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ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

¿CÓMO NO CANTAS, LA BELLA?

¿CÓMO NO CANTAS, LA BELLA?

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¿CÓMO NO CANTAS, LA BELLA?

Sentada estaba la niña
--bajo un árbol de la menta,
agujica de oro en mano,
--¡qué bien labraba la seda!
------¡Ay, galana y bella,
----------ay, que sois tan bella!

labrando está una camisa
--para el hijo de la reina,
labrándola está con oro,
--pespuntándola con seda,
entre puntada y puntada,
--un aljófar y una perla;
------¡Ay galana y bella...
si hilo de oro le faltase,
--de sus cabellos pusiera,
que sus cabellos y el oro
--poca va la diferencia.
------¡Ay galana y bella...
Por ahí pasara un galán,
--que se enamorara de ella:
-¿Por qué no cantas, galana?,
--por qué no cantas, la bella?
------¡Ay, galana y bella...
-Ni canto, ni cantaré,
--que mi amor está en la guerra;
preso le tiene aquel rey,
--aquel rey de Inglaterra.
------¡Ay, galana y bella...
Escribir quiero una carta,
--de mi mano y de mi letra,
mandársela he a aquel rey,
--a aquel rey de Inglaterra,
que me mande a mi marido
--vivo, sano y sin cadenas.
¡Ay, galana y bella...
--Y, si no me le mandare,
armar quiero una gran guerra:
--galeones por los mares,
gente armada por la tierra,
--y, si falta capitán,
yo iré a la delantera.
----¡Ay, galana y bella...
Si no hubiera velas prontas,
--mis ricas mangas pusiera,
y si me faltara lanza,
--yo llevaré la mi rueca.
------¡Ay, galana y bella...
En la nave donde vaya,
--poner quiero mi bandera,
blanca, verde y colorada,
--de tres modos y maneras,
------¡Ay, galana y bella...
para que diga la gente:
--“¡Viva la mujer guerrera!,
por amor de su marido,
--puso rostro a la barrera!”.
----¡Ay, galana y bella,
--------ay, que sois tan bella!

---- El Romancero del siglo XX dio a conocer este tema gracias, sobre todo, a la tradición cantada judeo-española, tanto de Oriente (Sarajevo, Larissa, Estambul), como de Marruecos (Tánger, Tetuán, Larache, Alcazarquivir, Casablanca) y de Orán; en Oriente, se conservaban, además, versiones manuscritas (en caracteres latinos y hebraicos), de los siglos XIX, XVIII y aún XVII. El estribillo “¡Ay, decid, galana y bella!” fue empleado, como referencia musical, por Israel Nádjara (1555-1628), dándonos así testimonio de la antigüedad del romance en la tradición de los sefardíes acogidos en el Imperio Otomano. Pero también se había documentado, ya en el siglo XIX, en la tradición oral de las Azores (en la isla de San Jorge); y, en la Península, se ha cantado, en el siglo XX, en el Alto Aragón (como tema de ronda). Más precario era su recuerdo, en tiempos modernos, en la tradición catalana y en la canaria, donde sólo se halla presente la descripción de la bella niña bordando, o en Tras-os-montes, donde sólo sobrevive la pregunta acerca de por qué no canta; otros temas romancísticos han aprovechado esos motivos.
----Por otra parte, es muy cantado en España un romance que reproduce, vuelto a lo divino, el motivo de la bella que se niega a cantar, aplicándolo a la Virgen. En él se calca todo el comienzo del profano.
La “blanca niña” bordadora era tema famoso en el Siglo de Oro, al que Tirso alude en El burlador de Sevilla cuando hace referencia

“al sasatre con la agujita
--de oro en la mano, imitando
contino a la blanca niña”;

y, que esta cita remitía a un romance con el comienzo del nuestro, nos lo asegura un poeta devoto, que compuso un Auto sacramental de la Blanca Niña (del que hay un manuscrito en la Biblioteca Nacional, en Madrid), donde se incluye una escena en que se utilizan y glosan los versos:

Estáse la Blanca niña
--engañando el mal de ausencia,
con aguja de oro en mano
--¡o qué bien (que) labra la seda!
...
Bióla estar el caballero
...
--que enamorado está d’ella:
-¿Cómo no cantáis, la niña,
--¿cómo no cantáis, la bella?
...
-¡Cómo cantará quien tiene
--el esposo en tierra agena!
-Preso le tienen de amores...,

y en la que, al mismo tiempo, se trama, sobre esa urdimbre, el tema de un romancillo hexasilábico:

Amor lo dibuja
--y lábralo ella,
con seda encarnada
--y blanca la tela, etc.

