Blogia
ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

86.-3. MORFOLOGÍA

86.-3. MORFOLOGÍA

3. MORFOLOGÍA. VIII. EL ESPAÑOL EN TENERIFE Y EN LA ROMANIA NOVA.

      Aunque de extensión reducida (pp. 51-57), esta sección del libro agrupa un conjunto notable de observaciones sueltas. En la morfología nominal (§ 40-43)69 la aten­ción prestada a los pronombres (§ 43) ha sido escasa: Los ’nos’ (oído alguna vez por Alvar) y losotros ’nosotros’ (supuesto, pero no recogido por Alvar) son comunísimos en el habla popular tinerfeña70. Alvar considera a cristiano como «pronombre de cortesía» y afirma que se «usa indistintamente con el valor de ’usted’ o ’señor’ (Alc.)»; pero, en verdad, sólo se emplea en la interpelación, exactamente como hermano (cor­tés) o compadre, comadre, (mi) amigo, muchacho, -a, mi niña, mi hija (familiares), todos muy usuales; los término adjuntos de tratamiento son: don y doña (~ dueña), aplicados a todos los «señores» y «señoras» (jóvenes incluidos) y a las personas de las clases trabajadora y campesina más respetadas (por su edad o categoría)71, seño seña, rústicos, y cho y cha ~ chía (’tío, -a’), rústicos arcaizantes72.

      Podrían añadirse otras noticias: Nosotros tiende a hacerse invariable, mediante el desuso del femenino «nosotras» («nosotros vamos con ustedes», se oirá en un grupo de chicas)73. Mesmo alterna con mismo. ¿Quién? sigue siendo invariable en el plural («¿quién son?»)74. El lenguaje vulgar emplea ¿cuálo(s)?, -a(s)? con distinción genérica y alterna estas formas con ¿cuáslo(s)?, -a(s) [kwáhlo(h), -a(h)]75. Nadien es general76. La variante vulgar cuales- ~ cualisquier(a) compite, tanto para el singular como para el plural, con cualquier (a)77.

      Los curiosos datos reunidos por Alvar sobre la morfología verbal (§ 44-51)78, no agotan, desde luego, el tema: la desinencia -ste ~ -stes tiene una variante rural -tes (¡oítes!)79. Otro ruralismo es la forma -nos, por «-mos» (teníanos)80. Tengo noticias de la existencia de -ón por «-aron» (tratón, sentensión) 81. El imperativo díseselo (’díselo’, que Alvar registra acentuando diseseló)82, debe compararse con vétete y con los generales pone, (h)ase, sale («¡sálete de ahi!»), tiene ’ten’83. Interesaría perseguir en El Sur los restos de la persona Vosotros del imperativo (enserráila)84. La evolución fonética -ear > -iar (y, en menor grado, la alternancia -ío ~ -io en los verbos en -iar: básio) ha llevado a confundir en un solo paradigma los verbos originariamente en -ear y en -iar (pasiar, -eo; cambiar, -eo)85. También merecerían un atento estudio los verbos en -aer, -eer, -oer, -eir, -oir, -uir, pues las tendencias con­trapuestas, a reducir los hiatos a diptongos y a conservar o restaurar los hiatos, han dado lugar a un curioso polimorfismo86.

      La Morfología se concluye con el registro de algunas partículas (§ 52-54)87. A continuación, sigue una Formación de palabras (pp. 61-73) en que Alvar ofrece un amplio inventario de prefijos y de sufijos88.

 Diego Catalán. El español. Orígenes de su diversidad (1989)

NOTAS

69 Alvar, Tenerife consigna algunas curiosidades relativas al género y número de ciertos sutantivos (§ 40-41) y recoge la forma vulgar de cuatro numerales (§ 42).

70 Catalán, «Canarias», § 53. A pesar de que un viejo campesino de Fasnia me asegurase (en 1960): «ya oy tó el mundo dise bámonos» (y no bámolos). Cfr. Rosenblat, «Notas», n. 63; Kany2, 100-101; Lenz, La oración § 165; Vidal de Battini, 112; García Cotorruelo, 119; etc. (no en Panamá: Robe, Pan., § 112.0).

