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ROMANCERO DE LA CUESTA DEL ZARZAL

2.-1. EL FIN DEL FONEMA /Z/ [DZ - Z] EN ESPAÑOL

1. EL FIN DEL FONEMA /Z/[DZ ~Z ] EN ESPAÑOL. I ORÍGENES DEL PLURALISMO NORMATIVO DEL ESPAÑOL DE HOY


1. Una cuestión de método

      Durante varias décadas la «Gramática Histórica» proporcionó a los lin­güistas una cómoda base para el estudio y descripción de las lenguas desde una perspectiva diacrónica. Con su organización similar y contenido parale­lo, los múltiples libros escritos dentro de ese marco fueron inestimables fuen­tes de información y orientación para sucesivas generaciones de estudiosos interesados en la evolución de las lenguas, especialmente a causa de su fácil consulta. Pero las ventajas expositivas de una organización externa de los cambios lingüísticos hicieron pasar por alto a los lingüistas historicistas las serias deficiencias del modelo. La descripción atomista de la evolución acabó por afectar al concepto del cambio lingüístico: no sólo llevó a desconectar la historia de cada fonema de la de los demás, sino incluso a fragmentar la historia de un fonema, tratando con independencia su evolución en diferentes posiciones o entornos. La reacción estructuralista, al oponerse a estos exce­sos, ha resultado muy fructífera en el campo de la diacronía. En adelante la fonética histórica deberá romper con los moldes del pasado y adoptar una ordenación lingüística de los fonemas, en vez de una organización basada en criterios externos.

      A su vez, la fonología diacrónica, que reconoce como su objetivo pri­mordial el descubrimiento de las «causas» del cambio lingüístico (frente al ignorabimus de las escuelas saussureana y bloomfieldiana), debe abandonar su etapa polémica, en que lo esencial ha venido siendo el mostrar, con ejem­plos patentes y esquemáticos, las posibilidades del nuevo método. La prolongación de esa actitud podría llevar a una deformación del concepto de evolu­ción lingüística, como consecuencia de un entusiasmo excesivo por la simplificación. Ha llegado la hora de que el estructuralismo diacrónico se enfrente con el cambio lingüístico en toda su complejidad, usando todas las vías de acceso y toda la información asequible. Debe aprovechar cuanto haya de válido en los antiguos métodos para convertirse en la única lingüística histórica posible.

      Mi propósito es estudiar aquí, a modo de ejemplo, la complejidad histó­rica de un cambio fonológico ocurrido precisamente en medio del Siglo de Oro de la literatura española: la pérdida de la oposición /ç/:/z/ 1.

Diego Catalán. El español. Orígenes de su diversidad (1989)

NOTAS 

1 Para no prejuzgar en forma alguna la imagen fonética de los fonemas del español medieval y renacentista, los denominaré mediante las grafías que fueron tradicionales desde Alfonso X hasta Nebrixa (o mediante la más distintiva entre las varias grafías posibles), colocadas entre //. Por tanto:

/z/ es el fonema que la ortografía medieval y nebrixense representaban con el grafema z.
/ç/ el fonema entonces escrito ç o c (si sigue e o i).
/s/
el fonema correspondiente a -s-.
/ss/ el fonema representado, según su posición, por s- (cuando inicial o tras consonante) o -ss- (cuando intervocálico).
/j/ el fonema representado unas veces por j otras por g (si sigue e o i).
/x/ el fonema correspondiente a x.
/v/ el fonema correspondiente a v.
/b/ el fonema correspondiente a b, etc.

En cuanto a los símbolos fonéticos, he tratado de distinguir entre [ṡ] o [ś], articulada con la punta de la lengua contra los alveolos (como la usada en el español peninsular no dialectal) y [ş],  de articulación dorso-alveolar (como en español andaluz o en francés). Los símbolos [ż] y [                                   ] representan los respectivos correlatos sonoros.

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EL ESPAÑOL. ORÍGENES DE SU DIVERSIDAD

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