---- Pero, a partir de estas alusiones, no estaba nada claro el que la tristeza de la “blanca niña” viniera a desembocar en las amenazas de la “mujer guerrera” al rey de Inglaterra. Para mayor dificultad en el emparejamiento de la escena de la niña bordadora y del motivo de la carta amenazadora se interponían los versos que envuelven una valoración hiperbólica del pelo rubio de la doncella. Son versos elogiados por Gracián en su Agudeza y arte de ingenio, que considera antiguos, pero que figuran en un romance “nuevo”, publicado en la Flor de varios romances nuevos y canciones. Agora nuevamente recoplilados de diversos autores por el bachiller Pedro Moncayo, natural de Borja (Huesca, 1589), que comienza “Sacó Venus de mantillas / a Cupido un día de fiesta” (el cual pareció a María Goyri digno del ingenio de Lope), donde se lee:

y, si acaso el oro falta,
-- un cabello suyo enhebra,
que del oro a sus cabellos
--no hay conocer diferencia.

¿Los leyó Gracián en este poema y los citaba de memoria cuando varía el primer verso en “y cuando el oro le falta...”? ¿o los conocía como parte de otro contexto?
----Es gracias a dos testimonios de extranjeros como sabemos que el romance de la “blanca niña” bordadora que se niega a acompañar su trabajo con el canto era cantado en la España de Felipe II con idéntica estructura y con versos muy semejantes a los que nos conserva el Romancero del siglo XX.
----Brantôme, según recuerda en sus Rodomontades espaignolles, lo oyó cantar, en 1564, a las damas castellanas, “braves et fières comme des taureaux”. Era, según él, una vieja canción, propiamente llamada romance, que resume vertida al francés, pero con varias frases en español, tal como, pasado el tiempo, recordaba los versos oídos a esas bravas españolas.
---- Otra versión antigua (con música y un estribillo “la corondrón o la corondrera / la corondrón o la corondrera”) procede de unos cartapacios de 1564 y 1566 (conservados en la Biblioteca del Colegio de Winchester), que contienen poesías mayoritariamente en italiano, junto a unas cuantas en francés y sólo dos en español. Es una versión completa escrita por un “colector” que confundía el español con el italiano.
Del romance tal como se cantaba en el siglo XVI (según las citas de estos extranjeros) sólo se han olvidado, en el Romancero del siglo XX, los versos que describen el proyectado ataque a Londres de la mujer guerrera, que en la versión anglo-italiana figuran transcritos bárbaramente así:

et si falttara capitayna
--io porey la de-la-mi-tierra;
pesso la portta de Londra
--ponerey la mía bandiera,
ali dice: Los bombardieros,
--sacáis l’artilgería di fuora;
algi danna tal antena
--las muralgia sono in tierra.

Algi dice todos las gentes:
--“¡Viva, viva tal gueriera;
per sachare suo marido,
--az una crudel guerra!”,

y en la paráfrasis franco-española:

Que, si me falta capitán,
--yo (misma) llevaré la bandera
y hasta las puertas de Londres
---[yo misma] iré a ponerla,
y, si me falta cañonero,
--yo (misma) daré fuego a la artillería,

que dirá toda la gente:
--“¡Jesús, qué mujer guerrera!”

----Ciertamente, en estas dos versiones del siglo XVI, transmitidas por extranjeros, no aparecen los versos elogiados por Gracián que he acogido en la versión del siglo XX aquí editada. Pero su gran antigüedad en el romance está atestiguada por el hecho de que figuran en versiones de ramas de la tradición oral tan distintas como la catalana, la aragonesa, la canaria, la sefardí de Esmirna y la del romance a lo divino sobre la “Soledad de la Virgen”, difusión que parece contradecir la hipótesis de que esta creación poética fuera introducida en el curso de la vida oral del romance de la blanca niña bordadora tomándola de ese romance “nuevo” impreso en 1589. Por otra parte, cabe preguntarse ¿de dónde le vino la idea, al creador de “Sacó Venus de mantillas”, de presentar a Cupido embelesado ante una niña que borda en oro? La escena basada en la imágen hiperbólica no me resulta tan ajena a la creatividad tradicional como para no poder invertir la dirección del préstamo.

Diego Catalán

Cuadro de Vermeer

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