71 Personas que en Madrid, por ejemplo, llevarían el adjunto señor.

72 En Las Carboneras admitían aún (1963) los antiguos Cho, Chía. En Teño, en cambio, una mujer me aseguraba (1962) que Cho, Cha ya no se usaban; «el costumbre» era decir Dueña María a «las ricas», Seña (~ Señá) María «a las pobres», Seño Isidro si es «hijo de pobres». En Fasnia, un viejo campesino: Don «es más bonito» que Señor, Seña Niebes etc. (1964). El des­prestigio en medios ciudadanos del tratamiento rural Seño(r) Juan, Seña Niebes (cfr. A. Alonso, «Problemas», 417-430), explica el empleo popular del «diminutivo de respeto»: Juanito, Niebita, Mariquita, para adultos a quienes no se trata de Don, -ña («¡O me llaman Niebita y Usted, o Niebes y Tú!», exigía una mujer que, sin ser una «señora» a quien se diese el título de Doña, no admitía el ser tratada como una criada). Para referirse a personas ausentes se emplea el caballe­ro y la señora (burgués), él y ella (rural).

73 El femenino es, al parecer, usual cuando va aclarado mediante una preposición: «noso­tras, las de quinto, fuimos...», «nosotras, María, Pepa y yo, comimos...». Cfr. Rosenblat, «No­tas», n. 59; Kany2, 99-100; Espinosa, II, § 41; Vidal de Battini, § 1624; Boyd-Bowman, Guanaj., § 112 g; García Cotorruelo, 119; etc.

74 Cfr. Rosenblat, «Notas», n. 71; van Wijk, 227; Vidal de Battini, 114; Boyd-Bowman, Guanaj. § 112.

75 «¿Cuálo dises, muchacho?», «¿cuáslo quieres, Chanito?», «¿Cuáslos son los tuyos?», «-Coge esta, Yaya. -¿Cuála, madre?». Coméntalo Pérez Vidal, «Aportación», 90. Común en España; parece ser desconocido en buena parte de América (sobre su presencia en Argentina: Vidal de Battini, 104; Malkiel, «rec. S. Luis», 194, n. 7).

76 Cfr. A. Alonso y Ronsenblat, «Anotaciones», 250, n. 1, y Rosenblat, «Notas», n. 81; van Wijk, 23, Navarro Tomás, Puert., 125; etc.

77Cfr. Rosenblat, «Notas», n. 91; Espinosa, II, § 80; Henríquez Ureña, S. Dom. 174; Kany2, 145-147; Vidal de Battini, 114-115; Boyd-Bowman, Guanaj., § 114 í.

78 Se oyen aún por toda la isla, con cierta frecuencia, las acentuaciones analógicas de la persona Nosotros en el presente de subjuntivo (Catalán, «Canarias», § 21: cómpremos, váyamos, cómamos, téngamos, quiéramos, huígamos, vuélmamos), que Alvar recogió en Lag.; cfr. A. Alonso «Problemas», 345-349; Malmberg, «Nouv.», 99; Navarro Tomás, Puert., 127 y mapa 31; Boyd-Bowman, Guanaj. § 121 a; Robe, Pan. § 131.7; Malkiel, «rec. S. Luis», 192, n. 2; etc. La terminación -emos por «-amos» (terminemos), que Alvar, Tenerife da como general, es bastante común en Tenerife (Catalán, «Canarias», § 20); pero sólo como vulgarismo (rechazado por los propios campesinos cuando son algo sabidos; p. ej. un viejo de Fasnia sólo me admitía nosotros cantamos); ocurre no sólo «en el presente absoluto» (lleguemos, peguemos a, regresemos, almorsemos), sino también en otros tiempos: huyemos (junto a húigamos), Guía de Isora; «a medio día hablemos, ¿entiende?» es frase de Gran Canaria, que no creo sea imposible en Tenerife (aunque me faltan ejemplos); cfr. Navarro Tomás, Puert., 126-127 y mapa 31; Robe, Pan. § 131.7; Rosenblat, «Notas» 220, nota *a; García Cotorruelo, 108 y 111; García Martínez, 131; etc. Yo a ’he’ y nosotros amos ’hemos’ están generalizadísimos (Catalán, «Canarias», § 19); cfr. Rosenblat, «Notas», n. 242; Espinosa, II, 90; Rodríguez Castellano, «Cabra morf.», 399. La forma abemos (Alc.), que registra Alvar, no debe ser del verbo auxiliar, sino del impersonal concertado (p. ej.: «aquí habemos muchos locos»), cfr. Rosenblat, «Notas», n. 242; Navarro Tomás, Puert., 128; van Wijk, 175 etc. Alvar recoge además: los cambios de conjugación flurir, marguyir, -ar, cernir y roir; las formas diptongadas cuege, cuerta (súmese: cueser ’coser’); varia­das formas analógicas como escose, envorca ’vuelca’, apreta (es general), frega, -gue (también son generales), goler, gorver (pero también gomitar, no analógico), merezo, conducí y maldecí, revolvido, quedrá, aiga (añádanse los más interesantes húigan, húigamos, Guía de Isora; cfr. Ronsenblat, BDH, II, n. 210), caeron, -ndo; arcaísmos y vulgarismos como vía, vido (ant.), vide (añádase el analógico veí), truje, -jistes, ... -jeron (pero también: trají~traí, traíste, trujieron ~ trajieron), semos, dir, dío, día, fi, y la aféresis en el auxiliar (a)ber («belo hecho» ’haberlo he­cho’), bía, biera.

