρ. 361-376].

18 Por el medio del romance figuran los versos: «Las armas son mis arreos, ------mi descanso es pelear, / mi cama el duro pesebre, ------mi dormir siempre es velear (sic), / lágrimas es mi bever, ------desconsuelo es mi manjar».

19 Los tres primeros figuran en Miguel de Fuenllana, Libro de Música para Vihuela intitulado Orphénica lyra, s. 1., 1554, fol. 145 (Bibl. Nac. R-14425). [Los dos primeros se reflejan también en el despacho cifrado que en 1562 envió el embajador de Felipe II en París Tomás Perrenot (Arch. de Simancas, Estado, leg. K) en que se entretiene en poner en cifra textos de romances, villancicos y canciones varías]. El último nos es conocido gracias a un suceso americano: cuando Hernández Girón derrota en Chuquinga (21 de mayo de 1554) a las tropas reales mandadas por el mariscal Alonso de Alvarado, comenta la fuga de sus enemigos entonando «No van a pie los romeros----- que en buenos caballos van» (según Diego Fernández de Palencia, Primera y segunda parte de la historia del Perú, Lima, 1876, lib. II, cap. XLV, p. 255. Tomo la cita de E. Romero, El romance tradicional en el Perú, México D.F.: El Colegio de México, 1952). El verso se refleja también en un contrahacimiento burlesco de 1643 (Durán, Romancero general II, núm. 1670). Aunque el tema no ha sobrevivido en la tradición oral moderna, estos versos han dejado sus huellas en otros romances (véase El Romancero pan-hispánico. Catálogo general descriptivo. CGR 3, núm. 0060).

20 No incluido en el DicARM. Lo describo en el artículo citado en la n. 17.

21 Cito por el ejemplar de la Biblioteca Nacional (donde el «Prólogo a la obra, del auctor» va fuera de la foliación del libro). El prólogo del Vergel puede leerse en la reedición del Cancionero de A. Rodríguez Moñíno, quien lo reproduce en su introducción.

22  A. Rodríguez Mofino, «Cinco romances», ALM, II (1962), 15-26 (específicamente, en las pp. 21-25).

23 Véase J. H. Hill, Poesías germanescas (Bloomington, Indiana, 1945), pp. 55-58.

24 Las Ensaladas de Mateo Flecha fueron publicadas póstumamente en Praga, 1581 [hay reed. moderna de H. Anglès, Barcelona: Bibl. Central, 1954, pp. 44-45]. El Jubilate se conserva además en dos manuscritos del siglo XVI. [En estos tres textos falta la estrofa que comienza «Cardador...». La Orphénica lyra de 1554 se halla en dos ejemplares de la Bibl. Nacional de Madrid, R-9283 y R-5647, que he consultado; hay ed. moderna de Ch. Jacobs, Oxford: Clarendon Press, 1978, donde Jubilate se halla en Ias pp. 809-831].

25 Conceptos espirituales de Alonso de Ledesma, natural de Segovia. Dirigidos a nuestra Señora de la Fuencisla, Madrid: Imprenta Real, 1602 (ejemplar en la Biblioteca Nacional de Madrid, R-985). Se reeditó varias veces en el siglo XVII. He consultado también  la edición de Lisboa: Antonio Alvarez, 1605 (ejemplar en la Biblioteca Nacional de Madrid, R-8407).

26 El romance de Ledesma contrahaciendo el de «Sale la estrella de Venus» se halla en las pp. 21-24 de la ed. de 1602 y lleva el título (p. 20): «Al Nacimiento. Romance buelto».

27 Vergel de 1582, f. 45ν.

28 Versión recogida por Rafael García Plata, no mucho antes de 31-X-1903.

29 Versión recogida por Manuel Gómez Moreno en 1908.

30 Dicha por María Marcos. Recogida por Ramón Menéndez Pidal en 1902.

31 Como es bien sabido, Martín Nucio completó y corrigió la edición sin año (1547-48) de su Cancionero de romances al preparar su segunda edición, creando, de resultas, versiones mixtas o facticias. El Cancionero de romances de Amberes, 1550, puede leerse en reedición moderna de A. Rodríguez Moñino (Madrid: Castalia, 1967).

32 Véase CGR 2, núm. 0004. La tradición romancística gitana de la bahía de Cádiz y Triana, muy independiente de la tradición «paya» andaluza, nos es conocida gracias a Estébanez Calderón, en el primer cuarto del siglo XIX, a Manrique de Lara, en el primer cuarto del siglo XX, y a Luis Suárez, en esta segunda mitad del siglo.

33 «Iré por el mundo alantre -----como cosa malparada» (Santa Cruz de los Cuérragos, Zamora); «Yo me voy por esos campos ----- como la mujer mundana» (Sevilla: Juan José Niño).

34 En las versiones de Santa Cruz de los Cuérragos (Zamora) recogidas en 1910 (por Tomás Navarro Tomás) y en 1977 (por mí).

35 M. Goyri de Menéndez Pidal, «El Amor niño en el Romancero». Fénix. Revista del Tricentenario de Lope de Vega, 1635-1935, 6 (27-XII-1935), pp. 665-579.

