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ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

6.- 5. LA FALTA DE DISTINCIÓN /Z/ : /Ç/, REGIONALISMO CASTELLANO - VIEJO

6.- 5. LA FALTA DE DISTINCIÓN /Z/ : /Ç/, REGIONALISMO CASTELLANO - VIEJO

5. LA FALTA DE DISTINCIÓN /Z/ : /Ç/, REGIONALISMO CASTELLANO - VIEJO. I ORÍGENES DEL PLURALISMO NORMATIVO DEL ESPAÑOL DE HOY

      Durante la primera mitad del siglo XVI la situación es clara. Todos los tratadistas españoles aceptan la oposición, heredada de la Edad Media, entre una z sonora y una ç sorda: el andaluz Nebrixa (1481-1517), Alexo de Vanegas (1531), Antonio de Torquemada en Benavente (h. 1535), y el toledano, aunque expatriado, Valdés (h. 1535).

      La persistencia de estos dos fonemas claramente distintos se revela tam­bién (en contraste con lo que más tarde ocurre) en la pronunciación defec­tuosa de los hablantes çeçeosos utilizados como tipos cómicos en el teatro. Su testimonio es especialmente significativo, ya que las grafías z (</s/) y ç (</ss/) no pueden, en este caso, ser debidas a la presión de la norma escrita.

      Hacia 1528, Jaime de Huete (aragonés), en su Comedia Thesorina, saca en esce­na a un fraile ermitaño «çaçeador» que pronuncia las sordas s- y -ss- con çeçeo y las sonoras -s y -s- con zezeo6. En 1521 (o 1525) Gil Vicente presenta, en su Auto de hũas ciganas, unas gitanas que hablan español y que pronuncian /ss/ con çeçeo y /s/ con zezeo6. En su Auto de Lusitânia, 1532, Venus, que habla como gitana, usa çeçeo  y zezeo7, manteniendo la distinción entre sorda y sonora8. Diego de Negueruela (búrgales), en su Farsa Ardamisa (1530), también intenta hacer la distinción entre çeçeo y zezeo9.

      Pero la general aceptación de esta norma lingüística en el español escrito no supone que la distinción fuera practicada por todos los hablantes en toda España. Un inapreciable comentario de Fray Juan de Córdoba sobre las di­ferencias del español de Castilla la Vieja y Castilla la Nueva nos revela que, en la primera mitad del siglo XVI, existía una neta oposición entre Toledo, donde hazer (y jugar, etc.10) se pronunciaba de acuerdo con el español nor­mativo, y Castilla la Vieja, donde lo común era la pronunciación revolucio­naria (h)acer con c sorda (y xugar, etc.11). Indudablemente, esta información es válida para 1540, en que fray Juan de Córdoba abandonó España para trasladarse al Nuevo Mundo.

      La información de fray Juan de Córdoba viene a ser confirmada (h. 1535 12) por Torquemada, en Benavente, quien conocía y respetaba la norma toledana (ç  «echando el huelgo y pronunciación con fuerza»; z «más blanda y amorosamente [...] con la mitad de la fuerza menos que habéis pronunciado la C»; «muy grosero ha de ser el que no diferenciare la fuerza de la C de la blandura de la Z»), pero que denuncia la confusión como un hecho socialmente bien asentado: ç y z «se parecen casi tanto en el sonido de la pronun­ciación como la B y la V» —las cuales él mismo reconoce no distinguir en el habla13— «de manera que muchas personas no saben diferenciarlas, y mu­chas veces hallaréis puesta la una por la otra». (También denuncia la confu­sión de /j/ y /x/, y no reconoce diferencia entre /s/ y /ss/).

Diego Catalán. El español. Orígenes de su diversidad (1989)

NOTAS

6 Véase R. Menéndez Pidal, «Sevilla frente a Madrid. Algunas precisiones sobre el español de América», en Estructuralismo e Historia. Miscelánea-Homenaje a A. Martinet, III, ed. D. Catalán, «Biblioteca Filológica», La Laguna: Universidad, 1962, pp. 99-162 (en preparación cuando se redactó por primera vez este artículo).