79 También en Lanzarote: vites ’viste’. Cfr. Ronsenblat, «Notas», n. 198; Navarro Tomás, Puert., 126; Robe, Pan. § 123.6.4; etc.

80 Catalán, «Canarias», § 22. Cfr. Rosenblat, «Notas», n. 197; Navarro Tomás, Puert., 127; etc.

81 Mis datos proceden de versiones tradicionales de romances; creo que tales formas se darán también en contextos no literarios. Cfr. Henríquez Ureña, «Mutac», 361; Espinosa, II, § 106 A y 110 II (se trata de -á(r)on > -aón > [áŋ ~-óŋ]; cfr. -é(r)on > -eón > [-óŋ]).

82 Los grupos de pronombres enclíticos son en español canario perfectamente átonos (mán­damelo, estábamonos), a diferencia del castellano central (mándamelò ~màndameló). Cfr Robe, Pan. § 30.2.

83 Para vétete, Steffen, «Rec», 83. A pesar de lo generales que son las formas con -e (pone, tiene, etc.); según consigna ya Pérez Vidal, («Aportación», 90), se dice: ponlo ~ponslo ~polo; tenia~ tensla y mantel-la (como denle~densle~desle); cfr. nn. 24 y 62. En Chile, díseselo aparece también junto a dise ’di’, hase ’haz’ («háseme el favor», tiene ’ten’, pone ’pon’ (ponémelo), Rosenblat, «Notas», n. 202 (creyéndolos moderna confusión por retirada de «voseo: «hacéme el favor»); Boyd-Bowman, Guanaj. § 129.

84 En un romance tradicional recogido en Charco del Pino figura la frase: «encerráila en una sala». Esta forma del imperativo es muy posible que circule aún en el área, puesto que pervive en otras hablas canarias conservadoras: En La Gomera el habla rural mantiene los imperativos cantáili, haséili, dejáimi, miráimi, «largáibus diáy», calláibus, estáibus, metéibus, béibus, morí.i-bus, rúibus, cantái~-áidi, «amañáidi el pescáu», coméi~-éidi, salíi~-í:ide, etc. (junto a otras personas Vosotros: «¿ónde báis?», «bosótros queréis réirbus de mí», «no rempujéis», «bosótros bos reíis», huís, etc.); lo mismo ocurre en La Palma (calláibos, bailáde) y en El Hierro (cogéila). Véase Catalán, «Canarias», [148] y § 40.

85 Catalán, «Canario», [143], y Catalán, «Canarias», § 16.2. Cfr. la completísima exposición de Rosenblat, «Notas», n. 218; Boyd-Bowman, Guanaj. § 134, 145.

86 Sólo tengo datos sueltos: cáiba(n) ~ caía(n), cáiste, cáido ~ caído; raída; tráïs, se tra, trái-ba(n), tráibamos ~ traíamos, traí~ trají~ truje, traíste; distraído; creía, creído; bía, beí~ bide; roer (~-el)~roir (monos.) ~ ruir ~ ruyir, ruyo, roído ~ reído, roendo; engreí(d)o; oído; (h)uír ~ hoír, huye, húigamos ~ (h)uyémos, húigan. (Compárese en Valle Gran Rey, La Gomera: tráiba ~traía, tráibas, -an; ráidu; bíu ’vió’; ruir, rúigu, ruis, ruía, ruiré, ruí, rúiga, -gas, ruyera, rúiti ’róete’, ruíbus ’róeos’, ruíu ’roido’, ruyendo; reir, riimus, riis, riia, rií, riistis, ríiti, riíbus; huir, huigu, húis, húi, huimus, huís, húin, húiga ’huya’, húi  ’huye tu’, huí ’huid’). Cfr. Rosenblat, «Notas», nn. 219-223; Espinosa, II, § 140-146; Vidal de Battini, 130-132; Boyd-Bowman, Guanaj. § 135-138.