36
Dado a conocer por María Goyri en el artículo citado en la n. 35, pp. 672-674. Texto incluido en el Cartapacio «de la mano y pluma de Jacinto López, Músico de su Magestad» (Madrid, 20 de enero de 1620), ms. 3915 de la Biblioteca Nacional, Madrid. Otra versión, con algunas variantes, en el ms. II-996 (olim 2-H-4) de la Biblioteca de Palacio. [También incluye una versión el Cancionero dassense, fol. 93r. Vide A. Restori, Rendiconti della Accad. dei Lincei. Classe di sc. mor. e filol., serie 5ª, XI (1902), pp. 99-136]. Cito por el ms. 3915, fols. 126-127. Prescindo de la confusión gráfica, propia de un «ceceoso», casa por caça, del ms. de Jacinto López. [El romance de Lope de Vega ha sido objeto, recientemente, de la atención de A. Alatorre, en las pp. 363-364 del artículo «Andanzas de Venus y Cupido en tiempos del romancero nuevo», Estudios... dedicados a M. Díaz Roig,  México: El Colegio de México, 1992, pp. 337-390].

37 Conceptos espirituales de 1602, pp. 72-74.

38 Los versos citados pertenecen a una pluralidad de versiones. Con ligeras variaciones reaparecen en versiones de muy varias procedencias geográficas.

39 Otras versiones lo sustituyen por un comienzo más tradicional: «Camina la Virgen pura ------sola y con grandes pesares / en busca del niño Dios------que se le perdió ayer tarde»; «Camina la Virgen pura ------por esta y por otra calle / en busca del su querido------que se le perdió ayer tarde».

40 El comienzo citado se refleja, con mayor o menor exactitud, en versiones de Zamora, Burgos, Segovia, Huesca y Ciudad Real.

41 La versión uruguaya, recitada por la madre del señor Fernández Medina, ministro del Uruguay en Madrid (1928), quien se la recogió hacia 1900, es de origen asturiano, aunque la recitadora afirmase que la oyó a indígenas descendientes de los de las misiones de Jesuitas.

42 Cito por una versión gallega de San Jorge (Meira, Lugo), dicha por Benita Fernández Fernández (41 años), de la que conozco dos copias, de Eduardo Martínez Torner, 1929, y de Aníbal Otero, 1930.

43
Las versiones asturianas que conozco son de Puerto de Vega (Navia) y de Llanes; las portuguesas de Açores (la más antigua, publicada por Theóphilo Braga; la mayoría recogidas por Manuel da Costa Fontes de boca de emigrantes a América). La versión açoreana citada es la núm. 125 de Costa Fontes, Romanceiro português dos Estados Unidos, «Fuentes para el estudio del Romancero. Serie Luso-Brasileira», I, Coimbra: Seminario Menéndez Pidal, 1980, p. 100.

44 «Vido venir un navío-----sobre aguas de la mar, / las velas de aquel navío -----eran de un fino arexclán, / las cuerdas de aquel navío-----eran de un oro torzal, / las tablas de aquel navío -----eran de un fino nogal, / la gente que dentro viene-----era de sangre real. / Marineros que le reman -----diciendo iban un cantar».

45 Véase D. Catalán, Por campos del romancero, Madrid: Gredos, 1970, pp. 189-227.

46 De Aliseda y de Torrejoncillo, Por campos del romancero, p. 226.

47 A pesar de que las versiones recogidas tienden a recrear una historia profana, la escena derivada del Entierro de Fernandarias conserva el aire de una contrafactura a lo divino.

48  Véase D. Catalán, «Memoria e invención en el Romancero de tradición oral», RPh, 24 (1970-71), 1-25 y 441-463 (pp. 458-461) [y en el presente libro, cap. II, § 9].

49 Cuando escribí el artículo citado en la nota anterior sólo conocía las versiones marroquíes y la gitana de Juan José Niño (residente en Triana); en el CGR 2, núm. 0003 y en el CGR 3 «Addenda» se tienen ya en cuenta una versión de Bosnia y cuatro de Madeira. En Madeira el tema no sobrevive como romance autónomo, sino como desenlace de Rodriguillo venga a su padre. Con la misma estructura se han descubierto últimamente versiones de Rodriguillo en Tenerife y La Gomera (Canarias) y en Pola de Ayande (Asturias).

50 Véase D. Catalán, Por campos, pp. 101-117.

51 Sobre la fórmula como unidad del discurso romancístico, véase D. Catalán, Teoría general y metodología del Romancero pan-hispánico, Catálogo general descriptivo CGR, 1.A., pp. 170-195.

52 Véase D. Catalán, Por campos, pp. 122-166 (p. 155).

53 De Arenas de Cabrales, dicha por María Josefa Fernández Díaz (69 años). Recogida por Aurelio de Llano Roza de Ampudia (1923?).

54 Publicada en un pliego suelto gótico: Aquí comiençan seys romances. El primero del rey don Pedro. El segundo de Paris..., DicARM, 680, 681 y 682.

55 De Andés (Navía), dicha por Dolores García García (44 años). Recogida por Eduardo Martínez Torner, 1916.

56 Véase RTLH, I, pp. 42-43.

57 En la Flor de varios romances nuevos. Primera y Segunda parte del Bachiller Pedro de Moncayo, natural de Borja, Barcelona: Jayme Cendrat, 1591, reed. por A. Rodríguez Moñino en «Las Fuentes del Romancero General (Madrid, 1600)», II, Madrid, 1957, fols. 134-138.

58 Tercera parte de la Silva de varios romances, Zaragoza: Stevan de Nagera, 1551, fol. 21.

59 Aparece en versiones de Trás-os-Montes, Ourense, León, Zamora, Salamanca, Burgos, Valladolid, Segovia, Madrid, Cuenca y Cáceres.

60 En la versión publicada en el Cancionero de romances de Amberes, sin año (1547-48), por Martín Νucio, fols. 194ν-195.

Diseño gráfico:

La Garduña ilustrada
Caligrafía: Beckett-Kanzlei

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