7 El año 1521 es la fecha que la edición princeps de 1562 asigna a la obra. Los historiadores portugueses (Bramcamp, Michaelis, etc.) prefieren, sin embargo, fecharla en 1525. (Véase A. Alonso en Boletín del Instituto Caro y Cuervo, VII, 1951, p. 190, n. 79).

8 El autor supone que la diosa viene de Egipto, por eso habla con el ceceo característico de los «egipcianos» o gitanos.

9 La gitana de la Farsa llamada Ardamisa (1530?, 1550?), del burgalés Diego de Negueruela, requiere especial consideración, pues habla con çeçeo y zezeo, aunque con algunas confusiones. Esta distinción imperfecta entre ç< /ss/ y z < /s/ se debe al hecho de que el autor, al ser burgalés, no practicaría en su habla la distinción «toledana», aunque la admitiese como norma en una dicción correcta y procurase ajustarse a ella en la escritura. Negueruela, al tratar de distinguir /z/ de /ç/ y /s/ de /ss/, comete errores no sólo en la grafía, sino también en las rimas (A. Alonso, De la pronunciación, I, p. 447, consigna tres casos de /z/ rimando con /ç/ y seis de /s/ rimando con /ss/).

10 Las otras voces toledanas utilizadas por fray Juan en su comparación son hierro y halagar.

11 "Nuestro «etc.» incluye las dos voces castellano-viejas yerro y alagar que ejemplifican la pérdida de la aspiración de la h-, que el habla toledana aún conservaba. Otra característica del habla de Castilla la Vieja, no mencionada por Córdoba, pero que nos consta por otros testimo­nios, era la confusión de /v/ y /b/, frente a la correcta distinción de ambos fonemas en el habla toledana.

12 A. Alonso, De la pronunciación, fecha el Tratado llamado Manual de escribientes hacia 1560, sin explicaciones. R. Menéndez Pidal propone fechar el Manual de escribientes hacia 1532, pues Torquemada habla de la Orthografia de Alexo de Vanegas (Toledo, 1531) como un libro nuevo que conoce sólo por una carta del mismo Venegas. Sabemos que poco antes de 1528 Torquemada estuvo en Italia («yo conoci en Italia... el astrólogo de Chari... a un amigo mio le dixo que se guardasse del año de veynte y ocho», Jardín, fol. 47r); y que «sometime after 1530, Antonio returned to Spain and took up residence in the village of Benavente, where he was to remain for the rest of his life as secretary to Antonio Alfonso de Pimentel, Count de Benavente» (J. H. Elsdon, On the Life and Work of the Spanish Humanist Antonio de Torquemada, «Univ. of California Publications in Modern Philology», XX, núm. 3, pp. 127-186. A. González de Amezúa, en el prólogo de la edición de Madrid, 1943, del Jardín de Flores curiosas, infiere erróneamente de los textos citados que Torquemada «hacia 1530 ó 1531 se embarca en uno de nuestros puertos mediterráneos con rumbo a Italia»). El Manual está dedicado a su señor, el duque de Benavente, y tiene en cuenta el «uso y costumbre de la casa de Benavente», Torquema­da se refiere a sí mismo, en sus Coloquios Satíricos, como secretario del duque.

13 «[...] hallareis muy pocos hombres que sepan diferenciarlas y que dejen de errar algunas y muchas veces, poniendo la B por V y la V por B; y en esto también pecan los que algo entienden como los que no saben nada: que yo confieso mi pecado de que no dejo de tener algún descuido para esto por inadvertencia» (cfr. A. Alonso, De la pronunciación, I, p. 30).

CAPÍTULOS ANTERIORES:  EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

ADVERTENCIA

1.- EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

I ORÍGENES DEL PLURALISMO NORMATIVO DEL ESPAÑOL DE HOY

2.-1. EL FIN DEL FONEMA /Z/ [DZ - Z] EN ESPAÑOL

3.- 2. EL FIN DEL FONEMA /Z/

4.- 3. ¿PROCESO FONÉTICO O CAMBIO FONOLÓGICO?

*   5.- 4. ¿PROPAGACIÓN DE UN CAMBIO FONÉTICO O DE UN SISTEMA FONOLÓGICO?

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