87 A los adverbios y locuciones adverbiales habría que añadir: primero ’antes’ («¿por qué no has benido primero?«), aora ’poco ha’, ’hace un momento’ («ahora me lo dijo Bicenta», «ahora se lo sacó Angeles»), un montón, montones ’muchísimo’ («¿echas de menos a Tenerife? — Monto­nes»; también se emplea como adj. o pron.: «yo sabía montones; me los enseñaron a mí»), mucho, asina (cfr. A. Alonso, «Problemas», 411-416), echando fuera. Como prep., cas [kah] («cas Fulano») es tanto o más usual que ca (Alc.) ’casa de’, citado por Alvar, Tenerife; «voy a cas Paquito», «a cas mi hermano», «a cas tío» (cfr., sobre una y otra forma, A. Alonso y A. Rosen­blat, «Anotaciones», 257, nn. 1 y Rosenblat, «Notas», n. 150 y 153*). Se echa en falta un aparta­do dedicado a las interjecciones: En el español canario se emplean con extraordinaria frecuencia exclamaciones como ¡ay Dió!, ¡Dios! (contrariedad), ¡guá! (asombro), ¿gua? (cfr. Rosenblat, Buenas y malas pal, 419-429; van Wijk, 120), ¿ó?, ¿áy? (sorpresa agradable), etc.; más vulgares son ¡andé! ¡óiga! («óiga!, ¡pues eso ha de ser bueno!»), ¡oye, oye! (admiración), ¡cúcha! (cfr. Rodríguez Castellano, «Cabra morf.», 402), ¡úpa! («upa por ái», Fasnia), ¡cátaqui! («cátaqui cómo pasó eso», Fasnia); sobre el ant. ¡hao! o «¡jao!» véase Lugo (y el correspondiente comenta­rio de Pérez Vidal, «Notas a Lugo»); entre las frases exclamativas son habituales ¡cómo no! ’si enfático (cfr. Kany3, 412-413), ¡no creas! ’no creas que no’ (cfr. Boyd-Bowman, Guanaj., § 174 g); ¡no digo!.

88 En Alvar, Tenerife, § 87 y 90 sería preciso explicar que -illo e -ito no suelen llevar el interfijo -(e)z-: trajillo, corasonillo; golpito, florita, trajito, pejiío, madrita, ruinito, colchonito, Carmita (formado sobre Carme), reinita, sieguito, piedrtía, uebito, biejita, bientito, piesito, etc.; pero solsito ’solecito’, calorsito, telesita ’telilla’ (de la cebolla), «a la tardesita». También debiera consignarse la existencia de -ititito: chiquititito.

CAPÍTULOS ANTERIORES:  EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

ADVERTENCIA

1.- EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

I ORÍGENES DEL PLURALISMO NORMATIVO DEL ESPAÑOL DE HOY

*   2.-1. EL FIN DEL FONEMA /Z/ [DZ - Z] EN ESPAÑOL

*   3.- 2. EL FIN DEL FONEMA /Z/

*   4.- 3. ¿PROCESO FONÉTICO O CAMBIO FONOLÓGICO?

*   5.- 4. ¿PROPAGACIÓN DE UN CAMBIO FONÉTICO O DE UN SISTEMA FONOLÓGICO?

*   6.- 5. LA FALTA DE DISTINCIÓN /Z/ : /Ç/, REGIONALISMO CASTELLANO - VIEJO

*   7.- 6. LA CONFUSIÓN SE CONVIERTE EN NORMA DEL HABLA DE LA CORTE (FINALES DEL SIGLO XVI)

*    8.- 7. LA PÉRDIDA DE LA DISTINCIÓN /Ç/ : /Z/ NORMA GENERAL DEL HABLA (EN EL PRIMER CUARTO DEL SIGLO XVII)

*   9.- 8. EL CAMBIO EN LA NORMA CORTESANA, VISTO POR LOS GRAMÁTICOS EXTRANJEROS

10.- 9. EL ESPAÑOL ORIENTAL ANTE EL TRIUNFO DE LA NUEVA NORMA DE MADRID

11.- 10. RESISTENCIA DEL ANTIGUO SISTEMA TOLEDANO EN LA ALTA EXTREMADURA

*   12.- 11. LA NUEVA NORMA ANTE EL CECEO ANDALUZ

*   13.- 12. CONCLUSIÓN

 II EL ÇEÇEO-ZEZEO AL COMENZAR LA EXPANSIÓN ATLÁNTICA DE CASTILLA.

*   14.- 1. ESTADO DE LA CUESTIÓN

*   15.- 2. CECEOSOS DE LENGUA ESTROPAJOSA

*   16.- 3. CECEOSOS POR HÁBITO LINGÜÍSTICO

17.- 4. COMUNIDADES CECEOSAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI. SU LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA Y SOCIAL

18.- 5. EL ÇEZEO SEVILLANO EN TIEMPO DE LOS REYES CATÓLICOS, SEGÚN EL TESTIMONIO DE LAS GRAFÍAS

*    19.- 6. EL ÇEÇEO SEVILLANO, DESCRITO POR NEBRIXA

20.- 7. CARÁCTER FRICATIVO DE LA /Ç/ Y DE LA /Z/ DEL SEVILLANO MEDIEVAL

*    21.- 8. LAS GRAFÍAS Y EL ÇEZEO MEDIEVAL

*   22.- 9. CONCLUSIÓN: EL ÇEÇEO-ZEZEO AL COMENZAR LA EXPANSIÓN ATLÁNTICA DE CASTILLA

III EN TORNO A LA ESTRUCTURA SILÁBICA DEL ESPAÑOL DE AYER Y DEL ESPAÑOL DE MAÑANA

* 23.- III EN TORNO A LA ESTRUCTURA SILÁBICA DEL ESPAÑOL DE AYER Y DEL ESPAÑOL DE MAÑANA

* 24.- 1. CONSIDERACIONES DIACRÓNICAS ACERCA DE LA ESTRUCTURA SILÁBICA DEL ESPAÑOL

* 25.- 2. LAS SIBILANTES IMPLOSIVAS EN EL ESPAÑOL DE ESPAÑA: GEOGRAFÍA Y DIACRONÍA

26.- 3. LA EVOLUCIÓN DE -S, -Z COMPARADA CON LA DE -R, -L

*   27.- 4. FONÉTICA Y FONOLOGÍA

* 28.- 5. LOS ALÓFONOS DEL ARCHIFONEMA SIBILANTE EN EL ESPAÑOL Y LA ESTRUCTURA SILÁBICA DEL ESPAÑOL DE MAÑANA

IV CONCEPTO LINGÜÍSTICO DEL DIALECTO «CHINATO» EN UNA CHINATO-HABLANTE

29.- IV CONCEPTO LINGÜÍSTICO DEL DIALECTO «CHINATO» EN UNA CHINATO-HABLANTE

*    30.- 1. SINGULARIDAD DEL HABLA «CHINATA»

*    31.- 2. PERSONALIDAD LINGÜÍSTICA DE NUESTRO AUTOR

*    32.- 3. TEXTOS

 * 33.- 4. EL SISTEMA FONOLÓGICO «CHINATO» EN LA CONCIENCIA DE NUESTRO AUTOR

*   34.- 5. PROBLEMAS DE FONÉTICA SINTÁCTICA

*   35.- 6. DEBILIDAD DE LA ANALOGÍA MORFOLÓGICA

V GÉNESIS DEL ESPAÑOL ATLÁNTICO (ONDAS VARIAS A TRAVÉS DEL OCÉANO)

*  36.- V GÉNESIS DEL ESPAÑOL ATLÁNTICO (ONDAS VARIAS A TRAVÉS DEL OCÉANO)

*   37.- 1. EL ÇEZEO [ÇEZ̧EO] SEVILLANO Y EL ESPAÑOL DE CANARIAS Y LAS ANTILLAS EN EL PRIMER CUARTO DEL S. XVI

*   38.- 2. EL ESPAÑOL ULTRAMARINO DE LOS PUERTOS Y EL ESPAÑOL MERIDIONAL

VI. EL ESPAÑOL CANARIO. ENTRE EUROPA Y AMÉRICA

*   39.- VI. EL ESPAÑOL CANARIO. ENTRE EUROPA Y AMÉRICA

*   40.- 1. EL ESPAÑOL DE LOS PUERTOS DE AMÉRICA

*   41.- 2. EL DATO CANARIO: ESTRATOS VARIOS DEL ESPAÑOL ATLÁNTICO

*   42.- 3. CONSONANTES IMPLOSIVAS

*    43.- 4. EL FONEMA /H/

*   44.- 5. LA -D- (< -T- LATINA)

*   45.- 6. LA OPOSICIÓN [L PALATAL] : [Y] Y EL YEÍSMO

*   46.- 7. LA -CH-

*    47.- 8. LA DIPTONGACIÓN DE LOS HIATOS

*    48.- 9. CONCLUSIÓN

VII. EL ESPAÑOL EN CANARIAS

*    49.- VII. EL ESPAÑOL EN CANARIAS

*    50.- 1. LA DIALECTALIZACIÓN VERTICAL: COEXISTENCIA DE MODALIDADES ARCAIZANTES Y NEOLÓGICAS DE ESPAÑOL ATLÁNTICO

*    51.- 2. EL CONFLICTO ENTRE LA NORMA REGIONAL Y EL ESPAÑOL NORMATIVO

*    52.- 3. DOCUMENTACIÓN (ILUSTRATIVA DE LAS CUESTIONES TRATADAS)

*    53. 4. LA S SONORA

*    54.- 5. EL CECEO: VARIANTES SISEANTES Y CICEANTES

*    55.- 6. LA ASPIRACIÓN

*    56.- 7. YEÍSMO Y CONSERVACIÓN DE LL

*    57.- 8. CONSERVACIÓN Y PÉRDIDA DE -D-

*    58.- 9. VOCALIZACIÓN DE LA D EN EL GRUPO -DR-

*    59.- 10. ASPIRACIÓN Y CONSERVACIÓN DE -S IMPLOSIVA

*    60.- 11. DISTINCIÓN Y NEUTRALIZACIÓN DE -R, -L

*    61.- 12. LOS GRUPOS -RN-, -RL-: CONSERVACIÓN Y ASPIRACIÓN DE LA IMPLOSIVA

*    62.- 13. PÉRDIDA DE LA -R DEL INFINITIVO POR INFLUJO DEL CONTORNO

*    63.- 14. PÉRDIDA DE IMPLOSIVAS

*    64.- 15. RESULTADOS VARIOS DE -NH-, -LH- Y -RH-

*    65.- 16. GRUPOS CULTOS

*    66.- 17. HIATOS, CONVERTIDOS EN DIPTONGOS DECRECIENTES

*    67.- 18. HIATOS, CONVERTIDOS EN DIPTONGOS CRECIENTES

*    68.- 19. [W] > [GW] INICIAL, INTERVOCÁLICO Y TRAS R

*    69.- 20. GENERALIZACIÓN DEL PREFIJO ES-

*   70.- 21. VOCAL ANALÓGICA EN EL PRESENTE DE «HABER»

*    71.- 22. VOCAL ANALÓGICA EN LA PERSONA «NOSOTROS»

*     72.- 23. ACENTUACIÓN ANALÓGICA EN LA PERSONA «NOSOTROS» DEL SUBJUNTIVO

 *    73.- 24. «NOS», MORFEMA DE LA PERSONA «NOSOTROS» EN EL VERBO

*     74.- 25. «LOSOTROS» (’NOSOTROS’) Y «LOS» (’NOS’)

*     75.- 26. PÉRDIDA Y CONSERVACIÓN DE LA PERSONA «VOSOTROS»

*     76.- 27. INEXISTENCIA DE LEÍSMO Y LAÍSMO

*     77.- 28. EL POSESIVO DE TERCERA PERSONA

*    78.- 29. PERSISTENCIA DEL VERBO «HABER» (’TENER’)

*    79.- 30. «SER», AUXILIAR DE VERBOS TRANSITIVOS Y REFLEXIVOS. EL IMPERSONAL «HABER»

*    80.- 31. CONSTRUCCIONES ANÓMALAS CON «HABER» Y «SER», POR CRUCE DE FRASES

*    81.- 32. PASADO SIMPLE Y PASADO COMPUESTO

*    82.- 33. POSPOSICIÓN DEL PRONOMBRE ÁTONO

VIII. EL ESPAÑOL EN TENERIFE Y EN LA ROMANIA NOVA

*    83.- VIII. EL ESPAÑOL EN TENERIFE Y EN LA ROMANIA NOVA. PROBLEMAS METODOLÓGICOS

*    84.- 1. FRAGMENTACIÓN GEOGRÁFICA Y ESTRATIFICACIÓN SOCIO-CULTURAL

*     85.- 2. FONÉTICA

  Diseño gráfico:

La Garduña Ilustrada

Imagen: Letra minúscula i del S/ XII. British Museum

0 comentarios